Iba a escribir un post, claro, muy vivillo y pizpireto sobre la realidad política de América Latina; sobre lo que a mí me parece central que es seguir de cerca el proceso político chileno, pero también de lo que ocurre cuando un gobierno de los nuestros no hace todo lo que se le reclama; cuando las demandas de la ciudadanía sobrepasan a los gobiernos; acerca de los «mix» de derechos políticos, civiles y sociales que van buscando encauzar los gobiernos progresistas de la región cada uno con su estilo; de cómo es necesario ir buscando las bases de sustentación política para hacer las reformas.
Pero no. Mejor me parece que es debatir sobre este discurso de este mes del presidente chileno, Sebastián Piñera, presentando un paquete legislativo de «seguridad pública». Son cuatro minutos de lectura, con toda la furia.
(Fuente)
PALABRAS DE S.E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, SEBASTIÁN PIÑERA, AL PRESENTAR AGENDA LEGISLATIVA DE SEGURIDAD PÚBLICA
Santiago, 8 de Julio de 2010
Señores ministros y ministras, senadores, diputados, señor general director de Carabineros y señor director general de la Policía de Investigaciones, autoridades de Gobierno y muy especialmente a las víctimas de la delincuencia que hoy nos acompañan en un día que yo espero sea un día histórico, en que cambiemos el rumbo de la historia.
En nuestro país, uno de cada tres hogares chilenos fue víctima de la delincuencia durante los últimos 12 meses.
El año pasado se cometieron más de 2 millones de delitos de alta connotación social. Uno cada 15 segundos. Y ustedes saben muy bien lo que significa para una familia ser víctima de un delito de alta connotación social. Cómo afecta no solamente su vida el día del delito, sino que muchas veces les cambia la vida para siempre, porque el temor, la angustia, la impotencia, muchas veces no los abandona nunca más.
El 80% de las chilenas y los chilenos vive con temor frente a la delincuencia y el temor es enemigo de la libertad y es enemigo de la felicidad.
Una de cada tres mujeres ha sido víctima de la violencia intrafamiliar y casi 3 de cada 5 niños también ha sufrido la violencia dentro de su propio hogar, física, psicológica o verbal.
Y lo que es más dramático, al menos una de cada tres mujeres que son víctimas de la violencia intrafamiliar, ha muerto o está en peligro de morir asesinada.
Si miramos al narcotráfico, es verdad, tenemos frontera con dos países que producen más del 50% de la cocaína en el mundo, pero eso no es razón, ni mucho menos disculpa para aceptar que hoy día Chile lidere el consumo de cocaína y marihuana a nivel escolar en América Latina.
Mientras hace 20 años había solamente 100 mil personas que consumían drogas, hoy día esa cifra se ha multiplicado por más de 6 y supera los 600 mil niños y jóvenes, de los cuales más de 200 mil ya son adictos. Y solamente tenemos 13 mil cupos de rehabilitación.
Un niño que consume droga, cocaína, y que se transforma en adicto, no solamente destruye su vida, y muchas veces para siempre, sino que también destruye la vida de su familia y de todos los que lo rodean.
Y por esa razón yo quiero decir responsablemente: si seguimos por este camino, nunca le vamos a ganar la batalla a la delincuencia y a la droga.
Y por eso quiero invitar a todos los chilenos y chilenas, hoy día, a cambiar el rumbo de la historia.
Como Presidente quiero hacer un compromiso hoy día con hechos y no solamente con palabras, de hacer todo lo que sea necesario para cambiar el rumbo de esta historia triste y de dolor, que se ha dejado caer sobre nuestro país.
Vamos a hacer todo lo que sea necesario para que sean los delincuentes los que sientan temor y la gente honesta la que pueda vivir en paz y en tranquilidad.
Y vamos a hacer también lo que sea necesario para salvar a cientos de miles de niños y jóvenes de caer en las garras crueles y destructivas de la droga.
Por eso llegó el momento de terminar con los diagnósticos y pasar directamente a la acción.
Llegó el momento de devolverle la paz y la tranquilidad, y también la alegría de vivir, a millones y millones de chilenos que piden, y con tanta razón, poder volver a sentirse seguros cuando caminan por las calles, cuando toman locomoción pública, cuando pasean con sus familias por los parques y plazas de nuestro país, cuando sus hijos salen de noche, para que no tengan que vivir angustiados y rezándole a Dios para que vuelvan sanos y salvos, cuando estén trabajando en sus negocios o en sus pequeñas empresas, para no vivir con el constante temor de ser asaltados, e incluso, para que puedan vivir en paz cuando están en la intimidad de su hogar, compartiendo con su familia.
