Postal N° 1: 1945- 1947
El primer secretario general de la CGT bajo el gobierno de Perón fue Luis Gay, proveniente de la Federación de obreros y empleados telefónicos. Gay, junto a Cipriano Reyes y muchos otros dirigentes sindicales (los que Juan Carlos Torre denominó la “Vieja Guardia Sindical”) que apoyaron la obra de Perón al frente de la Secretaria de Trabajo y Previsión Social, fueron partícipes necesarios del 17 de octubre de 1945 y del triunfo electoral del 24 de febrero de 1946 creándole al entonces Coronel la herramienta partidaria constituida en torno al Partido Laborista. Una vez iniciado el primer gobierno peronista, la estrategia sindical del líder cegetista comenzó a tomar una dirección distinta a la anhelada por Perón. La autonomía del gobierno proclamada por Gay colisionaba de frente con la estrategia presidencial de construir una central obrera fuertemente asociada al gobierno y pilar de la transformación económico y social que se avecinaba. En ese sentido, las estrategias del poder ejecutivo y del líder sindical se encontraban en abierto antagonismo y el resultado de este enfrentamiento fue el triunfo de Perón y la expulsión de Gay al frente de la CGT. A su vez, Perón disolvió el Partido Laborista y unificó sus apoyos en torno al Partido Único de la Revolución, lo que a la postre sería el Partido Justicialista.
Postal N° 2: 1952
El segundo secretario general de la CGT, luego de la caída en desgracia de Gay, fue José Espejo, de la Federación Obrera de la Alimentación. Durante los 5 años que Espejo condujo la central de trabajadores construyó una excelente relación personal con Eva Perón la cual tuvo dos hechos que lo grafican de manera notable: el Cabildo Abierto del 22 de agosto de 1951 propuesto y organizado por la CGT para ungir la candidatura de Eva a la vicepresidencia, que luego la “abanderada de los humildes” rechazó, y las armas encargadas por la esposa del General desde Holanda para defender al gobierno popular y custodiadas por la CGT, que más tarde Perón bochó.
Luego de la muerte de Evita, la suerte de muchos de sus aliados naufragaron al compás de la creciente “burocratización” de la administración peronista. En el día de la lealtad de 1952, Espejo fue abucheado por la multitud de trabajadores (en un trabajo de pinzas, según Galasso, por parte del ministro de educación y sus aliados sindicales de aquél entonces, en el cual no estaba involucrado Perón) y se vio obligado a dimitir. En este caso, a diferencia del “caso Gay” no se trató de proyectos diferentes, sino de la pérdida de legitimidad del líder sindical que frente a una colmada Plaza de Mayo se vio cuestionado por sus propias bases.
Postal N°3: 1966
Luego del golpe militar a Perón de septiembre del 55, la CGT pasó por varios momentos que transitaron desde la ilegalización, la normalización, la intervención y la recuperación. Luego de años de lucha y persecución, Augusto Timoteo Vandor se erigió como líder del sindicalismo y fue, aún sin ostentar el título, el principal dirigente gremial de los años sesenta. Su hábil estrategia política le permitió maniobrar en esos años en las que el país alternó la semilegalidad democrática con la clausura del ciclo electoral de los años 1955 y 1966, y convertirse en un virtual sucesor de Perón al frente del Movimiento. Durante aquellos años, el líder exiliado dejó jugar las fichas autónomas del dirigente de la UOM en el plano sindical, e inclusive político, para oponer la mayor resistencia cuando Vandor planteó de manera abierta el proyecto del “peronismo sin Perón”. En el momento en que el ex presidente vio cuestionado su lugar al frente del Movimiento (la primera vez en la historia en que esto sucedía) reaccionó de manera directa frente a tamaña indisciplina en dos espacios: creando “las 62 Organizaciones de pié junto a Perón” (dividiendo el espacio sindical) y enviando a su esposa Isabel Martínez con expresas directivas de acabar con la insubordinación (en el plano político). Se trató del segundo momento en que Perón incursionó de lleno en la interna sindical, con el mismo resultado.
Postal N° 4: 1973
Desde el año 1970, José Ignacio Rucci había sido elegido secretario general de la CGT. Eran los tiempos en los que la guerrilla, en el dispositivo estratégico de Perón, jaqueaba al régimen militar y lo obligaba, en la retirada, a negociar con él. En esos instantes Perón hablaba de “la juventud maravillosa y esclarecida” y de “los viejos que no están en la evolución” para traducir el tiempo histórico convulsionado de los años setenta. La CGT mientras tanto, esperaba su momento y jugaba a que el líder exiliado ungiera alguno de sus candidatos (en especial Cafiero) en la fórmula presidencial de las elecciones que se avecinaban en marzo de 1973. Sin embargo, Perón, lejos de escuchar los anhelos cegetistas, jugó la “carta” de la lealtad absoluta con Cámpora- Solano Lima.
