Siempre vuelvo a este ensayo de Guillermo O’Donnell del año 1984 y del que me hizo acordar Estudiante Crónica el otro día. Me parece una lectura esencial sobre todo ahora que todos queremos ser como Brasil, Uruguay y Chile. Eso sí. También me parece necesario retomarlo para que quede claro el país que queremos seguir siendo y el que no.
¿Qué dice O’Donnell, ese gran politólogo con el que no coincido casi nada ahora, en aquel texto?
Retoma una frase que suele escucharse en las calles de Río: «Você sabe com quem está falando?» y la contrasta con la expresión porteña «¿Quién se CREE que soy yo?». En el primer caso, se refuerza la autoridad del «superior». Y en la segunda, que suele ser retrucada con un «¿Y a mí qué me importa?» o un aún más bello «¿Y a mí qué mierda me importa?», la idea de desigualdad de arranque queda echa pelota. Existe, claro, pero de otra forma.
O’Donnell destaca cómo el carioca «superior» se dirige al «inferior» con un «você» y el porteño se dirige a un «igual», a un «interlocutor» con un «usted». De lo contrairo, señala el politólogo, surge el «¿y a vos quién te dio permiso para tutearme?».
Ahí nomás pasa a una pintura de los mozos, taxistas y empleados de comercios en Río. «…sirven bien. Solícitos, simpáticos -por si hiciera falta, que no hace- ellos mismos colocan la distancia social existente».
«En Buenos Aires, sus equivalentes suelen hacer una serie de gestos, aproximaciones y omisiones para lograr algo tal vez antipático (pero que francamente me parece preferible): dejar en claro que no están sirviendo, están trabajando. Quien trabaja no necesita ser obsequioso, basta que cumpla con lo que entiende es su trabajo (por ejemplo, retirar y colocar platos y fuentes de la mesa en un restaurante, o llevarnos a tal dirección). En todo caso, si va a haber alguna intimidad, suele ser iniciada por quien comienza por marcar su condición de trabajador, típicamente, el nada infrecuente tuteo con aquellos que tratan a quien en ese momento no está trabajando sino comiendo, viajando en un taxi o comprando algo».
En otro pasaje habla de los solícitos porteros brasileños y lo que, claro, conocemos aqui. En la Argentina, el portero «no tiene la más mínima sospecha de que deba abrirnos la puerta, ni ayudarnos a cargar paquetes -cuando lo hace queda claro que es una ayuda estrictamente voluntaria y uno debe agradecerla como tal-«.
O’Donnell marca que con la dictadura esto cambió. «Entre presiones y represiones y el crecimiento del desempleo, el trabajador, en la fábrica y en el comercio tuvo que ‘guardarse’ su identidad de trabajador -el estricto tono académico de este ensayo me impide indicar dónde, según la propia cultura popular, tuvo que guardarla».
«Así el tuteo (…) fue, con perfecta racionalidad, blanco de un feroz pathos represor. La violencia dirigida contra esos estilos y costumbres -por el gobierno y también por los numerosos kapos que aparecieron en aquellos años de campo de concentración- estuvo dirigida a algo que realmente molestaba, por sí, y por algo que correctamente los mandones, civiles y militares, entienden que significa: un pueblo insolente y agresivo que -para colmo- contagia sus plebeyas posturas a buena parte del resto».
«La Argentina post-1930, con su secuela de fábricas, ricachones de extraños apellidos, sindicatos, pleno empleo, «demagogos» y -condensando todo eso- el peronismo, ese ‘país ingobernable’ según una derecha incapaz de producir desde hace décadas una idea de algún vuelo, ese país -finalmente, a partir de 1976- iba a ser puesto en su lugar»
(Ay, dónde quedó ese Guillermo O’Donnel sublime).
