Retenciones: los posibles orígenes (o no) del fin del esquema de tipo de cambio alto.

A partir de la gran repercusión que tuvo la entrada anterior (es un chiste),  me animo a proponer un ejercicio a los economistas profesionales.
Desde acá «denunciamos» siempre el error de tomar a las retenciones como una herramienta puramente fiscal.

Creíamos que la funcionalidad de las mismas estaba más emparentada con la política cambiaria (que de algún modo podría enlazarse con lo fiscal, pero en un razonamiento secundario).

Recordamos:
En el año 2008 se propone modificar el esquema de retenciones a los 4 principales productos agrícolas. De un esquema fijo a uno móvil, más parecido al que ya se empleaba para el barril de petroleo.
Podemos pensar (de hecho estamos casi obligados a hacerlo) que la propuesta de cambio de esquema (fallida al terminar mostrándose como políticamente inviable) respondía al diagnóstico de que las retenciones, tal como estaban, irían perdiendo eficacia.

Un repaso breve.

El contexto ofrece una tendencia al alza de los precios internacionales de los commodities (los agrícolas entre ellos). Esta situación se mantuvo a lo largo de varios años, salvo por la excepcionalidad del 2009.

Mientras el esquema de tipo de cambio alto, diferenciado, con la herramienta de las retenciones como mecanismo de desacople de los precios internos de las materias primas agrícolas, y por ende, con cierta devaluación artificial del valor de la tierra, funcionó eficazmente hasta 2007, ya desde ese año (y en 2008 más todavía) se empezó a ver una más constante apreciación real, con pérdida más notable de ventajas competitivas surgidas del tipo de cambio alto.

Así llegamos al día de hoy en que perdemos competitividad al ritmo que nos apreciamos, a tono con lo que ocurre en todos los países emergentes.

Sería una exageración vincular tan directamente el nivel de retenciones con el nivel cambiario.

Sin embargo, son varias las puntas a analizar, que tienen algún tipo de relación con la ineficacia (o eficacia parcial) en la que incurre el esquema desde 2008.
La cuestión fiscal, por ejemplo. Y la cuasi-fiscal.

La mayor recaudación proporcional por vía de retenciones, por caso, hubiese permitido continuar tal vez con un mecanismo que se terminó por abandonar: el auxilio fiscal de absorción monetaria.

El tema es así: con fuerte oferta de dólares, el BCRA compraba, para mantener el tipo de cambio nominal. Esos pesos que liberaba significaban una expansión monetaria que, multiplicador mediante, podía terminar con apreciación real vía inflación. Para evitarlo, el Central absorbía liquidez colocando Letras y Notas en los bancos. Les sacaba pesos líquidos, y les daba un papel que quedaba inmovilizado por un período corto.

Para que este esquema no llegara tan rápido a un límite, el Estado podía colaborar con el Central. Ahorraba, mantenía un alto superávit fiscal primario, y con esos pesos ahorrados salía al mercado a comprar dólares para cancelar deuda externa. O sea, absorbía parte de la expansión monetaria resultante de mantener alto el tipo de cambio.
Al mismo tiempo que el Estado se desendeudaba, el Central formaba un stock anticíclico: el crecimiento de las reservas.

Sea por lo que pasó con la 125 o por lo que fuera, temporalmente hay coincidencia relativa en el abandono de este auxilio fiscal.
Que tiene un condimento extra: la coparticipación de una parte de lo retenido por soja.

Y que además derivó otro elemento, a posteriori, que volvió a modificar parcialmente el esquema original: el pago de deuda con reservas. Unos 14 mil millones de dólares bianuales que el Central no atesoró como reservas, y que son los que hacen que el nivel de las mismas no muestre diferencias sustanciales con el de hace dos años.

En definitiva, la hipótesis de trabajo propuesta a los economistas profesionales es buscar la correspondencia probable entre la imposibilidad de modificar retenciones, y la aceleración de la apreciación cambiaria.

Nótese que digo apreciación cambiaria y no inflación (que es la forma más significativa que en Argentina adoptó la apreciación), ya que de última la inflación pudo haberse evitado o controlado con políticas ortodoxas (como en Brasil y en Uruguay, que sin embargo se comen igual una flor de apreciación), que se eludieron ex-profeso por motivos que no vale la pena reiterar acá.

Por todo esto, además, prefiero la sinceridad políticamente inconveniente (quizá) de la frase que abre el post, antes que la ingenuidad igualmente estéril de hablar de la construcción de escuelas y hospitales.

59 comentarios en «Retenciones: los posibles orígenes (o no) del fin del esquema de tipo de cambio alto.»

  1. Mariano, ¿la apreciación cambiaría necesariamente es un problema? Lo pregunto porque creo que también tiene ventajas. Supongo, por ejemplo, que en aquellos aspectos en los que la industria aún no es suficientemente competitiva, si bien los perjudica en cuanto alienta las importaciones que compiten con ella, también les da mayores chances de equiparse en cuanto a maquinarias para llegar a ser competitiva en algún momento, digamos, dar un salto cualitativo.
    Creo que para este tema también es necesario evaluar los 90 de un modo más preciso. Una cosa es decir que el dolar barato prosiguió una cantidad de años insostenible, y otra es decir que siempre fue malo. Para mi es posible que no haya sido malo en el período 91-95. De hecho Brasil mantuvo un esquema similar hasta el 98, es cierto que en el caso de ellos, con mejores posibilidades de competir con lo importado, por tener una industria más desarrollada.
    Quizás los ciclos económicos necesitan un ir y venir. Si así fuera, podríamos estar iniciando un ciclo de moneda apreciada, que no sería malo, con la salvedad de tener en cuenta que no debe durar excesivamente, pero tal vez esté bien por dos o tres años.
    Al apreciar por inflación, se pueden contener algunos precios específicos que favorezcan el aumento de la capacidad adquisitiva del salario, por ejemplo, transportes y servicios primarios, que han tenido pocos aumentos. El problema por supuesto son los alimentos. Pero esto igual es lateral a lo que te preguntaba primero, punto en el que me interesa conocer tu opinión. Un abrazo.

