Perspectivas : el «frente» fiscal

En este momento, en que el “veranito” finalmente terminó, y se desmorona el “modelo de estructura productiva con matriz diversificada y tipo de cambio competitivo”, nos sentimos en condiciones de afirmar (apresuradamente, como casi todo lo que hacemos) que nos han quedado unos cuantos corolarios de esta experiencia. El primero que nos gustaría resaltar es el que parte de una duda: ¿Cómo hará un Gobierno (cualquiera) de aquí en adelante para justificarse, si los gastos corrientes del Sector Público Nacional, superaran a los ingresos?

El modelo ya mencionado, tildado de heterodoxo en algún momento (los más fanáticos opositores al mismo se atrevieron a decir que en realidad no había modelo), rescató para siempre el clamor ortodoxo por excelencia: el superávit fiscal.

Tenemos que decir que este superávit tiene límites concretos. Hablamos de superávit primario, que comienza a esfumarse cuando se pagan intereses de deuda pública y se agota (y no alcanza) cuando se pagan vencimientos de capital de la misma deuda, al menos en estos años en los cuales la reducción de la ratio Deuda/PBI todavía no fue suficientemente pronunciada como para que dichos pagos afectaran valores equivalentes a un 3% del PBI, sino que por el momento, son un poco más abultados.Pero al menos sí podemos afirmar que el superávit primario ha acompañado los 5 años de gestión K de manera inclaudicable (a pesar de que en algunos momentos se especuló con que no iba a durar mucho más).

Por fin, parece que ahora sí, la “profecía” se cumple. Vamos a los datos concretos:

El superávit primario del Sector Público nacional no Financiero de junio de 2008, fue de $ 2.649,3 millones. Respecto a igual mes del año anterior esto representa un incremento del 15,1  % ( 346 millones en pesos).

Entonces, en el 1º semestre de 2008 el superávit primario acumulado es de $20.309,5 millones, 41,4% mayor al del 1º semestre de 2007. Traducido al resultado financiero del período (es decir, descontando el pago de intereses de la deuda pública), el superávit es de $ 13.379 millones, lo que significa un incremento del 71% respecto de igual período del año anterior.

Hasta aquí las cosas andan bien.

Ahora vamos a repasar las observaciones negativas de este resultado aparentemente alentador:

Este superávit primario ha sido conseguido con el aporte del BCRA, que ha transferido al Tesoro utilidades por algo menos de $1.000 millones en junio de 2008. Esta transferencia de utilidades suele ser despreciada por los analistas, por tratarse de ingresos “excepcionales”. Descontando, entonces, las utilidades enviadas por el BCRA, el superávit primario se debilitaría mucho. A tal punto que el superávit financiero (o sea, descontado el pago de intereses de deuda) del mes de junio se reduciría a $356,5 millones contra los $1.096,5 millones del mismo período de 2007.

Estos datos, digamos, provienen del Newsletter de la Consultora Economía & Regiones (Rogelio Frigerio).

Ahora bien, ¿qué pasaría si “limpiáramos” el superávit de transferencias “espurias” y de “contabilidad creativa”? Nos quedarían $ 17.800 millones (redondeando), de superávit primario del 1º semestre de 2008, contra los $14.300 millones del 1º semestre de 2007, que “limpiado” de transferencias “espurias” y excepcionales a su vez (provenientes del ANSES, en ese caso), se reduciría a $13.200 millones. Es decir, un 34% más alto que el del 1º semestre del año anterior. Un crecimiento importante, incluso como porcentaje del PBI. A esto, habría que agregarle también que con los más de $20.000 millones de superávit primario en el semestre, se cumpliría alrededor del 75% de lo previsto en el Presupuesto 2008, lo cual hace suponer que en condiciones normales, la meta formulada en la Ley de Presupuesto se superaría largamente.

La observación siguiente tiene que ver con el aumento del gasto primario.

Para el primer semestre de 2007, el gasto primario había sido de $ 60.811 millones, mientras que el acumulado 2008 es de $ 83.538 , lo cual significa un incremento del 37,4%. Estos números desagregados muestran un par de particularidades. La primera es el fuerte crecimiento del rubro Subsidios al Sector Privado (del 64,9%), que aporta al total del crecimiento del gasto primario un 35%. Como contrapartida, baja el rubro Transferencias discrecionales a provincias en casi un 2%, aportando al crecimiento del gasto primario un -1%.

