El berlusconismo: un allendismo de derecha

Berlusconi acaba de lograr la aprobación de una ley que lo pone a reparo de los procesos judiciales en su contra. Esta ley implica una ruptura con uno de los principios del republicanismo: los gobernantes están sujetos a las mismas leyes que los gobernados. Este es otro nuevo paso en el proyecto allendista de Berlusconi: subvertir a la república liberal democrática desde sus propias instituciones.

[Pequeño repaso de la historia política italiana al final] El berlusconismo irrumpe entre las ruinas de la política italiana con un discurso muy interesante: se presenta como una fuerza que buscaba defender la libertad de la amenaza comunista justo cuando el comunismo estaba muriendo aplastado por su propio peso. La tesis del berlusconismo era que los comunistas estaban metiéndose en las trincheras de las instituciones estatales y del sentido común: la justicia y la televisión pública, para ser más concretos. Desde el comienzo Berlusconi presenta a su fuerza como la única capaz de oponerse a la amenaza roja dado que tanto los democristianos como los socialistas estaban ocupados tratando de escaparle a la cárcel. Berlusconi es dueño de un multimedios privado y puede atacar a la justicia «comunista» desde su lugar de empresario «outsider». ¿Qué mejor?

Ahora bien, el proyecto político de Berlusconi implica el desmantelamiento de uno de los sistemas de protección y solidaridad social más generosos del mundo. Este sistema cuesta caro en impuestos y todos sabemos que a los empresarios no les alcanza con la evasión impositiva. El problema es que ante la desaparición del sistema de mediaciones políticas de la posguerra, Berlusconi ha debido «salir a la cancha» como él mismo dice y por lo tanto sufrir el desgaste que produce estar simultánea o consecutivamente a los dos lados del mostrador que separa al Estado del Mercado.

En 17 años de actividad política directa, es decir participando como candidato o líder partidario, Berlusconi ha acumulado una serie de causas penales que amenazan constantemente su liderazgo político. Hasta ahora Berlusconi ha logrado evitar las condenas por diversos medios entre los cuales el más común ha sido la prescripción de los delitos. Sin embargo, a medida que el tiempo pasa Berlusconi necesita ir cada vez más lejos en su protección hasta llegar a la sanción de leyes nacionales.

Antes de seguir es necesario aclarar que en un país que vivió hace una década y media la total renovación de su sistema de partidos, la articulación de las mediaciones políticas es mínima. Por lo tanto, Berlusconi necesita estar presente en primera persona para hacer funcionar al berlusconismo. No puede limitarse a financiar un partido, o a marcar los límites desde su multimedios. Sin él, la Lega Nord y los post fascistas que logró incorporar al PdL (la versión 2.0 de Forza Italia) jamás podrían sostener una alianza parlamentaria por períodos prolongados. El proyecto político del Berlusconismo sólo puede ser ejecutado por Berlusconi mismo.

¿Cuál es ese proyecto? Revolucionar la matriz social italiana, basada en el trabajo y, por lo tanto, en la protección de los trabajadores y sus familias. «Italia es una República democrática fundada en el trabajo» reza el artículo 1ro de su Constitución. Por lo tanto, el proyecto del berlusconismo sólo puede llevarse adelante en contra de los fundamentos de la república Italiana. Así como la política socializante de Allende implicaba, en última instancia, un «grave quebrantamiento del orden constitucional y legal de la República«, el proyecto de Berlusconi implica otro tanto. Mientras Allende tenía a la Contraloría General de la República de Chile de su lado y en contra a la Cámara de diputados, Berlusconi tiene a los diputados a favor y en contra al Poder Judicial.

