Tan importante como las retenciones

Inspirado en el comentario de Esteban, y evitando entrar en un debate sobre si existe una situación de golpe o no en Argentina, o aún de la conveniencia de las retenciones vs. otro instrumento de carácter impositivo, querría proponer que se debería tomar como algo positivo la iniciativa de enviar el decreto al Congreso, probablemente más que las retenciones mismas, y que a eso habría que prestarle más atención. Es posible que si eso se hubiera hecho 90 días atrás, todo este conflicto hubiera tenido una diferencia de forma y contenido muy grandes. ¿Por qué es importante el paso tomado por la Presidente? Aquí van algunas ideas:

1. Abre el camino a una posible normalización institucional en el país, donde la legalidad constitucional pasa a ser un elemento más de la vida común. La Constitución establece la separación de poderes, y eso no debería ser ignorado en forma tan simple ni su falta tomada como un hecho más de la vida del país. El abuso de los decretos, asi como la ley que es probablemente incostitucional que los aprueba de hecho, no benefician la reconstitución del Estado destruido durante el período neoliberal. Cuando se habla de que hace falta mas Estado, también se habla de qué tipo de Estado y que instituciones, no solo de impuestos o redistribución de la renta.

2. En el Congreso están representados los diferentes sectores de la nación. No debería ser aceptable el uso totalizador de terminos como ¨argentinos¨ o ¨pueblo¨, como se ha hecho estos días. Aún los que se quejan, para bien o para mal, son argentinos, y si no se les da oportunidad de representación, entonces se les da la excusa de buscar soluciones por fuera del sistema.

3. La oposición se forma también en la práctica del poder. En el Congreso es donde la oposición tiene la posibilidad de formarse, debatir, presentar alternativas, expresar su falta de conformidad y denunciar. Si la oposición pudiera hacer eso dentro de los canales correspondientes, sería,  probablemente, más respetuosa del sistema democrático al que todos se refieren por estos días, y podría constituirse como alternativa de poder.

4. El exceso de presidencialismo en Argentina debería ponerse en contexto, para así rescatar todo lo que tiene en sí mismo de malo para el país. Ya desde la llegada de Alfonsín, cuando hizo campaña para tener la mayoría parlamentaria, el Congreso empezó a perder peso con leyes como las de Obediencia De(v)ida y Punto Final. Para cuando pasó la hiperinflación y llegó el modelo neoliberal, el Congreso se había convertido en algo innecesario en el meomento en que se definía el estado en terminos de ineficiencia y como si fuera una empresa. Sumando a esto la Banelco más el 2001, la desesperación por salir de las crisis sucesivas llevó a que el Congreso fuera visto como una instancia inútil ante la necesidad de eficiencia de desición. Leyes como los Superpoderes son un ejemplo de esto. Devolver al Congreso el papel que debería tener es, hoy, quizás mas importante que las retenciones mismas dentro de un proyecto de país a largo plazo.

5. Habría que pensar que las diferentes Constituciones (1853 y 1994), están basadas en gobernar mas un país imaginario que el real que se tiene (especialmente la de 1853). El sistema copiado de otro país no es quizás el que más cómodo le queda a la Argentina, y eso se ve en todo momento. En vez de crear una Carta Magna que de respuesta a las necesidades que tiene la Argentina real, se resolvió el problema por medio de una práctica que dejó de lado el debate. Cuando Alexis De Toqueville visitó Estados Unidos, al poco tiempo de su formación como tal, notó que comparado con el sistema aristocrático francés, el método estadounidense era muy ineficiente. En Francia, los aristócratas llamaban expertos en temas a resolver y terminaban con los problemas. En EEUU, leyes pasaban por comités, se debatían, iban de una cámara a la otra, había que negociar concensos, y hasta en algunos casos se usaba un ¨filibuster¨ para que no pueda seguir el debate. Toqueville notó lo ineficiente del proceso, pero también que la idea de que los representantes del pueblo hablen, debatan y decidan en nombre de los ciudadanos hacía que estos se sientan realmente como tal, como parte de la nación y con un estado que les era propio y en pocos años un país que no existía ya tenía un sentido de nacionalidad extremadamente alto. Eso, quizás, es lo que necesitamos en Argentina, algo que genere consensos, sea incluyente y forme un sentimiento de comunidad.