En este punto, se reiteran los señalamientos ya varias veces repetidos acerca de la insustentabilidad de la política de subsidios sin ajustes de algunas tarifas o precios. La reformulación del cuadro tarifario en la distribución de energía eléctrica para clientes de Edenor, Edesur y Edelap, anunciada ayer, va en ese sentido, sin ser todavía suficiente para resolver el problema de que el incremento en el rubro subsidios duplique porcentualmente el incremento del gasto primario.

Algunos puntos a resaltar: el aumento en obra pública es del 31,6%, en remuneraciones, del 29,9% (ambos bajo el promedio) y el de jubilaciones de 35,2% (sobre el promedio). Más allá de algunos ajustecitos necesarios, los números en estos rubros son consistentes.

La tercera observación la leemos en el Informe Mensual Económico Financiero del IAEF (Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas). En este informe se hace una proyección de crecimiento descendente, en la cual se establece que el piso de crecimiento de la economía sería de 4 – 5%, debajo del cual el Estado pasaría a necesitar, por la consiguiente merma en los ingresos, financiamiento de corto plazo. Según estas proyecciones, el año 2009 otorgaría un resultado total (es decir, una vez pagados los intereses de deuda) de 0,35 % del PBI. Se aclara, en la página 27 del Informe, que “es posible que ingresos extra y contabilidad creativa terminen mejorando esa cifra”. Deduzco yo, que es posible que estén haciendo referencia a los fondos públicos depositados en el sistema bancario que superan los 17.000 millones de dólares.

En fin, se encienden las luces de alarma ante la posibilidad de que el superávit financiero se deteriore o deje de existir, en los cálculos más pesimistas, para el año 2009. Y encima estos enemigos terribles, la contabilidad creativa y los ingresos extraordinarios, podrían terminar ocultando esta realidad por un tiempo más.

Urge la necesidad de convocar a notables expertos, para formar un cuerpo interdisciplinario, que incluya meteorólogos, geólogos y climatólogos, a los fines de determinar qué influencia tendrá el “calentamiento global” en esta inesperada prolongación del “veranito”.

13 comentarios en «Perspectivas : el «frente» fiscal»

  1. Tu análisis es impecable. Sobra decir que las expectativas de persistentes alzas de precios en nuestras exportaciones, así como la recuperación de la actividad desde agosto, pueden mejorar la recaudación fiscal, que es siempre un reflejo de la actividad económica.
    De todos modos, algunas de estas cosas pasan por dormirse en los laureles. Necesitamos otra estructura impositiva, más eficiente y más articulada, sea para captar el ingreso como para corregir inequidades.
    Y necesitamos precavernos del efecto Olivera – Tanzi, por el cual los ingresos públicos internos llegan devaluados a las arcas fiscales porque se calculan bajo una determinada estructura de precios e ingresos, pero se cobran cuando esta, por efecto de las expectativas inflacionarias, se ha deteriorado.
    El modelo siempre fue inflacionario. El tema es articular no mas de un punto de equilibrio por año.

  2. Habria q agregar a tu analisis, q el mayor merito recaudatorio se lo lleva la inflacion. El punto, ademas del deterioro q marcas, es q el sustento fiscal esta basado en la inflacion. El Estado no es neutral en esto, ya q capta primero el efecto, en tanto retarda su costo, dado q ajusta salarios y otros gastos con cierto retraso, en tanto el gasto crece x arriba de la inflacion. Mas alla de los mamarrachos contables para q cierre, incluyendo transferencias de cajas jubilatorias y BCRA, queda claro q no hay un manejo serio, mas alla de mirar si cierra mes a mes, para poder seguir gastando y subsidiando.
    Tampoco seria problematico, en condiciones normales, tener deficit, justamente el gasto deberia funcionar como variable anticiclica, pero la penosa necesidad de mantener superavit, solo demuestra la pobre capacidad de acceder a financiamiento, q a su vez demuestra lo mal q se maneja la caja fiscal.
    En fin, el punto, mas q medir cuanto superavit o deficit proyectamos, es la calidad del gasto, su capacidad de generar ingresos futuros y la sustentabilidad del programa macro en general. Agua x todos lados.
    Saludos

