Paradigmas argentinos. (III) Pragmatismo y ………….

Según vimos aquí, el roquismo nació de una campaña militar y aquí, hablamos del surgimiento del radicalismo como partido denunciante de oposición. El peronismo nace de la gestión de Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión.

Me parece interesante observar el modo de aparición de las expresiones políticas, ya que es probable que contengan en germen algunos de los elementos que desarrollarán luego. El pragmatismo será una constante del peronismo a través de su historia. Pese a las contradicciones que ha vivido el movimiento, es difícil señalar algún momento donde este paradigma no haya sido su fuerte. Por supuesto si se hubiera quedado en esto, su importancia en nuestra historia habría sido mucho menor. Junto al pragmatismo, siempre hubo algo más, aunque ese algo, no siempre haya sido lo mismo. Eso es lo que le da el carácter movimientista, si se quiere dialéctico, al peronismo.

Perón entendió que para hacer política, hay que tener ideología, una idea que funcione como guía y marque el camino, pero esa idea no tiene por qué ser siempre la misma, si las circunstancias cambian y los hechos nos hacen pensar que el rumbo debe ser otro. Eso es el pragmatismo en su esencia. Como vimos en el post anterior, las virtudes están muy cerca de los defectos, y la concepción pragmática puede virar muy fácilmente hacia un eclecticismo sin rumbo, o peor, dar lugar a que el movimiento sea usado como un simple dispositivo de poder.

Según mi esquema, el peronismo ha combinado el pragmatismo con otros tres paradigmas, según el momento histórico.

EL PERONISMO DE PERÓN: PRAGMATISMO Y JUSTICIA SOCIAL.

Desde los comienzos de su actividad política, Perón entrelaza estos dos paradigmas de modo indisoluble. ¿Buscaba el poder para ayudar a los humildes? ¿O ayudaba a los humildes para que estos, con su voto y movilización, le permitieran tomar el poder? La respuesta a estos dilemas, suele ser: las dos cosas.

Perón se propuso el poder (el mando dice Horacio Gonzalez, la distinción que plantea es interesante: «El poder ocurre entre estructuras y reglamentos. El mando solo entre hombres y lenguajes».) y se propuso revalorizar a los necesitados.

Sus logros en el campo de la justicia social, son enormes y muy conocidos. Por única vez en nuestra historia los trabajadores alcanzaron el 50% del producto bruto nacional. Se levantaron 76.000 obras públicas de las cuales 70.000 fueron en el interior. Los chacareros arrendatarios se hicieron propietarios de un millón de hectáreas. Los datos son demasiados, muy conocidos y no quiero extender el post, cito solo estos a modo de ejemplo.

Su pragmatismo queda bien reflejado cuando dice: «la política tiene esa técnica, acumular la mayor cantidad de gente proclive o pensante hacia los objetivos que se persiguen (…)si quiero llevar solo los buenos me voy a quedar con muy poquitos.»Siempre buscó sumar y siempre lo consiguió. A partir de 1945, no hubo un solo momento de su vida en el que no hubiera ganado una elección nacional de haber competido. Para conseguir esto, está claro que sus meritos tienen que haber sido importantes.

Pero una vez más, sus problemas más graves, los de su último gobierno, provinieron del mismo lugar que sus aciertos. Perón terminó sumando demasiado, recibiendo apoyos de lugares contradictorios entre sí, y que en su vejez, lo desbordaron.

¿Hasta dónde puede hablarse de un apoyo final a la derecha peronista, que indicaría un viraje ideológico hacia posiciones reaccionarias? ¿En qué medida fue empujado hacia esa posición por el mantenimiento de la lucha armada por parte de montoneros, pese a la restauración de la democracia? Realmente creo que si el crimen de Rucci lo cometió Montoneros, este episodio no puede subestimarse de ninguna manera. De cualquier forma, las contradicciones de su propia fuerza, creadas por su forma de hacer política, descarrilaron. Ya sea porque se puso del lado equivocado ( y aún así no podrían negarse las enormes virtudes de su accionar anterior en la política argentina) o porque los dos lados estaban equivocados y esta vez él no logró mediar, ni conducirlos. Y esto no sería la teoría de los dos demonios, no puede confundirse la contradicción: Derecha Peronista/Tendencia, con: Proceso Militar/Desaparecidos. Menos aún, si se asimila a buena parte del sindicalismo con la derecha peronista.

Además, justo es decir que la proscripción previa había llevado las cosas a una situación extrema, que el peronismo no pudo resolver.

MENEMISMO: PRAGMATISMO Y NEOLIBERALISMO.

¿Menem fue simplemente un traidor a la causa peronista? ¿Un traidor logró tomar el poder mediante el engaño y seis años después fue votado por casi el 50% del país? No creo.

Pese a su evidente desviación de muchos principios peronistas, es posible reconocer líneas discursivas y de acción que lo mantienen en uno de los perfiles del movimiento. Rastreemos algunos antecedentes.

Perón justificaba su apoyo a las masas, mostrando ejemplos de otros paises: «el poder de la clase trabajadora crece en el mundo entero». Aunque también hablaba de reivindicación y justicia. En aquellos años crecía el marxismo en el mundo y no parecía haber contradicción entre pragmatismo y justicia social, el sentido de la historia y la sensibilidad igualitarista, parecían ir de la mano.

A Menem en los años 90 le toca otra situación, cayó el muro de Berlín y el mundo caminaba hacia «el fin de las ideologías», eufemismo que usó el neoliberalismo para imponerse. Entonces sí, se plantea una contradicción, ¿justicia social o pragmatismo? ¿Qué valor peronista sostener?¿La lucha por la igualdad, o el acompañamiento a la dirección que parece predominante en el mundo? Todos sabemos su respuesta.

En sus mejores logros, su pragmatismo logró derrotar definitivamente al partido militar y por muchos años a la inflación. El control de la inflación le sostuvo el apoyo de buena parte de la clase trabajadora, que pudo sostener ingresos aceptables durante su presidencia.

Pero hubo algo perverso en su modo de gobernar, que es propio del neoliberalismo. Si se logra brindar una calidad de vida aceptable a un 75% de la población, y se confía en que a estos no les va a preocupar la suerte del 25% restante, la democracia choca con una paradoja que la vuelve brutal, la figura de los excluidos.

El mantenimiento del tipo de cambio fijo, con un peso sobrevaluado, favoreció las importaciones y destruyó la industria nacional. La desocupación creció a niveles alarmantes. La evolución posterior, mostró con toda claridad, la enorme magnitud de los daños al sistema productivo.

