Leemos esta nota de Pagni en La Nación, en la que habla de default. Utiliza este término para explicar un montón de acontecimientos y supuestos (sobre todo supuestos), acerca del futuro cercano, político y económico, de la Argentina.
En torno a ello, me gustaría notar un error conceptual del cronista. El último informe de Brodersohn lo explica bien, aunque sobreactúa el pesimismo.
Las dificultades que en el futuro podrían presentarse en torno al pago de deuda, responden, no a la capacidad del Estado para hacerse de pesos, sino para hacerse de dólares. Por más que el estado recaude el equivalente a 18 mil millones de dólares, la recaudación es en pesos. Por tanto, para pagar los vencimientos en dólares (que son de 8.500 millones, más o menos) necesitará que haya dólares disponibles en plaza. O recurrirá a las reservas del BCRA . O negociará refinanciaciones (más difícil). No va a conseguir crédito accesible en el exterior, y tampoco el sector privado aporta ingresos de capital por esa vía, que se pudiere traducir en crédito interno para el estado.
Por lo tanto, más importante que el incremento en la recaudación, será el flujo de divisas, vía comercio exterior. El gobierno deberá prepararse para cuidar fuertemente ese superávit, el comercial (que para este año, 2008, será de 14.000 millones de dólares, se calcula, creo).
Pagni no lo plantea en estos términos, sin embargo, y prefiere enfocarse en la recaudación, porque eso le permite hablar de «incautación» o «expropiación» de las jubilaciones.
Aunque también es posible que, en realidad, no lo sepa. Si es así, se soluciona con un manual de economía, capítulo Balanza de pagos. Le haría un bien a La Nación. El diario, digo…
Y en el frente comercial, ¿cómo estamos?
Digo, vos señalabas hace poco que, si bien habían bajado los commodities que exportamos, también bajaba el petróleo y los combustibles.
Me había quedado la duda de si ello beneficiaba a la Argentina, en la medida en que también obtenemos recaudación por derechos sobre la explotación de petróleo.
Ezequiel: la recaudación fiscal en pesos está garantizada con el flujo de aportes jubilatorios.
Por eso se puede pensar en reducir algunas vías de recaudación, como las retenciones, que se especula que podrían bajar bastante para maíz y trigo, con el objeto de incentivar la producción a los fines de exportar y obtener divisas.
Lo que se relaciona con los combustibles, yo lo veía en el sentido del balance comercial. Las importaciones de combustibles aumentaron enormemente en los últimos años (gas oil, gas licuado, podemos incluir la energía eléctrica)muy por encima, porcentualmente del resto. Que bajen esos precios, al tiempo que baja la actividad y es menos necesario tal vez importar, hace que se reduzcan los montos destinados a importación (los importadores usan dólares). Al mismo tiempo, la baja del precio internacional hace que los mismos se acoplen con los precios del mercado interno (o tiendan a hacerlo) razón por la cual, en el plano fiscal, el estado ahorrará pesos destinados a subsidiar esas compras.
Pero en todo esto, es necesario tener en claro la diferencia entre las cuentas nacionales del sector externo (balanza de pagos) y las cuentas fiscales. Yo creo que se podría arriesgar algo de fortaleza de la segunda, para garantizar fortaleza en la primera. El «Banade», que despectivamente menciona Pagni, puede ser útil a estos fines, si se dirige correctamente la línea de crédito.
Un abrazo.
Yo vi el articulo de Brodersohn que linkeo Escriba…
Exagera un poco con respecto al superavit fiscal, que pronostica nulo o muy bajo.
Pero por otro lado plantea un escenario donde la salida de capitales en el 2009 sea la mitad de lo que fue el 2008.
Este año va a terminar con 14.000 de superavit fiscal y sin embargo las reservas de BCRA no aumentaron.