    1. Sergio: sí, como positivo tiene el acceso a tecnología más barata y el más bajo precio relativo de los transables (en particular porque si están caros se reemplazan por importados).
      El problema para una economía como la Argentina es cuántas posibilidades habría de mantener un nivel de empleo aceptable (con alta generación de nuevos puestos) en un contexto así en que los bienes de consumo producidos acá se reemplazan rápidamente.

      Lo que también ocurre muchas veces es que hay cosas que exceden la propia decisión. Hoy, es imposible no encarecerse en dólares, porque esa es una decisión de la FED, convalidada por los ahorristas que altamente demandan dólares y no le permiten al BCRA darse el lujo de prescindir de ellos (por las dudas).
      Ahí, el poder de decisión sobre el tipo de cambio se acota mucho.

      Pero no hay que olvidarse que les pasa lo mismo a todos los países emergentes, con lo cual hay margen para buscar fórmulas (defensivas u ofensivas) de ganar competitividad alternativa al nivel cambiario para bienes específicos. O sea, la famosa «sintonía fina», las «políticas micro», etc. El ministerio de Industria se encarga de esto (con los recursos limitados que tiene a mano).

      A mí me parece que la variable a la que hay que darle prioridad siempre es el empleo.
      Nada es perfecto. Pero al mismo tiempo nada es tan malo si no afecta a la generación de empleo. Y bueno, si no queda otra habrá que buscarle la vuelta a la apreciación para que no destruya mucho empleo.

      Un abrazo.

  2. El problema no es el fracaso de las retenciones móviles, el problema es que se gastan los 10.000 o más millones de u$S que van a recaudar este año, por ejemplo, y desde el 2008 que lo vienen haciendo.
    Si el estado gasta en pesos las retenciones, el efecto sobre el TC es nulo, es lo mismo que si no hubiera retenciones.
    Entonces desembocamos en que el problema es que se acabó el superavit fiscal. A pesar de que las retes les rinden cada vez más.

  3. Y así vamos llegando suavemente, casi sin darnos cuenta, a la inolvidable época menemista.

    Claro que tratando de «no destruír demasiado empleo».

    Las Pymes están chochas con equiparse barato. Lo que no saben es cómo pagar los sueldos y los costos que aumentan y aumentan…

    Y será inevitable pagar U$S 20 un bife.

    Y bueno, le pasa a otros países emergentes, qué le va a hacer…

    De todos modos, a no preocuparse, sobran suficientes dólares como para remitir interesantes ganancias a las empresas matrices del exterior, o bien fugarlos al colchón, lugar seguro si lo hay.

    1. David: más allá de las consignas y las chicanas. Hay datos que permitan deducir que para las Pymes la situación es la misma de los 90?
      Cantidad de establecimientos funcionando, cantidad de personas empleadas, participación porcentual en el mercado interno, exportaciones si querés.
      En fin, cualquier dato que nos muestre que efectivamente nos acercamos a la situación de los 90.
      Un abrazo

      1. Lo mío no es chicana, si parece eso pido disculpas.
        Sucede que los años me han convertido en un cascarrabias que disfruta del sarcasmo, con un beneficio adicional para la salud: disminuye la hipertensión.
        Las estadísticas referidas a Pymes son escasas, y las que menciona el optimismo oficial son bastante dudosas.
        En los rubros industriales en que me manejo (metalmecánica, electrónica, electricidad) las cosas son, a partir de la disparada inflacionaria – en dólares – bastante similares a los ’90: se llama «costo argentino».
        Obvio que el limitado alcance de mi ámbito laboral no da para generalizar, pero la experiencia propia y los comentarios «de la calle» van por ese lado.
        Saludos.

    2. David: tabajo en una textil, en la parte administrativa. Del 2003 a hoy compraron 16 maquinas de tejer nuevas (italianas, a un promedio de 100.000 euros cada una), pasaron de 70 a 100 empleados, duplicaron la produccion (en cantidad de prendas) y los sueldos aumentron un 150%, en dolares, para los operarios y un 100%, tambien en dolares, para los cargos jerarquicos. Por lo menos, entre los textiles, la situacion no se parece ni un poco a la de los ’90

      1. Casi todos los sectores industriales, incluído el que conozco, crecieron desde el pozo de la crisis del 2001 / 2002.

        Por eso hice referencia a la pérdida de competitividad desde la disparada inflacionaria en dólares, digamos en los últimos 2 o 3 años.

        Claro que los sueldos aumentaron mucho en dólares, como los demás precios de la economía. Y seguirán aumentando.

        Deberá verse cómo se las arregla la industria nacional con el «costo argentino» creciente, ante la competencia importada. En especial en los sectores que carecen de protección arancelaria o paraarancelaria.