Enterados del desaire, Rucci y otros dirigentes sindicales sacaron boleto a Paraguay para protestarle en la cara a Perón por la selección del binomio presidencial que los dejaba sin representación. Todavía resuena la queja del líder cegetista “podía poner una escoba, que nosotros por lealtad la votábamos, pero esto…”. La historia continuó y “el aguante con quejas” de la CGT tuvo su premio en los años posteriores. A pesar de las puteadas, Perón mantuvo a su secretario general y luego de la vuelta a la institucionalidad en mayo de 1973, el sindicalismo se convirtió en una pata central del Pacto Social.
Postal N° 5 (y última): 1989
Luego de los 14 paros durante el gobierno de Alfonsín, la figura del cervecero Saúl Ubaldini, rankeaba bien arriba en el interior del peronismo. El cascoteo a la administración alfonsinista se convirtió en uno de los arietes del desgaste del radicalismo en el gobierno (los otros fueron las torpezas de Alfonsín y el juego sucio de los empresarios que lo querían todo para sus arcas, como siempre). El ascenso de Carlos Menem a la presidencia a mediados de 1989 marcó el fin de la estrella ubaldinista. El proyecto privatizador neoliberal del ex gobernador de La Rioja necesitaba, como garantía de triunfo, de una CGT disciplinada detrás de su figura y haciéndole el aguante al modelo de exclusión en desarrollo. Para ello era necesario dejar afuera a los principales dirigentes “duros” y “resistentes” al modelo y dividir (para hacerla más débil y por ende con menor capacidad de resistencia) a la CGT. El objetivo menemista se cumplió con creces y un sindicalismo dividido (del 89 al 92) y endeble (con dirigentes gremiales sin peso propio y adherentes sin fisuras al proyecto menemista) fue la consecuencia de la estrategia de líder peronista.
Las 5 postales de la relación entre un gobierno peronista y el sindicalismo nos muestran diversas estrategias (y resultados) por parte de la conducción política. En el caso de Perón, su incursión en el campo de la conducción gremial se dio en dos ocasiones (1946- 47 y 1965- 66) en las que vio desafiada su autoridad y en donde el status quo de la relación la movió el conjunto sindical. En el caso de Menem, fue evidente que su decisión de descabezar la dirigencia sindical dura iba de la mano de la implementación de un modelo económico excluyente.
Luego de este repaso veloz, volvamos al 2012: ¿Dónde encuadrar, si se puede hacerlo, el conflicto entre Cristina y Moyano a partir de esta evidencia histórica?¿Tiene aristas comunes con alguna de las mencionadas?¿Se trata de una nueva forma de relación entre gobierno y sindicatos?. Para entrar más de lleno en los interrogantes: ¿las relaciones entre el peronismo en el gobierno y la CGT deben ser siempre armónicas o hay lugar para la tensión dentro de ellas? O como siempre se pregunta el Escriba: ¿las tensiones que se plantean entre el gobierno y la CGT son «políticas» o «sindicales»?. Por último, ¿es funcional una CGT dividida para avanzar en la profundización del modelo nacional y popular?¿Por qué motivos Cristina movió el status quo de la relación?
Foto.
la nota es bien clara.Cabe preguntarse el origen del asesinato de Rucci,de paso.Por mi parte.tengo que concluir que la CGT le «sirve» al peronismo en cuanto el pacto signifique apoyo a cambio de la consideracion relativa de los derechos de los trabajadores,pero que siempre implique tambien subordinacion al lider politico gobernante.Aprovecho para decir cuanto les debe doler a los servidores bonaerenses del gobierno confrontar en sus concencias el no pago del aguinaldo con la adhesion al modelo K.No alcanza ni es gratificante suponer que se trata solo de desgastar a Scioli.
Gracias Mariano por la magia.
Che, pregunta, según el resumen que haces los gobiernos peronistas siempre dominaron las acciones de la CGT, ¿es así, entendí bien? Si es así, ¿puede pensarse que la fuerza de la CGT siempre está vinculada con el rol que asume el Estado durante los gobiernos peronistas? Y si sigue siendo así, ¿acaso toda tensión entre el sindicalismo organizado y el gobierno puede ser otra cosa que no sea política? Y en este caso, ¿hasta dónde llega el vuelo propio del sindicalismo organizado en la Argentina? ¿El que no chupa no mama [del Estado]?