El ¨campo¨, en definitiva, logró imponer un tema sobre el principio de que la Presidente decidió sin consultar y así puso sobre la mesa de la clase media, que hoy recuperó parte de su nivel de consumo, la idea de que el gobierno es arbitrario, intolerante y hasta anti-democrático. Si se reconstituyen los canales correspondientes, lo del campo no tendría sentido y podría haber sido anulado en horas.

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Nada interesante que contar. Apenás terminé la primaria y no leo de corrido, pero quisiera.

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8 comentarios en «Tan importante como las retenciones»

  1. Muy bueno, estoy de acuerdo. Es hora de debatir también el origen del decreto de las retenciones. Decreto establecido por Videla, no se si lo tenés. ¿Es justo aplicar un decreto de esa época, no convertido en ley jamás? Menem hizo una reforma en su época pero tampoco pasó por el legislativo. Es competencia del ministerio de economía que es el que lo aplica. ¿No hay un poquito de hipocresía en todo ésto? Convengamos que Videla no estaba pensando en una justa redistribución, pero el cuento era parecido.

  2. El Código Aduanero vigente puede ser cuestionado en todo o en parte, por su contenido. Pero decir sumariamente que lo dictó la dictadura no es más que uno de tantos argumentos demagógicos que sirven de taparrabos a un reclamo sectorial reaccionario.
    Es como cuestionar la ley 1420, la mejor ley de educación que tuvo el país, porque se dictó durante la presidencia de Roca, reconocido asesino de indios y ladrón de tierras públicas.

  3. Andrés, por mas que salgas a defender lo indefendible, es así. Videla lo hizo porque necesitaba fondos. Igual que ahora. Mas fondos porque nadie pone un peso por este país y se acabó el banco Chávez.
    Pepe Mugica debería ser un ejemplo para muchos. Llano, humilde y práctico explica el porque de la necesidad de crecer sin descuidar el mercado interno. En Uruguay no hay retenciones.

  4. Caroll: Videla nunca puso retenciones. Si necesitaba fondos o no, el caso es que no lo hizo. ¿Qué pasó desde 1981 que recién ahora se acuerdan del origen espurio del Código Aduanero? ¿Hicieron falta 27 años para darse cuenta?
    Uruguay es una plaza financiera y lavadora que tiene, además, un sector agropecuario y algo de industria. Tiene tres millones de habitantes y cuatro cabezas de ganado vacuno por habitante (proporción que en la Argentina no existe desde hace más de medio siglo).

  5. Tiene razón, fué Onganía. Pero no hay demasiadas diferencias. No fue una ley de nuestro congreso y seguimos abusando de ella. No importa de donde viene. Sirve y listo.
    Y siempre vamos a tener excusas a mano, somos argentinos. Recuerde: tenemos vocación de estatuas. No vamos para ningún lado. O peor, nos va a ganar la herrumbre.

  6. La 1420 la propuso Roca, pero la votó un congreso que le daría envidia a muchos, después de un debate memorable.
    Coincido en que el tema banelco y otros ha vaciado el Congreso de gente valiosa de todos los orígenes, y llegar a diputado es hoy un premio a la militancia más que un honor al que puede aspirar gente valiosa.(de todos los partidos)

  7. Una cosa. Quién dijo que CK mandó el proyecto de las retenciones al congreso para abrir el juego institucional?. No es mas que una jugada política (muy buena por cierto) para pasarle la pelota a otro. Les puso un tapón en la boca a los cuatro jinetes y estos acusaron recibo: que hay que disolver, que hay que enseñar a legislar. Se habrán asegurado muy bien, antes de mandarlo al congreso, de que en el momento de la levantada de mano unos cuantos harían pito catalán al campo. Con esto lograron varios objetivos: pasaron la pelota, que se «arreglen» en el congreso total tenemos mayoria, terminamos de una con la perorata del diálogo y no tengo que verles mas la cara a los cuatro jinetes, tapones para todos en la boca, y hacer creer a la gilada que abrimos el juego democrático e institucional. Me parece una movida genial. La voté, la voy a seguir votando y apoyando a full hasta que termine su mandato, solo que la política es un poquito menos ingenua que palabras dichas porque sí: «que el proyecto se debata en el congreso». A los que juegan a la política sin saber muy bien qué es, ahora ya lo saben.

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