Progresismo K y el Dilema del Poder Real

» Del triunfo peronista (del 45) surgía una enseñanza bien cristalina: las ideologías no expresaban las necesidades del país, ni los términos de las contradicciones fundamentales. Eran expresiones del pensar «culto», donde «izquierda y derecha» aparecían como categorías del pensamiento y no como pautas de conductas divergentes. O sea, que la «izquierda» era también un epifenómeno del movimiento ideológico europeo, sin haberse conectado con la convulsión de las capas humildes que asomaban a la vida política rebelándose contra el statu quo vigente. El «izquierdismo» podía entonces ser retrógrado, y algunas posiciones de «derecha», progresistas.»

John William Cooke, Aportes a la Crítica del Reformismo en la Argentina, 1961.

Para la coyuntura me pongo ortodoxo y digo: el progresismo K se equivoca.

No están en condiciones de «vaciarle la plaza» a nadie y se quejan de la «derechización y pejotización» acelerada del peronismo kirchnerista.

Es notable como estas afirmaciones que hacen los libres del sur y los barrios de pie se originan en la inadecuada interpretación de lo que el peronismo es efectiva y realmente. ¿ Qué cantidad de poder acumulado tienen como para hacer tamaño desafío? Debe ser mucho: cuando uno amenaza romper, es porque gana más de lo que pierde, busca causar un daño que obligue a negociar políticamente.

Pensar todavía que el kirchnerismo puede armar algo prescindiendo del Partido Justicialista es un cuento del género fantástico, y repiquetear con el discurso de la corruptela y el clientelismo del PJ es parte de una retórica perezosa y que a muchos les viene cómodo para no esforzarse en una disputa política dentro del peronismo.

El progresismo y los movimientos sociales siguen sin resolver en que lugar del escenario situarse respecto del peronismo partidario, y ésto hace que no puedan avanzar en la construcción de poder real: movilizan, articulan mínimamente con los sectores populares, pero no detentan poder político sobre el cual respaldarse. Deberían afiliarse al PJ, pedir internas, disputar poder dentro de los canales orgánicos. Pero no: eso es muy difícil, «ellos» te pasan por arriba, hay que laburar mucho. Mejor rosquear unos cargos a nivel superestructural, colar en alguna lista, y se acabó el problema.

Pero el problema de construir poder sigue sin resolverse.

El progresismo K no puede concebir que la pelea para alcanzar poder político deba darse dentro del Partido Justicialista. Cuando se sincere esta realidad, se habrá dado el primer paso.

De nada vale lanzar imprecaciones y lamentos, «decepcionarse» de que los Kirchner no opten definitivamente por ellos y en cambio lo hagan por los «impresentables del PJ». La lectura de la cuestión en términos de buenos y malos es errada, porque soslaya la real incidencia de poder de unos y otros, que es lo que define las decisiones políticas. En ese orden de análisis podemos escuchar decir a Kirchner que hay que devolverle los seis puntos de coparticipación a la Provincia de Buenos Aires.

Junto al dilema del PJ, al progresismo K se le agrega otro que hasta el momento no estaba presente: las dilaciones y dudas entre apoyar o no.

Un sindrome progresista de vieja data, que ahora estaría atacando a los aliados del peronismo kirchnerista, hasta ahora inmunes a la enfermedad del retaceo.

Sucede que en este ámbito también el PJ tiene las de ganar: un envidiable cierre de filas en apoyo a quién conduce, aún cuando se tengan severas diferencias politicas o ideológicas. ¿ O vamos a pensar que todos los intendentes y gobernadores que los apoyan comparten » coincidencias ideológicas» con Néstor y Cristina Kirchner?. No en vano la lealtad es el más alto valor reconocido históricamente por la militancia peronista: donde hubo fuego, cenizas quedan.

El apoyo de los aliados progresistas sería retaceado por el pago al Club de París y la apertura del canje de bonos; estas decisiones gubernamentales evidenciarían una derechización inadmisible y serían la condición suficiente (¿ o necesaria?) para ensayar un distanciamiento.

Más allá de la valoración política que puedan hacerse de estas medidas (yo no estoy de acuerdo con el canje de bonos), difícilmente alcancen para dar una definición ideológica tan tajante; principalmente porque todavía no se saben los efectos de esas medidas, y más fundamentalmente porque no se pueden pensar aisladamente; más aun si consideramos como una cualidad de este gobierno su encantadora tendencia a la imprevisibilidad.

Con el peronismo la cosa no es siempre blanco o negro, y ésto es algo que muchos no entienden. La valoración desde perspectivas derecha-izquierda no siempre es la más adecuada para analizar las acciones del peronismo. La historia está allí (trágicamente) para documentarlo.

