Justo aparecieron en nuestra mesa de trabajo (?) esta semana de enero dos textos de ex funcionarios del equipo económico que llevó adelante el Plan Austral durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Me parece que sirven para pensar. Los paso a comentar muy por arriba.
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En 1975, Adolfo Canitrot publicó el paper «La experiencia populista de redistribución de ingresos» en la revista Desarrollo Económico. Dice Canitrot:
«En la experiencia histórica argentina hubo tres intentos expresos de modificar la distribución del ingreso en favor de los trabajadores mediante el aumento de salarios. Dos intentos corresponden al primer (1946-52) y tercer (1973 en adelante) gobiernos peronistas. Aunque en un contexto diferente, el gobierno radical (1963-66) aplicó al mismo fin idéntico instrumento».
Llama «política populista» a una combinación de «ideología nacionalista» y «una política económica que satisfaga las aspiraciones de las mayorías populares». Precisa: «como objetivo se propone mejorar las condiciones de vida de los sectores de medianos y bajos ingresos, aunque sin alterar fundamentalmente la estructura de propiedad y las relaciones económicas vigentes».
Explica luego que «como es conocido, los intentos de redistribución de ingresos por vía del aumento de salarios, propios del populismo, fracasaron en cuanto se los pretendía perdurables». «La redistribución se sostuvo uno o dos años, y luego retrocedió largamente, comida por la inflación o trastrocada abruptamente por la aplicación de políticas de signo contrario».
Lo que busca determinar, entonces es «saber si el retroceso que siguió a las experiencias populistas de redistribución se debe a la acción deliberada de grupos de intereses que reaccionan ante la pérdida de sus prerrogativas económicas y de poder, tesis que favorecen tanto peronistas como radicales; o a las propias características de esas experiencias que engendran, al ponerse en marcha, los elementos objetivos que han de ponerles fin». Canitrot, bueno es decirlo, se inclina por esta última visión.
El autor explica que «es evidente que el programa redistributivo exige una activa intervención estatal y una fuerte expansión del área económica bajo su control. Esto, por dos razones: 1) por la necesidad de inmovilizar en el país los recursos financieros de las grandes empresas, y 2) por la necesidad de llevar a cabo la reconversión de la estructura productiva y del empleo, desde las industrias de bienes de capital hacia las de consumo».
«Sin embargo, el estado, como consecuencia del mismo programa redistributivo, se encuentra en una situación especialmente débil para afrontar esas tareas. En tanto, el sector público es proporcionalmente el mayor empleador de la economía, es también el principal afectado en el uso de log recursos por el incremento de los salarios. Enfrenta, pues, el problema de la considerable insuficiencia de los recursos de inversión de que dispone en relación a los que el programa exige. Y esta insuficiencia persistirá aun cuando vuelque hacia la producción de bienes de consumo los recursos financieros expropiados a las grandes empresas. La solución de este dilema es el aumento en la carga tributaria, cuyos efectos son una reducción adicional a la rentabilidad de las empresas privadas y, muy probablemente, una reducción de la capacidad de gasto de los asalariados. En este punto las exigencias del programa redistributivo entran en conflicto con sus propios objetivos. Es por esta razón que, aun salvando todas las restantes dificultades, el incremento salarial deba esperar a que, en una primera etapa, se lleve a cabo el proceso de reestructuración productiva».
Al analizar el caso argentino en particular, explica:
«Lo observable en la experiencia argentina es que el incremento del salario real en la coyuntura, cuando ocurre, se debe esencialmente a la caída del valor relativo de estos tres precios -agropecuarios, tarifas públicas, alquileres- con respecto al salario. Los bienes y servicios que estos precios representan constituyen una parte muy importante de la canasta familiar. En consecuencia, la redistribución de ingresos de corto plazo hacia los asalariados es pagada por los productores agropecuarios, las empresas públicas y los rentistas de casas de alquiler. La redistribución no perdura, sin embargo. Como los precios de los restantes sectores de la economía continúan subiendo, la oferta de estas tres actividades se deteriora. La inversión se hace nula o negativa, surgen estrecheces, y finalmente una crisis que obliga a reconsiderar sus precios. Allí la redistribución de ingresos se esfuma. Se vuelve a la posición inicial con pérdida neta en el camino».
Luego, Canitrot avanza con la explicación de un modelo que, según evalúa, capta los rasgos más significativos del caso argentino. Cuando llegamos a la síntesis final, el autor explica:
«A pesar de sus peculiaridades, la economía argentina impone a la redistribución progresiva del ingreso, concebida como política de ocupación y salarios, límites de vigencia generalizada en los países de mayor nivel de desarrollo: la restricción de comercio exterior y la necesidad de acumulación de capital. El conflicto entre distribución y acumulación o, en otras palabras, el conflicto entre salarios y beneficios, rige en situación de máximo empleo. Guando hay recursos y trabajadores ociosos, la expansión de la actividad económica puede hacerse favoreciendo tanto salarios como beneficios industriales. Es esta doble situación la que hace posible, y a la vez limita, la
política populista».
Y acá parece venir lo mejor:
«La alianza política del populismo nace en la recesión y se propone un programa expansivo. Asalariados y burguesía industrial tienen entonces intereses complementarios, mientras los empresarios rurales quedan en la oposición. El éxito del programa destruye el elemento constitutivo de la alianza. Al aproximarse a pleno empleo, los intereses conflictivos reemplazan a los complementarios. El conflicto se hace muy intenso porque se desarrolla en medio de un contexto inflacionario explosivo, que es resultante de utilizar el incremento de salarios como instrumento de expansión de la demanda. En menor o mayor plazo la alianza se destruye, la burguesía industrial se inclina hacia una nueva alianza con la burguesía rural, el populismo termina enredado en sus propias contradicciones y un nuevo programa de orden y recesión emerge«.
«El análisis económico de los capítulos precedentes sugiere la posibilidad de elaborar una receta económica que evite el fenómeno de las fluctuaciones y de la inestabilidad política. Es concebible determinar un conjunto de precios relativos entre salarios, tasa de cambio y precios agropecuarios a industriales, que permitan un crecimiento continuo de empleo y salarios, en los valores máximos compatibles con la restricción de comercio exterior y las necesidades de acumulación de capital. Pero sería soberbia o inocencia del economista pensar que el desconocimiento de estos valores de equilibrio es la causa de la inestabilidad argentina y que su aplicación resuelve el problema. Para ello habría que suponer previamente que las varias clases sociales pueden converger a una propuesta común, ya sea por acuerdo, ya sea por imposición de una sobre las demás. En tanto eso no ocurra, las fluctuaciones económicas habrán de persistir. La inestabilidad es la expresión del conflicto de clases«.
