Realmente muy bueno

Llega a mis manos una copia de la publicación de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) «Agenda pública a 25 años de democracia«.
Siendo que uno no coincide casi nada con CIPPEC, una organización claramente de centroderecha, debo decir que la publicación es muy buena. 
Lo que más llamó mi atención son unas notas escritas por Alfonsín, Menem, De la Rúa y Duhalde, por un lado, y análisis de cada uno de sus gobiernos por parte de Julio Blanck, Jorge Fontevecchia, Ignacio Zuleta. Hay dos más muy tristes, a cargo de Martín Caparrós y Fernán Saguier sobre los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, respectivamente.
Dejo las frases que me impactaron:
  • Alfonsín: «Pero también es ineludible que nos preguntemos: este progreso ¿a quiénes benefició, a cuántos alcanzó? Reservado para una minoría de grandes empresarios, terratenientes y grupos monopólicos, este progreso no alcanzó a más de dos tercios de la población de Latinoamérica, inmersa en la desesperación del hambre, la falta de educación, de salud y de vivienda. En condiciones de marginación que nunca habíamos imaginado, millones de habitantes de nuestros países carecen de los más elementales derechos humanos».
  • Menem: «Goberné dos períodos sin problema institucional alguno; no hubo ni un segundo de estado de sitio; hubo una reforma constitucional aprobada por todas las fuerzas políticas. Terminé mis dos períodos en plena normalidad, en los plazos previstos. Y así le entregué los atributos del gobierno a mi sucesor, un hombre de otra fuerza política. Fui el único presidente electo que concluyó de ese modo dos gestiones consecutivas, y ese hecho indica que en materia institucional y de gobernabilidad hicimos bien los deberes». / «Algunos que tocan de oído la melodía denigratoria de la década del 90, olvidan cifras que están registradas (y pertenecen a la añorada época en la que el Indec no falsificaba las estadísticas). El salariazo que prometimos se cumplió: el salario recuperó 317% medido en dólares y 33%, en poder adquisitivo. El PBI creció, entre 1989 y 1999, 48% .La producción industrial creció 27% en términos reales. En 1989 las exportaciones argentinas eran de 9.500 millones de dólares y, en 1999, creciendo 145%, fueron de 23.300 millones. Las exportaciones industriales pasaron de 3.500 millones de dólares en 1989 a 7.000 millones en 1999. Aumentamos las reservas del Banco Central en más de 30.000 millones de dólares. Pero, además de lo económico, en la década del 90 el país creció en paz; hicimos prevalecer un espíritu de reconciliación para terminar con odios y enfrentamientos del pasado, heredados de un largo período de terrorismo y contraterrorismo». / » Creo que ese fue mi aporte a la democracia recuperada en 1983: procuré ser fiel a las necesidades de la Patria, al mandato ciudadano y también al credo de mi movimiento, el peronismo, que se sintetiza en sus tres banderas: la justicia social, la economía libre y la soberanía política» (sic).
  • Eduardo Duhalde: «Obviamente, cualquier hombre bien nacido que estuviera en mi lugar no podía dejar de sentir estrujarse su corazón frente a lo que veíamos, con mi esposa Chiche, cada vez que siguiendo una vieja costumbre de cuando era gobernador de Buenos Aires, hacíamos bajar el helicóptero en una barriada suburbana, sin dar aviso previo a nadie. Pero a nosotros, que éramos peronistas, esa realidad con la que nos encontrábamos nos dolía más que a cualquiera».
  • Julio Blanck (Clarín) (sobre el gobierno de Alfonsín): «Alfonsín se fue mal porque se equivocó mucho y no encontró la brújula capaz de orientarlo hacia la demanda profunda del país. Y se fue mal porque el poder permanente nunca le perdonó el atrevimiento de querer sentar a los partidos, y a través de ellos a la sociedad civil, en la mesa donde se toman las grandes decisiones». (!!!!!!!!!!)
  • Jorge Fontevecchia (Perfil) (sobre el gobierno de Menem): «Menem y Kirchner tenían una sola ideología: triunfar ellos mismos. Menem hubiera sido estatista en el contexto de 2003, como lo fue cuando le tocó gobernar La Rioja en los 70 y 80; y Kirchner hubiera sido privatizador en los 90, como lo fue cuando gobernó Santa Cruz». / «No se podría ver hoy, a casi 20 Ese legado tóxico de lo exagerado, lo falso, y la preocupación por lo aparente es la herencia maldita que nos dejó una década de menemismo. El cinismo menemista fue la partera social del relativismo moral kirchnerista. El imperativo categórico de los 90: todo vale en la política, se cristalizó en la primera década del siglo XXI potenciado por la pérdida de valores e inhibiciones que dejó el derrumbe 2001/2002».
  • Ignacio Zuleta (Ambito Financiero) (sobre el gobierno de De la Rúa): «Fernando de la Rúa duró en el cargo apenas 10 días con Carlos Menem en libertad. El ex presidente fue liberado el 21 de noviembre, visitó tres veces a De la Rúa en Olivos y en Casa de Gobierno. A los 10 días, 21 de diciembre, De la Rúa renunció. La libertad de Menem enloqueció al peronismo que miraba encuestas, dígase Duhalde-Ruckauf, porque los sondeos arrojaban una apreciación notable de la figura de Menem como dirigente de la oposición. El peronismo de la provincia de Buenos Aires puede haber considerado que si dejaba que Menem actuase en campaña con el mismo método de abrazarse a un presidente radical –como lo había hecho con Raúl Alfonsín en la década anterior– podía desplazarlos en el control del peronismo. Lo que pareció una anécdota –Ruckauf ofreciendo en julio de 2001 un gobierno de coalición a De la Rúa– se convirtió en una tragedia para ese peronismo que decidió el final de su gobierno. De la Rúa sostiene que le hicieron un golpe, hipótesis sobre la que ha dado elementos y argumentos, pero no pruebas, lo que no quiere decir que un abordaje más profundo no las aporte».

