Pichot descansa y trabaja al mismo tiempo en un parador de Pinamar. Foto: Rodrigo Néspolo
PINAMAR.- En el ajedrez político, una imagen puede tener la fuerza de las palabras. Por eso, la foto de un desafío de paddle con Sergio Massa dispara versiones sobre el posible nuevo desembarco del ex puma Agustín Pichot en la función pública.
Corre con insistencia el rumor sobre una futura postulación a intendente de San Isidro para rivalizar con la dinastía Posse, en 2015. Pero todavía no hay nada sellado. Ni siquiera está firme si Pichot formalizará su alianza con el jefe municipal de Tigre y su Frente Renovador. Sucede que la popularidad del rugbier seduce también a Daniel Scioli y a Mauricio Macri. Incluso, es un faro de interés para el kirchnerismo: dicen que hasta Carlos Zannini está tentado a invitarlo a su carpa del balneario Cocodrilo para tomar un café.
En su libro autobiográfico sobre liderazgo, en el que escribe a corazón abierto, Pichot plantea que a la palabra revolución, en ocasiones, habría que quitarle la «r». «Me gusta la idea de evolución», apunta, casi como una muletilla.
En unas vacaciones combinadas con trabajo, Pichot charla con LA NACION sobre un eventual regreso a la política. Alerta sobre la eterna polarización de la sociedad y considera que hubo «conveniencia» en el uso de las declaraciones de Ricardo Darín sobre el patrimonio de los Kirchner.
«No soy parte de una contienda política. Hoy es difícil decir algo malo y que no lo tomen como un ataque. Darín se metió en un quilombo que no quería. El sistema está buscando gente que hable para usarla como le convenga. Vivimos en una antinomia permanente: unitarios y federales, peronistas y radicales. Y hoy eso está cada vez más álgido. Los extremos son siempre malos», opina Pichot, un conocedor de la trastienda política: en carácter de deportista fue recibido por los presidentes Carlos Menem, Fernando de la Rúa, y Néstor y Cristina Kirchner. También trabajó para el ex gobernador de Chubut, el peronista Mario Das Neves.
-¿Va a meterse otra vez en política?
-En el caso en que decida jugar en la política nacional o municipal, voy a preparar mi equipo, que todavía no lo tengo. Es como en los Pumas, el equipo no era yo solo. Es cierto que hablé con Sergio [Massa], porque tenemos una gran relación por lo deportivo y por la afinidad. También hablé mucho con Daniel [Scioli], porque tenemos el deporte en común. Desde hace cinco años que estoy haciendo política, pero desde el deporte. Me ofrecieron dirigir los Pumas y lo rechacé, pero sentí que tenía que llevar la revolución que hicimos en la cancha a la estructura de la Unión Argentina de Rugby. Reordenamos la UAR y hoy está entre las diez mejores del mundo.
-Pero la política es diferente. En su momento lo acusaron por mal manejo de fondos cuando fue una suerte de embajador de Chubut en París?
-Pensé que era más fácil la administración pública. Uno lo hizo de inocente, tal vez. La consecuencia y la coherencia son iguales en cualquier lugar donde haya una gestión. Y está bien que la gente exija transparencia donde hay fondos que no son fondos privados. Las acusaciones fueron falsas: dijeron que usé el avión de la gobernación, que tiene seis lugares, para viajar con los Pumas, pero el equipo es de 15 jugadores.
-¿Lo desilusionó lo que pasó en ese momento?
-Me criticaron por meterme. Pensé que podía acercar a las pymes y ayudarlas a abrir otros mercados. Cuando Mario [Das Neves, ex gobernador de Chubut] me lo propuso, no tenía necesidad económica, sólo quería ayudar. La experiencia me enseñó un montón de cosas, como me pasó en los Pumas. Acá pasó lo mismo, pero con un interna política de Chubut. Las zancadillas también son parte del juego?
-Además de haber hablado con Massa y Scioli, ¿se acercó algún otro político?
-Aclaro que hablé oportunamente con ellos. Con Mauricio [Macri] también nos juntamos por afinidad, es una gran persona. Pero vuelvo a lo mismo: cuando uno no está metido en el sistema, busca opiniones y cosas en común.
-¿Y con el kirchnerismo?
-Daniel [Scioli] es oficialista. Pero otras situaciones me llevaron a hablar con Mariano Recalde por un tema de Aerolíneas Argentinas con la UAR [Unión Argentina de Rugby] y porque fui uno de los que apoyaron la ley de deportes para todos, para que la TV pública transmitiera los partidos de rugby. Pero, por ejemplo, con Claudio Morresi [el secretario de Deportes de la Nación] hablé poco y nada.
-¿Por qué cree que la política va en busca de los deportistas?
-Por la honestidad y la disciplina. Porque en el deporte cuando hay un problema, hay que resolverlo.
RANDAZZO PICA EN PUNTA
La costa suele ser una ventana para los políticos. Y hay dos ministros kirchneristas que lo entienden a la perfección: se trata de Florencio Randazzo [Interior y Transporte] y de Juan Manzur [Salud]. Ambos levantaron los stands de sus ministerios en la zona más transitada de la avenida del Mar y muestran su gestión a través de folletos y videos, quizás, esperanzados en una futura candidatura. Por ahora, Randazzo pica en punta: en su stand siempre hay fila para gestionar el nuevo DNI o el pasaporte electrónico..