KIRCHNERISMO: PRAGMATISMO Y ÉTICA.

Kirchner se propuso en sus primeros años superar la contradicción entre peronismo y radicalismo.¿Hay que actuar «como se puede» o «como se debe»? Su respuesta fue surfear sobre ambos paradigmas, manteniendo la tradición peronista de aceptar las contradicciones y tratar de resolverlas en la marcha.

Sus logros éticos fueron los que le granjearon enormes grados de adhesión: Derechos humanos, corte suprema, no represión. Sus logros de gestión consolidaron la economía: baja desocupación, baja de la pobreza, sustancial baja de deuda medida en % de PBI, reservas record, superavit gemelos, crecimiento record.

Sin embargo, pese a que estos logros económicos favorecieron en buena medida a los necesitados, no creo que puedan inscribirse decididamente en el rubro justicia social. El grado de redistribución fue moderado y se detuvo, si no es que comenzó a revertirse debido a la inflación, en los últimos dos años. En lo discursivo, la línea derechos humanos fue más fuerte que la línea justicia social.

En el post anterior analizamos las dificultades a las que se expone la defensa de la ética desde el poder y el Kirchnerismo, que pone el pragmatismo por delante de la ética, no fue ajeno a ellos. Visto el choque que le generaron frente a la clase media episodios como Skanska, Indec (un caso claro en el que eligió el pragmatismo sobre la ética), Miceli, Antonini, buscó recostarse en la justicia social, fundamentalmente en lo discursivo, aunque los nuevos jubilados del 2007 pueden inscribirse como un hecho importante en esa línea. Este pretendido cambio no salió del todo bien.

La derrota en la 125 fue por algo más que un voto. La gente, en su mayoría, no le creyó a los Kirchner el discurso sobre la justicia social. ¿No redistribuyen lo suficiente porque no los dejan, o no terminan de lograrlo porque no resultan suficientemente creibles en este punto? Una vez más, no creo posible resolver este tipo de dilemas. Encarnar un proyecto político es algo ciclopeo, depende de una energía y una movilización que incluye a mucha gente, muchas contradicciones, luchas contra distintos poderes, dificultades internas y externas. No basta desear algo para que se concrete. Creo que al Kirchnerismo, es decir, a la suma de voluntades que componen ese proyecto político, le sale mejor la combinación de pragmatismo y ética, que la justicia social. Esto de ningún modo significa abandonar a los pobres a su suerte, pero su forma de luchar contra la injusticia, está más cerca de las socialdemocracias, que de los discursos provocadores y las intervenciones enérgicas del primer peronismo.

Aunque los discursos sobre sentidos de la historia han mostrado cierta inconsistencia, podemos aventurar que los Kirchner piensan que el mundo tiende a la socialdemocracia, el pragmatismo actual perseguiría ese objetivo.

El retorno al paradigma ético comienza cuando Cristina decide enviar al congreso la 125. Luego acepta el resultado. Acata la decisión de la corte en la movilidad jubilatoria y en general le da más preminencia al congreso. Es propulsora de la reunión en apoyo de Evo.

Que haya retomado la iniciativa política (ayudada por el contexto internacional, que pone las cosas en otra perspectiva) no me parece casual, al Kirchnerismo esto le sale mejor y resulta más creible. Los cruciales años por venir, terminarán de marcar el modo en que entrarán en la historia argentina.

37 comentarios en «Paradigmas argentinos. (III) Pragmatismo y ………….»

  1. El menemismo fue Peronismo + UCeDe

    El Kirchnerismo es Peronismo + lectores de Página 12 + Radicales K del interior (por lo menos hasta la crisis del campo, aunque muchos Radicales K siguen fieles todavía)

    Negar, como hacen algunos, que el Menemismo fue peronista, es dificil. Aunque lo sigan repitiendo, a Menem no lo votó la clase media en masa nunca, Menem nunca llegó al 50 % (aunque en el 95 estuvo cerca), y en el 95 Menem perdió en la Capital, y si recuerdo correctamente, en Rosario, y sí ganó en todos los lugares donde siempre gana el peronismo.

  2. Muy interesante tu post. El pragmatismo no es una característica exclusiva del peronismo,ni mucho menos. En cualquier lugar del mundo, un político o partido que no sea pragmático y se adapte a las circunstancias de ese momento (desde su perspectiva), pierde las elecciones. Pero si lo único que se puede decir como constante de un movimiento es que es ‘pragmático’, quiere decir que está vacío de contenido. De los 3 ‘pragmatismo y…’ que mencionás, la justicia social es la que se asocia al peronismo, ni el neo-liberalismo ni la ética son temas particularmente peronistas. Pero si la justicia social realmente fuese el motor del peronismo, es inconcebible que, tras 63 años de peronismo, y estando en el poder por 17 de los últimos 25( que incluyen dos de los booms económicos más grandes desde 1950) la Argentina siga sin seguro de desempleo.

    Ese quedarse sin tema no es un problema singularmente peronista, es la característica de la política argentina en todo el espectro. Cristina Kirchner usa mucho la imagen del ‘relato’ porque, como dice el refrán español, dime de que alardeas y te digo lo que te falta. En cuanto a los ‘relatos’ de Carrió, las Mil y Una Noches es poco.

  3. Sergio: muy buenos los análisis.
    Para tratar de entender mejor el tema de la relación del asalariado con el menemismo y el kirchnerismo, debemos remitirnos a que la figura del asalariado no es la misma que en el 45.
    Algunos comercios chicos, y pequeños y medianos industriales y productores agropecuarios, dueños de capital o intemediarios, sufrieron mucho más la convertibilidad que un amplio sector de asalariados de ingresos fijos, que tenían salarios altos en dólares, inflación cero, altas tasas de interés para sus ahorros, cobraban premios en acciones de la empresa y precios bajos de bienes y servicios dolarizados (tecnología, viajes al exterior). Esa porción de asalariados extrañan aquellos tiempos. No así más de un dueño de capital.
    Hay un hecho importante también: la jerarquización de los empleados en las unidades. Los asalariados con jerarquía (y bien asalariados, en el sentido de que cobran sueldos medios, y no tienen ni por asomo poder de decisión más que en el área que manejan) aborrecen la vuelta del sindicato en la empresa, porque los perjudica en lo cotidiano, por ejemplo, lesionando su capacidad para despedir gente. Ven al sindicato como un enemigo, no como un defensor de sus derechos.
    Pensemos que, en parte, durante los 90, estos trabajadores fueron pasados, en algunos casos, a categoría «fuera de convenio», situación que les era muy favorable en aquellos momentos, y hoy es exactamente al revés.
    Este tipo de asalariado es un porcentaje muy alto en los centros urbanos donde sobresalen las empresas del sector servicios.
    Saludos

  4. Mariano:
    Creo que estas describiendo a una porcion muy infima del asalariado urbano. La mayoria de los empleados no tienen puesto de jerarquia, ni en los 90 tenian un ahorro importante donde pudiese aprovechar los «altos intereses».
    Mas bien estas describiendo el tipico gerente medio pelo de empresa. Y generalmente suele existir un gerente cada 30 empleados en el mejor de los casos.
    Y el sector servicios especificamente, siempre fue bastante asindicalizado, incluso antes de los 90.

