Quizás me conozcan de películas como…

Soy una de las cien mayores empresas industriales de la Argentina. Tengo voz en la Unión Industrial Argentina (UIA) y también, junto con grandes compañías de otros sectores, en la Asociación Empresaria Argentina (AEA). No represento toda la visión del empresariado, es cierto. También están los bancos, los hipermercados y los shoppings, lo que queda de las privatizadas y todo lo que se desprende de la Mesa de Enlace. Pero, a la hora de conseguir voceros, soy una de esas “empresas a las que les interesa el país”.

Quiero timonear el tema del “pacto social” para que salga lo mejor posible de acuerdo a mis intereses, desde ya. Contener los aumentos salariales sin que se metan demasiado en mis asuntos. En ese contexto, no me viene nada mal que se hable mucho de los señores sentados del otro lado de la mesa, los sindicalistas. De lo que hacen y dejan de hacer. Siempre que se hable poco de mí, mantengo serias posibilidades de beneficiarme todavía más.

Me confieso un poco, ya que estoy entre amigos. Integro esta cúpula industrial desde hace tiempo. A pesar de que al sector le fue mal en los 90s, en mi caso la historia es distinta. Me mantengo entre las compañías manufactureras que más facturan. Me modernicé e internacionalicé. Logré despegarme por lo menos de las peores cosas que debió sufrir el resto de la industria durante el gobierno de Carlos Menem y lo poco que duró la gestión de Fernando De la Rúa.

Para que se den una idea: en los diez años del uno a uno, el PIB total aumentó 29 %, pero el industrial creció apenas 10%. Contando el 2001, la cosa fue todavía peor. El peso de la industria en la economía había caído 3 puntos en diez años y se ubicó apenas alrededor del 15 %. Sin embargo, me llevé bastante bien con los gestores de la convertibilidad. Comandé, claro, el repliegue de la industria hacia núcleos productivos vinculados a la explotación de recursos naturales y  vi caer en desgracia a ramas estratégicas: bienes de capital, metalmecánicas, electrónica industrial.

Desde la poderosa cúpula empresarial pude observar, un poco más cómodo, la suerte de la industria durante la recesión iniciada en 1997 y el quiebre de 2001. El PIB industrial cayó en esos años 16,5 %. Si se tiene en cuenta 2002, la cifra llega al 25,6%.

Con la mega devaluación -por la que hice un fuerte lobby- logré que se transfirieran parte de los costos de la crisis, no sólo a los trabajadores, desde ya, sino a las empresas de servicios públicos privatizadas y a los bancos.

Ojo, a partir de la devaluación a toda la industria no le fue nada mal. Entre 2001 y 2008, la economía en su conjunto creció 45,5% y la industria lo hizo 52,8%. En 2005 el PIB manufacturero superó los niveles de 1998 y el coeficiente de industrialización en la economía subió.

Pero a mí, claro, en la elite del sector, me fue tantísimo mejor. Dicho en criollo: en actividades en las que participan muchas empresas pequeñas y medianas (calzado, máquinas herramientas, prendas de materiales textiles) los precios mayoristas subieron entre 2001 y 2008 entre 70 y 130 %. Cuando vamos a los mercados altamente concentrados (mi hábitat natural, digamos), como por ejemplo elaboradores de cervezas, maquinaria agrícola, cemento y cal, siderurgia, cubiertas y neumáticos, aceites y grasas vegetales, los aumentos van de 260 a 440 %. Grosso modo, el triple.

Me fue súper en estos últimos años, la verdad. Ahora, si me preguntan qué me parece el Gobierno nacional, y… tengo mis reparos. A ver si lo puedo poner en números. En mi añorado 2002, cuando Eduardo Duhalde era presidente de la Nación, nuestro peso, el que tienen las cien mayores empresas manufactureras en el total de la industria pasó del 44,2 por ciento al 58,1 por ciento. Desde entonces, esa proporción viene en baja. En 2008 había vuelto al orden del 44,3 por ciento. No está nada mal, claro, pero la verdad, no me gustaría que nuestra influencia se achique aún más.