La argumentación del politólogo se extiende sobre los conceptos de autoritarismo y democracia, pero aterriza en el Estado. «Tal vez porque el autoritarismo está tan socialmente implantado en Brasil, el aparato estatal ha sido y, sobre todo, ha aparecido, tan poderoso y tan decisivo, y ha acaparado tanto los grandes episodios de la vida nacional. (…) me pregunto cómo puede no aparecer reinante un aparato estatal que, por un lado, ratifica y garantiza, y por el otro se basa en una sociedad que, por lo menos hasta hace muy poco ha sido tan prolijamente serial».
«En Argentina las fuerzas no mediadas de la sociedad suelen arrasar los espacios potenciales para la política y para algún grado de autonomía de un aparato estatal, por eso mismo, particularmente desarticulado».
Entonces hoy, después de tantos años de esta democracia nuestra ¿Cómo estamos? ¿Cómo queremos estar? ¿Qué queremos tener de Brasil, Uruguay y Chile? ¿Qué de la Argentina que fuimos? ¿Y qué de la que queremos construir?
Foto.
El otro día fui a un restaurante. Pasaron 40 minutos y la comida no llegaba. Cuando una de las personas con las que estaba le dijo al mozo que no tenía mucho tiempo más, el mozo respondió (con cara de fastidio) «me hubiese preguntado cuanto iba a tardar». No es la primera vez que alguien hace mal su trabajo y me manda a cagar porque se lo señalo: creo que es una situación cotidiana con mozos, taxistas, empleados de negocios, ni hablar de colectiveros, y demás. Mi percepción es que mucha gente hace intencionalmente mal trabajo, tal vez por esa percepción de que «yo no soy sirviente de nadie». ¿Eso es preferible a que gente de una clase social se considere sirvienta de otra? Creo que sí. Pero tampoco me parece deseable un país donde la gente, por múltiples razones, no pone empeño en hacer mínimamente bien su trabajo.
¿Nunca se te ocurrió pensar que el dueño del restaurant tal vez debería agregar un mozo más?
Claro, pegarle al dueño no es tan fácil.
O ir a pegarle al cocinero, que es quien a veces tarda… Y/o, como bien preguntò el mozo, si andabas apurado, preguntar cuanto tardaba lo que pediste… rara vez me peleo con un mozo, debe ser porque siempre me acuerdo de que tiene un trabajo de mierda, con clientes que se creen con derecho a maltratarlos, y los trato con respeto y onda…
Lo que es variable es la propina, obviamente. De acuerdo a la atención, que no es más que haga bien su trabajo.
Para el dueño, el mejor correctivo es levantarse e irse cuando no te atendieron.
meses después este artículo es enlazado en otro y leo tu comentario. Hoy conocemos videos de maquinistas de la línea Sarmiento que manejan dormidos o distraidos. Qué tanto mejor nos iría como país si todos hicieramos bien nuestro trabajo?
Es una idea muy ineteresante. Como si Argentina fuera una especie de criatura mitológica, parte latinoamericana ( la elite hispano-católica, vinculada eminentemente al campo y a sus valores ) parte yanqui ( una clase media; y en parte; X lo menos hasta 1976 o 1989; también una clase trabajadora; diversa, abierta, inquieta, tirando a laica, y X supuesto difícil de gobernar si no es por sus pares ). En otras palabra: a nuestra élite la sociedad argentina le queda grande, y procede como Procusto: mutila lo que no le sirve. Lo hizo en el ’55, lo hizo en el ’66 y X supuesto lo hizo en el ’76. Y como este eterno conflicto entre la Australia que nunca llegaremos a ser y el Chile a cuyo nivel (¿todavía?) no han logrado hacernos descender, la cosa no se estabiliza, y Procusto seguirá haciendo de las suyas.
Muy buen comentario. Y coincido sobre todo con lo de la parte yanqui que, según entiendo, refiere al igualitarismo cultural (claro que no económico) de ese país en contraste con europa (donde es exactamente inverso: más igualdad económica, más cerradas barreras de clase). O sea, una sociedad yanqui con elites europeas que llaman al quinto de caballería cada vez que homero simpson levanta cabeza. Bah, capaz que entendí cualquier cosa.
