Jauretche 2.0

«…todo destino nacional es largo…»

Arturo Jauretche

Y sí. Este post va a girar en torno a Arturo Jauretche. Un imprescindible para el campo popular, quizás más vigente en estos días que hace algunos lustros. Realizar aquí un panegírico de su trayectoria nos parece redundante. Está llena la web de biografías y de abundante material sobre su obra y su vida, así que no vamos a abundar con ellas.

Basta decir que nació, luchó, militó y sigue vivo.

Aunque trajinó la pluma bastante, podemos intuir que su libro más popular es el “Manual de Zonceras Argentinas”, editado allá por 1968. Aquí un enlace en donde pueden bajárselo completo si lo desean. Cosa que recomendamos, porque siempre viene bien leerlo o releerlo y porque, ya verán, van a necesitarlo.

Ya en el prólogo, Jauretche nos va explicando de qué habla cuando habla de “zonceras”: “Consisten en principios introducidos en nuestra formación intelectual desde la más tierna infancia –y en dosis par adultos- con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar en las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido. Hay zonceras políticas, históricas, geográficas, económicas, culturales…”.

Tenemos la “zoncera madre que las parió a todas”: “Civilización y barbarie”; sus “hijas mayores”: “El mal que aqueja a la Argentina es la extensión” y “Lo que conviene a Buenos Aires es replegarse sobre sí misma” y 42 zonceras más en lo que el autor supo definir como “Un manual y no un catálogo”. Las hay de “autoridad”, “institucionales”, “económicas” y varias más, incluyendo un par sobre, sí señores, el poder de los medios de comunicación.

Un párrafo más del prólogo: “Precisamente para que no nos agarren descuidados otra vez, y a los que nos sigan, es que se hace necesario un catálogo de zonceras argentinas que creo debe ser obra colectiva y a cuyo fin le pido a usted su colaboración. Haremos el catálogo entre todos”.

Pues bien, han pasado cuarenta años desde la aparición de este Manual y desde Artepolítica pensamos que ha llegado el momento de cumplir con el deseo de Don Arturo. Y por ello invitamos a todos a formar parte de un proyecto por demás ambicioso: la construcción colectiva de las Zonceras Argentinas del Siglo XXI.

Mendieta propone el siguiente mecanismo:

1) Envíe usted, lector, lectora, su propuesta de Zoncera Argentina 2.0 con una breve descripción que la fundamente.

2) Nos tomaremos nuestro tiempo para recibir las propuestas, clasificarlas y ponerlas luego, democráticamente, a votación para elegirlas.

3) Si queda bien, quién les dice que logramos editarlo y todo.

¿Qué? ¿Se pensaban que en Artepolítica sólo íbamos a laburar nosotros?

Acerca de Abe "Mendieta" Vitale

De chiquito, Mendieta no quería ser bombero ni policía. Soñaba con ser basurero. Ir colgado, como un superhéroe, del camión. Despúes se las ingenió para ser y hacer muchas cosas, todas más interesantes que lo que terminó siendo: un Licenciado en Comunicación, algunas veces como periodista, otras como funcionario público. Sus únicas certezas son su sufrimiento racinguista, la pasión por el mar y cierta terquedad militante. Todo el resto puede cambiar mañana. O pasado.

Ver todas las entradas de Abe "Mendieta" Vitale →

45 comentarios en «Jauretche 2.0»

  1. Zoncera: idolatrar a Jauretche.

    Justificación: mamita, qué bodrio. Bah, no, reconozco que es gracioso e incisivo, pero nunca un dato. Es un combo de ideología y retórica, lleno de prejuicios. El campo nac & pop no se hace un favor con este muñeco.

    1. Nene, ¿sabés a cuántos giles como yo avivó este tipo que estás despreciando?
      Para mí que no no entendiste, atento a la calidad de enseñanza que están recibiendo.

  2. ¿No están demasiado duros mis predecesores? Tal vez Mendieta haga mas incapié en el 2.0 que en el Jauretche, después de todo a vistas de los problemas del campo-ciudad emergen resabios de la primera de las zonceras.

    Se me ocurre que una zoncera podría ser creer que existe un campo Nac & Pop. No te parece jeremías?

  3. Sí, Jauretche, sin dudas, que llamaría zonzo a quien se tomara la molestia de "idolatrarlo", porque lo que él proponía era pensar, mirar e interpretar la realidad argentina. No a él, que lo que se dice bonito, no era.

    Respecto al comentario de don Jeremías, yo agregaría una típica zoncera actual: la de descalificar sin conocer, la de opinar sin saber de qué se está opinando y, ya que está, manejarse por la lógica del: "me gusta/no me gusta" como si todo fuera asimilable a comprarse una camisa.

    La "respuesta" fácil, espontánea y truchamente emocional (más la repetición como loro de lo que se recibe de los medios) es una zoncera también típica de estas épocas. Pero bueno, ya sabemos que Jauretche es un bodrio porque es de acá, …si alguna universidad francesa (de USA no, para ellos sería otro repugnante populista) le hubiera dado un titulito de algo, sería otra cosa, claro.

  4. De acuerdo, no hay que idolatrar. Hay que valorarlo en su justa medida que es mucho más que los que piden el fin de los ídolos nacionales.

    También estoy de acuerdo con quien dijo que no se lo valora por ser de acá, consecuencia del pensamiento colonial que Don Arturo denunciaba.

    A los tilingos no hay que hablarle de Jauretche, sino "Michel Jaurechet"…

    Observar…

    Michel Foucault dijo: "No penséis que hay que estar triste para ser militante, incluso si lo que se combate es abominable".