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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22 comentarios en «Realmente muy bueno»

  1. Ana, Ana, Ana, yo le juro que con la derecha con inclusión social podríamos tener un muy buen diálogo. Pero hace falta que alguien se asuma en ese rol y acá nadie se hace cargo. Los muchachos de CIPPEC son hijos del neoliberalismo. Tan cierto como eso es que son neoliberales (en el sentido genealógico que Foucault construye en el nacimiento de la biopolítica, curso hermoso si los hubiera) que no quieren un país destruido sino pujante e integrado. Igual que dualde que a diferencia de los amigos de CIPPEC es un estatista pero también de derecha y con voluntad de sentar las bases para el crecimiento y la inclusón social. Me parece que nosotros también tenemos la culpa de haber hecho de la derecha una mala palabra que anula el debate. Pero eso no nos tiene que impedir llamar a las cosas por su nombre. ¿No?

  2. Inclusión social requiere pagar impuestos y políticas de distribución del ingreso. Eso no es de derecha ni en Argentina, ni en Dinamarca, ni en la China.

    El que habla de inclusión social y no considera las dos cosas, es un mentiroso, un cínico, o un ignorante.

    Ahora, qué dice Cippec al respecto?

  3. «al credo de mi movimiento, el peronismo, que se sintetiza en sus tres banderas: la justicia social, la economía libre y la soberanía política»

    Leanló de vuelta ¿no ven nada raro?

  4. estimado escriba, me parece que no conoce muy bien cippec. dese una vuelta por http://www.cippec.org , revise los proyectos que hacemos, como por ejemplo investigaciones sobre los determinantes de las desigualdades educativas, o trabajo para mejorar la formación en derechos humanos en las escuelas.

    cippec es una organización pluralista, en la que hay personas con opiniones distintas, y trabajamos con gobiernos de color político distinto.

    trabajamos para mejorar la educación pública, la salud pública, el acceso a la justicia de los más pobres y de grupos discriminados, promover una reforma tributaria que grave la renta financiera y las herencias y lograr una reforma al federalismo que modifique la injusta distribución de recursos a las provincias.

    ¿con cuáles de estas cosas «no coincide casi nada»?