El tema, lamentablemente, también pasa por que tipo de sociedad es más productiva. Si la sociedad nuestra termina siendo menos productiva, el nivel de vida de sus miembros, por más que quieran o se sientan que merecen algo mejor, será menor a sus expectativas.
Es casi genético en los neoliberales como Mariano T. asociar indisolublemente la calidad o nivel de vida con lo económicamente eficiente. No tienen espacio en el cerebro (o en el alma) para pensar otra cosa.
Asimilan «merecer algo mejor» con «tener más dinero, más bienes, ser más eficientes» etc. Incorregibles.
el ensayo de O’Donnell es brillante (tambien cuando habla de los mal que manejamos en Argentina, un fragmento donde salimos bastante peor parados).
Dos cosas:
1) parece que en Brasil la clase trabajadora esta cada vez menos solicita: http://www.nytimes.com/2011/05/20/world/americas/20brazil.html?pagewanted=all
«Today, “Brazil is becoming like the United States,” where hourly paid housekeepers are more common than sleep-over nannies, said Jacqueline Szwarc, a psychologist “The salaries have gotten very high, and the search for domestic help has become very difficult.”» en Brasil estan importando empleadas domesticas de…Paraguay. Sera consecuencia del gobierno del PT, de Bolsa familia?
2) Vieron que hay cada vez mas extranjeros/as trabajando de mozos? vienen de Colombia, Venezuela, etc. Conozco a alguien que tiene locales de ropa (franquicias) y me dijo que prefiere contratar extranjeros, «porque hacen menos quilombo».
En Brasil los laburos peores los hacen los inmigrantes internos, nordestinos en general. Hay algo de inmigraciòn, pero sòlo a Sampa, y en pocas cantidades
Sí, de repente todos los mozos y mozas de la ciudad son colombianos. Me pregunto qué estará pasando ahí.
En muchos casos, se vienen a estudiar y se consiguen un laburo de ese tipo para bancarse mientras tanto.
También esta el hecho de que en general en la cosntrucción se prefiere al extranjero, no porque se le pague menos (en general es al revés) sino por cultura del trabajo.(presentismo, respeto de consignas, etc). Eso los hace más productivos que sus equivalentes nacionales.
Y de nuevo Mariano T. con sus conocidos «valores sociales y morales».
No se le ocurre analizar por qué en nuestro país se puede haber perdido la cultura del trabajo.
Tampoco se le ocurre analizar si los extranjeros de que habla son más «cumplidores» no es porque vienen con el miedo (al patrón, a la desocupación, al maltrato) de las sociedades en las que se formaron. Por algo vienen acá. No?
Interesante planteo para pensar a quién queremos parecernos o, más bien, si parecerse a alguien tiene algún valor. Pero no deja de hacerme ruido el «me parece preferible».
¿En parte, no es esa despreocupación por el otro (al atenderte en la mesa, por ejemplo), parte y sostén de la cultura que permite muchas modalidades de reclamo que obstaculizan la vida de trabajadores (impedir la salida de formaciones de trenes, por ejemplo) y que Cristina fustigó en más de un discurso?
No creo que haga falta buscar un espejo para tratar de darse cuenta qué es lo que no nos gusta de lo nuestro y hacia donde desearíamos que eso vaya.
A medida que los convenios de los encargados de edificios fueron mejorando (para el sindicato en primer lugar y luego para el encargado), más limitativo es el horizonte de compromiso laboral «fáctico».
Así, me enteré de que el encargado solo puede (debe) limpiar el piso hasta 5 cm de altura en el zócalo. Por lo que las manchas de las paredes del palier de entrada corresponden ser eliminadas, ya sea por la buena voluntad discrecional del encargado, o directamente por los copropietarios. Como nadie lo hace en mi edificio, lo hago yo, que no soporto la exhibición permanente de roña sobre las blancas pareces recién pintadas. Después de todo, es simple: se pasa un trapito con CIF y listo.
