(Nota: esta columna y la foto que la acompaña fueron publicadas en El Estadista.)
Durante los ’70 y ’80, los alumnos de las escuelas públicas de las zonas cercanas a la capital provincial de Neuquén tenían un menú fijo de visitas de campo, que reflejaban la economía y la identidad neuquinas: un viaje hasta una planta empacadora de manzanas, un recorrido por la represa de El Chocón y, al final, una visita a la sede de administración y a la refinería de YPF en la ciudad de Plaza Huincul. En esta visita, después de viajar casi dos horas por una ruta sembrada a los dos lados por las cigüeñas de pozos petroleros y por las llamas de los “fosforitos” o venteos de gas natural, trabajadores de YPF mostraban a los alumnos el Pozo Número 1 (el primer pozo de petróleo abierto en la región), los enormes tanques de refinación y los caños por donde el petróleo y sus derivados viajaban “para Buenos Aires”. Los guías contaban cómo en la ciudad vecina de Huincul, Cutral Có, el petróleo antes surgía hasta la superficie espontáneamente, y que fue por eso que los mapuches le pusieron ese nombre, que significa en su lengua Agua de Fuego. También les mostraban las viviendas de los trabajadores, las plazas, escuelas y el hospital del pueblo, todos construidos por YPF, y les contaban de la dura vida del trabajador petrolero.
Pocas provincias tienen una relación tan profunda, económica y simbólica, con la actividad petrolera como Neuquén. Allí, el petróleo y el gas son algo más que un recurso natural: son una fuente de orgullo y la explicación del ascenso económico de la provincia desde la pobreza y oscuridad hasta una relativa prosperidad, y la fuente del convencimiento de que la provincia aporta más a la Nación de lo que recibe de ella (tema inagotablemente explotado por los candidatos a gobernador en sus campañas). Y, si Neuquén es la más petrolera de las provincias, el partido provincial que gobierna desde 1962, el Movimiento Popular Neuquino, es el más petrolero de todos. La asociación entre el MPN y la actividad petrolera viene de lejos. Para empezar, de Cutral Có provenía el fundador del MPN, Felipe Sapag, quien se inició a la vida política al ser el primer intendente electo de la ciudad.
Como se sabe, tanto Felipe como Elías Sapag formaban parte del peronismo neuquino y, en sus inicios, el nombre Movimiento Popular Neuquino fue sólo una sigla de fantasía con el que sortear la proscripción al justicialismo. Sin embargo, una vez que el MPN llegó a la gobernación se consolidó como partido provincial, en contra inclusive de las órdenes de Perón, quien en 1973 ordenó disolver al MPN. A esto, Sapag respondió: “Los neuquinos nos hemos puesto los pantalones largos”. En este proceso de autonomización partidaria, el petróleo cumplió un papel central. Durante fines de los ’60 y principios de los ’70 la combinación de abundantes regalías petroleras y baja población permitió a Felipe Sapag realizar una sucesión de gobiernos basados en fuertes inversiones públicas en educación, salud, vivienda e infraestructura, lo que posibilitó a Neuquén alcanzar notables indicadores sociales y de calidad de vida.
Esta autonomía financiera le permitió a Sapag desafiar al propio Perón, y ha permitido a los siguientes gobernadores negociar o desafiar a los gobiernos nacionales según las necesidades del momento. Parece existir un patrón en los gobernadores de provincias petroleras con baja población: la existencia de las regalías petrolíferas como un flujo que es independiente de los arbitrios del Ejecutivo hacen posible un grado mayor de autonomía política. Así, Néstor Kirchner pudo diferenciarse en varios temas del gobierno de Carlos Menem o Mario Das Neves diferenciarse del mismo kirchnerismo. Sin embargo, hay un matiz que es también interesante.