El progresismo K y los movimientos sociales deben comprender que sólo construyendo poder político real (obteniendo intendencias y gobernaciones) recibirán la divina bendición final de Cristina Fernández y Néstor Kirchner; ello se logra planteando una estratégica competencia dentro de las estructuras del Partido Peronista y de la CGT. Se trata de un sudoroso trabajo militante de base, de comerse sapos, de perder a veces y ganar otras.

Negociando cargos aislados en ejecutivos nacionales y provinciales, y apiñando gente en las listas a cargos legislativos ( listas que son, paradójicamente, las del PJ) no se gana poder; tampoco haciendo recorridos declaratorios por redacciones y canales de TV. La historia reciente (ahora ridículamente) está para documentarlo.

No suelo ver a Francisco «Barba»Gutierrez, a Ishii, a Bruera o a Hugo Curto (sólo por citar al azar y sin hacer valoraciones ideológicas, como nos dijo el Bebe Cooke) en medios periodísticos.

El poder político, todavía, se gana (y se pierde) en el terreno.

15 comentarios en «Progresismo K y el Dilema del Poder Real»

  1. Que se gana desde la base estoy de acuerdo. Que kirchnerismo=peronismo, ni ahí. Porque en ese orden de ideas, qué serían Menem, RSaá, etc? Si soy kirchnerista antimenemista, qué soy?

    Por el contrario, me parece fantástico que el ala derecha (en buena hora) perdida se sustituya con algo diferente por izquierda. Y que «éso» que resulte, se llame como quiera.

    La misma botella se ha usado tantas veces para contener aceite, vinagre, detergente, tapioca, etc. que no es momento para cuestionar al nombre, aunque el contenido puede ser (o no) objetable.

    Pero ojo al piojo, si perdiste el ala derecha, tratá de no perder también el ala izquierda, tenga el nombre que tenga. Y si te zarpás, empieza a crujir también esta otra. Hoy es el Tuma, mañana…?

  2. Eduardo: Acá el problema y el debate central me parece que pasa por definir qué rol quieren jugar los sectores progresistas populares no justicialistas a futuro. Hay una contradicción flagrante en libres del sur y otros: dicen que el PJ es un desastre pero acumulan cargos yendo en sus listas. Acá hay un problema de construcción política grave, porque no se quieren jugar a entrar al PJ y hacer la depuración desde adentro (si es que la quieren hacer).

    Que hoy la conducción del PJ esté en manos de Kirchner es una oportunidad fabulosa que no se debe desaprovechar, porque existe una necesidad de que el peronismo vuelva a pensarse como movimiento popular y no un simple partido de masas como es hoy. Persico decidió jugar por adentro, y no me parece una jugada desacertada. El poder político real se construye trajando junto a los sectores populares: ahí hoy sólo está el PJ. Por eso para mí la lucha es dentro del peronismo, sin desdeñar los apoyos progresistas por afuera que son valiosos, pero no definitorios para la construcción de poder.

    Si el kirchnerismo se desperoniza (en el buen e historico sentido de la palabra)tiene todas las de perder y terminar como clon del Frepaso. El kirchnerismo en la conducción del PJ abre la posibilidad inmensa de repensar al peronismo desde lo que nunca debió dejar de ser.

    Saludos, Eduardo

  3. «El poder político real se construye trajando junto a los sectores populares: ahí hoy sólo está el PJ» Te recuerdo que tanto el tuma como luis y pérsico están con los sectores populares y no son PJ. Y que estaría bueno tratarlos con más cuidado.

    Quiero decir, dado que las fronteras del PJ son bien porosas (remember Mariju?), si alguien quiere apoyar sin afiliarse, hay que abrirle espacio, darle la bienvenida y hacer todo lo posible para que se sienta cómodo y contenido por el espacio. Si le queremos hacer tocar el bombo y cantar la marchita, ‘tamo al horno.

    Ese espacio, por el momento, puede llamarse peronismo, pero poco a poco irá perdiendo sus caciques (y algunos de sus dogmas) y está bueno que a cambio se vayan integrando otras fuerzas que expresen la argentina del 2008 y ya no la del ’45. Sinó queda cristalizada en el tiempo y tarde o temprano desaparece.

