El talento de los banqueros argentinos se queda en el exterior

Luego de la crisis del 2001, muchos profesionales de las finanzas dicidieron emigrar. Hoy forman un «club» que puede ayudar desde afuera al país
Cuando la presidenta Cristina Fernández explicó por qué se negaba a contratar un banco de inversión para llevar a cabo una compleja negociación de deuda por u$s 10.000 millones este mes, describió a los banqueros como estafadores con hambre de comisiones que infligen una «angustia permanente» en los argentinos.
La ironía es que Argentina tiene una red de expertos en finanzas en Wall Street tan densa y extensa que los de afuera se refieren a ella como un «club». La presidente podría haber solicitado asesoramiento al club que probablemente habría estado más que gustoso de ayudar.
Habiendo iniciado su carrera profesional en la década de 1990, cuando Argentina tenía la presencia en los mercados de capitales más grande de cualquier país en desarrollo, muchos de ellos se han dedicado a intentar encontrar una solución a la batalla legal de 13 años de Argentina con un grupo de acreedores holdout. Una posible solución, que muchos creen que será posible implementar el próximo año, permitiría al país volver a tomar préstamos del exterior y ayudar a reactivar su economía tambaleante.
«Podría decirse que se observa una suerte de aumento de talento argentino en Wall Street», afirma Chris Gilfond, el jefe en Argentina de la división de mercados de valores y capitales para América.
El fenómeno se evidencia particularmente en JPMorgan, el banco más grande de Estados Unidos en virtud de sus activos, donde Daniel Pinto es el jefe de la banca de inversión. Mencionado como un posible sucesor de Jamie Dimon, el director ejecutivo, Pinto también encabeza las bancas europea y africana en JPMorgan. Nicolás Aguzín, el jefe de JPMorgan Asia, es argentino, al igual que Martín Marrón, quien está a cargo de las operaciones en América Latina.
Asimismo, Gerardo Mato, otro coterráneo, es el presidente de la banca global para América del HSBC.
Los ejecutivos forman parte de una diáspora argentina que se fue del país hace más de diez años para forjar una carrera internacional. Pero, a diferencia de muchos de sus pares latinoamericanos que regresaron para trabajar en países de origen en auge tales como Colombia, la economía inestable de Argentina ha hecho que muchos se queden en el exterior.
El éxito de estos banqueros contrasta con la posición del país casi como un paria en los mercados financieros internacionales desde que sufrió el default en 2001. De hecho, la larga historia de inestabilidad económica del país proporcionó un terreno natural de aprendizaje para los hombres de las finanzas, dicen los banqueros. Para Pinto, su experiencia como argentino lo ayudó a «mantener la calma y la cabeza fría».
«Los argentinos, debido a la historia del país, han nacido para ser economistas», sostiene otro banquero argentino en Wall Street. «Uno crece aprendiendo sobre las monedas, la macroeconomía y la deuda».
«La flexibilidad mental que se requiere para tratar con Argentina los pone en una ventaja sobre los demás y les permite ser mejor que los directivos, tomadores de riesgo y solucionadores de problemas promedio», afirma un ejecutivo extranjero que trabaja en Argentina.
La enorme presencia de Argentina en los mercados internacionales de capital en la década de 1990, cuando el país era uno de los favoritos del mercado, también ayudó a desarrollar el talento local.
Entre 1995 y 2001, Argentina emitió casi u$s 60.000 millones en bonos internacionales, aproximadamente el doble que los gigantes de los mercados emergentes, como Brasil y Rusia, según Dealogic.
Aunque otros latinoamericanos también lograron entrar en el sector bancario en ese momento, el volumen de talento argentino en las finanzas internacionales es notable.
Fernández sigue teniendo una profunda desconfianza de los banqueros, dado el default de la deuda soberana en 2001.
«Ellos anhelan las políticas de deuda de Argentina de ese entonces, y terminan trabajando para los chicos malos, los holdouts», sostuvo Agustín DAttellis, economista. «Quieren acabar con la situación de los holdouts lo antes posible, a cualquier precio».
Es poco probable que esta apreciación goce de respaldo universal. De cualquier manera, la profunda necesidad del país de inversión fresca significa que los financistas argentinos tienden a desempeñar un papel en el futuro del país, al igual que el talento reimportado lo ha hecho en otros lugares.
Miguel Galuccio, un ex ejecutivo internacional de Schlumberger, el grupo de servicios petroleros, ha transformado YPF, la compañía petrolera nacional, desde que regresó a Argentina para convertirse en su ejecutivo principal hace dos años.
«La pregunta es cómo hacer que todas esas personas regresen para trabajar en favor de Argentina», sostuvo un banquero de Wall Street. «Podemos hacer mucho más por lograr eso».

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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