«En la recurrencia de las fluctuaciones es clave el papel de la burguesía industrial. Para ella el proyecto populista es un programa en común con los asalariados basado en el incremento de salarios. Alternativamente, el proyecto de orden y recesión es un proyecto en común con la burguesía rural basado en el incremento de los precios agropecuarios. En ambos casos las ventajas que obtiene el empresariado urbano derivan como un reflejo de las que reciben otras clases. El proyecto propio de la burguesía industrial es el proyecto de la demanda autónoma: inversión, promoción de exportaciones, sustitución de importaciones. Este proyecto, salvo los pocos años del ministro Krieger Vasena, no logró vigencia en el país. Es la consecuencia de la debilidad política de la burguesía. Las empresas nacionales son débiles y las empresas fuertes en su mayor parte extranjeras. La burguesía nacional no ha podido construir un programa de integración con el sistema de grandes empresas multinacionales que sea, a la vez, económicamente rentable y políticamente aceptable. En ausencia de este programa se acopla a programas ajenos de distinto signo. En esas condiciones, de capitalistas débiles y sindicatos fuertes, el capitalismo argentino es, por necesidad, una experiencia tortuosa y contradictoria«.
Y el final, bueno, ahí te lo dejo:
«La alternativa a un programa de la burguesía es, naturalmente, un programa de la clase asalariada. La redistribución de ingresos al estilo populista es una experiencia destinada a la frustración. Es claro que un proyecto que se la proponga con carácter de permanencia requiere un grado importante de control sobre la demanda autónoma, en especial sobre el proceso de formación de capital. Esto significa sustituir el populismo por un proyecto reformista o socialista. Pero éste, reconozcámoslo, es otro cantar«.
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El otro texto es una entrevista a Roberto Frenkel que, luego de anunciado el Plan Austral en 1985 le hacen Felipe Solá y Enrique Martínez, publicada en la Revista Unidos.
Así, tras conocerse el plan cuyo objetivo declarado es, señala Frenkel, «parar la inflación de la forma más neutral posible, en términos de la distribución de ingresos y de la riqueza» e «implementar esto con apoyo de la población», el economista explica:
«La idea básica es que no se puede dar clase de macroeconomía y hacer política económica al mismo tiempo. Una cosa es la academia y otra la política. Todo este grupo viene enseñando que la moneda no causa inflación, que la inflación responde a otro mecanismo, etc. Hace siete u ocho años que lidiamos con estos problemas, que hacemos la crítica del monetarismo. Esto lo hemos discutido mucho dentro del equipo. Pero en el país hace siete años que, por diferentes razones, se le dice a la gente que el problema de la inflación es por la emisión monetaria y ahora esto lo repiten desde el PO y el MAS hasta la Unión Industrial, pasando por la Iglesia y la CGT. Se ha constituido un sentido común monetarista. Con esto tienen que ver los partidos políticos, que tienen un debate económico primitivo».
(…)
«Las visiones macro son muy ideológicas, son muy de sentido común, muy poco perfectas. No pueden ser sutiles porque se trata de una especialidad profesional. Lo que queda en el gran público es lo que transmiten la prensa, los partidos políticos. Y esa visión es muy monetarista. Entonces, si bien por un lado este plan les da la información microeconómica necesaria, para que no tengan expectativas de aumentos de costos, no se puede desatender la credibilidad. En un sentido más político no se puede dejar el flanco que implica no decir qué va a pasar con la oferta monetaria porque esa política no duraría dos días».
(…)
«El compromiso de emisión cero quiere ser un solemne compromiso. Si no fuera entendido así, muchos irían a mirar todos los días la base monetaria que obviamente sería un día distinta del otro, como un saldo de caja que tiene positivos y negativos para que el promedio dé cero. ¿Cómo hacemos para explicar que ésa no es la causa en un país con el grado de perversión del debate económico que tiene éste? No se puede. Hay que ser tan simple como la crítica de la derecha. Machinea no puede dar clases de macroeconomía en el Congreso para que le crean, no puede ir con sutilezas a Guelar, Alsogaray, etcétera, porque ninguno de ellos está interesado en hacer un debate profundo sobre estas cosas. Prima la retórica. Y la mala fe. Porque no puede ser que un diputado peronista sostenga el argumento de que se ha obviado al Congreso al hacer la reforma monetaria, cuando los peronistas tenemos una tradición presidencialista, de supremacía del ejecutivo sobre el Congreso. Eso, en política, se llama oportunismo».
(…)
«Pero también están destruidos los partidos políticos, que tampoco tienen cuadros ejecutivos, cuadros para la empresa pública, cuadros del interés nacional. Va a costar mucho rehacerlos, porque en la empresa privada también existe esta carencia; el estancamiento del país la hizo ineficiente. La gran empresa futura, seguramente, se va a hacer con participación del Estado, simplemente porque ningún capital privado va a querer asumir solo los riesgos de la inversión. La participación del Estado en los servicios básicos, la energía, la siderurgia, no viene por la acción de un ideólogo estatista. Es por una demanda del sector privado que necesitaba socializar riesgos en un proceso de desarrollo que significa remar contra la corriente de la especialización internacional. Porque en la Argentina la industria se armó contra la corriente; el sistema financiero se armó contra la corriente. Entonces cuando aparecen las quejas, contra la participación de la banca oficial en el mercado, es porque se olvidan o no saben que la banca se creó como banca de servicios, para permitir transferencias de ingresos y acumulación de capital y ayudar a la empresa privada. ¿O para qué se creó el Banco Central? Para que los sectores agrarios mantuvieran un control sobre el tipo de cambio y evitaran la caída de sus ingresos derivada de importar la deflación internacional al mercado doméstico. Y así ocurrió en casi toda América Latina…».
(…)
«El problema de la recuperación de la tasa de inversión en la Argentina es más grande que el hecho de dar señales de que va a haber expansión, de que el mercado va a crecer vía la demanda. Keynes dice que la economía empieza a receder cuando los empresarios se ponen muy pesimistas y conservadores y toman decisiones que producen una profecía autocumplida. Es un juego en el que él crea las condiciones que justifican sus propias decisiones. Pero la sociedad da para producir más, es un desempeño involuntario. Hay recursos, ganas. ¿Cómo hacer, en ese caso, para que el empresario recupere sus expectativas positivas? Ese es el tema de Keynes. Hagamos entonces gasto público para que haya más actividad y el empresariado invierta. Pero acá el tema es más complejo. Ya no es suficiente una señal expansiva para que se recupere la tasa de inversión. Es necesaria la reformulación del pacto social argentino, explícita o implícitamente. El capitalismo es una flor frágil, decía alguien: es muy fácil producir la recesión y es muy difícil sacarlo de ella. Y eso con reglas de juego político estables; pero este país viene de diez años de carnicería, de voracidad ideológica, con tiempos políticos que no han cambiado…».
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¿Conclusiones? Para el otoño, ponele.
Foto.
