Asumamos, por el momento, que Mauricio Macri expresa un proyecto político autónomo de la derecha argentina, en el sentido de que representa políticamente al sector de la sociedad argentina que quiere limitar la intervención del Estado en la economía y recortar las políticas de distribución del ingreso, y que es el líder de un proyecto encabezado por representantes de las clases que solían llamarse propietarias. Asumamos que Macri tiene, no sólo la intención, sino un proyecto real para construir un partido nacional con perspectivas concretas de ganar las elecciones nacionales de 2015. Asumamos que Macri encabeza un proyecto autónomo de derecha en la Argentina. Aun así, no queda claro qué clase de derecha es.
Porque así como en la Argentina existen y existieron durante el Siglo XX (al menos) dos izquierdas, la izquierda liberal y la izquierda populista, también existen y existieron al menos dos derechas. Hasta la década del setenta, dentro de la derecha argentina coexistían, no sin conflicto, dos variantes: la derecha nacionalista y la derecha liberal. La derecha nacionalista estaba asociada con sectores ligados fuertemente a la Iglesia Católica y a los sectores terratenientes: históricamente, esta derecha expresaba un proyecto centrado en un relativo cierre de los intercambios con el resto del mundo y en la implementación de agendas cultural y socialmente conservadoras: educación católica, fuerte énfasis en la naturalización de las jerarquías sociales, promoción de un mitológico pasado gauchesco y campero, etcétera.
La derecha liberal, mientras tanto, expresaba a sectores económicos ligados al capital extranjero y tenía la característica de promover el proyecto de una Argentina “integrada al mundo” como productora de materias primas y asociada de las potencias centrales. La derecha liberal tuvo la característica de centrarse en temas económicos, y ser más flexible en temas religiosos y culturales. De hecho, la derecha liberal argentina era una derecha cosmopolita, viajera, admiradora de las grandes capitales y que coqueteaba, incluso, con el laicismo. Esta situación cambió, sin embargo, luego de la década del setenta, con la derrota del sector nacionalista de la derecha a manos de los liberales. Victoria expresada por el protagonismo de los sectores liberales ligados a Martínez de Hoz en el Proceso.
El derrumbe de la dictadura, la apertura democrática de los ochenta y la derrota de los últimos vestigios nacionalistas expresados por figuras como Seineldín, volvieron irrelevante a la derecha nacionalista. La situación cambió durante los noventa. En esa década sucedió un hecho de revolucionario impacto: la derecha argentina, como la colombiana o la peruana, abrazó al populismo. Tanto la derecha liberal como la derecha nacionalista de antaño tenían un enemigo en común: el populismo, encarnado, por supuesto, en la tradición peronista. Toda la derecha argentina era furiosamente antipopulista y compartía el ímpetu en reprimir y eliminar cualquier atisbo de movilización popular, ya fuese por la vía de una rígida jerarquía sostenida en valores religiosos y tradicionales o bien por la vía de la disolución individualista de las solidaridades colectivas.
La clave, sin embargo, es que este rechazo del populismo dejó a la derecha sin posibilidad de ganar elecciones nacionales libres y abiertas desde 1945 a 1983, dada la evidencia de que en nuestro país es muy difícil, sino imposible, ser electo a nivel nacional sin al menos un componente populista. Pero todo esto cambió con el advenimiento de las derechas neoliberales (o “neopopulistas,” al decir de Kurt Weyland). Súbitamente, con Carlos Menem la derecha descubrió que, mucho mejor que eliminar a su histórico enemigo, era abrazarlo. Esto no significa que la antigua derecha liberal haya desaparecido, ni mucho menos.
Antes bien, el instinto primario de la derecha vernácula y su impulso atávico es hacia el antipopulismo, expresado en el rechazo hacia el sindicalismo y todo lo que conlleve a la politización de las clases populares. El ímpetu antipopulista sigue siendo la identidad principal, sobre todo, de aquellas personas que advinieron a la vida política antes de la consolidación democrática. Sin embargo, un sector (generalmente más joven) de la derecha comprende que la aceptación de las reglas de juego electorales implica que a las elecciones hay que ganarlas, y esto requiere la capacidad de atraer al menos a una fracción de las clases populares.
En ningún partido actual es esta ambivalencia tan fuerte como en el PRO, ya que ambas tendencias conviven dentro de él y en el discurso de su principal líder, Mauricio Macri.
Por un lado, en este partido han recalado con naturalidad representantes de liberalismo antipopulista más clásico (como el del efímero funcionario Abel Posse o Federico Pinedo). Por el otro, el mismo Macri llegó a la política mediante un uso virtuoso de tácticas claramente neopopulistas como el uso de la presidencia de Boca o su participación en programas de exitosos de televisión (el reclutamiento de Miguel de Sel para competir en la provincia de Santa Fe da cuenta también de este fenómeno). Por momentos el PRO parece oscilar en su discurso público entre una visión más jerárquica y represiva de la diferencia y una visión más capaz de acomodar las demandas populares.
Esta semana fue muy evidente esta tensión con la reacción de Macri a la noticia de la expropiación de YPF. Su cerrada y automática defensa de los intereses de Repsol está en línea, por supuesto, con una identidad política basada en una alianza estratégica con los sectores económicos más concentrados. Sin embargo, dado el abrumador apoyo popular a la medida, expresado en encuestas muy favorables, asumir una posición de vocero político de Repsol y el Gobierno español no deja de ser una posición riesgosa (como quedó claro en lo rápidamente que la UCR y el FAP aceptaron, si no la virtud, al menos la legitimidad de la medida). También los comentarios luego de los sucesos del Parque Indoamericanos llamaron la atención, cuando el PRO salió a culpar públicamente a los inmigrantes, es decir, a parte de la población que Macri había logrado interpelar exitosamente con su imagen ligada al fútbol.
El avance hacia la política nacional de Macri hace más urgente responder a esta pregunta, ya que de la respuesta a la duda entre liberal y populista dependerá la política de alianzas y de coaliciones del PRO, así como la agenda de políticas públicas de un (posible) futuro gobierno. Por ahora, pareciera que la cabeza le dicta a Macri la necesidad de popularizarse pero el corazón, en momentos de crisis, lo liga a las raíces antipopulistas de la derecha argentina.
(Columna publicada en Revista El Estadista.)
Creo que en tu análisis te faltó un tipo de derecha, que no es ni liberal ni nacionalista: La Antipolítica, que antes funcionaba metiendo una feta de mortadela en el sobre, y ahora es exitosa poniendo una feta de la Tota.
Las dos primeras, al fin y al cabo, SON un proyecto político. La tercera no lo es. Sólo es una bufarroneada.
Eduardo, faltan muchas cosas en la nota, pero de alguna manera la antipolítica es una dimensión del neopopulismo noventista. Por eso la mediación propiamente política se reemplaza por la mediación del deporte o del espectáculo que tan bien comprendió Menem,
hola maría,
me quedé pensando un rato largo sobre esta conversación tuya con real y tal vez mi aporte sea un poco repetitivo, ya que más abajo comenté algo al respecto; pero reincido porque, total, esta reincidencia no le hace daño a nadie y, además, espero ser más claro esta vuelta:
se corre el riesgo de asociar en exceso y, en consecuencia, restringir el sentido del concepto «populismo» al punto de reducrilo e igualarlo al concepto de «demagogia». es cierto que todo «populismo» supone en general algunos rasgos, elementos, tácticas, discursos, «demagógicos»; pero el «populismo» supone algo más que la «demagogia con la que se expresa», supone algo más que su «comunicación» y que consiste en (perdón por el simplismo) «una tendencia de gestión en favor de las clases populares».
menem y macri son demagógicos, pero no veo «populismo» en gestión, digamos.
me parece difícil poder definir sin caer en contradicciones como «neopopulismo» a menem, a macri o a la «antipolítica en general». más bien, veo esos casos com ejemplos de simple y llana demagogia, usada para satisfacer los deseos de las «elites», los «mercados», el «capital internacional»… nada cercano los intereses del «pueblo» al que lo quieren comprar con figuritas del jet set, patillas próceres, deportistas, escudos de perón o cómicos profesionales.
espero haber sido un poco más claro.
de nuevo, muchos saludos!