  3. Mariano donde entran los subsidios en gasto en energía. Aqui o no tienen nad que ver, aclaro, que estoy confundido en esto, vienen hablando de enfriar la economía y creo que apuntan a quebrar las posibilidades de desarrollo. Me parece que no le quieren dar esta bandera a una fuerza con diwscurso progresista, por que el peligro es que los frutos de l desarrollo alguna vez sean redistribuidos.
    Quizás no tenga nada que ver, pero estaba juntando elememntos para explicarme el aumento diferenciado de tarifas por sobre las explicaciones de De Vido y encontré puntas, si no tienen nada que ver con el tema o están demasiado erradas por favor en 2 lineas decimelo.
    Gracias.

    Se vino nomás el SSTE (sinceramiento solidario de tarifas eléctricas)
    Los conservadores se preguntan si ¿alcanzarán los aumentos tarifarios para disminuir sensiblemente los subsidios energética, cuestión que se enmarca en la lista de demandas por la runfla palermitana con motivo de la puja por las retenciones móviles a los granos ?
    Afirman que el gasto público registró una suba en los últimos años, tanto que excedió la paciencia de los espíritus libres, espontáneos y neoliberales que reclamaron su disminución, bajo el coqueto nombre de “enfriar la economía”.
    Uno de los rubros claves y que más incide en esta suba es el gasto en importación de energía, que está en el orden de entre los 20.000 millones de pesos según cifras oficiales y $35.000 millones según las más absolutas malaleches y archifamosas consultoras privadas (ojo pesos, no dólares).
    Estos “suicidios” como le llaman las usinas neoliberales se otorgan para cubrir inversiones tales como: a.- Gas importado de la hermana Bolivia, b.- Gas natural licuado importado de Venezuela mediante el uso de un buque regasificador http://www.nuestromar.org/noticias/politica_y_economia_03_2008_costaria_u_s_33_millones_alquilar_barco_regasificador, c.- compras de fuel oil y gasoil p/centrales de generación eléctricas, yd.- importación de electricidad importada de Brasil.
    Dice la Nación hoy (N. Scibona): “Sin embargo, esta medida no resuelve el problema de fondo por el cual fue justificada por el ministro Julio De Vido: el imparable incremento que viene mostrando la cuenta de subsidios estatales a la demanda eléctrica. La razón es que el grueso de los subsidios se canaliza a través de la generación, que por ahora quedó al margen de este ajuste tarifario. En este segmento se sigue aplicando una fórmula explosiva: importar gas y combustibles líquidos cada vez más caros para que las generadoras produzcan y vendan energía barata.”
    “La diferencia la pone el Estado, o sea, todos los contribuyentes. Para 2008 se estima que los subsidios al sector energético (más del 50% del total) treparán a 6000 millones de dólares anuales, casi el doble de los 3300 millones de 2007. En 2006 habían sido de 1600 millones de dólares. Dos años antes, en 2004, no llegaban a los 500 millones. Este crecimiento geométrico explica por qué el demorado ajuste tarifario con «criterio social» (ya que excluye al 76% de los hogares con menor nivel de consumo) se daba por descontado desde hace varios meses; pero no sólo por la inequidad que suponía beneficiar con tarifas subsidiadas a los consumidores de mayor poder adquisitivo. No obstante, al disponerse que los aumentos que pagarán los usuarios de electricidad se destinarán exclusivamente a inversiones en distribución y transporte, el problema fiscal del stock de subsidios en generación quedaría casi intacto. Falta la otra mitad del billete. Esto abre la perspectiva de otro ajuste posterior al que se anunció ayer.»

    Vienen por la misma solidaridad que mostraron en el conflicto con el “campo”, si no segmentamos bien, si no organizamos acciones globales para predicar lo bueno de la segmentación y las consecuencias de no hacerla, y si no nos comunicamos correctamente con la población televidente vamos a ser los victimarios y al final se va a universalizar el sacrificio y el peón de la construcción de escaso $940.- de sueldo va a tener que pagar un aumento proporcional igual o mayor que los grandes consumidores, tal como quedaron las retenciones después del Chan-Cletazo del nefasto “17 J”.