¿Será esto parte del «fifty – fifty» del cual habla la Presidenta?
PD1: Cabe considerar que a la «patronal» del edificio le va muy bien: ha pintado las paredes luego de 25 años…
PD2: Otro día hablaremos de los maestros ¡oops! ¡perdón!, quise decir «los trabajadores de la educación»
Al leer solo me queda tristeza . Todos ponen ejemplos de los otros y los otros ponen ejemplos de nosotros. Lo que se , sin que me lo diga nadie . Es que Argentina trata mucho mejor a cualquier turista . Sino vengan a Uruguay ( Donde estoy ) Y diganme quién es más que nosotros .
No lo veo así. Todos lo podemos comprarar como turistas externos e internos. En el resto de latinoamérica lo tratan mejor.
Anoche Ari Paluch decía en el programa de libros de Rossín (excelente programa) que nosotros elegimos nuestros padres, como que elos son una justificación que nosotros hacemos de quienes somos. Lucas señala http://lucascarrasco.blogspot.com/p/el-campo-no-existe.html que el campo no existe. Parecería que todas esos categóricos del siglo pasado se caen a pedazos y nosotros somos parte de esto, me gusta. Pudo agregar Nación, Historia China, Padres de la patria, Patria, lagente, los países serios, Europa, el gaucho, lo gauchesco, el chop suei y podríamos seguir con este tipo de categorías imaginadas hasta el cansancio.
Eduardo Jozami en su libro de Walsh señala algo muy interesante, que a RW le resultaba imperioso desarrollar una nueva forma de escritura para poder llegar al público que a él le interesaba y que aún no se había inventado, Por ejemplo descarta la novela por considerarla una forma burguesa de escribir, entonces inventa la non fiction telúrica o mejor dicho a partir de la escritura de OM y El caso Satanosky chequea una eficiencia que le interesa, como que había la encontrado casi sin querer y era en parte, aquello que buscaba.
Muchos discursos están escritos de antemano, los «textos legibles» de Barthes que son aquellos que uno acomoda a lo que el público necesita escuchar, un texto universal que se viene repitiendo desde la historia y la cultura. Por el carácter propio de estos textos se los puede utilizar para totalizar, como el caso de las categorías anteriores, o para someter el caso que O Donnell plantea, Por ejemplo Nación: es el lugar donde uno habita, pero no es justo eso, es mucho mas que una morada, podríamos hablar años de este solo concepto. El mismo ensayo de Lucas sobre el campo, toma del trabajo de la tierra el texto y lo hace categoría. Estos conceptos con pretensiones universalistas se usan para totalizar y a partir de ellos simplificar. En los casos que O´Donnell señala el texto legible que se refiere a marcar una diferencia entre el que transporta y el que es transportado, el que atiende la mesa y el que es atendido, que la división del trabajo se encarga en ponerlos en lugares diferentes pero que no tendría que haber problemas para reconocer esas diferencias; aquí el lenguaje actúa de manera distinta: hace una distinción de la diferencia que es allí donde surge el problema. No está en la diferencia en sí sino en diferencia de la diferencia lo que estratifica.
Esos discursos engloban, simplifican y estratifican el texto universal con pretensiones de una colonización sobre el otro. Desde Hegel esta lógica se ha venido estudiando muy en serio pero de alguna manera Argentina en los últimos cincuenta o sesenta años ha venido zafando de esta lógica amo-esclavo, en un principio gracias al estado peronista, pero luego se camufla en varios lugares distintos no estatales: la resistencia peronista, la guerrilla latinoamericana, la literatura y el arte en general siendo la educación pública (estatal) un espacio que si bien machacó con esos categóricos universalistas, fue en definitiva el lugar (casi único en el mundo) igualitarista por excelencia, donde no solo se impartió educación sino que también se dio de comer.