Interesante lo tuyo María.
Le agregaría que tal vez para entender la parte populista de Macri hay que salir de Macri y no centrarlo en su persona.
Si bien conozco poco la realidad barrial de Capital Federal, desde la primer elección en que se presentó Macri, que si no me equivoco no ganó, sí escuché referentes políticos peronistas y militantes peronistas que se veían más representados por Macri y que lo votarían (incluso del gran buenos aires, sabiendo que no podían votarlo, lo veían a él mejor que otros candidatos peronistas) y más aún cuando Néstor Kirchner se despega del duahdismo. «Kircher es un zurdo» escuché muchas veces despectivamente de esos sectores peronistas. (que en Santa Fe se expresa en el reutemismo -reutemismo que va en camino de extinción, pero no de esos sectores que van buscando otros referentes un poco más activos y comprometidos: la gran cantidad de votos a del Sel no tienen otra explicación que una parte del peronismo votó a Del Sel y no a Rossi)
Porque no podemos ignorar que Macri ganó fácil Ciudad de BsAs, incluso en barrios no de clase alta. O sea hubo trabajo concreto con la gente. Y sabemos que Macri no trabaja, y no milita a la manera «populista» que sólo lo hace para la foto o la pose, pero alguien milita. Y allí encontraremos creo la pata populista: algunos sectores del peronismo que abierta o por abajo, según los momentos, militó y milita a favor del Pro, más cierto tipo de servicios municipales que se sí dan, más allá de que el Borda esté sin gas, que cierren grados en las escuelas y todos los quites sociales que ha impulsado e impulsará Macri.
Creo que para entender tu tesis habría que poner la lupa un poco más en la base de sustentación del Pro y su vinculación con la gente. Punteros, gente acostumbrada a militar y vincularse con la gente de la manera que siempre se hizo en el peronismo. Manera que a veces se identificó con la realidad de los intendentes del conurbano que tienen una estrecha vinculación con su comunidad y por x motivos ganan una y otra ves sus elecciones.
Creo que por allí se podrá encontrar mejor el populismo que vos señalás, más que por el hecho de haber sido presidente de Boca o ir a programas populares.
Para mi, dejando de lado el tema de la presidencia del país, que por ahora le falta mover el amperímetro, el gran reto para ganarle en C. de bsas pasa por una disputa en la trastienda, donde se afianza el macrismo y que va más allá de Macri y de lo que pueda decir y hacer. Y tiene que ver con la relación de esa base de sustentación que tiene el pro que proviene de cierto peronismo, obviamente de derecha y anti k y que tiene vinculación con la gente.
En definitiva: si analizamos a Macri como Macri, probablemente nos volvamos un poco locos por sus incoherencias, su superficialidad, su absoluta vacuidad. Por lo que los análisis no darían para mucho. Pero no nos debemos engañar, atrás de Macri no sólo está Durán Barba para que le sople al oido el discurso o la decisión a tomar. Ni las empresas con las que hace negocios. Ni las corporaciones que termina representando y defendiendo. Para mi han gente que no son del gabinete o de los impresentables que puede poner en ciertos puestos. Me refiero a la gente que se vincula con la gente y es esta gente la que lo hace desde un discurso populista, populismo liberal tal vez, a la manera de lo expresado en época de Menem, pero populismo al fin.
Tal vez mirando a De Narvaes y su gente se permita entender mejor a Macri y una parte su gente. Con la diferencia que tal vez De narvaes se vea circunscripto a su propio discurso y por ello tal vez resulte más fácil de vencer, en cambio Macri al ser un flan (un flan con teflón) puede reacomodarse más fácilmente y eludir no sólo una clasificación sino defender mejor sus bases de sustentación en votos de sectores trabajadores
Pero como dije, conozco poco de aquella realidad por lo que puedo equivocarme.
saludos
María
En una serie de posts catapultados por éste de Abel http://abelfer.wordpress.com/2012/04/10/la-economia-politica-y-los-relatos-populistas/ estamos debatiendo la correlación entre economía y populismo. Coincido con en Abel en que no hay tal correlación como en el tandem ID, por lo que la oposición izquierda derecha no tiene mucho sentido para definir al populismo ( por lo menos el nuestro).
En los últimos posts avanzo sobre qué sería el sustrato equivalente al econóico si este no le es. La tesis es que al materialismo dialéctico sustento de la oposición binaria izquierda derecha, en la otra oposición digamos elitista- populista es la información la que hace de sustrato. En la primer binaridad ID la aporpiación materialismo ( su distribución) se debe justificar a partir de una textualidad y el estado de derecho. En la segunda el materialismo está dado ( como natural), solo hay que saber dónde se esconde, quién lo tiene, e ir a buscarlo, por lo que se hace necesario es la «información» de donde conseguirlo. En el primer sistema el verbo, la textualidad y el derecho se mantienen fijos mientras lo material es lo que se mueve y es el sujeto de disputa. En el segundo sistema lo que permanece inbariable es lo material, que es lo que naturalmente está allí ecológicamente fijo, por lo que se mueve y se disputa es la información, el know how de como atraparlo.
Manolo en su último post avanza un po más en esta discusión por demás rica http://deshonestidadintelectual.blogspot.com/2012/05/sociedades-en-resistencia-y-populismo.html
Desde la opocición vernácula al peronismo-kirchnerismo le confieso que no hay alternativa al peronismo si se pienza desde una lógica ID sin un aparato represivo que la sostenga. Incluso muchos kirchneristas se sitúan desde un discurso de izquierda y es un error que ya lo resolvió Rodolfo Walsh en los setentas.
Naturalmente si nosotros pensamos que la crisis del capitalismo es definitiva, no nos queda otra propuesta política que no sea el socialismo más o menos inmediato, acolchado en un período de transición, y esa propuesta contribuye a relegar el peronismo al museo.
Todos desearíamos que fuera sí, pero en la práctica sucede que nuestra teoría ha galopado kilómetros delante de la realidad.
Cuando eso ocurre, la vanguardia corre el riesgo de convertirse en patrulla perdida.
Lo que nos deja un abanico mas o menos populista a los que querramos enfrentar al peronismo y su lógica «pan y futbol», y finalmente eso poco tiene que ver con izquierdas y derechas.
Si encuentran la manera de hacer populismo sin «pan y fútbol,» avisen porque sería una innovación.
No busque ni prefigure una oposición al kirchnerismo en Macri, ésta no habrá de nacer de una propuesta de la derecha vernácula.
Bien dice «como quedó claro en lo rápidamente que la UCR y el FAP aceptaron, si no la virtud, al menos la legitimidad de la medida». El oponente natural al peronismo ha sido la UCR que es un populismo institucionalista. El desmarque de los patrones de los medios es el signos de qu epor fin la oposición debe entrocharse en los verdaderos carriles por donde ha circulado la historia política de este país.
Lo dificil va a ser buscar los votos
La UCR FUE un populismo institucionalista. No lo es por lo menos desde 1987. Tal vez pueda volver a serlo, habrá que ver.