Gracias hache. Lo que pienso es que durante el peronismo, la conducción (y en este caso pienso en Perón) sólo interviene en la CGT en caso de que quien la domine tenga un proyecto distinto (Gay o Vandor) al líder. ahí si la conducción ejerce su poder e interviene para disciplinar.
el resto de las bmuy buenas preguntas que haces, en especial la última, son de respuesta colectiva, creo
Abrazo
Muy buena la invitación a reflexionar en base a todo el abanico, bien presentado, de casos históricos. La descripción histórica sirve para relativizar la supuesta gravedad que tendría romper con una central sindical unificada bajo la figura de Moyano. Desde las mismas filas del peronismo, muchos parten de la idea de que es una herejía romper con el líder que expresa la unidad de los trabajadores. Sin embargo, ya no es tan evidente que Moyano represente a la unidad de los trabajadores. Evidentemente su mejor carta era la alianza con el gobierno que tenía y por eso lograba consenso al interior de la CGT. Sin la mano del gobierno, Moyano se queda bastante solo. Por otro lado, creo que habría que aprovechar este posible nuevo escenario de un sindicalismo sin liderazgos únicos para empezar a generar leyes e iniciativas políticas que alienten una mayor cultura democrática de los gremios. Que los líderes gremiales y sindicales dejen de nacer de alianzas por arriba y empiecen a brotar de las bases de los trabajadores expresando las verdaderas necesidades de sus representados.
El tema es el de siempre en el peronismo: que es un movimiento policlasista y multisectorial (y en el cual confluyen culturas diversas, heterogéneas, contradictorias, no complementarias). Es mega conocido. Cada vez que una parte quiere dejar de serlo, o pararse por sobre las otras, sea porque pretende conducir directamente, sea porque busca convertirse en excluyente base de sustentación, inevitablemente, pierde. Y no sólo le pasó al sindicalismo: también a la juventud luego del retorno de Perón; de ahí que la elección haya sido por el gremialismo, que pese a que, como bien vos mencionás, puteó por el apartamiento de Cafiero, se mantuvo sin sacar las patas de adentro del plato. No hay misterios en lo que ocurre, entonces. En ese entendimiento, no sería de extrañar que La Cámpora no ejerza un papel de iniciativa, sino de acompañamiento, en tanto lo entendamos como forma de conducirse al tiempo que cuida su lugar en el espacio. Y hasta en cierto sentido la pretensión de Scioli, aunque no se trató más que de una modestísima declaración –a fin de cuentas, anunció que es capaz de esperar a que Cristina diga basta para mí, aún a contrapelo de lo que seguramente sea la opinión sobre las reelecciones del sector social al que pretende expandir su idea de peronismo: es decir, hay que ser como para exagerar los temores por un tipo que dice apenas que quiere si el otro no–.
El tema pasa por la agenda, y a Cristina no le gusta que se la maneje nadie, como no le gustaba a Perón; la definición del programa pasa por el líder y por nadie más, aún si se trata de la representatividad sectorial del sujeto social al que aspira a interpelar con el trazo proyectivo de la gestión.
Una única observación: decís «(…) esos años en las que el país alternó la semilegalidad democrática con la clausura del ciclo electoral de los años 1955 y 1966 (…)». No coincido pero para nada: ninguna semilegalidad, eso no existe. La legalidad es o no es, nunca puede ser por partes. Entre el 16 de septiembre de 1955 y el 25 de mayo de 1973 Argentina vivió bajo dictadura: total, absoluta e ininterrumpida. No sólo porque la negación aunque sea parcial de derechos ciudadanos hace imposible la noción de democracia, sino también porque el poder ni siquiera temporalmente se despositó jamás en las máscaras civiles que ocuparon circunstancialmente las instituciones de la república. Cada vez que quisieron tomar alguna decisión mínimamente autónoma, volaron. Sólo eso.
Abrazo.
Coincido con tus apreciaciones y añado los gobiernos civiles (Frondizi e Illia) desde el 55 al 73 fueron ilegales e ilegítimos ya que el partido mayoritario estaba proscripto. No se puede hablar de elecciones democráticas con partidos proscriptos.
Les faltó la legalidad democrática y la legitimidad de origen de haber competido en igualdad de condiciones con el partido mayoritario prhibido.
Pablo, el tema que incorporás sobre que a CFK no le gusta que le manejen la agenda es clave también.
Pasa que la política es siempre intentar poner la agenda. pelear con ello, es una lucha estéril. Creo que ahi la presi falla, por que el sindicalismo (en cualquiera de sus variantes) no va a dejar de ser sindicalismo y las aguas se van a mover. Es así. Un sindicalismo sin reivindicaciones es una cáscara vacía.
Sí pero el modo de administrar eso en tanto se quiera participar del gobierno, como de hecho quiso Moyano, es distinto, porque ahí quedas por el todo y n
no sólo por la parte.
«¿Por qué motivos Cristina movió el status quo de la relación?»
Sólo puedo arrimar algo a esta última pregunta, porque no me parece acertada en su formulación. Me parece que desde el 2007 Moshano comenzó a advertir que, poco a poco, el sindicalismo en general dejó de ser inmune a la Kriptonita. El nombramiento de la Hormiga Atómica debe de haber encendido algunas luces amarillas en el tablero. Ver encanutar como a cualquier hijo de vecino a Zanola y Pedraza, y casi casi al Momito, junto a la apertura de causas por medicamentos truchos, troqueles, causa suiza y demás, debe de haber encendido TODAS las luces rojas. La Kriptonita comenzaba a actuar, sin que nadie se ocupara de frenarlas.