Solo basta verlo a Piñera junto a los mineros chilenos al lado de la bandera Chilena, o analizar el patriotismo uruguayo a través de las letra de las canciones, analizar Brasil, su reparto demográfico en esa infinita geografía, la no gratitud de su enseñanza, la vestimenta, su idioma casi exclusivo. Cada uno de los casos planteado atiende su juego e un aldonpirulerimo infantil que casi le imposibilita la integración regional y esto es un dato que hay que hacer notar también. De vuelta, es la literatura traducida e impresa en nuestro país la única que durante años frecuentó las bateas de España y latinoamérica. La podría seguir pero mejor la corto acá. Disculpe Escriba
David, trabajar «a reglamento» es una forma de protesta muy difundida en todo el mundo. averigue por que esta protestando el portero, antes de ponerse a lavar las paredes sin consultarlo.
No, Estudiante. Miguel es un tipo macanudo. Servicial, simpático, siempre sonríe, aporta ideas para el edificio.
Por eso, cuando le dije al Administrador que le avise a Miguel que la pared tenía manchas, me dijo: «Ni se te ocurra, no es trabajo de él», y así me enteré lo de los 5 cm.
Y no me pareció prudente solicitárselo yo y arriesgarme a una negativa -cosa que me caería muy mal- o a una afirmativa, que solo significaría una subordinación clasista. No se lo pedí.
Mi ejemplo tiene que ver con temas sociológicos (a lo cual yo agregaría sindicales y políticos), o sea, con el post que estamos comentando.
O garparle el plus por el laburo extra, cosa que seguramente le agradarìa màs que ver a alguien haciendo gratarola ese laburo…
Evidentemente el tipo es macanudo, ya que te deja hacer.,.. debe estar esperando que te canses solo.
No se me ocurriría decirle algo así como «Hola, Miguel, mire, limpiar esta manchita le llevaría 3 minutos y medio, ¿cuál sería su honorario?»
No obstante te digo, ya cobra varios «pluses», especialmente voluntarios. Así que no te preocupes, gana bastante más que los jubilados del edificio, y que varios en actividad.
Ah, además estoy en buen estado físico, no me canso fácilmente.
Se lo podrìas decir sin la necesidad de lo de los «tres minutos y medio»… O proponerlo a la administraciòn.
Es su laburo, y si gana màs que alguna gente en actividad, serà porque tiene un buen sindicato, simplemente. Y que un trabajador en actividad gane màs que jubilados, es absolutamente razonable, es asì en absolutamente todo el mundo…. si tenès una explicaciòn razonable y factible econòmicamente para que sea al revès, bienvenido tu aporte!
Y si lxs maestrxs son «trabajadorxs de la educaciòn». No entiendo tu entrecomillado aparentemente irónico…
el comentario original de David nos informaba que, justamente, «no es su laburo» si la mancha está arriba de determinada altura.
uffffffffffff…. mirà que los sindicalistas podemos ser jodidos con esos detalles, pero ya eso ùltimo es gracioso por lo absurdo: no se està hablando de que a alguien que limpia se le pida que haga «otra» cosa, sino «màs de lo mismo». Es como las horas extras, eso califica como «trabajo extra» y es parte de los derechos de los tabajadores, no solo el lìmite de hasta dònde limiar, sino que si en ese mismo lugar de trabajo la patronal quiere que haga «mas» (cantidad, horas, pasarse de la altura….) se le ofrezca y se le pague.
El «trabajo extra» debería ser en horario extra, mantener limpio el edificio no es una subordinación de clase para nadie, y el tema debería pasar por si le alcanza el tiempo con sus otras tareas.
En todas las empresas donde laburé el «eso no me corresponde» fue siempre una antesala para el despido, y me parece bien que así sea.
