Entre los desagradables defectos del sistema de medios de comunicación argentino se encuentra su carácter salvajemente centralista. Tan centralista que, sin ningún pudor, los medios porteños con cierta cobertura territorial más allá de la General Paz, son llamados «medios nacionales». Como ejemplo vaya una pequeña situación de la que participé en San Rafael (Mendoza) hace unas semanas.
Hacía varios días que venía viajando y extrañaba un poco las voces familiares de las radios AM que suelo escuchar en casa. Como no las enganchaba en su frecuencia, decidí preguntarle al playero de la estación de servicio:
Yo: Disculpame, ¿tenés idea cómo puedo sintonizar alguna radio nacional?.
Él: ¿Una radio nacional?
Yo: Si, si, una radio que se pueda escuchar en todo el país.
Él: Ahh, ¿una radio de San Rafael que se pueda escuchar en todo el país?
Yo: No, no, una radio de Buenos Aires que se pueda escuchar acá, en San Rafael.
Él: Ahh, ni idea…
Yo: (guardando el porteñocentrismo en el bolsillo junto con el vuelto de la nafta), Ta bien, gracias.
Por suerte, ese sanrafaelino no había caído todavía víctima de la falacia según la cual los «medios nacionales» son los medios de Buenos Aires que tienen alguna difusión en el resto del país. Sin embargo, esta falacia está profundamente instalada en buena parte de la sociedad y refutarla requiere repasar un poco cómo está construído el carácter «nacional» de los diferentes medios de comunicación.
Las radios AM, por ejemplo, construyen su «nacionalidad», a partir de la constitución de «cadenas» con emisoras de distintos puntos del país. En la mayoría de los casos, esas emisoras (que venden su propia publicidad) repiten algunos programas de la central porteña y en algunos horarios pasan programas «locales». Lo maravilloso de este dispositivo es su unidireccionalidad: en el «interior» parte de la programación y es la producida en Buenos Aires, pero en Buenos Aires, en fin, todos los programas son de la producción «nacional».
La televisión de aire funciona con un sistema parecido, nomás que las repetidoras de cada ciudad no suelen mechar sus propios programas sino solamente la publicidad que ellas venden. Los «canales nacionales» son en realidad canales de Buenos Aires que tienen recursos para ser distribuidos en todo el país. Incluso Canal 2, que originalmente es de la ciudad de La Plata, tuvo que poner sus estudios en Palermo, donde produce casi toda su programación. Mientras que los canales de Buenos Aires son distribuidos en todo el país a través de repetidoras o del cable, los canales del resto del país no llegan a Buenos Aires por ninguno de estos dos medios. Lo que quiere decir que puedo ver la Deutsche Welle de Alemania o la TV5 de francia pero no un noticiero de Córdoba o Mendoza.
Con los diarios «nacionales» pasa lo mismo. Es decir, son diarios de Buenos Aires que se distribuyen en todo el país. De hecho, el de mayor tirada de todos tiene una sección diaria que se llama «La Ciudad». Y aunque argentina tiene el porcentaje de población urbana más alto del continente y media docena de ciudades con más de medio millón de personas «La Ciudad» de la que todas las mañanas nos habla Clarín es Buenos Aires. No importa si estamos en Rosario, Córdoba o San Miguel de Tucumán.
Así las cosas, es previsible que los «medios nacionales» den poquísima cuenta de las realides de otras regiones del país más allá de lo que puede afectar a los porteños por su impacto o atraerlos por su morbo. Uno podría hacer un cónclave en Florida y Lavalle con todos los gobernadores menos Scioli, y nadie se daría cuenta.
Sin embargo, el centralismo mediático tiene consecuencias aún más perversas que la desinformación del supuesto centro sobre lo que ingenuamente considera su periferia. Los porteños tienen acceso a ningún medio de fuera de su ciudad. Una cosa es no saber qué pasa en Catamarca. Otra cosa es que el relato producido en Catamarca sobre el país, esté confinado a esa provincia. Y acá la cosa no se limita a Buenos Aires, donde lo más probable es que ningún porteño promedio pueda nombrar a algún medio o periodista de otra ciudad. A Chubut tampoco llegan los medios de La Rioja. Y eso sucede porque no hay federalismo mediático. Lo que hace falta es una matriz federal de comunicación pública masiva. Esa matriz haría a la comunicación más democrática porque repartiría el poder que da la distribución de información entre actores diversos por su pertenencia geográfica.