  4. Y si el desacople de precios internacionales que se intento con la 125, no se pudo poner en marcha.
    Por ende una de las principales políticas industriales, en un país donde hay una Estructura Productiva Desequilibrada no se pudo aplicar. Ergo hay apreciación por la vía de la enfermedad holandesa o maldición de los recursos naturales. Aunque el gobierno comenzó a tomar ciertas medidas ad hoc, el pago de deuda con reservas es importante porque quita presión alcista a los precios. Le da mas aire a los productores transables.
    Ahora el tema de la apreciación hay que verla en perspectiva, ya que las exportaciones siguen creciendo, especialmente las MOI, siguen comportándose de manera dinámica. Si bien las importaciones están creciendo mucho, las X siguen creciendo.
    Si es preocupante la Cuenta Corriente, en el giro de utilidades y dividendos al exterior, ahí es donde hay que empezar a poner la lupa. Ya que lo que comienza a verificarse es una dependencia de la divisa, necesitamos los dólares para que el modelo siga funcionando, por supuesto que no es problema dos trimestres con déficit de cuenta corriente, pero si a eso se le suma el déficit de cuenta capital, bueno es un alerta amarillo. (La política industrial puesta en marcha está rindiendo sus frutos, ahora se necesita sintonía fina, mejorar los encadenamientos productivos)
    Por eso el tema de utilizar la lupa, quizás la cosa sea apropiarse de renta extraordinaria que está siendo girada al exterior y nos puede llegar a generar un déficit de divisas y una probable restricción externa en el futuro.
    Ya que los mercados de crédito están empecinados en cobrarnos como si fuéramos PIIGS.

    1. Con 2.000 millones extras hubiera cambiado algo? Que diferenca hace si las gasta el estado o los particulares? Enfermedad holandesa desde el 2010 ?
      Un disparate. Si la enf holandesa es exceso de divisas, al pàrrafo siguiente te quejás de la falta de las mismas.
      Son todas disquisiciones teòricas, si la realidad no se acopla, mala suerte.

    2. EstebanM:

      Los mercados de crédito, más que «empecinados» saben que somos poco confiables. Y nosostros los convalidamos pagando esas tasas demenciales.

      Seguimos siendo un país con políticas económicas erráticas, no somos «investment grade». Las medidas bienvenidas (para ellos) como ser el pago de deuda con reservas, no alcanzan para que nos consideren suizos. Saben que dependemos del «viento de cola», por más antipática que suene la frase.

      1. Lo que no veo es cuales son las políticas económicas erráticas. Hay superávit fiscal (es verdad puede haber cambiado su composición), hay superávit comercial. El coeficiente D/PBI es muy bajo.
        El modelo funciona bien. Por eso los que venden CDS (credit default swaps) se llenan de guita, saben que pagamos, no porque somos unos grandes contribuyentes, sino porque el sistema hace que la deuda no sea una carga asfixiante y se pueda honrar.
        No nos prestan porque convalidarían el modelo. Y también es verdad está lo del Club de París.

      2. Una cosita sola.
        El «investment grade» sería lapidario para las aspiraciones de mantener un tipo de cambio que le de competitividad a las pymes industriales.
        En Brasil la situación afecta a las grandes industrias de la FIESP que se la pasan protestandole a Pimentel por las políticas de Mantega (avaladas por Dilma), imaginate lo que pasaría acá con una industria de mucha menor envergadura y desarrollo de escala.

        Ahora, EstebanM, te hago una pregunta: cuál es el motivo por el cual decís que el pago de deuda con reservas quita presión alcista sobre los precios?
        Particularmente, no lo veo así. Sería distinto que el Estado comprara esos dólares para pagar de deuda (mayormente externa) con ahorro, y no con una letra.
        Un abrazo.

      3. Esteban M:
        Las politicas erráticas son que en una década somos desarrollistas, la siguiente ultraliberales, la siguiente somos liberales con discurso nacionalista, and so on…

        En las transiciones gozamos de grandes shocks económicos y financieros, de ningún modo somos aburridos como los sajones.

        El coeficiente Deuda / PBI es similar a la 2da época del menemato. Solo que ahora gran parte de la deuda es con otros organismos públicos. Pregunta estúpida: ¿Por qué no cancelan la deuda un bolsillo con el otro, y la bajamos a la mitad? Me parece que ahí hay una trampita de la cual nos desayunaremos dentro de algunos años…

        A los muchachos del mercado financiero internacional, el «modelo» les interesa un rábano, a mi modo de ver: Están en el mejor de los mundos: nos cobran altísimas tasas y pagamos como duques.

      4. Una cosa David, con las altas tasas.
        Si tomáramos deuda en los mercados como se propone, pagaríamos esas altas tasas.

        Argentina eludió muchas veces esa situación (estos últimos dos años, pagando con reservas; antes con el superávit primario que fue de 4 puntos del PBI en el 2007). Tomamos deuda en relativamente pocas oportunidades, y a tasas demasiado elevadas (los boden comprados por Chavez). Pero, repito, fueron relativamente pocos los casos (un par de emisiones de títulos).

        La deuda con otros organismos estatales, no se cancela contablemente porque es deuda, que hay que pagar igual.
        Si le hacés pagadios al BCRA, al año siguiente no recibís utilidades. Si lo hacés con ANSeS, modificás para abajo la actualización de jubilaciones.
        O sea, que sea más fácil refinanciar no significa que no haya que pagar. Porque de alguna manera se paga igual.
        Un abrazo.

      5. Mariano: tenés razón, yo lo pensaba con que quitar dólares de las reservas sirve para quitar presión alcista si uno va a tener un superavit comercial muy fuerte ese año. Pero eran reservas de libre disponibilidad así que te doy la derecha en ese punto.

        David: Fueron muchos años de modelo de desarrollo auto centrado, 1930-1975 y desde el Rodrigazo hasta la crisis del 2001 fue el modelo donde primó la valorización financiera, o el consenso de Washington.
        En el primer proceso se logró un desarrollo importante, de hecho el último gobierno peronista se plantea bien de lleno el problema de la Estructura Productiva Desequilibrada, y la necesidad de exportar manufacturas de origen industrial.
        Luego se planteó otro modelo, que se aplicó durante 25 años, donde no hubo un proceso de crecimiento continuo (al estilo ciclo de crecimiento).
        Y ahora estamos con el péndulo del lado desarrollo económico auto centrado, pero en un mundo globalizado. Por eso las políticas industriales no pueden ser las mismas que antes. Y también aprendimos de errores del pasado.

