Esta entrada, tiene origen en un comentario que me hizo María Esperanza en un post de Mendieta. Espero que la lea y que me comente qué le pareció. Así mismo, las impugnaciones de Hal, Esteban, Ulschmidt y Mariano T. a mis comentarios, también contribuyeron a que pensara algunas de estas cosas. Así que, por la positiva o por la negativa, no es solamente culpa mía lo que sigue.
El tema es la inflación. Es decir, el aumento sostenido del índice general de precios. Es muy común escuchar por estos días cosas tales como que “la inflación es el impuesto a la pobreza”, “la inflación es la causa del aumento de la pobreza”, etc.
Desde mi óptica es cierto, innegable, que la inflación golpea antes que a nadie a los sectores de más bajos ingresos. Sobre todo, cuando el núcleo de la inflación está compuesto por la suba de precios de los alimentos.
Pero sin perder de vista este aspecto del “problema inflacionario”, me parece necesario hacer una caracterización teórica de la inflación, para arribar a un panorama más abarcativo, con el propósito de ser precisos a la hora de definir el lugar que ocupan la inflación y las políticas antiinflacionarias en la matriz distributiva del ingreso.
Para ver el problema en perspectiva, podemos adoptar momentáneamente el enfoque de “demanda agregada”. Según este enfoque, la inflación aparece cuando la demanda agregada se incrementa por encima de las posibilidades de producción de la economía (que se identifica con el concepto Oferta Agregada de Corto Plazo). Los componentes de la demanda agregada son: el consumo, la inversión, el Gasto Público y el saldo de exportaciones (exportaciones, menos importaciones). El incremento en uno o varios de estos conceptos, sin correspondiente correlato en un ensanchamiento de la capacidad productiva (capitalización o mejora de la productividad), redunda en un índice de precios de equilibrio más alto.
Ante esta “verdad” teórica, verificamos que en la práctica, el aumento en cada uno de dichos conceptos genera presiones inflacionarias, que pueden ser contrarrestadas o no, por otros elementos que esterilicen sus efectos.
Según este enfoque, reducir la inflación es sencillo: ajustar sobre el gasto público, limitar el consumo privado. Está empíricamente demostrada la eficacia de estas medidas, en distintos países y procesos históricos, para bajar las presiones inflacionarias.
Desde una perspectiva distinta, más cercana a la de los monetaristas, se entiende a la inflación como un fenómeno causado por la proliferación de medios de pago, por encima de la riqueza “real”, tangible. Entonces, en un contexto de crecimiento, el valor nominal de la economía crece más que el valor real. Pongamos un ejemplo un poco tosco: hay más billetes para pagar casi la misma cantidad de productos. Esto genera un lógico aumento de precios. Más allá de lo que pueda discutirse sobre esta teoría, hay un argumento difícil de refutar: ninguna suba de precios es posible si no existe el medio de pago capaz de convalidarla. Los medios de pago no son solo los billetes. También las tarjetas de crédito y los cheques, por ejemplo. O los ticket canasta. El multiplicador bancario y la emisión secundaria de dinero juegan un papel importante en este asunto. Por eso, desde esta visión de la inflación, su combate es una lucha contra la laxitud de las políticas monetarias: evitar la emisión indiscriminada (ortodoxamente se combate con mucha fuerza la monetización de los déficits fiscales, es decir, emitir para pagar gastos corrientes del Estado cuando la recaudación no alcanza), aumentar los encajes bancarios, subir los descuentos que el Banco Central les hace a los Bancos, lo cual afecta la tasa de interés general de la economía. En definitiva, contraer la demanda agregada quitándole medios de pago para el consumo y financiación para la inversión (pública y privada). También hay comprobación empírica de la eficiencia de este tipo de medidas en la lucha contra la inflación.
Ahora bien, como casi completo ignorante que soy de la Ciencia Económica, mi visión de la inflación apunta a otros aspectos, aunque tomando elementos de lo dicho hasta aquí.
Lo primero que me llama la atención de la inflación es que, siendo tan regresiva en cuanto a la distribución del ingreso (por aquello de que golpea más fuertemente a los que menos tienen) tenga tantos antídotos más regresivos aún. Paralelamente, es también llamativo de qué modo se activa frente a situaciones que intentan corregir la distribución inequitativa, como los aumentos salariales (que potencian los consumos populares), o el incremento del gasto público (que es siempre redistributivo, en el sentido de que capta recursos del ámbito privado y los redirecciona). En este sentido, pienso a la inflación como una “trampa” que el capitalismo le pone a las políticas de intervención con fines redistributivos.