  5. Miguel:
    En primer lugar, gracias por comentar. En general, no concuerdo con las siguientes ideas o supuestos, los cuales considero bastante acendrados en instituciones como CIPPEC:
    a) Que los problemas del país son sobre todo de índole «institucional» en cuanto a los diseños de políticas públicas, sus regulaciones, niveles de control, etc. Considero que los problemas del país son políticos. Se relacionan con los sectores que detentan diferentes grados de poder para imponer sus intereses o persuadir a distintos sectores de que sus intereses son los del resto de la sociedad.
    b) En tal sentido, que los problemas del país se relacionan con «los políticos». Creo que hay muchas otras instancias que tienen responsabilidad en la situación del país.
    c) Que la «inequidad» se resuelve principalmente quitándole a los sectores medios y medios bajos. Y que sólo vale la pena ocuparse de los «muy pobres» con esos recursos. Este discurso era una parte paermanente de las políticas de los 90.
    d) Que las formas de hacer política que encuentran los sectores populares son atrasadas, ineficaces, no deseables.
    e) Que «el populismo» (definido de una forma muy difusa) es parte de los problemas de la Argentina.
    f) Que si se da certidumbre -cualquier cosa que ello signifique- al sector privado, los problemas del país comenzarán a resolverse.
    g) Si se quiere, que el componente de la democracia que hace a la «libertad» es más importante, deseable, relevante que aquel que hace a la «igualdad».
    En fin, creo que esas ideas, sobre todo en el contexto argentino, implican un pensamiento esencialmente liberal, de centroderecha. Que puede haber sido más neoliberal en los 90, quizás más neoinstitucionalista (o algo así) en este nuevo siglo, pero no deja de ser de centroderecha.
    Disiento con ese pensamiento no sólo por una cuestión «político ideológica» sino también por una noción de mera efectividad en la aplicación de las políticas públicas: creo que esos conceptos ayudarán a sostener las desigualdades, más que a disolverlas y harán, en última instancia, un país más pobre, menos autónomo, menos democrático y más injusto.
    Nuevamente, gracias por comentar y reitero los elogios a la publicación, que yo hubiera hecho de otra manera pero que me pareció muy interesante.
    Saludos

  6. Estimado Miguel. Qué bueno que su institución lea y valore el intercambio que se produce en los blogs.
    Interesada luego de su respuesta, entré en el sitio web del CIPPEC y leí una sección que se denomina «Iniciativas».
    En esta sección, encuentro una serie de acciones, sobre todo de capacitación, en salud, eduación, transparencia.
    Encuentro interesante que no haya ninguna línea relacionada de manera directa con la lucha contra la pobreza y su condición de posibilidadk, el empoderamiento político, no la capacitación técnica, de los sectores pobres y el fortalecimiento de las organizaciones sindicales, movimientos de desocupados, y demás organizaciones que representan de manera directa y específica los intereses de las clases empobrecidas.
    Líneas de acción en este sentido serían muy beneficiosas para no caer en una visión tanto tecnocrática de la política y la vida social, en la cual la política es vista como una acción sospechosa que tiene que ser reemplazada por la benevolencia técnica de burócratas, tanto de aquellos emplazados en el estado, como aquellos residentes en las organizaciones de la sociedad civil.

  7. estimado escriba,

    me parecen muy interesantes sus críticas al pensamiento de centroderecha vernáculo, al cual no pertenece CIPPEC.

    en mi pensamiento personal seguro no están acendrados los puntos a), b), c), d), e)y f). el g) depende qué quiere decir por igualdad, pero seguro no creo que sea posible la libertad sin un nivel «razonable» de bienestar material (y la definición de razonabilidad varía en distintos tiempos y lugares).

    a) las instituciones son construcciones humanas que surgen del conflicto político. en un país con economía estable y con baja polarización puede ser que determinen comportamientos políticos a corto plazo, pero en países volátiles y con alto conflicto cambian las instituciones antes que las coaliciones. (mi ejemplo favoríto es la inverosímil ley de déficit cero).

    b) «los políticos» son en general más honestos y más capaces que aquellos que piden «que se vayan todos». seguro tenemos mucho que mejorar en términos de calidad de la burocracia estatal, pero coincido en creer que el problema son «los políticos» es un error.

    c) la experiencia internacional muestra que el crecimiento es condición necesaria pero no suficiente para reducir la desigualdad. hace falta una fuerte tarea redistributiva del estado, sobre todo invirtiendo en salud y educación pública, jubilaciones para todos (no solo los formales), y programas de transferencia de ingresos (ej: ingreso universal, seguro de desempleo, etc).

    d) cada uno hace lo que puede y le conviene. en todo caso el problema es que la gente más pobre está subrepresentada en la discusión pública y el conflicto político.

    e) el populismo es difícil de definir. si el populismo es financiamiento inflacionario de una política fiscal insostenible estilo el primer alan garcía en perú, entonces es un desastre para el país y sobre todo para los más pobres. si el populismo es preocuparse por las necesidades de la mayoría cuando se diseñan las políticas públicas es genial.

    f) en arabia saudita hace rato que hay bastante certidumbre, y no me parece un modelo muy interesante. obviamente importa el contenido de las políticas, no solamente su estabilidad. ahora eso no implica que cualquier volatilidad sea buena, no?

    me interesa saber qué hubiera hecho distinto en la publicación, ya que sigo con atención sus posts y respeto mucho su pensamiento y su capacidad de comunicar, aunque muchas veces no coincido.

    Estimada María Esperanza,

    Gracias por su preocupación. Este año lanzamos un programa de Protección Social destinado a trabajar directamente en el diseño de políticas públicas que apunten a reducir la pobreza, la exclusión y la desigualdad. Entre otros proyectos, estuvimos reunidos con la CGT y la CTA para explorar líneas de trabajo en conjunto en la temática de la representación gremial femenina.

    La política no es una acción sospechosa. CIPPEC es una organización política, en el sentido que trabaja para influir en las políticas públicas del país. Algún burócrata habrá acá, como en todos lados, pero mucha gente que trabaja en CIPPEC ha pasado por el estado, ha participado en campañas políticas y piensa hacerlo en el futuro.

    Desde ya están invitados a pasar por CIPPEC, tomar un café y seguir charlando cuando quieran.

    saludos,
    miguel

  8. Miguel:
    Son interesantes sus comentarios, se ve que en algunos puntos no estamos tan alejados, aunque creo que si bajamos estas cuestiones a hechos concretos puede ser que difiramos.
    Por otra parte, creo que no habría ningún problema si CIPPEC fuera, como sigo creyendo que es, una institución de «centroderecha» y que honesta intelectualmente hablando.
    De hecho, varios de nosotros creemos que debería haber una institución como CIPPEC más de centroizquierda -que aún no hay- y supongo que este debate público se haría así más rico aún y fructífero.
    Qué bueno que le interesen los posts. Nos comunicaremos para concretar la invitación y si le parece le hago comentarios sobre la revista y demás cuestiones.
    Saludos

  9. Escriba, mirá que sos cabeza dura y te cuesta dar el brazo a torcer! La lista que hizo Miguel es una lista de lo que vos llamás centro-izquierda. Y si buscás una institución en esa línea, ya la tenés.

    Pensátelo así: en el nombre ponen la palabra «equidad» antes que «crecimiento».

    Pero es cierto que tendrían que existir más del mismo tipo. Igual, que exista una y con ese nivel técnico a mí ya me parece una maravilla.

  10. Ana:
    Para no extenderme, voy a simplificar mi exposición y señalar lo siguiente. La posición de Miguel y la suya se asemejan a la de un «liberal» norteamericano.
    La posición nuestra y que no está representada en CIPPEC trata de abarcar, o de tener en cuenta por lo menos, más de uno de los cuadrantes que plantea Ostiguy para entender los clivajes en la política argentina.
    http://artepolitica.com/documentos/ostiguy-artepolitica.pdf
    http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/lasa97/ostiguy4.pdf
    (Sigo creyendo de todos modos, que la posición de CIPPEC y la suya en el contexto argentino no está totalmente en el cuadrante de la «izquierda – arriba» sino que a veces se corre también al de la derecha.
    Insisto eso no tiene nada de malo, no debería ser vivido como un insulto, pero entendamos las diferencias.
    Saludos

  11. En realidad, dadas las realidades norteamericana y argentina, que salvando las diferencias en nivel de ingreso se parecen mucho en todo lo demás (inequidad, falta de cohesión social, articulación de los servicios sociales, políticas de protección social, etc), no tendría por qué haber demasiada diferencia entre la izquierda argentina y la yanqui.

    Ahora, vos nombrás a Ostiguy, que si yo lo entiendo bien reparte en 4 cuadrantes según peronismo-no peronismo e izquierda-derecha. Decís que la postura de ustedes incluye más de uno de esos cuadrantes y supongo que te referís a los dos de izquierda, el peronista y el no peronista. Pero al final, cuando decís que la posición de CIPPEC o la mía es de derecha, es como si concluyeras que la única izquierda de verdad es la peronista, ya que nos despachás hacia la derecha así nomás. (Acá hablo nada más que por mí, porque a lo mejor la mayoría del staff de CIPPEC está formada por convencidos peronistas de izquierda).

    En todo caso, sería interesante saber por qué te parece que nos corremos a la derecha. Para mí, lo que separa a la izquierda de la derecha es darle prioridad a la equidad y mucha importancia a la participación del Estado en la economía.