      6. 1. «Los mercados de crédito, más que “empecinados” saben que somos poco confiables. Y nosostros los convalidamos pagando esas tasas demenciales.

        Te faltó decir «Y afuera se nos cagan de risa». ¿Podrías citarme un ejemplo reciente de «convalidación de tasas demenciales»? Que yo recuerde, los últimos títulos que se emitieron y colocaron en el mercado internacional fueron los de la reestructuración de la deuda 2010, donde no sólo NO SE CONVALIDÓ, sino que se le aplicó un «haircut» de 2/3.

        Pero por otro lado, y a diferencia de tiempos felizmente idos, NO NECESITAMOS SEGUIR ENDEUDÁNDONOS, por lo que la tasa a la que nos ofrezcan resulta abstracta. Es como que me pidieran 3 millones de dólares por un auto que no necesitamos comprar. Por el contrario, seguimos bajando el stock de deuda con recursos genuinos, no con más deuda para pagar deuda como en el 1 a 1.

        Reitero la pregunta inicial: Citame al menos UN préstamo reciente (y significativo, okvio) en el que hayamos «convalidado tasas demenciales». UNO, no dos, citame.

        2. «Seguimos siendo un país con políticas económicas erráticas, no somos “investment grade”.»

        La chicana me puede, qué va a ser. Recordemos el «investment grade» que le dieron a Brasil en el 2007, seguido de una devalueta del 40% una semana después. O los «investment grade» que daba el fenecido Lehman Bros. No me haga reir que con el frío se me pasparon los labios.

        3. «Saben que dependemos del “viento de cola”, por más antipática que suene la frase.»

        A esta altura, más que antipática, mueve a la risa. El 1st. world estalla en pedazos, pero a nosotros nos sigue llegando «viento de cola». Qué culo que tenemos. Ocho años de culo ininterrumpido. Si es así, habrá que seguir votando a Cristina, ya que parece que «votar a Cristina trae suerte», como repite la geronte de los almuerzos.

        /chicana off/

        Pregunta: ¿Podrías OBJETIVAR el latiguillo? ¿Especificar y cuantificar su impacto? Creo que no. A vos te dijeron «repetí ésto, que a la gilada le encanta», y vos, obediente, repetís como loro.

        Si yo me equivoco, seguramente podrás contestar las preguntas ¿o no?

      7. Hola, Eduardo:
        Gracias por tu comentario. Siemrpe es bueno el debate de ideas.

        1) Cierto: afuera se nos cagan de risa.
        La convalidación de tasas se verifica por el hecho de que nuestra deuda actual, alrededor de 170 mil millones de los verdes, es similar a la del menemato, antes del default.
        Y eso a pesar del «haircut» de 80 mil millones, pero que no incluyó los 30 mil de los holdouts (intereses incluídos – muy altos), lo cual colaboró al «des-haircut» de la ídem.
        Si querés «un» caso tomá el de los holdouts. Independientemente de que haya más que un caso, o no, (pienso en el Club de París también), los números gruesos son lo que me interesa y que acabo de exponer.

        2) Perdón por la chicana. Que los brasucas resuelvan sus problemas, y nosotros los nuestros. Cuidate del frío.

        3) Me hace feliz que te muevan a risa mis palabras, eso aumenta la producción de endorfinas. No tenés nada que agradecer.
        El 1st world llora mientras nosotros contamos granitos de soja. No está mal. Veremos qué ocurre al final de la crisis en ese primer mundo que nos presta plata (y nos va a tener que prestar, te voy avisando), y que es dueño de las tecnologías que nosotros compramos pagando buenos royalties.
        Lo nuestro no es “culo”, es gestión pura y dura por parte de Dios. Y estar bien con Dios no puede ser otra cosa que virtuoso. Para que crezca la soja, qué se yo…. Tal vez para ello también haya que seguir votando a Cristina(Cristina – Cristo – Dios… todo está relacionado).

        Sobre tu pregunta final, te digo que nadie hay que me de letra. Encima gratis, yo no lo toleraría: sabés que cada uno de nosotros tiene un precio.

        Desde ya quedo a tus órdenes para ampliar cualquiera de las cuestiones en debate.

        Saludos.

      8. David: Mestraña, araña:

        1. Los 170 mil millones que vos mencionás se refieren al VALOR NOMINAL de los títulos emitidos para la reestructuración de la deuda, que incluyó el famoso haircut de 2/3. Este VN incluye capital + interés. Considerando que hay títulos que «maduran» recién en el 2048 (o sea, dentro de 37 años), cabe inferir que el grueso de los 170 mil millones corresponde a intereses, no a capital. En términos de VPN (tiki-taka) es un tercio de esa cifra, y los 2/3 restantes corresponden al haircut aplicado. Dicho de otro modo, si adelantáramos el pago total de un saque y lo pagáramos hoy, no pagaríamos 170 sino 170/3. El resto son intereses a pagar distribuidos a lo largo de 37 años, que no «convalidamos» sino que «impusimos». Y los buitres quedaron con el upite carmesí, llorándole a Griessa. LTA.

        2. Hundido.

        3. Como veo que le sacás el culo a la jeringa a cuantificar el «viento de cola», te lo voy a decir yo: El PBI agropecuario es del 9% del PBI total. Te queda a vos explicar cuál es el «viento de cola» que impulsa al 91% del PBI restante. P.e., a la construcción, a la industria automotriz, a la textil, etc.