  4. Eduardo:
    Yo nunca dije que los movimientos sociales no están con los sectores populares; de hecho, lo aclaro en el artículo. Lo que sucede es que desde un punto de vista cualitativo, la interacción con el nucleo duro popular está a cargo del PJ en la casi totalidad del país: eso es poder real, mal que nos pese. Es ahí donde quienes queremos un proyecto nacional y popular verdadero debemos disputar el poder, y tratar de ganarlo, en vez de quejarnos de los vicios y corrupciones (que sin duda existen) de gobernadores e intendentes.

    Lo de la afiliación es un tecnicismo a los fines operativos concretos; si quieren, que no se afilien, no es ésa la cuestión central. El tema es: Ahí está el PJ, ¿Qué posición asumimos respecto de él? ¿Cómo pueden las fuerzas progresistas populares disputar poder en ese escenario, y ganarlo?

    Lo que yo no sé es que política quieren darse los sectores progresistas afines al kirchnerismo con respecto al peronismo hoy realmente existente: si quieren integrarse con vocación movimientista (lo que me parece interesante)a proponer al peronismo como la fuerza política popular y democrática de masas que puede cambiar algo en la Argentina, con amplias convocatorias a nuevos actores sociales, o en realidad cuidar cargos y la quintita para retener porciones de poder mínimas y efímeras, y evitar el problema PJ. Para mí sobre este tema hay que sincerar posiciones. Yo milité en las bases durante muchos años y películas como esa ya las ví, y no me gustaría que vuelva a pasar.

    Con respecto a ese nuevo espacio popular (con el que todos por suerte coincidimos en que debe darse), vos hablás de una progresiva pérdida de caciques que purificaría el espacio. Sin embargo, yo no veo que ese proceso se esté verificando en la practica politica concreta; en todo caso ese proceso de salida de caciques(ej. Quindimil, Villaverde)se está dando dentro del propio peronismo por la influencia dentro de él del propio kichnerismo: Bruera, Diaz Perez, Giustozzi, también son peronistas y están dentro del dispositivo partidario (porque ahí se disputa hoy el poder)y no está sucediendo lo mismo con los movimientos sociales, que carecen de intendentes.

    Ojalá todas las fuerzas afines al kirchnerismo puedan definir mejor de que manera se puede construir poder para realmente crecer y lograr el poder necesario para luego poder decidir; esta discusión remite inevitablemente a pensar al PJ y al sindicalismo en esos futuros armados.

    Gracias Eduardo por tus comentarios.

  5. Con el paso del tiempo uno aprende, si quiere, que al peronismo no hay una etiqueta donde meterlo; ha sido y puede ser cualquier cosa, desde Eva hasta la rata riojana.
    El problema, creo, de los llamados movimientos sociales o de la progresía no semi peronista o asociada vergonzante, es que parecen más preocupados por qué etiqueta le colocan al peronismo que en generar (y generarse) una política que los lleve a ser una opción con poder concreto que les permita coincidir con el peronismo en aquello que coincidan y en decirle «hasta aquí llegamos» en lo que no coincidan; sin rasgado de vestiduras ni velorios mediáticos, plantear los compromisos y los límites aceptables, y cumplir (que no todas las culpas tienen el copyright peronista o justicialista) pero siempre está primero esa idea del «Sí, pero….» y en el mientras tanto, la derecha, que carece de todo pudor y escrúpulo, termina llevando las cosas adonde le conviene llevarlas. Y con los medios que tiene…
    No soy partidario de las ideas que sugieren el «entrarle al peronismo» para «cambiarlo de adentro», es riesgoso y lerdo un proceso así, mucho más si se piensa que una asociación exitosa con aquellos peronistas más afines a mejores prácticas puede generar esos cambios sin necesidad de trasvestismos ideológicos.
    Es contrafáctico e indemostrable pero, ¿Qué hubiera pasado si en 1946/1955, los socialistas y comunistas hubieran negociado el apoyo – crítico – a ese peronismo que les daba a los trabajadores las reivindicaciones que esos partidos venían proponiendo desde mucho antes?
    Más allá de los modales derechosos y fascistoides de muchos peronistas, lo real y concreto es que los intereses y necesidades de la base de su electorado y seguidores está a la izquierda del sistema.
    ¿Cuál es el costo de la búsqueda constante de la «perfección» en ese partido y la adhesión, al final y en la práctica, a los intereses de esa derecha refractaria a cualquier progreso social y a la que no le tiembla el pulso a la hora «de la espada» o de que «se le agote la leche de la clemencia».
    Cambiar al peronismo puede ser necesario, honestamente no sé si tal cosa es posible, pero sí creo que es imprescindible cambiar la mirada, salir del manual y asumir que ningún proceso de cambio es unilateral, todos tienen que poner de su parte y en serio.
    Puede que la versión K del peronismo no sea gran cosa, pero no hay hoy un «peronismo fascista» que justifique el obsceno espectáculo de los «socialistas trabajadores» troskos del bracito con el apóstata buzzi y los agrogarcas.
    No es muy distinto con los que «se abren» pero no largan los cargos y llaman a los medios para contarles «su verdad» (como si no supieran cuál es la «verdad» que van a traducir esos medios)
    Ahí el peronismo no es el problema ni el límite, es la puesta en escena de la verdadera identidad, del lugar donde cada uno se pone frente a la realidad que, nunca jamás da garantías ni es a pedido.
    Nunca estaré de acuerdo en que el peronismo sea el «hecho maldito», por el contrario, lo maldito es el anti-peronismo; el explícito y recalcitrante pero también el timorato, indeciso y eterno buscador de «condiciones objetivas propicias e interlocutores válidos» para aceptar que, en el fondo, los peronistas son también seres humanos.
    Son humanos, hay buenos, malos y peores pero la joda es que hay que dejarse de joder y laburar; porque entre buscarle 5 patas al gato y el mucho progresismo al cuete; se está haciendo el campo orégano para que esta «oposición», que es un pituco incompetente, una gorda desequilibrada y un coro de impresentables diversos y peligrosos se lleve puesta la mínima (pero tan indispensable como inesperada) alternativa de cambio que implica este modelo K de peronismo. Hay mucho en juego y para perder.
    Saludos