Imaginate lo mismo, pero con la mitad de superavit fiscal…
El mismo Pagni, pero el 8 de setiembre: «El año que viene habrá que afrontar compromisos por US$ 20.000 millones. La mitad podría cubrirse con el superávit primario del Tesoro. Pero hay US$ 10.000 millones sin cobertura. El gobierno tal vez consiga que los organismos internacionales refinancien 1000 de los US$ 2000 millones que esperan cobrar; también podría obligar a bancos y AFJP reprogramar el plazo de US$ 2000 millones: vencen 4000 por préstamos garantizados; Hacienda podría quedarse, además, con la mitad de la recaudación de las AFJP, US$ 1700, colocándoles un nuevo bono. Seguirían faltando US$ 5300 millones». http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1047704
De una nota a la otra desaparecieron las referencias a los 4 mil millones en préstamos garantizados (¿no se iban a refinanciar?) y a la deuda con organismo multilaterales como el BID o el Banco Mundial (ídem). Y en esta nota http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/111151-35098-2008-09-07.html se habla de depósitos oficiales a los que se puede recurrir (2 mil millones más). ¿Estoy cometiendo algún error yo, hay algún error en las notas que cito, o Pagni está mandando fruta de lo lindo?
Esteban:
Es el superávit comercial el que menciona Brodersohn (el fiscal no lo discute, porque para él está garantizado). Todos los cálculos que se pueden hacer respecto de eso son estimativos y están altamente sesgados. Habrá elementos que actuarán negativamente sobre las exportaciones (baja de precios de commodities), y también sobre las importaciones (como le comento a Ezequiel). Y una proyección para todo un año en materia precios, por ejemplo, es muy arriesgada. Habrá que ver.
La cuestión es que la famosa «caja» fiscal es un resorte de mucha importancia para actuar sobre las palancas que sostienen el balance comercial.
La salida de capitales para el año entrante está garantizada por el pago de deuda en dólares. Tanto un tipo que se lleva la guita a un banco de Suiza o a su colchón, como un préstamo que el Estado Nacional pueda hacerle a otro país, como un crédito que un banco argentino le da a una empresa peruana se computan en la cuenta de capital con signo negativo. En cambio, toda la deuda que los argentinos (incluido el estado) toman en el exterior se computan con signo positivo (como ingreso de capitales). Por eso, lo que hay que mirar es si el capital que sale en los conceptos que te mencioné supera o no al que entra por exportaciones, menos importaciones (superávit comercial). Los saldos de todas estas operaciones son los que determinan que el BCRA pueda incrementar o no sus reservas. En la actual situación de Argentina, todo parece depender de las divisas que entren vía exportación, y de que se vaya lo menos posible vía importación. Para el resto, el estado contará con pesos suficientes para comprar dólares. Siempre y cuando haya en plaza.
Gracias por comentar. Un abrazo.
Cine Braille:
el tema con los depósitos que el estado Nacional tiene en el sistema financiero, plantea el mismo interrogante. El problema es que haya dólares para pagar vencimientos en dólares. Por más que el estado tenga muchos pesos, no va a conseguir dólares salvo que le quiera hacer perder muchas reservas al BCRA. Para no llegar a esa situación es necesario fortalecer el superávit comercial, que es el que aporta dólares a la economía argentina. Ahí va a estar la lucha. Default no creo que haya, pero sí hay riesgo de que el BCRA pierda reservas, y entonces convalidar una devaluación fuerte.
El tema pasa por ahí, no tanto por las cuentas fiscales.
Gracias por el comentario. Un saludo
la verdad es que leo de este Pagni lo terrible que es el gobierno, lo diferente que es a lo que hacen los paises desarrollados,etc.
el gobierno necesita fondos urgentes para reactivar la economia y para evitar el default, pero todo lo que hace para solucionar eso es, supuestamente, un error, ma que un errorun horror!
en USA el gobeirno le va a dar guita a la industria automotriz para que siga funcionando, aca el gobierno hace algo parecido y son unos estateros que subsidian todo lo que no es competitivo.
Mariano, te había entendido: lo que quería marcar es que la nota de Pagni me parece inconsistente hasta con sus propias notas anteriores.
Cine:
sí, perdón, me quise extender en el tema porque venía embalado del comentario a Esteban.
Igualmente es cierto lo que decís de que los números de uno y otro artículo no son precisos ni consistentes entre sí. Pero tendría que ver mejor el tema de la composición de los vencimientos del año que viene, que no lo tengo muy claro acá.
Un abrazo.
Pepe, es cierto lo que decís, pero encima a veces hablan con lo que pareciera ser desconocimiento. Y confunden.