Nicolás, parecen interesantes los dos textos. El link del de Canitrot está mal, fijate si podés subir el texto. Gracias. Abrazo.
Gracias por traer estos textos, Escriba.
Comentarios apresurados:
1. Lo de Canitrot es (o parece) de una lucidez extrema. Da para mucha reflexión y debate. ¿Cómo entrarle a la contradicción que plantea?
2. ‘… desde el PO y el MAS hasta la Unión Industrial…’ (decir que la inflación es por la emisión): y yo que creía que la visión de ‘izquierda’ que coincide con la de derecha era una novedad de estos años. Aquí vemos que no.
3. ¿Frenkel seguirá pensando así hoy?
Todo indica que O´Donnell leyó a Canitrot. Y que hubiera sido interesante leer a Canitrot junto con O´Donnell y no tan separados, al margen de las coincidencias que se puedan o no tener con el análisis.
Abrazo.
Dos notas interesantes sobre Canitrot:
http://focoeconomico.org/2012/11/02/adolfo-martin-prudencio-canitrot-1928-2012/
http://focoeconomico.org/2012/10/25/algunos-lindos-recuerdos-sobre-adolfo-canitrot/
Ah… bueno ¿Canitrot? pensar que en su momento los peronachos lo insultabasn, decían que era «neoliberal».
Inetresante, Canitrot parece estar describiendo la situación actual, pero en realidad es la de… hace 50 años. Interesante.
A toda la parrafada le faltó un poco de énfasis en la «restricción externa», ése el el motivo que disparó siempre el ajuste y la redistribución negativa del ingreso.
El problema argentinao es muy simple: la pretensión de querer vivir por encima de nuestras posibilidades.
¿Por qué a los argentinos tendría que irles mejor que a otros pueblos? ¿por qué si había un programa de industrialización la calidad de vida tendría que haber triplicado o cuadriplicado la de los coreanos en los 60?
Complica dramáticamente las cosas la convicción de que Argentina es un país inmensamente rico en el que, en definitiva, todos deberíamos ser rentistas… lamentablemente Argentina tiene demasiados habitantes para ello.
Lo de Frenkel, en contraste con lo de Canitrot, es impresentable.
¿Resulta que la macroeconomía es algo muy complicado de explicarle a los políticos y que la inflación no tiene NADA que ver con la emisión de moneda?
No Frenkel, sos un chanta, la inflación existe en el mundo desde hace cientos de años, es tan vieja como el la moneda emitida por los estados irresponsables.
Tengo una interferencia cognitiva. Leo ‘la pretensión de querer vivir por encima de nuestras posibilidades’ y entiendo ‘para los de esta línea para abajo no hay, lola’.
En el tema de la distribución ¿pensaste alguna vez?
intentan ser mas simplistas pero no lo logran eh! que tiene que ver el culo con la cooperación…. la redistribuciòn es política. la película de la economía positiva vedesala o otro.
«Argentina tiene demasiados habitantes para ello»
¿Emtendés, Raúl?
Sííí, me acuerdo de algo… Provincias inviables, países inviables, personas inviables…
Eso formaba parte del ‘novísimo’ paradigma noventoso.
Lo divertido es que, más allá de lo espantoso de la propuesta, estos tipos nos la quieren vender HOY como algo nuevo y dicen que la orientación económica oficialista es ‘vieja’.
Malthusiano, adj. Relativo a Malthus y sus doctrinas. Malthus creía en la necesidad de limitar artificialmente la población, pero descubrió que eso no podía hacerse hablando. Uno de los exponentes más prácticos del malthusianismo fue Herodes de Judea, aunque todos los militares famosos han participado de esas ideas.
Muy buen post!
Qué bueno leer en este blog un post con pensamiento y sin fanatismo.
A mí me interesaron los dos artículos citados. Lo de Canitrot (no sabía que se había muerto, y menos que había sido hace tan poco no más) peca un poco de economicista cuando quiere dar el paso hacia la política, pero bueno, pasa en las mejores familias. Lo que habría que hacer ahora es una actualización de su artículo de 1975 a las condiciones actuales casi 40 años después de la economía internacional, la soja, China y demás.
http://blogs.lanacion.com.ar/ciencia-maldita/la-ilusion-y-el-desencanto/canitrot-el-proceso-y-el-modelo/
Acá tenés algunas…
Hace unos dias fallecio James M. Buchanan, premio Nobel y uno de los economistas mas grandes de la histoira. pero Tereschuk gasta su verano en leer a Frenkel. Y bueno, tenemos el pais que tenemos porque tenemos la gente que tenemos.
«Murió», se dice.
«Frecuentemente se usa como equivalente a morir, tal vez como eufemismo, pero la sinonimia no es muy exacta. Fallecer es morir en el sentido de llegar al fin de la vida, como ocurre en la vejez o al cabo de una larga enfermedad, tiene un matiz de desfallecimiento, de proceso gradual. El buen uso del lenguaje exige que no se emplee fallecer para referirse a una muerte súbita o a la que ocurrió en un accidente»
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Segui leyendo a Frenkel y dejate de romper las pelotas.
Al idiota de abajo ni le contesto, no vale la pena.
flaco. lee bien.
habla de canitrot, no de frenkel.
buchanan fue nobel. de ahi ha ser gran economista hay un abismo. lo leiste ? cual es su idea original ? que aporte hizo a la realidad social ? gary becker fue nobel, friedmann lo mismo. todos escribieron los mismo. que torro que son. y ninguno pudo dar un dato certero.
no vale la pena o no sabes que decir por tu ignorancia ?
a ver….
dale payaso deci algo. vos que lees a buchanan. y como fue nobel es interesante.
borges fue nobel ?
sartre?
ah…. si si. cavallo fue nobel. roque fernandez y pou.
anda a la cama
Parece que Canitrot estuviera escribiendo sobre la situación actual. Es muy interesante el momento en que tenga que elegirse entre una política que repetirá caos sucesivos, u otra en la que -como advierte Canitrot- el modelo debe ser modificado. Él, en su escrito dice que «eso», la elección entre quedarse en el «capitalismo bueno» (esto último es mío) y el socialismo es, creo yo «El asunto». Es cierto que en su momentome pareció un técnico tecnocrático. El calor del momento no permitió verlo tal como era.
Gracias por las lecturas.
Leí un comentarioacerca de las teorías de Buchanan.