Más allá de la configuración concreta de cada caso, lo importante es señalar su matriz común: Allende y Berlusconi tienen en común la voluntad de querer transformar los fundamentos de la constitución política del Estado a través de los poderes constituidos. Ambos se encontraron con los dados cargados del republicanismo liberal. Dados que caen siempre del lado del orden establecido a no ser que se los enfrente con los poderes fácticos: el de la clase trabajadora que movilizaba Allende y el del capital concentrado que moviliza berlusconi. Ese enfrentamiento lleva, antes o después, a la necesidad del proyecto subversivo del orden establecido de introducir modificaciones en la economía de los poderes constituidos. Allende no quiso hacerlo y su último acto fue negarles a los golpistas la oportunidad de quitarle la vida. Berlusconi acaba de dar un nuevo paso en la erosión de uno de los principios fundamentales del orden republicano: el de legalidad. No es de extrañar que mientras el proyecto colectivo de Allende encontró una oposición feroz sobre el conjunto, el proyecto individual (en su conducción) de Berlusconi esté encontrando tan sólo oposiciones individuales.

Hoy la subversión pertenece plenamente a la derecha y Berlusconi es uno de los más osados subversivos en ejercicio. Les queda a las fuerzas populares la tarea de pensar cómo hacer jugar la tensión entre el orden y su subversión a favor de su voluntad.

* La península italiana es sin lugar a dudas el territorio más prolífico de la política mundial. Como si no bastara con haber aportado a la historia el Imperio Romano y la Iglesia Católica (una monarquía electiva que lleva dos mil años haciendo de las suyas), Italia se despachó con un siglo XX de aquellos:

– Estuvo a un pelo de la revolución comunista.

– Exportó anarquismo hasta los mares del sur.

– Construyó un régimen fascista que duró 20 + 2 años.

– Después de cambiar de bando en pleno auge de la Segunda Guerra, colgó a Mussolini de los pies, plebiscitó a la monarquía y se convirtió en república teniendo el Partido Comunista más grande de occidente.

– Cuando cayó el muro de Berlín se le desmoronó el sistema de partidos: la Democracia Cristiana bancada por el Vaticano y los Estados Unidos, el PCI bancado por la URSS, y el Socialismo bancado por las coimas.

– Ahí fue cuando Italia realizó el primer aporte del nuevo siglo (hobsbawmianamente hablando): el berlusconismo.

27 comentarios en «El berlusconismo: un allendismo de derecha»

  1. Perdón. No soy de comentar por acá, sí de leer. Pero este artículo me resulta un poco frívolo. No solamente por frase como «Después de cambiar de bando en pleno auge de la Segunda Guerra, colgó a Mussolini de los pies» como si Italia fuera una entidad única. Ni siquiera por el razonamiento general un poco estilo Teoría de los Demonios. Sino porque Berlusconi es un personaje muy complejo y merece un análisis menos generalizador o enfocado en temas puntuales. La política italiana se debate poco en Argentina y por eso valoro el aporte. Pero, con el respeto que merece el sitio y el autor, insisto en que me parece un tanto ligero el resultado final.

  2. Juan, lamento que el post no esté a la altura de tus expectativas. El gobierno italiano firmó un armisticio y cambió de bando. Me parece que no hay muchas vueltas para darle a eso. Italia, es una identidad única, por supuesto. Esto hay uno sólo por territorio. Si no hay doble poder o empate catastrófico (como dice Linera que decía Gramsci)
    Y Berlusconi es un personaje complejo. Pero acá lo que traté de analizar fue al berlusconismo en su relación con el orden republicano italiano.
    Saludos!

    1. El gobierno italiano no cambió de bando. Se hizo un golpe de Estado contra Mussolinni. Unos pocos meses después el «duce» retoma el poder, crea la República y sigue alineado con el eje. Los territorios conquistados por los norteamericanos -los cuales NO tenían gobierno propio sino un interventor militar puesto por los aliados- son los únicos que «se cambian de bando».

      1. No creo que esta sea una interpretación válida. Digo, un golpe de estado en una monarquía… con el rey que sigue… es bastante raro ¿no?
        La tercera oración deja por afuera la situación de las tropas en el resto del imperio italiano y por lo tanto no es muy acertada. Fijate lo que le pasó a Ciampi, por ejemplo. Lo que pasó en todo el mediterráneo con las tropas italianas.
        En fin. Insisto con lo que dice en el post.
        Saludos.

  3. Muuuy bueno Alejandro. Estoy, por unos días, en Italia por trabajo. Acá, con las limitaciones de una observación personal, diría que el berlusconismo consiguió hacer carne en un estrato social importante: las «mamas». Las viejas tanas que cocinan rico, conservadoras sociales y culturales y que muchas veces siguen estructurando a las familias. Italia es un archipiélago de ciudades y pueblos, dónde todavía los jóvenes conocen el dialecto de sus abuelos. De un localismo impactante, que conlleva un me ne frega para con el resto del mundo. Cosas como esa permiten -pienso- un discurso basado en elementos tradicionales. Pero más todavía un fenómeno que los asusta y los lleva al desfiladero fascista: miles y miles de inmigrantes africanos (negros, para peor)cruzan a Italia todos los años y llenan las calles de Roma, Milán, Napolés, etc. Pero en el archipiélago de pueblos también. En un pueblo que no debía tener más de 20 cuadras de largo, los únicos habitantes que se veían al mediodía eran musulmanes. Italia está bajo shock emocional por todo esto y Berlusconi es un arma contra las posiciones socialdemócratas que ven derechos humanos dónde el italiano promedio ve un negro que le «saca el trabajo». Cómo me dijo un pibe joven, artista y electoralmente atiberlusconiano: «Mientras trabajen en el campo levantando los tomates, me parece bien, pero la mayoría se va a las ciudades a robar y prostituirse. Somos el basurero de la mierda de Europa» (textual) Está feíto el panorama.

    1. El fenómeno de la «familia tana» es precisamente del SUR, y no del norte donde precisamente la derecha tiene su bastión. Así que todo tu cuentito de la «mama» se va a la mierda.
      Es la «Liga del Norte» la que ganó las últimas elecciones, dando un crecimiento enorme de votos al conglomerado de la derecha. Berlusconi a su vez tiene su punto fuerte en el centro de Italia (donde tampoco hay muchas «mamas»).
      La cuestión es ese norte moderno, industrializado y tradicional que ve como lo invaden unos mugrosos muertos de hambre que se dedican al narcotráfico, la trata de blancas, el robo y el contrabando de autos (en el norte no hay campos para trabajar con «golondrinas» tampoco así que el cuento de levantar tomates no va). Y todo porque la Roma «cool» y progre quiere mantener su discursito de izquierda.
      El último triunfo de la derecha es precisamente en contra del centralismo de Roma (la Liga se presentó en cada gobernación a favor de la autonomía local y en contra de la burocracia de Roma), del parasitismo del gobierno central que les chupa dinero en impuestos y luego les impone mantener inmigrantes delincuentes en condiciones del «primer mundo». A esto hay que sumar que la Iglesia obviamente se sumó a la derecha, ya que los progres de izquierda se dedican a su discurso pro-gay, pro-aborto y pro-musulmanes. Como es de esperar, lo tradicional de Italia está bien alineado y tiran todos para el mismo lado. A la hora de los votos se suman bien. En Argentina es igual, la clase baja y medio baja es totalmente de derecha, pero al votar por opciones del peronismo y del PRO muchos de sus votos terminan en personajes «cool» y que quieren ser «progres» (de fachada) y con el voto fragmentado lo que les impide ganar. Cabe recordar que la izquierda real en Argentina no supera el 10% de los votos ni a palos (en Italia por lo menos es grande su caudal de votos). Pero gana culturalmente por la fragmentación social que dejó el liberalismo. El cual finalmente fue un gran milagro para la izquierda. El liberalismo maneja siempre la economía y la izquierda la educación (mientras la derecha tradicionalista y conservadora no maneja nunca nada). En Italia no pasa eso, y no por Berlusconi, sino por el ordenamiento social aún no fragmentado.

      1. Pancho sos un pancho. ¿A que viene ese tonito pedante? No te conozco querido, ni te di razones para ese trato, así que calmá.
        Los «cuentitos» son las cosas que hablé con gente del lugar, y aclaré que era una observación personal, sin ánimos de dar cátedra. Ahora, dos aclaraciones: en la última elección Berlusconi ganó TAMBIÉN en el sur (Calabria y Campania) y los rasgos tradicionales de buena parte de la sociedad italiana -esa era la imagen de la mama-, también están presentes en el Norte.
        Igual, tus opiniones sobre la Argentina me dan que pensar sobre de tus dotes de analista. En fin.

    2. Fede, espero que podamos charlar largo cuando vuelvas!
      Pancho de qué Roma progre estás hablando! si el intendente es un ex(?) patotero fascista. Me parece que estás viendo otra peli!

  4. Alejandro:

    algunas observaciones:

    Otro hecho notable de Italia es la trayectoria del PCI. Con porcentajes de casi un 30%, incluso durante los 80′, gestiono durante mas de 50 anios una de las zonas mas ricas cultural, social y economicamente de toda Europa (el corredor Emilia Romagna/Toscana/Umbria)(con porcentajes del 50%)y fue una de las maquinas politicas/culturales mas aceitadas de todo el mundo.

    Y pummmmm, en 15 anios, pasa de PCI a PDS y despues a PD, se fusiona, se lava, gira al centro, adopta politicas casi liberales…………. sigue perdiendo votos e insiste con la misma medicina.

    Se puede suicidar un partido politico?

    1. Alejandro, sólo un par de reacciones a tu escrito, que comparto:

      -En primer lugar, el paralelo que trazás entre Berlusconi y Allende me duele casi tanto como una muela u oído conceptuales… intensidad que estimo no ha de ser menor a la que sentiría algún partidario de Berlusconi, en caso de que tal tipo de ser fuese capaz de conocer, no digamos ya de comprender, a Allende. A veces, sin embargo, el dolor, como observara el nada sutil Domingo Faustino, parece tener cualidades pedagógicas… Me sirve entonces para poder pensar (aunque me niego, me niego) en el sujeto Berlusconi…

      -Segundo:

      «La península italiana es sin lugar a dudas el territorio más prolífico de la política mundial».

      Me encantó esta imagen.
      Tu enumeración de invenciones me resulta fascinante… como toda enumeración, como la herencia misma de la política, dispara el impulso de continuarla… Figurita adicional para tu serie, entonces: las repúblicas del Renacimiento. Florencia (el haberte tenido que poner a pensar en Berlusconi, arriesgo, obturó su recuerdo…).

      En cualquier caso, muy poderosa, tu imagen. A la política, ¿la inventan los atenienses, los romanos se la apropian y no dejan ya de poder seguirla explorando y expandiendo?

      Como… ¿embrujados? («haunted», pensé) condenados ontológicamente a la política?

      La política no como instrumento para un fin, sino como una forma de vida en sí misma… todo eso de la vida buena y de la vida bella, que para los tanos pareciera ser por sobre todo bella (¿y si bella, entonces ya buena? ¿bellos y seductores, incluso hasta como lo sigue siendo aun, mal que me pese, su ya antiguo futurismo?)

      Y por eso es que ahí tenemos al gran Cicerón, al Niccolo y al gran Antonio… (¿mujeres, mujeres? ¿por qué no logro que se me aparezca ninguna…? ¿ayuda?)

      Aunque… No deja de ser en el fondo una idea un tanto hegeliana, esta tuya ¿no? Esto de que los pueblos, cada uno, toma para sí una determinada tarea…? Me atrae la idea, aunque me preocupen sus ramificaciones nacionalistas… huevito de serpiente que siempre late en lo hegeliano…

      Y, que, si te sigo en esa dirección, me obliga a preguntar: ¿Y, entonces, NUESTRA tarea? Nuestra contribución, ¿cuál es?

      ¿Mostrar que hay vida a pesar de tanto neoliberalismo…?

      O…¿el peronismo? ¿Demostrar cómo, al parecer absolutamente todas las formas de la política pueden convivir dentro de un mismo… movimiento, sin síntesis alguna? Aunque esto ya se pone poco hegeliano…

      O quizás, también, considerando que lo tano en nosotros es lo «tano excedente» de los que debieron emigrar o rajarse por alguna razón no glamorosa… tal vez, entonces, nuestra contribución consiste en mostrar cómo, a pesar de que el poder soberano nos coloque en el lugar de la nuda vita/bare life, nosotros nos podemos reconstituir en sujetos políticos una y otra vez, como Barón de Munchausen extrayéndose a sí mismo del pantano…?

      Porque, en definitiva, en eso casi que consiste el «ser americano»… ¿o no?

      Seguramente haya modos más eficaces de interpretar. Se trata, siempre, de seguir pensando… y de seguir haciendo política. Como y desde donde se pueda.

      Muchas gracias, entonces, a pesar de dedicarte a profanar al Salvador… (por favor no continúes con J.W. Cooke, porque ahí sí ya deberé comenzar a dedicarme a la ginebra). Gracias por disparar series y pensamientos.

  5. y al mismo tiempo, tenes el primer gran partido de masas del siglo XXI.que, al menos yo conozca, la Lega Nord

    Todos nos cagamos de risa de sus bufones, nos alarmamos por su xenofobia… pero Bossi construyo, en 3 decadas y de la nada, una maquina politica con insercion amplisima territorial, con referentes locales respetados, creo una mistica, una simbologia, atrae jovenes, prepara cuadros, ofrece respuestas a problemas concretos, avanza sobre los electorados populares y hoy Berlusconi depende de el.

    En fin arma un partido clasico, mientras la izquierda es cada vez mas la referencia de sectores progresistas medios , intelectuales, profesionales, etc….. pero con baja insercion popular, cada vez menos territorial……

  6. Tambien da para una discusion muy amplia y rica que es de Europa pero tambien de otras tierras: los temas de seguridad e inmigracion ilegal que? Queremos regulaciones para las finanzas y las trasnacionales pero queremos – como espejo inverso de la derecha- total libertad para la circulacion de los flujos inmigratorios? Paises con creciente deterioro social y tasas de desocupacion de 2 digitos pueden seguir absorbiendo contingentes masivos de trabajadores?. Plantera estas cosas es necesariamente ser de derecha?

  7. Berlusconi es la suma de los peronistas exitosos y el macrismo. Es más peronista de lo que muchos piensan. Maneja los medios (la Rai y los propios), deja a su mujer por una mucho más joven, todavía se ocupa de su club de fútbol, lo investiga la justicia pero no le puede probar nada, y si lo dejan se mete también en la política argentina, vía Caselli (cuyos votos fueron decisivos en la última elección).

  8. «Porque es una experiencia similar al berlusconismo….» Mí no entienda. Si lo hubieras relacionado al Chapulinismo Colorado, tal vez. Pero con Allende… ¿Cuáles son las similitudes? Mí no entienda.

  9. Pienso que el escozor de los que se sienten tocados por la comparación puede venir de «la ideología», o bien de «lo ideológico». Una dificultad recurrente el par ideología-ideológico para el desarrollo y el ejercicio del pensamiento propio. Sería un desafío para los que piden explicaciones el intentar un abordaje desde sí mismos y compartirlo.

  10. Alejandro,

    ya que estas por ahi, siguiendo la vida politica y cultural de Italia porque no te copas y armas una lista de blogs/ sites que te parezcan que merecen la pena…..

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