Por esa razón, hace un tiempo, y en forma muy clara, con metas muy precisas y con plazos muy acotados, le pedí al ministro Rodrigo Hinzpeter, al ministro Felipe Bulnes y a la ministra Carolina Schmidt, que hiciéramos lo que había que hacer para cambiar el rumbo de esta historia. Y eso es lo que hoy día estamos anunciando.
Se hizo una completa evaluación de las leyes, los reglamentos, los procedimientos y las estrategias que se han implementado hasta ahora en la lucha contra la delincuencia y el narcotráfico, porque no vamos a permitir un día más que un pequeño grupo de delincuentes y narcotraficantes, tenga de rodillas a todo un país.
Tenemos que terminar, y ahora, con algunas cosas tan absurdas, como por ejemplo, que en Chile no exista un registro único de prófugos de la justicia. Y, por lo tanto, muchos delincuentes, aprovechándose de esta falla monumental, y muchos narcotraficantes, aprovechándose de esta debilidad, quebrantan sus condenas y se pasean como Pedro por su casa, por las calles de nuestro país, sin que nadie se dé cuenta.
Tenemos que terminar con el absurdo que muchos delitos queden impunes, porque las policías no pueden tomar declaración a los testigos, ni realizar las primeras diligencias sin la autorización previa de un fiscal. Y muchas veces, cuando esta autorización llega, es tarde, porque la evidencia ha desaparecido y muchas veces el delincuente también.
Tenemos que terminar con el absurdo que muchos delincuentes peligrosos, incluso violadores de mujeres y de niños, y narcotraficantes reincidentes, son detenidos por la policía, pero son dejados en libertad por un Tribunal de Garantía. Y cuando la Corte, a petición de la víctima o de la fiscalía, decide revocar esa libertad y ordena que vuelvan a la cárcel, el delincuente muchas veces ya simplemente se esfumó, como ha ocurrido con muchos narcotraficantes.
Tenemos que terminar con el absurdo que el sistema de penas alternativas que rige en nuestro país, como la reclusión nocturna, lleva años totalmente sobrepasado. Y, por lo tanto, no se está fiscalizando que esas penas se cumplan efectivamente.
O que alguien que ha sido condenado por conducir en estado de ebriedad o bajo los efectos de la droga en la vía pública, pueda sacar licencia al día siguiente, con la misma facilidad con que lo hace una persona normal.
He dado algunos ejemplos de cosas absurdas que tenemos que cambiar.
Por eso quiero agradecer hoy día a los ministros Hinzpeter, Bulnes y Schmidt, por el trabajo que han hecho. Estoy seguro que si el Congreso aprueba esta Agenda Antidelincuencia y Antidroga, los delincuentes lo van a notar de inmediato. Se van a dar cuenta que la mano cambió y que se les viene mucho más pesada. Que ya no va a ser gratis, ni mucho menos barato salir a robar, traficar drogas, abusar de mujeres o niños. Que ya no van a ser detenidos y dejados en libertad inmediatamente después, que ya no van a poder seguir riéndose en la cara de sus víctimas, porque con este nuevo programa y esta nueva actitud, el que cometa un delito grave lo vamos a perseguir hasta el fin del mundo, lo vamos a meter a la cárcel, para que cumpla su pena y asuma su responsabilidad.
Así, la gente honesta no tendrá que seguir durmiendo permanentemente con miedo, con las luces prendidas, con alarmas, con perros guardianes y rogándole a Dios que sus hijos vuelvan sanos y salvos cuando salen en las noches.
Por eso esta Agenda recoge más de 20 reformas, muchas de ellas nuevas, pero también hay muchas que corresponden a iniciativas presentadas por gobiernos anteriores, y también iniciativas que han sido presentadas por los propios senadores y diputados de la Coalición por el Cambio y también de la Concertación, y aquí recojo en forma especial el aporte y trabajo que ha hecho el senador Espina.
Muchos de estos proyectos de ley presentados por gobiernos anteriores o mociones de nuestros parlamentarios duermen el sueño de los justos en el Congreso Nacional, y son buenas iniciativas.
Por eso hoy día yo anuncio que vamos a despertarlas, ponerles urgencia e incorporarlas a esta agenda integral que yo me comprometo como Presidente de la República que la vamos a llevar adelante con toda la fuerza, compromiso y voluntad del mundo.