PINAMAR.- En el ajedrez político, una imagen puede tener la fuerza de las palabras. Por eso, la foto de un desafío de paddle con Sergio Massa dispara versiones sobre el posible nuevo desembarco del ex puma Agustín Pichot en la función pública.
Corre con insistencia el rumor sobre una futura postulación a intendente de San Isidro para rivalizar con la dinastía Posse, en 2015. Pero todavía no hay nada sellado. Ni siquiera está firme si Pichot formalizará su alianza con el jefe municipal de Tigre y su Frente Renovador. Sucede que la popularidad del rugbier seduce también a Daniel Scioli y a Mauricio Macri. Incluso, es un faro de interés para el kirchnerismo: dicen que hasta Carlos Zannini está tentado a invitarlo a su carpa del balneario Cocodrilo para tomar un café.
En su libro autobiográfico sobre liderazgo, en el que escribe a corazón abierto, Pichot plantea que a la palabra revolución, en ocasiones, habría que quitarle la «r». «Me gusta la idea de evolución», apunta, casi como una muletilla.
En unas vacaciones combinadas con trabajo, Pichot charla con LA NACION sobre un eventual regreso a la política. Alerta sobre la eterna polarización de la sociedad y considera que hubo «conveniencia» en el uso de las declaraciones de Ricardo Darín sobre el patrimonio de los Kirchner.
«No soy parte de una contienda política. Hoy es difícil decir algo malo y que no lo tomen como un ataque. Darín se metió en un quilombo que no quería. El sistema está buscando gente que hable para usarla como le convenga. Vivimos en una antinomia permanente: unitarios y federales, peronistas y radicales. Y hoy eso está cada vez más álgido. Los extremos son siempre malos», opina Pichot, un conocedor de la trastienda política: en carácter de deportista fue recibido por los presidentes Carlos Menem, Fernando de la Rúa, y Néstor y Cristina Kirchner. También trabajó para el ex gobernador de Chubut, el peronista Mario Das Neves.
-¿Va a meterse otra vez en política?
-En el caso en que decida jugar en la política nacional o municipal, voy a preparar mi equipo, que todavía no lo tengo. Es como en los Pumas, el equipo no era yo solo. Es cierto que hablé con Sergio [Massa], porque tenemos una gran relación por lo deportivo y por la afinidad. También hablé mucho con Daniel [Scioli], porque tenemos el deporte en común. Desde hace cinco años que estoy haciendo política, pero desde el deporte. Me ofrecieron dirigir los Pumas y lo rechacé, pero sentí que tenía que llevar la revolución que hicimos en la cancha a la estructura de la Unión Argentina de Rugby. Reordenamos la UAR y hoy está entre las diez mejores del mundo.
-Pero la política es diferente. En su momento lo acusaron por mal manejo de fondos cuando fue una suerte de embajador de Chubut en París?
-Pensé que era más fácil la administración pública. Uno lo hizo de inocente, tal vez. La consecuencia y la coherencia son iguales en cualquier lugar donde haya una gestión. Y está bien que la gente exija transparencia donde hay fondos que no son fondos privados. Las acusaciones fueron falsas: dijeron que usé el avión de la gobernación, que tiene seis lugares, para viajar con los Pumas, pero el equipo es de 15 jugadores.
-¿Lo desilusionó lo que pasó en ese momento?
-Me criticaron por meterme. Pensé que podía acercar a las pymes y ayudarlas a abrir otros mercados. Cuando Mario [Das Neves, ex gobernador de Chubut] me lo propuso, no tenía necesidad económica, sólo quería ayudar. La experiencia me enseñó un montón de cosas, como me pasó en los Pumas. Acá pasó lo mismo, pero con un interna política de Chubut. Las zancadillas también son parte del juego?
-Además de haber hablado con Massa y Scioli, ¿se acercó algún otro político?
-Aclaro que hablé oportunamente con ellos. Con Mauricio [Macri] también nos juntamos por afinidad, es una gran persona. Pero vuelvo a lo mismo: cuando uno no está metido en el sistema, busca opiniones y cosas en común.
-¿Y con el kirchnerismo?
-Daniel [Scioli] es oficialista. Pero otras situaciones me llevaron a hablar con Mariano Recalde por un tema de Aerolíneas Argentinas con la UAR [Unión Argentina de Rugby] y porque fui uno de los que apoyaron la ley de deportes para todos, para que la TV pública transmitiera los partidos de rugby. Pero, por ejemplo, con Claudio Morresi [el secretario de Deportes de la Nación] hablé poco y nada.
-¿Por qué cree que la política va en busca de los deportistas?
-Por la honestidad y la disciplina. Porque en el deporte cuando hay un problema, hay que resolverlo.
RANDAZZO PICA EN PUNTA
La costa suele ser una ventana para los políticos. Y hay dos ministros kirchneristas que lo entienden a la perfección: se trata de Florencio Randazzo [Interior y Transporte] y de Juan Manzur [Salud]. Ambos levantaron los stands de sus ministerios en la zona más transitada de la avenida del Mar y muestran su gestión a través de folletos y videos, quizás, esperanzados en una futura candidatura. Por ahora, Randazzo pica en punta: en su stand siempre hay fila para gestionar el nuevo DNI o el pasaporte electrónico..
Un impresentable! Tiene la madurez mental de un nene de 4 años o es un mercenario HPD.