22.04.12

Hoy, en el día del reposo y el asado (o los ravioles), quienes gozamos del arte de la política nos sorprendemos con el intenso país que nos ha tocado en suerte amar. Hay mucho y bueno para leer en los diarios y blogs, bastante más de lo que podemos relevar. Hacemos entonces centro otra vez en la nacionalización de YPF y en algo que hemos aprendido en estos meses de lectura: la importancia de la autonomía energética como elemento necesario, aunque no suficiente, para lograr la prosperidad.

Primero: no por nada, hace casi un siglo, un presidente del Norte le decía a otro: «A partir de este día, cada gota de petróleo vale una gota de sangre«. Esta nota de Goobar es una buena introducción al tema.

Desde entonces, el manejo de los hidrocarburos ha sido un negocio de los grandes -de los que son tan grandes que logran condicionar a la política de los estados nacionales. Leemos:”Los golpes de Estado en la Argentina siempre tuvieron olor a petróleo. Los capitales norteamericanos e ingleses estaban indignados con Hipólito Yrigoyen cuando todavía no había cumplido dos años de su segundo mandato. El nacionalismo petrolero del presidente radical no iba de la mano de los avances de la Standard Oil. El Peludo mandó al Congreso un proyecto de ley para nacionalizar el petróleo. Quería que toda la producción estuviera bajo la órbita de YPF. Corría agosto de 1930 y logró la media sanción en Diputados. Pasó al Senado. El domingo 7 de septiembre había elecciones de renovación de legisladores en Mendoza y San Juan: el resultado era decisivo para el poroteo en la Cámara alta. El general retirado José Uriburu, salteño y falsamente considerado nacionalista, tuvo la precaución de producir el golpe un día antes. Echó a Yrigoyen y se sentó en la Casa Rosada. La oligarquía puso de vice a Enrique Santamarina, que entre otras cosas era fuerte accionista de Astra, satélite de la Standard Oil. El ministro del Interior, Matías Sánchez Sorondo, también era directivo de Astra y abogado de la Standard Oil. El ministro de Agricultura fue Horacio Beccar Varela, síndico de Austea, otra subsidaria de la Standard Oil. Octavio Pico fue a Obras Públicas y era directivo de Petrolera Andina. Si alguna definición ajustada se mereció aquel primer golpe del siglo XX no era “militar” sino “oligárquico-petrolero””.

Feinmann, en un artículo que da para leerlo completo, nos explica de que venía la Constitución del 49, y como esa truncada reforma se relaciona con lo que estamos viendo del gobierno de Cristina. Leemos: “El primer peronismo tuvo una clara base ideológica. Reside en esta Constitución. Se la puede buscar también –más tenuemente– en los Apuntes de Historia Militar, de Perón, y en sus clases de conducción política. Los actuales nucleamientos jóvenes del peronismo deberán buscar ahí las fuentes del justicialismo. (…) El Estado nacional, popular y democrático es el gran enemigo de la economía de mercado. Habrá que defenderlo. Porque cada medida que se toma debe tomarse en relación con el poder que se tiene para imponerla”.

Sobre la fuerte pérdida de valor que YPF tuvo durante la última dictadura, leemos: “El general Luis Pagliere, que integró ese directorio en representación del Ejército durante el gobierno militar, declaró ante el tribunal que YPF estaba obligada a producir a pérdida por instrucciones del Ministerio de Economía, ya que el precio del petróleo vendido a la Shell y a la Esso representaba el 50% del valor que YPF gastaba por su extracción””. También leemos que un poco más de una década antes, en los 60s, decía  Rajoy -ah no, no, perdón, era John Fitzgerald Kennedy: “La Argentina tiene derecho a nacionalizar el petróleo, pero reclamaremos que compense adecuadamente a las empresas que hasta ahora trabajan en los recursos de ese país”. Bueno, Rajoy en realidad ni nos admitió ese derecho.