  6. Ram: Concuerdo absolutamente con usted. La intención del post es precisamente disparar la discusión hacia el punto de vista que vos mencionas.
    Con respecto a si por adentro o por afuera del peronismo partidario, lo mío es sólo una opinión, las posibilidades son múltiples; lo importante es que el progresismo k aborde una construcción de poder real y no haga chamuyo mediático porque mientras tanto, otros están laburando, y ganan terreno.

    María Esperanza: Gracias por comentar.

  7. Muchachos, ¿que queremos construir, coincidencias ideológicas, o confianza política?
    Porque no son lo mismo, sino pregúntele a Chávez, que cada vez que viene pone incómodos a Cristina y a Néstor cuando recuerda el golpe de estado de Abril de 2002.
    Los únicos que salieron con los tapones de punta fueron Cuba y la Argentina, Cardozo y Lagos habían desensillado hasta que aclarara.
    Si se quieren incorporar, bienvenidos, si quieren armar por afuera, espectacular.
    En la PBA existen un 15% de votantes de Izquierda o Progresistas que nunca votaran al PJ, pero que acompañaran medidas de reforma social.
    Es el Progresismo quien decide si se lo dejan a Margarita y Lilita.
    El problema esta en que la lista mechada del PJ, con buena roca y dedo de arriba, te da los mismos cargos sin tanto trabajo de mantenimiento posterior.
    Para un gobierno que intenta ejercer el Poder no es lo mismo tener 21 diputados (15 PJ + 6 PRO K), que 18 (12 PJ + 6 PRO K).
    Dejemos los cargos y vayamos a la composición ideológica de los votantes de los distritos.
    Martin es Progresista y gano con más del 50% de los votos la Intendencia, ¿eso significa automáticamente que los moronenses son mayoritariamente progresistas?
    Fijémonos los números para gobernador, Scioli 40 %, Margarita 20%, De Narváez 20%, resto 20%.
    ¿Dónde están los votos progresistas?
    Vamos a quejarnos como Lilita y Margarita que se robaron las boletas.
    Como es eso, nos robamos las boletas para presidente y gobernador pero no las de Intendente.
    Vuelvo al tema de la confianza política, el Barba Gutiérrez y el Ruso Gdansky prefieren a Curto por ese tema, aunque tengan más coincidencias con Cleto.
    ¿O acaso Cobos y Lozano no están a la Izquierda ideológica de Curto, Ishi y Othacehé?
    ¿Quién es más fiel a los acuerdos, Barrionuevo o Ibarra?
    ¿Quién te avisa que se cayó antes de votar, Graciela Caamaño o Vilma Ibarra?
    Si la Izquierda y el Progresismo no se tienen confianza entre si, ¿Por qué se la quieren exigir a los otros?
    Un abrazo

  8. Manolo:
    ¿ La pregunta inicial a quién va dirigida?
    Me parece que del artículo se deduce que la cosa no pasa por coincidencias ideológicas, sino por confianza política, a eso me estaba refiriendo, y por eso pongo de manifiesto las dilaciones del progresismo aliado a Kirchner, que tiene un problema moral sin resolver. La cita de Cooke que hago va en la dirección que usted manifiesta, por eso la coloqué. Y el resto del artículo, también.