    Y Don Arturo decía: "Nos quieren ver tristes para vernos derrotados; nada se hace sin alegría".

    Por eso, hay que hablar de Michel Jaurechet… pensamiento argentino con maquillaje francés.

  5. ZONCERA POSMO:

    "La Argentina tiene que desarrollarse como lo hace la India"…

    Se lo leí a "Vieja Fuente" en la revista Noticias cuando peregrinó para conocer al gigante asiático.

  6. Amigo Mendieta: lo felicito por su iniciativa. Como Ud. sabrá soy un jauretcheano recalcitrante, pero flaco favor le hacemos a la memoria de Don Arturo si nos limitamos a repetir sus palabras como lorito y eludimos la obligación de pensar la realidad actual con nuestras propias neuronas. Por supuesto que para ello el pensamiento de AJ es una ayuda inestimable.

    Hay una enorme batalla cultural para dar, tanto para afuera como para adentro del "campo nacional y popular". Porque si vamos al caso, me parece que al Gobierno (que suele declamar su pertenencia a dicho campo), antes de recibir el título de Nac&Pop le falta rendir demasiadas materias.

    Un abrazo.

  7. Ajá, vemos que hay agite. Algunas aclaraciones menores: como bien dice Raúl o Jorge, en este post no se trata de "idolatrar" a Jauretche. Tampoco de repetir como loros sus escritos o sentencias. No es por ahí. La pregunta es: hay nuevas "zonceras"? Aparte, para idolatrar, idolatramos a gente mucho más importante, como Robin Williams o Carla Bruni.

    A ver si entran más propuestas…

    Saludos

  8. "El problema de la Argentina es el peronismo/los militares/la oligarquía/Jauretche/los argentinos" (marque con una cruz lo que corresponda).

    Zoncera metodológica que pasa por ideológica: la Argentina es todo eso. No es recomendable tomar las consecuencias por las causas.

    PD: con todo lo que hay que leer, la verdad es que concuerdo con JB que AJ no parece estar en lo más interesante del menú.

  9. Una zoncera nueva podría ser la creencia de las clases altas de que los barrios cerrados son seguros.

    Sus hijos resultaron ser una especie de "extranjeros por su tierra"; hay delito murallas adentro; cuando salen sienten un pánico irracional (parecen Pink, el personaje de The Wall)

    En suma, zonzamente creyeron que encerrandose se salvaban.

  10. Una zoncera muy generalizada parece ser justamente lo que según Contador Geiger no es recomendable: tomar las consecuencias por las causas. Por ejemplo, demonizar a "los piqueteros" (los negros y pobres, no los de ahora) y olvidarse de la catástrofe económica y social que los generó.

    Abrazo.

  11. Gracias Contador por el dato. Dos reflexiones que me surgen:

    – Este señor parece haber dejado de escribir novelas (algunas excelentes) para dedicarse a novelar la realidad.

    – ¿Hasta qué punto puede ser compatible el ideario liberal con el seguimiento de las consignas de Joseph Goebbels? (por lo de "Miente, miente que algo queda".)

    Muchos saludos.

  12. Jorge Y. de la G.: es que tal vez lo de Goebbels no era tanto "miente, miente, que algo queda", sino "propala, propala, que algo queda". Quiero decir que en política no hay "verdad", sino interpretaciones.

    La clave no es tanto la mentira o la verdad, sino la respetabilidad con que aparece el que dice su punto de vista. La palabra autorizada, como dice un señor francés que no voy a citar porque si no AJ me apaga el pucho en mi comentario…

  13. Contador: ya que trajimos a don José G. aprovecho para hacer una confesión que dudo me atraiga muchos amigos: yo desconfío profundamente del "espontaneísmo" y de los "autoconvocados", sobre todo cuando los medios más poderosos insisten con esas "virtudes" hasta el hartazgo (ahí tendríamos otra zoncera). Será porque recuerdo haber leído la cobertura de la prensa nazi de los sucesos conocidos como la "Kristallnacht" (Berlín, 1938): "Grupos de ciudadanos alemanes se reunieron espontáneamente frente a comercios judíos, para protestar valientemente contra las infamias y mentiras que difunden los hebreos contra Alemania y la raza aria" (o algo así).

    Saludos.

  14. A ver, intentaré definir una de las zonceras respecto a los medios de comunicación, la zoncera de las mitades. Esta zoncera presenta a cualquier diferencia entre dos grupos, sean cuales fueran, independientemente de las proporciones, como dos mitades que se enfrentan. No importa si es la hinchada de river que discute con la de boca, guerrilla/Estado, 2000 oligarcas/Estado. Los medios de comunicación presentarán las voces como equiparables, como mitades.

    Que todo un país esté de x lado de la línea, y 100 tipos del otro lado jamás será representado de manera proporcional y, al dársele al grupejo la misma entidad que a los millones, se deforma la realidad de manera tal (ya sea que se lo mire como un "agrandamiento" de un actor, o una "reducción" del otro actor) que siempre parece un conflicto entre mitades.

    No se si me expresé bien, quedó como me salió así a las apuradas pero quería dejar mi pequeño aporte a la colección. Muy bueno que rescate a Jauretche Mendieta, abrazo.

  15. Charlie Boyle: la democracia electoral, no, claro. Pero incluso en democracias liberales concebidas como inseparables del E. de Bienestar, sí, o tendencialmente sí…, me parece, bah.