Cuando miro el conjunto de la industria también me preocupo. Por ejemplo: sólo en el dorado 2002 el sector logró un recorte en el costo salarial del 40 por ciento. Pero desde el 2003 no para de subir esa variable. Lo que nos cuesta en concreto pagar salarios es la cifra más alta cuando se mira una serie de 14 años.

Y la productividad sube, por cierto, pero no tanto como el costo salarial. Entre 2003 y 2008, la relación entre ambas variables cayó un 30 por ciento. Y en un contexto en el que la cantidad de obreros ocupados subió fuerte (en 2008 el sector tenía un 40 por ciento más de gente trabajando que en 2001).

Me gustaría volver a aquel año dorado del duhaldismo, claro. Y me resisto a que el pedazo de la cúpula en la torta industrial se reduzca al 35 por ciento que tenía antes de la recesión. Peleo como puedo. Presiono por un tipo de cambio alto, quiero que se mantengan beneficios para la industria automotriz, hago lobby para que se mantenga el poder regulatorio privado sobre oligopsonios agroindustriales y trato de quebrar cualquier tipo de toqueteo estatal sobre el mercado de combustibles. Ni me hablen de que el Estado quiera controlar fusiones y adquisiciones de empresas, que haya un política férrea de defensa de la competencia ni que el sector público se quiera meter en cómo hago para fijar los precios.

En general, solemos quejarnos de que estamos “aislados del mundo” como país y de que acá, así, no vienen inversiones. No es cuestión de levantar mucho la perdiz, pero claro, en confianza, lo digo: de las cien empresas que somos -las industriales de mayor facturación- en 1995 las extranjeras eran minoría: 36. En 2008, son nada menos que 7 de cada 10 y  manejan el 70 por ciento de las ventas del conjunto. Las empresas totalmente nacionales son cada vez menos entre nosotras (de 32 en el 2001 pasaron a 25 en 2008). Pero desde la crisis se la arreglaron para concentrar cada vez más porcentaje de las ventas. Del 20 por ciento al 27. Se las ve “gorditas”, rozagantes.

Me acuerdo todavía el momento en el que llegaron los coletazos de la crisis internacional, en pleno 2009, y salimos con todo a pedir una nueva devaluación. El Estado tuvo que intervenir para que no despidiéramos a tantos obreros. Y no nos privamos de tener fuertes conflictos con los sindicatos.

En 2010, la cosa cambió. Volvió el crecimiento fuerte de la economía, crecieron el empleo y el consumo. Pero el tipo de cambio no tiene el nivel que nos gustaría, los sindicatos siguen bastante activos, las molestas negociaciones paritarias continúan duras. Suficientes elementos como para seguir mirando la realidad desde un rincón conservador (no por nada la capacidad instalada industrial subió apenas 26,3 por ciento entre 2002 y 2008, cuando el incremento de la producción del sector triplicó ese porcentaje).

Habrá que mostrar los dientes lo más que podamos. Si el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner se muestra fuerte en la consideración pública será más difícil salir a exigir mega devaluaciones y a darle aire a candidatos alternativos, que nos garanticen que nada ni nadie tocará nuestra cómoda posición. Pero seguimos allí, expectantes. Firmes de nuestro lado del mostrador. Porque, después de todo, nos “interesa el país”, claro.

(Los datos estadísticos surgen de una lectura personal de: Azpiazu, D. y Schorr, M. (2010), “La difícil reversión de los legados del neoliberalismo. La recuperación industrial en la posconvertibilidad”, en Nueva Sociedad 225, Enero-Febrero 2010, Buenos Aires.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

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69 comentarios en «Quizás me conozcan de películas como…»

  1. escriba
    me puede decir en que paises con un pbi per capita +/- 30% del argentino ,en los 90, crecio el pbi industrial como porcentaje del pbi total?

      1. Escriba:
        ¿Y no será que algunos de estos Troy McClure la pasaron bomba en los 90’s, y los añoran, porque -como el emblemático señor italiano- se dedicaban a importar (gracias al tipo de cambio subvaluado) y a hacer grandes diferencias financieras (gracias a la convertibilidad y las altas tasas de interés) sin los ‘dolores de cabeza’ de la industria, como abastecimiento, sindicatos, etc. etc.?

  2. Esto es tan berreta como el último libro de Pacho O’Donell, «El Combate Perpetuo». A la mitad del libro lo tuve que dejar ya que se la daba de histórico y se la pasaba «imaginando» diálogos entre protagonistas de nuestra historia en los que, claro, los buenos eran requete buenos y los malos eran una mezcla de Dracula y Hitler (El buen Pacho señalaba los unos de los otros).

    Pero, en todo se rescatan cosas y las estadísticas que mostras son bastante elocuentes. La mentada industrialización kirchnerista explica parte del fracaso de la política económica. Si la capacidad instalada se incrementó en un 26& y la producción, triplicó ese porcentaje ahí se ve parte del efecto inflacionario que se replicá en los demás sectores: falta inversión y este gobierno «de tasas chinas» nada hizo para atraerlas. El cuadro se completa con el mal manejo de las finanzas, la emisión desmedida y tenemos una inflación que ya, para el año que viene, se proyecta de un 35%.

    Con ese nivel inflacionario, este modelo no tiene destino.

    1. Eso es muy relativo porque desde 1997 la capacidad ociosa de toda la industria era altísima. No hizo falta demasiada inversión en instalaciones y bienes de capital para aumentar la producción sino simplemente emplear gente y ponerse a laburar.

      1. Entonces la inflación se explica solo por la mala politíca financiera del gobierno.
        Pero entiendo que nada es relativo. Del 97 ahora pasaron 14 años: la capacidad ociosa se oxida.

      2. quise decir «en 1997″… mi viejo tiene una pyme metalúrgica y tiene máquinas viejas que todavía rinden y que no se oxidan… eso también es muy relativo… los bienes de capital no son autos a los que hay que cambiar el modelo cada 3 años… la mecánica sigue siendo la mecánica de siempre y las innovaciones tecnológicas son pocas.

        la inflación en Argentina es mayormente especulativa y hasta un premio nobel de economía lo sabe…

      3. Decir hasta un premio nobel lo sabe es toda una declaración de principios. Porque, in general, los premios nobeles no son los últimos en saber algo sino los primeros.

        Ahora si tan bajo concepto tenes de los premios nobeles, supongo que no te será difícil explicarme a mi, vil producto de la educación pública, el carácter especulativo de la inflación el país. Pero ojo Maurito que estás jugando con fuego porque para la ortodoxia kirchnerista no hay inflación. Anatema sobre vos!

      4. y quién te dijo que soy de la ortodoxia kirchnerista, Panchito? (perdoná que me tome el atrevimiento de devolver tu gesto de confianza por disminutivo)
        hay inflación en algunos sectores y está muy bien ocultarla (no a la gilada) a los bonistas extranjeros que actualizan el valor de sus papeles por IPC. Si es para ahorrar, está bien…

      5. Sos de la ortodoxia peronista.
        En primer lugar porque afirmas que hay inflación en «algunos sectores» por lo que desconoces tanto la definición de la inflación como sus implicancias.
        En segundo lugar porque pensas que podes construir un sistema político en base a la mentira. Y este gobierno no solo le miente a los bonistas extranjeros, que no se la creen. Le miente a la gilada, que tampoco ya le cree nada.

  3. Las mentiras de los kirchneristas son impresionantes.
    ¿Crecimiento industrial? comparemos el mejor años de la convertibilidad con el mejor año kirchnerista:

    Cunsumo de hierro y acero per cápita:
    1997 = 143.0 Kg
    2008 = 119.9 Kg
    Fuente: http://www.cisider.org.ar/index.php?option=com_remository&Itemid=27&func=select&id=8

    Veamos la producción de tractores:
    1996 = 5681
    2008 = 1748
    Fuente: http://www.indec.mecon.ar/nuevaweb/cuadros/13/EPI-12.xls

    Máquinas herramienta (para trabajar metales):
    1994 = 7224 (unidades)
    2005 = 2517
    Fuente: http://www.indec.mecon.ar/nuevaweb/cuadros/13/EPI-11.xls

    Esta es la verdad, agarren los libros que no merden.

    1. eh, pero comparados con el 20 de diciembre del 2001 estamos mejor viejo!!
      Es más, crecimos la producción industrial un 13.800% comparados con ese día -que es el momento cero fundacional con el que se equipara el gobierno para toda comparación histórica.
      Además el mero hecho de atreverse nombrar algo en que se estaba mejor con el menemismo es señal de «ser ultramenemista liberal y garca» … ni que decir de comparar con Alfonsín (que sería equivalente a apoyar los saqueos en el conurbano y la hiper de un 300%).
      No hay crisis, y los únicos índices a citar son dos: cultivo de soja y producción de autos. Y san se acabó!

      1. ¿Usted y Acevedo juegan el campeonato de la mala fe?
        SUS AMIGOS (de ambos) comandaron la caída en picada de todas las variables económicas y sociales desde 1997/8 en adelante, que llevaron a la crisis de 2001/2.
        Y desde 2002 en adelante las variables volvieron a mejorar, cualquiera sea el criterio con que se las analice y las causas que se suponga.
        Es decir, tomar como ‘origen’ la crisis de 2001/2 sirve para marcar quiénes y cómo LLEVARON A ELLA, y cómo se salió de ella. No tiene sentido burlarse de eso, porque esa situación fue real, y tuvo causas.
        Si no quieren partir de 2001, bien: partamos de 1997 y EXPLIQUEN POR QUÉ SE FUE TODO AL DIABLO, Y QUIÉNES MANDABAN EN ESOS AÑOS. (Y ya les aviso antes de que derrapen también con eso: Néstor Kirchner no tenía ningún poder fuera de los límites de Santa Cruz y no tuvo la culpa de nada, por más que inventen que elogiaba a Menem y Cavallo).
        Y no se burlen de las comparaciones temporales, porque en los 90s SU menemismo/cavallismo/alsogaraísmo/neustad-grondonismo se pasaba la vida ensalzando a Menem en comparación con… la hiper transitoria de 1989. Y repitiendo la reverenda pelotudez de que ‘era un 10000 (o algo así) por ciento anual’.
        Realmente, con sus argumentos chantas aquí no van a convencer a nadie. Prueben por otro lado. Aquí se piensa.

      2. No sé Raulito, yo no estuve con Menem ni de la Rua ni Duhalde. Se puede decir lo contrario del kirchnerismo, cuyos líderes fueron parte del menemismo, del duhaldismo y toda su militancia «progre» surgió de la Alianza.
        Lo que se dice, los mismos que crearon los problemas ahora quieren que se les agradezca por dar marcha atrás con ellos.

    2. Alcides: el el post habla de la recesión iniciada en 1997. Por qué tirás datos hasta el ’97? Vos te aprovechás del viento de cola, no te pases de vivo. ¿Después del ’97 llegó el «fin de la historia»? Contala completa. Ni un nene de cuatro años ignora que los ’90 sirvieron para desmantelar a la industria, lo dice hasta Ratazzi…

      1. AT tiene razón en un punto. Las estadísticas que citas muestran que la producción en 1990 era mayor que en el 97 (y también que ahora).

        Ahora, la verdad es que «la historia completa» no se puede contar en cuatro renglones de un post y lo cierto es que la industria en las últimas décadas sufrió los vaivenes generales de la política: del ultraestatismo al ultraliberalismo. Falta una política estable, coherente y posible. Algo que, por supuesto, este gobierno no puede llevar adelante, en parte por incapacidad y en parte porque es presa de sus propios preconceptos. Exactamente lo mismo que sucede en todos los demás aspectos de la economía.

        Este post de Escriba es la mejor ilustración de los preconceptos. Todos los industriales son barones de la industria así como toda la gente de campo es oligarca que juega al polo y esquilma peones. Y esto lo repite Carta Abierta y así regurgitado forma parte del discurso oficial. El discurso oficial lo ven en 6,7,8 hasta el hartazgo y entonces – en circulo vicioso – se transforma en la
        política económica del gobierno.

  4. Todo el mundo describe la economía como si toda ella fuera fruto de las «100» mayores empresas.
    Ese es solo un micromundo dentro del PBI total, ya que las PYMES significan el 75% del Producto.
    O sea, todo este largo artículo es para describir los intereses y posiciones políticas de quienes significan una pequeña parte de la generación de riqueza.
    Dale Escriba, animate: hablá de los que realmente «invierten en el País».

    1. Se habla de esos 100 porque esos 100 son los mas poderosos, los que tienen mas guita, contactos, influencia y por lo tanto, poder. Son los que integran UIa y AEA, los que hacen del lobby una profesion, los que generan corridas bancarias, los que fugan divisas cuando es necesario golpear la economia. Las PYMES son el motor de la economia, per ono tienen PODER REAL. Estos garcas si, y mas aun que el estado.

  5. Bueno, parece que a la industria en los 90 le fue bárbaro. No sé qué discutimos.
    Entre 1993 y 1998 la caída de la relación PBI industrial / PBI fue del 1,2 por ciento. Entre 1998 y 2001 3,6 por ciento. Entre 1993 y 2001 2,1 por ciento.
    Saludos

    1. Por favor, ¿en qué país no perdió participación la industria?
      De hecho la «industria» tiene más participación en Argentina que en Alemania, Japón o Estado Unidos.
      ¿Cómo puede ser que los peonistas no entiendan algo tan simple?

      1. Los países más desarrollados producen predominantemente servicios.
        Ojo, no venden delivery de motitos o vigilancia de negocios. ¡No señor! (Ese fue el cuento menemista)
        Venden tecnología, patentes y royalties.
        Los exportan como puro valor agregado.
        Ellos ya superaron la etapa industrial.
        Nosotros no superamos aún la etapa primaria. Así que nos falta mucho para industrializarnos de veras.
        A menos que peguemos un «per saltum» y nos convirtamos en potencia mundial sin haber pasado por una industria fuerte y sólida: total, Dios es argentino.
        PD: Los peronistas no entienden esto. Los demás, tampoco.

    2. David, Fernando Iglesias responde a eso, con razón, que es imposible que nosotros compitamos de igual a igual con los chinos que están dispuestos a laburar mucho por un puñado de arroz.

      Por lo que tenemos que buscar los nichos donde actuar. Por eso más arriba hable de una política industrial posible.

      Y si podemos dar el salto. Tenemos un pueblo educado y creativo. Hay que ser valientes.

      1. Por trabajar en tecnologías modernas, sé lo difícil que es tener nivel de la NASA, o el proyecto mundial de GPS, o tener los servidores principales de Internet, o una farmacología de punta.

        Sin una industria poderosa y muy desarrollada es imposible vender productos y servicios de alto valor agregado.

        Los chinos producen todo lo producible a fuerza de arroz y chanchos alimentados con soja argentina, es cierto. Pero los royalties los cobran EEUU y Europa.

        Nos nichos a los que podemos aspirar son interesantes, pero reducidos.

        Lo del «per saltum» fue una broma. En el embarazo no podés saltar del primer mes al octavo. Quélevachaché…

      2. Si ya se Escriba, para vos – que te la das de intelectual – Fernandito – que también se la da de intelectual – es un goma.

        Pero a el se lo escuché decir y suena razonable. Aún un reloj descompuesto da la hora correctamente dos veces al día

  6. En los noventa yo tenía una pyme y me fundí, con las maquinas que pude vender me compre un bmw del 97 para hacer de remis de ricos y famosos, en el 2001 perdí el bmw, despues consegui trabajo y en en 2005 saque un corsa que todavía estoy pagando.
    1997=bmw
    2010=chevrolet corsa
    Alcides Acevedo habla en serio.
    (cualquier relación con larealidad es pura coincidencia)

    1. ¿Te fue mal? ¿una PYME de qué?
      En una de esas fabricabas carburadores para Ford Falcon.
      Ahora estmos mejor, ensamblamos Celulares en Tierra del Fuego.
      A propósito ¿sabés en qué provincia se vendieron más autos per cápita?
      En Tierra del Fuego, todos importados ya que no pagan aranceles, encontrás modelos que no se ven en Buenos Aires… muy extraño.

      1. alcides el burundi times te esta haciendo mal, record de produccion y vos saltas con los 6 autos que hay en tierra del fuego, y metes la gansada de modelos que no se ven en buenos aires…hay te de ceylan en tierra del fuego??? desde que cerro BA pantry se hace cada vez mas dificil llevar una vida aceptable en bs as…no la dejes ir alcides

      2. Bien dicho «ensamblamos celulares». O sea que no fabricamos ni diseñamos. Tierra del Fuego es una especie de China subsidiada.

  7. Ok, record de ventas en Volkswagen. Pero sabían ustedes, que todo este «record» le da pérdida a VW? Lo único que les levanta los números son las venta de importados a los representantes de la UIA en zona norte.

    De que industria estamos hablando muchachos? Basta de hipocresía, seamos sinceros. Es una economía que va bien en términos de commodities, pero a nivel industria -agarro la torta estadística general- producimos bienes básicos, los cuales es imposible competir contra grandes países explotadores como China e India.

    Dejemos de filosofar y sustentar un sistema donde si cae el precio de la soja, cae la industria. Y todos los obreros subsidiados desde industrias no competitivas van a ir a parar al Indoamericano.

  8. Che, hay gente comentando para hacer campaña por acá? o trolls? o sólo lectores de La Nación? qué anda pasando? tan inocente soy?

    1. Ahora están los trolls de enero, mientras los otros se fueron de vacaciones. Luego se intercambian. Es un trabajo ¿vio?

      1. comparemos sueldos, che… a vos cuánto te pagan? a mí me dan 4 choris, 4 vasos de vino, dos planes a administrar a gusto y piacere y una gorrita de la CGT…

      2. A mi me dan mucho más.
        Me parece que no te valoras lo suficiente. Y si vos no te valoras, tus punteros tampoco lo harán.

      3. Nunca hay que decir ‘de esta agua no he de beber’…
        Los que trabajan en, por darle un nombre, ‘manejo de la opinión pública’, como ‘opositores furiosos’, si mañana gana Macri pasan a ser lamebigote… o Duhalde y pasan a ser lamecabeza… o Carrió y (bueno, no sabrían por dónde empezar a lamer pero les darían un mapa), etc.
        Y si se aburren y quieren insultar pueden ser ‘opositores de la oposición’.

      4. Lo del reloj descompuesto que «dá» la hora correctamente dos veces al día me mató Francisco. Ahora entiendo algunas derivas de la política nacional, los 90 por ej. Hoy, el reloj funciona las 24 hs. Vos, sabés leer la hora?

  9. Che, al vivo ese que critica a Pacho O Donell, avisenle que «El combate Perpetuo» es de Aguinis; si bien las críticas creo que se aplican al dedeillo, me pa que ese muchahcos menemista esclarecido jamás se atrevería maltrtar a un autor tan republicano y maquillado.

    1. Tenes razón. El titulo era la «Gran Epopeya». Ni el titulo me quedó en limpio, sabía que era grandielocuente y que la tapa era azul.
      Nada más quiero recordar.

  10. Bien escrito pero muy inexacto. Es como una versión forzada de lo que pasó. No se puede vivir de relatos, llega un momento que te estampas contra la realidad. Lástima que en el camino quede tanta miseria.
    Saludos

  11. Escriba, sería bueno que al amigo Aspiazu también lo cites cuando critica al gobierno. http://salioenlasnoticias.wordpress.com/2010/05/17/una-mirada-critica/ dos perlitas del amigo Aspiazu: «En la posconvertibilidad, la industria no volvió a ser el eje organizador de la economía que era en los 70 y se profundizó el perfil de especialización de los 90″.
    —¿La única política de reindustrialización fue el “dólar alto”?.
    —Sí, el tipo de cambio alto y algunas medidas puntuales como limitar las importaciones. No hubo una política activa de reindustrialización. Y el efecto del “dólar alto” no fue tan grande como para lograr sustituir importaciones.
    Es más interesante la conclusión del libro Hecho en Argentina, ahí está mas detallada la cosa.

    Lo que citas de Aspiazu es interesante, no solo por lo que dice sino por la cita del gran devaluador De MEndiguren, gran amigo de Duahlde y de Néstor y otro de los que se las da de desarrollista. EL tipo creé que por estar afiliado en algún momento al MID y tener una foto de Frondizi en el escritorio se es desarrollista. Dice el amigo en la nota 11: Una modificación del tipo de cambio no es inflacionaria. En el mundo hoy la prioridad
    es la recesión y lo que más aterra es la deflación, un mal que padecimos antes de la salida de la
    convertibilidad».