También hemos recogido muchas propuestas que han venido de los alcaldes, de los concejales y de la propia comunidad, porque a partir de ahora, la delincuencia y el narcotráfico lo vamos a enfrentar como una política de Estado y no como un área más de la confrontación entre el Gobierno y la Oposición.
Y por eso las buenas ideas, vengan de dónde vengan, van a ser asumidas e incorporadas a este plan para que Chile cambie la historia y le empecemos a ganar de verdad la batalla a la delincuencia y al narcotráfico, para que la gente honesta pueda recuperar su derecho a vivir en paz y en tranquilidad.
Por esa razón, creemos firmemente que la única forma de ganar esta batalla contra la delincuencia y el narcotráfico, es con una alianza estratégica, y que esta alianza estratégica entre el Gobierno, el Parlamento, las Fuerzas de Orden y Seguridad y la comunidad organizada, va a ser imbatible y nos va a permitir algo que muchos piensan que no es posible, pero que yo como Presidente de Chile aseguro que sí es posible: empezar a ganarle la batalla a la delincuencia y al narcotráfico, pasar salvar a cientos de miles de nuestros hijos y para devolverles la paz y la tranquilidad a nuestras familias.
Y esta alianza estratégica tiene objetivos muy concretos, como los mencionó el ministro Hinzpeter: trancar la puerta giratoria para que los delincuentes no se sigan riendo en la cara de sus víctimas; asegurar el resguardo del orden público y de la tranquilidad ciudadana y reducir el consumo de alcohol y drogas, que no solamente está destruyendo a muchos de nuestros jóvenes, sino que además le está angustiando la vida a muchas de nuestras familias.
Y por eso quiero decirlo con toda la claridad del mundo: a los consumidores de drogas los vamos a ayudar, porque son enfermos; a los narcotraficantes los vamos a perseguir, porque son criminales.
Y, finalmente, vamos a atacar con toda la fuerza y decisión necesaria la violencia dentro de la familia. No vamos a seguir tolerando que nuestras mujeres tengan que vivir y sufrir con impotencia una violencia que se les deja caer en una forma especialmente cruel, porque proviene de gente a las cuales algún día quisieron, y que nuestros niños tengan que seguir sufriendo la violencia que se genera dentro de su propio hogar.
Por eso el Programa Chile Acoge va a llegar hasta el último rincón de nuestro país.
Quiero también terminar estas palabras diciéndoles a nuestras Fuerzas de Orden y Seguridad que, actuando dentro de la ley, pero con todo el rigor de la ley, van a tener siempre el apoyo decidido y entusiasta de este Presidente y de nuestro Gobierno.
Estoy seguro que con esta agenda antidelincuencia integral y eficaz y con esta alianza estratégica entre el Gobierno, el Parlamento, las Fuerzas de Orden y Seguridad y la comunidad organizada, vamos a ganarle la batalla a la delincuencia y al narcotráfico.
Y eso va a ser una tremenda satisfacción, no tanto para nuestro Gobierno, sino que para 17 millones de chilenas y chilenos que no tienen por qué seguir viviendo con temor.
Muchas gracias.
(Foto)
Bueno, al menos es coherente con el perfil ideológico que tiene. No coincido en nada de lo que dice, ya que solo ve las consecuencias del delito sin analizar las causas. Pero eso es también propio de la derecha.
El delincuente es así por una elección que hizo en algún momento de su vida, sin que mediara para eso condiciones sociales, políticas y económicas.
Sí.
Fijate además que toma el tema de la violencia doméstica y arma el paquete con algunos proyectos de la Concertación. Agarra por todos lados.
Saludos
«Vamos a hacer todo lo que sea necesario para que sean los delincuentes los que sientan temor y la gente honesta la que pueda vivir en paz y en tranquilidad.» Acá suena como un vigilante, más que como un político, si hasta me recuerda a una de las ultimas peliculas de Batman.
Sería interesante escuchar por una vez a alguno de derecha relacionando la inseguridad con la justicia social y la igualdad de oportunidades, y la relacion inversa entre chicos en las escuelas e internos en las cárceles, pero se ve que todo político de derecha tiene una distorsión perceptiva que se lo impide ver hasta el nivel oftalmológico; porque es algo que salta a la vista. Acá, en Chile, y en China.
Más que certezas aporto unas preguntas:
¿No les suena el discurso de Piñeira al de alguno(s) por estas pampas, empresarios, modernosos, preocupados por el delito?