El capitalismo es un sistema económico que tiene, como condición básica de posibilidad, a la acumulación. Esta condición tiene una consecuencia inexorable que es la tendencia a la concentración de los ingresos. El desarrollo de economías de escala hace el proceso productivo más eficiente, y las unidades que alcanzan mayor eficiencia tienden a absorber a las menos eficientes. Al interior de las unidades el proceso de concentración adquiere otras características. Las mejoras en la productividad tienen tendencia concentradora en el siguiente sentido: la empresa es más eficiente en tanto obtiene mayores unidades de producto con menor proporción de trabajo. Es decir, expresado en términos contables, en tanto la proporción del costo salarial es menor respecto del precio del producto. Consideraciones que Marx expresó muy bien, cuando hablaba de “composición orgánica del capital”.
Complementando, entonces, las consideraciones acerca del proceso de acumulación tendiente a la concentración que caracteriza al capitalismo, con los enfoques que dan cuenta del carácter de la inflación, me arriesgo a ensayar una perspectiva distinta: la inflación es un síntoma de que se produce alguna incorrección, alguna desviación, en el proceso lógico de acumulación de capital. Como un mecanismo de defensa, incorporado a la propia lógica de funcionamiento del capitalismo, que intenta corregir parcialmente dichas incorrecciones, surgidas de la intervención de factores ajenos al normal funcionamiento del sistema.
Enfocar la inflación desde esta perspectiva nos permite ver con claridad que no todas las medidas tendientes a eliminarla son superadoras en términos de progresividad. Nos obliga a pensar que la inflación es altamente negativa cuando significa una disminución real del poder adquisitivo de los ingresos más bajos. Pero que un contexto levemente inflacionario suele ser más progresivamente distributivo que uno de “inflación cero”. Nos permite, también, caracterizar correctamente a las medidas antiinflacionarias, para ver si se puede “jugar” al interior de las mismas, y tomar las menos regresivas posibles (enfriando el consumo popular lo menos posible, gravando fuertemente consumos más lujosos, pero sin que esto perjudique las importaciones).
En definitiva, que el “perfecto” funcionamiento del capitalismo es la antítesis de la “justicia social”, y en tanto no nos animemos a derribar el sistema entero, o no le encontremos un reemplazo realmente superador, tendremos que acostumbrarnos a vivir en el delgado equilibrio de sus “imperfecciones”. En este caso particular, en el delgado equilibrio de una inflación ni muy baja ni muy alta.
Autor de la foto.
Muy buen post, la verdad es que me convenciste. Sin embargo, debido a mi falta de experiencia en temas económicos me quedo a la espera de las respuestas del resto de los bloggers. Pero insisto, me gusta la idea.
Mariano: esaaaaa!!!! Muy bueno. Y no se haga el humilde con sus conocimientos económicos. Que si no sabe lo disimula bastante.Que se repita.
Muy bueno el post, Mariano.
En algun lugar lei que la inflación vino a reemplazar al «ejercito de reserva» del que hablaba Marx, como forma de mantener controlado el factor del trabajo a partir de la organización sindical y el surgimiento de las democracias.
Y la frase:
el “perfecto” funcionamiento del capitalismo es la antítesis de la “justicia social”
Se ganó un lugar en mi libro de citas.
Muy bueno!
«Enfocar la inflación desde esta perspectiva nos permite ver con claridad que no todas las medidas tendientes a eliminarla son superadoras en términos de progresividad. Nos obliga a pensar que la inflación es altamente negativa cuando significa una disminución real del poder adquisitivo de los ingresos más bajos. Pero que un contexto levemente inflacionario suele ser más progresivamente distributivo que uno de “inflación cero”.»
Actualmente se intenta «emular» en algunos aspectos de la economia Argentina, el modelo de los 50,60 y 70. Donde teniamos inflacion, pero tambien una muy buena distribucion del ingreso y baja pobreza.
Comparado como estamos ahora, en esa epoca estabamos joya. Pero aun asi, eramos un pais atrasado.
Ese modelo funcionaba mas o menos, porque la pobreza nunca superaba el 4% o 5%. Hoy en dia, estamos hablando de una pobreza «real», alrededor del 30%.
En los 60/70 podíamos sobrevivir con un 5% de pobreza.
Pero ahora en cambio hay que bajarla y lo mas rapido posible.
En ese sentido, el modelo economico actual es regresivo. Eliminó la pobreza que generó la crisis del 2001 y la devaluacion de Duhalde, pero no fue mas alla y peor aun, todo indica que este indice tan fundamental, esta estancado…
Hay algo que me llama mucho la atencion. Cuando estalló la hiper en el 89, la pobreza se disparó a mas del 50 de la población. En la mejor época de Menem (1994), la pobreza habia bajado «nada mas» que al 17%. O sea, que en los primeros 5 años, Menem consiguió bajar este índice un 68%.
Sin embargo, en la peor época del 2002, la pobreza llego al 58%. Según la estimación actual de algunas consultoras, ahora estaría rondando un 27%-30%, con lo cual, luego de 5 años, se produjo una reducción del 59%-50%, porcentaje menor al «logrado» por Menem.