    El tema de la industrialización es complicado y parece que no solo es cuestión del tipo de cambio, como pensaron, El Cabezón, Néstor y Cristina.
    saludo

      1. ahhh mis disculpas entonces.
        te recomiendo la lectura de un libro suyo /Hecho En Argentina. Cuadno lo hagas podrás ver que el industrial que nos habla nunca podrá temer por las acciones de Cristina, al contrario.
        Otra recomendación, es que te fijes bien se el mercado de la maquinaria agrícola es altamente concentrado.
        saludos

  12. Para mí es un excelente y original post del @escriba.

    Admito que lo mío es mitad participar de un debate y mitad promocionar mi blog. Lo hago en la idea de que no debería molestar a nadie. Disculpen los que piensen distinto.

    Me puse a reflexionar sobre el poder económico y político en la actualidad. Cuál es la verdadera puja de poder. Y cuál el rol del Estado en esa puja: http://yaesta.blogspot.com/2011/01/el-poder-economico-y-politico-vale.html

    Abrazos

  13. Escriba: te salió bastante flojo tu enfoque de «relato del protagonista primera persona». Dejas la sensación de que te formaste en aulas universitarias, bibliotecas, pero que no franqueaste con frecuencia el portón de una fábrica. Resumineondo queda claron que no sabes ponerte en la piel de un empresario.
    a) Tu industrial argumenta y piensa en dimensiones de economista y no de empresario: a estos últimos les interesan las ventas, los mercados, los costos y los márgenes y no tanto datos del tipo relación entre el PBI total y el PBI industrial u otros datos macroeconómicos que mencionas. También suele defender antes que nada los intereses de sus propia empresa y se alinea con otros en tanto y cuanto coincidan con los propios.
    b) Al estilo del maligno Mr. Burns de los Simpson le haces decir “…para que salga lo mejor posible de acuerdo a mis intereses…”. El empresario tiene que actuar defendiendo los intereses de su empresa, respetando normas y leyes claro está, sino es un mal empresario. De hecho el el empleado , el trabajador o el kiosquero de la esquina de mi casa también actúan de acuerdo a sus propios interéses, y no me parece mal tampoco. Es el estado el que debe fijar las pautas asegurando equidad, convivencia y justicia social.
    c) No creo que prácticamente ningún argentino, tampoco los industriales puedan añorar el año 2002, en el que realmente estábamos por el piso.
    d) Tu empresario dice “El Estado tuvo que intervenir para que no despidiéramos a tantos obreros”, como si esto fuera un placer para él . No creo que haya persona en su sano juicio a la que le cause gracia despedir gente…
    e) Entiendo que si hay algo que le critica el empresariado al gobierno es la inseguridad jurídica, el constante cambio de reglas de juegos, la manipulación de estadística y una excesiva carga impositiva.

  14. Excelente lo tuyo, Escriba. Contra la mayoría de los comentarios publicados, tu aporte es preciso, estimulante y ameno. Sin embargo es una pena tirarle margaritas a los chanchos, gastar pólvora de la buena en tanto chimango ( aunque debería decir cipayos en vez de chimangos ).
    El cretinismo de los presuntos expertos, detractores de tus contribuciones, es nauseabundo.
    Su presencia permanente en los escenarios mediáticos de los 90 ( antes en los años del genocidio cívico militar y todavía más atrás cuando eran infructuosamente replicados por Prebisch para recordar a quien bien citaste vos ), fue una verdadera tortura. Tanto que a veces siento que una de las más valiosas contribuciones del país que comenzó a transformar Néstor Kirchner en 2003, fue sacarlos de la vidriera. Y no porque hayan sido censurados o porque los medios no siguieran estando en sus manos (sos sus dueños y/o sus mejores voceros y amanuenses , sino porque la contundencia de los hechos políticos, económicos y sociales los dejaron en una situación tan rídicula que no pudieron mostrarse sin antifaz. Hoy los reemplazan los Fernando Iglesias, los chicos bien y rubiones de Carrió o los duhaldo-menemistas residuales. Abrazo, Escriba

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