    No se si menem era peronista, porque es dificil saber que es o que no es peronismo, si podemos decir que los peronistas, en su gran mayoria, votaron a Menem.
    No coincido que Menem haya sido pragmatico si uno hila fino en COMO implemento sus politicas.
    Menem fue mucho mas lejos que los paises de la region en cuanto a ciertas medidas, especialmente las privatizaciones.
    La famosa convertibilidad fue sostenida dogmaticamente. Lo pragmatico hubiese sido devaluar en el 95.
    Que hombres como Jorge Avila, Roque Fernandez, Cavallo, Alsogaray y demas etc. hallan sido los «intelectuales organicos» de ese gobierno, denota que mas alla del pragmatismo, hubo mucha pero mucha mas ideologia que pragmatismo.
    El pragmatismo no es ideologia, es la antitesis de esta.

  5. Lurker: De acuerdo. También podemos traducir: lectores de página 12 = Frepaso. Entonces nos queda Kirchnerismo = Peronismo + Alianza. Esto explicaría los niveles de popularidad del 75 % que tuvo Nestor en algún momento.

    Furcio: Creo que estás asimilando pragmatismo a lo que en el post llamo eclecticismo sin rumbo. Reconozco que la diferenciación no es fácil, lo intento aquí nuevamente.
    En el post doy diferentes sentidos a lo que llamo pragmatismo; en uno de ellos me refiero a que el peronismo siempre ha intentado mirar lo que pasa en el mundo y tratar de entenderlo, es curioso porque en general es acusado de aislarse, cuando siempre ha tenido una mirada interesada en «hacia dónde va el mundo». Perón dijo varias veces que el poder iba hacia los trabajadores, Menem fue un directo imitador de lo que «se venía», el Kirchnerismo apunta a un estilo socialdemocrata y sigue la línea mundial de derechos humanos.
    En segundo lugar pragmatismo como busqueda del poder a través de sumar todas las voluntades que sea posible, la frase de Perón a mi me parece genial: «si voy con los buenos, voy con muy poquitos».
    Finalmente y muy importante, la capacidad de convivir con la contradicción. Si el peronismo sigue en pie (como el junco)es porque es algo, no un concepto vacío, pero tiene capacidad de cambio, aunque conserve algunos valores. Fijate que por distintos caminos siempre conservó el apoyo de las clases bajas, incluso Menem, que con el desastre que hizo, a través del control de la inflación mantuvo mucho de ese apoyo. Esa capacidad de cambio reteniendo similares apoyos, la veo parecida al concepto hegeliano aufhebung, algo así como superar conservando.

    Mariano: Muy bueno el detalle que hacés. En tu descripción creo que te referís más a la clase media, en dónde durante el menemismo tal vez el kioskero no la pasó tan bien, pero el asalariado mediano sí. Yendo más abajo en la piramide pienso que se puede diferenciar entre quienes con los salarios en blanco más bajos del mercado, no deben haber estado mal, mientras que otros de ese grupo quedaron desocupados y pasaron a la marginalidad. Pienso que estaría en la línea de las diferenciaciones que hacés.

    Esteban: El pragmatismo entendido como lo explico en mi respuesta a Furcio, para mi sí es ideología. Los conceptos que señalo no están presentes en cualquier espacio político. Hasta creo que pude haber titulado, Pragamatismo y Dialéctica. No lo hice porque me obligaba a hilar muy fino en ese terreno filosófico y el post se desviaba demasiado(además de no ser un experto en el tema obviamente). Por eso preferí dejarlo sugerido en el «y» del título, en algunos conceptos del post y ahora en los comentarios.

  6. Estoy sorprendido de la seriedad con que se trata de opinar y reunir ideas en este espacio, que desconocía hace una semana. En esta atmósfera asfixiante panmediática es mucho, realmente.
    Está bien que usemos el término peronismo por comodidad, aunque estaría mal si fuera por pereza. Por un lado creo que lo periodizamos por entender que no hay un sujeto político constante e invariable, y cada cual lo hace según su percepción. Desde algunas tribunas (un tanto dogmáticas) se le ha endilgado al peronismo, por no ser igual a sí mismo todo el tiempo, falta de doctrina o teoría que justificara sus ideas, o al menos sufrir una intolerable labilidad en ellas. Creo que esa crítica puede tener signos positivo y negativo, con lo cual no avanzamos mucho. ¿Por qué elogiar la flexibilidad y sentido de la oportunidad de Lenin, por ejemplo, y execrarlas en Perón u otros dirigentes históricos? Con la palabra pragmatismo (tomada sin matiz peyorativo) arrimamos algo, no?
    Más se obtiene si se toma al peronismo por resultado de tensiones dinámicas en el juego de otros sujetos políticos que se combinaron y combinan para construirlo, y se intenta comprender la naturaleza de esos sujetos políticos. Yo por mi parte arranco de la hipótesis de que dichos sujetos tienen carácter de clase; no creo en la irreductibilidad del problema, pero tal vez pueda haber algo mirando así.
    Si efectivamente los distintos experimentos de conducción política que llevó a cabo el peronismo son alianzas móviles de clase, habrá que entender los mecanismos que las permiten y avalan. Uno es el pragma, por supuesto. Otro básico es, aunque a los liberales no les guste, y a mí no me guste por sonar a liberal, la democracia. Además la mayoría la aporta siempre ese sujeto escurridizo pero contundente: la clase trabajadora. Y el resto de los elementos?

