– Amén de que la revuelta policial en Ecuador haya sido la excusa para algo peor, me parece que evidencia otra cosa. Y voy a usar una metáfora de mi amigo Alejandro: la estabilidad progresiva no existe. Se me ocurre que cualquier gobierno que pretenda sobrevivir en Latinoamérica no puede hacer la plancha: asumir el papel de “ser” el Estado implicara necesariamente avanzar. El Estado en Latinoamérica es tendencialmente progresista, no porque quiera, sino porque vive en una pendiente. Y estar en una pendiente implica que frenar es caerse para abajo. Ir por más no es resultado de la voluntad política: es una necesidad. Como en «Máxima Velocidad»: si el bondi baja de los 80km/h, explota todo, parece.
– Con una enorme lectura del momento político (?) el Senado de la Provincia de Buenos Aires revisa en estos momentos la posibilidad de modificar la ley que regula las incompatibilidades de la Policía para permitir su sindicalización. En el mismo sentido, la Coalición Cívica presentó un proyecto similar para modificar la ley federal. Ambos proyectos suponen que introduciendo un artículo que les prohíbe ejercer el derecho a huelga, participar en actividades gremiales o negociar aportes económicos, la cosa está controlada (sí, los mismos que hablan de “el poder de Moyano”). La Policía va a tener gremios que le van a facilitar derechos de acceso al camping y nada más, suponen los legisladores, porque el ministro Casal por ejemplo les va a decir que le hagan la caridad de no hacer paro. Los miembros de las fuerzas de seguridad son trabajadores del Estado, y como tales deben ser reconocidos. También es cierto que estos proyectos son, con esta Policía, más poder para la Policía. No me quiero imaginar un paro de La Bonaerense, no quiero. Ir por más acá, véase el punto anterior, en la seguridad, es ir por el gobierno de la Policía. O dejar de pedalear y caerse de la bicicleta. A Scioli hay que ir a buscarlo al hospital, pero por haber desarticulado la política de seguridad de Arslanián. Dicho con la mejor de las ondas, toda la fe, el optimismo, y mirando siempre, claro que sí, para adelante.
– Me prometí a mí mismo dejar de hablar de Clarín por lo menos dos años, así que no lo voy a personificar tanto. Yo felicitaría a la clase política argentina y latinoamericana en su totalidad (a Piñera no. Porque para Piñera quiero una mención especial, ¿tá?). Después discutimos si Carrió esto, si Cobos lo otro, si Macri, si Pino. Pero la verdad es que la situación también daba para hacerse el sota. Como se hicieron algunos medios: “choques”, decía la web. Choques. Y que la clase política se haya pronunciado unánimemente, no sólo a favor de la democracia, sino rompiendo levemente con un actor social que muchas veces determina la agenda y la forma de acercarse a ella, es una señal positiva (otra señal que me gustó es que el otro día Perfil publicó que Pando no-sé-qué con Carrió, y nadie salió a pegar por ahí: bien. Está muy bien eso, la clase política es una corporación que debería defenderse más entre sí). Entre los saldos positivos de Ecuador, cuento la actitud de la clase política. Renuevo mis votos a favor de “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de…”. Me gusta cuando la clase política se pone a la izquierda de los demás actores.
– Dentro de algunos años, cuando este señor reprima algún conflicto, alguien me mandará el link a este post, pero lo digo igual: (Johann) Sebastián Piñera es un lider político que entendió su tiempo. Llamó a Correa, convocó la reunión de Unasur, insistió con la cláusula democrática, bajó del avión y dijo: “muchachos, bien que salió Correa del hospital, pero con eso no alcanza, queremos orden constitucional y fuerzas subordinadas a la democracia”. Y nos parece natural, como si Latinoamérica siempre hubiera estado más o menos así. Nos parece natural, como si todas las derechas latinoamericanas hubieran apostado siempre por la integración regional y el orden constitucional. Vivimos un momento histórico. La «Patria Grande» no es unidad ideológica: es integración regional entre gobiernos ideológicamente distintos que comparten una serie de destinos más o menos comunes, y un piso que se llama orden institucional. A ver si un poco de reciprocidad, de paso.