Estimado Charlie:
Si bien al principio Marx decía que en la lucha de clases el burgués es el que gana y el proletario es el que pierde (un sistema Boca-River como se ve), ya el segundo Marx dijo que el proletario era el término medio de un silogismo que tenía por extremos al burgues y al que llegaría a ser el hombre nuevo del comunismo realmente existente (no utópico).
Este último Marx señaló que el proletario es en verdad un burgués al que solo le ha quedado su propio cuerpo como capital a explotar. En los 70s Deleuze y Guattari llamaron al proletario el esquizo capitalista (un sistema Boca-River pero internalizado en el individuo).
http://www.lanacion.com.ar/1469234-sola-vote-por-la-privatizacion-de-ypf-y-ahora-voto-por-la-estatizacion
El peronista de ayer es el esquizo menemista/kirchnerista de hoy.
Saludos.
Maria,
En cuanto a Macri, no cabe duda que va a ser populista de aca a 2015, por lo menos. El voto antipopulista lo da por descontado, aunque sea lo van a votar como mal menor. La estrategia es reforzar el perfil populista para socavarle base al FPV.
Con Menem, el antipopulismo creyó que ya no iba a necesitar mas al partido militar y lo dejaron languidecer. Todavia se estan puteando.
Guaio, entiendo que esa es la intención. Lo que digo en el texto es que a veces les sale (como con Del Sel) y otras veces (muchas) les tira mucho más la hilacha liberal antipopulista.
Macri no va a ganar. Macri no debe ganar.
El kirchenrismo tiene que tener otra ronda de gobierno.
Estamos a las puertas de resolver una gran paradoja, donde un gobierno que solo ha hablado de consumo en un decada expropia la principal empresa petrolera porque ahora aduce que hay que….
INVERTIR MAS…!
Y quien crea que esto es algo puntual circunscripto a YPF se equivoca, y mucho.
Quien le va a poner el cascabel al gato ?
Quien le va a decir al pueblo la verdad,
Stiglitz, Krugman, los keynesianos ?
O van a sacar de la galera a otro encantador de serpientes que les cuente
que ambas cosas son posibles al mismo tiempo ?
Izquierda ? Derecha ?
Argentinos, a las cosas.
La relación entre consumo e inversión es una de los ejes centrales de la Teoría General de Keynes.
No te gastes, María. Ah! Excelente post.
Gracias!
Gracias por la aclaracion Maria,
y entonces..?
No sé, el tema del post no es YPF, ni la inversión ni el consumo. Me limitaba a señalar que consumo no es lo opuesto e inversión sino su condición.
Con todo respeto Maria, no me parecio interesante tu post.
Creo que tiene muchos lugares comunes, algunos errores,
y aporta muy poco de nuevo.
Soy de las personas que valoran mas las criticas que los halagos, pues las primeras nos ayudan a mejorar,
mientras que las segundas solo nos llenan el ego.
Por supuesto que tambien estoy dispuesto a fundamentar mi opinion si me lo pedis.
Mi intencion no es desviar la atencion con un post que aparenta no tener nada que ver, mi intencion es marcar lo que creo que es realmente importante para el momento que esta viviendo el pais.
Con respecto a tu afirmacion, la identidad basica del modelo keynesiano iguala -por el lado de la demanda- el ingreso a la suma del consumo mas la inversion.
Tengo muy poco que agregar a esto ultimo.
Entiendo, quería decir que el consumo es un incentivo para la inversión.
Me gustaría resaltar que en los ’90, convertibilidad mediante, la población obtuvo una estabilidad de precios prácticamente nunca vista, por lo menos desde los ’70, y le permitió consumir y pagar a credito por citar algún ejemplo, desde ahí entiendo la re elección de Menem con un porcentaje muy alto a pesar que nadie lo había votado, o sea se prefería a un representante que daba «vergüenza» a algunos ¿muchos?, por llamarlo de alguna manera, con tal de seguir en esa ola de supuesto «bienestar». O sea, la derecha en esa época dío algo preciado primero y valorado, después, por la población.
A esta situación descrita, y le pregunto a Maria -con todo respeto-, ¿se la puede considerar «populismo»?
Independientemente, el tema pasaría por ver qué puede ofrecer el macrismo con algún paralelismo a aquella situación pero al día de hoy… me pregunto esto porque, me parece que, en elecciones por lo menos presidenciales, la gente muestra una conducta tipo «conservadora» tiende al «malo conocido a bueno por conocer» sobre todo si el «bolsillo» no está vacío. Al día de hoy, porque la verdad especular con lo que ocurrirá en 3 años es difícil, al macrismo no lo ayuda su gestión, no tienen mucho para «ofrecer» y dudo del carisma de su «lider». Encima, de acuerdo a los antecedentes cercanos, ni la inseguridad y corrupción hicieron mella. Inclusive, me atrevería a arriegar, suponiendo que el modelo nac. & pop. y democrático saltara por los aires -deseo de muchos para poder llegar- no se si le alcanza.
Como bien decís, la derecha necesita una base popular de votos y me parece que no la puede encontrar en el macrismo, yo creo que la buscará por la UCR, FAP o bien dentro del peronismo y/o kirchnerismo inclusive
Conseguir estabilidad de precios es facilisimo. Basta un poco de recesión y aumentar la desocupación. De eso se trata «enfriar» la economia, que es lo que piden siempre los liberales cuando hablan de inflación. La falta de inflación en el Menemato no tiene tanto que ver con la convertibilidad sino con la recesión (la convertibilidad sirvio para calmar a la clase media y alta adoradora del dolar, que en el fondo es la formadora de opinión).
Ahora, como conseguir estabilidad de precios con crecimiento? Es mucho mas complicado. La inflación media de la argentina en el siglo XX en periodos no recesivos anda por el 30% anual (recuerden todas las veces que cambiamos de moneda) y es un problema no resuelto.
interesante, maría.
pienso una cosa que me inspira el título: yo creo que más que «populistas» esas tácticas son «demagógicas», por lo que no hay una contradicción real entre «liberalismo» Vs. «populismo/(demagogia)». más bien es la unión de ambas, como en el caso de menem, que el niño mauricio representa acabadamente.
por otro lado, también resulta muy interesante para analizar a «qué clase de derecha» pretenece este idiota (si nacionalista o liberal), ya que las tendencias generales de la economía y la vida social cambiarían según hacia dónde se incline el único represetante que hoy tiene la «derecha a secas» con posibilidad de alcanzar poder.
me parece que tiene una clara inclinación en favor de la derecha liberal, amén de tener buenas migas con la iglesia católica y todo entente recalcitrante, que hoy no se le puede oponer a él, ya que el hijo de franco es la mejor opción que encuentran para echar su voto, en contra del «verdadero populismo» que encarna la yegua montonera.
sin embargo, esa mitología del terrateniente, de la vida gaucha, del campo nacional y criollo, de la argentina cerrada sobre sí misma, del abolengo de la herencia y la tierra, difícilmente cuajen en un hijo de inmigrantes, «unos nuevos ricos» que han hecho su riqueza con la industria y no portan apellido «bien», ni tradición campera.
macri está muy lejos de los típicos oligarcas de principios de siglo XX. es un «neo garca», y, como tal, anclado a los intereses internacionales, el capital transnacional y, sobre todo, el deseo de un estado que solamente regule «la seguridad de la propiedad privada» y dé rienda suelta a las locuras de los grandes capitales.
la historia, la tradición, la moral, la cultura… le importan tres carajos. la religión, también.
su única idea es debilitar al estado. imponer la doctrina de los grandes capitales. no le veo «nacionalismo» en ningún lado.
y volviendo al tema del principio: apenas es un demagogo, no un populista. usa la demagogia para tratar de hacerse el «popular», para tratar de pescar un par de votos, pero nada de «populismo» a la hora de gestionar el estado. por eso se le ve la hilacha, porque es una careta y no lo deja respirar.
muchos saludos!
pd: gran foto de macri. la primera que lo pescan haciendo algo con sus manos.