  7. El análisis es muy acertado. Pone las cosas en su lugar y deja abiertos algunos interrogantes, que se resolverán en el futuro. El peronismo es todo lo que el análisis detalla, pero pienso que siempre gravita más su posición en el tema Justicia Social.
    Ocurre que ese tema,en la Argentina, salvo al peronismo, no le interesó nunca a nadie CONCRETAMENTE. Y excluyo adrede a los teóricos vocingleros socialistas como Palacios, cuyo final político explicó todo el resto.
    En lo único que puedo disentir es en la identidad del votante menemista en 1995. Creo firmemente que el grueso del peronismo no lo votó. Lo votó todo el antiperonismo, por razones varias, y un sector de asalariados por el efecto licuadora. Alguien tendrá que explicar -acaso Sergio-
    de dónde provenían los 5 millones de votos que obtuvo José Octavio Bordón en aquella elección.
    Respecto del kirchnerismo, todo lo que el post dice es exacto. Como también es exacto que los K hacen lo que deben mientras pueden. Y hacen lo que pueden mientras la mitad del país (o más)prefiere vivir «a lo Tinelli», es decir, menemizada, sean de la clase social que sean.
    Contra esta secuela -por ahora- no hay ética que valga. El post habla de la ética kirchnerista, y la mitad de argentinos que señalo cree que los K son los mayores delincuentes de la historia. Una cosa es enarbolar valores cuestionables. Y otra cosa es no tener ninguno.

  8. Mucho me temo que hemos sido víctimas de un fácil optimismo, Mono Gatica. Yo también creía que el ’95 el grueso del voto peronista le dio la espalda a Menem, y que Bordón (con Chacho)expresaba el peronismo. Ahora, con las expresiones de gorilismo explícito que no tuve más remedio que aguantar en medio de la «crisis del campo», entendí cuánto hay de simple gorilismo en la oposición al peronismo, ahora y durante Menem. No lo veía porque yo, sin ser gorila, me oponía a Menem; ahora lo vi por simpatizar con los K, de un modo general. Es una opinión audaz, pero me la permito.

  9. Muy interesante posteo. Con respecto al votante de Menem, estoy de acuerdo con que fue votado por los peronistas. Bah, hagámonos cargo, yo lo voté en el 89 y de vuelta en el 95. Mirando retrospectivamente, creo que hay en ello algo de lo que señala Sergio en el post.

    Me explico, si tratamos de ponermos «en época» por así decirlo, podemos ver que no solo Menem abrazó el consenso de Washington. No me refiero (solo) a Cardozo, los socialistas chilenos o los socialdemócratas europeos. Digo Mandela, viejo. Los árabes, hasta Egipto que consolidó su identidad nacional nacionalizando el canal de Suez se lanzó a privatizar. Todos los gobiernos + o – socialistas de Africa. Los chinos y los vietnamitas abriéndose al mercado. La caída del «socialismo real».

    Por otro lado, recordemos que con Menem hubo una segunda hiper. Y que la cortó la convertibilidad.

    Juntemos ahora las dos cosas: un freno a la inflación real e indiscutible en un contexto mundial favorable (por decir lo menos) al neoliberalismo. En ese contexto, uno dudaba de que realmente tuviera razón en cosas en las que siempre había creído. Y además, recordemos que las privatizaciones no dejaron a la gente en la calle. No enseguida, al menos. Los retiros, con las privatizaciones, implicaban para los asalariados una cantidad de plata como nunca habían visto. Y encima sin inflación! En lo personal, para mi la venta de los buques de ELMA, en uno de los cuales trabajaba, significaba la posibilidad de acceder a un capital con el que poder trabajar por mi cuenta, cosa que siempre había deseado. Aunque desde lo gremial las privatizaciones se resistieron bastante más de lo que la memoria colectiva de la «opinión pública» recuerda, lo cierto que, al final, la mayoría aceptamos las reglas de juego. Y votamos a Menem en el 95.

  10. Sergio,
    Muy interesante post. Dos observaciones
    1) Lo que tomás para construir las fórmulas son valores políticos (una profe decía que a Laclau se le escapaba que su significante no está tan vacío: siempre son valores los que se proponen) a excepción de «neoliberalismo». Yo creo que el de Menem fue «Pragmatismo y modernización» o «internacionalización». No fue gobernar para unos pocos lo que hizo que la gente votara a Menem sino la imagen de país del primer mundo que vendieron: inversión externa directa, multinacionales, sueldos en dolares, etc. En ese sentido querer ser «un país del primer mundo» fue una nueva imagen que reemplazó a la «Argentina socialista» de los setenta o «de los trabajadores» del 45.

    2) Pueden Prágmatismo y Ética ser parte de una misma fórmula? Entiendo el planteo pero me choca un poco. Los ejemplos que dás son claros: justicia justa e independiente (Corte y DDHH), Poder Legislativo con un rol propio y no absorvido por el Ejecutivo (Congreso y la 125, casi no uso de los DNU aunque muchos crean que si).
    Me parece que la palabra que estás buscando es… República (auch!).
    En relación con la república, es justo en la ética donde patina el Kirchnerismo: muchos los acusan de «pose», de institucionalismo forzado, de gesto, de no convencido (de ahí la idea del autoritarismo a pesar de todos los contraejemplos que se nos ocurren). Skanska (problema entre privados), Indek y etc dan cuenta que no es un «valor» necesariamente la ética. Incluso uno puede pensar en el inicidente del peblicito en Misiones y ver en que falló ahí la estrategia: no fue en la ética sino en «los valores republicanos».

    A mi me parece sin embargo que no es menor el giro hacia adentro que hubo en el Kirchnerismo. En el discurso de asunción el 25 de Mayo hablaba de reconstruir una burguesía nacional (nacionalismo económico). Si pensamos la posición ante el FMI, el Mercosur, etc. Me parece que este no es un elemento menor, una defensa de «lo nacional».

    Saludos!

  11. Alejandro Donnantuoni: Por supuesto la política en general es resultado de tensiones dinámicas entre sujetos políticos, a eso refiero en el post donde digo que encarnar un proyecto político
    es algo ciclopeo. Las tres cosas que mencionás me parecen acertadas, pragma, democracia (es clara la voluntad de llegar al poder a través de la suma de voluntades en el peronismo)y clase trabajadora. Realmente no se si agregar lo de convivir con la contradicción, lo veo como un elemento muy fuerte (en general positivo, aunque en el post también marco cuando fue negativo), no se hasta qué punto se lo puede diferenciar o es parte, a veces del pragmatismo y a veces de la democracia.

