El consumidor está feliz, pero no lo atribuye más al modelo

La derrota del kirchnerismo en las primarias y las encuestas que le dan peor para octubre no tienen una explicación en las expectativas económicas. Aunque se habla de “fin de ciclo”, de “cambio de clima” y de que el Gobierno vive uno de sus peores momentos políticos, esa sensación no se percibe en los hogares, donde según indicadores privados hace cuatro meses que la confianza del consumidor no para de subir. ¿Qué está pasando?
La explicación, para los especialistas, surge en parte del interesante contrapunto que se observa entre la evaluación que los consumidores hacen sobre su situación financiera personal y la que realizan sobre la economía nacional. El informe Pulso Social 2013, de la consultora CCR –confeccionado a partir de 703 entrevistas a lo largo del país, junto con trabajos en focus grup y auditorías de mercado sobre 124 productos, entre otros métodos–, que comprende un detallado análisis de consumo, humor social, expectativas económicas y políticas, arroja datos contundentes: el 35% de los consultados considera que su situación personal es muy buena y tienen una perspectiva positiva para el año que viene en la misma proporción, mientras que sólo 13% considera su situación en forma negativa y 26% estima que estará peor el próximo año.
Pero al mismo tiempo se impone una mirada negativa sobre la economía nacional: el 51% consideró que la situación actual del país es mala o muy mala –frente a 14% que aseguró que era buena o muy buena– y para 2014 el 54% avizoró una mala situación y sólo 15% se mostró positivo.
Para la consultora, uno de los principales cambios que se observaron con respecto a 2012 es el surgimiento de un nuevo grupo en medio de la polarización política, al que llamaron “Bajemos un cambio” y que representa a quienes reclaman un menor nivel de crispación política.
Ese nuevo elemento eclipsó la mejora del índice de confianza de consumidor, que subió en el orden del 6% por mes en junio, julio y agosto, según la Universidad Torcuato Di Tella. En el mismo sentido mejoran las expectativas económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Luis Costa, director de Ipsos Mora y Araujo, señaló al respecto: “Los consumidores viven en una economía de la inmediatez, donde las condiciones están dadas para adquirir gran cantidad de bienes aun cuando eso no formaba parte de los planes familiares, pero eso no necesariamente está beneficiando políticamente al Gobierno, donde los resultados pueden variar fuertemente dependiendo del candidato que presenta”.
Hay más consumo pero por motivos macro que no tienen que ver con una mejora general. Compra porque no tiene acceso al dólar, porque suben los precios, no puede adquirir una vivienda o no tiene dónde invertir. El consumidor tiene momentos felices, pero no por eso se siente satisfecho con la situación general. De cara a los próximos meses, se espera que la inyección de pesos como resultado del alivio en el pago de Ganancias ($ 4.500 millones), el cobro de la segunda cuota de los acuerdos de paritarias y, en tercer lugar, los cambios en el monotributo, sigan reavivando el consumo en los últimos meses del año.
Se trata de un consumidor con un perfil más racional que busca optimizar el aprovechamiento de las promociones, los descuentos, los planes de cuotas sin interés, que son considerados un “derecho adquirido”.
En promedio, se recorren más locales antes de cerrar una compra –hoy el promedio supera las cuatro tiendas, casi una más que en 2012–, y se reparten las compras en varias visitas a los comercios con precios promedio más bajos que los del año pasado.
Pese a que la comparación del acumulado entre enero y julio de este año muestra un avance de 2,5% en las grandes cadenas con respecto al mismo período del año pasado, los argentinos esquivaron los locales más grandes para “evitar las tentaciones”, mientras que los más pequeños y cercanos a los barrios ganaron terreno con la apertura de locales.
Indec: PBI a tasas chinas
El PBI volvió a crecer a tasas chinas según el INDEC y cerró el segundo trimestre con 8,3% de alza contra el mismo período del 2012. De esta forma, en los primeros seis meses del año acumuló una suba de 5,8% y el repunte de la actividad fue hasta 3 puntos mayor a lo estimado por las consultoras privadas. Con esas cifras, ayer los cupones atados al PBI subieron entre 0,8% y 2%, en pesos y dólares, respectivamente.
La mayor actividad económica estuvo explicada por el consumo de servicios y, en segundo lugar, bienes. La inversión, en tanto, creció 16,2% entre abril y junio amparada en un crecimiento del 4,8% de la inversión en construcciones y en el aumento del 30,5% en máquinas para la industria, según los datos oficiales. La inversión representa el 22,7% del PBI, lejos de su récord de casi 25% en 2010 y del 29% que pretende el Gobierno.

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