Otro dato que me llama mucho la atencion. En 1995 la desocupación llega a su máximo pico, o sea, mas de un 18%. Sin embargo, la pobreza en ese entonces, no supera el 20%.
Hoy en dia, 13 años después de aquello, tenemos una desocupación del 9% y una pobreza que supera del 27%-30%.
O sea, digan lo que digan, en 1995 el ingreso del trabajador, era claramente en términos de poder adquistivo, superior al hoy en dia…
Aun en el ultimo año menemista, donde la desocupación habia bajado, pero la pobreza habia subido, esta relacion pobreza/desocupación seguia siendo mejor que la actual…
El salario promedio de hoy en dia «intenta» recuperar el terreno perdido y acercarse a los valores de la decada anterior. Pero con una inflación del 25% anual, todo indica que la carrera esta muy lejos de ganarse…
Entonces, que tan «distributivo» es el modelo inflacionario Kirchnerista?
No sé de qué manera nuestras discrepancias influyeron en este post pero es para celebrarlas, entonces. Verá, además, que esto que usted ahora plantea es absolutamente compatible con aquello que le señalara en nuestro último debate. Si vamos a operar sobre la demanda agregada, mejor hacerlo con un impuesto a las ganancias inesperadas aplicado a los 2000 agentes que concentran la producción en la industria agroalimentaria antes que por la vía de las retenciones.
Y comparto la observación de Primo, muy buena esa frase sobre el perfecto funcionamiento del capitalismo. Es una apropiada manera de pintar a las tendencias antidemocráticas del orden capitalista.
Creo que a la argumentacion de Esteban, le faltan algunos datos:
-precio de los commodities (petroleo, alimentos)
-flujos de capital (ingreso de capitales via privatizaciones o bicicleta financiera para sostener el endeudamiento, tasas de interes)
aislar un par de variables estadisticas para sostener el argumento de que el modelo menemista era redistributivo?
Podemos discutir las limitaciones de este modelo, que si no encara politicas activas redistributivas no las va a lograr via derrame (via derrame el mercado puso su limite, hasta aca llegamos, ahora va en cuentagotas)
acabo de leer el post de Hal, y acabo de escuchar en 26 a Kunkel donde le preguntaron lo mismo, por que en vez de subir retenciones no aplicaron la suba sobre las ganancias de esos 2000 que acababa de mencionar. kunkel respondio y me parecio logico, que aplicado sobre ganancias no impactaba en el desacople de precios internos, a lo cual agrego pensando en voz alta, y si estoy equivocado que me corrijan, que bajando las ganancias de la soja, pongo un techo a su accion de desplazamiento sobre otros cultivos o producciones (algodon, leche, ganaderia, etc). Entonces si tengo que discutir como apoyar esas producciones es menor el rango de incentivos que tengo que darles para que puedan competir en rendimiento con la soja. Ahora bien hay algo que menciona Mariano T, que me parece destacable en todo el debate sojero, y es «lo psicologico». Los actores economicos no se mueven solo en funcion de la razon, sino tambien de expectativas, y para eso el gobierno va a tener que trabajar con los productores, los pequeños y medianos claro, los grandes no tienen psique solo contadores.
Julio, en ningun momento dije que el modelo Menemista era redistributivo. Simplemente lo comparo con el actual, porque concidero que decir que el modelo inflacionario es redistributivo para mi no tiene sustento.
Y con respecto al precio de los commodities, no es el principal ni por lejos, componente de la inflacion argentina…
Interesante, me encanta analizar al fenomeno inflación.
2 cosas que no entiendo:
1)por qué una inflación leve es más progresiva que una inflación cero? (siempre en un marco teórico)
¿curva de Phillips?
2)por qué la inflación no forma parte del proceso lógico del sistema de producción capitalista?
Para desacoplar precios, solo hace falta una pequeña retención volcada íntegramente a subsidiar los precios mayoristas de los 6 o 7 insumos alimenticios básicos que se exportan. No es lo mismo el trigo que el pan, si el trigo tuviese costo cero, el pan igual no bajaría de 4 o 5$.
Por otro lado, el tema defensa de la sojizacion como excusa tiene poco fundamento, el cultivo que más aumento de retenciones tuvo fue el girasol.
Esto fue para aumentar la reacudación, hacer caja¨. Por eso el plan de hospitales no se anunció desde el principio, igual que las compensaciones a los pequeños productores, son concesiones logradas a fuerza de piquete. Y dudo que cumplan ninguna de las dos.
Mariano T.: no confundas en algo. Puede ser que el plan de hospitales haya sido generado por los piquetes o no, es otra discusión. Lo que no quiere decir, en todo caso, que los piquetes hayan sido para que la plata vaya a los hospitales. Se modificó el destino de los fondos, como en todo proceso democrático de implementación de políticas públicas, pero el destino final de las extracciones a la exportación no son consecuencia de los reclamos del sector agrario. Al menos, no de su motivación.