– ¿Cuántos de ustedes entraron a un diario ayer a ver qué pasaba?, ¿cuántos de ustedes compraron, hoy, el diario, a ver qué pasó? Porque antes era más o menos así, ¿no? No hace mucho, me acuerdo, cuando las Torres Gemelas. Que al otro día comprábamos el diario porque de alguna manera había que comprarlo. La verdad es que ayer, con Wi-Fi sobraba. El streaming de Telesur (que no está en el cable que tengo yo por lo menos, y que refuerza algo que pensaba: que la Ley de Medios no está bien para meterse en los contenidos sino para agregar los que faltan) y Twitter enmudecieron a la televisión (raro, como si Telesur no fuera parte de la televisión), y ni hablar a los diarios, que atrasan. Que, como dijo este señor, creen que van a dar un salto hacia internet escaneando el papel del diario. Y no, o sumás valor agregado -valga la redundancia -y ofrecés la posibilidad de interactuar con los lectores o #findelperiodismo al menos tal cómo lo conocíamos. Hay como una necesidad de romper con la idea de pasividad del consumidor de medios. Ya no se puede ver televisión sin Twitter, decía Pablo, alguna vez.
– Sobre el Unasur, comparto lo que dice Fede acá. Y mejores impresiones sobre los medios, acá lo que dice MEC.
– Ayer me encontré en un momento “hinchando” por un grupo comando militar, junto a otros compañeros con los que saltamos muchas veces al son de “el que no salta es militar”. Y pensaba que lo de ayer es un puntapié importante para pensar lo relación con los militares. Me dejó una buena sensación poder estar un poco orgulloso de un Ejército. Y me hizo acordar un poco a esta frase de Abel: «la otra convicción que comparten (por los jóvenes) es el patriotismo, gracias a Dios. Da alguna esperanza». No porque iguale patriotismo a Ejército, no, ni cerca. Sino porque me parece que ambos son símbolos que debemos recuperar y resignificar. Eso sí, poniendo al Ejército en el lugar en el que debe estar, no usándolo para las cosas que el Estado no sabe cómo solucionar (qué payasada el servicio cívico voluntario, bendito sea el bloqueo parlamentario que le espera en Diputados).
– Me quedo con el discurso de Correa, ni bien salió del hospital. “Hoy es un día triste”. Es importante porque no se hizo una épica de la resistencia. Porque si lo de ayer tuvo un resultado relativamente feliz, en términos más amplios fue un pequeño retroceso. Una victoria de la democracia siempre es una victoria. Pero tener que volver a discutir la democracia como tal, siempre es una mala noticia.
De acuerdo. «Profundizar el modelo», digamos. Y aguantarse que no siempre va a redundar, esto, en «mayores consensos». El estado weberiano que muchos reclaman, todavía no existe en Latinoamérica. Por el momento estamos en guerra. Si ganamos, seremos weberianos.
No tanto, no tanto como «guerra», me parece. Pero que es una disputa, es una disputa.
esa va a salir en el spot armado por el Duran Barba Chileno para la reeleccion. Dijo Tomás, de Artepolitica: «Sebastián Piñera es un lider político que entendió su tiempo»
jaja, chiste nomás.
la idea de Maxima Velocidad es genial, como la llevaron a cabo no se, pero la idea es buenisima.
Jaja, ¡que me paguen los derechos!
En ningún diario se escribe así hoy.
Muy bueno
Un abrazo
Totalmente de acuerdo
entiendo que anoche se le dio un golpe letal a la derecha golpista, en este parte del globo se cambian gobiernos con urnas. abrazo a todos
y creo que el articulo 4º de la resolucion de unasur, apunta a eso
Lo mejor que leí, junto a la vuelta de MEC a la Barbarie, sobre el conflicto.
Saludos,
“Hoy es un día triste”. Es importante porque no se hizo una épica de la resistencia. Porque si lo de ayer tuvo un resultado relativamente feliz, en términos más amplios fue un pequeño retroceso. Una victoria de la democracia siempre es una victoria. Pero tener que volver a discutir la democracia como tal, siempre es una mala noticia.»
En principio, totalmente de acuerdo con ese concepto.
En nuestro país hubo en los años más cercanos días muy tristes, por más que muchos festejaron: las renuncias de Alfonsín y De la Rúa, que significaron también un retroceso en el proceso iniciado en el año 1983.-
La democracia no es algo definitivamente dado, requiere de mucho cuidado, especialmente de quienes tienen mayores responsabilidades.-
Saludos.-
De acuerdo.
Pero, ojo, tener que cuidar la democracia no significa no tratar de profundizarla donde se pueda y se deba. Abrazo.
Muy buen post, Tomas.
Lo del final del periodismo y la relevancia y alcance de Twitter es para el debate; el final del diario papel y su reconversion a formas con mas actualizacion y opinion instantanea son absolutamente seguras.