Tapones:
Conseguime una de la foto de la oligofrenica que nos gobierna en que este trabajando y no dando discursos. Yo todavia no la encontré.
¿estás molesto por lo que dije acerca del niño mauricio?
Creo que a esta altura resulta imprescindible introducir a Laclau. Toscamente y en pantuflas, podrìamos resumir:
El populismo plantea una divisiòn de la sociedad entre un nosotros y un ellos. Al «nosotros» le impide constituirse con unidad ese Otro que es el que obtura toda posibilidad de ser. El «pueblo» se reclama en como tal en relaciòn a una falta. Esa falta es un indecible; el lider le da cuerpo y un nombre a ese cúmulo de demandas. Las demandas son las categorías iniciales y resultan insastisfechas por los canales habituales e instuidos de la politica. La articulacion de esas demandas, a priori inconexas, en favor de Una que las hegemoniza y representa al conjunto es el principio de la política «populista».
Reemplacemos todo eso por lo siguiente:
Existe mucha gente. Gente que no es sindicalista, no es piquetera, no es boliviana. Gente que trabaja de 9 a 5. Gente que alguna vez fue radical o alguna vez peronista, a nunca fue nada de eso. Gente que les rompe las pelotas los políticos, porque los políticos son un chorros, unos mentirosos. Gente que dijo «algo habran hecho», los «argentinos somos derechos humanos», «Que hijo de puta el turco, como nos cago», «las malvinas son argentinas», «Que se vayan todos, que no quede ni uno solo», «Vamos a terminar como Venezuela», «Estamos cansados de mantener a los vagos». Gente que escribe «Yegua», «Kretina» y «KK». Gente que tiene miedo a la inseguridad, gente que paga 25 pesos el kilo de yerba. Todas esa gente detesta a la politica. Toda esa gente respira y exhala, inconformismo, frustracion, resentimiento y rabia. Toda esa gente quiere una vida mejor. Una vida de country, donde las casas son lindas y los villeros solo salen en la tel. Gente que se compra una Eco Sport y viaja a Miami a combrar chombas. Gente que saca la Club La Naciòn. «Macri» es POTENCIALMENTE el significante vacío de esa amalgama de sensaciones, opiniones, broncas, expectativas, ansiedades. Macri es populista.
Tenés toda la razón, César. Esa masa de gente es la Argentina. Lo que acá se viene confundiendo mucho, algo que incluso creo que hace el propio Ernesto cuando se pone a opinar sobre el presente continuo de la realidad latinoamericana, es que las demandas ha satisfacer son las de esa población que vos marcás, no las de los grupos definidos políticamente. Cosas que pasan: Festejar la nacionalización de YPF en sí misma. No, el día de hoy será un día para recordar con una sonrisa en la boca cuando el autoabastecimiento de gas y petróleo haya vuelto a ser una realidad. El festejo de los símbolos -YPF en este caso- es la mala lectura que se viene haciendo. Se festejan símbolos, se festejan políticas económicas per sé antes que los resultados de las mismas hayan tenido tiempo de ser plasmados. Es el festejo de los «luchadores» políticos: Sus objetivos sí se ven cumplidos cuando las banderas logran ponerse a flamear en el centro de la escena política nacional. El resto, los representados, en ese instante todavía están a la espera, así como lo está un enfermo al que se le aplica una medicina. En el quirófano no festeja, ¿se entiende? Acá hay un problema de tiempos.
La lectura que hace María está aferrada a que «el verdadero peronismo» es el «verdadero populismo bueno». Eso no es nunca puesto en juego. Sigue leyendo desde una mirada sesentista, mitológica, del retorno del héroe. Mitología a la que no le hizo mella ni Luder, ni el Perón viejo de los 70’s, ni siquiera los diez años de menemismo: Peronismo sigue siendo aquel… Acá hay una lucha por el símbolo que encadena «el bien»: Peronismo = izquierda = sector bueno de la sociedad = nosotros. Esta cadena es heredada de las generaciones anteriores y está totalmente aferrada al discurso que explica el presente político.
Macri es populista, mucho más que aquellos que adhieren a esa cadena de significantes. El peronismo de izquierda es el de los intelectuales peronistas. ¿Cuánto tiempo más la CGT va a durar sin ser denunciada como burocratizada? La masividad del kirchnerismo está sostenida sobre parámetros que no derivan de las lógicas de esa cadena; derivan de pactos con burocracias y de la bonanza económica. La sociedad civil es la que se come las banderas de la cadena con tal de poder ver los partidos de Primera. En el fútbol se ve clarito: A ese barco están todos subidos. Algunos por el partido, otros por las propagandas. Mientras Riquelme pisa la pelota es el único momento en el que 678 es popular. Macri a esa lógica la entendió por el lado de la administración eficiente. Ese es su discurso, el que pudo mantener mientras fue presidente de Boca. Otro tema es su pasaje a la política, en donde las cosas del común se le complicaron bastante.
Miguel del Sel es peronista, igual que Scioli o que Palito Ortega. El kirchnerismo tiene el aparato tanto del Partido como del Estado, ahí está la gran diferencia, por ahora, no en el hecho de que el discurso K haya prendido más que el de Mauricio.
Saludos
Diego
Esa masa de gente no es un pomo la Argentina. Es apenas el porteño garca, el que se cree «normal», el que se propone como «realista» y «culto» para esconder que no le da el mate -ni el corazón- para ver otra cosa que sus propios números. Ni siquiera son la mayoría de los porteños, porque también están los que andan boqueando lo que le oyeron a sus amiguetes «exitosos» y tratan de imitarlos, aunque, ay, sin guita para el disfraz.
Festejar la nacionalización de YPF es festejar que los médicos se decidieron a operar. Que van a ensuciarse las manos nomás, y que no se van a quedar de brazos cruzados porque el enfermo no firmó el consentimiento pertinente antes de entrar en coma.
La masividad del kirchnerismo está sostenida por la gente que puede -aunque a los «no-bolivianos» les sorprenda- diferenciar pactos de transa, burocracias de inactividad, y entiende que si existe una bonanza económica ésta no apareció debajo de un repollo ni se la deben a De la Rúa. Pensar que se ganan tres elecciones, la última con 54% del país, con fútbol y 678 es un análisis por lo menos…básico, por no decir estrafalario.
Concuerdo, es POTENCIALMENTE el significante vacío. Pero, para seguirlo siendo, debe seguir teniendo la apertura a «lo vacío». Si se pasa, si se transforma sólo en un conservador-liberal, llena ese vacío de significante, se «pasa» de significante. Eso pasó con el affaire Abel Posse, por ejemplo. Creo que es una tensión que está presente en el PRO.
totalmente. cuanto mas vago y ambiguo el discurso, mas suma. circunscribirse a un nicho específico, le resta. Ni hablar si va a pelear en Nación.
no lo percibo como populista.Es un pituco porteñoso que habla y piensa como empresario que desprecia a la negrada y propone la cultura del teatro Colon tradicional.Y su liberalismo es economico solamente,como corresponde.
por todo ello,no puede tener alcance nacional.Solo tal vez en algunos prupos urbanos culo crespos.Y tipos como Del Sel son payasos inflados en este tiempo de espectaculo e individualismo.