Mariano:
Lo felicito, muy claro e interesante.
Que opina Ud. de los controles de precios que algunos están sugiriendo como lo más indicado para contener el aumento de precios de los alimentos ? (según el Sr. Navarro en el último año los supermercados -Coto- incrementaron sus precios un 47% por sobre el aumento a nivel mayorista de los alimentos).
Saludos.
En el modelo perfecto de capitalismo de A Smith, el poder de mecado se reparte en forma equitativa entre todos los individuos, de manera que nadie tiene poder de mercado. En el mundo real donde el poder se distribuye inequitativamente, sin grandes consensos que avalen y permitan implementar políticas redistributivas y de ingresos (aumentos salariales), los empresarios y otros agentes con poder de mercado operarán sobre los precios para mantener sus margenes de rentabilidad. Sin los consensos básicos las inversiones necesarias para expandir la oferta no se realizarán y todo terminará en mayor inflación.
un contexto levemente inflacionario suele ser más progresivo que la inflación cero sólo cuando hay recursos ociosos, es decir capacidad productiva no utilizada y alto desempleo, argentina 2003-2005 donde la inflación crecía menos que los salarios.
Hoy se da la relación inversa.
Saludos
Divertido que para ser uno que dice ser «casi completo ignorante de la Ciencia Económica» escribas nada más que de Economía.
Una leve inflación es siempre buena, pero no porque sea progresiva. En realidad, es como el aceite del motor de la economía, facilita los ajustes, por eso los Bancos Centrales que siguen metas de inflación tienen una meta de inflación baja, pero positiva. Pero eso sería algo así como el 2-5% al año, no el 30%.
Lo otro es que en el mediano y largo plazo es mejor tener una inflación bajita si querés tener crecimiento en la economía y hacer posible la redistribución del ingreso, porque te podés concentrar en otras cosas. La inflación alta inhibe el crecimiento (y no me vengan con eso de que en los sesenta se crecía con inflación, Argentina es el país con el historial de inflación más largo del mundo y así quedamos) entre otras cosas porque cambia el sistema de precios relativos a lo loco y hace que las señales se confundan. Y como bajarla es siempre difícil, mejor que ni aparezca.
En Argentina la inflación se usó además para bajar los salarios reales cuando hacía falta.
Tomás: El hecho de que la proesta no fue para que el aumento de retenciones fuera exclusivamente a gasto social, no cabe duda que esa fue la consecuencia de la protesta. Sin los 3 meses, esta plata habría ido a otro lado. Y todavía quiero ver adonde va.
Bueno, hoy hubo problemas en china, y tal vez los chinos se encarguen de que no vaya a nadie.
Ah, y los países que encontraron el equilibrio entre capitalismo y justicia social no cobran retenciones, cobran impuestos al consumo, a la propiedad y a los ingresos personales (salarios y ganancias de capital).
Ana C:
Si, es posible, pero esos paises no están habitados por argentinos y probablemente la gente pague sus impuestos en lugar de evadirlos.
Saludos.
Tenes razón Nicolás pero supongo que si alguien quiere sacar soja de contrabando del país sin pagar retenciones debe ser posible.
No quiero pecar de idealista pero me parece que la solución no es privilegiar los impuestos más dificles de evadir sino los más justos.
Será despues el turno de la AFIP evitar que las exportadoras saquen granos comprados en negro que no van a terminar en un pago de ganancias por parte de los productores.
Ana C., ninguno de esos países se dedica a la exportación de materias primas, y particularmente de alimentos.
Les agradezco a todos por los comentarios, que no pude contestar antes.
Una aclaración general (que incluye a Ana C. y Esteban): no es idea del post sostener que la inflación es distributiva. Sí que, en materia distributiva, por lo general, los modelos con inflación baja son más justos que los de tasas de interés altas (por simplificar bastante). Por supuesto, como dice Musgrave, el límite de lo aceptable es el que marca que la inflación supere la actualización salarial.
Algunas respuestas:
Esteban: reitero mi idea: las medidas antiinflacionarias no se identifican con una mejor distribución del ingreso. Depende cuáles, y en qué contexto. Le digo lo mismo que ayer. Una cosa es comparar pobreza, y otra muy distinta hacer un análisis más profundo de la situación social, con comparaciones entre los distintos deciles, e incluso, intradecil, con análisis de profundidad de la pobreza. Y habría que ver bien el tema del poder adquisitivo del salario. Medido en dólares, con tipo de cambio bajo, se puede sobrevaluar.
Saludos
Pablo: mi opinión (es sólo eso, una opinión). Respecto de 1) la curva de Phillips puede tener relación con esto. Las tasas de interés altas son un elemento que bajan inflación al mismo tiempo que desincentivan la inversión.