Esta vez y al menos por ahora, cuenta Wainfeld, “Estados Unidos guardó cautela, lo que bajoneó a La Moncloa y a los grandes medios argentinos. Es que la perspectiva de entrar a la Argentina en el espacio vacante que deja Repsol es una tentación. (…) Los grandes jugadores que ya están en la Argentina pondrán las barbas en remojo y harán sus cuentas. Todo indica que les pueden dar bien si se encuadran en (o se cuadran ante) el nuevo marco legal soberano. Los primeros reflejos de Total y de Petrobras son indicios interesantes”. Y también: “El discurso de Cristina Kirchner lo subrayó, el proyecto de ley lo explicita: la expropiación es el, tremendo, primer paso de una presencia nacional que va más allá de Repsol. El presidente boliviano Evo Morales impuso un giro copernicano a las reglas de expoliación que regían la actividad petrolera y gasífera en su patria. Los dueños del poder mundial montaron en cólera. (…) Según pasaron los años, los amos y señores se sentaron a negociar y no se fueron del Altiplano”.

Lo mismo, pero desde Madrid, dicen acá: “El 1º de Mayo de 2006, el presidente Evo Morales anunciaba también la nacionalización de los hidrocarburos (…) En aquel momento también el gobierno del socialista Rodríguez Zapatero salió en una defensa a ultranza de Repsol-YPF, contando con el respaldo del PP y de prácticamente todos los medios de comunicación. Estos se ensañaron con Evo, con un trato despectivo hacia el indiecito y diarios como El País llegaron a editorializar que la medida sería “altamente perjudicial para el pueblo boliviano”. Las amenazas que también hubo en aquel momento quedaron en la nada y Repsol-YPF, como otras nueve petroleras, terminaron por aceptar el nuevo rol que les asignó el gobierno boliviano, como socios minoritarios y bajo reglas muy distintas. Pocos años después ya Bolivia veía como las arcas del Estado se beneficiaban significativamente por el cambio de modelo, en el que el Estado pasó a detentar la mayoría de Yacimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia”.

Es que no fuimos los primeros, tampoco somos los segundos. En el mismo artículo, leemos: ”En noviembre de 2008, Rafael Correa anunció la decisión de que Repsol-YPF se fuera de Ecuador. “Repsol se va del país porque nos ha hecho perder el tiempo, además de que ha bajado la producción y las inversiones, y no ha aceptado renegociar el contrato.” Correa advirtió en aquel momento, que “las compañías transnacionales deben entender que las condiciones no las van a poner ellos, las va a poner el país”.

Vale la pena profundizar sobre nuestro vecinos, leyendo sobre los tres modelos de las tres petroleras más grandes de la región: “Mientras Petrobras es una empresa mixta con socios privados disimiles –EE.UU., China, incluso, Repsol–, Pdvsa no sólo es 100% estatal, sino que es el corazón del proyecto bolivariano porque financia desde políticas sociales hasta la proyección internacional del país. Pemex, mientras tanto, es un ejemplo paradigmático de la resistencia a los planes del neoliberalismo”.  

En un artículo bien completo, Bielsa (Rafael) y Mirré cuentan: “La explotación de Vaca Muerta requiere inversiones de 20 mil millones de dólares durante diez años. Petrobras, Total, Pan American, PDVESA y otras pueden aportar capital y reservarse utilidades sin tener poder de disposición comercial del recurso. Hay otras fórmulas. Por ejemplo, negociar a varios niveles, y pronto. (…) Cada diez años, la demanda china de petróleo y gas se incrementa en 4 millones de barriles diarios. SINOPEC, empresa líder de China, compró en 2010 el 40% de Repsol en Brasil, por 7000 millones de dólares”. Esto nos hace pensar que China es quizás demasiado grande como para elegirla socia íntima.

En el mismo artículo, leemos: “Es necesario multiplicar las plantas eólicas y solares, dos recursos muy disponibles en la Patagonia y a lo largo de los Andes, pero también en los llanos y las praderas de la Argentina. La planta fotovoltaica de Cañada Honda es la primera en América Latina”.

Para comprender mejor el último punto -las energías renovables y la futura trascendencia de los por ahora relativamente pequeños esfuerzos- vale la pena volver a los orígenes de la industria petrolera e imaginarse que artículos como este algún día se escribirán sobre Cañada Honda y los nerds que laburan en esas cosas.

