Oscar Lescano. «Fui oficialista de todos los gobiernos»

Histórico referente de los Gordos, defiende su relación con Menem y su adhesión actual, con matices, al kirchnerismo; mitos y secretos de un poderoso. Foto: LA NACION / Mariana Araujo
– Tiene 80 años. Usted está de vuelta, ¿no Lescano?
– ¡Más vale, yo no le tengo miedo a nada! Ahora va a salir en una revista que tengo una casa en San Isidro, dos 4×4. Antes cuando publicaban algo así me ponía loco. Ahora me río, me importa un pito.
Los presidentes pasan, los «Gordos»quedan. Oscar Lescano es secretario general de Luz y Fuerza desde hace 28 años. Lo que sigue es una parte significativa de la sesión que tuvo lugar el jueves pasado en el Salón Rojo de la sede que el sindicato tiene en Defensa al 400. Archívese en la historia clínica-política del paciente.
-Me contaba que esta sede es como su casa. ¿Cómo será esto de sentir que todo lo que está acá es suyo, pero a veces tomar conciencia de que no lo es?
-Es feo. A veces pienso, «¿cuándo me voy yo de acá?». El día que me vaya y no venga más, me muero. Yo tengo terror a irme, no me quiero ir. Yo me veo en mi casa, que no voy a venir más, que nadie me va a llamar por teléfono (risa, tal vez nerviosa) me vuelvo loco.
-Se lo ve muy lúcido sus 80. ¿El poder rejuvenece?
-¡Totalmente!
-¿Sí?
-(Agita la mano para exagerar). ¡Ufff!
-¿Quién fue su «padre político?
-Antonio Cafiero. Yo en la pelea Cafiero-Menem aposté a Menem, pero le dije a Cafiero: «Aflojá y andá en una lista con él porque va a ganar». Nosotros ahí vimos que Menem ganaba de aquí a la luna porque a todo el mundo le encantaba como hablaba y las cosas que prometía. Después hizo todo al revés.
-Me obliga a tomarle ya mismo el test de Rorschach. ¿Qué ve en esta mancha? (Se le muestra un prendedor que dice «Menem Presidente, 1989»).
-(Achina los ojos). Yo lo ayudé mucho a Menem. él me ayudó mucho a mí. (Se retracta) Él no me ayudó mucho, hizo lo que pudo. Yo siempre reniego cuando dicen «todos hacían lo que quería Menem». ¡No! ¿Quién le hizo más paros a Menem que nosotros en el gremio? A los 20 días que él asume nos llama a una reunión que participamos unas 25 personas y nos dice «¿Con quién me caso? ¿Con la Unión Europea o con los americanos?» Ahí saltó Jorge Born y dijo: «Yo estoy de acuerdo con los americanos porque ellos me van a dar muchos préstamos, mucho dinero». Era lo que necesitábamos nosotros para despegar el país, estábamos muertos. Menem dio una cifra que no recuerdo exactamente, pero era una cifra insignificante y era todo lo que había en el Banco Central. Dijo que con eso no se podía hacer nada y que había que decidir quién nos iba a prestar la plata. ¿Cómo seguían funcionando todas las empresas que eran del Estado? Estaban todas quebradas.
-De hecho usted tiene una declaración que dice: «Con Segba la experiencia fue tan mala que nosotros terminamos pidiendo que se privatizara».
-¡Claro, a lo último se robaban todo! La culpa fue de las deudas que teníamos con el FMI por culpa de los militares.
-Parecía que con las privatizaciones llegaba la solución mágica, pero de repente empiezan a echar gente. ¿Qué siente cuando ve esto? (Una copia de una tarjeta de fichaje de Segba de 1980)
-Momentos de amargura, porque yo tenía posibilidad de hablar cuando quería con Menem, lo llamaba, le decía vení y hablaba con él. Le decía que no podía ser que una empresa que ahora está privatizada empiece a echar gente. Lo repito con toda la voz que tengo: ¡Malos chilenos, malos españoles y malos franceses! Juntos los tres nos mataron. Entonces yo le decía a Menem: «Vamos despacio, loco ¿Qué están haciendo?» Ahí empezaban a caerse torres y dejaban a 400.000 clientes sin luz y yo no tengo miedo en decirlo.
-¿Qué es lo que está diciendo?
-Había ingenieros que eran despedidos y que sabían qué era lo que había que tocar. Iban y tiraban la torre a la mierda. Una torre de alta tensión tiene 16 riendas. Cortando una sola.
-Pero usted daba el OK.