Que quede claro, lo que tiene que ser federal es toda la matriz. No se trata de que pongan en el cable porteño 22 canales para que me entere de lo que pasa en cada provincia. Se trata de que en cada lugar del país se tenga acceso a la mirada nacional producida en todos los demás lugares y no sólo en Buenos Aires. Se trata de que la construcción del relato sobre la Nación que se hace en San Juan y en Misiones pueda circular tan libremente como la que se hace en Palermo Hollywood. Se trata de poder sintonizar, además de la CNN, a un programa de política entrerriano para poder saber lo que un editorialista litoraleño piensa sobre el país. Se trata, en suma, no sólo de poder informarme de lo que pasa en cada provincia, sino de informarme de lo que pasa en mi provincia y en todo el país a través de un medio de otro lugar.
Para que eso pase hay que cambiar la ley de medios. Hay que permitir que las provincias puedan otorgar y administrar licencias de radiodifusión. Hay que obligar a las distribuidoras a distribuir todos los medios y no sólo los más rentables. Hay que permitir que la sociedad civil organizada pueda producir y distribuir su propia información, porque si a los empresarios formoseños no les es negocio que los escuchen también en Neuquén, seguramente habrá instituciones que quieren que sus relatos lleguen a todos lados aunque no les dé rédito económico.
Y junto con la ley de medios hay que transformar el sistema nacional de medios públicos para que haga honor a su nombre: hay que transformarlo en un sistema realmente interdependiente, donde las relaciones vayan en todos los sentidos geográficos, hay que transformarlo en verdaderamente nacional, tal vez incluso mudando a Canal 7 de la infame sede de Figueroa Alcorta, y, por último, hay que hacerlo público, abriendo la producción de contenidos a toda la sociedad a través de concursos y selecciones.
La Nación es mucho más que Buenos Aires y el Federalismo es mucho más que regionalismo. A pasitos del Bicentenario, los medios son una de las herramientas más potentes para transformar a la Nación con la participación de todas sus identidades y todos sus territorios. Llevó 70 años federalizar la Capital. Por suerte, para federalizar los medios se puede tardar mucho menos.
Bien Alejandro: hay un porteño que despierta. El taxista mendocino te sobró: hay AM «porteñales»(acabo de parir un necesario neologismo)que se escuchan, o se pueden captar tambien en SanRafael o en Charata, o en Apostoles, o en PicoTruncado. Los medios porteños se convierten en nacionales por prepotencia de señal, de avisadores, de privilegios. Y los giles del interior deben pagar más caros los diarios porteños,(se llama «adicional interior») si quieren enterarse de los chismes del poder, o simplemente de las licitaciones o edictos de otras provincias, porque éstos deben publicarse en un medio «nacional», y sólo puede un 1/2 ser «nacional» si es de BUENOSAIRESCAPITAL.
PERO LA MADRE DEL BORREGO NO SON LOS MEDIOS: Ellos replican de modo virtual, la estructura bien consistente del embudo exportador que analizara el poco recordado Scalabriniortiz. Estructura que repiten asimismo la red vial, las líneas aéreas»nacionales», la red eléctrica, el gas y hasta el correo. Por lo cual es imposible al productor formoseño vender en SanJuan y EntreRíos, a no ser que hablemos de una esquina porteña. La diferencia con los medios»porteñales», es que estos importan del «exterior», y venden a todo el «interior» (su complemento dialéctico) ideas, costumbres, consumos,imágenes, candidatos, productos todos que han pasado por las rigurosas aduanas del Puerto, que ya no es puerta material de mercadería física sino de contrabando idelógico.
Una reforma de la ley de medios está muy lindo, Alex, pero el asunto es más de fondo: hay que reformar la ley del embudo.
PD/ Teorema deportivo: Empatan Ñuls y Velez en Rosario.¿Como titula Clarín?. La respuesta en el próximo comentario.
JuanCarlos
Excelente post Alejandro, pero me gustaría trabajar sobre un punto que decís:
«Se trata de que la construcción del relato sobre la Nación»
Creo que ya no podemos hablar de nación como lo hacía Roca o Mitre, de cuya tradición somos herederos y la prueba está que ni los medios y ni siquiera el gobierno sabe los que pasa en el resto del país. El país no metropolitano.
Hay muchos intentos, por ejemplo, en descubrir al “sujeto agrario”, o peor de descubrir al “nuevo sujeto agraria”, para buscar la bala de plata que lo mate. Pero lo que no se sabe que el “sujeto agrario” es el originario a la nación, es el de la síntesis de indios con criollos y extranjeros que siempre han estado. Antes que Roca, antes que Hernandez.
Y no es Un “sujeto agrario” tampoco, sino una constelación de sujetos que viven a lo largo de 5000 k en toda la república que no forman masa crítica.