        5 millones de puestos de trabajo ADICIONALES (de 12 a 17 millones) no se explican con el «boom de las commodities», que yo sepa. A menos que creas que los 5 millones están plantando soja.

      9. Eduardo:

        1) Los 170 mil millones son Valor Nominal Actual, como se miden todas las deudas del Universo.
        Ni quieras pensar a cuánto van a ascender los bonos que vencen en 2048… pero podrías agregarle un par de ceros…

        Y es cierto que gran parte de nuestra deuda actual son intereses. Solo que son intereses pasados, devengados y capitalizados. Por eso este gobierno “nac & pop” debiera denunciar la ilegitimidad de la deuda (heredada y no heredada) en los foros internacionales. Haciendo suyo el caso “Olmos”, con el que todos los gobiernos se hacen los distraídos desde hace 20 años…

        Ahora bien, si tu fantasía (o tus fuentes masomenos “académicas”) dicen lo que decís que dicen, explicales que entonces sería un negoción pagar la deuda actual a 1/3 de su valor, digamos 60 mil millones, con lo que se podrían hacer 240 planes de viviendas “Madres – Schoklender”, en vez de regalárselos a los buitres cuyo upite está rojo carmesí. ¡Ja! Seguimos siendo los mejores.

        2) “Hundido” no es un argumento.

        3) Otra sanata de las usinas “nac & pop” que nunca miraron la WEB del Ministerio de Economía:

        El PBI agropecuario (directo) es el 9% del PBI, efectivamente. Sin tomar en cuenta los servicios e industrias asociados (lo cual suma bastante más).

        Pero… ¿sabés qué ocurre? Lo que importa es cuánto de ese PBI se exporta, para tener los odiados billetes verdes, con lo que “honramos” nuestras deudas.

        Casi el 40% de las exportaciones son: Porotos de soja, resíduos de soja, y aceite de soja. El perfil primario de las exportaciones casi no se modificó en el último siglo…

        Y ya que hablás de la industria automotriz, tengo otra mala noticia: Produce PBI, (igual que los servicios que no se exportan) pero es una industria subsidiada por la gilada con sus impuestos, así exporta de modo compensado con las otras fábricas de las mismas multinacionales, principalmente de Brasil.

        Y yendo a tu última humorada, el aumento de los puestos de trabajo son obra mayormente de las PYMES industriales, que son las que más empleo dieron y dan históricamente.

        El “boom” que señalás se debe a la devaluación del maldito Duhalde, que el kirchnerismo heredó y aprovechó muy bien. Y antes de que comiencen a cerrar esas PYMES gracias al costo argentino (=inflación en dólares), convendría acordarse de ellas, por ejemplo… devaluando. Cosa que nos alejaría del beneplácido de los “buitres”, y su upite viraría al extremo violeta del espectro. Lo que no está en planes del Gobierno.

      10. David: primero, el complejo sojero no aporta el 40% de las exportaciones. Todas las manufacturas de origen agropecuario andan en el 35% (incluidos el azúcar y los limones tucumanos, los cítricos correntinos, las manzanas rionegrinas, el maíz, el trigo, el girasol, derivados, la carne, las aceitunas riojanas, etc.).
        Lo que por ahí querés decir es que las exportaciones del complejo sojero son un 40% del superávit comercial.
        No sé, pero ese dato me parecería más creíble.

        Igual, para obtener el neto de exportaciones del sector habría que restarle las importaciones (semillas, agroquímicos, maquinarias y repuestos).
        Seguiría siendo alto el saldo, pero…

        Segundo, devaluar no es una medida mágica.
        Cómo harías para que la devaluación sea eficiente?
        Para devaluar tenés que generar un shock de demanda de dólares para provocar escasez. El Central tendría que emitir y salir a comprar dólares agresivamente.
        Para que esos pesos emitidos no se transfieran a demanda agregada tendrías que tomar alguna medida de absorción, porque si no al poco tiempo la devaluación se te transforma en aumento de precios y salarios.
        Teninedo en cuanta que lo que más le resta competitividad al sector industrial es el nivel salarial alto, necesitaría para ganar competitividad efectivamente con la devaluación congelar salarios. O bajar las expectativas de indexación de los mismos.
        Cosa que podrían hacer sin necesidad de devaluar.
        Pero tiene altos costos.

        Pero el punto no es solo ese.
        La competitividad ganada sería aumento de ganancias para el complejo sojero, para Aluar, Acindar, Siderar, Siderca.
        Todas empresas que producen insumos para la producción, con baja elaboración, que exportan bastante. Con ese diferencial de ganancias, les ponés plata en la mano a empresas que derivan esos billetes a la especulación en el mercado financiero, y que pueden implementar maniobras de veto a las decisiones económicas que no les agraden, o incluos provocar consiciones para hacernos «devalaución-dependientes». Esa faena la llevaron a cabo, estos mismos actores, durante muchos años en Argentina.

        La deuda, por su parte, salvo que propongas un default habría que pagarla igual. Y más cara, porque saldría más caro en pesos conseguir los dólares para hacerlo.
        Los «buitres» que nombrás no entiendo en qué perderían.

        Un abrazo

      11. En realidad las exportaciones argentinas de agroalimentos (excluyendo pesca) fueron 51% del total en 2010. El complejo cerealero y oleaginoso (ya sea como granos, harinas pellets o aceites) representó solito el 36,3% de las exportaciones argentinas del año pasado.

      12. Tenés razón, Mariano: La soja ronda el 30% y sumando el resto de los cultivos y la carne, se llega al 40%. Confundí la exportación de soja con toda la exportación primaria.