-(Tono agudo) ¿Ma’ que daba el OK? Yo no podía decir nada, no podía decir ni que sí ni que no. (Guiña el ojo)
-Según lo que cuenta, la privatización con la que estuvo de acuerdo, después se le fue de las manos.
-Hice asambleas, hice plebiscitos para que se vote qué es lo que se tenía que hacer. Yo les explicaba por qué tenían que decir que sí, porque si no, nos moríamos de hambre solos.
-Todos los lectores están pensando en este preciso momento y a coro: «Lescano recibió dinero por la privatización».
-(Escandalizado) ¡No, jamás! Por Dios, porque se me muera mi chico ahora. Todos mis hijos que mueran, tengo 7 hijos y 22 nietos. Jamás me ofrecieron una moneda y jamás la pedí. Después por supuesto que venían nuevas inversiones. Venían para que vos los ayudés y te ofrecían, sin duda. Venían chilenos acá todas las semanas con una valijita y venían a pedir ayuda, nosotros los ayudábamos dándole información.
-¿Una valijita?
-La valijita tenía papeles, documentos. Era una forma de decir. Iban chilenos a la casa de los trabajadores y le decían a la señora mientras el marido estaba trabajando que le avise a su esposo que se vaya porque si no lo iban a echar y así conseguían que el tipo se fuera, por miedo. ¿Qué hacemos? Hacíamos paro y echaban más gente. Menem ahí no nos pudo ayudar. Yo hablaba con él, él llamaba al ministro de trabajo que me daba la razón y por el otro lado venía Cavallo y decía que no. Cavallo me decía «¿Qué tiene de malo que quieran amortizar? Es el ejercicio del poder y de la facultad que tiene todo privado o inversionista». Yo le decía que era sanguinario.
-Usted durante la dictadura fue a reclamar por el secretario general del gremio, Oscar Smith. Reclamó por su compañero desaparecido. ¿Después reclamó con el mismo fervor por los puestos de trabajo desaparecidos?
-¡La pucha! Te vuelvo a repetir que varios paros hicimos nosotros. Tratamos de conseguir una remuneración de raje mejor. Nos adaptamos a negociar y pedirle a toda esa gente, a Menem, que parara la mano. El que no paraba la mano era Cavallo.
-Si usted tuviera en este momento en frente suyo a un despedido durante la privatización de Segba, ¿qué le diría mirándolo a los ojos?
-Que lo lamento. Es más, los he ayudado mucho, han entrado muchos trabajadores de vuelta como efectivos, muchos.
-¿Qué pasaría si hoy se junta con Menem a hacer un balance de aquellos tiempos?
-Le reprocharía eso, que él no nos ayudó.
-Acá tengo un recorte de un tema que en su momento dio vueltas entre algunos ultra K. Dice: «El Gobierno piensa estatizar los fondos de las obras sociales»
-(Tono serio y seco) Yo eso lo descarto totalmente. Mi gremio aporta $ 600 por mes al PAMI para que le dé servicio a los jubilados, pero los jubilados van a la obra social mía porque se ven beneficiados y están recontra contentos.
Si funciona bien, más motivos para sacarle esa caja.
-Ah, no. ¿Para sacarme la caja?
-Claro. La hipótesis es que el Gobierno fuera «por todo» en serio. Y en ese «todo» estuvieran las Obras Sociales.
-Mirá. Esto te lo dice Oscar Lescano, publicalo bien grandote y no lo digo por Lescano, lo digo por todos, porque conozco el sentimiento de cada secretario general: el día que nos quieran tocar las obras sociales, estatizarlas, privatizarlas o querer hacerle cualquier cosa, le vamos a declarar la guerra total, van a tener que matarnos a todos.
-¿Qué ve en esta foto? (Hugo Moyano con su hijo Pablo)
-Yo pienso que Kirchner y este gobierno (duda) -vamos a decir Kirchner mejor- le dio al movimiento obrero, en la cabeza de Moyano, lo que ningún otro gobierno peronista, ni ningún otro gobierno, nos dio.
-Todos tienen su ego y yo voy a probar el suyo: ¿por qué Moyano consiguió más que usted?
-¿Moyano consiguió más que yo? No, disculpame. ¿Qué consiguió? Moyano no consiguió nada, todo se lo dio Néstor.
-¿De dónde viene su rivalidad con Moyano?
-Yo no tenía nada con él. Empieza cuando lo llevaron a hacer entrevistas con chicos de las universidades y empieza a decir que nosotros traicionamos al movimiento obrero. Que éramos alcahuetes de Menem.
-De manera que usted empezó a pegarle porque él pegó primero.
Pero claro, yo te voy a decir algo: Oscar Lescano fue oficialista en todos los gobiernos y repetilo cuantas veces quieras. Soy peronista, pero fui muy amigo de Alfonsín.