En realidad, Buchanan, a mi entender, piensa en el estado como lo piensa el liberalismo, es decir, unaamenaza a los individuos,o dentro de la misma matriz de pensamiento, como el espacio en que son, en realidad conglomerados de individuos que actúan según sus intereses degrupo, aunque sin salirse de la posición de clase (Los políticos en este occidente, forman parte, en su gran mayoría de la burguesía y desde esa posición clasista combaten entre ellospara tomar la mayor porción de «torta posible»
Tomado de «elblogsalmon.blogspot.com», firmado por Onésimo Álvarez Moro
«El trabajo de James M. Buchanan fue fundamental en el impulso de situar la economía en su aspecto total y en el análisis realista de la intervención económica de los gobiernos, incluyendo en la introducción de la elección racional en las decisiones gubernamentales. En este análisis enfatizó que, en las finanzas públicas, debemos tener en cuenta que hay condiciones políticas que influyen en estas actuaciones
«Desde muy pronto profesor Buchanan aprendió que los gobiernos no eran entidades eficientes y altruistas que trabajaban para eliminar las imperfecciones encontrados en los mercados. Al contrario, gobiernos son el agregado de personas persiguiendo sus intereses personales, no el interés público, a través de leyes, impuestos y regulaciones interesadas. Parece que muchos han olvidado estos análisis durante los últimos años de intromisión de los políticos y de los funcionarios en nuestra vida económica diaria.»
Nota: Véase que el articulista dice que «el análisis realista»(¿?) realista de qué?
En estos momentos, la lectura deBuchanan, que debeser muy interesante, planteasuspender un debate muchomásprofundoe inquietante: ¿Qué queremos para la Argentina? ¿Queremos un sistema en el que desde el poder se «gobierne» como si se tratara de transacciones mercantiles? ¿Queremos un gobierno que tenga metas macro, y que diga que la economía crece mientras que las clases populares pagan con su sangre ese crecimiento del que no verán sino las desgracias de recortes antiinflacionarios?
Es interesante por que ambos, uno en forma explícita diría -Frenkel- y Canitrot como una variante un poco lejana si se quiere, ponen el acento en el aspecto político para sortear situaciones que más o menos hoy se están repitiendo y de alguna manera hacen necesario reflotar lo que alguna vez se denominó “pacto social”.
Por el lado de Canitrot resalta lo actuado por Krieger Vasena que, por la fuerza en el caso del sector asalariado y con apoyo de los grandes empresarios, aplica una serie de medidas que permiten recobrar el equilibrio de toda la «estructura económica» de la cual habla en el .pdf y del que se sacan las citas del posteo. No concordaría el achacarle a la redistribución como única causa de la inflación, a la vez probablemente no vea o reconozca que el dinamismo producido por dicha redistribución permitió a las industrias ir ganando, aunque tímidamente, mayor proporción en las exportaciones.
Respecto a lo de Frenkel tiene su razón en cuanto a la “ideología” que se impone al común de los mortales para generar consensos.
De todos modos, los grandes condicionantes de esas épocas que hoy no están son la balanza comercial deficitaria, la gran deuda externa, términos de intercambio desfavorables, y, no menor en su importancia podría agregar, la inestabilidad política, fundamentalmente del ’55 al ’75.
Con lo cual las chances de sortear el tema inflacionario deberían aumentar, veremos que capacidad tendrán todos los actores intervinientes conciliando sus intereses. Creo que no queda otra salida.
PD: el texto de Canitrot en cierto pasajes me recuerda lo de Diamand respecto a su concepto de «estructura productiva desequilibrada»
Detalle: Canitrot era ingeniero, igual que Diamand.
Un paper de 1975 para analizar el 2013. Ya sabemos cuanto retrasas. Es un cumplido. Cris retrasa a veces 60 años y otras, 100.
Ah, qué cancheros…
¿Qué tiene para ofrecer ‘el lado derecho del mundo’, el lado neoliberal, en economía?
La escuela austríaca, Ayn Rand, Chicago y Milton Friedman… Todo nuevo ¿no? ¿De qué año son?
También tienen el Consenso de Washington, que es de los 80’s. ¡Qué moderno!
Lástima que
a) El Nº 1 del Banco Mundial y
b) el Nº 1 del FMI,
dados los desastrosos resultados que se pusieron en evidencia desde 2008 (no contaron el 2001 de Argentina porque para ellos es muy poca cosa), decretaron que ‘WASHINGTON CONSENSUS IS OVER’.
Así que déjense de hacerse los bananas con que tienen la llave de la ‘ciencia’ económica y ‘lo más nuevo’, que ni ustedes mismos se lo creen y no tienen la más puta idea de para dónde rumbear…
No hay paradigma económico triunfante en este momento. Cada país debe buscar su camino.
y buchanan cuanto crees que retrasa ? y adam smith ? que ridiculos son los argumentos. el libre mercado tiene 500 años como farsa pero no retrasa. ajunsta el reloj nene
Agrego: tenían Reagan/Tatcher en los 70s. En ese solo instante pudieron cancherear que lo de ustedes era ‘nuevo’ (más allá de que fuera bueno o malo) frente al ‘viejo’ socialismo y al ‘viejo’ Estado de bienestar.
Pocos años después, ya lo de ustedes era irremediablemente viejo.
me parece util lo del Escriba.Hay autores muy viejos que siguen siendo de lectura aprovechable.Lo que pasa es que hay mucha gente que no quiere leer ni estudiar.Lo de CANITROT coloca en el centro del problema politico la alternativa de un peronismo derivado hacia el socialismo,hecho que me parece sumamante dificil.Lo de FRENKEL lleva a temas economicos muy enredados:la inflacion y la inversion.Pienso que hay que ir a los conceptos mas que a la historia en estos casos,y dejar de lado los prejuicios en contra o pro gobierno.
No entiendo la lógica de subir un artículo de un economista del Plan Austral que se burla de los que creen que la emisión causa la inflación cuando el gobierno de ese economista terminó en una hiperinflación.
Es onda gol en contra.
En ningún libro de historia moderno, ni siquiera de un ultraperonista, vas a encontrar que la inflación del gobierno de Perón la causaban los almaceneros gallegos porque eran unos turros. Yo siento que están discutiendo si la inflación la causan los almaceneros gallegos.
Te doy un ejemplo real. Yo compré en Febrero 2012 una batería de origen brasilero que me costó USD 213 más IVA, cambio oficial. En Noviembre 2012 la misma batería, misma marca, mismo proveedor, me la quisieron cobrar USD 315 más IVA, también al cambio oficial. Yo los mandé a la mierda e inventamos una forma de sustituirla.
Mirá el café, que también se importa, fijate si los precios acá siguen la curva de precios internacionales.
Vos crees que esta “diferencia” del 50% se debe a que se emitió demasiada moneda? Donde? En Argentina o en Brasil o en EEUU?
No todo sube igual en un proceso inflacionario. Igual, la explicación en el ejemplo que das es tan pero tan sencilla que no se si explicartela.
Lo voy a intentar. La batería se importa de Brasil, el gobierno restringe las importacines. A menor oferta, si todo se mantiene igual, mayor precio.
Todo tema tiene su explicación sencilla. Y equivocada.
La limitación de importaciones fue transitoria, y terminó. En noviembre de 2012 *ya no existía*.
Además, aun cuando existiera todavía, no es lo mismo que ‘que haya menos oferta’.