  16. Pingback: Terra Incognita
  17. Contador creo que en ese caso tampoco sinó vea a Robert Castel que sostiene que ya no es posible la seguridad social desde el Estado de Bienestar. Creo que solamente desde la inclusión social se pueden asegurar y la versión telúrica de democracia dista mucho de eso. Por eso esta es una buena oportunidad política en plantear en serio el tema de la inclusión.

  18. Charlie: ok, está, decía E. de Bienestar como expresión de una voluntad "social" o de inclusión… Efectivamente, la versión telúrica de la democracia dista mucho de eso, tanto que no se discuten ni siquiera los requisitos de la inclusión, que son los mismos de un E. de Bienestar: un sistema impositivo progresivo.

    En cuanto a la oportunidad para la discusión, a raíz de lockout se rozó el problema, pero la intelectualidad progre (ya no digo los políticos profesionales) no muestra ni la mínima voluntad de politizar el tema impositivo. Si se sigue pensando que la solución de la inclusión es "la educación", una especie de conciencia moral de tolerancia, o cosas por el estilo, volvemos –creo– a las zonceras argentinísimas y a la confusión de causas y consecuencias.

    Si la progresía hiciera con los impuestos la mitad de lo que hizo la derecha durante cincuenta años machacando con el mercado libre, en un tiempito seríamos Suecia…

  19. No puedo agregar alguna zoncera nueva ya que en la deformada interpretación de nuestra realidad, se dicen tantas que en vez de un Manual, habría que hacer una biblioteca. Pero aprovecho para dirigirme a los críticos de don A.J. ¿Puede ser que hagan alguna de ellas fundamentadas en lo argumental, en la oposición a sus ideas, en fin en algo serio y no tipo «lleno de retórica» o ´»en el menú hay cosas mas importantes para leer». Estoy ansioso por leerlas.

  20. jose luis sabadini: me parece que acá nadie dió argumentos, ni a favor ni en contra de AJ. Con lo cual tu pedido de seriedad pordía valer para ambos puntos de vista.

    Así que a la espera de que otros lo hagan a favor, yo diré que básicamente me parece que AJ tiene los defectos típicos del ensayismo iberoamericano: impresionismo, poco rigor histórico, ausencia de «datos» consistentes, de armazón conceptual, y de rigor metodológico. Me parece más un periodista culto que un intelectual, si bien hay que situarlo en su época. Y distinguir su labor de propagandista político (en el buen sentido de la palabra, ojo), de la de teórico político. Me parece que es un problema que se lo tome por lo segundo, cuando creo que es lo primero.

    Por ejemplo, llamar «zonceras» a lo que no es más que el «sentido común», y sólo citar las zonceras de sus enemigos, es como mínimo un juicio de valor, no de hecho. Si le preocuparan realmente las «zonceras», debería contarlas todas. Por otra parte, no sólo no identifica esas zonceras con el sentido común, sino que cree que la solución para evitarlas es el «buen sentido» («con la apariencia de axiomas, para impedirnos pensar en las cosas del país por la simple aplicación del buen sentido»).

    Por otra parte, AJ es un nacionalista, es decir, confunde la crítica del capitalismo con la del imperialismo. Critica al segundo sin criticar al primero, lo cual teóricamente es complicado…, desde el progresismo, claro. Eso por otra parte le lleva a manejar conceptos holísticos, a pensar por «países», como si éstos fueran los actores principales incluso en el capitalismo de mediados del XX. En el mismo sentido, hablar de «pueblo» es, creo, poco provechoso.

  21. Contador, me parece que su mirada sobre AJ es algo sesgada…por ejemplo, lo de «pensar por países» era una necesidad del momento histórico, pero él nunca perdió de vista que el objetivo era la Patria Grande del continente. Y si le parece, traduzcamos «pueblo» por «sectores mayoritarios de la sociedad».

    En fin, mejor que polemizar sobre él, dediquémonos a pensar el Jauretche 2.0 que propone Mendieta.

    Saludos.

  22. Parafraseando a Don Arturo «en la cancha se ven los pingos», Y en este axioma popular y consecuentemente falto de rigor científico surge claramente el pingo en que esta montado el Sr. Contador Geiger. Permítame algunas reflexiones: a) hablé de críticas al Dr. Jauretcche por los comentarios citados entre comillas en mi anterior, cualquiera puede leerlos y advertir que son claramente peyorativos. Cero eclecticismo eran totalmente adversos. b) aunque no lo crea yo tengo algunos disensos con AJ. que serían largos de desarrollar y no crea que sea el interés de este foro. c)Vuelve a insistir con la misma metodología de criticar con adjetivaciones sin precisar el punto exacto donde faltan los datos por ejemplo o se transforma en un impresionista latinoamericano o en que consiste su error metodológico. d) No era un periodista culto ni un propagandista ni aun en el buen sentido (¿cuál será?), tampoco un intelectual- Era un militante (Jauretche dixit).e) Aquí va el plato principal: Para nada confunde la crítica al capitalismo con el antiimperialismo, y le resulta muy sencillo hacerlo. Su metodología es clara; piensa el país desde adentro y solo busca el interés nacional. Por lo tanto es antimperialista por conveniencia en la lucha de intereses. Sólo se pone del lado corrcto pues los intereses imperiales son opuestos a los nuestros. En ninguna obra promueve el anticapitalismo. Muy por el contrario propone un capitalismo nacional y popular y admite que es posible por lo menos un capitalismo nacional y antipopular como lo intentó C.Pellegrini en la Argentina y en toda su historia la República Fderativa del Brasil, aunque calificara a ese intento como la «mitad de la torta». Ahora si uno tiene un esquema ideológico tipo Adam Smith vs. Marx o Ricardo vs. Malthuse. Ahí sí reconozco que se complica un poco ubicar en algún lugar el pensamiento político de Jauretche. Por último no diga que es un nacionalista; tuvo innumerables polémicas con ellos (los llamaba piantavotos) y estan documentadas, Ver La Polémicas… de Galasso.