-Eso de «oficialista en todos los gobiernos» lo dice como un mérito.
-Mi obligación no es hacer lo que a mí se me antoja, yo tengo que defender los intereses del trabajador y negociar con el poder político que esté de turno. Si estás todo el día puteando contra el gobierno, ¿cuándo hacés gestión? Sos un pícaro, quedás bien con todo el mundo pero decime: ¿cuál es la gestión que hace la CTA? Cuando yo digo que soy oficialista de todos los gobiernos digo que tengo la responsabilidad de conducir. Yo soy peronista a muerte, pero cuando me siento con un radical trato de negociar en beneficio de lo que yo represento, para eso me eligieron.
-Ahora Moyano se largó a su carrera política. En su momento quería ser el Lula argentino.
-(Se ríe) ¡No puede ser nunca! ¡No comparemos, hermano! Lula es una palabra mayor, un obrero, un laburante, una capacidad intelectual de la puta madre. ¿Dónde está la intelectualidad de Moyano? No jodamos. Ubaldini era mucho más que Moyano y le fue para la mierda.
-Pablo Moyano también lo relacionó con los 90.
-¿Quién es Pablito Moyano? ¿Cuántos años tenía en los 90? (carcajada). Él repite lo que dice el padre, lo que dice Piumato. ¡Piumato! Un muchacho que no tiene gremio, no tiene convenio colectivo de trabajo, no tiene obra social. Menem les dio todo. (Piensa lo que dijo). ¿Menem dije? Néstor Kirchner. Kirchner dio todo lo que el movimiento obrero pidió y lo que no pidió también se lo dio.
-Pasemos al tema Ganancias. Usted ya avisó que hay muchos operarios que no hacen horas extra porque terminan perdiendo plata.
-Hay un riesgo jodido y se lo dije a la viceministra de trabajo y también a Axel Kicillof. Si la gente deja de hacer horas extra se va a afectar el servicio.
-Esta nueva CGT se casó con el gobierno. ¿Cuánto tiempo puede durar la luna de miel si no les resuelven Ganancias?
-Treinta días, cuarenta días, máximo.
-¿En cuarenta días qué les tienen que dar?
-Una respuesta y no muy dura.
-Debe ser complicado hacer equilibrio en esta nueva CGT, entre el Gobierno y los trabajadores.
-No, bien clarito: yo adhiero a esta gestión de gobierno, al modelo no totalmente, creo que faltan algunas cosas, pero antes que nada está el trabajador. Si el gobierno perjudica a mi trabajador me peleo con el Gobierno.
-Usted consiguió para sus trabajadores que se les consideren remunerativos $ 2000 que quedaban afuera. Se lo aceptó Kicillof. ¿Cómo fue el encuentro entre el pequeño rubio y el gran morocho?
-(Se ríe) Venimos hablando seguido, estuve reunido con él, con De Vido, Baratta y (Augusto) Costa. Me citaron porque yo había dicho públicamente que los funcionarios estaban todos durmiendo.
[En ese momento entra un asistente y Lescano aprovecha para pedir que le traiga «los cuadros de Página 12». Entonces traen dos tapas encuadradas: Una de julio de 1992: «La CGT decide realizar antes de fin de mes su primer paro nacional contra Menem». Y la segunda, de 1993, con una declaración de Lescano de entonces: «Menem nos va a cagar a todos». El «paciente» las exhibe con orgullo e invita a Mariana a que les saque una foto.]
-¿Me deja hacerle un señalamiento, Lescano? ¿Se dio cuenta de cuánto le pesa el menemismo?
-(Frunce el seño) ¿Me pesa en qué sentido?
-Y. Necesita mostrar esas tapas. Como si fueran un certificado de que fue un poco opositor.
-(Serio). Necesito mostrar las tapas, claro. ¡Hay que vivir lo que vivimos nosotros! Era muy fácil para algunos muchachos irse y pelear desde afuera, como hizo Moyano. ¿Y quién hacía gestiones?
-En el 92, Noticias publicó que su casamiento le costó 500.000 dólares.
-¡Que locura!
-¿Cuál es tu situación actual?
-Estoy divorciado legalmente
-¿No está en pareja?
-No, para nada. Vivo con mi hijo que tiene 30 años.
¿»Algo» de vez en cuándo?
-(Se ríe) Todavía el físico me da.
-¿Pastilla azul?
-Lo he probado muchas veces y me hace bien. Me dijo el médico que lo tome.
-Tenga cuidado. Usted tiene dos stent.
