El balance (acerca de la reunión del viernes)

Después de la gran reunión de Artepolítica, algunos de los que estábamos nos quedamos en otra reunión. La consigna a discutir: el escenario post-conflicto.

El debate iba más o menos por una única senda: el conflicto estuvo bueno, nos politizó, nos movilizó, nos hizo juntarnos. La intervención de Alejandro me pareció muy acertada. Mientras nos dabamos loas por lo lindo de la politización, de la sobremesa que abandonaba a Tinelli por las hectáreas de Urquía, el compañero Alejandro llamó a la gente, diplomáticamente, «a dejarse de hinchar las pelotas». Que el conflicto por el conflicto mismo, no vale nada: si no favorece al campo popular, el conflicto no sirve. Y, al final, quizás como estrategia retórica, dijo algo que hizo saltar a unos cuantos: que cambiaba la sociedad movilizada por la aprobación de la medida sin el conflicto.

Inmediatamente salieron quienes dijeron que sin la sociedad movilizada la redistribución es imposible, que ambas categorías no se excluyen, sino que se complementan. Yo creo que es cierto, pero que faltó decir algo, y por lo menos esa es mi interpretación de lo que dijo Alejandro. Si la idea era hacer un balance, ver cómo queda el escenario post-conflicto, tenemos que ver qué ganamos y qué perdimos. Si lo que rescatamos como positivo es la politización -si es que la hubo a niveles tan elevados como creemos- del otro lado tenemos la aplicación de un límite estrecho para la intervención del Estado en la economía. Está buenisimo que nos juntemos más que antes, que haya gente que empezó o retomó la militancia. Pero si eso es lo único que ganamos, el costo que pagamos es altísimo. Porque a cambio de ese resurgir, que es válido y que a mi también me pone contento, ahora tenemos que ir a pelear cada una de las medidas al Congreso con toda la cancha a favor de los legisladores, que saben que quien no puede perder más es el Gobierno. Se perdió capacidad de intervención, el error táctico se pagó con gran parte de la iniciativa política, además de que se hicieron evidentes dos cuestiones (creo que lo dijo Mendieta, corríjanme sino): el Gobierno no tenía el acompañamiento de la clase media (un error de cálculo gravísimo), y el kirchnerismo no era hegemónico. Existía «el clima hegemónico» porque, por un lado, los medios lo fogonearon y, por el otro, porque el kirchnerismo cerró con todos los gobernadores que ya venían gobernando. Pero eso está lejos de ser hegemonía. Hegemonía hubiese implicado la alineación de los gobernadores y sus legisladores con el proyecto de regulación de los derechos de importación. Si ni tu propio vicepresidente te vota el proyecto, la hegemonía ya pasó a ser un chiste, pero no porque la rompieron los empresarios del agro en una patriada contra el autoritarismo, sino porque jamás existió como tal. El problema, como muy bien lo señalaron ayer los compañeros, es que el Gobierno mismo se creyó las dos cosas: que tenía a la clase media y que era hegemónico.

Hacia el futuro, coincido otra vez con Mendieta, la clave es el 2009. Yo me la juego: hay que ganar, como sea. Y no por el futuro del kirchnerismo, sino por el futuro del campo nacional y popular. Porque si perdemos no va a ser contra la «Constituyente Social» de Lozano, De Gennaro, Ripoll y Buzzi.

14 comentarios en «El balance (acerca de la reunión del viernes)»

  1. Coincido Pablo. Lo de la hegemonia lo veníamos charlando en la reunión de Artepolítica y creo que el que tiró la punta que luego elaboró Mendieta (en una intervención soberbia) fue Manolo y todos aportamos.

    El balance no puee ser más positivo.

    Un abrazo

  2. «Si la idea era hacer un balance, ver cómo queda el escenario post-conflicto, tenemos que ver qué ganamos y qué perdimos».

    Esa es la cuestión, digo en plan calavera.
    Estoy de acuerdo con que se perdió la posición ofensiva (tanto en sentido de estar al ataque como de ofender, subvertir, enojar a quienes hay que hacer enojar, y no a quienes hay que ganar), pero no creo que tenga que ver con la cantidad de gobernadores, intendentes o vicepresidente que se pongan en fila detrás del proyecto. No coincido con que hay dos problemas en términos a)Clase media en contra y b)Crisis de hegemonía, me parece que estamos hablando de la misma cosa.
    Las formas de interpretar dependen en gran parte de los medios, pero la producción de sentidos sociales está en manos de la clase media («es su misión histórica», diría Carlo, el que no leía a Sócrates). Lo claro es que la clase media no dejó que el gobierno se joda porque la medida era progresista, sino que lo hizo justamente porque el gobierno no midió en el progresómetro, porque se agotó el capital simbólico (merecidamente ganado) de los derechos humanos y del crecimiento con derrame inminente.