No sólo el MPN ha marcado siempre sus distancias con el Ejecutivo Nacional, sino que los gobiernos del MPN (y hasta cierto punto los gobiernos peronistas de otras provincias petroleras patagónicas) también lo han hecho con las empresas petroleras. Con la excepción de los gobiernos de Jorge Sobisch (cuyo discurso y práctica eran abiertamente proempresariales y que extendió las concesiones hidrocarburíferas en 2003 por un monto que muchos calificaron de risible, y sin requerir la exploración de nuevas áreas) los gobiernos del MPN han marcado que son socios pero también reguladores de las empresas.
Entre otras cosas, por ejemplo, el MPN tiene como aliado político de gran peso dentro de la provincia al Sindicato de Petroleros Privados, que se sienta a la mesa en todos los procesos de toma de decisiones que involucran hidrocarburos (y gobierna la principal ciudad petrolera de la provincia, Rincón de los Sauces). Hay asociación pero no simbiosis. Esta distancia se hizo más evidente en los hechos que precedieron la estatización de YPF, puesto que los gobernadores de Chubut, Santa Cruz y Neuquén cancelaron concesiones de Repsol, en una estrategia que había sido evidentemente concertada con el Gobierno Nacional.
Jorge Sapag, el gobernador y sobrino de Felipe, sin embargo, fue más allá, ya que canceló en la misma semana tres concesiones adicionales: una a la argentina Tecpetrol (de Techint), una de la canadiense Argenta y una de la brasileña Petrobras. Esta maniobra, dicen, causó el furor del gobierno brasileño, ya que el área que se amenazó con quitarle está dentro de la formación Vaca Muerta, donde se encuentran las reservas de shale gas más grandes del continente, y obligó gestiones urgentes de Julio de Vido. Sin embargo, el verdadero destinatario de la movida fue el Gobierno Nacional, que no quería de ninguna manera enemistarse con Brasil, y al que el MPN buscaba presionar para resolver la nacionalización de YPF sin más demora. Así, el MPN marcó en un solo movimiento su distancia tanto del Gobierno de Cristina Kirchner como de las empresas.
El MPN gobierna una provincia para la cual la actividad hidrocarburífera es central. Sin embargo, no es un partido “de” las empresas petroleras. Dos factores ayudan a esta autonomía: primero, que la actividad hidrocarburífera no genera una élite local con capacidad de manejar el Estado de manera directa. A diferencia de la actividad sojera o ganadera, no hay una élite conformada por dueños petroleros, ya que las empresas son concesionarias y no dueñas de la tierra. Además, los ejecutivos petroleros no tienen fuertes lazos provinciales ya que los mandos medios no suelen vivir más de dos o tres años en un lugar determinado.
El segundo factor es de tipo imaginario: aunque a la provincia no le ha ido mal en los años de la posprivatización, y si bien existen expectativas de que le vaya aún mejor en el futuro gracias a Vaca Muerta, sus años dorados están muy identificados con la época de la YPF estatal, a la que aún se añora e idealiza. De ahí que el nuevo CEO de YPF, Miguel Galuccio, haya sido recibido en Neuquén con todos los honores, y que en la provincia haya habido un fuerte apoyo a la estatización. Entre los más entusiastas estaba Ramón Rioseco, actual intendente independiente de Cutral Có y ex piquetero. Entre otras cosas, los neuquinos le pidieron a Galuccio que la sede de administración de la nueva YPF vuelva a instalarse en Plaza Huincul. Para hacer posible esas visitas de las escuelas, con los niños neuquinos yendo a ver una vez más como el petróleo es Neuquén y Neuquén, petróleo.
Maria, muy buen analisis, de todas formas cuando decis que el MPN no es el partido de las empresas, es como minimo discutible, si bien análisis tener algun grado de autonomia, esta es minima y en algun punto funcional a los intereses de las mismas empresas. En la provincia son famosos algunos viajes de grandes cabezas del mundo petrolero a la provincia para visitar al gobernador de turno o viceversa, es la vision conspiracionista, pero viste como es, las burjas no existen pero que las hay, las hay.