Un abrazo
Muy bueno Mariano, siempre me aclarás muchas cosas sobre los temas económicos. Esta diferencia entre el superávit fiscal y el comercial respecto de la posibilidad de conseguir dolares para el pago de deuda, no la sabía.
Mariano: o sea, estamos con los mismos problemas que en, digamos, los sesenta, ¿o no? La vulnerabilidad de la ISI: el perpetuo déficit de comercio exterior y falta de divisas.
Sergio: gracias. Quisiera aclarar igualmente que el superávit comercial es necesario en un país como Argentina que tiene cortado el ingreso de divisas por otras vías (me animaría a decir que lo decidió estratégicamente así). En los 90, teníamos déficit comercial. Pero mientras el Estado, endeudándose y privatizando, y el sector privado, endeudándose en el extranjero, mantenían ingreso de capitales, financiaban las importaciones, que superaban a las exportaciones, y la economía crecía y no había problemas de liquidez. Lógicamente el recurso se fue agotando hasta que no se pudo tomar más deuda, y al BCRA se le fueron las reservas por el caño, y se devaluó 300%. Hoy los países centrales enfrentan cuellos de botella similares, que vamos a ver cómo los solucionan.
Un abrazo.
MEC: la verdad es que no sé si estoy en condiciones de dar una respuesta consistente a lo que decís.
Podría ensayar algo así: algunas amenazas se repiten. No se han desarrollado competitividades que suplanten el ajuste del tipo de cambio como única fuente de hacer sustentable la producción, dependemos demasiado de la comercialización de productos agrícolo-ganaderos para que entren divisas, etc. Pero tenemos un par de oportunidades que son novedosas. Un estado que, si bien habría que ir mejorando sus resortes administrativos, cuenta con recursos excepcionales para poner en funcionamiento y ser actor determinante en la economía de los próximos años (la famosa «caja», viste?), y una buena predisposición regional a avanzar en la complementarización de las economías. Hoy podemos pensar en una suerte de ISI en la que podamos producir lo que Brasil necesita para sustituir sus importaciones extra-mercosur, etc., y por supuesto «devolviéndoles la atención» del mismo modo.
Sinceramente, me parece exagerado pensar que el superávit comercial de 14.000 millones de dólares, se transforme en déficit en un año. Hay margen y recursos como para que no sea así.
Un saludo.
Un tema de la ISI era que el mercado interno, relativamente pequeño, no permitía las economías de escala propias de las industrias de los países centrales. Hoy, la deslocalización productiva en el marco del MERCOSUR ofrece un mercado mucho mayor. Claro que habría que convencer a Lula de que efectivamente, le guste o no, el precio de las transacciones externas va a subir, y que vamos hacia un cuadro aduanero necesariamente más elevado en sector secundario.
Concuerdo, hace tiempo, en que hay que bajar las retenciones. Tal vez se pueda avanzar, si la crisis no es demasiado grave, en gravar la propiedad inmueble rural, un impuesto cien veces más progresivo.
Es parecido y distinto al menú de problemas de la ISI. Es parecida, hasta cierto punto, la vulnerabilidad externa por balanza comercial y de pagos. Es diferente la gravitación de la deuda externa y la integración regional.
Mariano: el post es sencillamente excelente.
Ezequiel: gracias.
El tema del impuesto a la propiedad rural tiene una diferencia muy grande con las retenciones: se recauda localmente.
Desde el punto de vista económico, que la presión impositiva recaiga sobre un impuesto de estas características, haría que se pudiera jugar un poco má con la diferenciación (cada gobernador podría usar esta herramienta para determinar el nivel impositivo que le cobra a la producción, porque en definitiva la carga recaería sobre el productor y no el rentista, atendiendo a la rentabilidad). Las retenciones deberían ser móviles, para que cumplan el rol para el que mejor sirven que es amortiguar los movimientos bruscos por la volatilidad de los precios.
Como vemos, como nunca en los años desde que tengo uso de razón, se presenta la posibilidad de generar tantos debates, a mi modo de ver, interesantes y muy fértiles.
Un abrazo.
Bueno, ¿pero te puedo comprometer a un seguimiento de este tipo, cada mes, aunque sea, por este medio, como para no perder orientación general? Es que hay crisis mundial, vio?
Un abrazo