Juan Carlos dijo ‘el mismo proveedor’.
Es decir que el *mismo* proveedor, o el importador que provee al proveedor, compra la *misma* batería en Brasil.
El gobierno se la deja entrar o no se la deja entrar.
Entonces, la batería, si entra, debería tener el mismo precio. Y si no, no se consigue.
O el precio subió en Brasil o es avivada del proveedor y/o importador.
Francisco,
Como te dice Raúl, estás equivocado. Las baterías estacionarias no estaban restringidas, lo averigüe y otras marcas equivalentes no habían subido nada comparable. Armamos un pack con dos baterías más chicas y encima nos ahorramos un 20%, brasileras también.
Lo esencial: esta “diferencia” del 50% se debe a que se emitió demasiada moneda? Donde? En Argentina o en Brasil o en EEUU?
La emisión puede ser un factor pero jamás explicaría estas diferencias.
O sea, son estos «almaceneros gallegos» que «por las dudas» aumentan, total como dice Clarín «todo sube 50%» por… el afán de afanar y de culpar al gobierno!
Eso, Sres, se llama: Comercio, s. Especie de transacción en que A roba a B los bienes de C, y en compensación B sustrae del bolsillo de D dinero perteneciente a E. Rayando el concepto de Pirateria y estrechamente viculado al de Finanzas.
Hay un hecho que es fácilmente observable.
1. Hay paritarias y el nivel de aumento de sueldo promedio es, digamos, 20%.
2. Lo precios de los artículos de primera necesidad comienzan a subir. El consumo no se retrae, porque la gente cobra un sueldo aumentado.
3. Cuando se acerca el momento de las próximas paritarias, el aumento promedio de esos artículos ha sido de alrededor del 20%. Y luego el ciclo vuelve a comenzar.
4. Es decir: como era de esperar, el incremento de sueldo se destina mayoritariamente al consumo de artículos de primera necesidad. Y ocurre que los supermercados, almacenes, etc. terminan recaudando el incremento pero entregando a cambio la *misma* cantidad de artículos que antes.
5. Y me quieren hacer creer que la culpa de ese proceso la tienen la emisión de dinero y el gasto público ‘populistas’.
6. (Obviamente, la explicación TAMPOCO es la incidencia de los aumentos de sueldo en los costos de los supermercados, almacenes, etc.).
Muchachos, la realidad es compleja, no se puede simplificar demasiado si se quiere que sea una explicación real. La inflación tiene muchas causas y efectos e incluso no siempre se distingue bien que es cada cosa, si causa o efecto.
El impacto de cada decisión personal – de compra o venta o de pedir aumento y/o negociarlo, etc. – en la inflación es difícil de medir, pero existe. A veces los agregados de decisiones pueden verse, caso paritarias, pero no es evidente en cuanto inciden y cuanto son causa o efecto.
Lo concreto es que la inflación tiene, sobre todo en Argentina, un componente de «memoria histórica» importante y hace saltar tapones en muchas cabezas. Y ya sabemos quienes la fomentan y porqué.
Todas estas cosas, precios internacionales, crisis ajenas y/o emisión incluida, tienen efectos que no son instantáneos, que se producen en el tiempo cada uno a su manera. Para complicarnos, vio?
Yo creo que el importador de la batería es un caradura que se monta en una ola para sacar su tajada, un turrito nada más. No puede justificar de ninguna manera ese aumento. Pero hay tipos que hacen cosas parecidas en otra escala.
Entre millones de compradores y cientos de miles de productores aparecen unos pocos cuellos de botella por donde pasan los mercados. Esos oligopolios le dicen al productor que le van a comprar y a cuanto y al consumidor que le van a vender y a cuanto.
El fenómeno de concentración de la riqueza pasa esencialmente por estos grupos que pueden hacer virtualmente lo que quieren.
El problema es que un Estado hoy en día no tiene herramientas que le permitan controlar los apetitos de estos gigantes. Las negociaciones de Moreno son poco eficaces porque el poder lo tienen ellos, aunque digan que pone una pistola sobre la mesa…
En la India hubo un movimiento importante para impedir que Carrefour y otros como Walmart entraran con sus supermercados y barriera a los almaceneros indios. Pero en Septiembre abrieron su primer «Cash & Carry» de 5.000 m2, aunque parece que establecieron alguna limitación al formato groso.
La pelea es cuesta arriba y ya sabemos que pasaría si el estado estuviera en las mismas manos que en el 90. Así que usar la cabeza y tratar de apoyar a quienes no quieren que nuestra Argentina sea un país pobre con unos pocos ultraricos conocidos.
Verdad, s. Ingeniosa mixtura de lo que es deseable y lo que es aparente. El descubrimiento de la verdad es el único propósito de la filosofía, que es la más antigua ocupación de la mente humana y tiene buenas perspectivas de seguir existiendo, cada vez, más activa, hasta el fin de los tiempos.
Y verdad es tambien que, para decirlo en criollo, algun culo va a sangrar.
Para seguir discutiendo las tesis del, ahora, estimado Canitrot (QEPD), propongo seguir con el estudio de uno de los «elementos objetivos» implicados en la «La experiencia populista de redistribucion de ingresos». In memorian a Daniel Azpiazu:
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-175718-2011-08-31.html
http://es.scribd.com/doc/55220607/EL-NUEVO-PODER-ECONOMICO-EN-LA-ARGENTINA-EN-LOS-ANOS
Juan Carlos:
Desde ya que ni intento simplificar lo complejo. Sólo trato de aportar mi observación.
Es claro que es difícil distinguir entre causas y efectos -y pueden muy bien confundirse entre sí- porque se trata de lo que en ingeniería se llama un ‘sistema de lazo cerrado’ (con realimentación o ‘feedback’), donde la ‘salida’ influye sobre la ‘entrada’. Pero de todos modos, en esos sistemas (si son estables) se ‘converge’ a un estado con una ‘salida’¡ determinada (que es distinta, claro, que si no hubiera realimentación).
Mi observación más bien simplona se refería a que parece ser que el estado al que ‘convergemos’ en estos años es el de ‘aumento de precios de artículos de primera necesidad aproximadamente igual al aumento de salarios promedio’. (Diferente a los casos históricos de espiralización de la inflación, que eran *inestables* hasta la llegada de algún ‘tratamiento de shock’ externo).
Es claro que los oferentes oligopólicos se ‘estiran’ con sus precios hasta donde el mercado les permite. Y eso no lo puede frenar Moreno.
Por eso, me pregunto si ‘la salida del laberinto por arriba’ no será en este caso la aparición de una oferta poderosa por medio de un actor que envíe señales de precios *más acordes con los costos que con el límite máximo de poder adquisitivo del mercado*.
La cadena de supermercados nacional, digamos.