  23. Uyyy, esto se pone grave, parece que es seria la cosa. Voy por partes, como Jack:

    – Jorge Y. de la G.: no creo en la «necesidad histórica», pero admito que pensar por países era relativamente un rasgo de la época, en eso concuerdo. Pero lo que me parece poco productivo es pensar que «el pueblo» o «la nación» son los actores políticos, a eso me refería con «pensar por países». Creo que eso dificulta pensar el conflicto, porque no permite ver el interno, y lo traslada exclusivamente a lo externo. De algún modo lo «confirmó» (entiéndame) CK al decir que el peronismo no cree en la lucha de clases.

    Enlazando con su idea de que es mejor discutir el AJ 2.0, creo que este punto es actual: si el progresismo quiere realizar la igualdad, ¿dónde sitúa el conflicto? ¿dentro o sólo fuera? En definitiva, quién es el enemigo (como dice hoy Escriba)? Creo que los movimientos nacional-populares tienen el límte histórico de no plantear esa confrontación interna. De poner el Estado como colchón entre los sectores en pugna.
    Un ejemplo de ello es el sistema impositivo argentino.

    – jose luis sabadini: le juro que no veo pingos debajo mío, y eso que estoy sentado. Cancha tampoco.

    a) desconozco qué es «pensar el país desde adentro», sólo buscar «el interés nacional», «ponerse del lado correcto», así como –confieso– cuáles son los intereses «nuestros». ¿Nuestros de quién? ¿De la CGT, de Macri, de la SR, de los piqueteros? ¿No será «nuestros» un modo algo más militante de decir «de la gente»? Éste tal vez sea el problema del nacionalismo-popular.

    b) «En ninguna obra promueve el anticapitalismo. Muy por el contrario propone un capitalismo nacional y popular y admite que es posible.» En efecto, a esto me refería cuando decía que la crítica del imperialismo se hace sin ser un crítico del capitalismo. ¿Qué quiere decir «un capitalismo nacional y popular»? ¿Se puede ser antiimperialista sin ser anticapitalista?

    c) «No diga que es un nacionalista; tuvo innumerables polémicas con ellos». Que uno discuta con un nacionalista no quiere decir que no lo sea. Hay discusiones entre nacionalistas, entre socialistas, entre liberales, etc. Los nacionalistas populares siempre critican el nacionalismo que llaman «burgués» u «oligárquico», precisamente porque no lo consideran representativo de la nación genuina.

    Es bastante probable que alguien que quiera un «capitalismo nacional y popular» sea nacionalista. Es bastante probable que alguien radical y luego peronista lo sea. Pero sólo es una interpretación, claro. Por ahí AJ era trotskista y yo no me di cuenta.

    Saluti

  24. Contador:

    ¿Te parece tan seria la cosa? Probablemente decir que el "pueblo" o la "nación" (palabras devaluadas, si las hay) son los actores políticos, hoy día no signifique demasiado. Pero no es cierto que seguir (ya que estamos) los métodos de análisis que usó Jauretche lleve a ignorar el conflicto interno. Porque el conflicto interno y el externo están íntimamente vinculados entre sí. Uno de los ejemplos más patentes es la "colonización pedagógica" que AJ denunció y que en estos últimos días demostró estar más vigente que nunca.

    Con respecto a lo otro no se trata de "creer o no creer" en la lucha de clases. Se trata, por lo menos para mí (que no soy peronista aunque comparto sus banderas históricas) de plantear un rol del Estado como "concertador" de los conflictos sociales (entre ellos, los de clase) en beneficio de las mayorías. Porque en su ausencia, los más débiles perdieron por goleada. Si vos tenés una alternativa mejor a la vista, adelante.

    Sobre el AJ 2.0 y dónde situar el conflicto, dános un poco de tiempo, los "progres Nac&Pop" lo estamos pensando… Pero no estoy de acuerdo en que "los movimientos nacional-populares tienen el límite histórico de no plantear esa confrontación interna". Recordá que el primer peronismo puso claramente como enemigo a "la oligarquía" (concepto que hoy día debe ser revisado, sin duda). O la frase de Jauretche "peores que los de afuera que nos compran, son los de adentro que nos venden".

    Una cosita más sobre tu respuesta a Sabadini: para evitar que lo confundieran, AJ se autodefinía como "nacional" y no como "nacionalista". Para darte un ejemplo, en 1943 se enfrentó duramente con el ideólogo de la ultraderecha católica Jordán Bruno Genta, a quien le envió una carta donde decía esto que para mí conserva absoluta vigencia:

    "Para Ustedes la Patria dejó de existir en Caseros, para nosotros todavía está por hacerse".

    Saludos.

  25. Jorge Y. de la G.:

    no, no me parece seria la cosa, estaba jodiendo…

    1. Nociones como la de la "colonización pedagógica", que en sí misma no critico, me parece que justamente transfieren el problema interno a lo externo. Es el problema del nacionalismo: no acepta el pluralismo interno en términos genuinos. Quiero deccir, funciona con el esquema de que si alguien piensa distinto de los "verdaderos" intereses "nacionales", es un cipayo. Me parece más productivo pensar que hay simplemente intereses contrapuestos cuando no excluyentes, identificarlos y combatirlos. Perderse en ese tipo de calificaciones no es útil políticamente. Lo que cuenta son los efectos de las posiciones y cómo combatirlas. Lo otro me parece moralina.

