Pensando en los alinemientos (después de la tormenta)

Suele decirse que las derrotas son pedagógicas, porque implican la constante repregunta y reflexión acerca de la propia práctica (en este caso) política.

Hace rato que venimos pensando la siguiente afirmación: el conflicto con el campo es el hecho político más relevante que vive la Argentina desde diciembre de 2001. ¿Por qué? A nuestro juicio arriesgamos tres rasgos:

 

  1. es la primera «crisis» política que vive el partido en el gobierno desde 2003
  2. se ha producido un escenario de polarización política y social sumamente elevado, lo cual como consecuencia
  3. ha traído consigo un alto grado de movilización social en ambos «bandos»

De ahí que sea necesario intentar conocer sus determinaciones de la forma más acabada posible. ¿Cuáles son las fuerzas que se enfrentan? ¿De que forma se componen social y políticamente? ¿Estas fuerzas tienen carácter coyuntural o se constituirán en potenciales oponentes para disputarse el poder de gobierno (cabe aclarar que lo que planteamos, no supone de forma necesaria un escenario de violencia o choques callejeros, sino que podría procesarse a través del sistema institucional)?

Ya habíamos planteado acá y acá, algunas cuestiones referidas al problema de los alineamientos sociales y políticos en la Argentina “actual”. Todos estos problemas surgen (al menos así nos surgieron a nosotros) en relación a la emergencia de un movimiento de oposición al gobierno de una magnitud impensada hacia fines del año pasado: el conflicto agrario. Ya deliramos un poco al respecto acá y acá.

Lo que vamos a intentar ahora es relacionar esos resultados electorales de forma “directa” con el conflicto agrario. Vamos a intentar correlacionar la presencia de cortes de ruta realizados en el marco del conflicto del campo y el voto a Cristina Kirchner. La idea es explorar en que medida el conflicto con el campo estaría vinculado a las fuerzas que sustentaron a cada uno de los candidatos. O planteado en otros términos: en que medida la disposición de fuerzas sociales que se dio en las elecciones de 2007 se estaría “reproduciendo” en el conflicto con el campo. Planteado en forma de hipótesis: el conflicto agrario está reproduciendo la disposición de fuerzas sociales que se dio en octubre de 2007.

Mostramos, entonces el siguiente gráfico y su correspondiente gráfico:

 

 

 

 

Utilizando estos indicadores resulta mucho más clara la asociación que planteábamos. A medida que aumenta el voto a Cristina Kirchner, disminuye la proporción de departamentos que presentan cortes de ruta. Así entre los departamentos de nivel alto de voto a Cristina apenas el 5,1% presentaron cortes de ruta. Esta proporción aumenta al 32% entre aquellos departamentos con nivel medio de voto a Cristina K. Ahora, entre los departamentos con menores niveles de voto al gobierno en 2007, la proporción de cortes es sumamente superior, llegando a 53%.

Estos valores son estadísticamente significativos a un nivel de significación de p=0,0001. Chi cuadrado da un valor de 73, razón por la cual se rechaza la hipótesis nula. Visto desde algunos coeficientes de asociación, se observan valores que muestran la existencia de asociación, y que resultan también estadísticamente significativos: V de Cramer = 0,401; Gama = -6,96. Este último resulta interesante porque al ser un coeficiente no simétrico, está indicando la presencia de una relación negativa entre las dos variables.

Conclusiones provisorias: como de costumbre, pecamos de cautelosos. No nos gusta irnos a boquear más allá de los datos. Pero cada vez estamos más envalentonados con la idea de que estamos arribando a un escenario de polarización social y política. Estos datos y estos parecen ir a la idea de que en las elecciones de 2007 se fueron conformando dos alineamientos sociales y políticos de carácter y con un contenido social “contrapuesto”. Por un lado: el gobierno, sectores “populares” y fracciones de clase media (y obviamente, algunos otros sectores que por cuestiones “técnico- metodológicas” no llegamos a captar). Por otro, el “campo” (recordemos esto y esto: medianos productores altamente capitalizados, junto con grandes productores, principalmente sojeros), la oposición política al gobierno, fracciones de clases altas y media (y otros sectores que no logramos captar).

A su vez, los datos que presentamos acá parecen mostrar que estos alineamientos parecen estar reproduciéndose (al menos de manera parcial) en el conflicto con el agro. Es decir que las dos fuerzas sociales que se enfrentaron en octubre de 2007, vuelven a protagonizar otro enfrentamiento, ahora ya no en el terreno electoral sino en la calle. Ahora bien, un escenario de polarización no implica necesariamente una resolución violenta del conflicto ni un golpe de estado. Habrá que ver que pasa.

