Qué le habrán visto a Cobos

Me llamó la atención este tramo en la larga nota de opinión de José Natanson, en Página 12 del domingo pasado: “Revisando el video en YouTube, es posible comprobar cómo aquel discurso afligido, de menos de cuatro minutos [se refiere a cuando el vicepresidente justificó y anunció su voto no positivo en la madrugada del 17/7/08], condensaba ya algunas de las características de la personalidad política de Cobos, que hemos ido descubriendo con el tiempo. Cobos habló de ‘gobernabilidad’, ‘instituciones’ y ‘paz social’, y dijo que hubiera preferido que la Presidenta enviara un nuevo proyecto de ley ‘que contemplara todas las posiciones’. Se instalaba así, por primera vez, en el lugar del consenso, el diálogo y la racionalidad, frente al conflicto, la polarización y el ánimo rupturista de los Kirchner.

Si tuviera que elegir –y creo que es malo tener que elegir así– entre esos dos pares (“consenso, diálogo y racionalidad”, por un lado, “conflicto, polarización y ánimo rupturista”, por el otro), me quedo con el segundo, porque es el que permitió abrir una nueva etapa, impensada, en la Argentina, caracterizada por el retorno de la política al primer plano cuando ésta ya parecía borrada de cualquier perspectiva seria, al menos en el sentido que prefiero darle a la palabra “política”. Pero no se trata de lo que yo prefiera: se trata de que una cantidad muy grande de argentinos, mayoritaria probablemente, prefiere otra cosa, su ánimo o su humor va por otro carril. No quiere épica. Hasta detesta la épica, parece, y se hartó de discursos épicos desde el gobierno y los aledaños del gobierno, o desde quienes estamos a favor del gobierno.

No estoy en condiciones ahora de ponerme a explicar por qué tantos argentinos se hartaron de la ese tipo de discurso ni son estos el lugar y el momento para hacerlo. Algo, seguramente, o mucho, tuvo que ver el imperio de los medios, pero no dejo de sospechar que si en el ánimo de “la sociedad” hubiera prevalecido un espíritu épico, ya se la habrían arreglado los mismos medios para a su manera asumir alguna epicidad (¿o no lo trató de hacer, cuando era el momento, Montecristo?), incluso para volcarla a favor de sus propios intereses económicos y políticos. Habrá una explicación, o muchas, y seguramente complejas: lo que me importa, o debería, creo, importarnos, es la realidad. No hay mucho lugar para un espíritu épico en la Argentina. Quizá sí quepa, en algunas franjas, algo de espíritu solidario, pero sin epicidad, más allá de los grupos o sectas que la recitan como se ejerce un culto.

No estoy hablando de lo que prefiero o me gusta, repito, estoy hablando de lo que veo, y veo, o creo ver en esa fea escena del 2008 a una gran cantidad de argentinos diciéndose “esto es lo que quería escuchar”: alguien que pone en primer lugar a su familia, alguien que habla con tono pausado y se asume como dubitativo, incluso como débil. Imagino, incluso, que muchos lanzaron largamente un suspiro de alivio frente a las pantallas de sus televisores. Ni la traición, ni el absurdo institucional de un vicepresidente votando contra su propio gobierno, ni el rechazo de una medida que favorecía a sus propios intereses les importó un pito y probablemente ni repararon en nada de eso. Vieron, sí, la posibilidad de “aflojarse”. De dejar de ser reclamados para batallas y patriadas. Que no eran muchas, pero eran más de las que estaban interesados en escuchar. Se les hablaba como si se estuviera hablando a otras personas, y eso es siempre intolerable. Y en buena medida ocurre todavía. Si fuera así, si fuera cierto que es el rechazo a la propensión kirchnerista al discurso épico una de las causas –no diría que la única– que abre una dolorosa brecha entre el gobierno y buena parte de los argentinos. ¿Habría alguna posibilidad de seguir haciendo lo mismo, pero presentarlo a través de otro discurso? ¿Sería hipocresía? ¿Sería falso? ¿No se puede decir lo que ya se dice, pero de otro modo? ¿No se entiende que se corre el riesgo del monólogo ante el espejo, o ante los que ya se sabe que van a aplaudir?