    2. ¿Cuáles son las banderas históricas del peronismo? ¿Las de Perón, las del segundo Perón, las de Cámpora, las de Menem, las de los K, las de Rodríguez Saa?

    3. Estoy de acuerdo con el la idea de que el Estado debe jugar un rol, digamos, concertador. Pero me parece que el nacional-populismo no fue consecuente con ese modelo, que sería el –digamos–socialdemócrata.

    Lo que ha hecho históricamente es poner al Estado más del lado del poder económico que de "las mayorías". Véase cómo se resolvieron las crisis del 49 y la del 75, por nombrar las más relevantes.

    En Argentina, no casualmente, no hay un Estado de Bienestar, porque no hay un sistema impositivo progresivo, que es su requisito. Lo que sí hay de parte del nacional-populismo es la idea de que todos los conflictos vienen de fuera, o de dentro, pero de actores que, como vos decís, es dudosa su existencia actual (la oligarquía).

    Es decri, con ese panorama, la burguesía argentina (los Macri, los Perez Companc) quedan diluidos o, peor, ocultos tras el Estado. El sindicalismo, de hecho, no tiene una conciencia de lucha contra sectores internos, sino más bien de presión sobre el Estado para obtener condiciones mejores. Pero no hacen paros contra la patronal industrial, por decirlo claro.

    Eso para mí es un síntoma de todo un modo de pensar el conflicto, que viene básicamente del nacional-populismo. No digo que no haya tenido elementos positivos (incorporación de las masas, etc.). Pero marco sus límites. En el ciclo desde 1916 en adelante creo que se pueden ver.

    3. Lo que contás de la polémica con Genta no me parece concluyente. Al final es un problema de nombres. No cambia llamarse nacional o nacionalista. Hay distintos nacionalismos, claro. De hecho, AJ compartió en partido –ya que era un militante…– con nacionalistas de todo tipo, con los mismos que discutía tanto…

  26. Contador:

    Me alegro de que la cosa no sea seria, jaja! A ver si logro poner en claro alguna idea:

    1- No creo que el concepto de "colonización pedagógica" transfiera el conflicto interno al externo. Justamente lo que plantea Jauretche es que hay una línea divisoria que separa a lo que está a favor de la Nación de lo que está contra ella (por supuesto que esto es algo que hoy en día hay que resignificarlo). Pero no excluye en absoluto que dentro del "campo nacional" pueda haber diversidad y hasta oposición de opiniones. Un ejemplo de esto estaría en la convocatoria de Perón a la unidad nacional en la época que va desde su primer retorno en noviembre del '72 hasta su muerte, y que fue aceptada por la enorme mayoría de sus antiguos adversarios y hasta enemigos políticos. Por supuesto que hay que saber identificar los intereses contrapuestos para tomar partido, pero no me parece que una "conciencia nacional" sea un obstáculo para eso, sino todo lo contrario.

    2- Las banderas históricas del peronismo son esas tres que son más conocidas que la ruda…Pasa que con el correr de los años y los fracasos y tragedias vividos, los significantes van quedando vacíos y hay que reemplazarlos por otros. P.ej. hoy día hablar de inclusión social y redistribución del ingreso remite al ideario peronista histórico, aunque todavía falta cumplir el apotegma de "Mejor que decir es hacer, mejor que prometer es realizar".

    3- Sobre lo que decís del "nacional-populismo" me temo que se me haría demasiado largo discutirlo. Sólo me permito señalarte las enormes diferencias entre las crisis del '49 y del '75. La del '49 tuvo que ver con los cuellos de botella y los límites de la política industrialista y distribucionista de los primeros años. Es indudable que Perón debió dar marcha atrás en varios aspectos de su política, sin embargo conservó plenamente el apoyo popular y en 1954 la situación económica ya se había estabilizado, además de alcanzarse el histórico pico superior al 50% de la participación de los trabajadores en el PBI.

    En cambio la crisis del '75, ya muerto Perón, señaló el momento terminal del modelo industrialista de pleno empleo y concertación social. El Rodrigazo fue el primer atisbo del nuevo modelo que vendría a reemplazarlo, ya en forma desembozada a partir de marzo del '76.

    Por supuesto que el "nacional-populismo" mostró en varias oportunidades sus límites, lamentablemente no hubo oportunidad de superarlos porque todas esas experiencias fueron interrumpidas por golpes de Estado.

    4- La polémica con Genta a mí me parece clave para entender un hecho: en 1955 los nacionalistas católicos participaron del derrocamiento de Perón, al contrario de los militantes e intelectuales del nacionalismo popular. Que más allá de su adhesión a Perón, vieron claramente (sobre todo después del desplazamiento de Lonardi) que los "gorilas" no habían venido por Perón sino que habían venido por todo: la restauración oligárquica.

    Saludos de nuevo.

  27. Don Jorge Y. de la G.: le agradezco la posibilidad de intercambiar pareceres sin ponernos graves. Al fin y al cabo, se trata de ver las cosas desde distintos lugares. Bien por eso.

    No repito ideas, sino que sigo la conversa.

    1. Le digo la verdad, no veo gran utilidad en la idea de una "conciencia nacional", por más matizada que sea. Prefiero partir de una "conciencia de clase", matizada también, no determinista y que vaya camino al acuerdo.