        Buena pregunta sobre la «devaluación eficiente»: Si devalúo se benefician los que vos decís, pero también las mayores dadoras de empleo: las pymes. Sufren los bancos, los fugadores de dólares y los consumidores de productos importados.

        La devaluación duhaldista no requirió de todas las condiciones que enumerás, aunque fue sumamente traumática para grandes sectores. Solo que permitió el reinicio de la reactivación.

        La deuda no cambia, efectivamente. Y con el próximo «default» los buitres nos van a querer menos. Y sufriremos hasta que se haga un «recorte» real y definitivo del latrocinio que es nuestra deuda.

        Nada es perfecto, obviamente.

  5. Los posts que escribis vos tienen menos comentarios porque tocas cuestiones medio tecnicas, hay que prestarles mas atencion y entonces es mas dificil opinar

    Saludos

  6. los post de mariano son lo mejor de AP. Lejos.
    Es el Kirchenrismo que nos gusta. Totalmente lejano de las posiciones talibanes. Son los post donde se puede dialogar con las otras personas que no estan de acuerdo con el gobierno. Porque si algo tenemos que entender quienes nos consideramos K es que , no porq alguien discuta la viabiliad o no de medidas tecnicas , se convierte ipso facto en algo como «enemigo de la revolucion». Ojala hubiera muchos post de este tipo y no tantas tonterias Nac y Pop de chicos de clase media.

  7. Mariano:

    Puede que tengas razón con lo del «investment grade». O también puede que ocurra exactamente lo contrario.

    ¿Quién puede imaginar semejante escenario en la Argentina? ¿Una avalancha de emprendimientos productivos que terminen de enterrar a las Pymes, o que tal vez las tengan como socias?

    Saludos.

    1. Lo que pasa que investment grade te acerca inversión en activos financieros, no productiva.
      Te aprecia la moneda. Te sube la tasa real de interés.
      Todo contra (más en contra) de las Pymes.
      Un abrazo

    2. Durante la convertibilidad no llegamos a tener investment grade (94, 95?). Si no fue así, pegamos en el palo. Teníamos una muy buena calificación de deuda. Era muy barato tomar crédito afuera, para el Estado y los privados.
      Abrazo

      1. Si bien es cierto que habitualmente el «investment grade» se refiere a flujos financieros, estos están íntimamente ligados a la cuestión productiva:

        Si tengo un proyecto de inversión productiva que me rinde un 15% anual, la conveniencia o no de hacerlo se toma en referencia a la tasa de interés. Si la tasa es del 10%, la ganancia por producir es 5% adicional. Si la tasa es 3%, la ganancia por producir es del 12%, o sea más del doble.

        Así se evalúan los proyectos de inversión, y lo que interesa es la ganancia diferencial (tasa interna de retorno -TIR) y no la tasa absoluta. Por eso convienen más las inversiones productivas en los países «serios».

        La «virtud» que tenemos los países subdesarrollados es que conviene prestarnos flujos financieros y no productivos, ya que rinden 5 ó 6 ó más veces que en el mundo desarrollado, y corren como único riesgo, el inexorable default, el cual queda descontado luego de unos pocos años de ganancias grandes y fáciles.

        Es más, luego del default hasta es posible convertirse en «fondo buitre» y sentarse a esperar el merecido «reconocimiento», como ocurre hoy con los «holdouts».

        Los años recientes, y probablemente varios más que sigan, serán de inmensas ganancias financieras… hasta el próximo default. (¡Qué lindo es dar buenas noticias! – como decía De la Rúa)

  8. Hay un tema para tocar, los salarios van a poder seguir subiendo un 20% nominal en dólares? (supongo un aumento del 30% y una devaluación del 10%,un cálculo rústico)

  9. Coincido cuando le das la importancia que merecen a los flujos financieros.
    Esos son mucho más relevantes para el tipo de cambio real que el saldo comercial. Estamos relativamente aislados, y un goteo persistente sobre las reservas(utilidades, compra de minoristas) se lleva el superavit comercial casi entero.
    Si algun día volvemos a los mercados, la clave es lo que se pueda hacer para frenar esos flujos, sobre todo cuando quieren entrar. Porque si no, reíte de exportaciones e importaciones.

  10. Mariano ¿que pasa si de deján de cobrar retenciones, además de los problemas fiscales de corto plazo??. Pregunto porque no le veo sentido cobrar retenciones a los principales productos de exportación. No veo a Alemania cobrando retenciones a sus productos industriales. Por otro lado y entrando a lo político, veo que al gobierno no le importa la suerte de los trabajadores rurales. Menos ingresos del productor agropecuaria menos sueldos paga. Lo mismo para las exportaciones agroindustriales. Fijate el caso de la carne nomás.

    1. Si se dejara de cobrar retenciones a la soja, nadie se dedicaría a otra cosa. Hasta los narcotraficantes abandonarían un negocio tan poco rentable.

      Y como es obvio, si por sembrar soja ganás 100, por hacer novillo (o peor aún, tambo) vas a pretender ganar 200, o 300, ya que con «el shusho» inmovilizás la guita 4-5 meses, contra 2,5 años del novillo o 4-5 años del tambo. Ni qué hablar de la cantidad de mano de obra que implica, ni el aumento del costo de la tierra para producir cualquier cosa que comamos aquí.

      He ahí el resultado del «no positivo» del Cletito: en tres años, otras 4 millones de hectáreas destinadas a la hacienda pasaron a la sojita. Como para que no suba la carne. ¡Gracias, Cleto! Los chanchos chinos no pasarán hambre…!