Y Buenos Aires ( área metropolitana) se ha cagado en la “larga cola” (the long tail) que pone de manifiesto esta guerrilla rural y que se pone de manifiesto a través de este blog.
¿Que sabés vos si mi discurso es provinciano o nacional? Yo me esfuerzo de hacer un discurso pampeano que es de lo que hablo y me gusta jugar con eso.
Es un plato descubrir a “los porteños” desorientados en este conflicto que hace emerger el problema que decís. Esto solo ha sido factible de ponerse de manifiesto no gracias al conflicto de campo, conflictos de este tipo siempre ha habido, sino gracias a las tecnologías de comunicación y de información que son capaces de organizar.
Lo que tenés hoy es una plurarquía mediática generada en cada piquete, en cada región en donde BA es uno más, que no logra hacer significante, meno someter el resto de la información. La información brota como las zanahorias del campo de Bugs Bunny y eso me lleva a refutar la cita de mas arriba, y hacerte esta pregunta.
¿Es posible la reconstrucción de una Nación en base a la idea de un Estado Nacional tipo los citados mas arriba, lo que vamos a tener de aquí para adelante es una plurarquía, donde ninguna mayoría va a ser capaz de imponerse a la voluntad de las múltiples minorías de la Larga Cola?
Me pasé de largo, sepa disculpar.
Alejandro,
saliendo un poco de la materialidad, quisiera agregar algo: no se trata solamente de cambiar la red, sino las prácticas periodísticas en el interior, las representaciones que tienen sobre su rol y sobre ellos mismos.
Por ejemplo, en Cba el medio que impone la Agenda es La Voz. todo el resto levantan lo que se produce ahi. Esto requeriría un cambio en esas prácticas por más que siempre hayan medios que impongan agenda, los demás deben empezar a producir contenidos propios. Hoy en las grandes ciudadaes esta posibilidad podría estar pero no se hace (probablemente porque los medios más fuertes dependen de multimedios nacionales) pero es notable que el tratamiento de la información local es simplemente reproducido de un medio gráfico.
Digo, no se trata sólo de estructura, también de prácticas y eso lo vuelve mucho más complejo.
En el interior la comunicación ha sido básica para transmitir contenidos prácticos. Todavía nos podemos maravillar, si hacemos 300 Km de la Capital con esas emisoras que pasan mensajes a la gente de campos y poblaciones rurales: «que fulana viajará tal día a tal lugar», que mengano está enfermo y recuperándose», » saludos», «que le dedica un chamamé a …» etc etc. No les interesa ese Buenos Aires que no piensa en ellos jamás, acostumbrados a «encajarse» en el barro los dias de lluvia, a ensillar el caballo temprano con helada para ir a estudiar, a morirse de frío en las escuelas (di clases en el interior y puedo hablar del tema) de tener que ir a la ruta a esperar el colectivo porque el tren hace rato que no pasa…
Los diarios que interesan son los de la ciudad mas próxima, por determinadas necesidades: obituarios (básico), clasificados, remates, noticias de la zona, por último la política. Los diarios de Buenos Aires llegan a veces después de mediodía y si sobran unos pesos se compran. Pero no es lo mas importante.
El exceso comunicacional que existe en esta ciudad no es correspondida en el interior. Nosotros vivimos pendientes de los medios, ellos no.
Tampoco interesan aquí las realidades del interior. Al porteño no le interesa lo que pasa en General Acha, La Pampa. Vos mismo comenzás diciendo que «después de varios días extrañabas las voces de tu radio»…es así.
La tele es algo diferente. Hace años que el interior mira lo mismo que acá y no se porque habría que cambiar.
Creo que lo que sugerís es un ideal que no se puede articular a traves de un cambio en la legislación, eso acarrearía una obligación, un exigencia: desde mañana cambian las cosas porque cambió la ley. Aplausos para el legislador estrella. Sabemos muy bien que los verdaderos cambios no se producen desde arriba hacia abajo, en forma unilateral. El sistema encuentra sus propios canales, de alguna manera para sobrevivir como prefiere. Las leyes que imponen no ayudan.
Pero por algo se empieza! Creo que lo que se plantea está muy bien, más allá de que abra un espectro de problemas. Sabemos uqe no existen las recetas mágicas. Yo preguntaría, Alejandro, en cómo hacer para instalar este tema, independientemente de que el gobierno lo use en su puja contra Clarin (que por otra parte, ya parece haber concluido), ya que nadie se quiere pelear con los grandes medios? Digo, es una relación de fuerzas, que sólo podría llegar a aguantar un gobierno nacional resuelto a cambiar esto.