Algo así como los bancos oficiales dando señales de moderación del nivel de tasas de interés al resto del sistema (no por nada el clamor de los neolib en los 90’s era terminar con el Banco Nación y el Provincia).
Es sólo una pregunta.
Raúl,
Excelente, veo que somos unos cuantos ingenieros en el barrio!
Lo que me pasa es que hay montones de tipos que creen que todo es «fácil», estoy repodrido de los que te dicen «si hicieran … se resolvería en el día la paz mundial», brutos voluntaristas que solo piensan en echarle la culpa de sus problemas a otro, el gobierno en especial.
Por eso a veces insisto con eso de la complejidad, disculpame.
Me ENCANTARIA que se pudieran armar ferias barriales, pero… es complicado, pasa por los intendentes, los vecinos, los mayoristas… posiblemente terminarían cooptandolas los super grandes.
Algo se hace con compras comunitarias en el Mercado Central, pero no es mucho, es difícil.
Abrazo,
jc
Siempre reivindico a los ingenieros e insisto en que somos un grupo humano con capacidades especiales que desea integrarse plenamente a la sociedad…
¡Saludos!
Como Alvaro Alsogaray y Alejandro Bulgheroni!!! que «grupo humano» maravillosos.
Un dia de estos les hacemos un Monumento, s. Estructura destinada a conmemorar algo que no necesita conmemoración o no puede ser conmemorado. Como dijo el poeta. “Los huesos de Agamenón son ofrecidos en espectáculo, mientras su regio monumento yace en ruinas”. Pero la fama de Agamenón no es afectada por eso. La costumbre monumentaria alcanza sus “reductiones ad absurdum” en los monumentos “a los muertos desconocidos”, que perpetúan la memoria de aquellos que no han dejado memoria.
Che Raúl, este se copó con Bierce… que tiene la posta de todo!
Haberlo sabido nos ahorrábamos tantos años de estudio!
Disculpenme si los ofendi, no era me intencion. Me referia a Alsogaray y Bulgheroni, especificamente. Pero, porque no al ingeniero desconocido (como el dia del maestro, odontologo, etc) El dia o el monumento a la cosa, entre otras, que uno es, esta siendo o ha sido.
Lo mio es pura Etnología, s. Ciencia que estudia las distintas tribus del Hombre: por ejemplo, ladrones, asaltantes,estafadores, burros, lunáticos, idiotas y etnólogos.
Saludos.
Quedate tranquilo Obscuro, todo es joda, ninguna ofensa tampoco mía. Más bien mi comentario era para Bierce, flor de amargo.
Los ingenieros, igual que los etnólogos y otros que pasamos suficiente tiempo metidos en una carrera, tenemos una deformación cerebral particular que nos hace propensos a tratar de entender y resolver «problemas», aún fuera de nuestra área específica.
Aunque también tenemos colegas que como nunca en su vida viajaron en subte, no son capaces de poner uno en marcha.
Abrazo,
jc
Muy bueno lo último… (para mí, el título lo compró).
Obscuro,
Me acordé que Alsogaray era CAPITÁN ingeniero, o sea que no había pasado por la universidad sino por la Escuela Superior Técnica del ejército!!!
Ahí también me acordé que cuando era un pichón me presentaron un tipo como ingeniero. Yo le pregunté de que rama y me contestó «Arma Submarina». Como a esa altura tenía la lengua demasiado suelta, dije «Ah! conocimientos profundos!» con lo cual me gané un enemigo para toda la vida!
Abrazo,
jc
Lurker: ¿se burla te parece?
Hola,
me parece que la situación analizada por Canitrot es bastante distinta a la actual.
Esta semana leí un articulo mucho mas general que, me parece, permite entender mejor lo que estamos viviendo: Olivera, J. H.G. “La Teoría No Monetaria De La Inflación” (1960). http://www.aleph.org.mx/jspui/handle/56789/7407
Recomiendo antes de leer y discutir este bodoque de info, leerse algo de este fantastico escritor yanqui que nos regalo su «Diccionario del diablo», antes de perderse en la Revolucion Mexicana: http://edu.mec.gub.uy/biblioteca_digital/libros/B/Bierce,%20Ambrose%20-%20Diccionario%20del%20diablo.pdf
Algunas definiciones:
Academia, s. Escuela antigua donde se enseñaba moral y filosofía. Escuela moderna donde se enseña el futbol.
Accidente, s. Acontecimiento inevitable debido a la acción de leyes naturales inmutables.
Acreedor, s. Miembro de una tribu de salvajes que viven más allá del estrecho de las Finanzas; son muy temidos por sus devastadoras incursiones.
Administración, s. En política, ingeniosa abstracción destinada a recibir las bofetadas o puntapiés que merecen el primer ministro o el presidente. Hombre de paja a prueba de huevos podridos y rechiflas.
Alianza, s. En política internacional la unión de dos ladrones cada uno de los cuales ha metido tanto la mano en el bolsillo del otro que no pueden separarse para robar a un tercero.
Benefactor, s. Dícese del que compra grandes cantidades de ingratitud, sin modificar la cotización de este artículo, que sigue al alcance de todos.
Cagatintas, s. Funcionario útil que con frecuencia dirige un periódico. En esta función está estrechamente ligado al chantajista por el vínculo de la ocasional identidad; en realidad el cagatintas no es más que el chantajista bajo otro aspecto, aunque este último aparece a menudo como una especie independiente. El cagatintismo es más despreciable que el chantaje, así como el estafador es más despreciable que el asaltante de caminos.
Capital, s. Sede del desgobierno. Lo que provee el fuego, la olla, la cena, la mesa, el cuchillo y el tenedor al anarquista, quien sólo contribuye con la desgracia antes de la comida.
Comercio, s. Especie de transacción en que A roba a B los bienes de C, y en compensación B sustrae del bolsillo de D dinero perteneciente a E.
Conservador, adj. Dícese del estadista enamorado de los males existentes, por oposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros.
Dinero, s. Bien que no nos sirve de nada hasta que nos separamos de él. Indicio de cultura y pasaporte para una sociedad elegante. Posesión soportable.
Economía, s. Compra del barril de whisky que no se necesita por el precio de la vaca que no se tiene.
Elector, s. El que goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros.
Emancipación, s. Cambio por el que un esclavo trueca la tiranía de otro por el propio despotismo.
Finanzas, s. Arte o ciencia de administrar ingresos y recursos para la mayor conveniencia del administrador.
Futuro, s. Época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad
está asegurada.
Gobierno monárquico, s. Gobierno.
Historia, s. Relato casi siempre falso de hechos casi siempre nimios producidos por gobernantes casi siempre pillos o por militares casi siempre necios.
Historiador, s. Chismoso de trocha ancha.
Ineficaz, adj. Dícese de lo que no está calculado para favorecer nuestros intereses.
Ingrato, s. El que recibe un beneficio de otro, o es objeto de una caridad cualquiera.