    Mono Gatica: Te doy mi versión de aquella elección. Creo firmemente en los dos ejes de la política argentina que señala Ostiguy, derecha-izquierda y peronismo-antiperonismo (un poco lo dice Alejandro en su comentario de recién). Así quedan 4 espacios: peronista de izquierda, peronista de derecha, antiperonista de izquierda y antiperonista de derecha. A las explicaciones de Ostiguy que vale la pena leer (está entre los destacados de AP, aquí el link para todos los que les interese: http://artepolitica.com/pierre-ostiguy-para-descargar-y-leer/ )me permito agregarles algo que digo en el post, mucho menos preciso pero muy sintético, el eje peronismo-antiperonismo, tiene que ver con hacer las cosas «como se puede» (pragmatismo) o «como se debe» (ética), tu frase de los K es muy buena, «hacen lo que deben mientras pueden» (pragmatismo unido a ética, pero priorizando pragmatismo).
    En el 95 los votos de Menem, tuvieron su centro en peronismo de derecha, sumando derecha antiperonista (los que priorizaban derecha) y peronismo de izquierda (los que priorizaban peronismo). No lo votó en absoluto la izquierda antiperonista. Los de Bordón tuvieron su centro en izquierda antiperonista, sumando de derecha antiperonista (los que priorizaban antiperonista) y izquierda peronista (los que priorizaban izquierda). No lo votó en absoluto la derecha peronista. Evidentemente es esquemático, pero para mi da una idea de la situación. Yo voté a Menem en el 89 y a Bordón en el 95, vos también, lo leí en algún comentario tuyo. Nos ubico en la izquierda peronista, priorizando izquierda sobre peronismo, en mi caso es así, creo que en el tuyo también.

    Chubutense: Tal vez en mi descripción de recién, vos entrarías en peronismo de izquierda, priorizando peronismo. No sé, hay más cosas que entran en juego, las variables personales por ejemplo, como comentás vos. Tu siguiente frase resume mucho de lo que quiero decir en el post cuando hablo del menemismo: «En ese contexto, uno dudaba de que realmente tuviera razón en cosas en las que siempre había creído. Y además, recordemos que las privatizaciones no dejaron a la gente en la calle. No enseguida, al menos. Los retiros, con las privatizaciones, implicaban para los asalariados una cantidad de plata como nunca habían visto. Y encima sin inflación!»
    Aunque algunas cosas se podían percibir mucho de lo malo quedó en claro después.

    Primo Louis: Tenés toda la razón en lo de pragmatismo y neoliberalismo, es más, dudé mucho en ese punto y no se me ocurrió nada mejor, pueden ser los que mencionás vos, también pensé en pragmatismo y marketing. No sé, no termino de decidirme, modernización podría ser. Creo que la frase de Mono Gatica es perfecta para juntar pragamtismo y ética, «los K hacen lo que deben mientras pueden.» Lo de república puede ser, pero en ese punto prefiero el modo de descripción que hago en el post, hay cosas de los K que van más allá de la república, la no represión por ejemplo, es casi contraria a la república, se sostiene en valores menos formales y más concretos.

  12. Sinceramente no creo que “los K hacen lo que deben mientras pueden.”. Creo que hacen lo que deben cuando hace falta.

    Creo que su apoyo a gente como Curto o el episodio Saadi en la 125 se enmarcan dentro del pragmatismo en cuanto a que son simples vehículos para lograr un objetivo supuestamente más noble. En caso de creer en esa nobleza yo no tendría problema en «tragar un par de sapos».

    Ahora la matriz de corrupción del ministerio de planificación, me parece un caso de absoluta y simple falta de ética. Sin pragmatismo. No es vehículo para ningún fin y en todo caso si el kirchnerismo tiene un fin noble, le pone trabas al erosionar la base electoral (clase media de centro izquierda). Es matriz fue instalada por el kircnerismo, no fue heredada y usufructuada como el aparato duhaldista.

  13. Insisto:el ppragmatismo,forma de escepticismo y de cinismo,dgenera la politica.EL PRIMER PRAGMATICO EN ESTA HISTORIA FUE PRECISAMENTE JUAN DOMINGO(la unica verdad es la realidad…)y Menen fue mas pragmatico que los actuales mandatarios.

  14. Adrian: Es difícil discutir de situaciones que no tienen fallos judiciales. Al no haber cosas probadas no podemos medir la supuesta corrupción. ¿Hablamos de un episodio suelto?¿De plata que sirve para la política? o ¿para vos «se roban todo»? Si me pedís mi opinión, no los creo angelitos, pero no veo ni por asomo la corrupción que sugerís en tu comentario.

    Isabel: No estoy de acuerdo, por lo menos no en la acepción que le doy en este post y en estos comentarios. En mi respuesta a Furcio de las 11.14 hablo mucho de lo que quiero decir con pragamtismo y no hablo ni de cinismo ni de escepticismo.

  15. Hablo de cosas que me constan, como que Jaime te cobra 30 lucas por correr una parada de bondi. Obviamente no tengo pruebas, sino me presentaría ante la justicia. Solo charlas con gente de las líneas de colectivo. Pero fuera de eso, me parece necio creer que son falsas las acusaciones de sobreprecios en obras de TGN, TGS, etc. etc. O que los telefonos pinchados a Carrio y Macri desde la SIDE oficial era para ver si andaban en algo ilegal.

    En última instancia creo que la diferencia es qué niveles de corrupcion tolera cada uno en pos de un objetivo. Yo soy capaz de bancarme un gobierno justo que pacta con Quindimil para mantenerse en el poder y seguir haciendo lo que se debe, lo que no puedo bancarme es un gobierno donde la corrupcion es intrinseca.

    Me olvidé de felicitarte por esta serie de posts que son muy buenos aún cuando yo no comparto algunos de sus contenidos.

  16. Comparto el grueso de las intervenciones, con la salvedad de que el pragmatismo, presente o no en el discurso (esa sería la diferencia), es un insumo elemental de la política. Esto no implica cinismo. No conozco actividad política guiada por valores en ningún lado: ni siquiera las opciones pretendidamente «testimoniales» abandonan esa matriz.
    Por supuesto, como marca Sergio, a veces es un insumo del discurso, en general de acuerdo con contextos (la Segunda Guerra Mundial, la caída del socialismo real y el ascenso de un mundo unipolar, etc.) poco propicios para la justificación por la convicción, la ética o la ideología.