Muy bueno María, creo que el post plantea con mucha precisión una disyuntiva fundamental para Macri. Lo que agregaría es que me parece que, cuando se aleja del populismo, no es solo una cuestión de gusto propio o de impulsos. Creo que tiene dos dificultades para ser adecuadamente percibiido como populista, y al no lograr encajar con el «personaje populista», eso lo impulsa intermitentemente en otras direcciones políticas. Las dificultades para mi son: 1)No pertenece al peronismo. 2)Es porteño.
Menem no enfrentaba ninguna de las dos situaciones. No quiero decir que en estas condiciones «no puede» ser populista, pero sí, que le va a ser mucho más difícil ser percibido como tal, y por eso sus actitudes pueden ser erráticas, ya que, ora busca el lugar del populismo de derecha, ora, al percibir que no encaja del todo en ese lugar, se acerca al liberalismo de derecha.
Gran verdad. Pero tengo un contraejemplo: Scioli. El logró hacer la transición que se le dificulta a Scioli. Pero claro, Néstor lo ayudó, je.
Es liberal, porque su crítica a la expropiación de YPF fue que la medida nos aleja del capital extranjero. El populismo de Macri es utilizar el mensaje más siemple para llegar al sentido común imperante, reemplaza palabras clave en su discurso mediático: «resolver los problemas de la gente» por «atender las necesidades del pueblo»; un ejemplo sería su crítica al veto por la ley que garantizaba el 82 por ciento móvil a los jubilados, cuando Macri declaró, cuestionado por sus sistemáticos vetos a leyes de la legislatura porteña, lo siguiente: «yo veto cosas que no sirven para solucionar los problemas de la gente, que sí hace la presidenta cuando vetó el 82 por ciento móvil para todos los jubilados».
Creo igualmente que se va a dilucidar en estos años, dado que no se valió de ninguno de estos conceptos para ser electo dos veces jefe de gobierno porteño. La verdad de la milanesa la veremos después de las legislativas del próximo año.
Me parece que a veces estamos tentados a confundir el concepto de «liberal». No se si esta a tono con lo que quería decir Maria, pero por «Liberal» entiendo como aquella tradicion politica que enfatiza la cuestion institucional y formal del sistema político, enfrentada, sì, a la dimensión «populista» como lo disruptivo que supone la incorporación de las masas (y sus demandas) a la escena democrática y la dificultosa canalización «democrática» (sigo con Laclau) de esas demandas. Entiendo que Liberal no es sólo «libre mercado», «individualismo» o «laissez faire». El ejemplo de Menem es el perfecto testimonio de la posibilidad de un populismo con discurso de economìa liberal y conservadurismo político. En ese sentido, el macrismo bien podría plantear su política populista y dotarla de ciertos elementos discursivos que provienen de ese sentido comun impregnado fuertemente por el liberalismo economico, dominante durante mucho tiempo.
Más allá , de que no le encuentro demasiado sentido a estos posts, más allá de seguir «inflando» a Mauricio como el enemigo a derrotar, cuando este muchacho carece de posibilidad electoral alguna, por fuera de la General Paz. Todo bien, lo instalan más que Durán Barba, y dentro de 3 años se pasean por el barrio diciendo «lo hicimos M…», gente somos grandes!!!
Pero lo
Perdon! toque el enter.
Lo ultimo Maria, estas ignorando olimpicamente en tu relato (quiero creer que por ignorancia, bah! no me lo creo ni un minuto)los elementos de derecha nacionalista en la dirigencia Peronista, particularmente en el periodo 46/55 y ni que hablar del 73/76.Si me querés explicar cual es el aporte de «venderla Cambiada», soy todo oidos.
Saludos
Tengo la impresion que Macri se presenta como un conservador liberal, muy respetuoso de los conservadores nacionalistas (al menos en algunas ideas, como las de la iglesia) pero el PRO es una organizacion populista. Pan y circo, por supuesto, pero iluminacion, presencia de cana, la tarjeta amarilla, clientelismo, etc… En algun punto, lo digo porque se me ocurrio recien sin ningun analisis, es el espejo de Menem, quien era un conservador nacionalista pero en una estructura populista liberal.
En ambos casos sus personajes estan disociados de sus politicas, con el talento suficiente para que sumen por ambos lados.
Si, concuerdo, pero la diferencia es que Menem ERA populista en muchas cosas, le salía naturalmente. Por ejemplo, en la relación con la gente. Cualquier que haya estado presente en un acto de Menem sabe que tenía un rapport increíble con la gente en el contacto directo. Macri no tiene eso.
Además, todos sabemos lo que fue Menem pero no recuerdo pero no que haya salido nunca con un discurso abiertamente antipopular, por lo menos abiertamente.
María, si cuando hablamos de populismo nos referimos esencialmente a la forma de construcción del poder, me parece que la tensión con la derecha (liberal o nacionalista para retomar tus términos) que señalás puede haber sido un interregno (comenzado con la irrupción peroniana) que no nos debería hacer olvidar el largo maridaje previo. En el mismo sentido, aunque chicanera, la observación que te hacen {el Gus) sobre la identidad entre ideas que vinculás con la derecha y sectores del populismo peronista (yo agregaría a sectores del populismo radical también) tiene bastante sustento.
Muy interesante lo tuyo como siempre.
¿Cuál es el «largo maridaje» previo? ¿El menemismo o te referís a algún momento previo? Porque previo al menemismo yo no veo en Argentina una derecha populista.
En cuanto al populismo radical, seguro. Pero ahora, ahora eh, el populismo radical no existe. Ojalá lo hiciera.
A muchos pj´s provinciales. Pero también al conservadurismo de Fresco, ponele. A Barceló. Fijate que Perón gana en el 46 con la estructura del partido laborista más la que aportan los conservadores de la provincia que venían del conservadurismo y el nacionalismo católico (de ahí vienen nada menos que Cámpora, Sampay, Carrillo, Bidegaín!) que tenían un arraigo popular notable (alguna vez alguien va escribir un laburito gramsciano sobre la influencia de las revistas masivas de cosas criollas y trasfondo ideológico católico, popular y nacionalista en la cultura popular). A lo que voy es que lo que llamás derecha nacionalista está fuertemente imbrincada en el populismo peronista. Hoy quizás menos, porque por definición el populismo para ser tal debe acompañar cambios culturales para subsistir. Pero aún cuando digamos (o yo diga, bah) con toda razón que el programa de Bidegaín era «progresista» lo cierto en que hizo campaña citando a Mussolini y que si Carrillo hubiera vivido para saber que buena parte de quienes lo ponen como ejemplo promueven la despenalización del aborto le agarraría un patatús.
No se, a lo mejor es un problema de la categoría «populismo» que a veces parece difícil de separar de «política» y a veces se hace irreemplazable.
(advertencia: me voy al pasto) Mirá, sobre la «tensión entre el proyecto reformista de construcción del Estado liberal y las prácticas políticas de construcción de poder en la frontera» 1850-1880:
«El fundamento más sólido del orden social (…) eran los mecanismo clientelares. La construcción del Estado requería utilizar estas mismas estructuras para fundar el nuevo orden. Al hacerlo, reforzaba en la mentalidad de quienes constituían las bases sociales de ese orden los mismos mecanismos que deseaba desterrar. Lo verdaderamente sorprendente es el hecho de haber logrado un considerable éxito».
¿Mitre y Sarmiento populistas? ¿O, más bien, la necesidad de articular una base social amplia mediante acuerdos específicos con diferentes actores que, tomados en conjunto muestran una práctica calificable como ambigua y llena de contradicciones desde ciertos niveles de abstracción es precondición del sostenimiento de cualquier proyecto político cuya legitimidad proviene de la soberanía popular*?
