Cruel en el cartel

Un tipo de anteojos ahumados y casita en Nordelta convenció a Fernando De la Rúa de que debía convertir en virtud aquello que se le endilgaba livianamente. Así nació el famoso “Dicen que soy aburrido”. Slogan que ayudó a perpetrar una de las mayores estafas masivas después de los “Sea-monkeys”.

Convirtamos tu defecto en virtud, parece ser un axioma recurrente por parte de los tipos que diseñan candidatos. Aunque nadie logró llevarla al paroxismo humorístico como la aspirante María Eugenia Estenssoro, quien desde afiches gigantescos nos confiesa “Tengo un sueño entre ceja y ceja…” La risa me impide siempre leer el resto de la frase. Aunque sospecho que debe ser un sueño minúsculo: justamente, no parece haber mucho lugar entre una y otra ceja de Estenssoro.

A esta triste senda del autoflagelo promocional hay que sumarle la campaña de la candidata Giudici, quien aparece en las calles con su rostro de eterna insatisfacción electoral asegurando que “hay que cambiarle la cara a la ciudad”. Cosa que uno imagina más sencillo que cambiársela a ella, claro. La empleada del mes de los grupos concentrados de la comunicación salió a la cancha con ese triste afiche y la esperanza torpe de que el centimetraje periodístico se traduce automáticamente en votos.

No son las únicas víctimas del marketing político. Más allá, López Murphy creyó simpático asumir en público el apodo de bulldog. Ignorando que se lo había ganado por su absoluta carencia de onda. Más acá, Castrilli decidió banalizarse a si mismo anunciando que le sacaría “tarjeta roja” al paco, a los piquetes y a lo que se le cruce. Un hombre devorado por su caricatura.

Se asegura que estas iniciativas han sido planificadas por expertos. Pero, ¿En qué son expertos estos expertos? ¿En pensar estrategias para vender un candidato o en urdir estratagemas para convencer al candidato de que les pague una fortuna por su ideita? No sabemos si consiguen persuadir a los votantes, pero si lograron convencer al que firma los cheques, la capacidad de persuasión de estos tipos es única. Del otro lado, hay sujetos casi huecos, dispuestos a llenarse su enorme vacío conceptual con las consignas que les recomiende el último focus group. Muñecos vacilantes, rara mezcla de ambición pertinaz con una inseguridad conmovedora.

Sólo eso explica que hayan convencido a Macri de que su partido con nombre de cepillo de dientes saliera de campaña con una frase típica de felpudo. ¿O dónde leyeron ustedes antes el lema “sos bienvenido”? Los genios que cambian sus autos vendiéndoles ideas al macrismo, los han convencido incluso de que hay que hablar poco y reemplazar violentamente los discursos por bailes. Y globos, muchos globos, total, Larreta te los infla. Globos de muchos colores para celebrar cual psicóticos que abandonan la lucha presidencial. Baile y color. El tinellismo reciclado. Y lo siento, Gabriela: en un partido que ha optado por el baile como toda forma de comunicación política, no parece haber más lugar para vos. Que pase la que sigue.

El kirchnerismo, los seguidores de Solanas, la izquierda en sus diversos packagings, parecen algo a salvo de estos genios de la publicidad electoral. Al menos por ahora. Tal vez porque todavía tengan algo para decirle a la sociedad. Una verdad, una mentira, una idiotez, pero algo.

Mientras tanto, la confusión que hay enfrente, les ha permitido a las agencias ganancias que imagino exorbitantes. Y que superan por estos días las que producen embaucarnos con autos, gaseosas y pomadas antihemorroidales.