Y lo del neo-patriotismo juvenil da un poco de escozor, uno sigue adhiriendo a aquello de Oscarcito Wilde de que «patriotismo es la virtud del vicioso». De ahi se puede ir a chauvinismo, a xenofobia y a fascismo. No imagino como puede ser una «reformulacion» del patriotismo como vos agregas. Saludos.
Excelente. Todo. Leo AP sin loguearme; acabo de loguearme solamente para felicitar. Si nos acostumbramos a producir argumentos y a esquivar falacias – especialmente las ad hominem – vamos a avanzar. Podremos o no ponernos de acuerdo pero al menos el ejercicio nos hara mas inteligentes. Respecto de lo de Piñera, no veo cual es el problema de destacarle lo que hace bien y reprobarle lo que hace mal. Como hacemos con los equipos de futbol.
Lo unico que no me gusto de esta nota es una de las notas que linkeas, llena de errores de ortografia, no se deja leer. Por ahi me estoy poniendo viejo, pero cuesta nada pasarle el corrector ortografico. Saludos.
que bueno esto:
«Latinoamérica no puede hacer la plancha: asumir el papel de “ser” el Estado implicara necesariamente avanzar. El Estado en Latinoamérica es tendencialmente progresista, no porque quiera, sino porque vive en una pendiente. Y estar en una pendiente implica que frenar es caerse para abajo. Ir por más no es resultado de la voluntad política: es una necesidad. «
Tomas:
Eso de «recuperar y resignificar al Ejército», tiene sus bemoles.
Entiendo la importancia que tiene el ejército para Hugo Chavez, y en menor medida para Correa, pero en nuestra sociedad creo hay que dejarlo ahí, reducido donde está, salvo que se busque una resignifación para que se convierta en el brazo armado del proyecto oficial, como en Venezuela. No veo ese proyecto en el gobierno.-
No debemos olvidar que gran parte de nuestros males, que culminaron en el horror de la última dictadura, se originaron precisamente cuando los políticos tentaron a las fuerzas armadas, que se mantenían bien alejadas del poder político, y la acostumbraron a participar en una tarea que no era la de ellas.- Fue el radicalismo el que pecó primero, y en la revolución de 1890 se le encomendó a Hipólito Yrigoyen la misión de sublevar el Colegio Militar, señalando Alain Rouquié el alcance simbólico de ese hecho, puesto que “Esos militares de academia que participaron de la sedición junto al futuro líder radical no eran los toscos militares politizados que se alistaban y resultaban promovidos gracias al favoritismo y las intrigas. Quienes tomaron parte en el golpe fueron los cadetes profesionalizados, acostumbrados a una obediencia a la prusiana y… cuando el 1º de setiembre se creó la Unión Cívica cadetes uniformados participaron del acto siendo recibidos por una espontánea ovación…Para Irigoyen el militar era un ciudadano que tenía el sagrado deber de ejercitar el supremo recurso de la protesta armada». No continuo porque ya sabemos lo que siguió.- Espero haberte interpretado mal.-
Saludos.-
Daio
Yo si estoy de acuerdo con “recuperar y resignificar al Ejército”.
Con los militares no hay que hacer la plancha; hay que ocuparlos en asuntos como la industria militar(aeronautica, armamento, etc).
Que contribuyan con una suerte de «patriotismo industrial».
Tomas,
Muy buena tu entrada y sobre todo la IMAGEN o METAFORA que creaste («el estado en una pendiente … tendencialmente progresista»)
Hace tiempo que la estaba esperando
Felipe:
Hay que tener cuidado que el «patriotismo industrial» no se convierta en una nueva carrera armamentista como la que conocimos y que las fuerzas armadas se conviertan en parte del poder político/económico como sucede en Cuba o Venezuela.- Existiendo además tantas carencias en materia de educación, salud, previsión social, seguridad, es preferible dedicar recursos a esos ámbitos antes que al militar.- El mundo ha cambiado, no es el de los años 40, y aunque el patriotismo sea bienvenido, no repitamos errores que tanto nos costaron.-
Saludos.-
claro, ojo a ver si «las fuerzas armadas se conviertan en parte del poder político/económico como sucede en Cuba o Venezuela»…
mejor sigamos el ejemplo de EEUU, no???
ultimamente,un DAIO desconocido…y bienvenido.
La metáfora está muy bien.
Desde el Colonialismo Español en América Latina no es tanto lo que ha cambiado a nivel poder. Las por entonces familias patricias terratenientes contaban con un ejército fiel y una Iglesia consecuente -con ello agrego escuelas, valores y lo que está bien y mal con una única cosmovisión posible de lo que es la vida, el progreso, las estructuras de poder, etc-.