¿No es lo más peligroso que ellos definan quién es «gente honesta», el vecino, y quién es el delincuente? Porque para Macri los pobres que protestan, los que viven en la calle o quien tiene un trabajo precario (el tan temido trapito) son delincuentes. (Me remito a su Proyecto de Reforma del Código de Convivencia Urbana).
¿No sería bueno empezar a pensar qué hacer con la inseguridad, que como bien dice Tomás en «Ni un arma para el pueblo» es un problema que existe, por fuera de las falsas soluciones represivas de la derecha? ¿Terminar con la corrupción policial? podría ser una punta. Hablando de proyectos de derecha fracasados, eso es algo que la metropolitana claramente no hace…
Para el mismo perfil ideológico, prefiero la síntesis de Ruckauf: «meter bala», más claro y más sincero.
Lo de la violencia doméstica me parece lo único rescatable.
Tiene una gran ventaja este discurso. Del otro lado ninguno puede decir nada porque «hasta que el índice Gini no esté parejito, viste, no hay nada que hacerle…»
Para mi no es una cuestión exclusivamente económica, pero sí (casi) exclusivamente estructural. Se puede vivir en una sociedad desigual, pero que plantee (como discurso dominante o por lo menos fuerte) que el dinero no es tan esencial, o se puede vivir en una sociedad que considere lo material como preponderante y que se esfuerce realmente en ser igualitaria.
Pero la sociedad en la que vivimos, que excede en mucho nuestro pais y cualquier gobierno, plantea que lo recontra esencial es el dinero (te bobardean todo el día desde todos lados con eso) y al mismo tiempo es muy desigual. ¿Cómo evitar el delito en ese contexto? Para mi es simplemente imposible, es obvio que vas a tener una proporción razonablemente alta de personas que son calificadas de «perdedoras» por la mirada social, que va a decidir no aceptar ese papel mansamente. Y si querés «ponerlos en vereda», metiendo bala (o cualquier eufemismo que represente eso), los ánimos se van a excacerbar y la violencia (aunque no necesariamente el delito) va a aumentar. Quizás sea cerrado en mi visión de este tema, pero de verdad no veo nada que no sea esto.
Yo trato de que pensar que hay algo intermedio entre sentarse a esperar que la cosa mejore y meter bala. Que delito va a haber siempre (y hubo) es cierto. Que se pueden hacer cosas para que, por ejemplo, el delito sea menos violento, también. Hay leyes no aprobadas -decía el otro día alguien que estudia el tema de verdad- que tienen que ver con la destrucción de armas confiscadas por la Policía. Es un tema poco vendible electoralmente, y que requiere un trabajo muy paciente, acá sí, a largo plazo. Pero hay que ir para adelante.
No estoy de acuerdo. El narcotráfico organizado que existe en todo el mundo no tiene nada que ver con eso.
Por otro lado, toda sociedad tiene un porcentaje de psicópatas, que si se crían en un ambiente hostil se transforman en asesinos en ocasión de robo. A la carcel con ellos, y para siempre.
No estoy de acuerdo con ninguno… que raro yo.
Según tengo leído y aprendido, las causas de la delincuencia no son tan fáciles de determinar. Suele pasar que un pueblo bien educado y rico tenga bajas tasas de vandalismo y delincuencia, pero también pasa al contrario como contexto cultural y social.
Por otra parte también sale al contrario gracias a un estado policial y duro como es el de China, donde si sos narcotraficante te meten un tiro y le pasan la factura de la bala gastada a la familia…
Hay otros factores mas, como es decir del crimen organizado, donde es más notorio en los Estados menos presentes entre el pueblo.
Un ejemplo de delincuencia a diez manos es Mexico, donde todas las semanas hay al menos 50 asesinatos, donde los grupos de delincuentes ya compiten con la presencia del gobierno. Pasa eso, también, en Rio de Janeiro.
Respecto de las sociedades de consumo, el factor que influye también es la violencia del medio propagandístico. Si analizamos bien vemos una violencia aceptada por donde miremos. Tenemos como «bueno» el disparar un arma contra los «malos», mientras que fumamos un malvoro, tomamos Coca Cola y usamos preservativos a una Alfano donde el único gramo de carne que tiene en el cuerpo son los ojos y el cerebro (si tiene), el resto está fabricado con silicona y botox.
La visión grotesca de lo bueno está tergivesada por «la necesidad» del consumo, que por el afán de vender crea necesidades donde no debieran existir y destruye valores morales de las sociedades con el afán de vender.
Si tenemos un psicópata que le dan el gusto por las armas, el gusto por matar y le ponemos un arma en la mano, nos encontramos con un tipo que en cualquier momento entra a una escuela a asesinar.