    Muchas gracias por su reflexión, saludos.

  9. Martin Sabatella no sacó más del 50% en la elección.
    Todo lo que se quiera construir al interior del PJ, será fagocitado por el PJ y su lógica de acumulación de poder, independientemente de la política que se quiera instalar.
    El acuerdo de la convergencia del sector izquierdista-centroizuquierdista, tiene que darse por fuera del PJ. El kirchnerismo, que tuvo un atractivo para sectores de este sector, inorgánicos e inorganizados, ha demostrado ser un callejón sin salida. (cuando pudo cambiarsu eje no lo hizo, en todo caso nunca podia hacerlo siendo su base la que era: el PJ bonaerense)

  10. La cita de Cooke es muy buena pero me parece que no viene al caso.Además él mismo es el ejemplo del antipejotismo.Y curioso,hoy para todo el mundo Cooke es el fundador del peronismo de izquierda.
    Luciano: reconozco que tienes buenos argumentos para defender tu posición y parte de la verdad.Habría que ver en cada provincia que es el P.J y que son los movimientos sociales.Pérsico yá eligió, y tal vez tenga razón,la práctica lo dirá.Pero en la duda, me quedo con la postura de Humberto Tumini y la organización Libres del Sur,a los cuales reconozco que sigo y observo con simpatías ya que su lider es un viejo militante que combatio en la resistencia contra la dictadura y eso le costó estar preso muchos años.Y en este panorama político donde hay tantos chantas y alcahuetes es importante los que tienen una larga trayectoria de lucha popular.
    Reconozco que es válido no dejar el P.J en manos de la derecha peronista,pero lo veo un poco solo a Nestor en la tarea.De cualquier manera y a pesar de que la encuentro un poco naif a tu postura,reconozco que todo es discutible y ojalá compañeros como vos puedan transformar el P.J.desde adentro.Tal vez uds. puedan hacer lo que nosotros no pudimos,eran otras épocas,lo sé.
    Ojalá se cumplan tus deseos y podamos encontrarnos en el gran movimiento nacional y popular,peronistas y no peronistas hacia un nuevo modelo no capitalista de desarrollo.
    Que observes el crecimiento de los movimientos sociales entre ellos,Libres del Sur,es importante para saber hacia donde va el futuro.
    Es un placer leerte porque lo hacés bien y claro y además destilas honestidad y eso es muy importante,porque como decía el Ché no importa la ideología importa la honestidad del que la expone,de cada persona honesta puede salir un revolucionario.
    Te aclaro que un revolucionario no lo veo unicamente tomando un arma,sino fundamentalmente y por lo menos en esta etapa trabajando paciente y pacíficamente por el cambio y la inclusión social.

    Un abrazo en azul y blanco!

  11. Efraín: Gracias por comentar.Creo que la cita de Cooke viene al caso para demostrar que en un punto el peronismo no está atravesado por articulaciones ideologicas tan esquematicas, y son precisamente a partir de consideraciones ideológicas muy discutibles que algunos sectores están planteando un distanciamiento que en muchos de sus argumentos repite lo mismo que oposiciones más ferreas a este gobierno.

    Con respecto al crecimiento de Libres del sur, el tiempo dirá de que magnitud es y que construcción política se propone.

    Lo que yo digo es que en general estos sectores afines al kirchnerismo prefieren rajarle al PJ, y ésto es un problema: para que el peronismo deje de ser un piso defensivo de protección del pueblo y pase a articular un proyecto, necesita un aporte de afuera; y ese afuera sólo no llega al 10% de los votos.

    saludos y gracias ,Efraín

  12. Las bases del peronismo son de izquierda,aunque a veces, no tengan conciencia de ello,pero tienen instinto de clase,tienen olfato.El problema son esos aparatos burocratizados del P.J que no los representan, que ya viste en el conflicto con los propietarios rurales como muchos nos votaron en contra.
    En política se puede caer facilmente en el tacticismo y también en el estrategismo.No es fácil encontrar el camino,por eso me parece que la discusión que planteaste esta muy buena.Me agrada mucho que la juventud( aunque no te conozco juraría que eres joven)lea a Cooke,Cristina que ya citó a Marx, tal vez algún día se acuerde del Gordo y lo recuerde,no estaría mal.
    Con respecto a los porcentajes de cada uno,me parece que hay que esperar a octubre del 09.En la cancha se ven los pingos.Veremos cuanto tiene el pejotismo y cuanto los movimientos sociales afines.Por ahora son todas conjeturas o encuestas de ocasión.

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