A medida que las causas se acumulaban, el «disconfort» iba en aumento. Desde el «quiero un Presidente trabajador», que Cristina devolvió de volea ipso pucho, el negro comenzó a levantar la apuesta (recordar el discurso de Cristina en José C. Paz). En ENERO de este año se mandó un llamado a paro general, para luego enrollar el barrilete 24 horas más tarde. Nadie más le atendió el teléfono. O se quedaba muzza o levantaba la apuesta. Es lo que hizo. Tanto la levantó, que no la pudo sostener. Quemó las naves el miércoles y el mundo siguió andando. Chau.
Ahora, puntín en el orto y a la cucha.
http://rambletamble.blogspot.com.ar/2012/07/el-antimao-o-la-fabula-de-las.html
Don Real disculpas, esto no era para usted, sino para Pablo, pero Alvaro ya le contesto y no sabía como suprimir el comentario.
Comparto que lo secundario puede convertirse en principal, y creo que la pelea con Moyano es un tema importante a analizar. Solo digo que este tema me parece un tanto anacronico. Siento que darle demasiadas vueltas al tema es como discutir algo que ya es una realidad politica hace al menos un año y este paro fue el tramo final de la guerra que por suerte, gano cristina. La separacion con moyano viene de larga data. Con NK en vida, Moyano ya se habia convertido en un aliado demasiado costoso y la muerte de Nestor acelero el inevitable viraje. Quien no lo pudo ver antes es porque quiso negar la realidad o porque lo tienen idealizado a Moyano. Recuerdo que cuando se definieron las listas de diputados, en un comentario de un post dije que me preocupaba los problemas que iba a traer la pelea con moyano y uno de los administradores de este blog me respondio algo asi como «no pasa nada, despues los muchachos se acomodan». Creo que esa respuesta refleja que hubo muchos que no quisieron ver que el cierre de listas del 2011 fue el final de la alianza Moyano-Gobierno. Un año despues, y con Moyano a punto de ser desalojado de la CGT y aislado politicamente, tuvimos este paro que no fue mas que una muestra de su irrelevancia politica.
Ahora bien: seguir discurriendo sobre los motivos de la ruptura de la alianza con Moyano es como analizar hoy porque renuncio delarua. Eso es lo que digo, simplemente. Tambien agregue que, noto cierta desilusion en muchos en este blog sobre la ruptura de esta alianza. Y hoy la noticia no es la ruptura, sino que cristina supo dar la batalla decisiva y ganarla. Asi como decian que no se podia gobernar con clarin en contra, tambien se decia que no se podia gobernar con moyano en contra. Y si bien el gobierno esta en un momento dificil, por la multiplicidad de enemigos, problemas economicos y demas, creo que esta manejando increiblemente bien estas adversidades, y que si se logran superar algunos obstaculos el pais saldra mas fortalecido, y tendremos la posibilidad de terciar en la pelea del 2015.
Buena Popu, recordar esa música, alegra mis oídos
MUY BUENO LO DEL «DISCONFORT» !!
Eduardo, pero Moyano nunca sacó los pies del plato. Por la mitad de lo que hizo Rucci en los setenta, entonces habría que decapitarlo.
Ahora Moyano sí lo hizo. La pregunta entonces es por que CFK lo empujó hacia allí. Tendrá sus razones, yo desde este humilde espacio no las puedo o ver, o las que observo no me alcanzan
abrazo
Mariano: Depende a qué le llamemos «sacar los pies del plato». Te recuerdo fragmentos del discurso de CFK en José C. Paz, allá por mayo del 2011:
«Déjenme decirles lo que siento como Presidenta de todos los argentinos cuando por allí veo que precisamente desde los sectores que mejor están, que tienen buenos trabajos, que han logrado buenos salarios, por allí sus dirigentes nos someten a prácticas que les hacen mal a ellos mismos y no se dan cuenta que en definitiva terminan desprestigiando el movimiento sindical, que es importante mantenerlo unido y organizado en el país.»
(…)
«Cuando a una organización sindical solamente le impacta o le importa lo que les pasa a sus afiliados y a partir de eso toma actitudes que terminan perjudicando al conjunto de la sociedad deja de ser un sindicato para transformarse en una corporación, y yo quiero sindicatos solidarios con todos los argentinos.»