2) lo que escribí (o al menos eso quise) es que en funcionamiento pleno y normal del proceso que favorece la concentración del capital, la inflación es «innecesaria». Aparece cuando los mecanismos de concentración del capital se ven «interrumpidos u obstaculizads» por algún factor.
Un saludo.
Nicolás: el tema de los controles de precios (y podemos incluir los subsidios también) merecería algo más que un comentario para explicar bien mi postura. Sepa disculpar.
Un saludo.
Musgrave: usted me dio la 2º lección más importante sobre economía que recibí. La primera es: «nada es gratis». La segunda se la traduzco como: «abstenerse de leyes generales». Todas las variables son dependientes.
Mi idea sería que la inflación es síntoma de que «algo se está moviendo», que algo está «incomodando los planes del capital de acumularse, reproducirse y concentrarse».
Saludos.
Ana C.: es que los peronistas cabecitas negras somos así. Nos gusta hablar de lo que no sabemos para hacer engranar a los bien pensantes.
Un saludo.
Un último comentario general: me queda la sensación de que el post pudo haber sido interpretado como una «vindicación» de la inflación (seguramente no es el caso de Hal, Nicolás y Primo Louis). Simplemente quise señalar que no necesariamente las políticas antiinflacionarias son positivas en materia de distribución del ingreso.
Saludos a todos.
Me encantó su post. Supóngo que es suya la idea de que la inflación sería como una llave térmica que salta para poner en evidencia algún defecto que pone en recalentamiento al circuito. Esa metáfora es mía, para no repetir lo que Ud dijo y para ver si entendi bien.
Ahora, debe ser tan difícil llevar a cero la inflación, como impedir que aumente sobre los valores convenientes, del 3 a 5 anual, como alguien dijo. ¿no? ¿o es más fácil sostenerla en esos valores que mantenerla en cero?
Antes que nada, me molesta que la gente hable de economía sin saber. No obstante, este artículo no peca de ignorante, al menos, no lo demuestra.
En definitiva, que el “perfecto” funcionamiento del capitalismo es la antítesis de la “justicia social”, y en tanto no nos animemos a derribar el sistema entero, o no le encontremos un reemplazo realmente superador, tendremos que acostumbrarnos a vivir en el delgado equilibrio de sus “imperfecciones”.
Esto es mentira. Europa es capitalista y sin embargo tienen mayor justicia social que nosotros, y eso que no tuvieron a Perón. Debo decir que la tasa deseable de inflación anual no es cero, ni siquiera para los neoclásicos. Es alrededor de 2%, porque no se quiere limitar el crecimiento.
Igualmente, negar que la inflación que tenemos hoy en día (25-30% anual) destruye el salario real de todos los argentinos, y en particular de los pobres, es demasiado insostenible. Esto no es una inflación tolerable, aquí sí hay que tomar medidas. Si se hubiesen tomado en 2005, cuando estaba por debajo del 10% en vez de ejercer controles de precios que no funcionaron en ningún país del mundo en ningún momento de la historia, no habría que tomar esas medidas hoy.
Natalio,
Tomate un tiempito para leerlo de nuevo y prestá atención a las sutilezas del texto, como las comillas.
Andrea: Canadá, Australia, Francia, Nueva Zelandia, USA
Buenísimo, Google les mandó un aviso de un pool. Les hice un click.
Desde mi absoluta ignorancia del tema, (la mía es real, no como la de Alejandro) Me surgen algunas preguntas: la inflación es algo real, ahora ¿cuanto de real es? parece una realidad no precisa, ¿cuanto de esa realidad tiene que ver con distintos intereses?, digo, como es posible que esa realidad se pueda medir en formas tan diferentes? ¿Porque para algunos da 6 y para otros 20 y aun 30 o 40?
Entonces, la inflación existe, pero ¿cuanto de ella existe verdaderamente?
Mariano, muy buen post. Luego de leer el informe mensual de Kritz acerca de la evolución de la masa salarial en el sector privado, me comenzó a quedar claro que podría ser éste factor el que debe estar molestando al Capital. El costo laboral está llegando al piso que impuso la devaluación de 2002, que el capital productivo quiere transformar en un nuevo techo. Es evidente que el factor Salario entra en la ecuación, sea que se lo mire desde la perspectiva de la demanda agregada (que sostiene la demanda sino es el salario) o desde el monetarismo (el aumento de salarios aumenta los medios de pago, ¿no?). A los que opinan mirando las economías «desarrolladas», permitanme recordarles que ellos viven de las extracciones de Capital que les envían las filiales de sus empresas desde los países «no desarrollados». Trabajé en varias multinacionales y el credo diario era cómo hacer para enviar $$ a la casa matriz. ¿Porqué no analizar la economía de Francia al respecto? Verán de dónde salen sus ingresos. Así es fácil bajar la deuda social y mantener baja la inflación.