Como de costumbre, si quieren ver con más detalle los cuadros y algunas cuestiones metodológicas, pasen por acá.

8 comentarios en «Pensando en los alinemientos (después de la tormenta)»

  1. Muy buen laburo. Luego leeré este riguroso post con el tiempo adecuado.

    Lo decis de la polarización fue claro en las semanas previas a la elección de octubre. Carrio avanzaba por el espanto que provocaba Cristi a ciertos sectores y ciertos sectores definían su voto a Cristina por el espanto que provocaba una Carrio derechizada.

    Una pregunta rápida: ¿Entonces, según vos, es estadísticamente incierto que Cristina perdió el apoyo de sus votantes por las retenciones móviles como dice Carrio?

  2. No creo que valga la pena hacer esos estudios estadísticos, pero me parece, Cresto, que los hiciste o buscaste con la idea de justificar, a priori, tu teoría. Spongo que te has hecho un trabajo muy valedero y intenso. No emito opinión sobre la correlación encontrada porque para ello habría que dedicar mucho tiemp a su revisión.
    Quisiera defender los intereses ciudadanos pues soy uno de ellos y no tengo partido. El famoso test me da como izquierdista y libertario, ambos al 30%. Creo que nuestro interés en este asunto es tener un país mejor para todos. Para eso creo que debemos: aceptar una argentina para todos, que funcione bien el Congreso, que tengamos una mejor representación popular, que el gobierno debe mejorar la división de poderes y no acapararlo tanto, no deben usar el dinero de la nación para hacer política partidaria. Debemos luchar contra los vivos que quieren vivir del trabajo ajeno, desterrar los fanatismos, discutir los problemas a fondo, crear políticas de Estado, no de gobierno, estables y construidas con mucho pueblo. ¿Que más? No preocuparse de la política que desune sino buscar lo que une. un abrazo, Horacio

  3. Américo: es complicado. La idea era comparar dos terrenos de enfrentamiento: el electoral y el «callejero», digamos. Yo no me animaría a decir que ganó o perdió apoyo «electoral» después del conflicto. Esto porque se trata, justamente, de dos campos de enfrentamiento «distintos» y no comparables, con reglas de juego distintas . Lo que sí me parece y parece surgir es que las fuerzas que se enfrentan en uno y otro son las mismas (o al menos, muy similares). El razonmiento es este: a) en el terreno electoral se enfrentan las fuerzas A y B con tales y tales características; b) en el conflicto agrario se enfrentan las fuerzas A y B con tales y tales características; c) parecen conformarse dos fuerzas sociales que no son «coyunturales»; d) habrá que ver en próximos enfrentamientos (por ejemplo, las elecciones del año que viene) como se disponen esas fuerzas.

    Conserje: ¿cuál sería mi teoría a priori? Si estás hablando de una posición política, es cierto que la tengo. Pero esta no tiene nada que ver con la construcción de los datos. O tiene que ver, pero no la opaca. Los datos están ahí. Si la correlación existe, existe. Quizás haya variables o relaciones que no consideré. En fin…

  4. Lo que importa es que proporcion del electorado rural del pais esta en las zonas donde hubo mas cortes de rutas.

  5. Lo que yo veo entre allegados y conocidos, es que en el 90% de los casos, la crítica feroz al gobierno proviene de quienes no la votaron ni la votarían nunca. También encuentro que muchos que no la votamos, ahora lo haríamos. No sé que deparará el futuro, pero la sensación en muchos de nosotros (que no estuvimos con el campo), es que estamos condenados al silencio: que nadie opina, piensa, siente, vota como nosotros. Pero no sé hasta dónde eso se corresponde con lo que verdaderamente pasa (por estas cosas de los medios y etc.).

  6. Guillermo: para lo que comentas te remito al siguiente posts de Andy Tow (si bien se refiere solo a la provincia de Bs. As.:

    [/link]http://towsa.com/wordpress/2008/03/23/el-voto-del- campo/#more-10[/link]

    Te cito de ambos dos parrafitos jugosos:

    «Los resultados muestran que a medida que aumenta el peso del campo por conglomerado, el voto a Cristina K se reduce y aumenta el voto a Carrió, Lavagna y Rodríguez Saa. (…) Esto sugiere que el apoyo político al Poder Ejecutivo nacional tiende a ser más reducido en aquellas zonas donde la importancia del campo es mayor.»

    Indignado: eso que decís del 90% que no la votó ni la votaría, y que está en contra del gobierno, es lo mismo que percibía yo. Lo que intenté fué generar un observable un poco más abarcativo que esa impresión general. Pero esa impresión apunta hacia lo que yo digo: que se conforman dos fuerzas políticas y sociales y que no son coyunturales.

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