¿Mauricio es Fernando?

Hace más de un año, Maria Esperanza, hablando de Mauricio Macri en esta nota, decía: «De alguna manera es la estrategia Chance Gardiner. Como Peter Sellers en la película, hay que dar bien en la foto y hablar con cuidadas vaguedades «no ideológicas», en frases cortas y adecuadas para la televisión. Ayuda si uno no viene de un puesto de gestión pública, si uno «no es un político», ya que así no hay un historial con el cual comparar.(Por supuesto, no hubo candidato «vacío» más eficaz que Fernando de La Rua. ¡Qué bien quedaba con la campera de cuero!)»

Aquí, en Pagina 12 de ayer, luego de nueve meses de la asunción de Macri, Roberto Navarro se pregunta, ¿y dónde está el gerente? «A pesar de los múltiples reclamos de los alumnos porteños por falta de gas y por el mal estado edilicio de las instituciones educativas, en los primeros seis meses de 2008 Mauricio Macri sólo ejecutó el 6 por ciento del presupuesto que estaba asignado a construcción de escuelas y el 9 por ciento del de reparaciones y equipos. Lo mismo ocurrió con la construcción de hospitales y centros de salud, rubro en los que la ejecución del primer semestre tampoco superó el 6 por ciento.»

Creo que buena parte de las dificultades de gestión que enfrenta Macri, se resumen en el siguiente párrafo de la nota: «La subejecución del presupuesto de gastos de capital se da en todos los rubros: en ningún caso supera el 30 por ciento. Ni siquiera hubo un mayor esfuerzo en los casos más visibles para la sociedad, como el del transporte. Los embotellamientos de tránsito son uno de los mayores problemas de la ciudad. En lo que va de su gestión, la administración macrista realizó distintos intentos de reordenamiento de tránsito, como cuando propuso aumentar el precio del peaje de la autopista Illia y terminó desechando la idea por falta de consenso. O más tarde, cuando dispuso el uso de los carriles exclusivos sólo para taxis libres de pasajeros y para colectivos y terminó volviendo sobre sus pasos luego de una huelga de taxistas.»

Seguramente muchos de los que no queríamos verlo Jefe de Gobierno, esperábamos de él medidas que favorecieran al capital y perjudicaran a las mayorías. Sin embargo, no debían ser muchos los que esperaban semejante ausencia de gestión. A pocos meses de asumir renunció a sus promesas respecto de los subtes, en el tema seguridad dice tener las manos atadas, ante las huelgas docentes solo atina a decir que no tiene más presupuesto. Las propagandas actuales del Gobierno de la Ciudad, se centran casi exclusivamente en los baches reparados. ¿A eso se reducía gestionar?

Quienes pretenden invisibilizarse para ofrecer mayores dificultades como blanco de posibles ataques, pueden hacer esto con relativa eficacia mientras se encuentran en la oposición. Pero para gestionar, justamente, es necesario actuar, con las dificultades que eso conlleva. Ya no es tan fácil hablar de diálogo y consenso, hay que demostrar qué significa eso. En este sentido, algunos de sus problemas ponen en evidencia el absoluto vacío de sus palabras, es significativo que no logre poner de acuerdo a colectiveros y taxistas sobre una simple ley de transito. Al actuar, se hace necesario quedar bien con unos y mal con otros. Seguramente Macri debe pensar que si ejecuta contra viento y marea las acciones que él prefiere (el recorte de becas, por ejemplo), después no lo votará más que una minoría, tendrá finalmente los votantes que podía tener la UCD.

Por eso, para alguien como él, que aspira a la presidencia, no le queda más que tratar de pasar desapercibido. Sin embargo, luego de la experiencia De la Rua, eso no es tan fácil en Argentina. Luego de cuatro años sin demasiados sobresaltos, con Menem como blanco de las críticas, De la Rua se convirtió en el perfecto candidato vacío , listo para ocupar la presidencia. Cargo que ejerció durante dos penosos años, mostrando que hasta ese momento no había escondido nada. Dos años signados, precisamente, por el vacío político. ¿Habremos aprendido algo de aquella experiencia?

Creo que llegó la hora de preguntarse, ¿Mauricio, es Fernando?

7 comentarios en «¿Mauricio es Fernando?»

  1. Muy buen post Sergio. Y para los que no se enteraron hay que recordarles que Macri gobierna HOY. Esta no es una formalidad previa a gobernar «denserio» en el 2011 sino que por más que se refiera a la CABA como «colapsada» «caótica» o demás adjetivos terribles es su responsabilidad, su gente y su gobierno.

    Saludos.

  2. Yo digo que sí, que es un Fernando. Qué loco venir machacando con el discurso de la gestión pura, técnica, llegar al gobierno de la mano de ese discurso…y ni siquiera gestionar un carajo.

    Saludos, muy buen post

  3. Sergio, muy bueno el post!
    El problema para nosotros, como decimos hoy en BAndoneón.blogspot.com, es que siempre en la Ciudad la disputa y contradicción principal es nacional. Mientras Macri se siga parando como espejo-negativo del gobierno nacional puede seguir navegando con bandera de boludo.
    Saludos

  4. Es chupete con antonito, aito, baylac-Larreta y toda la caterba de tecnicos gestores,maestros en los discursos tecnicos vacios, dicho sea de paso ese discurso se lo trago el 60% del electorado porteño,Ja!Muy bueno el post!

  5. Gracias a todos, Néstor, Mendieta, Tomás, Juan Cruz y Sabino. Es cierto que en la Ciudad parece que puede pasar desapercibido, sobre todo si lo ayudan los medios, pero igual va a tener que hacer algo, si sigue así creo que le van a empezar a llover las críticas de todos lados.

  6. Sí, a eso se reduce gestionar, a tapar baches.

    Ya lo dice la última Barcelona:

    Macri cree que puede ser presidenciable en 2011: «Estoy capacitado para terminar con los baches de todo el país».

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