A Mariano T.: Me gustaría verte mantener limpio el edificio.
Gracias por ofrecer el ensayo, que no conocía y es excelente. Creo que podría decirse que ahí O’Donnel alcanza el máximo nivel de penetración y comprensión de lo social que puede alcanzar una mente guiada por la ideología liberal. Adviértase por favor la profundidad y sinceridad del elogio, que por supuesto incluye la crítica. Para dar un paso más tendría que aceptar la realidad de la lucha de clases, para matizar y llenar de contenido esas cosas que llama «ciudadanía», «democracia» y «mediación». Pero la edad me ha acostumbrado a no esperar peras del olmo.
Creo que la sublimidad del autor quedó por ahí, estimado Escriba.
Es fácil que Argentina parezca una sociedad «crispada», cuando cualquiera le puede contestar a cualquiera. En Brasil, vi a un conocido mio, sumamente amable con sus colegas profesionales, putear de arriba a abajo a un empleado de hotel, por un hecho insignificante. El empleado mientras tanto le pedía disculpas. Acá se hubieran agarrado a piñas seguro.
Comparados con Brasil, en ese sentido, me parece que lo nuestro es infinitamente mejor. Ahora, a la sociedad uruguaya no la veo tan jerarquizada y posiblemente sea algo más tranquila que la nuestra. Cuando Mujica dice «a los argentinos les diría que se quieran más…», a mi un poco me llega. A veces cosas positivas, engendran algún efecto negativo no deseado. Quizás lo ideal sería mantener y profundizar la desjerarquización, pero al mismo tiempo tratar de bajar un poco los decibeles en general.
´Las telenovelas brasileñas son básicamente las que reproducen y perpetúan el paradigma que plantea ODonell, el clásico fazendeiro rico y la indómita plebeya que finalmente cae rendida a sus pies.
Por nuestras pampas, basta ver el gangbang semiótico que son los almuerzos de «La Señora»: La simpática anfitriona degustando créppes flambeados y Juanita, atrás, solícita por si alguien derrama vino sobre la mesa y retirando los platos sucios.
¿No es freaky?
Es cierto de esa cualidad que tenemos en argieland que no nos gusta que nadie nos pase por arriba.
Esta muy bien, el problema surge cuando no nos gusta que nos pasen por arriba se transforma en no nos gusta que alguien sepa mas que uno mismo.
PD.:Que pase escriba, administradores que no me publican el post en la comunidad??
Es interesante la nota que aquí presenta Escriba. Sobre todo porque realza una cuestión que está presente en la actualidad de la sociedad argentina. Hay algo -un carácter, una forma de ser- de esta sociedad argentina que ha ciertos sectores del aparato político les gusta, no quieren que cambie. El artículo es bueno porque en su lógica de oposiciones aparece lo que pocas veces aparece por escrito dentro del debate. Este «modo de ser» que es el riñón del «sálvese quien pueda» que dificulta todo aquello que pueda emprenderse como «proyecto de país», tiene sus apologistas, y en este texto están empezando a firmar abajo de esa realidad objetiva/subjetiva que hoy aparece en nuestra cultura.
Se me hace un poco rígido el esquematismo que deriva hacia una situación de clases sociales el trato entre el portero y el habitante del 4°C de un edificio. Y mucho menos, hacer de esa diferencia un valor, que aparece en los estudios antropológicos, pero que nunca llega a manifestarse en aspectos materiales entendidos en el más económico sentido del término.
Por otro lado, es comprensible que ese pedazo de status quo tenga sus voceros. Pelean fuerzas dentro de la sociedad, no clases. «Hinchadas de cosas» que a veces pueden coincidir y otras veces no, empezando por la subjetividad de cada uno. Ej.: ¿Me pongo una corbata para trabajar dentro de una oficina en la que voy a ganar 25% más, con posibilidades de ascenso?