La violencia del medio también hace violenta a la gente, pero siempre depende de la madures de cada individuo y de la contención que tenga.
Mi caso personal es la violencia en la escuela. En un momento renuncié a la vengansa y la vida sola se ha ocupado en castigar a los que me hicieron daño. Pero me he enterado de gente que les pasó lo mismo y de grande busca pelearse a las piñas contra los que le han hecho daño.
Parece que el trucho ingeniero Blumberg le estuvo dando una mano a Piñera, lo que se lee es muy parecido a los paquetes que el inge presento en la comisión de legislacion penal de la camara de diputado en su momento de aunge, algunos de los cuales le fue aceptado y otros corrieron la misma suerte que corrio él.
Sin duda el planteo de la derecha es pobre, inutil y reaccionario, todas las experiencias de mano dura y tolerancia cero terminaron inevitablemente en estrepitosos fracasos. Pero en su pobreza tiene una gran virtud para las masas, es coherente y tiene gancho. Cualquier salame gana mayoritaria aprobación si enuncia en la verdulería, ante una cámara o en un palco …»los delincuentes andan libres y la gente honesta tiene que estar encerrada en su casa» o » que puede hacer la policia si después van los derechos humanos y los jueces garantistas los dejan libres» o «porqué no vienen acá los derechos humanos» ante cualquier crimen sangriento.
Para una importantísima franja de la población (incluyendo a la más pauperizada) los organismos de Derechos Humanos (derechos humanos a secas en la jerga) se dedican estúpidamente a gestionar la liberación de los mas sedientos de sangre asesinos y violadores. En contraposición (mal que nos pese) el gatillo facil como solución incluso de la delincuencia de menores goza de tremenda popularidad ya sea su vocero Giuliani para un neoyorquino, Susana para un ama de casa o Gonzales Oro para un tachero. Y eso es un triunfo claro de la derecha.
Totalmente de acuerdo, el planteo es pobre, y no veo la «virtud» para las masas, que un salamín blumberiano se ponga delante de las cámaras a enunciar propuestas. Sinó, fijate en el falso ingeniero, tuvo su blumbergaso mediático y hoy, no lo encontrás ni en canal 26. Totalmente de acuerdo, planteo pobre, facho, de patitas cortas. Podrían consultarlo a Arslanian que de paso, en el cumpleaños de Felipillo ayer dijo: Néstor gana en primera vuelta y se le atragantó la chuleta a más de uno eh?
P.D Que parecido el discurso a lo de Mauri y el miedo y la inseguridad. Sacarán una policía mejor en la CABA?
Saludos.
«todas las experiencias de mano dura y tolerancia cero terminaron inevitablemente en estrepitosos fracasos.»
¿Como cuáles?
¿Por qué motivo a comienzos del siglo XX había pobreza pero no tanta inseguridad, tanta violencia? ¿Qué diferencia hay entre esta y aquella pobreza?
Porque por aquéllas épocas había algo que se llamaba «estado de bienestar».
Porque luego las políticas sociales del peronismo histórico estaban dando su fruto intergeneracional.
Porque todavía no había habido una dictadura tan sangrienta y desestructurante como la de los 70.
Porque todavía no se había logrado imponer el neoliberalismo fundamentalista (valga la redundancia)
Porque aún no había prevalecido el despoblamiento rural y sobrepoblamiento urbano tan exacerbado como el actual, ni las distancias sociales eran tan obsenas.
Porque aún existía proyecto de futuro en el imaginario intersubjetivo.
Porque … etc.
Esas son diferencias originarias entre los contextos de «pobrezas».
Slds.
¿Ruckauf te suena? Linda dejó la Provincia con la experiencia de la mano dura.
Estado de bienestar a principio del siglo 20? Esa época era la de la jornada de 12 horas sin feriado, vacaciones ni aguinaldo. Capitalismo salvaje.
¿Estas seguro que a principios del siglo XX habia menos delincuencia y violencia que hoy? ¿Que estadistica refrenda eso? Si nos guiamos por los testimonios escritos,y bastaria con escuchar algunos tangos,no era la tranquilidad lo que imperaba precisamente.Lo que si existia entonces era la posibilidad de ascenso social,la idea de que laburando tarde o temprano se llegaba a algo.Y lo que no existia era el crimen globalizado que mueve millones y corrompe canas y funcionarios.Tampoco existian los paraisos fiscales donde se lava el dinero producto de traficos diversos con el beneplacito de la banca.
Mariano T.