El estado neuquino es el principal «ordenador» social de la zona, donde existen multimillonarios recursos a ser extraidos (vaca muerta). El MPN ha hecho relativamente bien su trabajo de mantener la zona en paz, salvo a fines de los noventas.
Creo que el MPN tiene autonomia para resolver lo pequeño, lo cotidiano, pero las directrices de largo plazo las marcan de otros lados, sino no se justificaria q con tantos recursos no tengamos un desarrollo industrial productivo similar a bahia blanca, o mas cerca, rio negro. Los recursos del petroleo van a mantener una plantilla de sueldos estatales totalmente improductiva (y ojo que no estoy en contra de la burocracia estatal bien entendida, weberiana si quiere), tiene organismos enteros paralelos, en vivienda el Instituto Provincial de Vivienda y el ADUS, en desarrollo productivo ADENEU y ADI-NQN, organismos, con organica, funcionarios, recursos, etc, todo en paralelo para hacer exactamente lo mismo, y que ninguno hace!
Mi experiencia laboral desde el estado nacional c neuquen me dice que tiene una de las peores burocracias administrativas de entre todas las provincias argentinas. A que responde? si tuvieron y tienen recursos, poder y capacidad (no se discute) politica? Porque a pesar de estos recursos no pudieron lograr un desarrollo industrial y productivo solido? Creo que esto se explica por que no era conveniente desde el punto de vista estrategico para las petroleras.
Que la familia les garantice estabilidad, que la familia les garantice el menor desarrollo posible a los eventuales actores sociales que pudieran condicionar sus practicas economicas y productivas, tanto a nivel cuantitativo (cantidad de habitantes sobre vaca muerta) o cualitativo (nivel de formacion academica, politica, organizativa de los habitantes sobre vaca muerta). En resumen menor cantidad de gente posible y con la menor formacion posible es directamente funcional a los intereses de las petroleras.
Hoy Neuquen en funcion de sus potencialidades, recursos, desarrollo posible y en el contexto del desarrollo historico del pais, es una provincia subdesarrollada sin lugar a dudas.
Por eso creo que sostener una supuesta y completa autonomia es equivocado, existe una vinculacion mayormente oculta, mucho mas fuerte de lo que se sospecha entre el tandem Sapag(MPN)-Petroleras
Saludos
Matias
¿Vos decís que la burocracia neuquina es peor que la de Rio Negro, por decir?
Es probable que Neuquén sea subdesarrollada en relación a sus potencialidades, pero no en relación al promedio del país. Con eso le alcanza, supongo.
Y obviamente que la autonomía con respecto a las empresas no es total, eso no existe en ninguna provincia de Argentina. Pero sí existe, relativamente.
Por otro lado, la reaccion del MPN y Sapag actualmente con relacion a YPF responde a 2 cosas, principalmente, la baja produccion condicionaba su gestion y por ende la paz social de la region (y entonces a todo el resto de las petroleras) y en segundo lugar, a que sabia que no se podia enfrentar a la firme decision del estado nacional, y si para algo es buena la Familia es para olfatear por donde va la cosa, y sabian que no tenian que quedar en la vereda de enfrente pero que tenian que hacer valer su posicion.
Con esto estoy proponiendo, que al resto de las petroleras no les era funcional la actuacion de Respol, y creo que eso se vio ratificado por como se fueron dando los hechos.
Comparto. Ahora, ese «saber olfatear» y cambiar de vereda ni un miuto antes ni uno después no es poca cosa en los tiempos que corren, eh.
Epa es lo mas importante a lo hora de explicar como son gobierno desde casi 60 anos ininterrumpidamente. (Solo una breve intervencion militar)
De las dos situaciones que citás, no veo claro tu segunda opción, yo creo que todo lo contrario: necesitaban la ayuda del gobierno ya que, evidentemente, no podían torcerles el brazo a las empresas, más allá de Repsol, como para que no le condicionen su gestión y la paz social.