La disolución de la figura de Cobos fue tan veloz que ni siquiera hubo tiempo para que un creativo lo estafara. Aunque sí llegaron a hacerlo con el pobre Sanz. Todavía recordamos aquel hermoso acto en el Gran Rex lanzando una candidatura presidencial que bajaría casi antes de que finalizara el mismo acto. Alguno de estos genios le dijo que Ricardito Alfonsín en los actos se quitaba el saco (de su papá, claro) y que, para diferenciarse, él debía hacer lo contrario. Y allí estaba el hombre, sudando su efímero sueño de primer mandatario. En alguna época existió aquello de “los radicales que no bajan las banderas”. Las tendencias parecen ser ahora algo más tenues: “Los radicales que no se quitan el saco”, por ejemplo.

“Buenas noches, soy Ernesto Sanz y quiero ser presidente”, dijo esa noche. Y un eco tristón le devolvió: “Buenas noches, soy el carisma de Sanz: nací muerto”.

La avanzada de los creativos no siempre pierde elecciones, y en los momentos de mayor degradación ideológica suelen, más bien, ganarlas todas. Aquí y ahora, la tienen que pelear un poco más. Pero no cantemos victoria.

Su último acierto por estas tierras fue el triunfo de un empresario millonario, tatuado y extranjero en la provincia de Buenos Aires. El hombre usó su propia caricatura de Showmatch (obra cumbre de la pobreza conceptual si la hay) para conseguir votos. Asumió de esa forma que todas sus frases de campaña no eran más que jueguitos de palabras intercambiables. Y que aquel “Votame, votate” no tenía mayor peso específico que el “Alica, alicate”. Aunque sí menos gracia.

Mientras las formas de construcción política se impongan sobre los yeites de la mercadotecnia electoral, habrá esperanzas. Cuando eso se termine, qué sé yo: matame, matate, matémonos.

Acerca de Alejandro Turner

Tiene 40 años, es guionista y dramaturgo. Aunque prefiere pensar que es simplemente alguien que escribe. Escribió entre otras obras de teatro "La Salud de los moribundos" (1er Premio del Fondo Nacional de las Artes obra inédita de teatro, 2007); "Canciones tristes (cantadas como si fueran alegres)" (Primera Mención en el mismo certamen), "Dónde caerse muerto" (incluido en la Antología "Autores en construcción" editorial C. C. Rojas) y "Villarrica", estrenada en diciembre del 2008 en el Camarín de las Musas con la dirección de Gabriela Bianco, en el marco del Primer Festival de Monólogos NO HAY DRAMA.

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39 comentarios en «Cruel en el cartel»

  1. Buen punto el que señalás sobre campañas mediáticas basadas en la recuperación de elementos de la doxa pero carentes de sustento político. Sin dudas de que hay casos de operaciones exitosas en el plano de marketing electoral (tengo presente el caso de un candidato a intendente acá Rosario que en la última elección que basó su campaña justamente en recuperar ciertas percepciones instaladas en torno a su imagen y a su labor en el Concejo deliberante local) que pueden reforzar el proceso de construcción del candidato sin caer en el patetismo de Estenssoro, por ejemplo (un caso de operación publicitaria fallida, claramente). Sin dudas, se trata de estrategias de comunicación política que contribuyen a nivel de las «formas» y que dependen del conocimiento general respecto del personaje, de un buen manejo de la información recolectada y, fundamentalmente, de un saber en torno al hacer del público al que se orienta el mensaje. Volviendo al caso de Estenssoro, así como también el que apuntás de Giúdici (confieso que no vi ese afiche) hay una puesta en juego de un procedimiento tendiente a explotar humorísticamente una característica física del personaje; procedimiento —me refiero al humor— muy en boga en el actual sistema de medios, que resulta muy cercano al hacer grupal del público joven y que también aparece como muy extendido en el uso de redes sociales (Twitter, principalmente) Error zonzo al reconocerse fácilmente el escaso espacio para el despliegue de la ensoñación de la candidata presente en el rostro de Estenssoro.