    Aunque las dos terminen en un Estado concertador, digamos, creo que el modelo de Estado que acaban consturyendo es diferente. No me parece casualidad que ni el radicalismo ni el peronismo, sobre todo este último (por su base obrera), no hayan logrado construir una conciencia institucional de los derechos en los sectores populares, como hecho desligado o trascendente al liderazgo eventual.

    En Europa el E. de Bienestar tiene una vigencia impersonal, y en ello radica su fuerza. No es una concesión de nadie. Es un derecho de las mayorías, por decirlo al modo actual. Eso me parece que no es casual en relación a una conciencia de clase, o a una cultura socialista y comunista de larga data.

    Ahora bien, de esa debilidad institucional de los derechos (vuelvo con mi daimon: el sistema impositivo) en la Argentina son responsables los radicales y peronistas, pero también el socialismo y el comunismo "históricos", que no vieron la sociedad de masas que en parte ellos mismos habían contribuido a gestar. Y, en ese sentido, como decían Murmis y Portantiero, el peronismo fue una buena salida a una situación de desarrollo económico sin distribución. Incorporó a las masas y les dió una autoimagen de actor político insoslayable en el juego de poder argentino. Eso dura hasta hoy, a pesar de todo. Ése es el haber del nacional-populismo, en el que jugó un papel la conciencia nacional, no lo dudo. Porque los primeros que se sintieron dueños del todo, de la Nación, fueron los oligarcas.

    Pero el nacional-populismo como identidad de las mayorías tuvo y tiene en su mérito el propio límite: la verticalidad, la aceptación del corporativismo, la ligazón cuasi-mimética con los intereses del Estado, la primacía de la búsqueda de la alianza con los sectores nacionales productivos y no la confrontación con ellos, etc. Es decir, el sindicato como sindicato de Estado, el trabajador ante todo como argentino, el empresario "nacional" como argentino y no patrón capitalista (perdón por el anacronismo…).

    Además, cuando la identidad obrera desbordó la nacional-popular (el nuevo sindicalismo de los sesentas), los nacional-populismos lo combatieron casi más que a la oligarquía, y no pocas veces en nombre de "lo nacional".

    Entonces, hoy en día, me parece que si bien el peronismo y lo nacional fueron un paso adelante, no le veo productividad colocarlo como modelo, como non plus ultra, porque con el modelo vienen insertos los límites. El avance fue la constitución misma de la identidad, pero el límite, su modo nacional-popular.

    Hablar de inclusión social evidentemente remite al peronismo histórico, pero no únicamente. Ahí está la cosa. Se podría decir que todo peronista histórico equivale a inclusión social, pero no a la inversa. El valor inclusión y cohesión tiene una tradición anterior al peronismo, aunque éste seguramente la encarna paradigmáticamente.

    En cualquier caso, no tenemos que ser lo que fuimos. Porque lo que fuimos no parece tampoco muy halagüeño. Resultados a la vista, de los cuales en diferente grado, el progresismo también es responsable. Además, se puede inventar. La política es imaginación, creatividad, voluntad. Mire si no lo fue el peronismo.

    2. Evidentemente las crisis del 49 y del 75 fueron diferentes, y sus efectos también. Pero me refería a que el gobierno que más encarnó la distribución y la cohesión, siempre que enfrentó una crisis la resolvió de modo conservador.

    En Europa, pese a sus similitudes, conservadores y socialdemócratas no siempre resuelven igual las crisis. Y, aunque lo hicieran, sabemos que no necesariamente hay una sola receta para resolverlas. El progresismo no es para tiempos de bonanza nada más. La distribución es también un modo de solución de las crisis. Las cargas de las crisis también se distribuyen.

    Me alargué. Perdón, pero el tema es muy interesante y ud. –aunque no parezca– me hace pensar, viejo.

    Salute

  28. Se esta acalorando la polémica. Esto podría ser interminable, tanto como lo son los argumentos que pueden esgrimirse para sustentar uno u otra/s postura/s. De modo que no voy a insistir en contestaciones que en otras épocas servían sólo para para enaltecer mi ego. Podría dar fundamentos de "nuestros intereses" o el "lado correcto" pèro ni siquiera voy a intentar una explicación ideológica acerca de "que es un capitalismo nacional y popular". Que yo sepa en todo el mundo que progresa rige el capitalismo, en algunos lados popular y en otros sólo nacional. Y cuando digo mundo que progresa también incluyo a la actual China cada vez más capitalista, aunque esto suele herir sensibilidades. Pero como la discusión es ideológica quiero valorar adecuadamente el pensamiento político. En mi humilde opinión las dos grandes corrientes de opinión ideológicas son el marxismo y el liberalismo. Aunque ambas tienen múltiples versiones sesudamente discutidas, escritas y polemizadas. Mientras la política (léase accion pura), va por otro lado mientras los giles seguimos discutiendo. En fin. Propongo el presupuesto de imaginar que sería del marxismo sin la acción eminentemente política y militar de Lenin, que era un político y no un teórico. Sé que se me van a venir al humo por izquierda, pero todo lo que Lenin escribió esta estrictamente ligado a la acción política ya desarrollada o a los objetivos que tenía por cumplir. De modo que si no hubiese existido Lenin (u otro político en su reemplazo), nuestro famosísimo Carlos Marx tendría la envergadura de Tomas Moro, Rousseau, Weber o cualquier otro teórico.