(…)
«pero también sabe que tenemos que tenemos que llegar a todos los otros sectores y que no podemos ser rehenes de aquellos que por una determinada actividad pueden afectar al resto de la sociedad. Y lo digo también con mucho dolor por ahí porque yo me he jugado entera cuando decidí recuperar Aerolíneas Argentinas para los argentinos, me jugué entera y me criticaban todos los partidos, salvo los que nos apoyaron de centroizquierda en el Congreso, porque yo apuesto, aposté y sigo apostando a nuestra línea de bandera, porque sigo apostando a una Aerolíneas Argentinas de todos, de todos, no solamente de los que trabajan allí. Estamos poniendo millones de dólares y queremos un servicio que les sirva a todos los argentinos, no podemos seguir teniendo conflictividades que perjudican la imagen y fundamentalmente sirven para dar tributo a un discurso que quiere que los servicios esenciales de nuestro país no estén en manos del Estado o no puedan ser controlados por el Estado como sucede en todas partes del mundo.»
Para contextualizar, ésto había sido precedido por «pilotos con colitis» y una toma de las refinerías de la Pcia. O sea: Los que causaron ésto son los que dos años antes pedían por su madre que el Estado se hiciera cargo de Aerolineas.
Soberanos hijos de una tonelada de putas, que de no ser por los huevos de Cristina hoy serían remiseros. No al pedo en estos días CFK volvió a hablar de «la lógica del escorpión» que le clava los dientes al que lo sacó del barro.
Entonces, cuando vos me decís «Porqué CFK lo empujó hacia allí», me suena a joda, porque el que pretendió marcarle la cancha ES MOYANO, no CFK. Un poco un poco está bien, ahora cuando este reverendo pretende tener de rehén a quien SÍ representa a la mayoría de los argentinos, es hora de decirle basta y meterlo en caja.
Mariano, creo que estas idealizando demasiado a Moyano.
Es así nomás. Ya lo recordó Moyano: «el sindicalismo es la columna vertebral del peronismo». Y digo yo: por ende la cabeza está en otra parte, y la gente vota cabezas, no columnas.
Pablo, te parece? Me apenaría que el gobierno se prive del apoyo de un sector tan importante y con poder de convocatoria para los tiempos difíciles (que parece, a pesar nuestro, que vendrán)
Norman, se vino muy poeta. No se olvide que sin columna la cabeza no camina, guarda.
Preguntale a Jorge Rivas si la cabeza no camina cuando la columna falla.
Pero Mariano, éso hace rato que no es más una columna, hoy es un montón de huesos pa’l Bobby.
Coincido con Pablo, aunquie esta claro que Mariano banca al gobierno. Pero con Moyano idealisa
Observo demasiada inquietud en este Blog sobre la pelea Cristina-Moyano. No me parece que no sea un tema importante y muy analizable, pero me causa bastante curiosidad esto de preguntarse y repreguntarse: ¿por que se pelearon?
Me parece que preguntarse demasiado sobre esta disputa es como cuando un chico se pregunta porque se separaron los padres, como con desilucion y hasta desencantados. Como si hubiera una pieza del tablero que se les hubiera salido del casillero, y no supieran donde acomodarla. Lo digo con toda la onda.
Es buena la analogía que hacés Pablo de Cristina y Moyano con los padres separados, sin embargo creo que el interés y la preocupación que despierta este tema responde a que se redefine el juego de alianzas y enemistades del gobierno. El equilibrio de fuerzas al interior del oficialismo y hacia afuera, en todo el arco opositor, se ha modificado y esto pone a todas las cabezas pensantes a tratar de entender lo que ocurre. A mi juicio, las hegemonías políticas no cambian a partir de la ruptura con Moyano, sino que ya habían cambiado antes haciendo que el gobierno pudiera pensar en la posibilidad de prescindir de la sociedad política con el sindicalista.
Escuchame Pablo para vos ¿el tema no es importante? Es reimportante para el sostenimiento del modelo. Si la cgt es un grupo de apoyo importante, pero Moyano se tiene que ir. No acepta la conduccion de Cris. Afuera
el tema ahora es el»apartamiento»de Scioli.
Hugo del Campo expone una interpretación, de la no siempre pacífica relación entre el peronismo y el movimiento obrero, que puede servir como explicación para el actual distanciamiento entre el gobierno y la CGT.
Dice el autor citado que el proyecto inicial de Perón era formar un amplio frente policlasista, en el que los sindicatos obreros tuvieran el contrapeso de organizaciones patronales, bajo el arbitraje supremo del Estado. Sin embargo el rechazo de las entidades empresariales y de los partidos tradicionales a las propuestas de Perón no le dejó otra alternativa que apoyarse casi exclusivamente en el movimiento sindical. Después del triunfo electoral, se iniciaría un proceso de concentración de poder que haría desaparecer cualquier resto de autonomía del movimiento sindical, el que quedó subordinado al gobierno. Según comenta el Secretario Gay, en una entrevista que dos días después de las elecciones tuvo con el Presidente, éste le dice que ahí en la presidencia hay un equipo que me va a decir qué es lo que tengo que hacer y las declaraciones que debo formular en cada caso, a lo que le habría contestado: «Mire, presidente, usted tiene muchos problemas importantes que atender. Déjenos a nosotros, los hombres que tenemos veinte y veinticinco años en el movimiento obrero, dirigir la CGT». Ya sabemos como Gay, falsamente imputado de conspirar contra el gobierno en alianza con los sindicalistas norteamericanos, debe renunciar el 26-01-1947 y en adelante ya nunca más la CGT recobraría su autonomía.Del Campo, Hugo. Sindicalismo y peronismo. Kis comienzos de un vínculo perdurable. Siglo XXI. Bs. As. 2005. páginas16/17 y 359.-
También los kirchner debieron apoyarse inicialmente en la CGT, y ahora…
La deformación es la identificación orgánica del sindicalismo con el peronismo en sus múltiples aristas (administración, partido, caciques territoriales, lider, etc).