¿Qué parte de mi más o menos extensa pero incompleta lista se te escapó?
Slds.
Coincido con lo expresado por Guillermo, en cuanto a la aceptación social del discurso represor y de mano dura, paradójicamente con especial énfasis entre las víctimas de la aplicación de esa política.
Es en tal marco, que el discurso y la propuesta de Piñera son inteligentes, pues en una etapa aún fundacional de su gobierno, seguramente encontrán buena recepción.
Por supuesto que no va a solucionar nada, pero el discurso de mano dura tiene el mérito de estar blindado a los efectos de la realidad. Buena prueba de ello en nuestro medio lo constituye la cruzada blumbergiana, que consiguió la aprobación de normas mamarrachescas que no mejoraron un ápice la situación, lo que no mereció ni merecerá de sus propugnadores autocrítica alguna. Si la mano dura falla, para ellos la solución es mas mano dura.
Menos mal que en argentina la derecha boba se pierde encima. Igualmente hay que hacer algo con el tema ya mismo. Hay muchas políticas que pueden ser enmarcadas en un proyecto político democrático…
Coincido con los comentarios varios, pero el caso Chile es muy particular, conozco bastante ese país por tener familia residiendo alli. Me atrevo a decir que el «ciudadano comun» añora de alguna manera la mano dura, resabios del pinochetismo, es un pueblo amante de la paz y el orden, educado de esta manera a fuerza de represión, por lo que no me extrañaria que lo propuesto por Piñera tenga una importante aceptación. Es posible también que esten dispuestos a cambiar el «orden» prometido por una mejora en sus condiciones sociales y economicas, extraño país es Chile.
a mi me preocupa que muchos laburantes hablen mal de los que no tienen trabajo considerandolos»vagos y mal entretenidos»,es decir no laburan porque»no quieren»y son viciosos.Hasta leen la asignacion por hijo como un modus vivendi,de modo que son partdarios de una mano dura,lejos de una actitud solidaria de comprension profunda del problema.Prima el enanito facista que llevamos dentro y se me ocurre que odian su propio trabajo,envidiando al desocupado.Es obra de la propaganda mediatica de la oposucuon,es resultado de la forma conque el capitalismo maneja la economia y sera muy dificil reeducarnos realmente.(resulta ser una forma de discriminacion).
Me salteé un montón de párrafos (decía siempre lo mismo) y me tomó menos de cuatro minutos!
Uf! Son insoportables pero hay que leerlos, es verdad, porque hay que contestar.
La derecha que atraviesa todas las capas sociales los escucha y responde a éste tipo de discurso y luego, los vota. Así llegó Mauri acá, Piñera allá.
Buscar el termino medio…si.
Si tenemos otra opinión acerca de cómo se resuelve (¿?) estos temas, comunicarla con claridad . Es por el lado de la Asignación Universal? entonces profundizar por ahí, que sea Ley, con sus artículos y reglamentaciones claras y definidas.
También, ir detrás de los grandes delincuentes, por el presente pero más importante por el futuro, es una manera de educar a los jóvenes (los grandes idealistas y grandes imitadores). Hoy la enseñanza es: todos quebrantan la ley, TODOS, del grande al chico.
Yo creo que los jóvenes están sedientos de ideales que defender, pidiendo por favor algo en que creer. El que llegué primero, se lleva el pozo! Y por ahora llegan primero la ilegalidad y la intolerancia de derecha.
Insisto: necesitamos autoridad moral para defender nuestra visión acerca de cómo hacer las cosas.
Por otra parte: Respecto a la violencia familiar el Piñera ese tiene un punto. Hay mucho más posible de realizarse. El tema raramente se debate. Tomemos lo que sirva.
Piñera la tiene clara y tiene el apoyo de la mayoría de su pueblo.Lo lamento, la democracia es así, no solo es para que se entretengan 4 pretendidamente «iluminados».Me imagino que este comentario tampoco me lo vas a publicar como los últimos cuatro que mande. Eso se llama fascismo de izquierda o estalinismo, ponele como mas te guste.
Yo no creo que Piñera llego allá como Macri acá, pueden tener un discurso parecido pero las sociedades son bien diferentes. Además, alguna de las medidas que adelanta, no parecen disparatadas, otras sí, pero no por ejemplo al nivel del codigo de contravenciones de la PBA.