*Justifico sin total convicción el recurrir al siglo XIX porque me parece que la innovación de considerar «al pueblo» la fuente de la soberanía y su opinión el fundamento legítimo del orden social es más relevante que los cambios en el procedimiento de elección de representantes que caracterizan la democracia moderna.
PD: La cita es Miguez-Bragoni comps. 2010
Muy interesante. A nivel subnacional había de todo, ahí no me animo a opinar.
Ahora, no entiendo (no te lo digo a vos, es un problema con toda la literatura) la colusión de populismo con clientelismo. Por definición los populismos intentan generar contactos directos con «las masas», y el clientelismo supone la creación de mediaciones. El populismo es movilizante, el clientelismo es desmovilizante, etc. Por supuesto, ambas estrategias pueden combinarse dentro de un movimiento, pero no comprendo que se las iguale tan livianamente.
Un larguísimo maridaje previo.
http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Juan_Per%C3%B3n_con_jos%C3%A9_Uriburu_-_Golpe_de_estado_de_1930.jpg
Estimada María:
A mi me parece que el par dialéctico elitismo (el pueblo elegido por dios) vs. populismo es cualitativo y no cuantitativo.
Aunque tiene un origen bíblico – Jacob vs. Esaú – la oposición actual proviene de la abolición por parte de Napoleón I del Sacro Imperio Romano y la consecuente instauración del «imperio popular» bonapartista. Recordemos que no solo en su momento el franquismo sino actualmente la corona británica aún hoy sostiene que reina por la gracia de dios.
La oposición elitismo vs. populismo es así intrinseca al nacionalismo argentino. Perón no era ajeno a esa tensión y su conducta siempre fué ambigua al respecto.
http://rib-moregeometrico.blogspot.com/2012/04/peron-y-copello.html
Fue Jorge Abelardo Ramos el creador de la noción de un peronismo bonapartista.
http://es.wikipedia.org/wiki/Jorge_Abelardo_Ramos
Macri se declara desarrollista.
Saludos.
De acuerdo. Clientelismo es una categoría complicada que muchas veces oscurece más de lo que aclara. Miguez la usa en ese texto sin definirla (es decir remitiéndose al sentido común). Digamos, pensar en la construcción de redes vinculadas por algún tipo de reciprocidad (mas o menos asimétrica) que son articuladas en el proyecto de un partido, facción o movimiento. Movilizante o desmovilizante bueno, según como se activen esas redes. Me parece que a eso apunta Laclau con su «populismo», al proceso de articulación de intereses y grupos variados y a veces contradictorios en una sola dirección y de ahí que no logro entender (seguramente se me escapa algo) que tiene de específico con respecto «política». La otra versión de la expresión (la del trato «directo») es aún más complicada: Perón le habla a la plaza, pero la gente llega más o menos encuadrada. A lo mejor, en la idea del líder populista y su contacto directo lo que hay es un conocimiento aún escaso sobre el funcionamiento de las redes políticas no institucionalizadas. Es decir, me cuesta concebir política «de masas» sin mediaciones, en ese sentido el populismo así definido sería una mala conceptualización, una imposibilidad empírica.
saludos
Perdón Guido, pero en ningún libro de los que leí sobre populismo se menciona la «reciprocidad» como una característica del concepto. Ni en Maquiavelo, ni en Laclau, ni en Canovan, ni en Di Tella, ni en Weyland, etc. (Para Laclau hay articulación de la cadena equivalencial de significantes, no reciprocidad.)
La crítica a la ausencia empírica de «relación directa» me parece buena, y la «imposibilidad empírica» podría ser, pero entonces hay que abandonar el concepto de populismo y reemplazarlo por otra cosa, porque justamente si hay algo sobre lo que la literatura sobre populismo coincide es que el populismo implica relaciones más directas entre líder y movimiento.
Leyendo a Rib, me parece que hay distintos conceptos en juego.
1.Si populismo Laclau. Estamos hablando de una manera de articular en un discurso y un proyecto político único reclamos heterogéneos y potencialmente contradictorios a partir de equivalencias. Aquí es donde me resulta difícil pensar un proyecto político exitoso no-populista en una sociedad compleja (y es donde me animo a ver populismo en la extremadamente no lineal construcción del estado liberal-conservador). Existe la posibilidad de que a Laclau no le entienda un pomo (Ay, Lacan, que demonio te trajo a las ciencias sociales). Macri es populista, digo, porque no puede ser otra cosa si quiere ganar una elección y sostener una gestión de gobierno.
2.Si el populismo es bonapartismo. Sería un bloque hegemónico de negociación, cohabitación y conflicto entre facciones de las elites donde la dirección no representa a ninguna facción en particular. De ahí que Gramsci considere el cesarismo la forma natural de la democracia parlamentaria capitalista (y que M. Peña hable de bonapartismo en Sarmiento, pero no en Mitre o en Roca, supuestamente identificado con una facción burguesa específica). Aquí Macri difícilmente pueda ser populista por su identificación ideológica y de clase con una «facción burguesa» específica. Desde ya, para hablar de bonapartismo hace falta asumir un bibliorato de supuestos marxistas entre los cuales no es menor el concepto de clase, de interés de clase y todos sus corolarios. Yo no se.
3.Si populismo es «relación del líder con la masa», que es a lo que un poco se reduce desde miradas como la de Germani tiende a parecer un sinónimo de demagogia o de identificación pseudoreligiosa. No le encuentro mucha utilidad. No explica demasiado ¿Por qué la masa se identifica con un líder?¿Cómo es esa identificación?¿Cuál es la estructura (y su lógica de poder interna) con arreglo a la cual se organiza el reparto de ministerior, fideos y capital simbólico? No resuelve mucho. Eso si, Macri tiene menos carisma que un farmacéutico. Si eso es populismo Macri es otra cosa.
4.Si populismo es antielitismo es, como dice Rib, una tensión interna. Pero de cualquier sociedad o grupo que por sus características exige cierto grado de división del trabajo político, cierta jerarquización en el poder. Rib se remite a la biblia, pero en cualquier sociedad jerarquizada existen mitos equivalentes que dan cuenta de un «pueblo» que se quiere morfar a las «elites». Y de la necesidad de un orden social que garantice la continuidad en el tiempo y funda la necesidad de mandantes y mandados. Aquí. me parece, Macri no es populista y está más allá de sus posibilidades serlo. Es cierto que Scioli es igual de rico. Pero Daniel es sincero en su gusto por Pimpinela. Es «grasa» y popular. Macri es un nene bien. El populachero sencillamente no se lo cree nadie. Macri no es un Menem y tendría que estudiar mucho teatro para serlo.
5.Si populismo es el uso más difundido entre economistas (y liberales) se trata de políticas de corto plazo (con espurias motivaciones político-demagógicas) con consecuencias negativas en el largo. Entendido así, claro, supone asumir una predictibilidad a la ciencia económica cuando menos debatible. En este sentido, Macri no es populista. Sus objetivos explícitos y sus prácticas concretas no desentonan con La Verdad de la gente seria.
Ta bien, muy buena síntesis. ¡Escribite un post!
Laclau te diría: la masa se identifica con el líder porque el líder encarna la cadena equivalencial, mediante su capacidad de transformarse él mismo en significante vacío, de tal manera que genera una corriente afectiva.
Los fideos son a posteriori, digamos.
Muy bueno este debate, pero María Ud. le aclara a Guido lo mismo que me alcara a mi sobre la UCR.