Un saludo.
«En este sentido, pienso a la inflación como una “trampa” que el capitalismo le pone a las políticas de intervención con fines redistributivos.»
Ahora, ya sé que esto puede valerme ser tachado de «positivista» o algo parecido, pero cuando le atribuímos volición a una categoría abstracta como capitalismo estamos haciendo pura metafísica. El capitalismo es un modo de producción, no una superpersona que pone trampas a quienes quieren escapar de sus garras.
Tute: leí por ahí que al no disponer de estadísticas oficiales, los actores económicos tienden a estimar la inflación desde su propio sentido común (por eso algunos almaceneros ajustan ‘a ojo’ los precios de los productos). En ese caso, la solución pasa por arreglar el papelón que se hizo con el INDEC y de paso volver a otorgar credibilidad a ese organismo (una medida que devolvería algo de ‘institucionalidad’ a esta gestión, ahora que la derecha ha vuelto al ruedo con ese tema) Felicitaciones por su esfuerzo, Mariano. Gran posteo.
yaya:
«El costo laboral está llegando al piso que impuso la devaluación de 2002, que el capital productivo quiere transformar en un nuevo techo.»
Basado en que haces esta afirmacion?
yaya, los paises escandinavos tienen una economica muy desarrollada y no suelen tener mas de 4 o 5 empresas multinacionales de importancia. No se puede afirmar que estos paises estan tan desarrollados gracias a la «extraccion de capital».
Mariano:
«Simplemente quise señalar que no necesariamente las políticas antiinflacionarias son positivas en materia de distribución del ingreso.»
Bueno, ahi estamos de acuerdo. Pero remarco el «necesariamente». En ciertas circunstancias entonces admitis que si puede ser una opcion valida. Y habria que pensar ahora si no es el momento de aplicar una politica de este tipo…
Mariano T. muchas gracias por su repuesta del post anterior.
Sobre este, mutis, por que de economia sigo aprendiendo.
Buen post, aunque me rechina un poco la idea de que la inflación es «algo que está incomodando los planes del capital de acumularse, reproducirse y concentrarse”. De todos modos, de acuerdo en que la inflación más o menos alta (digamos, arriba de 15%) tiene efectos regresivos y los remedios que normalmente se usan también. No es muy difícil de entender: en una economía capitalista, el sector con menos poder es el asalariado y por lo tanto es el que tiene menos capacidad para defenderse ante una crisis. Justamente es por eso que los gobiernos progresistas están obligados a tener una política antiinflacionaria efectiva y preventiva: cuando aparece el problema, desaparecen las buenas opciones.
Mariano. Buen post.
Creo que la nota abre demasiados debates para que en un comentario se puede analizar todos y cada uno. Lo que sí creo, es que la inflación no es un elemento inherente al capitalismo. Hemos visto casos de inflación pronunciada en otros sistemas sociales de producción.
El punto evidentemente cierto es que no se sale de la inflación progresivamente. Sad but truth. Ahora, si sabemos esto, ¿no sería prioridad fundamental evitar episodios inflacionarios (ya que son regresivos como tales, y encima abortarlos también es regresivo?
El tema es tan complejo como puede serlo. Yo pensaba una preguntonta para tomar dimesión: un país pobre, ¿puede en base a una revolución, o cambio de modelo económico, o lo que fuera, modificar en el corto plazo (es decir instituacionalmente) los niveles de vida de sus habitantes? ¿es decir incrementar el nivel de consumo real de sus habitantes?.
Eva Row: está bien la metáfora, no para dar cuenta de la «realidad», pero sí de mis expresiones, más prosaicas que las suyas.
Mire, mi impresión es que lo más difícil de todo debe ser bajar la inflación tomando medidas lo menos regresivas posible en materia distributiva. La otra cuestión es el tiempo: el «desinfle» no es inmediato. Puede haber factores antiinflacionarios operando actualmente (es un ejemplo, no digo que así sea), pero su efecto se nota de manera mediata.
Muchas gracias. Un saludo.
Natalio: no quiero entrar en polémicas que exceden mis planteos aquí, pero no sé si la situación social europea es independiente de la situación social africana, por poner un caso. Creo, más vale, que no. Pero, bueno, el capitalismo es lo que hay, y hay que bancárselo como es, tratando de entenderlo y hacerlo lo más benévolo posible.
Gracias. Saludos.
Primo Louis: gracias de nuevo. Un abrazo.
Mariano T.: Saludos.