Por otro lado, hoy es un lugar muy común dentro de la izquierda y el centro izquierda, hablar de la aceptación social del discurso represor por parte de quienes serían victimas de su aplicación, yen alguna medida es cierto, porque son principalmente quienes se en encuentran más propensos a padecer delitos o hechos y situaciones de violencia. Pero también me parece que no es tan así, que es más o menos parecido en todos los sectores de la sociedad, que es lisa y llanamente aceptación social, sino que los mismos kirchneristas vean los resultados de las últimas elecciones en la CABA y PBA respectivamente, y saquen sus conclusiones. Para mí la cosa va más o menos por el lado donde dice Sergio, fijense sino que los delincuentes que se rehabilitan en prisión muchos lo logran una vez que se hacen al evangelismo, o si hacen una carrera, donde no se los presenta de antemano como perdedores.
Aunque coincido con las criticas, me parece que la discusion se puede hacer mas interesante si en vez de descalificar la opinion de Piñera tratamos de reconstruirla de la manera que sea mas defendible. O sea, si vamos a descalificar este discurso porque no incorpora a la desigualdad y a la pobreza en el analisis de las politicas de seguridad, hacemos trampa. Para quien entiende el delito estrictamente como resultado de una decision individual y racional, es razonable que la politica para reducir el delito y el consumo de drogas pase por aumentar penas. Es como si le pidieramos a la Iglesia que se abstenga de mencionar a Dios o cual es el momento en el que un embrion se transforma en ser humano para discutir la permisibilidad del aborto. En sintesis, si ya sabemos de antemano que la derecha esta equivocada en la conceptualizacion del delito, no tiene sentido analizar un discurso de Piñera. Mas vale leemos el de uno que nos caiga mejor y demostramos como ESA es la mejor manera de combatir el delito.
El problema es que el tema no tiene conceptualizacion ni solucion facil. No es como, digamos, la diabetes, que podemos diagonosticar con precision cuales son las causas de la enfermedad. En este caso las explicaciones estan cargadas de valores, y no hay pruebas contundentes de que una explicacion – la de la izquierda – sea mejor a la otra – la de la derecha (y viceversa).
Hay teorias sociologicas y criminologicas de gran prestigio que siguen definiendo el delito como la resultante de un sistema de incentivos en los que cuentan: 1. los beneficios y los costos asociados al delito, 2. la probabilidad de ser atrapado, y 3. la probabilidad de ser condenado en caso de que el criminal sea atrapado. En el marco de esas teorias, si uno quiere reducir el nivel de crimen y violencia urbana y el consumo de drogas (no sabia que Chile lidera el consumo de cocaína y marihuana a nivel escolar en América Latina), tiene sentido hacer mas «costoso» el delito, mejorar los sistemas de control (ej. registro unico de profugos), e incrementar las penas.
Por supuesto que eso no equivale a «meterle bala a los delincuentes» ni a violar derechos humanos. Pero si me han electo presidente entre otras cosas porque los que eligen creen que hay un problema serio de inseguridad y consumo de drogas, tiene sentido hacer algo. Y no solamente se trata de hacer algo hacia el futuro para con mas educacion, desarrollo, e igualdad de oportunidades reducir la criminalidad y el consumo de drogas. Se trata tambien de lidiar con el problema ahora, hoy, con los delincuentes y consumidores de drogas que tenemos ahora (no con los que no vamos a tener en el futuro), y que en un rato te meten un tiro en la cabeza para robarte un auto o una bicicleta (porque ellos si meten bala).
Jamas hubiera votado a Piñera, ni votaria a Macri, ni estoy de acuerdo con la derecha. Pero no me considero un facho por considerar que el estado se tiene que ocupar no solo de sacar de la pobreza a los marginados, de darles educacion, vivienda, ingreso digno, etc., sino tambien de resguardar el orden y el respeto de los derechos a las victimas (o futuras victimas) del crimen.
Hablando de teorías sociológicas… a Piñera también lo votaron, porque hubo 4 millones de chilenos en condiciones de votar que no votaron.
Sería interesante un análisis sociopolítico del asunto.
Slds.
Seguramente la mayoría de los chilenos votaron precisamente por esto, entonces está perfecto que su presidente avance en esa dirección.
Esforzarse, legislar y gestionar para reducir la delincuencia y el poder del narcotráfico no tiene nada de malo, de hecho es una responsabilidad que debe asumir un estado. El tema, por supuesto, es cómo se lleva a cabo.