  4. Ezequiel y Kaloma: el efecto Olivera – Tanzi, por un lado, y la dependencia recaudatoria de la inflación, por otro, me parece que se contradicen entre sí. Es un tema complejísimo, y me encantaría que lo discutieran, acá o donde sea.
    Gracias a los dos por los aportes. Saludos.

    Julián: tengo el informe de Frigerio y el de IAEF en pdf. Te los puedo pasar por mail. Pero si los buscás en Ieco los encontrás fácilmente. Incluso hay algunos otros. El otro lugar es la Secretaría de Hacienda del Mecon, pero me parece que los trabajos publicados informan sobre el 1º semestre solamente.
    En cuanto a la discriminación de gastos no son muy precisos los datos del cuadro de Frigerio (en cuanto a la distinción por rubros). Un abrazo.

    OMIX: lo de los subsidios me parece que tiene que ver con esto. Fijate que el gasto en subsidios aumentó un 65% en el año, mientras el gasto primario, un 35%. Este aumento desproporcionado se come parte del superávit (y los aumentos son indefectiblemente crecientes, y muy por encima de la capacidad recaudatoria). Ahora, participan en un 35% en el aumento anual del gasto, tampoco es inminente la liqueidación del superávit por esta vía, pero es aconsejable ir reduciéndolos antes de que se vuelvan inmanejables. Esto en cuanto a lo fiscal.
    Respecto al enfriamiento de la economía, no van a tener un impacto muy fuerte sobre el consumo de quienes paguen el aumento (pensá que el que paga 200, va a pagar 230 bimestral más o menos). Mi impresión es que el Gobierno prefiere evitar los shocks, y busca el gradualismo. Igualmente, no veo por qué los futuros aumentos deberían impactar sobre todos los consumidores, como sugieren algunos de los citados por vos. El aumento actual sobre los que más consumen es muy bajo respecto de la capacidad que tienen para pagar, todavía se puede trabajar más en la diferenciación tarifaria. Con aumentos de hasta 150% según nivel de consumo. Así, parte del aumento del costo de generación se puede trasladar al precio que pagan las distribuidoras, y así sustituir subsidios también por ese lado.
    me parece que venía por ahí tu comentario, no?
    Un abrazo

  5. No coincido con Ezequiel, no estamos en hiperinflacion.
    Una inflacion del 20/30 es positivo para el fisco, mas q nada xq recauda impuestos como IVA y cheques q los hace efectivo instantaneamente, ni q hablar del NO ajuste x inflacion de los balances. El Estado se la lleva en forma constante, paga con atrasos y eleva sueldos con retraso. Queda claro q la actividad se desacelero y el impacto fiscal aun no llego, esto es xq el crecimiento de los ingresos publicos son pura inflacion.

  6. Mariano:

    Gracias por los datos. Ya los encontré en el IEco.

    Es cierto que falta discriminar por rubros. Supongo que hacia septiembre-Octubre ya estarán las cosas un poco más claras.

    Saludos

  7. Julián:
    el efecto Olivera – Tanzi es el que se produce en el frente fiscal, en medio de un proceso inflacionario.
    El Estado recauda sobre valores nominales, que a la hora de efectuar los gastos ya están desactualizados. Fue evidente durante la gestión alfonsinista, cuando había actualizaciones salariales semanales, por ejemplo.
    Un saludo

  8. En el post «vamos bien» de rob rufino, escribí esto y muchos me rebatieron indicándome que estaba equivocada.
    Como en este post se habla de economía y tendiendo en cuenta de que algunos de los puntos se hicieron efectivos a las 24 horas, pregunto ¿estaba tan equivocada?, esto estaba escrito en otro contexto pero igual copio y pego:

    «-según estudios las clases mas bajas reciben en promedio subsidios por 110$ (gas, electricidad, transporte, alimentos). Pero los que mas reciben son los que tienen sueldos por encima de 2000, se ven favorecidos por 180$ en subsidios, promedio.
    -Uruguay factura mas que Argentina en exportaciones de carne vacuna.
    – discusión de jubilaciones y salarios que elevarán por si solos las tarifas de servicios. ¿Mas inflación para dibujar?
    -las transferencias de la Nación a las provincias aumentaron sólo un 10 %, muy por debajo de la inflación y del 36% en gastos corrientes.
    -gastos de capital y obras públicas subieron un 17%respecto al 1° semestre del 2007. En ese mismo semestre habían ascendido un 42% respecto al 2006.
    -el indice Big mac de la revista “The economist” dice que el valor del Big mac en EEUU en 2003 era de 2,70 U$S y en Argentina de 1,43 U$S (dólar a 2,88).
    Hoy el precio en EEUU es de 3,57 U$S y en Argentina de 3,64 U$S. O sea, el cambio real está a niveles del 2001 (oia…)
    -las exportaciones han disminuído y las importaciones han aumentado considerablemente. En combustibles se han duplicado respecto al 1° semestre de 2007.
    -dice Lula, “en Brasil tomamos la decisión de que el mejor remedio para combatir la inflación es aumentar la producción”
    -siguen los paros en Aerolíneas…
    -este año el gasto público llegará a los U$S 60.000 millones, 10.000 mas que en la “época maldita” de Menem. Esto ocasiona problemas en la recaudación que no acompaña.»

  9. Perdonen la tardanza, pero ciertos problemas técnicos me sacaron de pista.
    Vamos por partes.
    Yo nunca dije que estuviéramos en hiperinflación. Es cierto que el efecto Olivera – Tanzi fue una de las claves del déficit fiscal en los años de Alfonsín. Dije que debemos precavernos porque me parece que un 30% en lo que va del año, seis meses, es una cifra que implica ya una creciente pérdida de valor del ingreso nominal de lo que llega a las arcas públicas.
    Y me parece que los límites a la política de subsidios vienen por ese lado: la agenda de Massa incluye instalar una nueva serie estadística (la tercera) en el INDEC en un momento en que la inflación sea «presentable». O sea, «normalizar» cuando las cuentas fiscales cierren mejor. La estrategia de Moreno funcionó una vez. Ahora, un poco de ajuste en el consumo bien podría ayudar a normalizar el frente político (o, por lo menos, eso es lo que parece desprenderse de las últimas medidas: yo no estoy tan seguro de que el gobierno vaya a ganar muchos votos con este esquema, pero bueno).
    Ojo, que los salarios estatales no son una carga tan significativa sobre el presupuesto, resultado en parte de las privatizaciones. Hay otros temas que preocupan más a quien firma, como la apreciación del tipo de cambio real.
    Parece paradójico, pero el kirchnerismo está apostando al enfriamiento de la economía que le proponía la oposición.
    (O, así lo veo yo…)

  10. Un post para economistas! No entiendo nada. Lo único que me queda claro, es que el cuestionamiento a los subsidios y el planteo que se así aquí (hasta donde puedo comprender), lo escuché en boca de mis conocidos y amigos más liberales.
    ¿Es posible la sustentabilidad social, sin subsidios? ¿El aumento de los subsidios en nuestro país, no se corresponde con el que se presenta en otros países -v.gr., eeuu y sus subsidios a los combustibles-? ¿Es posible una política de subsidios, que prescinda de la tarjeta de pobreza que propone la cultura neoliberal?

  11. Rodrigo:
    Posiblemente no. El tema, en una sociedad que padece tipo de cambio y reservas limitadas, que no tiene una economía sólida, y que padece limitaciones políticas en el papel del Estado, es qué subsidiamos. Yo miraría un poco a Brasil, con su plan «hambre cero». No porque la clase media sea un anatema (yo soy de clase media), sino porque es el esfuerzo que estoy dispuesto a pagar para reducir sustancialmente el hambre y la indigencia en nuestro país.
    Claro que la política argentina corre por otro carril: pegarle a los sectores de clase media es tabú. Pero, viendo a los que se quedaron afuera del «granero» en estos años, creo que una nota realista y consecuente de este gobierno sería atender lo que un matutino de derecha llamó, hace unos años, «el hambre más urgente».
    Y ojo, esto lo digo con la mejor onda: no tenemos nada en común con los países desarrollados. Si tuviéramos esos recursos, muchas cosas serían distintas, tenelo por seguro.

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