    Mirando el conjunto de los aportes de Sergio, diría que el mito argentino que se impone discutir detrás de todo esto es el de una dirigencia que actúa en el vacío, frente a una sociedad apática, poco participativa o directamente pasiva. No fuimos pasivos en casi ningún contexto histórico, y como sociedad, tenemos una responsabilidad ciudadana de hierro en tiempos de elecciones democráticas. Por ende, cuando creemos en salvadores, en el «Menem lo hizo» que todavía se pregona, también estamos eligiendo la salida autocompasiva.
    Es decir, ¿quién hizo a Menem? ¿La embajada norteamericana? ¿O la ciudadanía que lo votó?

    Espero no se tome a mal la idea. No intento señalar la trivialidad desmovilizante y falaz de que «cada sociedad tiene el gobierno que se merece». Efectivamente, hay relaciones de fuerza, ideas o proyectos hegemónicos, situaciones en las cuales percibimos límites que no son reales, sino subjetivos. La conciencia de esos límites es lo que hace a un buen dirigente, pero nadie está a salvo de las ideas predominantes en épocas de «normalidad». Nadie, yo tampoco, está fuera del mundo en que vive.

    Lo bueno de estos posts es que reflexionando sobre los límites que no vimos en el pasado podemos encontrar las continuidades y las rupturas del presente. Lo que se llama razonar por analogía.

  17. Adrián: Si no tenés pruebas no te constan. Realmente el tipo de discurso «me lo dijo mi colectivero amigo», no lo veo razonable, por lo menos no para discutir aquí, todo es incomprobable, uno puede decir cualquier cosa y nadie sabrá si es verdad, mentira, exageración, versión incomprobada, rumor absurdo. Es como si yo digo ahora que me contaron que vos estás pagado para hablar mal del gobierno. Por supuesto no es así, es un ejemplo nada más. Gracias por los elogios a los post.

    Ezequiel: De acuerdo. Es todo un tema el punto de equilibrio entre «cada sociedad tiene el gobierno que se merece» hasta «Menem lo hizo» (lo bueno y lo malo, por supuesto). Supongo que sería algo así como: todos tenemos responsabilidad, pero no todos el mismo grado. Ahora, mi impresión es que la desproporción entre las responsabilidades de unos y las de otros, es realmente grande, una vez más, me refiero a lo bueno y lo malo.

  18. Sergio: Más bien. Actúa el dirigente, y después la sociedad elige si premiar o castigar, pero sobre todo, elige, como charlábamos con Schussheim, si putear o participar.

    En otro orden de cosas, esta serie va a PDF, ¿no? Digo, ni se te ocurra cerrar un día y apagar la luz. Yo trato de no meterme porque la discusión que me tira es muy disciplinaria, medio academizante, y acá lo que vale realmente es el ajuste de cuentas político con las tradiciones analizadas, que son representaciones discursivas, no las cosas «tal cual sucedieron».
    Pero es muy valioso este esfuerzo. Interpelar estos discursos, estas representaciones sociales, y con esta calidad, vale la pena. Someterlo a debate, movilizar los recursos del argumento, del lenguaje y de la reflexión, ni hablar.

  19. Sergio: Primero que nada quiero felicitarte por el esfuerzo analítico que supone hacer un laburo como éste.
    En general coincido con todas las líneas de análisis que desarrollás; sin embargo hay un elemento que pese al ejercicio pragmatico y a la evaluación de las coyunturas, persiste como el mandato ideologico indelegable del peronismo: la justicia social. Por esa razón la mayor complejidad reside en analizar la década menemista. Menem es peronista, pero adopta un modelo socio-económico que paradojicamente va a sustraer al concepto de justicia social de la escena. Lo que decís de la inflación y el partido militar es real, el voto del 89 es el clasico voto peronista. El de 1995 capta mucho de los sectores medios-altos, y el de 2003 ni siquiera me da ganas analizarlo. Fijate que la etapa de Menem es la que suscita más opiniones y divergencias en los comentarios. Es una época que debe desmenuzarse bastante, para no caer en lugares comunes. Tu abordaje es un comienzo importante, y me imagino que como dice Ezequiel, se viene el PDF de estos artículos.

    Saludos

  20. Sería interesante recordar las justificaciones peronistas del menemismo. Yo recuerdo que los menemistas comparaban a la venta de YPF con el trato de Perón con la Standard Oil de California.

    Los menemistas encontraban sus justificaciones en el segundo gobierno de Perón, el Perón que había pegado un volantazo hacia el libre mercado y tenía un politica económica «protofrondisista»

    Yo creo que el segundo gobierno de Perón es el más olvidado, por lo menos por los peronistas, el primero con la fiesta, y el tercero con todo el drama de Isabel, Los montos y la triple A opacan al segundo.

    El Carlo también celebraba los contratos de Frondizi y criticaba la nacionalización de Illia.

    Esa línea de pensamiento en lo petrolero se mantiene desde Alfonsín, pasando por Menem hasta Kirchner hoy en día.

  21. El pragmatismo es un concepto algo confuso, porque se superpone con una corriente filosófica y a su vez algunos lo intercambian con «oportunismo».

    En política podría entenderse como la sensibilidad por realizar los valores que se defienden, más que por tener unos valores limpitos y relucientes, a costa de no sacarlos de la vitrina, o no tener «ninguno» salvo el poder por el poder (que sí es un fin, además). Para esa realización (pragma significa acción) se piensa en las consecuencias y se es flexible acerca de cuánto del valor se puede realizar en el contexto dado de actuación y a qué medios utilizar para ello.

    La pregunta sería cuál es ese fin final del peronismo. Me parece que en el peronismo y y en el menemismo, la justicia social y el neoliberalismo –respectivamente– desempeñaron en buena medida, aunque no exclusivamente, ese papel de medios para un fin: la comunidad organizada, con su dos caras, integración de las masas y contención de ellas desde arriba. La permanencia de ese fin hace que ambos momentos sean peronistas, en el sentido también de esa tendencia a absorber el todo desde la parte.

    Se podría decir que el menenismo no se preocupó por la integración, pero su relato apelaba a la integración, o al menos nunca explicitó su desprecio real por los excluidos del modelo y mantuvo abierta en el tiempo la realización de esa integración (teoría del derrame).