Julio De Vido resume hoy los notables logros de su larga gestión. La prensa opositora quiere hacer ver que hay una crítica de la política energética que ha liderado el ministro. No es así. Este artículo demuestra lo que ya sabemos: que los resultados son más que satisfactorios teniendo en cuenta de donde se partió. Leemos: “se amplió en 27 millones de metros cúbicos por día la capacidad de transporte de los gasoductos (un incremento del 23%); se incorporaron más de 8000 megavatios, lo que representa un incremento de un 45% del parque generador; y se construyeron más de 4200 kilómetros de líneas de alta tensión, que permitieron anillar el sistema energético nacional. La ampliación de los gasoductos (…)  fue una decisión estratégica porque el sistema no podía transportar los volúmenes de gas que requerían nuestras industrias, (además) ineludiblemente se debió recurrir a la construcción de centrales termoeléctricas. Las líneas de alta tensión (…) significan la posibilidad de un desarrollo industrial para vastas regiones, como la Patagonia, el NOA y el NEA, antes vedado por la falta de energía”.

Hay mucho más en el artículo, habría que leerlo completo antes de opinar. Algo que Ernesto Tenembaum quizás no hizo, porque tuiteó: “Me genera una cautelosa esperanza el anuncio de hoy. Me preocupa la designación de De Vido. ¿Nadie paga por lo que se hace pésimo?”. No sé, Tenembaum. El laburo de De Vido luce imposible, desgastante. No es fácil estar en sus zapatos, y el tipo sin embargo sigue y ahora se pone al frente de YPF. De nuestra parte, que somos más vagos y nos gusta ver tele y boludear, hay agradecimento y admiración con alguien que trabaja tanto.

Sobre la intensa reunión que De Vido y Kicillof tuvieron el martes, nos impactaron estas líneas de Acquaforte, referidas al trasvasamiento generacional que, en vivo y directo, se vio en ese encuentro en el Parlamento (nota al pie sobre el último link: si hubiera sido la Republicana Academia Española, respetábamos la orden).  Leemos: “Es generacional porque en esa vehemencia están las convicciones que un par de generaciones de políticos perdió. (…) Tiene bronca, tiene desprecio por el status quo, tiene, además, una sabiduría inigualable, que solo se puede aprender en una crisis: que el poder no es tan poderoso. Que al final, las estanterías son todas provisorias, que los escenarios institucionales son eso: escenarios. Que el poder está en otro lado. Que juntando voluntades, se puede hacer un lindo zafarrancho”.

Y en el mismo post se hace hincapié sobre un tema –un problema- que viene: “Si el Estado fue y es el centro del proyecto político kirchnerista, la preocupación sobre la burocracia de ese Estado ampliado, enriquecido, más complejo, más ramificado, etc, se vuelve, también, algo central. ¿Cómo conducir al monstruo? Es un problema político, ideológico. Ahora que hay Estado, hay que cambiar al Estado”.

De hecho, al nacionalizar YPF se nacionalizaron muchas empresas a la vez, un holding enorme. Leemos: “El Estado paso a ser mayoritario en Metrogras, donde además viene un conflicto con British Gas desde 2001(…) también la mitad de la compañía que lidera la producción de fertilizantes nitrogenados en Sudamérica (…) el amplio entramado de empresas donde tiene participación YPF pone en evidencia la integración productiva a lo largo y ancho de la cadena de producción con la que cuenta la petrolera. El alcance de la expropiación excede las fronteras nacionales y el sector de hidrocarburos, fortalece alianzas estratégicas y ofrece instrumentos para disciplinar a distintos sectores empresarios”.

En una entrevista notable, que más que leerla habría que estudiarla, leemos: “Hay que recordar que el desarrollo es la capacidad de gestión del conocimiento. Esa dimensión científico-tecnológica (de la nacionalización de YPF) es fundamental. (…) Desde el punto de vista financiero, hay infinidad de posibilidades de conseguir recursos del exterior, ese aspecto no es el más complejo. (…) Hay que tener cuidado con los manejos corporativos en la firma (…) La inversión extranjera va hacia los países que ofrecen oportunidades de ganar plata, y se adapta a las reglas del juego que establece el Estado receptor”.