Un sindicalismo pluralista, por más que la mayoría de sus dirigentes sea peronista, no debería tener una relación determinada coin cualquiera de estos estamentos.
Podría apoyar algunas políticas y criticar otras, elegir sus líderes sin el permiso del lider del partido, y del gobierno, en una palabra, laburar de sindicalistas y no de punteros. Las reivindicaciones obreras no tienen porqué quedar suspendidas durante los gobiernos peronistas, o depender exclusivamente de la voluntad del presidente, o del lider del partido, sin que los sindicatos puedan exigir nada.
Toda esta «organicidad» y subordinación que a todos les parece normal, es algo muy extraño a nivel mundial.
Lo único que falta es que salga una ley en la que la CGT le propone una terna al Ministro de Trabajo para que el elija al secretario general, por lo menos en los gobiernos peronistas.
Creo que junto con las grandes transformaciones que impulsó la administración kirchnerista debería agregar la democratización del sistema sindical, con dirigentes elegidos directamente por el voto de sus afiliados, permitiendo únicamente uno o a lo sumo dos períodos reeleccionarios y una actualización y depuración de los padrones de los sindicatos.
Es un hueso duro de roer y no están dadas las condiciones para hacerlo este año tan difícil, pero hay que hacerlo. Cuando veo que lo que se propone en lugar del moyanismo son los «gordos» o los autodenominados «independientes» digo que es todo lo mismo con distinto olor.
¿Cree alguien que alguno de los que se proponen para dirigir la CGT es garantía de cambio?
Concuerdo con Pablo D sobre quien marca la agenda, como se pretende que deban acomodarse los distintos sectores y la soledad apuntada por Alvaro Fuentes.
En cuanto a la forma de relación entre gobierno – sindicatos y ante la fractura inminente de la CGT, el primero tendrá dificultades para acordar políticas al haber más interlocutores, es probable entonces que la conflictividad aumente aunque sea del modo habitual, o sea medidas que toman los delegados en forma independiente del secretario del gremio, conflictos que esto últimos, parecen no poder/querer manejar y que el gobierno los ha venido desactivando. La pirotecnia aumentará si dichas medidas las realiza algún sector ligado al gobierno (p.e. Aerolíneas, YPF, docentes)
Al igual que Alvaro pienso que, al momento, la hegemonía política sigue igual pero, además de tener un soldado menos, hay algunos temas pendientes que no parecen estar en la agenda cercana del gobierno, habrá que ver la paciencia y/o apremio por ellos.
Mi duda es que pasará si la situación económica se complica más
este gobierno actúa igual con la cgt que peron: cuando alguien no hacía lo que se le ordenaba, se le buscaba reemplazo inmediato. Claro que en las epocas del general las cosas eran mas sencillas y autoritarias.
memorioso, Perón tuvo conflicto con dos líderes sindicales, los cuales tenían proyectos diferentes a la conducción política (en palabras del Pocho quisieron sacar los pies del plato) y fueron una de las patas clave del peronismo en el gobierno y más que clave en la resistencia.
Las cosas no eran tan sencillas, la tensión existe siempre en política.
A uno lo rajó y al otro lo hizo matar. Y al tercero, que fue Cipriano Reyes, lo tuvo 8 años preso a disposición del PEN, y torturado.
Eso si, cuando murió uno leal como Rucci, lo lloró y prometió escarmiento.
También a Bidegain lo hechó por televisón.
Estará Scioli mirando la T.V. ???
http://parlamentario.com/articulo-1889.html
Corsi e ricorsi.
De acuerdo Mariano, en epocas proscriptivas el armado sindical de Perón fue clave, pero en sus dos primeras presidencias el movimiento era un brazo liderado por Perón, el líder de la cgt era un nombre nada más, y si se le ocurría discrepar en algo lo limpiaban, a esa sencilles apuntaba, por supuesto que, después, el tema era más complejo.
Y hoy hay un poco más de sutileza, pero moyano tiene los días contados.
Mariano, tu postura como te dicen muchos es muy promoyano y el gordo se rezarpo con Cristina. No te olvides de eso
Nos estamos convirtiendo en una secta. Más que profundizar, llegó el momento de la limpieza, ¡fuera impuros!