    En cuanto al capitalismo liberal prefiero citar a un ex presidente de la Nación más capitalista y más liberal del mundo. Me refiero a una conferencia dada por Grant ¡en l897!, ante un grupo de banqueros e industriales en Manchester, Inglaterra: “Señores, durante siglos Inglaterra a usado al proteccionismo, lo ha llevado hasta sus extremos, y le ha dado resultados satisfactorios. No hay duda alguna que a ese sistema debe su actual poderío. Después de dos siglos, Inglaterra ha creído conveniente adoptar el liberalismo, por considerar que el proteccionismo ya no le puede dar nada.

    Pues bien señores; el conocimiento que tengo de mi Patria, me hace creer que dentro de doscientos años, cuando Norteamérica haya obtenido del régimen protector todo lo que este le pueda dar, adoptará firmemente el librecambio".

    Este chabón sí que tenía claro el valor de las idologías.! Sabe amigo Geiger cual es régimen protector? Sin duda el que desde las Universidades y Thinks thanks llaman "populismo". Que no es sólo el peronismo, que es la versión telúrica,

    porque hasta donde sé Lula no es peronista ni tampoco la dirigencia chilena, tampoco lo eran Arbenz, Ibañez, Getulio Vargas, Haya; en fin todos esos populistas.

    Adelante y suerte.

  29. Contador:

    Sigamos la conversa entonces, aunque yo voy a tratar de ir abreviando.

    Parece que no nos vamos a poner de acuerdo sobre el tema de la conciencia nacional. Te doy dos ejemplos para sentar mi posición, uno antiguo y uno reciente:

    – Hace cosa de 90 años, el Dr. Juan B. Justo hacía suyas las posturas del librecambismo más ortodoxo en nombre del salario de la clase obrera. Por ejemplo, para él bastaba con que la Argentina exportara trigo sin elaborar harina, porque los países que lo compraban ya tenían industrias eficientes. Con este tipo de "socialismo" nunca hubiéramos tenido demasiados obreros que digamos…

    – Hace ya casi dos décadas, cerca de donde yo vivo cerró la fábrica Grafa de Villa Pueyrredón. En su lugar se instaló un enorme local de la cadena de Sam Walton. Lo cual implicó el cierre y la ruina de una multitud de pequeños y medianos comercios de los alrededores. Quizás alguien con una "conciencia de clase pura y dura" haya dicho: "es todo lo mismo, cambian los patrones, nada más". Pero desde el punto de vista del tejido social, los vínculos personales y hasta afectivos, además del daño al patrimonio de muchísimas familias, para el barrio fue una catástrofe. La "conciencia nacional" también implica la defensa de valores que no son puramente económicos.

    Tampoco estoy de acuerdo en que los movimientos "nacional-populistas", en especial el peronismo "no hayan logrado construir una conciencia institucional de los derechos en los sectores populares, como hecho desligado o trascendente al liderazgo eventual." Justamente quizás la peor ofensa que le pudo haber hecho el peronismo a las elites dominantes es haberle dado conciencia de sus derechos (tanto sociales como cívicos) a los trabajadores y a los más humildes. La historia argentina posterior a 1955 es en gran parte la de la lucha de las mayorías por defender sus derechos, y de las minorías por arrasar con ellos.

    Tampoco creo que los aspectos negativos que señalás del peronismo (o del nacional-populismo) sean algo determinante y permanente. Tampoco estoy diciendo que la Argentina de fines de los '40 y principios de los '50 haya sido un paraíso al que hay que retornar. Por supuesto que hay que construir fórmulas e identidades nuevas (o resignificar las viejas), pero no creo que eso implique renegar de la experiencia histórica.

    Sobre que las crisis del '49 y del '75 fueron resueltas de modo conservador, ya di mi opinión sobre la primera, y de la segunda te agrego que no puede ignorarse que ya se estaba preparando una brutal reconversión social y económica del país.

    El hacer pensar parece ser mutuo, brindemos por eso. Lo que sí, te veo peligrosamente cercano a mi amigo Hal, jaja!

    Saludos otra vez.

  30. Y sí, voy por una conciencia igualitarista antes que por una nacional. Si querés, Jorge, podemos pactar una conciencia nacional igualitarista.

  31. Hal: uy, otra vez con el igualitarismo… (:P)

    En los problemas más serios que tenemos que afrontar como sociedad, la problemática social está íntimamente ligada a la nacional: el despoblamiento de zonas rurales ligado al monocultivo, el manejo de nuestros recursos naturales, la soberanía alimentaria, etc., etc. Entonces (en mi criterio) la conciencia social no puede ir por carriles separados de la nacional.

    Aclarando que acuerdo con el igualitarismo en lo político y social (no en lo cultural), ¿dónde hay que firmar?

    Un abrazo.

  32. Disculpame, Jorge, pero esos problemas que mencionás no involucran a todos los agentes sociales que cohabitan en una nación de la misma manera. De hecho, si esos problemas existen es porque alguien saca provecho y alguien permite el monocultivo, la apropiación privada de los recursos naturales o la concentración de la producción alimentaria. No son problemas nacionales, son problemas sociales que afectan y ponen en tensión a buena parte de los capitalismos periféricos del Mundo. Y el origen de todo ello es la desigualdad, tanto en el orden interno como en el plano de las relaciones internacionales.

    Quiero decir, no alcanza con una mirada nacional de los problemas, es indispensable una crítica radical del capitalismo. Obviamente, el sostén ideológico de todo eso es el igualitarismo.