Como sabemos, el apoyo en el Parlamento a la nacionalización es multipartidario. Leemos al senador Naidenoff: “Es saludable el debate, uno puede tener un debate apasionado y no perder el eje, que es que el Estado recupere soberanía de un recurso fundamental”. Su colega Giustiniani menciona dos temas importantes: “no tenemos dudas de apoyar en general una medida que es positiva y necesaria. En el tratamiento en particular hay dos aspectos. El primero es que resulta contradictorio el concepto de la empresa conformado por un Consejo Federal donde participan todas las provincias y el paquete accionario sólo lo tienen las provincias petrolíferas, que cobran regalías (…) El segundo tema es el control. Queremos una empresa transparente y eficiente. Por lo tanto, queremos incorporarle un artículo en el que quede expresamente manifestado el rol de la Auditoría General de la Nación sobre el contralor del papel de los funcionarios en el manejo de la empresa, porque a pesar de ser una sociedad anónima es una empresa con mayoría estatal”.

A pesar de esto, hay quienes opinan que hay un “desprecio del debate parlamentario, que queda reducido a una mera formalidad inevitable, cuando todas las decisiones ya están tomadas”. Y agrega el profesor plenario de la Universidad de San Andrés: “nos están tratando de pelotudos”.

En un artículo ya citado, Wainfeld dice que “para la sintonía fina hay que sacarse los guantes de box”. Nos cuesta coincidir, y encontramos quien encontró las palabras para decir porque: ”El cambio convivió con continuidades neoliberales en algunas políticas sectoriales que tarde o temprano iban a colisionar con el nuevo rumbo. Así lo hicieron a poco de andar el segundo mandato, dando por tierra con la idea de que sólo era necesario una “sintonía fina” para profundizar el modelo. Las corridas cambiarias con que el poder económico intentó condicionar el avance del proyecto mostró que en el mercado de cambios estaba en juego mucho más que la cotización del dólar. Se visibilizó la necesidad de avanzar en la sustitución de importaciones, y en regular la remisión de utilidades de las multinacionales. El caso más escandaloso era el de los hidrocarburos, donde las importaciones de combustibles y el pago de dividendos igualaron el superávit comercial de 2011”.

Sobre las muy lamentables declaraciones del querido amigo y presidente Felipe Gané-con-fraude-y-encima-avisé Calderón, sólo un breve artículo como respuesta.

Al inaugurar el stand de la Presidencia de la Nación, en la 38ª Feria del Libro, dijo nuestro Vicepresidente: “A partir de la llegada de Néstor Kirchner, ésta es la Argentina del no tenemos miedo. No vamos a dejar que nadie nos calle. Ni una, ni dos, ni tres tapas de Clarín nos harán callar”.

En el mismo encuentro agregó el Jefe de Gabinete: “A la enorme diversidad de autores se le correspondía (antes), a la inversa, un monopolio de la realidad”, remarcó Abal Medina, mientras señalaba al stand del Grupo Clarín, ubicado a pocos metros, y pidió que “nunca más la realidad la escriban sólo los poderosos o los que tienen los medios económicos para hacerlo”.

Sobre los gobiernos provinciales jugando en serio en la gestión productiva del país, leemos: “Lo trajeron de apuro en dos hojitas escritas en computadora. Nosotros ya no aceptamos que se presenten así. Les estamos pidiendo a las empresas un plan específico, que nos digan en qué se va a ir cada dólar.”

El efecto sorpresa logrado por el Gobierno al anunciar la medida el lunes hizo que “los ex directivos de Repsol-YPF no pudieran retirar material sensible ni operar las cuentas bancarias de la compañía”.

Será por eso que aparecieron papeles que dicen que el ex jefe de gabinete Alberto Fernández firmó en octubre un contrato por 25 lucas mensuales con Repsol. Esto para: “servicios de consultoría estratégica para el desarrollo de materiales de actualidad política parlamentaria y seguimiento de proyectos en el Congreso Nacional”. En lo que va de 2012, Repsol ya había repartido $ 1.552.580 en auspicios entre periodistas y productoras radiales, televisivas y Web. Esto incluye a: Julio Blanck, la señora de Kirschbaum, y –ahá- la consultora de Morales Solá.

Leyendo ese artículo, decían hoy en el café de la YPF de Ruta 8 “che, menos mal que están las multis, porque a este ritmo pronto nos quedamos sin enemigo interno”. En fin, mejor no ser tan optimistas.