      1. Mentira- De hecho el crecimiento de soja entre Marzo 2008 y Marzo 2010 fue aa expensas de otros cultivos, mientras la superficie agrícola total no solo se
        Siempre cualquier producción agrícola tuvo más rentabilidad que la ganadera.
        Los orígenes de la debacle ganadera fue la política del gobierno de castigar al sector con manipulaciones y cierres, y la actitud infame en la sequía de 2009.
        Los diagnósticos idiotas llevan a soluciones idiotas.

  11. Mariano: Echale una mirada a ésto(1) que publica hoy Zaiat, particularmente a esta parte:

    «El comportamiento del tipo de cambio en términos nominales ha transitado a contramano de lo sucedido en muchos países de la región, que han registrado apreciación de sus respectivas monedas. El argumento de la ortodoxia y también de cierta heterodoxia refiere a que Argentina también ha revaluado su moneda por el alza de los precios internos. Esa supuesta pérdida de competitividad estaría motivada por la inflación interna. En una evaluación más compleja, en especial sobre los efectos de la “enfermedad holandesa” en el sector industrial, se observa que la competitividad relativa sigue siendo positiva. En un informe del Banco Central se detalla que el tipo de cambio real deflactado por salarios, indicador aproximado para medir la competitividad en la industria, se mantiene en marzo de este año 45,7 por ciento por encima del promedio de la última mitad de la década del noventa. En relación a Brasil, uno de los principales socios comerciales, ese índice se ubica 53,2 por ciento más elevado en esa misma comparación.«

    (1) http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-171384-2011-07-03.html

    1. Eduardo: lo que dice Zaiat no es incompatible con lo que decimos acá.

      Porque más allá de aceptar o no los datos del BCRA (esos cálculos de TCR son controvertidos siempre), lo que se plantea es que existe una tendencia de largo plazo a la apreciación cambiaria en todos los países emergentes.

      El encarecimiento en dólares es parejo en Argentina y Brasil (si no es mayor en Brasil).
      Por eso es sorprendente que se señale a la inflación argentina como «causa» de la apreciación cambiaria, cuando en realidad es una consecuencia de ella, y de las formas en que reacciona ante ella la autoridad monetaria argentina.

      En Brasil, el aumento de precios de bienes y servicios es menor (en reales), pero tienen inflación en activos financieros (y paralelamente sube la tasa de interés real y baja el dólar). Lo cual hace que la baja inflación en reales sea ficticia, porque la verdad es que queda absorbida por la apreciación nominal del real. En dólares, tienen una inflación del 20% más o menos.
      Digo Brasil, como podría decir varios países latinoamericanos (y emergentes en general).

      Ahora bien, si la situación cambiaria multilateral nos hace ver como que no perdimos tanta competitividad (comparada con el resto de los emergentes), no hay que subestimar un escenario futuro de alerta: el ingreso de productos yanquis, o incluso europeos si se ratifica el desmembramiento del euro o se consolida la baja del salario real en esos países.
      EEUU está devaluando. De manera brusca. Necesitan reactivar su economía recuperando competitividad. No pueden seguir viviendo de prestado.
      La situación termina en fin del uso del dólar como moneda de reserva mundial. A la larga.
      El tema es que ningún país emergente quiere asumir el rol de depositario principal de los flujos financieros (importar gracias a los «préstamos»), dándole la espalda a la producción secundaria.
      Un abrazo.

      1. Mariano: Si USA está devaluando, y el peso se mantiene atado al dólar, ergo nosotros también devaluamos. A diferencia de Brasil, que revalúa.

        Mientras mayor competitividad gane el dólar, lo mismo sucederá con el peso, ya que caen juntos y a la misma velocidad.

        Pero además, como cita Zaiat, el TCR deflactado por salarios es todavía un 45,7% mas competitivo que durante la segunda mitad de la convertibilidad.

        Mi hipótesis de bolichero, pero más de fondo, es que todos quieren hacerse de bienes, y no de papeles pintados que los representen, sea cual sea el Estado que los emita. Más finoli y académico sería decir que la moneda (cualquiera) está perdiendo aceleradamente sus propiedades fiduciarias y su reserva de valor. Como no se les tiene fé (fiduciario) ni se garantiza que a futuro representen X cantidad de bienes, se toman los bienes en sí en vez de su representación monetaria. Una vuelta al trueque, casi, en el que los silobolsas vendrían a ocupar el lugar de la FED y/o el BE.

        Si te fijás bien, verás que las materias primas suplen perfectamente a la moneda es dos de sus principales característcas: Como unidad de cuenta (p.e., un depto o una cosechadora=3 silobolsas) y como reserva de valor. Sólo para operaciones menores se convertiría fugazmente en dinero hasta convertirlo nuevamente en otro bien.

        Es como el baile de la silla: El que se queda con el papel, pierde.

      2. Eduardo: nosotros devaluamos, pero nominalmente, frente al dólar.
        En términos reales nos apreciamos porque nuestros precios aumentan unos 20 puntos anuales más que los yanquis.
        Entonces, en dólares, después de un año, estamos más caros.

        Ahora, el cálculo de Zaiat es el del BCRA. Ya te digo, no porque sea del BCRA, esos cálculos siempre generan controversia.
        Aunque es bastante probable que la situación sea esa que describe Zaiat, más o menos.
        Conservamos margen de competitividad cambiaria multilateral (o sea, en comparación con el promedio de las monedas de los países con los cuales comerciamos). Menor al de hace unos 5 años.
        Por ejemplo, sectores como software o diseño lo sufren. Ya no trabajan tanto para Europa como entonces.

        Tu hipótesis respecto de lo que pasa con las monedas es buena. Pero por ahí depende de que eso sea una tendencia a mantenerse por mucho tiempo, o parte de una transición.

        Un abrazo

      3. Mariano: «En términos reales nos apreciamos porque nuestros precios aumentan unos 20 puntos anuales más que los yanquis. Entonces, en dólares, después de un año, estamos más caros.»

