Kirchneristas

Días de tristeza honda, de dolor, de angustia, de llanto compartido, de abrazos, de plaza, de historia. Puta. Que profundo que caló, cuán adentro que lo llevamos. Pienso. Hace 8 años que soy kirchnerista. Soy, somos, kirchneristas. Somos. Palabrita. El ser. Fuimos otras cosas también. Fuimos, estudiantes, y después profesionales, economistas, politólogos, sociólogos, abogados. Fuimos investigadores, empleados, funcionarios. Fuimos solteros, noviados, casados, separados. Fuimos muchas cosas. Pero fuimos y somos kirchneristas, por sobre todas las cosas. Estudiamos como kirchneristas, disctuimos como kirchneristas, militamos como kirchnersitas, escribimos post kirchneristas, marchamos como kirchneristas. Somos economistas, abogados, politólogos, periodistas kirchneristas. Chamuyamos como kirchneristas, fuimos novios, hijos, amigos kirchneristas. Estuvo en nuestros asados, omnipresente, siempre. En nuestros festejos, nuestros proyectos, nuestras charlas cotidianas. Nos identificamos ahí. Nos subjetivamos ahí. Nos agarró con veintipico. En plena formación. Llenos de dudas, de preguntas, de incertidumbres. Apaleados por la historia, y los gases y los palos. Y nos marcó. Nos quemó la K con una brasa caliente en la frente. Nos sacudió las ingenuidades y nos devolvió los sueños adolescentes. Aprendimos lo que es el poder, y lo que es la voluntad. Aprendimos lo que es sentir pasión por la política. Aprendimos lo que es sentir el desprecio gorila, aprendimos el sentido de esa palabra. Aprendimos lo que es estar en una plaza llena de pueblo, de bombos, de olor a grasa, sumergidos en una muchedumbre que quiere más, que mira con ojos de esperanza. Nos sentimos pueblo. Nosotros, universitarios de clase media. Pueblo. Y acá estamos ahora. Llorándolo. Cómo a una parte nuestra. Cómo un pedazo grande de nuestra historia, de nuestra vida íntima, de lo que somos y seremos. Llorándolo en esa plaza desbordante de vida, de dignidad, de gratitud, de afecto.

Te fuiste Nestor, pero estás adentro nuestro. Muy adentro. Y todo lo que venga va a tener tu marca. Esa K que llevamos en la frente marcada con una brasa caliente.

Foto.

12 comentarios en «Kirchneristas»

  1. El cumpa oliverio tambien era Kirchnerista. Fuerza cumpas.

    Llorar a lágrima viva.
    Llorar a chorros.
    Llorar la digestión.
    Llorar el sueño.
    Llorar ante las puertas y los puertos.
    Llorar de amabilidad y de amarillo.
    Abrir las canillas,
    las compuertas del llanto.
    Empaparnos el alma, la camiseta.
    Inundar las veredas y los paseos,
    y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
    Asistir a los cursos de antropología, llorando.
    Festejar los cumpleaños familiares, llorando.
    Atravesar el África, llorando.
    Llorar como un cacuy, como un cocodrilo…
    si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
    no dejan nunca de llorar.
    Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
    Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
    Llorarlo por el ombligo, por la boca.
    Llorar de amor, de hastío, de alegría.
    Llorar de frac, de flato, de flacura.
    Llorar improvisando, de memoria.
    ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

  2. También habemos ingenieros kirchneristas……… Y mi hermana es una médica kirchnerista..No nos dejen arafue…

  3. Ya pasaron varias horas de la muerte de Néstor Kirchner. Nuestras almas siguen cargando con la tristeza de lo que se fue. Nos enteramos de la noticia y rápidamente buscamos la voz de algún compañero para tranquilizarnos y no podíamos… y no podíamos creerlo… y no podíamos dejar de llorar. Sin embargo, puedo decir que con las horas encima del dolor incunable se avizora en el horizonte una silueta que me deja motivado, reafirmado, cimentado, algo vital amanece con la seguridad de poder realizarse que solo los sueños poseen.
    A los chacales les tomó pocos minutos preparar sobre el cadaver caliente el programa aceptable, sin verguenza ni descaro pretenden domar a una yegua adolorida. No sé en que se superan, si en su infamia o en su tontería. Todos caímos, caímos todos, menos ellos. Todos nos dimos cuenta, todos lo vemos. Aquél muerto resucitó a la ausente, resucitó a la bastarda… resucitó a la política. Y ella no quiso ser parida sola, quiso estar con las convicciones, con el amor, con la patria, con las risas,con las palabras, con los abrazos. Tal vez por eso te moriste Néstor, tal vez en tu corazón no entraba tanta política, tal vez como pudiste ser tibio, porque tu sangre era caliente es que agarraste a la Historia en una esquina, cuando nos arrastraba a todos y la estrujaste y te estrujó.
    Mucho se podrá decir. Para mí Ese es tu legado. nos agarraste metecos y nos hiciste pueblo. Gracias por todo hermano.

  4. «Aprendimos lo que es sentir el desprecio gorila, aprendimos el sentido de esa palabra. Aprendimos lo que es estar en una plaza llena de pueblo, de bombos, de olor a grasa, sumergidos en una muchedumbre que quiere más, que mira con ojos de esperanza. Nos sentimos pueblo»

    No eras menos pueblo antes de que te bautizaran en el kirchnerismo.

