Esta es una campaña

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Las elecciones no se ganan con los militantes. Porque los militantes siempre son una minoría de la sociedad. Y las elecciones se ganan construyendo mayorías. Eso sí: los militantes permiten garantizar que se pueda ganar una elección: fiscalizando, organizando, ayudando. Entonces: ¿cómo se ganan las elecciones?

Las elecciones se ganan con los votos de los ciudadanos. Ellos son los que ganan elecciones. A esos ciudadanos hay que convencerlos de que voten a X. Y cuando las elecciones están muy parejas, como esta elección, se ganan con esos círculos de ciudadanos que están interesados por la política, cercanos a la política, pero no son militantes.

Cada uno de nosotros conocemos y estamos rodeados por ciudadanos así. Son amigos, conocidos, compañeros de trabajo. Ellos sí pueden ganar la elección ¿Por qué?

Porque pueden, otra vez, convencer a otros, y pueden convencerlos porque mantienen abiertas «vías de comunicación» con otros y esas vías de comunicación no están «contaminadas» por la política «dura». Pueden convencer a otros porque no están absolutamente convencidos de votar a X pero saben que no quieren que gane Y. Dudan, y esa duda es el primer acercamiento y el primer puente para convencer a otro que también duda.

Se define ahí, cuando pesa más el rechazo a un otro que un amor positivo por un este. En esa tensión entre X e Y, en esos rechazos cruzados, se define.

El domingo las urnas expresaron, a través de Macri, que un porcentaje importante de nuestra sociedad rechaza al Frente para la Victoria.

Y mucha otra gente que no votó al FPV probablemente no se sintió escuchada: sintió que negábamos o no escuchábamos sus problemas cotidianos, el problema de la inflación, el delito, el mal funcionamiento de los teléfonos o el transporte. No están seguros de que Macri los maneje mejor, pero no es suficiente decirles eso si no le decimos qué vamos a hacer nosotros.

Pero también, desde el lunes, hay otra cosa que pasa: mucha gente que siente que un país gobernado por Mauricio Macri será un país peor, un país para que no sería para todos. Y entonces esa gente se pregunta ¿qué hago, qué hacemos, para que no gane?

¿Qué podemos hacer nosotros, entonces? Bueno. Lo primero para que no gane Macri es votar a Scioli, porque esto es un balotaje. Entonces nosotros tenemos que ayudarnos a encontrar razones, argumentos y motivos para decirles a nuestros amigos, vecinos y compañeros de trabajo que vamos a votar a Scioli. Y ayudarlos, ya que comparten el miedo o el rechazo a que gane Macri, con razones, argumentos y motivos para que voten a Scioli. Y para que luego, con esos argumentos, ideas y motivos, vayan y compartan sus dudas y sus miedos y sus rechazos con otros amigos, vecinos y compañeros de trabajo.  Y así.

Paradojalmente, o quizás no tanto, hoy militar es dudar.

Esta es una campaña. Hagamoslá.

Acerca de Abe "Mendieta" Vitale

De chiquito, Mendieta no quería ser bombero ni policía. Soñaba con ser basurero. Ir colgado, como un superhéroe, del camión. Despúes se las ingenió para ser y hacer muchas cosas, todas más interesantes que lo que terminó siendo: un Licenciado en Comunicación, algunas veces como periodista, otras como funcionario público. Sus únicas certezas son su sufrimiento racinguista, la pasión por el mar y cierta terquedad militante. Todo el resto puede cambiar mañana. O pasado.

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