        É vero…

      4. ¿Tendrá Zaiat algún conocido que sea industrial?
        Digo, para que le pregunte nomás, qué tanto nos (des)parecemos a la competitividad de la época menemista…

      5. Eduardo:

        Es cierto lo de los «papeles» y el juego de la silla.

        Ya en la época de los militares el ministro Lorenzo Sigaut llegó diciendo: «El que apuesta al dolar pierde»

        Ja.

    1. Al fin se cumplirá el anhelo de Sarmiento: Millones de europeos cultos y con alta instrucción, viniendo a reforzar el desarrollo imparable de la Argentina. ¡Hasta La Nación se está dando cuenta!

      1. Hay 45.000 más con nac española. Eso incluye gallegos que se hayan venido, argentinos con dobkle nacionalidad que han vuelto (pero dejan abierta la hendija) y nuevos residentes argentinos que han sacado la doble nacionalidad, por si las moscas.

  12. Mariano Como siempre, sus posts son de lo más sustancioso que por aquí se publica, como ya dijeron por ahí Void y Adaeido.
    Y una pequeña addenda a su tesis (que , en líneas generales, Usté lo sabe, comparto): El crecimiento de la economía, la complejización tecnológica, la diversificación de la producción y el alcance de medidas de escala global en algunas ramas de la producción («El desarrollo de las fuerzas productivas», Bahhh) generan Revaluación. Es como saltar de pantalla. La competitividad ganada provoca el aumento del costo argentino, como se dice. Es decir, genera nuevos desafíos: http://udi414.blogspot.com/2011/02/los-limites-del-capitalismo-argentino.html

    1. Que mala suerte tenemos Udi, en el resto del mundo, y en los libros, la competitividad y productividad bajan el costo!

  13. Bajan el costo por unidad de producto, aumentan el costo salarial. Lo suyo, Marianote, es transparente en demasía. Casi da pena. El desarrollo de las fuerzas productivas aumentan nuestro costo salarial porque actividades más complejas que mirar crecer los yuyos requieren de trabajadores calificados, que ganan mejor que un conductor de cosechadora, al que – dicho sea de paso – muchos le pagan «a cosecha», como si fuese un socio.
    Bah, a veces me pregunto para que pierdo tiempo. Sabe qué ? Si, tiene razón, la única forma de bajar el costo argentino es bajar los salarios. Incluso nominalmente, vea lo que le digo. Aumentar la rentabilidad empresaria, bajando impuestos, quitando retenciones distorsivas, generando climas de negocios, alentando la confianza de los inversores. En fin, alimentando tanto al caballo hasta que de su bosta se abone alguna flor.
    Má si.

    1. No es así, lamento que usted no haya tenido la oportunidad de una educación formal, pero por mi generación calculo que debo hacerme cargo de esas falencias de nuestra socidad. Hay escuelas nocturnas para terminar el secundario, si estos temas le interesan, le sugiero un comercial.
      Aunque es muy elemental para explicarlo, la productividad baja el costo de M de O por unidad de producto, no encarece nada. Si los trabajadores pueden conseguir parte de esa mejora de la productividad vía aumentos de salario, mejor para ellos. Cuando la mejora de la productividad es despareja entre actividades, algunas entrarán en problemas, y son las que abogarán por una devaluación. Yo siempre recomiendo a los dirigentes (en lo que me puden dar bola) que la causa de la devaluación es ajena, no del agro. La nuestra son las retenciones.
      Y no de vergüenza ajena opinando sobre agro, no sabe un pepino.

      1. Asi es Marianote, a duras penas terminé la primaria en un establecimiento rural cercano a Colonia Vela. Mi papá, peón en una estancia dedicada a la cría y engorde de hijos de puta, no pudo darme mejor educación, y a los 12 años tuve que ir a trabajar.
        Peor lo pasaron mis hermanas, quienes después de proporcionar al dueño de dicha estancia su consuetudinario derecho de pernada terminaron en un prostíbulo de Pehuajó, que por aquel entonces era un centro comercial y financiero de importancia en el el interior de la provincia de Buenos Aires.
        Con los años pude independizarme y monté una pequeña empresa para proveer de servicios a los esforzados colonos, quienes de tanto rascarse las bolas en las estaciones de servicio desarrollaron paspaduras muy acuciantes. Dicho servicio consistía en la aplicación, vía rectal, de una dosis de esperma bovino, el cuál – créase o no – obraba maravillas sobre el síntoma de la picazón. Naturalmente, como todo remedio – veneno al fin – generaba algunas consecuencias secundarias no deseadas, como por ejemplo la aparición de pilosidad en regiones faciales impensadas, vbg.: el paladar.
        Así las cosas, no tuve oportunidad de pagarme una educación – ni formal ni de ningún tipo – y aprovecho este espacio que generosamente nos provee AP para informarme e iluminarme, dado que el éxito de mi actividad empresarial me permite pasar horas frente al monitor de una bonita notebook.
        Me permito, por lo tanto, recomendarle – a riesgo de ser considerado un metido – la antedicha actividad económica. El mercado es amplio, y el precio del servicio asegura una rentabilidad superior a la media.
        Respetuosamente suyo.
        udi

      2. No necesito nada suyo, udi. Y me alegro que haya podido abandonar la profesión de sus hermanas, y que haya aprovechado algun resquicio del sistema para escapar de tan degradante actividad.

      3. Mire que el truco de desvalorizar al adversario por su nivel intelectual acá, jsutamente acá, y con Udi, le va a salir muy mal…, pero, siga participando! (Ahh quisiera saber cuántos de los empresarios agrarios tienen estudios terminados…)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *