QUERIDOS COMPAÑEROS:
Carta abierta no debe hacer reducciones a un lenguaje televisivo cuando discute, propone y elabora, una lectura profunda de la realidad nacional.
La simplificación, la reducción, la pobreza del lenguaje, el detenerse y pensar ¿entenderán todos este planteo? no resuelve la cuestión de fondo.
Tampoco se trata de escribir la Biblia argentina con un apartado con instrucciones para su uso.
Cada uno en su función. El treinta de Agosto al bajar las escaleras de la Biblioteca Nacional escuche el comentario de unas compañeras sobre la intervención de Horacio González en la asamblea, “González es genial, tan profundo, aunque a veces tengo que leerlo dos o tres veces para entenderlo”.
A mi me parece que González tiene apellido de puntero derecho (con el permiso de Basile) y Forster tiene apellido de perro. Pero ponen todo su pasión y su saber al servicio de la causa popular.
Unos escriben libros, otros escriben folletos, cada cual en su trabajo tiene que tratar de aportar lo mejor, no es el camino correcto exigirles a estos dos intelectuales y a todos los otros que escriban folletos. Hay que arremangarse y empezar cada uno desde su saber, desde sus posibilidades a incorporar formas originales al discurso popular.
Una forma posmoderna sería habilitar un 0800 Casullo contesta. Ja.ja.
De la misma manera que nos tratan por los medios de confundir todos los días, nosotros a veces hacemos como el paisano que daba vueltas para cruzar al campo vecino, dió tantas vueltas, que cuando se decidió a cruzar, terminó enganchandose las bolas en el alambrado.
Algunos planteos, sin querer, están ocultando la falta de costumbre de debatir con los amigos y compañeros que nos rodean, la política en nuestro país, la política del gobierno, de la oposición, de la DERECHA, sí, así, en mayúscula y con todas las letras, hay temores a la hora nombrar a las cosas por su nombre. Ni que decir si te apuntan como de izquierda, empezamos a dar explicaciones, que se parecen a los que dicen: “si yo consumo pero de vez en cuando”.
Uno no puede en el café arrancar una discusión expresando que la derecha a instalado un clima destituyente, las orejas están preparadas para otros sonidos, además al otro día te esperan con la cargada encubierta, alguno al pasar dice:” Che en Racing se está creando un clima destituyente ”. Pero es la practica de hablar con la gente la que nos va hacer encontrar las mejores formas, los mejores discursos.
Si apareces cada treinta días con un fascículo nuevo de carta abierta, nos van a escuchar por respeto o van a poner cara de que nos escuchan, no se trata de cumplir un rito, es algo mas complejo, es encontrar el camino de ida vuelta con nuestros interlocutores, es descubrir como él ve la situación, que dudas tiene y en que cuestiones los medios le han creado confusión.
Ellos dispersan la información, desatan una llovizna de pelotudeces y en el medio meten su contrabando. El objetivo es nivelar para abajo. Creo que no debemos transformarnos en contestadores profesionales sobre cualquier tema. Te esperan y te dicen: ¡che¡ ¿viste lo que dijo Chavez?, a mi me importa tres carajos lo que dijo Chavez, a mi me importa lo que dijo el Gobierno y lo que están haciendo los Yanquis. Hay que tener la astucia y la decisión de poner nosotros en el centro los temas principales de la política nacional.
Estas cuestiones las planteo desde mis propios interrogantes y dificultades, hace seis meses no teníamos un ámbito, un espacio para debatir, estoy profundamente convencido que la derecha lo sufre.
nelson nogar
http://blogs.clarin.com/nelsonnogar
Compañero Nelson: Tal vez hubo alguna confusión en cuanto a lo que planteábamos, cuando decíamos que había que simplificar un poco. No creo que nadie haya pensado en un lenguaje televisivo, hay puntos intermedios entre la complejidad de la carta y un slogan. Para que se entienda a qué me refería yo cuando hablaba de simplificar, comencé a hacerlo con los primeros párrafos aquí: http://artepolitica.com/carta-abierta-intento-de-simplificacion/
No creo que haya convertido esos párrafos en un slogan televisivo. Yo apoyo plenamente a Carta Abierta, usen el lenguaje que usen, y suscribo las palabras que escuchaste: “González es genial, tan profundo, aunque a veces tengo que leerlo dos o tres veces para entenderlo”.
Simplemente es cuestión de opiniones, a unos cuantos de nosotros, nos pareció que la complejidad era excesiva y lo dijimos, nada más. Se puede no estar de acuerdo con esa posición, pero no hay que exagerar contraponiendo la carta con «pobreza del lenguaje», no me parece que sean las únicas opciones. Yo también creo que la derecha sufre este espacio que construimos, y si no es así, por lo menos lo disfrutamos nosotros.
Cuando digo que suscribo los elogios a González, específicamente en esos términos, no es por formula. Tengo su libro «Perón, reflejos de una vida» subrayado de punta a punta. Esto lo hago a modo de resumen con los libros que me gustan mucho, y a la vez, me cuesta entenderlos en una lectura superficial.
Todo bien, pero… qué hacés en un blog de Clarín! pasate a blogger aunque sea cipayo.
El borrador de la Carta que leìmos acá no puede estar escrito por un académico. La complejidad de un texto es lógica cuando va de la mano con la complejidad de un análisis y con la necesidad de conceptualizaciones novedosas o muy específicas. Este borrador tiene un texto cuya complejidad era artificio barroco, porque detrás no había sino conceptos usuales, teorizaciones conocidas, nada nuevo ni de profundidad. Lo que hizo Sergio yo lo hice también, y ví que atrás no habìa nada.
Algunos estamos ilusionados con Carta Abierta, pero si los intelectuales no puden escribir una carta, estamos listos.
Ando con bastante sueño. En primer lugar te agradezco muchísimo este sorpresivo aporte.
De mi parte solo diré que la bronca venía porque muchas veces se percibe (en el caso de la IV pareció confirmarse) un distanciamiento frente a quiénes se dice interpelar que resulta pavoroso. Y lo peor es que no se percibe (o debería decir percibía ya que aquí hay una respuesta) reacción alguna ante dicho problema. Doy un par de ejemplos, compañeros suyos, lo más alejados posibles del cualunquismo.
http://siempreencontra.blogspot.com/2008/08/el-plenario-de-carta-abierta.html
http://tirandoalmedio.blogspot.com/2008/06/nueva-derecha-por-qu-los-intelectuales.html
Aquí nadie ha querido revitalizar perimidas y objetivamente falsas discusiones del tipo «alpargatas vs libros» o «cultura vs pueblo». Pero de ninguna manera los diferentes roles de cada actor político son compartimentos estancos y debe ser siempre así. Lo que algunos sentimos es que se transmitía el mensaje de Carta Abierta con el tipo de lenguaje que se la transmitía simplemente porque era más bien una pelea frente a otros intelectuales y dentro de una lucha de sujetos con las mismas posibilidades económico-culturales antes que un movimiento más amplio.
Sigo insistiendo que protegerse de las acusaciones 8como algunos han hecho) diciendo que se quiere alpargatas y no libros es no sólo gorila sino bastante retrógrado (no es el caso de este artículo, repito) ya que dicho razonamiento no permitiría la posibilidad de que el pueblo pudiera comprender un texto realizado por intelectuales. Sería la coronación del razonamiento «cada uno cumple sus funciones». Y creo que contra eso hay que estar decididamente en contra.
Saludos
Desde abril que estoy tratando de entender que quiso decir González (si es que fué González) en este párrafo:
«en una situación global de creciente autonomía de los actores del proceso de producción de símbolos sociales, ideas e ideologías, se producen abusivas lógicas massmediáticas que redefinen todos los aspectos de la vida social»
Me ilusioné creyendo que queria decir que en un mundo en el que millones de bloggers pueden decir_por ahora_ lo que piensan, la grandes corporaciones periodísticas siguen publicando noticias que más le convienen a sus intereses y a los de sus avisadores. Pero por ahí entendí mal.
Voy, por ahora, a dejar de lado todas las demás cuestiones y a quedarme solamente en esta: «aparecer cada 30 días con un fascículo nuevo». No se si fue dicha a favor o en contra, ni viene al caso. Concretamente: saquen la cuenta cuánto pasó entre la anterior carta, la tercera, y esta, la cuarta, que fue discutida durante más de un mes, y en medio de muchas dudas acerca de si debía hacerse una cuarta carta o no. Y tengan en cuenta que, en medio de los tanteos, del método de ensayo y error con que CA viene manejándose desde que empezó a funcionar y a crecer casi por casualidad, llevada por su propio impulso y por un impulso de afuera (reclamos, etc) que la superó y la sigue superando, sin contar las maromas internas, viene encontrando también modos de pronunciarse, verbal y no sólo verbalmente, a través de otros modos que las cartas. No exijamos más de lo que se puede, se trata de ir encontrando un camino, acá como en muchas otras cosas. La gente está poniendo lo mejor de sí, está rompiéndose toda. No vienen mal las críticas, pero también hay que tener un poco en cuenta las condiciones: todo el mundo labura, todo el mundo anda falta de tiempo, la mayor parte de esta gente viene de muy diversos espacios de actividad, ideológicos, políticos, una gran parte jamás se había tratado antes, ni siquiera está establecida, desde hace meses, una buena mecánica para la discusión, y a pesar de todo la cosa camina muy bien. Seamos un poco más tolerantes (no, tolerantes no: comprensivos) con los que están tratando de hacer las cosas bien, con la mejor onda, sin más beneficio que el placer de hacer para que todo vaya mejor y recuperar cierto espíritu de camaradería y entrega y compromiso que parecía perdido en las brumas de la posmodernidad y el fin de la historia.
Ah, y se me olvidaba: no hay peligro. Durante un largo, larguísimo tiempo, no va a haber más cartas.
Reitero (y autobombeo): Hablemos claro.
Si es para eso, no cuentes conmigo.
El mundo es complejo, la vida es compleja, los seres humanos somos complejos. Me opongo a todo reduccionismo, a todo lo que nos vende una cosa por otra para poder venderla mejor. El enemigo es especialista en hacer pasar por fácil lo difícil, por eso convence. ¿Queremos ganar por esos medios? ¿Queremos ganar engañando? ¿Siendo iguales que ellos? Si, para convencer, presuponemos que nuestros interlocutores son todos doñas Rosas, ya perdimos. Qué desprecio hacia la gente.