    Eso del olor a grasa a los kirchneristas de clase media les resulta atractivo porque les resulta exótico?

    Me acuerdo de un artículo de Lucas Carrasco, algo como «Soy un populista incurable», en el que decía cosas como me gusta ver a las mujeres gordas con 5 hijos bebiendo gaseosas de segundas marcas en los actos en la plaza de mayo, de la misma forma que alguien podría decir me gusta ver a los tuaregs con turbantes y camellos, o a los chinos con sombreros triangulares de paja cosechando arroz. Una especie de orientalismo con La Matanza como su objeto en vez de Persia o el Imperio Otomano.

    A mi esa cosa de identificarse con un grupo social menos pudiente siempre me pareció sospechosa.
    Por ejemplo, nadie milita en un partido político marxista como el PO porque su sueño es trabajar en una granja colectiva, ingenio azucarero o ser obrero en una fábrica de rulemanes en Krasnoyarsk, todos los universitarios de clase media que militan en grupos marxistas lo hacen porque se imaginan decidiendo, gobernando, siendo elite, no laburando.

    1. No se, yo, al menos, lo que me imagino es a mis alumnos de escuelas muy pobres, que viven en asentamientos irregulares sin agua corriente y siempre tienen olor a humo, llegando a clase con un aspecto similar a mis otros alumnos de otras escuelas.

    2. Entonces, hay que afiliarse en masa a la UCR o el Socialismo, ya que, según parece, la clase media sólo puede hacer política con la clase media.

    3. Yo no soy ni pobre ni grasa (tampoco kirchnerista pero eso es un detalle, como que no tenía ya veintipico cuando Néstor saltó a la escena de la política nacional). No quiero ser ni pobre ni grasa.
      Pero no me asustan ni me generan rechazo los pobres ni la grasa de los pobres (la grasa de los no pobres si, me genera más rechazo).
      Y lo lindo de la peregrinación que generó la muerte de Néstor es ver como aquello que uno reivindica desde un lugar intelectual (que el Estado juegue a favor de limitar las asimetrías del mercado y haga de los más pobres menos pobres: y me van a tirar con la redistribución de la renta, pero el juego es doble, contra la redistribución local pero también a nivel globalización y esto último es el gran logro del kismo) salieron a contar que el kirchnerismo les cambió la vida para bien.
      Y ahí uno siente que no estaba equivocado cuando lo apoyaba. Cuando uno apoyaba algo tan abstracto como una política (digamos el tipo de cambio alto o la AUH) que no le cambiaba la vida, esta política si le cambiaba la vida a mucha gente.
      Y siente que aquellos que se oponían a muchas de estas políticas (y no empecemos con la boludez de que la AUH la inventó la predictora de viudas) y nos miraban como traidores de clase (que lo éramos y lo somos a toda honra) no entendian realmente de que se trataba.

    4. errado, su política es meterse a laburar ahí, o sea marxistas con sotana, despabilate.

      y esta nueva onda de la ecología, la granja, no sé eh, revisalo.

      y y y definí clase media … jodido eh

    5. Sobre lo de que «eras menos pueblo antes de que te bautizaran en el kirchnerismo» tenés la respuesta justo arriba, donde Omar Alberto dice «nos agarraste metecos y nos hiciste pueblo.» Por metecos entiendo «habitantes sin derechos de ciudadanos.» Eso cambió.

      Sobre «esa cosa de identificarse con un grupo social menos pudiente», sos libre de hacerlo o no. Pero si no lo hacés, por lo menos identificate con vos mismo. No trabajes para los «más pudientes». Por ejemplo, no trabajes para nosotros, los del campo, que con menos inversión ganamos cinco o diez veces más (en ese sentido, somos más pudientes). Fijate si vos mismo estás mejor y decidí por vos mismo. Y dejá en paz a quienes quieren trabajar por -o identificarse con- los «menos pudientes» (en muchos casos, no pudientes en absoluto). Yo necesito muy poco del Estado, espero muy poco de la política; pero los «menos pudientes» dependen en mucha mayor medida del Estado. Por eso tiene sentido trabajar por ellos, identificarse con ellos. Por eso no tiene sentido identificarse con nosotros.

      Marcelo

  5. la cosa siempre pasa por la PERTENENCIA y la CONCIENCIA DE CLASE,sumadas.Podes ser clase media laburante,pero si te falta la segunda no te ubicaras en la realidad con percepcion clara.Miraras para arriba,tomando como modelo a la clase alta y te creeras superior a lo que sos,y seras Pro pero no pro-K.

  6. Si bien la K ayuda a evitar confusiones, me siento mas cómodo con el rótulo de peronista (porque creo que debemos reivindicarlo).

    Además nos da respuestas a interrogantes como los devaneos clasistas que se plantean mas arriba. «Para el peronismo hay una sola clase de hombres: los que trabajan.»

    Al respecto hace pocos dias el Cro. Moyano planteó en un acto que esperaba que algún dia hubiera un trabajador en el sillón de Rivadavia. Ni corta ni perezosa Cristina respondió que ella había trabajado toda su vida.

  7. Por estos días pienso que cuando alguien muere, uno redimensiona lo que esa persona significó en nuestras vidas. Con la muerte de Néstor, ese pedido tan insistente de «tengamos memoria» estalló en nuestras cabezas. Ahora muchos más tenemos memoria, muchas mas reconocemos lo que cambió nuestra vida en este último tiempo.

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