Más allá de la caracterización, llena de adjetivos calificativos asociados a nombres propios, me gustaría entender cómo éste camino nos conduce a nuestro objetivo, o más bien, habría que definir cuál es el objetivo. Yo esta altura no lo entiendo.
Laura, no entendí el argumento, si se puede aclarar..
Más que un argumento lo mío fue un exabrupto mal desarrollado ante el comentario de caiman. No porque haya dicho nada demasiado grave, no él, sino que vengo leyendo y escuchando desde hace ¿10? días «argumentos» centrados en la palabra traición y me cansan. Vos, por el contrario, hacés un análisis en clave política que atiende otros aspectos. Y es eso, ante el intento de elevar el nivel de análisis en pos de entender una coyuntura compleja y, para mi gusto, enrarecida, la respuesta no puede ser, a modo acusatorio ¡»promoyanista»! Por suerte parece que no vino ningún talibán a acusarte a vos de traidor.
Podés borrarme, lo mío no suma al debate en cuestión, hablo desde el enojo y la tristeza.
Como lo llamarias vos a esta gente Laurita? SOn traidores, asi a seca. Scioli, moyano, todos iguales. no son cris, o te parecen paresidos?
Ahora en vez de Moyano, Cristina la foto se la saca con Lescano y con Gerardo Martinez. Ellos sí demostraron lealtad, siempre al poder de turno, jamás con los trabajodores que dicen representar. ¿Y qué hacemos con eso? Es política pibe, no un club de amigos. No es tan fácil separar todo entre buenos y malos.
Y si mal no recuerdo, Scioli fue el candidato del FpV, no lo elegí yo, y ganó. Y sabés, yo respeto siempre la soberanía popular, no sólo cuando me gusta el resultado (no sé por qué algunos se horrorizaron tanto con el «voto de baja calidad» de Pino si piensan igual que él…). Ahí también lo que hay es disputa de poder, el pecado del tipo no es que históricamente hizo la plancha, sino que mide bien (por motivos que se me escapan totalmente).
Es de locos que no se pueda decir nada que se corra una coma del relato oficial sin que alguien te trate como a un enemigo. En estos términos no hay discusión ni intercambio posible.
¡Está todo joya! ¿Así está bien?
No al contrario Laura, ahora te entiendo y me parece muy razonable tu comentario, que. además,comparto
saludos
aplacadp el tema Scioli por su actitud»prudente»se viene otra movida del H.M.parece.
en 6,7,8,se aclaro la causa de la insuficiente administracionde SCIOLI en la provinvia de los estancieros.
ese scioli q aprenda a gobernar y la lealtad
Mariano:
Con excepción de la última, las postales propuestas parecen reducir la disputa política a una cuestión de personalismos, omitiendo el contexto, otros actores políticos y sociales, estilos de conducción, proyectos de país.
Incuestionablemente Perón sostenía el principio de unidad del movimiento obrero en una sola CGT y ejerció una conducción con intermediarios (sindicatos).
Menem rompió el precepto de Perón de la central de trabajadores única.
Cristina Fernández, desde la muerte de Néstor Kirchner, conduce sin intermediarios y planificó la división de la CGT como necesaria para consumar el recambio del modelo.
Hay un relato novedoso que sostiene la irrupción del menemismo como el acaso de un viento neoliberal imposible de evitar que arrasó latinoamérica y hasta avizora su naciente en la renovación peronista.
Pero hay otra postal, de mediados de 1985, en el Salón Felipe Vallese cuando Ubaldini y el consejo directivo de la CGT hizo entrega de los 26 puntos a todos los referentes políticos del PJ, ortodoxos y renovadores: Menem, Cafiero, Saadi, De la Sota, etc. Sintetiza gráficamente una etapa histórica donde Ubaldini era la conducción política del peronismo, y no por resultado de un manejo autónomo sino por la fuerza de los hechos. (Dicho esto no por los escozores que provoca que un trabajador acceda a la más alta magistratura, sencillamente que la conducción política del peronismo no es patrimonio de los doctores).
En Junio de 1988 la CGT, cinco partidos políticos opositores (PJ, PI, DC, PSP, PCP) y la mesa del empresariado nacional suscriben el «Pacto de Transformación Eonómica y Social» con base en los 26 puntos.
«En su campaña electoral de carácter populista Menem había prometido subas salariales y justicia social y había amenazado con no pagar la deuda externa. Pero tras asumir la presidencia, implementó un programa de austeridad al que le siguió la liberalización comercial, el proceso de privatización y el ajuste en el sector público.» «…» «La CGT que estaba controlada por el peronismo, fue sorprendia por el drástico cambio de política implementado por Menem». pág. 38, Sindicalismo, Coaliciones Partidarias y Reformas de Mercado en América Latina – María Victoria Murillo.