Alejandro muy bueno el post.La pregunta es ¿en tu estadia en San Rafael compraste algún diario de San Rafael?
Probablemente si, pero esto tiene que ver con tus (o mis) gustos e interes pero convengamos que la gran mayoria de la población no lo hace (conozco gente que hace 25 años tiene un departamente en Marpla, va tres o cuatro vesces al años a pasear y nunca compro La Capital) entonces entra lo que acota muy acertadamente juancarlos.
Por otro lado es muy buena la reflexión de caroll a veces cometemos el error de pensar que lo que es bueno para nosotros lo es para todos por que justamente lo miramos desde nosotros.
Ojo!! Esto no significa que no piense que hay que federalizar los medios (los trenes, los impuestos, las rutas, etc.) pero siempre respetando las particularidades.
Por ultimo, por que ya aburro, creo que el cambio en la confrontación Clarín-Gobierno indica que esta batalla esta perdida (creo que la guerra) por que lo que esta en discución es la implementación de la TV Digital (sistema, forma de distribución,etc) que justamente permitiria que en el «espacio» de canal 13 emitieran tres canales más.
Obvio, ni Telefonica, ni Noble, ni ninguno quiere que haya muchas voces, menos voces mejor control.
es que como dios, el comfer atiende en buenos aires…
y en san rafael te atienden vila y manzano
algunos vínculos
http://www.reporterdelespectaculo.com/2007/view.asp?id=4873
http://www.pagina12.com.ar/diario/ultimas/20-86404-2007-06-11.html
y como yapa, uno digital y «de allá»
http://www.losandes.com.ar/notas/2008/4/8/un-353224.asp
Lo que comentás es muy acertado, Ale. Pero no ocurre sólo con las AM: también en FM pasa lo mismo, en el interior hay muchas que repiten en esa frecuencia las AM ‘nacionales’ porteñas. El tema es que lo que una nueva ley de radiodifusión debe contemplar es la posibilidad de garantizar un verdadero federalismo informativo. Y para eso habría que combatir el lucro, unico objeto rector del sistema de industrias de la informacion y comunicación (y que representa el mayor condicionamiento que tiene una sociedad pretendidamente ‘democrática’). Alguna vez Mario Wainfeld dijo que en Argentina la información estaba tan mal distribuída como el ingreso. Lograr que un nuevo ordenamiento legal en materia de telecomunicaciones contemple todos estos aspectos también sería una buena manera de ‘redistribuir el ingreso’, sobre todo si uno tiene en cuenta la relevancia que ha adquirido la información en la actualidad (por no mencionar las estadísticas que indican que a mayor grado de exclusión social hay un mayor consumo ‘ritual’ de medios masivos). Por otra parte, me alegra mucho que desde la Capital comience a notarse la evidente hegemonía cultural que tiene Buenos Aires por sobre el resto del país (eso que desde ahí se denomina ‘el interior’)
De paso, les dejo este informe sobre concentración mediática que elaboraron dos investigadores universitarios.
http://www.cels.org.ar/common/documentos/informe_2007_debates.pdf
Muy bueno el post, Alejandro.
Habría que complementarlo con una mirada hacia el unitarismo en infraestructura y en educación, que es más drástico.
Leía en el Litoral de Corrientes (es gracioso que se llame así el principal diario, como el Litoral de Sta Fe)que el puente que une esa provincia con Chaco fue cortado 30 veces. Esa era la única noticia sobre el Chaco. Y es que, además, es el único puente.
Por otro lado, el financiamiento que el país provee a las escuelas y universidades porteñas, luego se vuelca a la calidad de la prensa que reciben y producen.
Sé que son temas más complejos, pero en todo caso, quería señalar la imposibilidad de pensar la comunicación como aislada del proceso económico-social y cultural.
Che, y desde Mendoza, se produce un suplemento para la pampa húmeda y la mesopotamia con informaciones sobre cosechas, agronegocios, etc, que se distribuye en muchos diarios de la zona.
Lo edita el grupo Manzano.
Muy bueno el post.
Agrego otra mirada: esta estructura es otro reflejo más de la estructura de «civilización y barbarie» que se le dio a este país por parte de la oligarquía que, quieras o no, le dio forma a fines del siglo XIX.
En BA está la civilización, lo demás…
Estimado Alejandro: muy bueno su comentario y sería bueno que el Estado nacional fomente esas políticas en materia de medios y también en otras,x ej: en el interior del país para ver un canal de «aire» hay que pagar cable y otra un club de fútbol de aqui es «indirectamente» afiliado a la AFA, los directamente afiliados son los de Bs As(creo que los rosarinos tb).
