Apuntan que ‘inflación Kicillof’ del 15% no es compatible con escasez de dólares

La apreciación del dólar, la falta de reservas, y la política monetaria expansiva jugarían en contra de la necesidad de sostener el tipo de cambio fijo para enfriar la inflación
El Gobierno sorprendió en las últimas horas con una cifra inesperada. Trascendió que el ministro Axel Kicillof tiene en carpeta y ya lo anda pregonando entre sus aliados sindicales un número de 15% máximo para el alza de los precios en 2015. La proyección busca en una primera instancia marcar un vector para que las paritarias se pauten con aumentos menores al 20%. Sin embargo, la iniciativa también involucra un costado cambiario. Sostienen en la City que para lograr domesticar a la inflación, el tipo de cambio en 2015 deberá estar cuasi fijo, algo que no habrá que dar por sentado, vistas las presiones que gravitan sobre el escenario financiero local.
«Al Gobierno le importa más el nivel de inflación y de dólar que el nivel de actividad. Las energías están dirigidas a lograr que las reservas caigan lo menos posible y a mantener el tipo de cambio nominal lo más fijo que se pueda. Cuanto más estable el dólar, más chances habrá de contener el paralelo, y la brecha cambiaria», señala un informe de Economía & Regiones.
«El Palacio de Hacienda intentará que las reservas caigan poco o nada y el dólar aumente lo menos posible para contener las presiones en el mercado de divisas y bajar algo la inflación con el objeto de preservar la actual estabilidad financiera», agrega el reporte.
Según los analistas consultados, el Gobierno aspira a un escenario que de máxima tenga una inflación del 29%, un dólar oficial a $ 9,80 (una devaluación promedio mensual del 1%) y un stock final de reservas en torno a los u$s 25.000 millones.
Para la gente de E&R, la contrapartida de este escenario sería un PBI contrayéndose 1,5%, que le sería «útil» al Gobierno «porque el estancamiento reduce el desequilibrio externo y la inflación financia el desequilibrio interno».
Ahora bien. Tres son las dudas que pueden condensarse en torno al escepticismo que gira con respecto a una inflación vigilada por el Gobierno en 2015. Por un lado, sostienen que Argentina enfrenta actualmente una estanflación por contracción de la oferta agregada, con lo cual una caída en el nivel de actividad no asegura disminuir la inflación.
Por otro lado, el contexto mundial y regional no «jugaría» a favor. La apreciación del dólar en el mundo continuaría. En la región el real brasileño se depreció 12% mientras que el peso mexicano y chileno lo hicieron por 20% y 13% respectivamente. Además, hay quienes suman no sólo que en un año electoral los argentinos podrían buscar refugio en el dólar presionando el tipo de cambio, sino también que el escenario exigiría que el Gobierno lograra despejar sus vencimientos de deuda para 2015, algo que no ha sucedido. En esta línea, otro factor que habrá que tener en cuenta es lo que ocurra con la política fiscal y monetaria. Sostienen en la City que un aumento del desequilibrio monetario alimentaría las expectativas de devaluación. «Se mantiene el sesgo expansivo de la política fiscal y monetaria en un contexto de falta de acceso al financiamiento», sostuvo en su reporte Rafael Di Giorno, de la firma Proficio Investment, quien confirma que no hubo cambios en esta materia a pesar de la nueva conducción de Alejandro Vanoli en el BCRA.

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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