Avanzando un poco más: aunque hay muchos hilos conductores, no es lo mismo un proyecto o una utopía que una épica. A los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández se les marcó como deficiencia no pocas veces –en varias de sus cartas lo hizo Carta Abierta– la falta de un proyecto de país, un rumbo de futuro, algo que exceda la coyuntura, un relato (si por “relato” se entiende no el que explique o justifique lo que se está haciendo, sino el que anuncie las posibilidades de una nueva situación, un cuadro renovado con objetivos importantes y de fondo a conquistar). Y habría algo de grotesco en un discurso épico sin utopía, dirigido a sostener medidas que no presuponen un “más allá”, por más necesarias e incluso imprescindibles que sean esas medidas, y por ferozmente combatidas que sean esas medidas por los beneficiarios del statu quo. Ahora bien, por el contrario: ¿es pensable un proyecto de futuro que se pueda presentar como propuesta de nuevo rumbo a la sociedad, con cambios profundos, sin sostenerla en un discurso épico? Tal vez sí, si suponemos que la mayor o menor epicidad de los discursos no tiene que ver tanto con el tipo de propuestas que llevan adelante como con las situaciones que deben enfrentar. Si se quiere, claro, que el discurso cumpla una función política concreta, no que se limite a complacer a los propios oídos, a la manera de las parrafadas de la autoizquierda. Tampoco se trata de hacer lo mismo que hace Cobos, ni de aprender nada de él, sino de registrar las señales: ¿a quién se está hablando? ¿Cómo se hace para que aquello que se quiere decir, y que es muy necesario decir, no rebote en oídos sordos? ¿Cuáles son las palabras y los tonos necesarios para conseguir ser escuchados, sin renunciar en nada a lo que haya que decir? Si no hay otro que escucha, no tiene sentido hablar, en la vida política de cada día al menos, otra cosa es la literatura, la teoría política o la filosofía. Cobos se dio cuenta, o lo descubrió por casualidad, pero lo encontró. Decir lo mismo que él no sirve, porque sería una mala imitación y nadie lo creería, además de lo principal: no queremos decir lo mismo que él. Pero seguir persistiendo en el error de hablar para uno mismo o para muy pocos es confundir ética con obstinación. Y no es cuestión de “claridad” u “oscuridad”, de marketing o de simpatía, sino, simplemente y nada menos, de tener en cuenta las circunstancias y a quién se tiene ahí, enfrente o al lado. No una figura ideal, buena o mala, sino una persona concreta, nos guste o no, en un país concreto.

Acerca de balvanera

Daniel Freidemberg. Argentino, nacido en 1945 en Resistencia (Chaco), residente desde 1966 en Buenos Aires, actualmente en el barrio de Balvanera. Más información en el blog "días después del diluvio".

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36 comentarios en «Qué le habrán visto a Cobos»

  1. yo creo que vos preferis la epica que el dialogo no por que uno es mejor que el otro sino por que desde tu punto de vista el fin perseguido justifica el metodo.

    aca se abren 2 opciones
    se llega al mismo lugar dialogando y negociando?

    es este fin el deseado por la sociedad

    yo creo que liderar significa a veces ponerse adelante del rebaño y luchar contra la opinion publica.

    el tema es que realmente no creo que el final elegido por el kirchnerismo sea el correcto

    1. Habló el soberbio que sabe que es lo «correcto». Definí para las masas imberbes que es lo «correcto» para vos y luego veremos que tan de acuerdo estamos.
      ¿No esntendés que la cagaste al final al decir «correcto»? Hablás de dialogo, pero de entrada ya considerás que el contrario está en un error y vos en lo «correcto».

      1. dije que no creia que sea el correcto no que no era el correcto es simplemente mi opinion no necesitas ser agresivo para justificar tu opinion

      2. Si, me molestó y se me pasó un poco de la mano la agrecividad, te pido disculpas.
        Pasa que no me gustó la palabra correcto, por que encima me estableces «sea correcto» por «es correcto» cuando lo que en verdad me tenés que remarcar es el «no creo que», si en verdad quisieras entablar un dialogo, la palabra correcto es algo que hace pensar, por lo menos a mi, que querés ser el dueño de la verdad, auque no lo pienses así por el «no creo que». Si me permitís el atrevimiento, creo que lo que debiste haber dicho es de la manera contraria y con un poco más de diplomacia cuando hablás de dialogo, en el sentido de que te parece que Kirchner en la finalidad que busca está algo equivocado, por que al fecir «correcto» haces entender que vos sos el que sabe que es lo que es.

  2. Muy bueno Balvanera. Un post que se puede seguir en distintas direcciones, a mi la que me parece más interesante es la de plantear que el problema de tener un relato, hoy en día es para toda la izquierda y en cualquier parte del mundo. Después de la caída del muro, se hizo difícil sostener un discurso de izquierda que hable de terminar con el capitalismo. No tanto porque eso no tenga sentido, como por la sensación de enorme lejanía que una meta como esa parece tener en el mundo actual. Entonces un proyecto de izquierda suele ser una izquierda inmersa en el capitalismo. ¿Qué creo yo que plantean los Kirchner? Algo así como: «los beneficiados de siempre, van a seguir siéndolo, pero menos» «los perjudicados de siempre, van a segur siéndolo, pero menos». Entonces, ¿por qué intentan encajar un discurso como ese con la épica? ¿no se dan cuenta que algo no funciona? Creo que la respuesta la das cuando decís en el post: «la mayor o menor epicidad de los discursos no tiene que ver tanto con el tipo de propuestas que llevan adelante como con las situaciones que deben enfrentar». ¿Qué pasa cuando un capitalismo envalentonado por su drástica victoria en la guerra fría, no está dispuesto a conceder casi nada? ¿qué pasa cuando las situaciones que se deben enfrentar son graves, por tratar de llevar adelante un mísero impuesto(lease 125)? Para mi en todo esto hay una dificultad que no se puede subestimar y que no tiene tanta relación con las «dificultades de comunicación» del gobierno. Es la dificultad de retomar un proyecto derrotado y dotarlo tanto del relato como del tipo de discurso que puedan atraer a cualquier sociedad.
    Coincido en que es mejor quitarle epicidad al discurso, aunque creo que siempre estaremos ante la dificultad de que los menores cambios, los menores comentarios, serán presentados como inusitadamente confrontativos. Pero se puede empezar por no ayudarlos con un discurso épico desde este lado.

    1. Releyendo, me parece que se entiende mejor si en vez de decir: «¿por qué intentan encajar un discurso como ese con la épica?» digo: «¿por qué intentan encajar un RELATO como ese con la épica?» Si uso discurso en el sentido del tono épico, como en el resto del comentario, es mejor llamarle relato a aquello a lo que se supone es el objetivo.

  3. leyendote,Balvanera,concluyo que lo que le falta a nuestra sociedad es»izquierdismo»verdadero,es decir solidaridad activa y desinteresada.cooperacion,sentido de equipo,comprension de que cada uno solo progresara cuando todos lo hagan.Ademas los medios se encargaron de adornar la figura de Cobos y el mensaje diario de violencia y problemas ha contribuido a que la gente quiera paz,por favor…

  4. Yo se que es un lugar común algo desgastado y a veces usado con mala fe, pero lo voy a repetir con buena leche: miremos Uruguay. ¿Cual es la épica de Pepe Mujica? «Un gobierno honrado para un pais de primera». Hoy todo el mundo repite «viste los 2 millones de Kirchner». Una boludez. Pero importa. ¿alcanza con un pais de primera y un gobierno honrado? claramente no. pero el eje medios-fines garpa.
    ¿Hay alguna épica detras de «un gobierno honrado para un pais de primera»? Yo no lo veo. No creo que los uruguayos se suban a una epica y tal vez tampoco la necesiten. Lo mismo los argentinos. Kirchner gano con el solgan del 2003 «Un pais normal». La gente (uf) creo que quiere algo normal. La épica es para un grupo selecto, mas preocupado por la bandera que por el precio del kilo de milanesa. Resulta que son mas los preocupados por el kilo de milanesa, que por la bandera. Que le vamo a hacer