Causa un poco de resquemor el hecho de que se está hablando de Chile, un país que viene de una historia bien conocida, y en el que aún siendo gobernado por una coalición de centro izquierda, con recurrente facilidad sacaban camiones hidrantes para amedrentar manifestantes a los cuales apenas se les escapa una piedra de las manos o cosas menores por el estilo…
Creo que hace bien el presidente en avanzar sobre un reclamo de los ciudadanos, ahora le corresponderá al pueblo chileno, a sus instituciones y organizaciones sociales pujar para que no se traspase esa delgada línea que separa la lucha y prevención del delito con la represión y el estado policial.
Sobre la contención social y la reducción de la exclusión también hay que trabajar, por supuesto, ya todos conocemos el cuento. Pero en este sentido Chile puede jactarse de haber sido efectivo o al menos voluntarioso. Si no alcanza, es porque nunca alcanza. Pero eso no debería impugnar o desestimar cualquier otro intento por reducir el impacto social que tienen los hechos de delincuencia en todos los espectros sociales.
El pensamiento conservador cree en la solución vindicativa de la criminalidad.
La progresía en cambio, opone el pensamiento bienpensante de «no criminalizar la pobreza»
Ambos prefieren ignorar la base cultural, antes que socioeconómica o institucional de la cuestión.
Por eso desde ambos lados del pensamiento se carece de soluciones al problema.
Y todos masomenos felices: entre meter bala y quedar a gusto con la conciencia tranquila del buenazo, la delincuencia no puede seguir otra tendencia que el crecimiento.
Es un tema práctico. Los que piensan que encarcelando a un porcentaje creciente de delincuentes (sobre todo los numerosos psicópatas que andan sueltos) por más largo tiempo, los delitos contra las perdonas en ocasión de robo o secuestro van a bajar podrán poner a prueba su tesis.
Si la seguridad de la gente común mejora, habrán demostrado que tienen razón.Si los índices de delitos siguen altos, que estaban equivocados.
De todas maneras, nadie pierde con esta política, por lo menos nadie que no merezca perder.
La tesis de que tenemos que esperar con los brazos cruzados que el Gini mejore, o la más perversa que nos merecemos la inseguridad como sociedad, una especie de castigo divino a nuestra insolidaridad son indefendibles ante la gente común de pueblo que son las víctimas más comunes de la delincuencia (aunque para salir en los diarios la víctima tiene que ser de clase media).
¿Se entendió que lo del Gini era una ironía, verdad?
Por supuesto. Pero como caricaturización de los que estan en contra de cualquier política de seguridad es válida.
Che, qué buenos comentarios. Me voy a abrir un blog en el que no se hable del kirchnerismo. ¿Sólo así podemos debatir como la gente?
(Me parece que también está la cuestión de cómo Piñera se monta sobre las ineficiencias y posturas timoratas de la Concertación y entonces tiene un montón de campo para avanzar. Si el progresismo no avanza cuando tiene que avanzar, siempre puede venir otro y pasarte por arriba. Gajes de la democracia)
Saludos a todos
Hay una gran diferencia entre este discurso de Piñera y cualquiera de sus pares argentinos. Es ese ¨agarrar de todos lados¨ que mencionás. Blumberg y sus seguidores no mencionaban nunca la violencia de género o doméstica.
El resto del discurso es más o menos la misma sopa recalentada de la derecha neoliberal, que tiene la extraña fantasía de querer imponer la ley sin los inconvenientes que generan las garantías de esa misma ley. O que planea una política de seguridad focalizada en el último nivel, en el ladrón de gallinas. En su maravilloso discurso Piñera no otorga lugar alguno a los criminales de cuello blanco. Su heroica guerra contra el narcotráfico, que sabe perdida de antemano, se transforma así en una caza de monotributistas de la droga, de lumpenes que la policía pide poder apresar sin tanto papeleo.
«Tenemos que terminar con el absurdo que muchos delitos queden impunes, porque las policías no pueden tomar declaración a los testigos, ni realizar las primeras diligencias sin la autorización previa de un fiscal.»
Si bien el Programa Chile Acoge es un tanto intimidatorio, nadie puede decir que el pueblo chileno no sabía lo que votaba.
asociar con NINGUNA ARMA PARA EL PUEBLO que circula en el blog.
Me gustaría diferenciar entre la forma y el fondo. Respecto de la forma, se trata de cuestiones de marketing político en las cuales no me meto, pero tampoco me dejo envolver. Respecto del fondo, existe al menos una cuestión de alta estrategia política : el narco tráfico/lavado/guerrilla o la democracia/república, y si hay que elegir, yo sé de qué lado ponerme.
«Evo Morales reconoció que los narcos tienen más poder que la policía y los militares bolivianos»
(A este tipo de problema estratégico me refería)