    El caso de Kirchner me parece más complicado. Porque si bien habría una coyuntura que se presta a la recuperación de la comunidad organizada, sobre la base de la reinclusión de los humillados y ofendidos de los 90, sin embargo aparece en él más que en los otros peronismos la idea de ser parte de, y no el todo. Incluso en el conflicto del lock-out, durante el cual CK dijo varias veces en actos públicos que habían aprendido a no creerse el todo. La aceptación de la votación y la no expulsión de Cobos es parte de eso.

    En definitiva, el peronismo sería el control vía integración desde arriba, más que los instrumentos que lo hacen posible. El fin final se reduciría, sobre todo por contraste con los medios que en cada momento utiliza para lograrlo, pero eso no significa que no tenga fin alguno. Sería pragmático, no oportunista, ni principista.

  22. Gracias Luciano, lo de guardarlo en PDF que también dice Ezequiel, no lo había pensado porque nunca usé ese programa, pero ahora que me lo dicen y con un poco de ayuda de mi hijo, lo voy a guardar así.

    contador geiger: Entiendo que lo que describís como: «la sensibilidad por realizar los valores que se defienden, más que por tener unos valores limpitos y relucientes, a costa de no sacarlos de la vitrina», es la versión virtuosa del pragamtismo, mientras que «no tener “ninguno” salvo el poder por el poder» es la posible deformación de esa misma virtud (lo que en el post llamo dispositivo de poder, usando la expresión de María Esperanza).
    Uniendo un poco lo que comenta Luciano sobre la justicia social (a propósito, mi primera intención era usar de título: «pragmatismo y justicia social», pero al detallar el análisis no me terminaba de cerrar, cuento estas cosas porque el proceso por el cual se llega a un texto me parece interesante, agrega más datos al texto mismo), con lo que decís sobre el relato que apela a la integración, se me ocurre lo siguiente: Aunque el peronismo haya tenido defecciones como la de Menem en cuanto a la realización de la justicia social, todos los peronismos han integrado en su discurso a las clases oprimidas, mientras que se pueden encontrar ejemplos de discursos peronistas de distintas épocas en los que la oligarquía o los que están con ella, queden en el lugar del otro, del que está «afuera». Y este discurso integrador del pueblo, está hecho con formas y lenguajes que le permiten ser creído, lo cual no es tan fácil como parece. Esto es lo que algunos podrían consiederar una simulación por parte del menemismo, pero para mi, si bien hay una parte de simulacro, es más profundo que eso, no es tan fácil representar algo con lo cual no se tiene nada que ver, y menos hacerlo durante muchos años, tiene que haber puntos en común que impliquen cierta identificación, sino, no se logra. En esto también consiste la alianza con la clase trabajadora de la que se hablaba en comentarios anteriores.

  23. Sergio, de acuerdo en los dos apuntes que hacés.

    Sobre el pragmatismo, diría que la definición más adecuada coincide con la versión virtuosa. La otra sería la del «sentido común», y en verdad es un imposible: no hay modo de ser oportunista en política si por ello se entiende que no hay valor alguno guiando la acción. Lo que puede haber es un valor que no nos gusta, o nos parece contrario a la política entendida en su versión heroica. No hay acción sin valores/representaciones: la búsqueda del poder por el poder mismo es una acción política tan guiada por valores como la búsqueda de la justicia social.

    Sobre el segundo punto, en efecto, creo que Menem tuvo la capacidad de aparecer para muchas víctimas de su modelo como «uno de los nuestros», o algo así. Ahí supongo que jugó mucho el encarnar el peronismo. Pero esto tampoco es fácil, al punto de que incluso me parece que a los K les resulta más difícil por momentos encarnar el peronismo que al propio Menem en los 90. Me parece que no sólo en el nivel dirigencial, sino también de los peronistas, los K lo tienen más difícil de lo que lo tuvo Menem. Es curioso si miramos la política pública, pero no tanto tal vez si miramos lo simbólico (en un sentido estrecho de la palabra).

    Un abrazo.

  24. Estoy de acuerdo, a los K les cuesta más que a Menem la representación simbólica del peronismo, te digo más, a Cristina le cuesta más que a Nestor. A mi me parece que los que son muy porteños en su modo de hablar, dan menos el fisic du rol. Y ojo que no hablo de esto como si fueran banalidades que no tienen importancia y en las que la gente cae por error, para mi tienen que ver con percepciones reales, memoria histórica, en fin, símbolos que tienen alguna importancia, obviamente sin exagerar, son cosas que se subordinan a las más concretas, pero tienen que ver con lo que llamamos carisma, en algunos casos para el conjunto de la sociedad y en otros para grupos específicos. Un abrazo.

  25. Inteligente y realmente apasionante todo lo escrito. Me queda colgando una pregunta, aún teniendo presente que la misión del intelectual así como la del artista es más la de hacerse preguntas que la de dar respuestas:
    ¿qué queremos hacer teorizando sobre el pragmatismo?

  26. Jorge: Por ahora estamos en teorizar la acción, cuando pasemos a actuar la teoría no nos para nadie.

    Lurker, vi tu comentario (con el que estoy de acuerdo)en el post sobre TVR y es obvio que iba dirigido a este post, así que lo pego acá.

    Comentario de El Lurker:
    Sergio, otro buen ejemplo de eso es el éxito relativo de los peronistas que no parecen peronistas estéticamente entre la clase media.

    Telerman es peronista, pero como es un porteño judío “afrancesado” casi nadie se dio cuenta de que es Peronista, y si perdió, su “peronismo” no fue un factor.

  27. Efraín, tu comentario llegó a mi correo, como no apareció aquí, lo pego. De acuerdo con vos y con furcio en que es fundamental un seguro de desempleo.

    COMENTARIO DE EFRAÍN

    Hay algo que dijo el Furcio y que quiero adherir estusiastamente:Como es posible que todavía no haya un seguro de desempleo en argentina?Es escandaloso que los políticos argentinos ni siquiera los más progresistas hablen del tema.Me acuerdo que en mi epoca había un libro de la editorial futuro que era del P.C que se llamaba:»El pragmatismo,filosofía del imperialismo».Ý es verdad que como filosofía forma parte del ser norteamericano.Y si nó vean como cambian las declaraciones del Oba según a quien se dirige.Me parece que el pragmatismo es como el xilantro,que está bien pero no es para tanto.A veces el pragmatismo o lo que se llama como tal, esconde el más burdo oportunismo.Hay que ver cada caso concreto y sus resultados.De cualquier manera y a pesar de todo,el tema seduce.Y Sergio lo introduce bién.Saludos a la platea.Saludos.