    1. Si hubieras dicho «las sospechas de labado de dinero de Kirchner» te hubiera creído con eso de lo de «país de primera» y nosotros de segunda. Pero el problema que tiene la acusación al expresidente es que es plata sacada de un negocio financiero para invertirla en un negocio inmobiliario. El tema es que se lo acusa de hacer un negocio abusando de la posición donde se encuentra para aprobecharse de la información… el asunto que los dos sectores de rentas financieras y de negocios inmobiliarios son sectores de poca especulación y bajo riesgo, por lo tanto no se necesita «información privilegiada».
      Sino, ¿por que te pensas que a los políticos romanos y a la realesa francesa no se la dejaba hacer otros negocios que no sean financieros o inmobiliarios?
      Otra cosa, Uruguay es Uruguay y nosotros somos nosotros, ellos se consideran en un «país de primera», yo me creo en un «país potencialmente que le pasa el trapo totalmente a los uruguayos».

  5. Pero es que eso que Cobos y los Medios presentan como Consenso es, en realidad, claudicación.
    La política es discusión porque los intereses siempre se contraponen y hay sectores que se enfrentan. Pero a la política la vienen bastardeando desde hace mucho. La negaron las dictaduras, la farandulizó Menem, desde los Medios siempre se la presentó como un medio oscuro por el cual hacerse millonario, etc.
    Y, en contraposición, presentan ahora al Consenso como una nueva negación de la discusión política. Porque no creo que se refieran al consenso como la etapa superadora del debate de ideas sino su clausura.
    Es el consenso de «haz lo que yo digo o ya vas a ver la piña que te comés».
    Yo creo que a Cobos lo ven como el antiKirchner, de quien la sociedad se cansó a fuerza de ser caracterizado como un demonio sediento de poder, monárquico, de malos modales, etc.

    1. Comparto todo lo que usted dice, Ricardo. También creo que es así. Lo que escribí no intenta oponerse a todo eso, y, por el contrario, apunta a otra cosa. Trate de leerlo bien. Porque lo digo, justamente para buscar modos de superar dificultades reales y evidentes, tal vez no las principales, pero que pesan mucho.

    2. Balvanera, comparto su artículo, pero hay algo que veo que nos falta, y no es el «concenso» que andan buscando la oposición o el modo en que lo buscan.
      Lo que sucede en Uruguay, en Brasil, en Chile o en cualquier país europeo es que tanto izquierda o derecha están de acuerdo con los fines que se buscan, lo que se quiere para el país.
      El problema que veo es que de un lado hay un terrible autoritarísmo, mientras que del otro hay una ofuscación «cerrucha piso» que no llegan al tan afanado «concenso», por que por más que quieran las partes, la soberbia de los dos lados termina la cosa en nunca ponerse de acuerdo. Por lo tanto creo que ninguno de los principales actores de la política actual es elegible, aunque veo los de segunda y tercera línea y me gusta lo que veo. Si bien Massa fue tambaleante la cosa como primer ministro, creo que como intendente anda bien, esperemos que no se nos vaya para cualquier lado que no sea el de un lider fuerte.

      1. Lelale

        «de un lado hay un terrible autoritarísmo, mientras que del otro hay una ofuscación “cerrucha piso»

        No me convence esa vision de tercero impoluto que observa como 2 entidades maleficas luchan por el universo.

      2. Nunca hablé de entidades maleficas, lo que hablé es que hay entidades con intereses que no siempre son los concordantes con los del resto de la sociedad.
        Me explico, digo «cerruchapiso» por que hasta ahora la única propuesta ceria de la oposición que terminó siendo un proyecto serio es la asignación familiar por hijo. El resto de las acciones de la oposición, excepto algunos contados con los dedos como los de proyecto sur, no tienen ningún proyecto, lo único que hacen es oponerse por oponerse. ¿No te diste cuenta (ya se, me sonó soberbio, pero bueno) que la mayoría de los proyectos de gran escala del Estado Nacional siempre salen los de la oposición a acusar y a tratar de que no se haga? La gran mayoría de las veces terminan con acusaciones en la justicia casi sin razón, por solo el hecho de hacer propaganda política, Lorenzeti tiene razón en que hay una intentona de judicializar todo.