Lean «Casa Grande e Senzala» de Gilberto Freyre. AHì te vas a dar cuenta que la estructura social brasileña es la misma de hace 500 años. Los mozos se ponen al lado tuyo, a esperar que termines de comer para volver a servirte, y a llenarte el vaso. Sumisiòn, sumisiòn….
Eso no es sumisión, es servicio y te lo cobran con la cuenta. He ido a lugares donde te vigilan que la copa este siempre llena, eso se paga.
Eso depende de la relación mozos/clientes. Si los sueldos de los mozos son bajos, es fácil dar ese servicio. Si son altos, solo disfrutarás de eso en lugares muy caros.
Compañero Mariano T, viví muchos años en Brasil, conozco gran parte de ese país, y he ido a lugares caros y baratos. No es sólo la impresión de un boliche caro en Sampa o Brasília
Lo que no se ha perdido en la Argentina es la autoridad que tiene «el poronga» de la institución social a la que casi cualquiera pertenezca. Por eso creo que no hay que engañarse: La categoría de «clase social» me parece que hace agua a la hora de agarrar lo que pasa. Desde los alumnos de primaria de los colegios hasta las autoridades sindicales de los trabajadores. Todos inscriptos formalmente como iguales pero con diferencias que la mayoría de las veces no alcanzan a enunciarse. El sábado a la noche en el cumpleaños de Toto la pasamos todos bien, cuando sabemos que no es así; y también en tal asamblea «se decidió» tal cosa mientras muchos de los allí presentes miraban el reloj a cada rato no viendo la hora de irse a casa. Ni hablar de los cafiolos ni de las relaciones donde los géneros sexuales se mezclan.
Por todo eso, cuidado con ir directamente de la sonrisita del mozo a leer una suerte de independencia cultural.
De 1984 a la fecha ¿No pasó nada en el mundo?, El Brasil de 1984 ¿Es el de hoy?, Las sociedades son las mismas?Los ejes de conflictos mundiales, tambien son lo mismo?.
Sin ir más lejos para ese entonces gran parte de blogosfera estaba haciendo piruetas de un genital a otro.
Saludos.
el paper de o`donnell es muy bueno, pero no creo q sea motivo para autoadularnos de lo buena sociedad que somos, y de lo malas q son las de brasil, uruguay y chile a las que todos quieremsp parecernos, como decís al principio… viví en europa 7 años y te puedo asegurar q me acordé de ese paper muchas veces pero al revés. el trato que tienen los franceses entre sí, los españoles, y más, es mucho menos jerárquico del q tenemos los argentinos entre nosotros. por ejemplo: con mi hija iban al colegio la hija del basurero y el hijo de una jueza, colegio público de barrio en hamburgo… el camarero te sirve el café cuando puede y nadie se enoja; llamar a alguien «doctor», se hace exclusivamente en el ambito academico y se dirige a quien ha hecho un doctorado, no a cualquier abogado como acá; al hablar de cualquier persona con un cargo público, se antepone a su nombre su cargo y no su carrera: ejemplo: jefe de gob. Ingeniero Macri; y allá Ministro Juan Pelotas (me da igual si es medico, contador o antropólogo)… Entonces, cerrando, este paper más q dejarnos tranquilos porq seguimos siendo el país q qeremos como dice Escriba, tiene q llamarnos la atención sobre lo q nos qeda por hacer para ser el país q qeremos.
PD: ayer viajando con un amigo q trabaja en un ministerio nacional, nos pararon, nos pidieron documentación del coche, él no la tenía, le dió la tarjeta del minsiterio, y el muchacho q nos detuvo nos deseó buen viaje… desde luego ese no es el país q qiero. se tuvo q cagar en las leyes q tiene q defender, el pobre… saludos
Mucho Hamburgo pero de comprensión de textos nada, Irene. ¿Dónde dice qeu «seguimos siendo el país q qeremos»?
