América latina como guía

El líder de la izquierda francesa planteó como camino a seguir para Europa las nuevas experiencias democráticas latinoamericanas. Laclau planteó la necesidad de un Estado “integral”.
Por Nicolás Lantos
Imagen: Télam.
“El futuro no es lo que vendrá sino lo que nosotros vamos a hacer”, aseguró el dirigente de la izquierda francesa, Jean-Luc Mélenchon, en el marco de una charla que compartió ayer en Tecnópolis con el filósofo argentino Ernesto Laclau, donde desarrollaron sus puntos de vista sobre los principales desafíos para la democracia en un futuro próximo ante un mundo que cambia de forma inédita sus reglas de juego. El eurodiputado y ex candidato a la presidencia de su país advirtió sobre los riesgos que traerá aparejada la salida de un sistema de potencia única (Estados Unidos) y el fracaso del modelo actual de integración europeo, que gira alrededor del sistema financiero. Por el contrario, las nuevas experiencias democráticas en América latina y, en menor medida, los países árabes, pueden dar pautas del camino a seguir, coincidieron ambos intelectuales. Laclau incluso redondeó su exposición pidiéndoles a los políticos europeos que se “latinoamericanicen”. El jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, que estaba invitado al evento, no participó por motivos de agenda presidencial.
En un castellano esforzado pero fluido, Mélenchon, autor de un paper sobre nuevas formas de representación política titulado, sugestivamente, “Que se vayan todos”, aseguró que la Zona Euro le espera un final “a la Argentina”, trazando un paralelismo entre la actual crisis en el Viejo Mundo y la que se sufrió por estas latitudes a fines del siglo XX y principios de este. “No vamos a pagar la deuda. No podemos pagar la deuda. No importa lo que digan, antes o después habrá que dejar de pagar la deuda, no hay alternativas reales”, sostuvo el francés, para quien el proceso tendrá una serie de etapas de reacción ante las medidas económicas impopulares que sólo llegará a su punto máximo cuando la clase media “que sólo mira su propio ombligo” se vea obligada a salir a la calle por alguna medida que la afecta como “un supercorralito”. Luego de un período signado por la hostilidad a todo tipo de política, serán finalmente los sectores más humildes los que “imaginarán y darán forma a las nuevas instituciones democráticas necesarias para suplir sus necesidades”.
Sin embargo, más allá de la forma en la que Europa logre resolver su crisis, a Mélenchon le preocupa la forma que adoptará el mapa geopolítico a partir del día que Estados Unidos deje de ser la potencia hegemónica y las consecuencias de este cambio. “¿Habrá una multipolaridad feliz? Como europeo no puedo evitar hacerme esta pregunta, pues ya existió un mundo multipolar, fue el siglo XX y se saldó con dos guerras mundiales. ¿Será la nueva multipolaridad benevolente? No lo creo”, comenzó el eurodiputado su discurso pesimista pero animado. “¿Acaso tenemos la certeza de que el surgir de la multipolaridad que estamos observando es realmente el nacimiento del futuro?”, es la pregunta que planteó, y la respuesta a ese interrogante fue lo que desplegó a lo largo de casi 40 minutos, con una sola seguridad: “El mañana no será solamente una prolongación del ayer”.
El punto de quiebre, sostuvo, se dará “en el mismo momento en que Estados Unidos deje de ocupar el primer lugar” en el concierto de las naciones. Así, el primer desafío será “la gestión de las consecuencias”, particularmente, cuando el dólar deje de valer lo que Washington dice que vale, dando como consecuencia “una devaluación monstruosa”. Aquí, dejó caer un guiño al público local, cuando mencionó que Estados Unidos dejó de publicar, en 2006, estadísticas oficiales sobre la cantidad de billetes verdes circulando en el mundo. “Los ahorros en dólares sólo se basan en la confianza que se tiene sobre esta moneda. De momento, la garantía está asentada en una especie de acto de fe”, explicó.
Como consecuencia de la caída de semejante poder global, el devenir del mapa geopolítico mundial “no conocerá un desarrollo lineal”, sino que “conlleva un episodio de cambio radical” que tomará la forma de una “bifurcación de la historia”. El gran desafío ante esta perspectiva que el pensador francés juzga inevitable es “cómo lidiar con una crisis de esa magnitud sin verse obligado a aceptar la prolongación de los derechos descomunales del imperio”. La respuesta: la creación de una moneda mundial, propuesta que hoy enarbola China pero que Mélenchon aseguró impulsaría él en caso de llegar al poder en Francia. Sin embargo estableció diferencias con la forma en la que se construyó el euro, desde una óptica meramente financiera. “Hay que buscar convergencias económicas y fundamentalmente sociales” para un modelo de moneda internacional, sin el control político de un Estado. “Esto –concluyó– permitiría a la vez sanear las cuentas globales del mundo y arrebatarle el sistema monetario a un poder imperial, permitiendo un verdadero multipolarismo.”
Por su parte, Laclau hizo énfasis en la relación entre la sociedad y el Estado, o entre representantes y representados, que entró en crisis en su modalidad democrática liberal. Utilizando herramientas del pensador marxista italiano Antonio Gramsci, el argentino radicado en Londres habló de un “Estado integral” en el que la sociedad profundiza su participación a la vez que los representantes democráticamente elegidos también guían los pasos de esa voluntad popular hacia rumbos que la misma sociedad no había imaginado. El ejemplo de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, surgida de la sociedad civil pero impulsada por el Gobierno, sin cuya fuerza hubiese sido imposible hacerla avanzar, fue recibido calurosamente por parte de la audiencia.
Con una breve rueda de preguntas, donde se discutió sobre las diferencias entre la Unión Europea y las formas de integración que se ensayan hoy en día en América latina, y donde también se mentaron los cacerolazos del 13 de septiembre (que Laclau definió, citando la famosa frase de Carlos Marx en el 18 Brumario de Luis Bonaparte, como la réplica en tono de farsa del conflicto con el campo), concluyó esta tercera edición del ciclo de “Combates y Debates” por el que, desde hace dos años, pasan diversos exponentes del pensamiento político contemporáneo locales e internacionales.
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Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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