En realidad el populismo no existe, no es per se, es a partir de qu ese constituye en antagonismo-agonismo, es ahistórico, por lo que la UCR demostró en más de una oporunidad es nu capacidad de resiliencia y renacimiento. En el 83, época de Alfonsín nadie tres pesos por la UCR y el Alfonso lo levantó de la cola y lo hizo revivir de la catacumba, de una historia de proscripciones y de alianzas con las dictaduras feas, feas.
Por eso la no-historia dice que puede haber una nueva historia en base a esa configuracuión casi mágica del populismo, eso es lo qu eno se le perdona a los boinas blancas, haber regalado sus banderas y dejado bacante su lugar, por eso estamos hablando de Macri.
Al peronismo varios lo dieron por muerto y fíjese Ud donde está hoy.
Se reduce todo entonces a «ser del palo» en política ???
Rib: voy a leer el post.
Charlie: ojo, nadie niega que la UCR pueda ser populista, para nada. Es más, debería serlo. Hoy no lo es, nomás.
Maria, lo de reciprocidad venia a cuento de «clientelismo». Este ultimo concepto me resulta muy cargado ideologicamente y poco operativo si uno tiene que andar haciendo mil aclaraciones para usarlo. Reciprocidad es un concepto muy utilizado en etnografia en general y antropologia politica enparticular. La formulacion mas conocida es, creo, la de Marshal Shalins pero esta tambien en Gellner, Wolf y el primer Bourdieu. Y Mauss, LS, etc.
Yo, a «clientelismo», lo abandonaria. Y a «populismo», mmhhh, estoy ahí…
Guido: por supuesto que la tensión no es solo bíblica. Tambien está en el SPQR latino y en la República Popular China como sucesora del Celeste Imperio. Pero usted funda la
«representación» o bien en un poder divino o bien en un poder humano: Nos el pueblo … etc.
Ni el Reino Unido, ni la Arabia Saudita lo hacen.
Hirohito renunció a ser arahitogami.
Saludos.
Por si no quedó claro: Ernesto Laclau es profesor de semiótica política en el Reino Unido, donde la Jefe de Estado reina por la gracia de dios … a mi no me interpela su «populismo» de ciudadano británico en rebeldía. Eso nomás.
para hablar de la politicidad de don Maurizio hay que pensar y sentir su relacion con uno y sus actitudes,mas que compararlo con otros»candidatos»,sobre todo teniendo en cuenta la complejidad de las distintas corrientes politicas nacionales.
si no,tendremos que recurrir a la idea de que»¿hasta que punto?!»
Maria, me parece que la derecha que se quedo sin representacion despues del 83 no es la derecha nacionalista. Esa entroncó con el peronismo hace rato, y diria que gente como Capitanich y tantos caudillos peronistas provinciales son herederos de eso. La que se ha quedado sin fuerza politica es la derecha/centro derecha liberal . Que no puede tenerla hasta que la prosperidad en Argentina dure lo suficiente como para crear una clase media lo suficientemente extendida como para definir una eleccion. No hay (ni va a haber por muchisimo tiempo) un equivalente argentino al partido Republicano o al Conservador en Inglaterra o los sucesores del Gaullismo en Francia.
Ta bien esa, Guillermo, eh.
Igual, lo que dice Luebbert, por ejemplo, es que en Inglaterra no es que no haya clase popular, sino que la clase popular vota (no siempre) conservadores. El partido conservador aprendió a ganar elecciones. Algo que en Argentina no pasó durante el siglo XX: simplemente las clases populares no votan conservadores puros (o sea, en mi lenguaje, conservadores liberales, y sí, sé que es confuso, pero así se usa el concepto de liberalismo en Argentina.)
Es que en Argentina el voto esta mucho mas definido por clase que en Inglaterra. La clase obrera fue mayoritariamente laborista hasta que los cambios y beneficios del estado de bienestar laborista crearon un nuevo estrato de clase obrera, que fue lo que pesco Margaret Thatcher. Pero siempre hubo clase obrera conservadora, especialmente en el Sur del pais.
Dado que la derecha en Argentina no ha ganado una eleccion nunca, me parece que se requeriria un Fred Astaire de la politica, no Macri, para cambiar eso. Entiendo los esfuerzos para convertirlo en una figura opositora de peso porque sino es como jugar al tenis solo, pero no va a pasar. Unicato, Maria, unicato. No es vergonzoso, y a la mayoria le gusta.
La clase obrera que pasa a ser clase media, lo de Thatcher.
María.
Macri, ¿puede captar “votos peronistas”?, desde ya que si; porque el voto es por definición una opción personalísima.
El problema radica en que no se trata de los “peronistas” como individuos, sino como componentes de de un Colectivo Social y Político.
¿Qué cornos hace con el Movimiento Obrero Organizado?, ¿y que con la “estructura” política que lo “integra”?
El maldito pejotismo clientelar existe, y tiene Poder electoral, porque ESTA e INTEGRA a quienes no tiene otra opción en los Territorios.
No es una afirmación mía, sino que la han comprobado in situ los estudiosos del fenómeno; de Prévôt Schapira y Merklen a Levitsky a Zarazaga.
¿Qué puede hacer el PRO con ellos?
En fin; para chichonear un poco, publique el capitulo sobre el sindicalismo alemán de fines de los 60; y su interacción en una Sociedad Capitalista, versión renana.
El post, hacer clic aquí, donde trato el Populismo de Derecha europeo clásico; aunque los cito a Charly y a ti, lo “surto” a Rib por la típica obsesión del “Sindicalismo Neutro” del Progresismo realmente existente.
http://deshonestidadintelectual.blogspot.com.ar/2012/05/socialismo-de-estado-conservador_9785.html
Que añoran un Socialismo, o Socialdemocracia, SIN Sindicatos ni MMSS; es hora que se asuman como Liberales de Izquierda, Individualistas Compasivos, a diferencia de los Liberales de Derecha como Macri.
Un abrazo, para ti y los tuyos.
Estimado Manolo:
A este «liberal de masas» el tótem «progresista» no lo interpela.
Que a mi me parezca que el PJ – con Moyano incluído – va hacia
un modelo «húngaro» no significa que por ello crea
que la CGT deba ser políticamente neutral.
Macri se declara desarrollista … será ???
Saludos.
Rib
Estimado Critico; Frondizi, Frigerio y el Desarrollismo fueron el Progresismo realmente existente desde fines de los 40 a fines de los 60.
Un abrazo.
PD, Ud dice Hungaro, yo Alemania del Este. ;-P
El «liberal de masas» soy yo.
Macri es un conservador «popular» a la española.
http://www.perfil.com/contenidos/2012/05/03/noticia_0003.html
Rojkés de Alperovich esta en la movida ???
Claro que si, el desarrollismo fue el progresismo de su época. Usted sí que sabe, Manolo.
Rib, repito, mi problema es que no creo que acá sea posible ganar con un conservador popular a la española. Acá no hubo 40 años de Franco. Acá la sociedad civil es movilizada, hay sindicatos, hay movs. sociales. Es otro el contexto.
Bueno.
También Franco fue desarrollista.
Entonces en los 60s el Opus Dei era «liberal» … ja.
http://es.scribd.com/doc/31306199/EL-FRANQUISMO-DESARROLLISMO-Y-CRISIS-1959-1975
Comparado a la Falange.
Manolo, como siempre muy interesante lo que escribe. Pero en este caso, tengo que disentir con usted. El peronismo no es un laborismo. Diría, a lo mejor, que el peronismo INCLUYE un laborismo. Pero «lo bajo» osteguyano (de su post anterior) excede largamente el MOO. Y no ahora, lo excedió siempre. «Lo bajo» también es el almacenero y el dueño del remis trucho, que son «pequeño burgueses». Y «lo bajo», sobre todo, también lo «grasa» de Carlos Saúl, que es rico. Pensarnos como laborismo es pensarnos como clasistas y, en el sentido económico de «clase», me parece que no lo somos.
