Una propuesta sincera

Carlos Melconian, más allá de la ideología en que se inscribe su pensamiento, goza de reconocimiento por contar con muchas virtudes en materia técnica.

Y para quienes no coincidimos con él, tiene una virtud muy apreciable (por el contraste con algunos de sus colegas): es sincero.

Escucharlo hablar, en sus esporádicas visitas a programas de cable en los que se explaya sobre la situación actual de la economía argentina y abunda en recomendaciones correctivas de política económica, puede servir, a quienes necesiten despejar alguna duda, para determinar claramente cuáles son las cosas que están en juego cuando se opina de conceptos aparentemente neutros.

Lo recomiendo. Mientras tanto, hago una exégesis sin una fuente determinada.

 Hoy, Carlos Melconián anda preocupado porque “las cuentas no cierran” (y se refiere a las fiscales). Dice que desde 2003 la presión fiscal aumentó en 10 puntos, y que aún así el esquema económico actual insume una cantidad de recursos fiscales que no le permite al Gobierno tener un superávit robusto.

 Aclaración: él incluye en la cuenta, por ejemplo, los adelantos transitorios del BCRA, que son deuda de corto plazo que toma el Tesoro (en pesos) y que se cancela contra remesa de utilidades del Banco. Incluye también el incremento de la deuda flotante (producto de diferir obligaciones  –“a los productores agropecuarios todavía no les reintegraron por la cosecha de trigo del año pasado!”; tampoco les reintegraron a los exportadores de manzana por las exportaciones de hace tres años; la cosa funciona así desde siempre-). Y arma un consolidado que incluye la situación fiscal de las provincias, también.

 Atribuye a esta situación fiscal (que es también cambiaria, de alguna manera) el motivo primero de los desequilibrios macroeconómicos cuyo síntoma es la inflación.

 Entonces, dice cosas como que los aumentos a los jubilados del 25%, se dan porque en realidad se les quitó antes (por inflación), que lo mismo pasa con el salario mínimo y con los aumentos en paritarias.

Y propone cortar el círculo “vicioso” de consumo-inflación-recomposición de ingresos. ¿En qué eslabón de la cadena? En el último, en el de los ingresos.

Dice, por ejemplo, que hay que moderar las expectativas de incremento salarial, que no sirve de nada darles plata a los jubilados porque eso no recompone sus ingresos reales más que por un tiempo. Que el Estado tiene que aflojarle a la presión fiscal, por un lado, y por el otro dejar de gastar. Y así, sacándole plata de la mano al que consume, en el mediano plazo (mediano plazo significa unos años) la inflación convergería en números aceptables, similares a los de los países serios como Perú (no se rían, irrespetuosos).

 Entonces, creo que aprendí: con salarios y jubilaciones congelados y precios “en aumento decreciente hasta converger en una inflación de un dígito», se recompondrían los márgenes de las empresas (por lo menos de las más importantes), y, sin la obligación de reinvertir utilidades para satisfacer un consumo sobrecalentado que ya no existiría, ni de remarcar precios para “hacer frente a los aumentos del costo salarial”, podrían dedicar más tiempo a la composición de su portafolio financiero, ya que contarían para eso con los excedentes que ya no se apropia el consumidor, cosa que se nota porque (que se le va ´cer) ya no consume como antes. Reglas claras, seguridad jurídica, que nos permitan tener un horizonte a la vista, para invertir a largo plazo, como pasa en Botswana, por ejemplo.

 Bueno, qué sé yo, son ideas. Al fin y al cabo todos tenemos la obligación de aportar lo nuestro para combatir el flagelo de la inflación, no?

3 comentarios en «Una propuesta sincera»

    1. Pero te lo dice de frente, en la cara. Eso hay que reconocérselo.
      Porque hay otros que dicen lo mismo, pero cada tanto te meten un comentario de condolencia con los pobres jubilados que no llegan a fin de mes por culpa de la inflación, y te hablan de planes antiinflacionarios fabulosos, de los cuales lo único que se hacen los boludos en mencionar es el ajuste sobre los ingresos (casualmente). En realidad lo mencionan pero sin que se note mucho.
      Este te canta las cuarenta: «mirá, yo trabajo para el capital concentrado, y lo que hay que hacer acá es recomponerle a las grandes empresas la tasa de ganancia; así que por un tiempito te vas a tener que ajustar el cinturón porque ya tuviste más fiesta de la que te merecías por culpa de estos populistas irresponsables que te reparten al pedo, porque al final nos lo quedamos nosotros, de todas maneras, vía aumento de precios».
      Un capo.
      Abrazo.

  1. se advirte que»las corporaciones»juegan a dos puntas:una de tipo extremo,confrontativo,conspirativo,y otra,a traves de legisladores,con mayor tendencia a un consenso y que a la vez corren al gobierno»por izquierda».

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