Ladrón, s. Comerciante candoroso. Se cuenta de Voltaire que una noche se alojó, con algunos compañeros de viaje, en una posada del camino. Después de cenar, empezaron a contar historias de ladrones. Cuando le llegó el turno a Voltaire dijo:—Hubo una vez un Recaudador General de Impuestos —y se calló. Como los demás lo alentaron a proseguir, añadió:—Ese es el cuento.
Libertad, s. Uno de los bienes más preciosos de la Imaginación, que permite eludir cinco o seis entre los infinitos métodos de coerción con que se ejerce la autoridad. Condición política de la que cada nación cree tener un virtual monopolio. Independencia. La distinción entre libertad e independencia es más bien vaga, los naturalistas no han encontrado especímenes vivos de ninguna de las dos.
Malthusiano, adj. Relativo a Malthus y sus doctrinas. Malthus creía en la necesidad de limitar artificialmente la población, pero descubrió que eso no podía hacerse hablando. Uno de los exponentes más prácticos del malthusianismo fue Herodes de Judea, aunque todos los militares famosos han participado de esas ideas.
Maniqueísmo, s. Antigua doctrina persa según la cual hay guerra incesante entre el Bien y el Mal. Cuando el Bien abandonó la lucha, los persas se pasaron a la oposición victoriosa.
Occidente, s. Parte del mundo situada al oeste (o al este) de Oriente. Está habitada principalmente por Cristianos, poderosa subtribu de los Hipócritas, cuyas principales industrias son el asesinato y la estafa, que disfrazan con los nombres de “guerra” y “comercio”. Esas son también las principales industrias de Oriente.
Piratería, s. Comercio sin los pañales de la fantasía, tal como Dios lo hizo.
Pobreza, s. Lima para que claven los dientes las ratas de la reforma. El número de planes para abolirla iguala al de reformadores que la padecen más el de filósofos que la ignoran. Sus víctimas se distinguen por la posesión de todas las virtudes, y por su fe en líderes que quieren conducirlas a una prosperidad donde creen que esas virtudes son desconocidas.
Policía, s. Fuerza armada destinada a asegurar la protección al expolio.
Política, s. Conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.
Político, s. Anguila en el fango primigenio sobre el que se erige la superestructura de la sociedad organizada. Cuando agita la cola, suele confundirse y creer que tiembla el edificio. Comparado con el estadista, padece la desventaja de estar vivo.
Positivismo, s. Filosofía que niega nuestro conocimiento de lo Real y afirma nuestra ignorancia de lo Aparente. Su exponente más largo es Comte; el más ancho, Mill, y el más espeso, Spencer.
Precio, s. Valor más una suma razonable por el desgaste que sufre la conciencia al exigirlo.
Propiedad, s. Cualquier cosa material, sin valor particular, que pueda ser defendida por A contra la avidez de B. Todo lo que satisface la fiebre de posesión en unos y la defrauda en los demás. Objeto de la breve rapacidad del hombre, y de su larga indiferencia.
Racional, adj. Desprovisto de ilusiones, salvo las que nacen de la observación, la experiencia y la reflexión.
Radicalismo, s. El conservadorismo de mañana inyectado en los negocios de hoy.
Rapacidad, s. Previsión sin industria. Poder ejercido económicamente.
Realidad, s. El sueño de un filósofo loco. Lo que queda en el filtro cuando se filtra un fantasma. El núcleo de un vacío.
Realmente, adv. Aparentemente, quizá; posiblemente.
Reconciliación, s. Suspensión de hostilidades. Tregua armada para desenterrar a los muertos.
Reportero, s. Periodista que a fuerza de suposiciones se abre un camino hasta la verdad, y la dispersa en una tempestad de palabras.
República, s. Nación en que, siendo la cosa que gobierna y la cosa gobernada, una misma, sólo hay autoridad consentida para imponer una obediencia optativa. En una república, el orden se funda en la costumbre, cada vez más débil, de obedecer, heredada de nuestros antepasados que cuando eran realmente gobernados se sometían porque no tenían otro remedio. Hay tantas clases de repúblicas como grados entre el despotismo de donde provienen y la anarquía adonde conducen.
República, s. Entidad administrativa manejada por una incalculable multitud de parásitos políticos, lógicamente activos pero fortuitamente eficaces.
Revolución, s. En política, abrupto cambio en la forma de desgobierno. Específicamente, en historia norteamericana, reemplazo de un Ministerio por una Administración, que permitió que el bienestar y la felicidad del pueblo progresara media pulgada por lo menos. Las revoluciones vienen generalmente acompañadas de una considerable efusión de sangre, pero se estima que valen la pena, sobre todo para aquellos beneficiarios cuya sangre no corrió peligro de ser derramada. La revolución francesa es de indudable valor para el socialista de hoy: cuando tira los hilos que mueven su esqueleto, sus gestos infunden un terror indecible a los sangrientos tiranos sospechados de fomentar la ley y el orden.
Saquear, v.t. Tomar la propiedad de otro sin observar las reticencias decentes y acostumbradas del robo. Efectuar un cambio de propiedad con la cándida concomitancia de una banda militar. Apoderarse de los bienes de A y B, mientras C lamenta la oportunidad perdida.
Trabajo, s. Uno de los procesos por los que A adquiere bienes para B.
Urbanidad, s. La forma más aceptable de la hipocresía. Especie de cortesía que los observadores urbanos atribuyen a los habitantes de todas las ciudades, menos Nueva York. Su expresión más común consiste en la frase “usted perdone”; no es incompatible con el desprecio de los derechos ajenos.
Verdad, s. Ingeniosa mixtura de lo que es deseable y lo que es aparente. El descubrimiento de la verdad es el único propósito de la filosofía, que es la más antigua ocupación de la mente humana y tiene buenas perspectivas de seguir existiendo, cada vez, más activa, hasta el fin de los tiempos.
Voto, s. Instrumento y símbolo de la facultad del hombre libre de hacer de si mismo un tonto y de su país una ruina.
Wall Street, s. Símbolo de pecado expuesto a la execración de todos los demonios. Que Wall Street sea una cueva de ladrones, es una creencia con que todo ladrón fracasado sustituye su esperanza de ir al cielo.
que lindo lo del voto¿no?…pocas veces encontre algo tan antidemocratico…
Isabel: creo que la idea de este texto es no leerlo en forma tan literal.
No, no. Hay que leerlo en forma literal (pero en clave irónica). Bierce fue un eterno pesimista que descreía de todos y de todas.
Por ejemplo, se reiría de tanto progre que habla de 54% que conmina a formar un partido y ganar elecciones… pero que va a Cuba a chupamediar al asesino de Castro.
Sí, hablo de la bipolar de Cris.
Absurdo, s. Declaración de fe en manifiesta contradicción con nuestras opiniones. Adj. Cada uno de los reproches que se hacen a este excelente diccionario.