Tute cabrero: tengo una idea dando vueltas desde hace un tiempo: la controversia INDEC-IPC tiene un corolario desagradable, que es la identificación del IPC (un número técnico) con la «sensación térmica de bolsillo». Por eso creo que ningún cambio de metodología en la medición del IPC dará frutos para alcanzar su credibilidad. Lo único que dará esos frutos sería que el IPC recobrara su «invisibilidad» mediática. Esto se conseguiría a mi entender solamente con un freno «real» de la inflación. La nueva metodología fue «quemada» desde su propio lanzamiento.
Gracias. Un abrazo.
Yaya: hay un comentario de Ana C. en el que dice que en la década del 60 la inflación argentina fue «utilizada» como un mecanismo para bajar salarios. Me parece que es el mejor argumento en favor de su postura y la mia.
Gracias. Un abrazo.
Mauro: gracias. Saludos
Esteban: creí que en el post quedaba clara mi opinión acerca de la regresividad de una inflación alta.
Un saludo.
Galimatías: no sé si mis posteos son un buen lugar para aprender de economía. Pero bienvenida su participación. Saludos.
Charrúa: una sutil dieferencia: la inflación es un síntoma de que algo está incomodando la tendencia del capital a acumularse, reproducirse y concentrarse.
Gracias. Un saludo.
Genérico: no sé qué pensará usted, pero me parece que su visión no es radicalmente distinta de la mía. Ocurre que no sé si siempre los episodios inflacionarios sobrevienen por un acto de voluntad. Me parece que, a veces, la inflación se va de las manos. El tema fundamental es la mediatez de los efectos inflacionarios. Aparecen lo suficientemente después de que se tomen las decisiones, como para que los encargados de hacerlo, expertos y todo, se sorprendan. Pero bueno, tampoco renunciemos a la forma de buscar la mayor progresividad posible, experimentando con los métodos de frenar la inflación que afecten lo menos posible los ingresos más bajos. El problema, tal vez, sea el costo político de los efectos sobre los sectores medios.
Saludos.
Gracias y saludos para todos.
Mariano: es muy sagaz su observación sobre que los antídotos son más regresivos que la propia inflación. Posiblemente, la reiterada experiencia en ese sentido es lo que hace que en la Argentina los más afectados por los efectos antidistributivos de la inflación no sean precisamente los que podríamos llamar más «antiinflacionarios». De lejos, es la clase media la que ve alterado su equilibrio psíquico en mayor medida, porque la inflación le aleja cada vez más la zanahoria.
Lo cierto es que, desde que Lavagna alertó (creo que era en 2003 ó 2004) sobre el peligro inflacionario, el motor principal ha sido la obstinación de las empresas por mantener y profundizar el apriete salarial operado durante años de ascenso de la desocupación y el trabajo en negro hasta llegar a las cifras siderales de 2002.
Lavagna mismo apuntó en esa dirección (a su manera, claro) en la oportunidad, cuando culpó a los aumentos salariales de provocar la inflación.
Mantener los salarios en el nivel de mera reproducción de la fuerza de trabajo, e incluso, por debajo de ese nivel, es un procedimiento tentador por lo simple para aumentar las ganancias.
Siento mucho que, una vez más, nos pongan como ejemplos a los países exitosos y serios, que todos sabemos cuáles son. Yaya ilustra mejor que un tratado cuál es (somos) una de las fuentes de prosperidad de aquellos paraísos. Pero, peor aún, tanta dicha está en veremos. ¿Acaso la Unión Europea no está suprimiendo la semana de 48 horas? ¡Las ocho horas por las que luchaban los trabajadores en el siglo XIX son eliminadas en el XXI! Si reviviera mi abuelo sindicalista se volvería a la tumba sin demora.
El capitalismo es lo que es. Lejos de mí rechazar la posibilidad de bregar para obtener las mejores condiciones mientras no haya otra alternativa. Pero, incluso mejorado, sigue siendo explotación.
Esteban S: no vi tu mensaje ayer. Por eso y por la complejidad del planteo, no lo contesté antes. Tu observación viene bien para aclarar algunos puntos. Antes que nada, digamos que lo de la «trampa» que pone el capitalismo es metafórico.
Mi observación es ésta: el capitalismo no es solamente un modo de producción. Es un sistema, que puede tener como núcleo un modo de producción, es decir, una forma determinada de establecer los vínculos entre el hombre y lo material con la finalidad de producir para satisfacer necesidades, pero que ataña también a los ámbitos social y cultural en su conjunto, que desarrolla instituciones y que establece normativas que brindan el entorno adecuado para que dicho modo de producción siga existiendo.
Tal vez, mejor que de sistema, podríamos hablar de un funcionamiento similar al de un organismo. No sé si estoy en condiciones de entrar en este terreno de sutilezas terminológicas, a fin a la filosofía, pero pensémoslo más o menos así: la interacción de los distintos agentes conforma un organismo que adquiere «vida propia» y genera «mecanismos de defensa» propios que se activan cuando algo se «sale» de las normas de funcionamiento admitidas por los propios agentes.