Sí me intriga más el porqué del «apriete» a Petrobrás y Tecpetrol, más allá que fue un alerta al PEN, yo creo que reclamaron una atención «especial» por poseer Vaca Muerta.
Está bien, lo único que señalo es que hay que tenerse bastante confianza para salir a apretar a Petrobrás.
Me parece que la visión de Neuquén (sus gobernantes, sus habitantes) como provincia productora de energía no es todo lo virtuosa que parece. Efectivamente hace a la provincia sumamente dependiente del devenir petrolero, lo que le concede mayores ingresos y cierta autonomía relativa respecto del EN y mayor independencia que una provincia que tiene su burguesía local, pero a la vez la inexistencia de una burguesía local hace que el excedente económico no quede en la provincia. Una parte de ese excedente se lo apropia el Estado Provincial con lo que se financia y obtiene su autonomía, pero la mayor parte termina en manos del EN o de las empresas extractivas (cuyos dueños no viven en la provincia e incluso mayoritariamente son empresas transnacionales).
Mal que mal otras provincias tienen sus burguesías provinciales (o burguesías provinciales más significativas) que sin duda operan con mayor fuerza sobre el Estado Provincial, pero que a la vez vuelcan al menos parte del excedente económico en la propia provincia.
Y en ese sentido es que la YPF nacional venía a ayudar a la provincia. Mal que mal YPF volcaba de diferentes maneras mayor parte de esos recursos a nivel local que las compañías «extranjeras» (transnacionales o no).
En cuanto a la insuficiencia del desarrollo industrial local creo que el problema es otro. Por motivos infraestructurales Neuquén está muy lejos de Buenos Aires y los grandes mercados internos, pero más lejos aún de Mendoza o de Chile y el Pacífico. Producir algo en Neuquén es caro porque los costos de transporte son muy altos (salvo aquello poquito que viaja en el tren y aquello que lo hace en oleo/gasoducto).
Hm. Me gustaría ver datos comparados; no creo que la oligarquía sojera «derrame» más en Salta que la petrolera en Neuquén. Para empezar, los sojeros también se llevan la plata afuera; para seguir, la actividad petrolera crea empleos muy bien pagos, a diferencia de la rural.
Datos comparados es difícil, habría que tener datos en detalle sobre la oligarquía sojera de Salta (igual no toda la agricultura de Salta es sojera, hay actividades más mano de obra intensiva). Pero en cuanto al petróleo de Neuquén las remuneraciones laborales son el 5% del valor agregado (eso es muy bajo, en el rubro agricultura en Neuquén las remuneraciones laborales son el 35% del valor agregado), podrán ser sueldos altos, pero es una actividad que es puro excedente (ganancia – renta), convengamos que por lo general «los dueños de las empresas petroleras» no son neuquinos y no viven en Neuquén y que es mucho mayor la proporción de impuestos del EN (retenciones) que las del Estado Provincial (regalías). Otro dato, la masa salarial de la administración pública (nacional y provincial, incluyendo defensa pero no educación) es mayor que la del sector petrolero y la masa salarial de educación (pública y privada) en la provincia es similar. Los datos están en la matriz de insumo producto de la provincia de Neuquén (online en la página de la dirección provincial de estadísticas y censos) y son del 2004. Desde entonces la producción petrolera en la provincia bajó aproximadamente un 33%, con lo cual se ha vuelto menos trascendente aún.
Ignatius, para mí que el estado tenga más empleados en Neuquén que en Jujuy o Salta, por dar un caso, no es un problema sino lo contrario. La mayor densidad del sector estatal en la Patagonia (aún, obviamente, con todas sus limitaciones) marca una mayor capacidad de autonomía estatal. ¿O no necesitarían más maestras el NOA o el NEA? Ni hablar el sistema de salud, que es mucho mejor en el sur.