Entrampados en la lógica de la batalla contra los medios: nada de conferencias de prensa, nada de preguntas, todo unidireccional, no advierten que la actualización política y doctrinaria del Hugo podía haber sido dicha igual, mate de por medio, desde la cocina de la sede de camioneros.
Desde la euforia pop por la «reestatización» (?) de YPF al terror por el avión «negro»: Todo el aparato comunicacional del oficialismo tratando de instalar el miedo, todo eso convertido en hojarasca por la razón de que no hizo mella en los asistentes al acto del 27/06.
Todo los comunicadores oficialistas y oficiosos en la prédica de convencer de la «derrota política» de Moyano pero no logran autoconvencerse y aparecen dudas.
Acerca de la movilización del 27: http://elviolentooficio.blogspot.com.ar/2012/06/clase-magistral-una-voz-obrera-clara-en.html
Interesante debate aquí:
http://eldiablosellama.wordpress.com/2010/10/23/trotsky-walsh-la-burocracia-los-peronistas-y-algo-para-los-intelectuales-k/
Saludos
Mariano:
Con excepción de la última, las postales propuestas parecen reducir la disputa política a una cuestión de personalismos, omitiendo el contexto, otros actores políticos y sociales, estilos de conducción, proyectos de país.
Incuestionablemente Perón sostenía el principio de unidad del movimiento obrero en una sola CGT y ejerció una conducción con intermediarios (sindicatos).
Menem rompió el precepto de Perón de la central de trabajadores única.
Cristina Fernández, desde la muerte de Néstor Kirchner, conduce sin intermediarios y planificó la división de la CGT como necesaria para consumar el recambio del modelo.
Hay un relato novedoso que sostiene la irrupción del menemismo como el acaso de un viento neoliberal imposible de evitar que arrasó latinoamérica y hasta avizora su naciente en la renovación peronista.
Pero hay otra postal, de mediados de 1985, en el Salón Felipe Vallese cuando Ubaldini y el consejo directivo de la CGT hizo entrega de los 26 puntos a todos los referentes políticos del PJ, ortodoxos y renovadores: Menem, Cafiero, Saadi, De la Sota, etc.. Sintetiza gráficamente una etapa histórica donde Ubaldini era la conducción política del peronismo, y no por resultado de un manejo autónomo sino por la fuerza de los hechos. (Dicho esto no por los escozores que provoca que un trabajador acceda a la más alta magistratura, sencillamente que la conducción política del peronismo no es patrimonio de los doctores).
En Junio de 1988 la CGT, cinco partidos políticos opositores (PJ, PI, DC, PSP, PCP) y la mesa del empresariado nacional suscriben el «Pacto de Transformación Eonómica y Social» con base en los 26 puntos.
«En su campaña electoral de carácter populista Menem había prometido subas salariales y justicia social y había amenazado con no pagar la deuda externa. Pero tras asumir la presidencia, implementó un programa de austeridad al que le siguió la liberalización comercial, el proceso de privatización y el ajuste en el sector público.» «…» «La CGT que estaba controlada por el peronismo, fue sorprendia por el drástico cambio de política implementado por Menem». pág. 38, Sindicalismo, Coaliciones Partidarias y Reformas de Mercado en América Latina – María Victoria Murillo.
Entrampados en la lógica de la batalla contra los medios: nada de conferencias de prensa, nada de preguntas, todo unidireccional, no advierten que la actualización política y doctrinaria del Hugo podía haber sido dicha igual, mate de por medio, desde la cocina de la sede de camioneros.
Desde la euforia pop por la «reestatización» (?) de YPF al terror por el avión «negro»: Todo el aparato comunicacional del oficialismo tratando de instalar el miedo, todo eso convertido en hojarasca por la razón de que no hizo mella en los asistentes al acto del 27/06.
Todo los comunicadores oficialistas y oficiosos en la prédica de convencer de la «derrota política» de Moyano pero no logran autoconvencerse y aparecen dudas.
Acerca de la movilización del 27: http://elviolentooficio.blogspot.com.ar/2012/06/clase-magistral-una-voz-obrera-clara-en.html
Interesante debate aquí:
http://eldiablosellama.wordpress.com/2010/10/23/trotsky-walsh-la-burocracia-los-peronistas-y-algo-para-los-intelectuales-k/
Saludos
Ahí está Ricardo F, tarde pero seguro, je.
Buena data de la postal del 85 y buenos link
Abrazo
Artepolitica:
Traté de subir un comentario en cuatro oportunidades desde el sábado pasado y me aparece la leyenda «…en moderación». En el último intento me aparece que ya fue enviado por duplicado.
¿Alguna razón por la que no aparece publicado?
Saludos
Ricardo F, mirá hasta hoy no aparece el comentario así que envialo de nuevo, no tendría que haber problemas
Tarde pero leido. Excelente para comprender el conflicto actual. Como siempre la historia es nuesro mejor laboratorio.