    Habría que rescatar las propuestas del «Hola, Cristina» de hace unas semanas, tomar el teléfono y tratar de salir por el lado de un plan de desnutrición cero, de alfabetización universal, de cobertura plena para embarazadas, y recordar(nos) a la clase media desde qué lugar se gana y se pierde, y por qué razones vale la pena cada uno de estos fines (y de estos medios).

  3. Martín, yo no creo que haya habido crisis de hegemonía: yo creo que la hegemonía, si querés hasta en sentido gramsciano, nunca existió. ¿Era verdad la cooptación de los gobernadores y legisladores?, ¿o simplemente se plegaron al proyecto que parecía ganador, en una alianza electoral que convenía a ambas partes?,¿y eso es hegemonía? A mí me parece que no, sobre todo cuando queda demostrado tan claramente que, a la hora de decidir, no son «orgánicos» con el proyecto que supuestamente los coopta.

    Saludos.

  4. Lo que decía Alejandro en la reunión -lo que intentaba rebatir- hoy lo llevó al extremo De Gennaro:

    «En este sentido, además, calificó como “formidable que un millón de personas salieran a las rutas para discutir estos temas” cuando se generó la discusión entre el Campo y el Gobieno.»
    http://www.24con.com/conurbano/nota/5601-De-Gennaro-se-postular%E1-para%A0diputado%A0en-2009/

    El conflicto no es bueno por sí mismo. Es bueno si hay un avance de los sectores populares.

  5. Creo que es interesantísimo el tema de la discusion politica que se plantea a partir de las retenciones. Que pueda instalarse en el colectivo social y permanecer es otra historia, se me aparecen algunos escenarios posibles donde la desmovilización de la categoria «poblacion urbana» se comienza a presentar.
    Quizá lo único que lo mantenga como tema posible y pueda generar algun tipo de producciónpolítica es

  6. ups…..
    Quizá lo único que lo mantenga como tema posible y pueda generar algun tipo de producción política es
    que el propio sector » campo » lo mantenga en el imaginario colectivo como problema.
    Ahí qhabrá que ver si los partidos ,peronista , radical o quien sea, tienes capacidad y voluntad para » hegemonizar » la sensación popular.
    Menudo desafío para todos los think tanks.

  7. No deberíamos confundir Hegemonía -en el sentido gramsciano-, con Cesarismo -en el sentido decisionista schmittiano-. Para éste último alcanza con una serie de acuerdos políticos por arriba o, si se quiere, cooptación.
    La Hegemonía tiene un componente concensual que requiere la interpelación a los actores sociales; y para eso es necesario identificar correctamente a las clases, sus sectores y estratos y generar las políticas segmentadas que los interpelen. Todo lo que estuvo ausente de la formulación de la 125.

    En esta entrevista, Julio Godio reconoce que la toma de decisiones «desde arriba» era necesaria en 2003, cuando la sociedad civil (y, particularmente, las distintas fracciones productivas de la burguesía) estaba paralizada. El éxito de la acción política del Estado es la que le permite reconstituirse y reclamar participación en la toma de decisiones. La derrota parlamentaria del kirchnerismo expresa la paradoja de su éxito. La ingratitud de los beneficiados por su acción debía ser considerado como un dato político, no un reclamo moral.
    http://www.rionegro.com.ar/diario/debates/2008/08/10/14158.php

  8. Gracias Roberto, es lo que estaba tratando de decir. La supuesta hegemonía del kirchnerismo se la planteaba en sentido gramsciano, esa fórmula inventada que denominaron «totalitarismo light» (¿?). El poder era absoluto, Kirchner hacía y deshacía a su antojo. A la primera de cambio, se demuestra que la hegemonía eran cierres por arriba, cooptación.

    Que los medios lo hayan planteado así no me preocupa para nada. Las reglas de juego son así. Lo que me preocupa más es que el Gobierno se lo haya creído.

  9. Tomás, borrá a esta manga de nazis. Una cosa es no escucharlos y otra dejar que usen Artepolítica para hacer propaganda.

    No sé, hay que pararlas de prepo a estas lacras

  10. Yo propongo que a estos pelotudos los atemos a una silla y los obliguemos a escuchar «Copacabana» hasta que echen espuma por la boca. Igual se nota que es un copy and paste, porque Barry Manilow hace ratazo que no suena por ningún lado.

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