  6. Balvanera,
    extraordinario post. Salgo esclarecido.
    Me quedé con las ganas de preguntarte como te imaginas que hubiera podido ser la batalla de la 125, afjp, medios y otros sin épica.
    Ahi creo que hay que encontrarle la vuelta.

    Sergio,
    Creo que una de tus frases reproduce muy bien todo esto :
    «Coincido en que es mejor quitarle epicidad al discurso, aunque creo que siempre estaremos ante la dificultad de que los menores cambios, los menores comentarios, serán presentados como inusitadamente confrontativos. Pero se puede empezar por no ayudarlos con un discurso épico desde este lado.»

    Creo que el nuevo tono mas campechano, descontracturado y hasta divertido de los K ayudan un poco a «desepicicar»

    1. No sé, Felipe, como habría sido lo que ya fue. Tal vez si hubieran encontrado otros discursos habría salido mejor, al menos lo de la 125. Aunque también es cierto que, ante cualquier cambio, lo presenten como lo presenten, con el estilo que sea, las pantallas y las radios los van a mostrar como confrontativos y tendientes a «la crispación». No puedo decir mucho, excepto que me parece que elegir un vocabulario y un tono que remite a gestas, combates, enemigos y batallas no contribuye sino aleja, salvo a los ya convencidos. Y aísla. Es verdad que parece despuntar un nuevo tono. Y se me ocurre (pero es apenas algo que se me ocurre, nada firme ni seguro) que en algo la pegaron los de 6 7 y 8 con el «club de la Buena Onda». No es mi estilo ni soy afecto a ese vocabulario, pero tengo la sospecha de que sería un buen rumbo a explorar. Porque algo interesante y bastante excepcional que lograron es despegar la idea de «buena onda» de las connotaciones de boludez y tilingada que supo tener habitualmente.

      1. Alguien dijo sobre los K algo menos asi :
        « los K son muy objetivistas, es decir que sus medidas de gobierno son mayormente bien fundadas, racionales y eficaces. Sin embargo les falta una mistica/relato/imagen capaz de movilizar el imaginario colectivo »
        Yo estoy muy de acuerdo con esto. Los argentinos no somos cientificos noruegos que nos guiamos solo por la razon pura y por la fria objetividad.
        Todo esto para decir que no podemos regalarles la alegria a De Narvaez/Macri.
        Tambien hay que ganar la batalla de la buena onda.
        Y mas aun … porque lo nac&pop no podria en algun momento volverse COOL sin por ello vaciarse de contenido.
        Hay un «potencial alegria» en el peronismo muy mal explotado por este proyecto.

    2. Pero hay otra posibilidad que, muy vagamente, se me ocurre, como reemplazo del discurso épico, claro que más difícil de elaborar, y más impensable en los Kirchner: que en vez de criticar y pelear se larguen a proponer. Que hablen de futuro. Que se animen. Más: que elaboren un proyecto. Que convoquen para elaborar un proyecto. Una verdadera nueva etapa. En la que ya no sean los intermediarios los que fijen el precio de la carne, el pan y la leche y se avance a una real reformulación del Estado, incluyendo la policía y el sistema impositivo. Y una reforma política real, no simplemente electoral. Esos temas u otros. Pero que se salgan de las trifulcas y riñas de conventillo del presente para hablar de «otra cosa». Podrían hacerlo y quizá sean los únicos que pueden. Pero tal vez no esté en sus genes, no sé.

      1. Si se aprueba el Fondo del bicentenario la gobernabilidad/tranquilidad economica quedaria mas o menos garantizada hasta 2011.
        Estarian entonces dadas las condiciones para CONVOCAR A PENSAR sin urgencias cortoplacistas o de coyuntura. El «clima Bicentenario» ayudaria
        Esto tendria varias ventajas :
        * las oposiciones deberian sincerar que proyecto de pais quieren
        * se sale de la logica me opongo porque si a todo lo K

      2. «que en vez de criticar y pelear se larguen a proponer»

        Balvanera, proponer es mirar adelante y darle tiempo a otros para que conviertan a lo bueno en malo. Si hoy Cristina propusiera algo que ya tiene consenso de antemano (p.e., recuperar Malvinas), inmediatamente se convertiría en algo malo. Que la imagen argentina en el exterior, que la seguridad jurídica, que el costo fiscal, que la mar en coche. Por algún lado le van a buscar para que recuperar las Malvinas se torne malo. Sin dudas.

        Ante este escenario mediático, entonces, la estrategia principal consiste en primero hacerlo y después decirlo. No darles tiempo a armar el contradiscurso degradante de los medios. «Kirchner Sorpresa». Anunciarles lo que se pretende hacer a dos, cinco años, es imposible en este contexto degradante, en el que hasta la traición ahora es mérito.

      3. Balvanera

        A mi juicio usted dice verdades que provoca un cierto rechazo, muy en especial a quienes se conforman con seguir a ciegas el discurso K.
        En mi caso, desde hace tiempo no le creo a NK ni la fecha de nacimiento, y sin embargo coincido con usted en que sería el único en la actualidad con posibilidades de llevar a cabo la tarea que usted describe. (a mi juicio las está rifando)
        No creo ser el único a quien le duele esta terrible paradoja que está ensombreciendo, hace ya tiempo, las esperanzas de quienes le creimos el discurso de la transversalidad.
        Lo felicito por todo lo que pone en sus análisis, por su lucidez,coraje y buena fe, y por permitirse dudar , virtud poco frecuentada so pena de ser considerado traidor.

        saludos

      4. Es verdad, Eduardo. Van a hacer eso. Está comprobado. Y sin embargo… habría que buscar alguna manera. En todo caso, citada así, mi propia frase («que en vez de criticar y pelear se larguen a proponer«) me parece miserable, y me hace pensar que debería tratar de matizarla y explicar qué quise decir en realidad. Como para ir arrimando el bochin, pienso en propuestas a más largo plazo y más de fondo. Más estructurales, por así decirlo. No sólo medidas sino proyectos de país. Y también, sí, pienso que, como sea, el discurso belicoso no sirve. No nos sirve. No es que esté por principio contra el discurso belicoso: es que no sirve. Hoy no sirve. En otro momento tal vez. Al respecto, cuando digo «no pelear» me refiero a no pelear discursivamente. Pero no a dar pelea concretmante, en los hechos, a través de medidas. Ahí sí.

  7. lo que pasa,Balvanera,que se atienen al peronista original»la unica verdad es la realidad»,van actuando sobre la marcha,seatienen al presentismo posmoderno,no se habla de planes a largo plazo,ni siquiera a mediano.Tal vez nuestra formacion burguesa lo preferiria pero tambien antes se ahorraba;hoy se vive el dia.Tal vez se atienen tambien a lo que se puede segun la situacion…o tal vez no saben mas que no quieren…

  8. felipe dice

    Alguien dijo sobre los K algo menos asi :
    « los K son muy objetivistas, es decir que sus medidas de gobierno son mayormente bien fundadas, racionales y eficaces. Sin embargo les falta una mistica/relato/imagen capaz de movilizar el imaginario colectivo »

    En nuestra modesta opinion , creemos que la mistica-relato-imagen, es lo que les sobra.
    Menos poesia y mas narrativa coloquial estaria mejor.
    Han tomado medidas equivocadas y tomaran mas medidas equivocadas, peo en lineas generales son el primer intento en muchos años de enderezar las cosas para los de abajo.
    Y los de abajo necesitan compania, empatia, no poesia revolucionaria

    1. «los de abajo necesitan compania, empatia, no poesia revolucionaria»
      Me gusta

      A ver si voy entendiendo
      * los del medio no quieren épica
      * los de abajo quieren compania/empatia

    2. La poesía revolucionaria no suele ser muy buena para las necesidades populares ni para la poesía, aunque no faltan maravillosas excepciones. En general, la poesía revolucionaria sirve para dejar satisfechos a quienes previamente quieren ser ratificados en ciertas ideas y, sobre todo, para que sus autores o difusores logren cierto protagonismo con tintes heroicos sin arriesgar el cuerpo ni molestarse mucho, aunque también en este caso han habido excepciones y algunos lo pagaron caro (por lo general, no tanto por lo que escribieron sino por otras formas de participación en la vida política). Quiero decir, en todo caso, que seria bueno, en principio, desacrtar toda tentación de incurrir en un discurso autosatisfactorio, y no por una cuestión ética sino porque políticamente se acerca bastante a un suicidio.
      Comparto lo que dice Adaeido, también para mí, y al margen de muchas otras cuestiones, objetivamente los Kirchner han sido y son en la Argentina real «el primer intento en muchos años de enderezar las cosas para los de abajo». Pero los de abajo no lo saben ni lo sienten, en gran medida. O lo saben y lo sienten bastante menos de lo necesario para que lo logrado con la experiencia K no termine siendo desguazado en una próxima experiencia que puede tener consecuencias muy feas para el país, y no solamente para los de más abajo. Pero los K no saben o no pueden transmitir esto ni a los de más abajo ni a los del medio ni a nadie, ni parecen muy dispuestos a escuchar a quienes tratan de sugerirles que lo piensen mejor.

    3. Me quedó afuera algo que quería decir: claro que hay momentos históricos en que resultan necesarios las proclamas, los himnos de marcha, las apelaciones épicas. El momento lo pide y entonces está muy bien que un dirigente utilice el discurso que aquí, metafóricamente, recibió el nombre de «poesía revolucionaria». Ahí funciona. Pero en otro contexto, en otra situación, puede ser, y suele suceder, que no sólo no funcione, sino que resulte contraproducente. Sería lo que ocurre hoy. A nadie le gusta que le vengan con un espiche pachanguero cuando se le acaba de morir la mamá, o que le inviten a reflexionar sobre el sentido trágico de la vida cuando la está pasando bien en una fiesta. A la gente le molesta mucho que les hablen como si fueran otras personas, sin tenerlos en cuenta. Resulta muy irritante. Y si es cierto que no hay por qué subordinarse pasivamente al sentido común imperante, tampoco da buenos resultados hacer como que la realidad no existe. De lo que se trata es de reconocerla y, a partir de tenerla en cuenta, ver qué se puede hacer.

  9. Balvanera & Adaeido

    Menos «discurso autosatisfactorio» y mas «narrativa coloquial».
    Menos épica y mas compania.
    «A la gente le molesta mucho que les hablen como si fueran otras personas, sin tenerlos en cuenta»

    Para satisfacer esto, como se imaginan que deberia ser la version argentina de «Alo Presidenta» ?
    (no me vengan con que no se adapta a nuestra idosincracia tan «europea»)

  10. tenes razon , porque una cosa es no subordinarse al sentido comun imperante y tratar de que encaje a presion en nuestro sentido de justicia 4×4 y otra muy distinta es publicitar todas las medidas interesantes que tomo este gobierno en un lenguaje mas llano y realista ( reduccion de la desocupacion, timida sustitucion de las importaciones, juicio a los genocidas, asignacion por hijo, ley de medios. etc.)
    Muchos kirchneristas incluidos el matrimonio presidencial estan atrapados en una estetica que suponemos tiene que ver con su edad. A la vez, esa estetica comparada con sus acciones siempre queda enorme e inalcanzable y produce insatisfaccion en los militantes e incomprension en el pueblo no militante.
    No es que se trata de borrar el pasado, entendido esto como una cierta mirada sobre la realidad, sino no permitir que esa mirada sea el centro de un discurso impracticable. Primero porque los K con sus acciones no cuajan en esa estetica. Desde ese punto de vista el minicooper, luis vuitton y el calafate quedan en falta y realmente no deberian porque a la gente comun no nos molesta que alguien pueda tener todo eso. Lo que no podes es prometer un paraiso de igualdad cuando todo lo que podes hacer es limar las apsperezas de la jungla en que vivimos y sentar las bases para un mundo un poco mas justo.
    Y porque no podes? bueno no podes xq la gente no quiere un paraiso futuro e improbable sino que se le reconozcan sus identidades tal como son. En ciero sentido los sectores populares estamos mas anclados en la realidad que los discursos que apelan a la oligarquia y a la solidaridad. Palabras irremediblemente dotadas de una poesia que no se las sacas ni con removedor gel. Los que dia a dia trabajamos por poca plata y nos cuesta llegar a fin de mes y como mucho podemos darnos un solo gusto relegando montones de cosas que quisieramos hacer y no podemos ya sabemos distinguir quien a nuestro lado es garca y discriminador y con quien si se puede contar.
    Expliquennos con palabras claras y sencillas porque nos subsidian transportes y energia, porque se cierran las exportaciones de trigo y de carne, cuales son los problemas que ello conlleva, esto es importante, hablar de los problemas que tienen para gobernar, explicar de manera sencilla cuales son los problemas tecnicos de tomar decisiones y porque creen que es conveniente tomarlas.
    Traten de evitar categorizaciones tipo » la mesa de los argentinos» que al instante se convierten en un slogan facil de bombardear desde todos los flancos.
    No esta mal comunicarse con slogans porque todos somos muy permeables a ellos, pero entonces pegale una patada en orto al poeta socialista y llama a alguien que sepa con que «memes» «palabras claves», conectan las personas. si te metes en el juego de los significantes, tenes que estar al tanto de es el ipod touch tanto como de el paris dakar, como de el reggeton, como del ultimo modelo de celular de nokia, como de la inlfuencia del hip hop yanqui en el mundo de la cumbia. Si queres operar en incluso favorecer como gobernantes cierto orden en la realidad tenes que saber en que andan las personas que viven en tu pais-
    ah, el dificil arte de comunicarte con humildad y seguro de tus propios limites.

    1. Yo no diría que es una cuestión «de edad». Dentro del espectro «kirchnerista» son muchos los jóvenes en los que vas a ver un discurso tan «setentoso» como el de «los viejos» o más. Lo que falta es una disposición a ver cómo una idea justa funciona en una época determinada, y no puede funcionar hoy del mismo modo en que lo hizo en otra. En parte tiene que ver con la destrucción operada por tantos años de neoliberalismo, que lleva a recobrar todo en bloque. Pero no sirve. Y tampoco sirve adoptar el modelo Massa (¿O Mazza?) porque sería adoptar su pensamiento. A ese tipo se lo puede tener cerca para determinadas cuestiones, pero está claramente en otra cosa, y en cuanto te descuides da el portazo, o ya lo dio. La cuestión no es copiar, ni a Massa, ni a Cobos ni a Macri ni a nadie: hay que encontrar un modo propio y nuevo. No es poco, pero no es imposible. Perón supo hacerlo, en su momento y de acuerdo al país que le tocó en su momento. Los Kirchner tal vez puedan, si lo intentan.

  11. es bastante dificil entender porque la gente mas joven opta por ese discurso 70’s. Tal ves es una tendencia a ver la vida como blanco-negro. Tampoco pretendemos decir que la vida es una lara sucesion de grises, sino reconocer todas las manchas blancas que hay en las cosas negras y las manchas negras que hay en las cosas blancas, entiende?
    Tal vez el problema que nos toco vivr a nosotros, ( la gneracion mas o menos interesada en politica que era adolescente en la recuperacion de la democracia) sea un poco mas entendible. anosotros nos pego en esos años bastane fuerte todo el 70’smo. Lo cual era bastante logico porque fue una epoca donde salieron a la luz los años oscuros del pasado proximo. Era totalmentne necesario que saliera a la luz pero tb trajo una manera de mirar que nos era ajena a los de esa edad. Y una manera de mirar que se impuso arrasando todo a su paso. Tuvimos que dejar de lado nuestros gustos , aquellas cosas con las que habiamos crecido, gustos y afinidades para reemplazarlos por los gustos y afinidades de la generacion anterior, bajo pena de caer en la careteada. Tuvimos que apropiarnos de algo que no era parte nuestra con todas esas desiciones terminantes de la adolescencia. pero por suerte no es algo que dura mucho. Uno es quien es y no tiene porque avegonzarse de sus gustos y las cosas con las que crecio para caer en reduccionismos o para hacernos cargo del duelo de la generacion anterior.
    Lo que nos queda es un rechazo visceral a todo ese folklore que tal vez se nos pase cuando crezcamos aun un poco mas.
    pero la sabiduria que te deja, un poco tontuela quizas es que hay que respetar la idiosincracia de la gente. Lo que no quiere decir que uno no deba luchar por un mundo mas justo sino que hay que dejar que cada uno lleve sus propios pinceles para pintar esa lucha.

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