  2. de acuerdo:matemonos…si renunciamos a una mejor conciencia y nos entregamos a la estupidez…es que la propaganda influye y refleja a la sociedad,y si ya esta ha aceptado los slogans televisivos y periodisticos de revistas y diarios como elementos funcionales a la superficialidad,al individualismo y a lo sensorial,creo que asi compredemos un poco mas lo que pasa aunque nos duela…yo haria el afiche del afiche enganchado en el humor(como»mejor Felipe,o mejor Mafalda»)(claro que no sria tal vez para todos)

      1. Por mirar los carteles en la calle, te perdes mirar la campaña total.

        6,7,8 o la copa Néstor, por dar dos ejemplos, son lamentables como propaganda política.

        Mirá un poco de futbol y decime si de verdad, el kirchnerismo se salva de algo.

      2. Estimado, los casos que usted postula no tienen nada que ver con la cuestión abordada en esta nota. Si quiere saber que pienso de 678 entre a mi blog y busque. Hablo de publicidad, no de propaganda.

      3. No. Hablas de marketing político, de slogans, de publicidady de propaganda… de todos los demás candidatos.

        Convenientemente hablas de la ceja de esta mina y no de «Nunca Menos».

      4. francisco, no sé si vale la pena hacer este comentario, pero acá va:

        ¿no ves la diferencia entre un slogan que habla de las cejas de la candidata que uno que habla de «nunca menos», que es un intertexto con «nunca más» una política de derechos humanos apoyada desde el inicio de esta gestión y que alude además a otros logros aceptados por los votantes k que no quieren renunciar?

      5. Alejandro,

        De nada. Muchas veces el autor de una obra es el último en enterarse de su significado.

        Tapones, la publicidad de la ceja me parece idiota. Y puedo discernir el «intertexto» del «nunca menos» y su relación con el «nunca más»: lo veo y me parece tan idiota como lo de la ceja. Y en eso vamos a tener que aprender a disentir.

        Mi problema con este texto es que -hasta mi brillante intervención – el bueno de Alejandro había aprehendido la ceja pero no la canción.

      6. bueno, si a vos te parece lo mismo «nunca menos» que lo de las cejas, que habla de un frívolo rasgo físico de un candidato, bueno, era lo que decía al principio: no valía la pena hacer el comentario.

      7. Nunca Menos, Francisco, puede no gustarte, pero objetivamente o técnicamente si preferís, no es idiota.
        Sí su implementación en el lamentable y voluntarioso candombe grabado a pulmón.
        Candombe que templa el ánimo de la propia tropa, pero que piantavotos hacia afuera.
        De todos modos coincido en que es un error separar publicidad de propaganda o marketing político.
        En la era del espectáculo se comunica todo el tiempo.
        Claro que candidatos menores como Estenssoro sólo comunican desde un afiche ya que rara vez tienen exposición en los medios.
        Y entonces es importante que se despeguen de alguna manera con un mensaje no convencional.
        Consejo de publicitario:
        Desconfíe del candidato que escucha a su publicitario.
        Pero no deje que un pibe de la UB, que tiene photoshoop y es un loco lindo, esmerado y comprometido, se encargue de la comunicación.

  3. O sos un capo escribiendo, o este post te costó siete días de pensarlo y reescribirlo. Tá bien, voy a leer el Dónde caerse muerto…

    Por nuestro bien, espero que no todos estemos yendo en la dirección que teme Isabel. O, dicho de otro modo, espero que los que recurren a esta clase de publicidad obtengan los resultados electorales que parece que van a tener estas dos, y no el que pareciera que va a tener el inútil mayor. Más bien espero que podamos aportar algo en los afiches (mucho no se puede, salvo para el PO, que sigue con sus carteles-manifiesto).

  4. Así que el soy aburrido es la mayor estafa después de los sea-monkeys? primero: estos últimos no fueron una estafa, De la rua es uno de ellos y creció, si llego a presidente es otra cosa. Segundo: y el siganme y el salariazo, el no los voy a defraudar, o esos por venir del peronismo y tratarse del mejor presidente argentino (lupin dixit) no cuentan?