Saludos
lo dice ahí, copio y pego: «También me parece necesario retomarlo para que quede claro el país que queremos seguir siendo y el que no.»
y escriba, por favor, por qué dejás ver esa veta de la que hablé al decir: mucho hamburgo pero… yo no me las doy de nada por haber vivido en hamburgo…
La respuesta del Escriba, un tanto despectiva hacia la opinion de Irene demuestra claramente otra faceta de la identidad nacional. En ejemplo que vale mil palabras, y agregaria «Escriba, mucho analisis pero poco ejercicio de lo que supuestamente comprendio»
Sí, claro, pero en «el que no» hay un link a lo que pasó en Tucumán el otro día. Como se ve, está lejos de ser perfecto lo que ocurre en la Argentina.
Saludos
no encuentro la relacion del link de tucumán con el paper de odonnell… (o es muy sutil y no tengo ganas de ecribir 20 renglones para refutarlo, por si al final es otro error de comprension de textos…)
Irene: La represión a gente que toma un terreno en Tucumán nos aleja de un país igualitario en términos de derechos. Nos aleja mucho. Vos pusiste que el texto es para «dejarnos tranquilos porque seguimos siendo el país que..». Yo no digo eso, digo justamente que es una tensión. Que tampoco me voy a comprar el paquete de otros países, pero acá nadie tiene comprado nada.
Saludos
Lo q nos aleja de un país igualitario en términos de derechos es que haya gente q tenga q ocupar un terreno. Si además hay represión, y a esto le sigue la expropiación de terrenos a un privado, entonces hay violación de derechos y violencia institucional. Así, estamos de acuerdo, este no es el país q qeremos, con lo cual, vuelvo al principio: no tengo ganas de ponerme contenta por lo q dice odonnell con todo lo q nos falta…
Irene, leiste el paper entero? es bastante critico de la Argentina y los argentinos.
por supuesto, hace varios años (pq digamos q no es muy actual…) pero en el post la idea es resaltar lo poco jerárquicos q somos entre nosotros, es complacernos con q sociedad igualitaria somos frente a países q están socialmente peores q el nuestro. digo, eso nos sirve para crecer? mmmm…lo dudo. y por eso pataleo.
Un candidato dijo que «a X no le daria trabajo ni de barrendero…». Asi estamos.
Uno de los motivos fundamentales de la crispacion;mala onda ,desgano etc de la sociedad argentina es producida por la convivencia con la inflacion.De ahi se derivan otros males que vuelven a la diaria supervivencia tan complicada.
Usted no sabe quien soy yo! Soy mas guapo que usted! Me banqué la dictadura!
Llegamos al 2019 y la argentina sigue siendo un pais de mierda. La idiosincracia argentina es la gran responsable. Cuando leo comentarios de gente diciendo q hay q perdonar el trabajo ineficiente del mozo y justificar su pocas ganas de trabajar solo por q es un mal trabajo, otro que dice que hay q poner mas mozos, esta gente tiene los valores muy equivocados. El trabajo se tiene q hacer con la mayor respondabilidad y amabilidad al cliente. El trabajador q no lo hace deberia al menos ser advertido en el mejor caso. Perdonar los errores de los demas y callarnos la boca es lo q nos lleva a ser un pais mediocre y corrupto. La argentina es un pais de inmigrantes, pero nadie dice q a la argentina vino lo peor del mundo, no vinieron los alemanes , vinieron los brutos del sur de italia y lo peor de España. Gente muy inferior intelectualmente a los alemanes o ingleses o frances por solo nombrar algunos paises. El pais se lleno de esa mayoria de gente altanera y ventajista lo cual representa muy bien el caracter argentina. Ningun pais del mundo tiene porcentaje tan alto de gente del sur de italia como argentina. Por otro lado, vinieron millones de peruanos bolivinas y paraguayos… la mismahistoria. Se puede progresar asi? Muy difiicl. Q digo boludeces? Anda a visitar sicilia y despues me contas.