A nivel privado y desde Córdoba hay un intento con Cadena 3.
Alejandro, muy bueno el post y los comentarios, lo mio viene a tocar tangencialmente el tema con una pregunta…
no era a partir de esta semana que se reacomodaba la grilla? TN salía del 11? Yo en Santa Fe Capital, tengo Cablevisión…y como cantaba pity, todo sigue igual… eso el comfer no lo controla?
saludos!
chacall, respecto de su pregunta acerca de la injerencia del comfer en el reordenamiento de la grilla de la tv por cable, vea estas declaraciones de la ATVC:
http://enciclomedios.com/node/4074
Cadena 3 es peor todavia. Es cierto que responde a una lógica más federal, pero muy perversa en la relación con la audiencia, si lo que estamos intentando es de habilitar espacios para contradiscursos…
Escuché por ahí que Cadena 3 se autodenomina «la radio del campo argentino». Sería interesante que los cordobeses nos comenten algo sobre su cobertura del conflicto entre el gobierno y el sector…
La verdad que copiando y pegando los comentarios podría hacerse otro post. Pido con atraso, disculpas por mi ausencia del debate.
El documento del CELS pinta bueno.
Ahora lo voy a tratar de leer todo.
Saludos,
A
Mauro,
Si uno quiere conocer lo que dice «la doxa» en Córdoba basta con escuchar Cadena 3, la forma en que recoge y moldea el discurso es muy fuerte. Lo del ser «la radio del campo» claramente tiene que ver con esto.
Yo no creo que sea una propuesta federal, si es claramente una propuesta conservadora, no son términos opuestos necesariamente, pero no genera espacios de diálogo (me comentaron de una tesis de comunicación hace poco sobre este tema: los oyentes jamás salen al aire en vivo, los mensajes se leen) y esto es necesario si se busca un proyecto «lural» o el acceso a la información.
Saludos!
A mi me da la misma sensación, Primo. Se profundiza un sentido común conservador, ‘reactivo’, una forma de conciencia y reflexión impresionista e inmediatista (una carta abierta de intelectuales subraya esta cuestión). Lo veo entre algunos allegados: todas la opiniones respecto de este conflicto, por ejemplo, están teñidas por una mirada que busca polarizar posiciones y confrontar (si bien las ‘definiciones’ de algunos dirigentes tampoco ayudan a alcanzar una resolución inmediata). Azuzan la sensibilidad colectiva e incitan a la rebelión (agraria, en este caso). Me pregunto como estarán jugando sus verdaderos ‘intereses’ detrás de este conflicto, los de Cadena3 por ejemplo.
Comparto lo que decís sobre la falta de una pluralidad de voces que ‘democratice’ el acceso a la información (de todo y para todos) En esto los blogs son una gran herramienta, lástima que no para la mayor parte de la ‘opinión pública’. Pero creo que de a poco nos estamos haciendo un lugarcito por prepotencia de posteos.
Saludos
Excelente post. Estoy en Italia, donde el federalismo funciona hasta la exasperación del separatismo.
Acá los diarios nacionales son el «Corriere» de Milán, «La Stampa» de Turín y «la Repubblica» de Roma. Es como si en un quiosco de Buenos Aires, o de Jujuy, estuvieran «Clarín», «La Voz del Interior» y «La Capital» de Rosario al mismo nivel, se vendieran indiferentemente, y su mercado fuera el mismo. Repubblica tiene páginas locales, que cambian de región en región. Por ejemplo, en Lombardía se vende una edición de Repubblica con suplemento (noticias, obituario, cartelera de espectáculos) de Milán, y en Liguria lo mismo pero de Génova. Si no recuerdo mal, Timerman hizo algo parecido con «La Razón» en los 80, pero duró poco.
Los periodistas de diarios «locales» de Nápoles, Boloña, Palermo, son también columnistas de medios nacionales, y el «relato país» de las diversas regiones circula, lo que no quita que el país esté dividido por la mitad, y que cada región sea una nación aparte.
También la RAI tiene estudios y producción en las principales ciudades de Italia, y transmite quince minutos de noticiero regional después de media hora de noticiero nacional. Los canales locales están asfixiados por la red berlusconiana.
Un trentino está informado sobre lo que pasa en Nápoles, y le interesa. Pero no me parece que sea un resultado del «federalismo mediático», sino porque él sabe que lo que pasa en Nápoles a la larga o a la corta tendrá consecuencias en Trento. Es el policentrismo político y económico que funciona, el resto viene, más o menos, solo.
En fin, coincido con juancarlos, el del primer comentario, al identificar la madre del borrego.