-(Risas) Sí, no hay problema. Hasta cien podes consumir me dijo, con el cuerpo que tengo… Entre que va y viene por la sangre, no hay problema. Pero me habías hecho una pregunta.
-La del casamiento.
-¡Ah, que pavada! Nos casamos en el gremio, con todo del gremio y una empresa de catering, de confitería. Eso me lo facilitaban ellos para pagarlo como yo quería. Me han inventado cada barbaridad. Mirá: mi ex mujer, que estaba medio chapita y ahora está del todo, dijo que yo tenía 600 millones de dólares.
-¿Y cuánto tendrá, más o menos?
-(Sonríe, incómodo) No me hagas decir cosas que no debo decir.
-¿Por la AFIP? Ellos deben saber que usted tiene una linda casa en San Isidro.
-Con la AFIP no tengo problemas, tengo una casa linda, importante.
-¿Está a tu nombre?
-No, está a nombre de una sociedad que yo compré.
-¿Qué piensa de la pelea Clarín vs Gobierno?
-Clarín es jodido. Toda su historia sacó y puso todos los puestos del Gobierno, pero eso no hace que le tapen la boca, dejalos que hablen.
-¿Qué tiene que pasar el famoso 7-D?
-No tiene que pasar nada, no puede ser que le saques algo a Clarín para dárselo a un amigo tuyo. Es verdad que a veces miente Clarín. Cuando es así defendete, demostralo. No es bueno callar a alguien porque no me gusta lo que dice.
-Mire lo que traje: una cinta métrica. Usted está acá, en el 80.
-Uh, ¡cuánto, ¿no?
-Ponga el dedo. ¿Hasta dónde supone que va a vivir?
-Yo, hasta acá, hasta el 95. Si me ayudan Dios y Juan Pablo II.
-Hasta los 95. ¿Qué quiere que pase en su vida política y gremial en estos últimos 15 centímetros?
-La conquista, por la que estamos trabajando, es la de la jornada laboral de 7 horas en vez de 8.
-Barrionuevo tiene su gran frase: «hay que dejar de robar por dos años». ¿Cuál sería su gran frase?
-Tendría que pensarlo, pero Barrionuevo dice eso y no se equivoca, porque en mayor o menor medida todos tenemos algo que ver con eso que dijo Barrionuevo.
-¿Y usted tiene que ver mucho, poquito o nada?
-Yo tengo una satisfacción tan grande. Hay cosas que no se pueden decir acá. ¿Quién puede decir que uno no se beneficia de lo que el gremio genera? Pero del sindicato de Luz y Fuerza jamás ningún dirigente metió la mano en la lata. Quizás hubo otros beneficios que vinieron por otro lado. El sindicato te da poder. Te abre puertas por todos lados. Lo que a lo mejor vale diez te lo dan en dos o te lo regalan con tal de tener una relación con vos.
-Se ve que le gusta el poder. Le brillan los ojos.
-Sí, sí, me gustó desde siempre.
-¿Si entra un muchacho joven del gremio y le dice: «Oscar, páseme la posta, su hora ya pasó»?
-Yo le voy a decir «entrá, ¡pero no me saqués a mí, loco»!
-Usted dijo que está en contra de la re re de Cristina.
-Sí, dije que no me gustaba. Entonces me preguntaron hace cuanto que estoy yo. Pero no se puede comprar un sindicato con el gobierno.
-Si hubiera una reforma de la Constitución y Cristina lo invitara a la ruleta -a usted que le gusta tanto- ¿le juega al 2015?
-En la medida que no surja un candidato de la oposición con el carisma que debería tener hoy un candidato, sí.
-Aprovechando lo de la ruleta ¿Le juega una ficha a alguien?
-¿Ahora? ¡Ahora a nadie, nooooo! El único que me gustaría es Scioli. Scioli me gusta mucho, podría ser.
-Si se publica esto lo van a meter en el freezer.
-Entonces no lo pongas.
-¿Usted tolera a sus 80 este juego del freezer?
-No, así que mejor ponelo clarito: me gusta Scioli.
-¿Usted está de vuelta, no Lescano?
-¡Más vale, yo no le tengo miedo a nada, me importa un pito!
-¿Se sintió cómodo en la sesion? ¿Quiere agregar algo?
-No, yo agradezco. Siento que es como un homenaje que me están haciendo.
-¿Dejamos acá?
LESCANO, OSCAR ADRIÁN
Edad: 80 años
Ocupación: Secretario general de Luz y Fuerza. «Gordo»
Observaciones: Paciente de muy buen ánimo, lúcido y con memoria intacta
Motivo de consulta: Si bien está vigente y activo, sobrevuelan los fantasmas del retiro.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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