En este sentido, el aumento general de precios, que llamamos inflación, tiene origen en actitudes tomadas por voluntad propia de algunos agentes, de acuerdo a la conciencia inducida por el modo de producción.
Tratando de simplificar: cuando un dueño de capital ve amenazada su capacidad de acumulación, reacciona concientemente de ello, tomando actitudes que, en vínculo con otras reacciones, pueden dar como resultado inflación.
La interacción es clave: un solo agente no puede modificar todo el sistema. El sistema termina eliminándolo o sometiéndolo. Entonces, el capitalismo tiene voluntad en sentido metafísico, es decir, tiene una existencia que excede la suma de las voluntades que actúan en él. Lo que no tiene es conciencia en sí mismo. No tiene voluntad en sentido psicológico. Cosa que si tienen los agentes que actúan en él y que se constituye en la grieta necesaria para que el sistema pueda modificarse.
Un saludo.
Mariano,
Me parece que se puede explicar -como lo haces en la «simplificación de la explicación»- sin necesidad del paralelismo organicista. El modelo de acumulación funciona estableciendo una serie de reglas, es ese sistema el que reacciona.
Pruebe, por ejemplo, a sugerir en la iglesia que las mujeres deberían ser curas: los actores en mejores posiciones según las actuales reglas de juego (papa, obispos, curas, etc) reacionarán en contra, pero también va a ser difícil introducir los cambios porque hay «una forma de hacer y de progresar»· legitimada y que efectivamente, mal o bien, funciona (¿que va a hacer con los seminarios y su estructura edilicia que no contempla separación de sexos? ¿como organizaría la estructura organizativa para que el cambio se efectivice y no quede en una participación «decorativa»?).
El sistema y no sólo los actores (las relaciones entre posiciones y no sólo los agentes) establecen limitaciones a esos intentos de cambio y por eso son muy lentos y/o complejos.
El Status Quo no existe porque sí, es la necesidad de estabilidad de todo sistema, anque sea en lugares no óptimos.
Bueno Primo, le doy la razón.
Aclaré que me estaba metiendo en un berenjenal, y de hecho así fue.
La postura organicista me la sugirió, supongo, la alocución «mecanismo de defensa» con la que nombré en algunos momentos a la inflación.
Una aclaración ortográfica (de mi comentario): donde dice ataña, debería decir atañe, y donde dice a fin, debería decir afín.
Un abrazo
Mariano, hay inflación porque la política fiscal y monetaria es expansiva, no hay razones filosóficas para que exista.
Ana: ese es el tema. Una política fiscal (no hablo de la que actualmente se implementa en Argentina; una cualquiera) expansiva, que intente motorizar la construcción de obra pública o pagar subsidios a quienes no tiene ingresos, es inflacionaria (usted me va a decir que es Escandinavia hay países que lo hacen y no se genera inflación; entoncen yo le diré que en Argentina, la política fiscal no debe ser lo que genera inflación, en tanto se recauda mucho más de lo que se gasta).
Y una política monetaria que intenta mantener un tipo de cambio alto, intentando diversificar la matriz productiva para que un país no produzca solamente porotos, es inflacionaria (aquí está la causa macroeconómica más importante de la inflación argentina a mi juicio).
Estos dos elementos son perfectamente asimilables a mis argumentos (obvie todo lo «filosófico» si no le gusta)
Un saludo
Mariano:
En los 90 producir porotos no era tan buen negocio…
Esteban: si lo hubiera sido (porque eso depende del contexto internacional, no?) nos hubiésemos convertido en una «República porotera» (ya que no se hubiese desaprovechado la «oportunidad histórica») para siempre. Las consecuencias de eso (de no tener una matriz productiva diversificada) pueden ser terribles. Es mejor evitarlo. Como se intenta hacer ahora. A pesar de la desestabilización de «el campo» y sus aliados golpistas (o pensar en cambiar de presidente no es golpismo?), que no tienen prurito alguno en decir que quieren un país agro-exportador y que los Kirchner son un «obstáculo» para el cumplimiento de sus objetivos. Como ves, hay más cosas en juego en esta coyuntura que las custiones meramente coyunturales que se expresan en los discursos miopes de la oposición (autoritarismo, represión (????????), dejar en paz a «el campo», etc.)
Saludos
Mariano,
El espiritu de tu texto era claro, me queda el reflejo de mis dias en la facu donde apelar a la «metáfora organicista» era poco más que un pecado, pero el mensaje es el mismo.
Ana, usted hace mención a lo filosófico como si fuera metafísica y de lo que habla Mariano es sociología pura: Modelo de acumulación, sistemas de relaciones entre agentes, inscripción en campos… Si usted consigue explicar como el marxismo y la sociología crítica son solamente metafísica se habrá ganado un lugar en la historia del pensamiento.