    Si lo definimos así, con mis posturas es imposible ser de derecha, ni siquiera de centro, por eso me gustaría ver qué otros aspectos considerás vos.

    Ahora, que no soy peronista es cierto. Pero no lo soy porque no me dejan. Si fuera cierto, como dice Miguel más arriba, que «el populismo es preocuparse por las necesidades de la mayoría cuando se diseñan las políticas públicas», acá tendrías a la primera peronista. Pero el peronismo no hace eso, en realidad el peronismo de los últimos 20 años ha sido el partido conservador y de derecha, con kirchnerismo incluído. Pero el discurso pseudo-izquierdista confunde.

  12. Ana: La otra vez amplié la caracterización de Ostiguy a ocho posiciones, imaginalo como un círculo: Derecha neta (sería como decir «centro» en la cuestión Peronismo o Antiperonismo), DP, P neto (sería como decir centro en la cuestión izquierda-derecha), IP, I neta, IA, A neto, DA y se cerró el círculo. Di los siguientes ejemplos de políticos:
    D neta Macri – DP De Narvaez – P neto Anibal Fernandez – IP Los K – I neta Heller – IA Binner – A neto Stolbizer – DA L.Murphy.
    En el lugar de Stolbizer había puesto a Carrió, pero es probable que esté corrida a la derecha y además está loca, entonces no sirve para ejemplo.
    Supongo que no vas a concordar en la izquierda de los K, pero más allá de eso, a vos te ubicaría con Stolbizer, pero me gustaría tu propia definición, ¿te ves más cercana a Binner o a Stolbizer, o aún a Sabbatella a quién pondría donde puse a Heller?
    Te pregunto esto más allá que coincidas o no con mi esquema.

    p.d. Se que antiperonismo puede sonar mal, podés tomarlo como lo decías vos, no-peronismo.

  13. Bueno, en esa cuestión del peronismo-antiperonismo me ubicaría como neutral. Así que parece que ésa es mi posición, de izquierda sea o no peronista (aunque tampoco la exageración, che, esas pavadas de que el capitalismo no sirve para nada tampoco me gustan). De todas formas, a mí me parece que Binner también está en esa posición, lo mismo que Sabatella. A Heller no lo conozco.

    En lo que tenés razón es que no pienso para nada que los Kirchner sean de izquierda. Hablan pero no hacen. Además, si existe una izquierda peronista, no debe haber estado demasiado cerca del poder en los últimos años.

    Divertido lo de haberme ubicado como lo que suponés que es Stolbizer. Eso habla de una buena dosis de prejuicios.

  14. estimado escriba, encantado de juntarnos. seguramente será interesante e entretenido.

    desde ya que ser de derecha no tiene nada intrínsecamente malo. simplemente insisto con remarcarle que cippec es pluralista, y que conviven acá personas que están en todos los cuadrantes ostiguyanos. (incluso a riesgo de sonar como el facho que se defiende apelando a su amigo judío, le cuento que hay miembros de cippec que se autodefinen como kirchneristas).

  15. Estimado Escriba,

    En calidad de amigo y colega de Miguel; de autodefinido kirchnerista; y de admirador de su blog, permitame compartir este articulo de reciente publicacion:

    http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/subnotas/113824-36147-2008-10-23.html

    Quizas esta propuesta (que obviamente no representa las visiones de todo el staff de CIPPEC) sirva para que Ud. coincida con algunas de nuestras posiciones, y de paso lograr ser considerados una institucion pluralista, dado que efectivamente es lo que creemos que somos y, mas importante aun, lo que aspiramos a ser.

    Saludos,

    Antonio

  16. Estimados, a propósito delas promesas de Massa firmadas ante escribano público:
    Dice massa que lo que promete lo firmará ante escribano público….., y con eso quiere convencer a los credulos que creen que los escribanos son tipos impolutos y honestos que con su firma garantizaran el cumplimieto de sus promesas politicas. Es una creencia popular que firmar ante escribano soluciona todo, los escribanos en Argentina y Mexico son una de las malas herencias que recibimos de España, son poderosos economicamente, y todos los negocios, contratos, traspaso de dominio sobre inmuebles etcetc.pasan por sus manos a costa de elevados honorarios que debemos emular, en Brasil en cambio existe el CARTORIO, que reemplaza a nuestras escribanías, que mediante bajos aranceles permite hacer los tramites legales administrativos (aqui notariales) con el mismo rigor legal, con rapidez y a bajo costo.

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