  28. Serio decía «Perón entendió que para hacer política, hay que tener ideología, una idea que funcione como guía y marque el camino, pero esa idea no tiene por qué ser siempre la misma, si las circunstancias cambian y los hechos nos hacen pensar que el rumbo debe ser otro. Eso es el pragmatismo en su esencia».
    No estoy de acuerdo conque cambiar de ideas sea pragmatismo, creo que cambiar las formas de implementar las ideas es pragmatismo. Entonces, no somos pragmaticos sino que cambiamos de idea. Y esto a la luz de los resultados de los gobiernos de (Peron-Isabel y MEnem esta a la vista. Duhalde y NEstor y Cristina han seguido más la ideología y los resultados, han sigo mucho mejores.
    Creo que el caso paradigmatico de pragmatismo fue Frondizi, no cambio las ideas que tenía sino la forma de ejecutarlas y logro muy buenos resultados (no me puteen)
    saludos

  29. Agustincho: La distinción que hacés es interesante y seguramente tenés una parte de razón, pero creo que en ciertos casos no aferrarse a determinadas ideas si las circunstancias cambian, también puede ser considerado pragmatismo. Muchas veces los términos no son usados en los mismos sentidos por todos y aca no busco el significado «real» del término, sino los usos que se le da en las prácticas discursivas, un poco como dice Ezequiel en su comentario de las 12.27, en referencia a hablar o no de las cosas «tal como sucedieron». En este sentido estas discuciones a veces pueden parecer poco precisas, pero creo que esto es razonable, porque las realidades a las que aluden, también lo son, no estamos buscando probar ningún hecho, sino hacernos una idea conceptual de realidades complejas. En este sentido, ver las cosas desde distintos ángulos para mi es lo que más suma y la distinción que hacés entre cambiar de ideas y cambiar de formas de implementarla es muy válida, Perón hablaría (en el ajedrez también es así)de estrategia y táctica.

  30. Es más creo que fue patetico olvidarse que en el campo laburan peones o puden perder sus laburos si se funde a los productores.
    Por ahí se me ocurre que hay que buscar nuevas banderas o ideas. POr ej. hay que generar riquezas y después distribuirlas, cosa que Cristina solo dijo en su discurso al asumir. Los radicales ya perdieron su discurso, escuchar a Morales hablar de «instituciones» cansa un poco. NI que hablar de Carrió.
    saludos

  31. POr un error mio se publocó la mitad de mi mensaje. Decía que terminaba coincidídiendo con Sergio en lo que era el pragamitismo. Y que todo este de la doctrina e idéas me hacía pensar en que no hay que perder las ideas que legitiman o puedan legitimar al peronismo frente a la soicedad. Y me refería al campo en el tema distribución de la riqueza, fue tan bastardeada por el el gobierno esa idea que la mayoría de la sociedad puede llegar a terminar rechazandola. POr e.so lo de patético.
    saludos

  32. pragmatismo:subordinacion de la verdad a la utilidad.eclecticismo:sintesis de doctrinas o conceptos diversos y aun contradictorios.un lider politico pragmatico jamas sera democratico,porque pondra primero sus intereses arriba y estara en el grupo de los que pretenden que el fin justifica los medios,y asi vamos incluso a la violencia.

  33. Isabel: Las cosas no son en blanco y negro, todos actúan pragmáticamente en algún momento y nadie lo hace siempre. Hablamos de cosas relativas. Algunos fines pueden justificar algunos medios, por ejemplo, si tenemos en cuenta que los medios no desvirtuen el fin. Decir que un líder pragmático jamás será democrático, me parece un exceso, ¿qué entenderíamos por pragmático? ¿Que es capaz de cualquier cosa en pos de la utilidad? Tu propia definición habla de subordinar, es decir, dar cierta preferencia, poner por delante, priorizar, no se habla de cegarse y hacer lo que sea, creo que está claro que hablamos de niveles de pragmatismo relativos.

  34. hola Sergio.En la realidad efectivamente las cosas no son en blanco o negro,mas bien grises,pero nuestra inteligencia nos ayuda a salir del reino de la confusion,hoy mas activo que nunca y para eso acudimos a definiciones ,conceptos y referentes qur sirven de marco de referencia.Si,todos pragmaticos en el sentido de que nos movemos basicamente para satisfacer nuestras necesidades.La psicologia contemporanea lo ha estudiado bien.La percepcion de la realidad no es un fenomeno indiferente,imparcial.Salimos a buscar el objeto,a nuestra medida.Pero estabamos hablando de politica y de etica,y entonces el pragmatismo,forma de relativismo,conduce a la subordinacion de los intereses generales a los particulares.Fijate que pragmaticos son los legisladores,que con tal de enfrentar al gobierno se oponen a los proyectos presentados en materia agraria o previsional.El debate es necesario,pero cuidado con tergiversar o deformar los argumentos.Para tod hay argumento.Hay que ver si el consenso se logra por mayoria cuantitativa o calidad cualitativa.
    Si aceptamps que algunos fines justifican los medios entramos en el reino de la confusion,porque ¿quien decide cuales son esos fines?
    El lider democratico debiera manejarse por la racionalidad,la adhesion conciente de sus seguidores y para mi tambien por el amor al projimo.El lider pragmatico puede ser(aun en casa)permisivo,paternalista,carismatico,autoritario,pero nunca deseable.

  35. Hola Isabel:Comparto que el pragmatismo es una forma de relativismo, yo estoy a favor del relativismo. En cambio no comparto que sea subordinar los intereses generales a los particulares, se puede hablar perfectamente de pragamatismo respecto de los intereses generales.
    Para mi no se trata de «entrar en el reino de la confusión», yo creo que inevitablemente se vive en tal reino, obviamente hay mojones y puntos en los que apoyarse, pero finalmente siempre hay que decidir, siempre se está expuesto a decidir mal, a equivocarse, no hay ninguna regla que nos proteja de eso. Yo creo que el pragmatismo es deseable en algunos casos y no lo es en otros.

  36. y bueno,querido Sergio,yo trato de no ser pragmatica en lo que se refiere al trato con mi projimo,para no usarlo,sino respetarlo.Y,POR SUPUESTO,QUISIERA QUE TODOS HICIERAN LO MISMO,QUE EL SER HUMANO SEA UN FIN Y NO UN MEDIO.Solo el humanismo nos podra sacar de este posmodernismo en el que imperan las relaciones liquidas…

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