  5. También se me ocurre para la Afip una foto de la presidente con el dedo levantado (habra que pedirlo por favor que lo haga, por supuesto) dirigiéndose a los evasores, con el mensaje: paga tus impuestos o nos quedamos con tu departamento,sabemos como hacerlo. Me parece que se recaudaria el triple.

  6. Buen articulo. Hay algo que parece convicente: estas ideas de marketing político parecen hechas más para que se hable bien del publicista que las diseñó que del candidato. Y, en ese sentido, coincidiendo con la nota, parece más una estratagema para hacerle creer al candidato que ese tipo de recursos publicitarios le dará rédito electoral y que, por ende, tiene que pagar una fortuna, que para instalar al candidato en sí.
    Me recuerda a ciertas «obras» que pululan por eventos como Arteba, en donde pareciera que el plus lo da la explicación de la «obra» que ella en sí, especialmente cuando parece algo irrelevante (un calamar podrido adentro de una bota, cosas así «alla» MALBA). En marketing político pareciera que pesa más la explicación conceptual del aviso, o la supuesta «originalidad» del mismo, más que el posible efecto que pudiese generar. Algo así como la originalidad como bien supremo, el afán por distinguirse, más que diseñar una estrategia eficaz.
    Y además se empalma con practicar una especie de «resiliencia» en el candidato, o sea, transformar un defecto en virtud, lo que demostraría que el candidato tiene fortaleza, buen humor, se ríe de sí mismo….cuando en realidad aceptar el mote que te ponen es justamente resignarte a sobrellevar la burla que te pone otro, y encima validarla como discurso propio.
    Como bien señala Turner, López Murphy era el «Bull dog» por su cara de antipático, su falta de carisma, y su dureza. Al asimilarlo como propio, aun tratando de darle otro tono (lealtad, convicciones firmes), López Murphy arrastra y asume todas esas características negativas que recaían en la figura del perro. Lo mismo ahora con Estenssoro, con el agravante de ella misma llamar la atención sobre sus cejas, como si ese rasgo importara en algo para apoyar o dejar de apoyar a alguien.
    ¿Se imaginan a Cristina con slogans basados en el bótox, las carteras, la idea de «yegua» o algo así? ¿O a Macri haciendo campaña hablando de su riqueza en millones, o de que es medio tilingo? ¿O Ibarra, en su momento, haciendo campaña sobre la idea de que era «vago»?

    1. Los defectos de Macri no son esos.

      Ser millonario es un defecto? De Narvaez hizo campaña con eso y no le fué mal (es mas, le ganó al otro millonario!)

      Ser tilingo es un defecto? No parece serlo para el electorado argentino. Es mas, creo que ser intelectual es mucho peor.

      Por suerte los defectos de Cristina los pusiste bien, se ve que Clarin comunica mejor que Canal 7.

      1. Ser millonario, si querés disfrazarte de líder moderno con conciencia social, como Macri, no te ayuda a darte ea pátina, por eso Macri «visualmente» trata de asociarse a lo nuevo, la buena onda, a que es sensible socialmente, etc.
        En cuanto a lo de tilingo, confundís que un candidado lo sea con que lo demuestre en sus publicidades. Lo sean o no, ninguno se atribuye esa cualidad en sus campañas.

  7. Genial! Lo más sarcástico es la «bienvenida» de MACRI, sabemos que odia a los negritos del conurbano y los quiere bien lejos. Con qué otra función fue creada la metropolitana,sino?

  8. visto que Charlie no me contesto agregare que mis parientes santafesinos opinaron que los votos del midachi se debe a la estupidez de la gente y al conocimiento mediatico que de el se tiene contra otros invisiibles.

  9. El análisis de una degradada política más objetivo leído por mí…felicidades por la capacidad de abstracción, dificil en estos tiempos.

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