Es que a mí tampoco me parece mal, si se quiere me parece bien. Lo que estoy remarcando es que la centralidad que se le da a la producción petrolera en Neuquén (que es comprensible por muchas razones, algunas de ellas históricas) no es la que realmente tiene a los efectos de la economía y el desarrollo provincial, sino que en la realidad es menor. Por eso remarcaba que el capacidad de multiplicación (en términos keynesianos, evitemos el «derrame») de la producción petrolera es mínima, básicamente ese 5% de salarios, es decir que si producís 100, «quedan en la provincia» 5. Otras actividades tienen mucha mayor participación salarial y además la posibilidades de que (más allá de la inversión) quienes se apropian del excedente «lo gasten» localmente. De vuelta, hablo del efecto multiplicador, no del «derrame». Si los sojeros salteños ganaran más por no existir las retenciones tal vez invertirían lo mismo, gastarían lo mismo y fugarían más. Pero algo «gastan»: tienen sus casas, sus empleados domésticos, van al supermercado, compran ropa, envían sus hijos a escuelas privadas, compran autos, tienen su casa de fin de semana en, ponele, Cabra Corral; por ahí tiene su «casa chica», etc. El petróleo neuquino no tiene eso, del excedente (el 95% que no se va en salarios) solo quedan las regalías en la provincia o algún otro impuesto provincial.
Debe señalarse que la medicina pública de la provincia es de buena calidad, posiblemente la mejor del país. La misma está inspirada en el modelo canadiense y atiende a muchos pacientes de las provincias vecinas.
Los trabajadores y empleados de las petroleras gozan de niveles salariales muy superiores a los de los medicos, docentes y otros asalariados públicos y privados. Esto provoca algunas distorsiones en los precios de la región, por ejemplo en el sector inmobiliario.
Muchos neuquinos esperan de YPF un retorno a la política de asentamientos territoriales que la caracterizó cuando era estatal.
María,
Súper interesante la nota. Me recuerda lo poco que sabemos en la sociología política subnacional. Supongo que el scaling down se aplicó más a las elecciones e instituciones que a la economía política. Algunos comentarios sueltos. Primero, si no recuerdo mal, Gervasoni encuentra que las rentas fiscales provenientes de transferencias federales afectan el nivel de competencia provincial, pero no encuentra lo mismo para rentas de recursos naturales. Hay pocas observaciones, idiosincracias, pero quizás sugiera algo útil para entender la lógica pólitica de las provincias hidrocarburíferas.
Segundo, tengo un comentario en relación a tus muy interesantes hipótesis hacia el final de la columna. Es curioso que no existe una clase dominante hidrocarburífera, pero me pregunto si la fuente de esa anomalía es como sugerís institucional (son concesionarios y no dueños). ¿No podrían acaso avanzar sobre la propiedad estas empresas, convenciendo políticos locales? YPF se privatizó después de todo. Esto sugiere que quizás haya algo de los incentivos de los políticos que los alejó de esta opción. La segunda hipótesis me resulta más estructural y relativamente convincente. Es inevitable que se requiera una sofisticación técnica que venga de fuera de la provincia, de manera que quienes se encargan de la gestión no tendrán arraigo local. Aún así me quedan dudas. ¿Por qué no desarrollar un knowhow local o por que los «extranjeros» no se radican localmente? Son sólo unas ideas para agitar un conjunto de ideas con enorme potencial
Saludos
Luis, no sé la razón, pero sé que los gerentes medios de las empresas petroleras en general rotan y no están más de dos o tres años en un lugar.
Por otra parte, los que sí viven en Neuquén son contratistas de las grandes empresas; pero me da la sensación de que son empresas más chicas.
Para profundizar el estudio sobre el MPN:
http://historiapolitica.com/dossiers/movimientopopularneuquino/
y dentro de esos trabajos, especialmente este:
http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/MPN_bucciarelli.pdf