Desde ese entonces siempre han habido grupos de poder inalterables que manejaron cual colonias a los países donde nacieron.
En nuestro caso, dadas las bondades territoriales heredadas, ello es muy visible, pero cada país tiene sus minas, cobre, gas, petróleo, azúcar, coca, café o lo que sea que tenga alto valor de exportación y generador de riquezas y a la vez esclavitud. No hay una sin otra. Pero ninguna tiene industrias realmente competitivas a nivel mundial y si las tienen están en manos de los que ayer tenían las tierras y/o reciben las prebendas de gobiernos amigables. Pero todos los gobiernos son amigables? No. A ese punto ya llegaré.
Esto no tiene nada de casual, sino el 100% causal, y ello lo vemos desde el origen, como escribí en el primer párrafo.
Los apellidos patricios o ilustres en cada país siguen siendo los mismos, en mucho ayuda el sistema sucesorio de nuestro país, donde los bienes se quedan en la familia, aunque no hagas nada y vivas de herencias. La forma en que se convirtieron en ilustres casi que también.
Ahora, son miles las cosas que llaman la atención. Un ejemplo algo cómico es que ya no encontrás muchos Martínez de Hoz, Luro, Pueyrredón o Bullrich, etc. en el ejército como antes les mandaban a uno de los hijos varones para agredecerles los servicios prestados. Y lo que tampoco llama la atención -este es el punto- es que cada que aparece un gobierno local no servil a esta gente, son llamados populistas, antidemocráticos, autoritarios. Esto ocurre desde México a la Argentina, pero no ocurre en ningún país Sajón, por caso, o, mejor dicho, no de manera tan obvia o evidente.
Lo que antes hacían acá las fuerzas armadas e Iglesia hoy lo hacen otras corporaciones (o los siguen haciendo con ayuda). Estas mutan de acuerdo al contexto histórico pero con las mismas fuerzas de lobby, presión y opresión. Hoy se domina con la economía y el temor, con el poder judicial, pero siempre se hizo por vía de los medios, por ser el móvil que más rápido forma opinión. Se crean realidades como antes se creaban valores.
A nadie puede sorprender que existan empleados «a sueldo» o «comisiones» o «meramente guionados» o «protegidos» en el Congreso -los casos de Cobos, Giudice, Carrió, y el saliente presidente Duhalde parecen los más notorios respecto a una corporación en particular- y decenas de amigotes disponibles en la justicia. El fallo del Juez subrogante de La Plata, hermano de un importante miembro del gobierno Cobista de Junín, no es nada casual, mucho menos la falsa y escandalosa conexidad acusada para que mágicamente la cautelar pedida caiga ahí. Los abogados lo llamaban forum shopping, que fuera descubierto en plena década menemista por un Juez de la Cámara del Crimen en las causas relacionadas con Moneta, Clutterbuck y Cablevisión -grupo Hicks-. Todas caían en los juzgados de dos magistrados ya despedidos por el Consejo de la Magistratura. Ese Juez fue denunciado, paradójicamente, por 71 diputados de la Nación de distintas ideologías o partidos. Nada es casual.
Pero eso, los populistas no pueden frenar, no son conservadores (es decir, que los ricos conserven sus prerrogativas de sangre), siempre tienen que apostar y no pueden pensar en un país a 50 años porque no los van a dejar y porque los tiempos cambian los valores constantemente. Los conservadores ya tienen su modelo de país desde hace 200 años, los progresistas lo tienen que ir armando y adaptando. Una ley de medios, una de matrimonio igualitario, una reforma al Consejo de la Magistratura y a cambio de miembros de la Corte, cambiar el paradigma de vivir prestado y asfixiado, apoyo a PYMES, en fin son tantas cosas que no hay que parar… ley de servicios financieros, ley de aborto, retenciones diferenciales, bajar el IVA, subir los mínimos imponibles de las ganancias… etc. Los progresistas son los que tienen que agrandar las clases medias, y los nuevos miembros son los que vienen de las clases bajas…. los conservadores se encargan de ensanchar las brechas entre ricos y pobres, son los que dividen el mundo en dos sin grises, sin clases medias. Entonces la batalla es cotidiana y lo más difícil, hay que adaptarlas a los cambios, los conservadores pueden vivir con las leyes del año cero, nosotros tenemos que acomodar todo a los cambios sociales, por eso es más difícil y por eso genera tanto conflicto con las enquistadas estruturas de poder