Para los que como yo tocan de oído en temas económicos y no se sienten atraídos por los festivales de Scioli, aquí va otra lectura de verano absolutamente gratis (ojo que muerde):
http://www.degregorio.cl
Batalla, s. Método de desatar con los dientes un nudo político que no pudo desatarse con la lengua.
Relea a Bierce…
Saludos
Parece escrito esta mañana…..
Y pasaron 40 años. Viste que el kirchnerismo retrasa?
¿eh?
De paso, ahora que Darin arrugó. Alguno de Uds. me explica el incremento patrimonial de la Presi?
Gracias
yo pensaba que vos y tus amigos recalcitrantes andaban por aca explicandonos permanentemente esos incrementos a nosotros….
La tesis de Canitrot cae en un materialismo metafisico, aunque no por ello, fue menos consciente de la densidad y complejidad de los hechos economicos y sociales que le toco vivir. ¿Que es lo objetivo?, según Canitrot «si el retroceso que siguió a las experiencias populistas de redistribución se debe a la acción deliberada de grupos de intereses que reaccionan ante la pérdida de sus prerrogativas económicas y de poder, tesis que favorecen tanto peronistas como radicales; o a las propias características de esas experiencias que engendran, al ponerse en marcha, los elementos objetivos que han de ponerles fin”.
Simplificandolo, claro, los sujetos no son actores de si mismo diria la tesis de Canitrot, o lo son en tanto y en cuanto engendran una objetividad que los supera, que estaria por encima de ellos (y que estaria contenido en todo el entramado conceptual que utiliza el economista para percibir la realidad, o para intentar objetivarla). Cual seria la objecion?
Sres Politicos, Economistas, Ingenieros, Filosofos, etc, el hombre de la calle sabe mas que ustedes, y lo dice mejor. Por eso el papel del intelectual ya no consiste en ser agentes de conciencia o de colocarse adelante, sino luchar contra las formas de poder en su campo, en su elemento, alli donde estan posicionados con los instrumentos y herramientas que posean.
Que opongo a esta tesis? es determinista y reducccionista, porque fija y reduce la naturaleza humana, social y politico-economica a supuestas leyes naturales y/o estructurales que son independientes de la praxis humana y social misma.
En este sentido es mas interesante el analisis de Basualdo, es mas completo y sintetico. Principalmente su concepto de regimen de acumulacion articulado con el de bloque de poder (tomado de Gramcsi y Poulantzas, ademas de una larga tradicion de peronismo revolucionario y no tanto de bolsillo vio!): «Tanto la regularidad en el comportamiento de las variables económicas como el orden de prelación de las mismas en los dos sentidos apuntados más arriba, están asociadas a una determinada, estructura económica que si bien expresa los avances tecnológicos y de los proceso productivos, todos ellos finalmente se aplican como resultado de las luchas sociales que se entablaron entre el capital y el trabajo e involucran a las diferentes fracciones del capital y los distintos estratos sociales dentro de los trabajadores. Cabe señalar que las fracciones del capital no aluden necesariamente a sectores de actividad económica sino que dentro de los capitales más poderosos predominan los grupos o conglomerados económicos, tanto de capital local como extranjero, que controlan múltiples firmas que actúan en diversas actividades económicas (industria, agro, finanzas,servicios, etc.). Por el contrario, los estratos dentro de la clase trabajadora están vinculados a las características sectoriales (dinamismo, importancia en la estructura económica, niveles de productividad, etc.). En este contexto, es ineludible mencionar que cada patrón o régimen de acumulación de capital es conducido por un bloque de poder específico que articula distintas fracciones del capital».
La pregunta es: ¿Como le van a poner el cascabel al Gato?
comparto el comentario. sobre todo cuando apuntas al «determinismo».
y comparto la ultima y fundamental pregunta: ¿como se hace?
no veo ni entiendo las formas de luchar dentro del campo propio sin tomar conciencia ni ponerse adelante de la realidad que solo vive el hombre de la calle.Deben ser los politicos,con sus estrategias,quienes le pongan el cascabel al gato,estableciendo ´prioridades y avances graduales y sectoriales…
Las relaciones politicas son relaciones sociales de poder cotidianas y sistematicas, como diria Foucault el poder nos atraviesa (padres/hijos; mujeres/hombres; heterosexuales/homosexuales, trans, les; rico/pobres; etc, etc). A eso me referia con la oposicion entre hombre o mujer de la calle vs el intelectual o especialistas, porque las relaciones de poder en la teoria-practica son mucho mas parciales y fragmentadas, y actuan tanto a niveles globales como locales. Que no hacen falta mucha explicacion, sino estar situados.
Todos intelectualizamos, ejercemos y/o padecemos el poder de alguna manera. Claro que no todos tenemos la misma responsabilidades, ni localizacion, ni posicion politica, socio-economica o ideologica. Por lo mismo no hace falta arrogarse un titulo universitario para opinar (no lo dije por ud). Pero viene al caso, porque tampoco hace falta arrogarse el titulo de politico para hacer politica o intervenir politicamente. Porque las personas que actuan y luchan cotidianamente, contra las diversas formas de opresion, no lo hacen solo cada cuatro años, y no estan representados solo en el congreso y el ejecutivo, sino en una serie compleja de instituciones, sindicatos, movimientos, redes sociales, etc.
En este contexto, el poder de las vanguardias intelectuales y politicas es relativo, en parte por esta fragmentacion del poder y sus efectos de verdad. Pero tambien porque estan inmersas en estas contradicciones, y son grupos de poder en si mismo. Asi los funcionarios publicos, elegidos o no, son un grupo de poder que maneja las riendas del estado (o de los estados) y no pocos son tambien empresarios. Es decir son burocracias de estado al servicio del capital, o empresarios con inquietudes politicas.
En todo caso, seria mas interesante si estas supuestas vanguardias actuaran como enlace ideologico de las fuerzas sociales progresistas. Pero no lo puede hacer, precisamente, poque son incapaces de formular una critica al Estado y al Capitalismo. Quien explota? Quien se beneficia? Y quien realmente gobierna?
Como ya lo repeti, el poder es una contruccion social que implica un conjunto complejo de relaciones (culturales, economicas, politicas, sexuales, etc). Es praxis-critica reconocer que hay contradiciones fundamentales: el patriarcado, el racismo, la explotacion economica del hombre sobre el hombre y la naturaleza, la dominacion de pequeños grupos de personas sobre pueblos enteros. Desde este punto de vista, toda tendencia politica o gobierno, que exprese un programa emacipatorio sobre estos puntos centrales, pueden llegar a formar y dar forma a un proceso de cambios economico, politico y humanxs mas profundo. Creo que el kirchenrismo expresa en parte este programa, y en parte deja mucho por soñar, por criticar y transformar.
Gracias por compartirnos tan buenos textos, un saludo.