Igual parece que a las corpos españolas les gusta bastante eso de contratar a políticos y periodistas. Zaiat  nos cuentan que “el ex presidente del gobierno del PP José María Aznar cobra 200 mil euros anuales como asesor de Endesa, que en Argentina maneja Edesur, entre otras inversiones. El ex presidente del PSOE Felipe González fue contratado por Gas Natural, controlada por Repsol, para que ejerza la tarea de lobbista por 126 mil euros al año”.

Y que Sudaquia es una gran tierra de oportunidades para la Madre Patria, lo vamos comprendiendo cada vez mejor. Leemos: “(los españoles) ya no son lo que se imaginaban que eran al desmoronarse la economía basada en la especulación inmobiliaria, en servicios financieros y de turismo y en las crecientes ganancias provenientes de la Segunda Conquista de América en los noventa. Esto último es lo único que les queda del modelo tan elogiado por analistas y economistas de la ortodoxia. Las utilidades de las filiales latinoamericanas de las corporaciones españoles son el flotador en medio del naufragio. El Banco Santander, que en 2011 tuvo un beneficio neto 35 % menor al año anterior, contabilizó en Latinoamérica más de la mitad de sus ganancias totales. La española Telefónica, que registró una caída de 69% en sus utilidades globales por el fuerte ajuste en su país, aumentó en ese mismo período 18% sus ventas en la región, donde reúne casi 195 millones de clientes y casi la mitad de sus ganancias.

Frente  lo que dice Zaiat sobre el modelo económico que, luego de años de alto crecimiento, está implotando en España, vale la pena contrastarlo con las palabras de CFK el jueves, que hacen pensar que la Presidenta comprende bien que financiar crecimiento con endeudamiento –privado o público- es sólo una bomba de tiempo: «si no hay trabajo, si no hay producción, los bancos terminan en lo que se vio en 2008, creando burbujas. La producción, el trabajo, el valor agregado, son instrumentos necesarios y el rol de la banca debe ser financiar estos proyectos para vivir mejor. (…) Recordemos como ha teminado el mundo cuando se creyó que la plata se podía empollar como si fuera una gallina (…) no puede haber trabajo sin producción, actividad y servicios (…) los bancos solo crean burbujas«.

Hay mucho más para leer, y hay tantos temas que quedan afuera, como el segundo aniversario de la tragedia de Once, a la que pronto volveremos. Pero ya empezaron los partidos del domingo, así que vamos cerrando. El candidato de izquierda que parece que hoy va a sacar cerca de un 15% en Francia, tal como se reportó en el RDM de ayer, decía: “debemos inspirarnos en las revoluciones de América Latina” y propuso “emular a la Argentina y nacionalizar a través de un proyecto de ley a la petrolera Total”. Agregó: «la nacionalización de YPF es una prueba de que la revolución de los ciudadanos sigue activa”. 

En esa línea, leemos: “Estamos viviendo un proceso político que, lejos de envejecer, se rejuvenece con el paso del tiempo”. Y sobre YPF y el sorprendente apoyo de casi todos los partidos grandes del país: “A grandes medidas, grandes consecuencias”.

Para cerrar. Dice Hannibal: “Quienes tenemos un concepto de vida nacional y popular, nunca soñamos con este proceso histórico. Y uno, si vale el término, hasta lo disfruta”. Disfrute, senador, disfrute. Que aunque esto recién empieza, no es poco lo que ya han dejado en la cancha.

 

 

 

 

 

Acerca de Napule

es Antonio Cicioni, politólogo y agnotólogo, hincha de Platense y adicto en recuperación a la pizza porteña.

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2 comentarios en «22.04.12»

  1. Yo tambien estoy disfrutando.Hace un tiempo ni soñaba volver a sentir que somos parte de un pueblo que lucha, sufre, sueña y cree firmemente en un gobierno nacional y popular.El 1° de julio de 1974 perdimos al mas grande de todos.Eramos un cuerpo sin cabeza.Hoy, la Nación tiene una Conducción indiscutible.Pero,cuidado, todavía hay enemigos muy poderosos (está aún fresco lo de la 125), el pasquin de la cornetita sigue esparciendo su mugre y deformando conciencias todos los días.

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