Disgresión: ¿Conoce estos laburitos del compañero Carbonetto?
http://www.cepag.com.ar/pdf/peronistas_9/rp9.pdf
En particular a los capítulos II, VIII y IX, pégueles una leída si le queda un rato. Sospecho que a Charlie Boyle también le pueden interesar porque el marco epistemológico es medio pariente del suyo.
Guido
El peronismo en “repliegue”, ver a Rodolfo Walsh, pero también a Prévôt Schapira y Merklen sobre los 80 y 90; siempre asume su condición “Laborista”.
Los MMSS se actúan “como si” fueran los Sindicatos de los desocupados.
Uno de los “lastres” de los últimos 60 años fue considerar a los “nuevos” proletarios como si no tuvieran “experiencia” organizativa; Ginno Germani.
Se da de patadas con Quebracho, el NOA y NEA; y La Patagonia Rebelde, Patagonia y también la zona Pampeana.
Ahora bien, siguiendo a Levitsky a Zarazaga, los punteros tienen una doble función que no tiene nada que ver con el llamado “Patronazgo”; que es donde el Patrón subyuga a los «puntos».
Es un “Representante” del Estado frente a la Masa; y a su vez, es el “Delegado (de base)” de la Masa frente al Estado y/o sus Funcionarios.
La asociación con los Tribunos de la Plebe de la SPQR no es ni casual ni gratuita.
http://es.wikipedia.org/wiki/Tribuno_de_la_plebe
El horror que generan en el Republicanismo de Izquierda, y con toda la razón, es que son extra Institucionales; están mas allá de la misma Republica.
Es lo mismo que sucede con los Delegados de base y sus Superestructuras, el MOO.
Un abrazo
Le agradezco el presente, lo empecé a leer y nada más oportuno
Me gustaría saber de qué año es ese número, vengo trabajando sobre esos autores y veo que las citas son medio antiguas. Es un trabajo magnífico, sigo leyendo
Charlie, lamentablemente el pdf no tiene pie de imprenta. En algún lado tengo la revista impresa pero mi casa es un quilombo. Por las citas y algunas referencias es posterior al 2008. Creo, no estoy seguro, que es del 2009. Aquí la página y a lo mejor lo averigua (o se comunica con ellos, son gente de primera y no dude que le van a contestar):
http://www.cepag.com.ar/index.htm
¿Usted lo ubica a Carlos Reynoso?
Manolo, estoy de acuerdo con todo lo que dice. Lo que le digo es que el peronismo no es eso solo. Por eso le digo que incluye un laborismo, pero lo excede. El NOA, NEA y cuyo suele ser pensado como «feudal». Es un error tan grande como el de Germani o Romero pensando en los obreros de Buenos Aires como masas «anómicas» organizadas desde arriba. El feudalismo es otra cosa y allí también hay tradiciones organizativas populares (alguna que otra previa a la organización nacional). Peeeero, no son exactamente las mismas, creo, que las que permiten pensar el peronismo metropolitano (no se me ofenda, pero para mi usted es «porteño») como Laborismo. A ver si me explico con un par de imágenes: Gioja y el pj es más un neocantonista que un tributario de tradiciones y prácticas sindicales «importadas» desde Berisso y Avellaneda. Otra, el referente implícito en las formas organizativas de la Tupac y el ahora en baja Perro Santillán es menos la resistencia peronista que Luchín (a quien puede remitirse buena parte de la lógica del masismo boliviano, más que al discurso enrevesado de su vicepresidente), que era un líder sindical (y qué cuadro!) pero en un lugar donde «sindicato» no significa exactamente lo mismo que aquí. Básicamente por que allí, el MOO no «organiza» tanto como «es organizado» por lógicas que lo preceden y que no son exactamente iguales. No se olvide que allí la sangre y la «raza» importan de un modo que es inimaginable para un obrero de Pacheco. Además ¿Que clase de laborismo puede estructurarse allí donde el 70% son empleados públicos y el resto minifundista que se emplea solo estacionalmente (por supuesto que estos números son exagerados)?
Da para discutir largo, me parece. Pero me parece más fuerte su eje «alto» vs. «bajo» para explicar globalmente al peronismo. Porque allí es como se entiende más claro en que sentido la «invasión otomana» (escuché esta expresión en Tucumán hace mucho para referirse a un par de gobernas y políticos del NOA) fue una revolución antioligárquica allí donde desde Buenos Aires se ve un «feudalismo» inmóvil y sin historia.
Última, quizás recuerda aunque era chico (yo no había nacido) que hubo un conato de rebelión ante la candidatura de Bidegaín en Buenos Aires. Aunque era impulsada parcialmente por el MOO, el candidato alternativo que se levantó tenía como estructura una red de asociaciones tradicionalistas en el interior de la provincia, sobre todo la quinta. Pariente chozno del restaurador, el mísmisimo Anchorena era bien peronista, pero laborista lo que se dice laborista. Con perdón, pero no.
Un abrazo
Ud. dice este Carlos Reynoso, Billy Reynoso, el de Microsoft, supe hacer unos cursos con él, es un grosso ese tipo http://carlosreynoso.com.ar/
María, antes que nada, un placer leerla, más allá que no coincida al 100% con las conclusiones.
Macri, al igual que todo político que desea ganar elecciones de manera democrática, tiene que hacer uso de las herramientas «populistas». No hay contradicción en eso.
Quizás la confusión pasa por la ambigüedad de sus ideas, como la de criticar las «medidas populistas» y aplicarlas, hablar mal de los políticos en general mientras hace política. Pero esto es sin más la esencia de lo que intenta encarnar, el outsider que quiere gestionar un país, no gobernar o hacer política.
Aún así, con este mensaje puede representar a una parte importante de la sociedad que cree que es posible gobernar un país mediante gestión.
En resumen, creo que no se lo puede tildar de «populista» a Macri. Tan solo utiliza la dosis justa tolerable para sus electores y trata de paso atraer a algún otro cercano.
Liberal demagogo.
Populismo implica tener en cuenta las necesidades del pueblo.
A Macri el pueblo y sus necesidades le importan tres carajos, mientrass pueda hacer un buen clima para los negocios de sus amigos. No necesita tomar medidas para el pueblo. Le basta con armar una buena propaganda donde le diga al segmento que le interesa ganar, exactamente lo que quiere escuchar.
Remake de Menem y su «si les decia lo que iba a hacer no me votaba nadie»: Macri hace demagogia, le dice a cada segmento lo que quiere escuchar, y despues hace lo que se le raja en beneficio de sus amigos. Nada de populismo, pura demagogia.
Agrego, la diferencia entre CSM y Macri (aparte que CSM venia del peronismo y contaba con el sello para manejar algunos aparatos) es que el turco SABIA de politica, era muy astuto y conocia al maximo como manejar los resortes del poder. Mientras que Macri desprecia la politica, y la descarta como herramienta, y no tiene ni la menor idea de lo que esta haciendo. Por eso es que dos por tres muestra la hilacha y el discurso demagogo que armo con tanto esfuerzo se le cae en un rapto de liberalismo bajo emocion violenta.
Para nuestra suerte, ese desprecio a la politica y sus modos es, precisamente (y junto con su ignorancia incapacidad y vagancia), lo que nos protejerá al resto de los ciudadanos de nunca tener que sufrir a semejante incapaz. Los realmente peligrosos ahi son santilli y ritondo, esperemos que nunca tomen vuelo.
Paren de escribir que me hirve la cabeza. Fantástico. Gracias a todos.