  33. Yo firmo también, incluso un contrato de cesión a favor del igualitarismo, pero antes déjeme el Leviatán decir una cosa: la conciencia nacional es un límite para la realización del igualitarismo –aunque lo funda en cierta medida como ciudadanía– porque su momento límite es cuando plantea el dilema entre la identidad de trabajadores y la identidad de nacionales.

    Como trabajador, me enfrento al capital, de donde sea. Como nacional, me enfrento –con suerte– sólo al capital "foráneo" y busco un capitalismo "nacional y popular" que, por definición, no existe (el capital no tiene patria hace rato, no desde la globalización), y además, me obliga a pactar con los empresarios "nacionales" contra "la oligarquía". Es decir, actores fantasmas impiden la única confrontación de la que puede salir realizado el igualitarismo.

    Dicho esto, pásenme el pelpa y la birome.

  34. Hal:
    Estás disculpado, pero jamás dije que esos problemas afecten a todos los agentes sociales que cohabitan en la nación de la misma manera. Mi aspiración es a que el Estado democrático tenga suficiente fuerza y poder de decisión para poner límite y contrarrestar esos fenómenos derivados de la lógica de acumulación y concentración capitalista, sean sus impulsores nacionales o extranjeros. No veo la contradicción entre el aspecto social y el nacional, para mí «conciencia nacional» no significa que haya que defender a cualquier empresario (así sea el rey del monocultivo, o el de la minería a cielo abierto, etc.) sólo porque sea argentino. Hablando de soberanía alimentaria, acá tenemos un ejemplo de un país que carece de ella así como carece absolutamente de todo:
    http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-102355-2008-04-13.html

    Hasta hace unos años Haití producía suficiente arroz, hasta que los «amigos» del Norte la forzaron a comprar arroz importado subsidiado y así arruinaron a los productores nacionales. Un buen ejemplo de un problema (una tragedia, en realidad) social Y nacional.

    Me parece perfecto plantear una crítica radical del capitalismo. Pero mientras tengamos que vivir dentro de ese sistema, el Estado nación democrático es nuestra mejor (o única) arma de defensa.

    Contador:
    ¿Leviatán? Muy interesante lo de Hobbes, justo ando leyendo algo de ahí… Mi impresión personal es que en un país periférico como el nuestro, que salvo como proveedor de materias primas o como deudor nunca fue relevante para el Primer Mundo, los momentos en que se planteó una alianza de clases y un desarrollo industrial con sentido nacional fueron los que permitieron un mayor bienestar de la mayoría de la población. Las tensiones entre el capital y el trabajo son inevitables, pero eso no significa que tengan que ser irresolubles. No habría que olvidar que hasta hace pocos años en nuestro país se presentó como exitoso un «modelo» que prescindía del capital (salvo el financiero y el ligado a las empresas privatizadas) y del trabajo. Todavía estamos sufriendo las consecuencias.

    Un abrazo a ambos.

  35. Creo que hemos llegado a un punto de acuerdo, al menos a mí se me aparece ahora más claro. Coincidimos todos (creo, perdón si abuso representativamente) en que queremos lo que Jorge describe así: que «el Estado democrático tenga suficiente fuerza y poder de decisión para poner límite y contrarrestar esos fenómenos derivados de la lógica de acumulación y concentración capitalista, sean sus impulsores nacionales o extranjeros». Coincidiremos en llamarlo Estado de Bienestar, no?

    La diferencia está en cuál base de sustentación social es mejor: si la «conciencia nacional» o la «conciencia social». Ambas llevan al pacto social, en eso coincidimos también.

    Pero creo que la diferencia está en que yo (y creo que HAL) veo que la conciencia social (lucha de clases, digamos, cultura política socialista «clásica») da más autonomía a los sectores asalariados como parte de la alianza estatal. Esa autonomía les permite negociar más fuerte y no dejarse «absorber» por la lógica nacionalista de la conciencia nacional, que les da menos autonomía como grupo, al encuadrarlos más corporativamente en la lógica del pacto «nacional» (y no social) con los empresarios «nacionales».

    Pero tal vez estemos hablando de lo mismo con distintos nombres, como expresión de diferentes tradiciones políticas (socialista o nacional-popular).

    Saludos suecos para todos…

  36. Contador:
    Ahí va convergiendo la cosa. Por supuesto que en cada circunstancia y momento histórico las problemáticas sociales y nacionales tendrán un peso relativo diferente. Uno podría imaginarse una situación hipotética en que un país ejerce sus decisiones económicas con autonomía y tiene plena soberanía sobre el manejo de sus recursos naturales, por ejemplo. Ahí probablemente las cuestiones nacionales, al haber sido superadas, pasarían a segundo plano frente a las sociales.

    Me parece perfecto que se reivindique la importancia de la conciencia de clase. Ahora, en la realidad argentina actual vemos un panorama de retroceso social muy particular: la masa de trabajadores sindicalizados y en blanco es relativamente chica, y dentro de ella hay sectores con un nivel salarial de clase media o clase media alta. Después hay una masa muy grande de trabajadores en negro con un nivel salarial muy inferior y carentes de beneficios sociales, y finalmente una enorme cantidad de excluidos o semi excluidos que se mueven en los alrededores del límite de subsistencia. En esta situación de achicamiento y debilitamiento de la clase obrera se da un fuerte descenso en su combatividad (que recién ahora se está revirtiendo, sobre todo por reivindicaciones salariales), y la acción del Estado para restablecer un mínimo de equidad e inclusión social me parece ineludible.

    Se retribuyen los saludos suecos. Un abrazo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *