Vamos a remar contra la corriente. Estamos acostumbrados y, además, nos gusta. Así que ésta columna viene a plantear una especie de defensa de la últimamente tan vilipendiada en nuestro país «profesión de encuestador».
Empecemos por el principio: las encuestas pueden ser mejores o peores, tener mayor o menor «margen de error», acertar más o acertar menos. Pero son un indicador, no la realidad. Y, vale acotar, ni siquiera son indicadores «estáticos» (la archiremanida frase «es una foto de un momento, no la película» no deja de ser válida por reiterada).
Y otra cosa, que justo es recalcar, admitiese por primera vez públicamente Artemio López: las encuestas las encargan siempre alguien que tiene intereses en juego. Y por ende no son «neutrales», porque se han transformado en un insumo más de campaña. Como candidato, y «dueño» de esa data, si me dan bien las hago correr, si me dan mal las escondo. (Párrafo aparte acerca de la utilidad o no de la eficacia de estos datos a la hora de influir en la opinión pública: es un debate que no está ni estará saldado. Pero cuando uno está en campaña debe tratar de utilizar todas las herramientas disponibles. Obviamente, también las encuestas).
Así que el punto acerca de la «seriedad» de las encuestadoras amerita un estudio de mucha mayor profundidad que compararlas vis a vis con el resultado de una elección. Y tampoco sirve comparar los guarismos que arrojaba tal encuestadora con tal otra. Para eso habría que saber cuándo y cómo se midió, cantidad de encuestados, método, etc. No es lo mismo una domiciliaria que una teléfónica, por poner un ejemplo sencillo (Aqui me atrevo a sospechar -sólo a sospechar- que las telefónicas, además de tener un mayor margen de error per se, no están «midiendo» bien el fenómeno de la telefonía celular en los sectores bajos y medios y el consecuente retroceso de la telefonía fija, genrándose un -diría Moreno- «sesgo plutocrático»).
Igual, al punto que deseaba llegar es a otro.
Para mí, que me levanté con ganas de opinar, el problema no es la eficacia o eficiencia de las encuestas. El problema al que asistimos es que «los encuestadores» se han transformado en «analistas» de la realidad política porque los medios masivos les han dado ese lugar. Y una cosa es «medir», otra cosa es «analizar esa medición» y otra diferente es «analizar la medición en el marco general de un tablero político». Es así como vemos que los encuestadores desfilan por programas de TV y las radios y con columnas en los diarios, estableciendo hipótesis y análisis que se desprenden de los números de sus encuestas.
Y cuál sería el problema? Esto diciendo que los encuestadores no están capacitados para realizar esos análisis? En absoluto. Y de hecho lo hacen, pero a solas con sus clientes. Porque si admitimos lo que decíamos en el primer párrafo, acerca de que las mismas son «herramientas de campaña», lógicamente se desprende que «el análisis» público posterior también lo es.
Parece una pavada, pero no: a premisas falsas, conclusiones ídem.
Entonces, a modo de corolario: cargar contra los encuestadores desde los mismos medios que se nutren de ellos para llenar horas y páginas, me parece una operación desleal. Porque esto que digo, los que los invitan a los medios, lo saben (cuando no son cómplices de la propia operación de campaña, claro).
Qué me gustaría: seguir viendo publicadas todas las encuestas posibles. Pero también empezar a ver, en la función de «analistas» electorales a otros interlocutores, otros saberes. (Para qué carajo están los politólogos, ponele, che?). No porque estos últimos no tengan ideología, o sus opiniones sean neutras, o boludeces de ese tenor. Simplemente, porque más voces y más opiniones permitirían un debate más rico que el futbolístico acerca de «cuántos puntitos» tiene éste o aquel.
El problema, como siempre, no son los que venden (candidatos, diarios, yogures, etc.), sino los que compran, o sea todos nosotros, tan necesitados de «creencias» que nos simplifiquen la vida.
Algún día, votaremos al peronista Mauricio, cuando sea dueño del sello. Empezó con Del Sel…
Lo votarás vos, David; y no por peronista. Yo no, como no voté a Menem. Un detalle es que Menem (que de él estás hablando) es que estaba afiliado al PJ; Mauricio no. Pero no estás hablando de Mauricio, sino de tu suposición de que votaremos a cualquiera que venga con el sello. Suponés mal: Duhalde, por ejemplo, no va a tener mayoría. Tardamos más de lo que deberíamos, pero aprendemos.
Lo que no sé es si vos aprendés.
Marcelo
Querido Gaucho:
En lo personal nunca voté a un peronista (ni neoliberal, ni revolucionario, ni conservador, ni progre). Y desde «Semana Santa» tampoco a ningún radical.
Tenés razón en algo: seguramente no aprenderé nunca.
El comentario empieza diciendo que se va a ir contra la corriente para defender a los encuestadores, pero lo que termina haciendo es reiterar los motivos por los cuales se los critican dando por sentado que son algo hechos naturales que hay que aceptar. Que los encuestadores difunden encuestas tendenciosas que buscan beneficiar a quien las financia es algo que merece ser criticado, porque constituye un engaño a los ciudadanos. Que sea «parte de la política» no significa que deba ser naturalizado y aceptado; otra posibilidad es repudiar a los encuestadores que busquen engañar a la opinión pública difundiendo encuestas tendenciosas. Argumentar que «las cosas son así» para justificar una acción dudosamente ética lleva a las peores cosas.
¿Las encuestas telefónicas miden de alguna forma los que cortan al disquito? En la CABA la gente no quería hablar de política, es más nadie defendía a Macri, pero después votaron,seguro que esos mismos cortan y no por estar indecisos, con tantas encuestas solo contestan los que le interesa la política.Lola.
Supongo que forma parte de la seriedad de una encuestadora tomar en consideración datos como ese, pero no vi ninguna encuestadora que me haya explicado nada al respecto, y los veo bastantes veces hablando en la tele.
Lo que decís parece muy lógico, si se guían por encuestas telefónicas, es obvio que contesta más, la gente interesada en política. En ese contexto, cualquier candidato que tenga un nucleo importante de electores, provenientes de lo que llamamos «antipolítica», quedará subestimado.
Concuerdo mucho con lo expuesto, pero me gustaría acotar algo: Al decir «Y por ende no son “neutrales”, porque se han transformado en un insumo más de campaña. Como candidato, y “dueño” de esa data, si me dan bien las hago correr, si me dan mal las escondo» se está afirmando que la encuesta no miente, sino que es mostrada por el cliente (partido político o medio de prensa) si le conviene a sus intereses, ya sean políticos o comerciales. Es decir que la eficacia o bondad de la encuesta depende del encuestador, en cambio su difusión depende del medio que la recibe. Hay que tener en cuenta también el error metodológico que admite el propio productor de la misma (cosa que no siempre es aclarada en los medios) para tener una idea de los valores «reales» de la misma. Además, la información más importante para los políticos clientes que las encargan es el prefil de los votantes y las posibles razones de su voto, para así diseñar la campaña a su medida; aunque como refiero en una entrada de mi blog, la eficacia de las campañas en determinar el voto es bastante relativa (http://basureronacional.blogspot.com/2011/07/mitos-argentinos-hoy-el-electorado.html). También concuerdo en que la tarea de explicación y análisis políticos deben hacerlo los científicos sociales en función de su leal saber y entender (donde exponen su prestigio) en lugar de los encuestadores en campaña (aunque a su vez sean sociólogos o politólogos), porque es inocente pedirle la opinión sobre un yogur al publicista que me lo quiere vender.
Si algunos vean ahora con cariño a Menem, a Saadi, y lo justifican como parte de las herramientas disponibles para la campaña política, destinadas a conseguir el poder o conservarlo, nada tenemos que objetar a los encuestadores y sus producciones.
Pero nuestros sabios votantes nos han demostrado que no se guían por esos numeritos, por lo que el debate pierde cierta trascendencia.-
No te entendí. Podés intentar de vuelta?
Mendieta:
¿No está claro?
Si no te entendí mal, para vos el universo de las encuestas no pasa de ser una herramienta más de las campañas electorales.
¿Si es así, sigo?
Si las campañas electorales, con todos los sapos que uno se debe tragar y los personajes a los que se debe acudir, son parte de la construcción políticas.- (*)
Si esa es la manera como se hace política en nuestra sociedad de ayer y de hoy, y no hay forma de cambiarla, a pesar de los vientos renovadores que se invocan, que sabemos vienen del Sur y los impulsa «Él».
Si todo ello es ,más o menos, así, ¿No es perder tiempo debatir sobre las encuestas?, especialmente cuando a nuestros votantes les importa un pito lo que digan.
(*)Consultar el poco comentado libro «El Flaco», del bastante desaparecido José Pablo F.-
Hay un salto lógico en tu análisis. Y es cuando decís que en «las campañas» uno se debe tragar sapos o cosas así. A veces sí y a veces no. Pero no hay una regla constante al respecto, por ende, la conclusión tuya es una opinión. Válida o no como cualquier otra.
PD: No leí, ni pienso leer, por lo menos hasta dentro de un par de años, ese libro. Desconfío de los libros «de actualidad» y, mucho más, de uno en que su autor es más relevante que el entrevistado. Me alcanza con el adelanto.
Saludos
Sí, tenía esa «sensación» que los militantes K no había leído el libro de J.P.F. Creo que es medio embromado ducharse con agua fría en invierno, en enero en la playa, no se sentirá tanto el frío y se podrá llevar el libro. Es cierto que en ese caso el autor tiene más peso que el flaco -nada que ver con los kilos-, por eso te va a gustar más la autobiografía de Cristina de Sandra Russo.
Veremos si te vas a privar del placer de incursionar en el «Pecado original», especialmente que Horacio V., lo ha citado in extenso.-
Saludos.-
No Daio,. Para chicanearme te falta un cacho de estaño. Muchísimo menos leería el de Sandra Russo. No entedés. Vos lo ves todo en clave de «ustedes forros». Pero no. Es un cachito más complejo. Creo en la distancia histórica para tener una visión más compleja que la periodística. Parece que el obsesionado con los K sos vos. Lo mío es más chiquito. Saludos.
Daio, Mendieta, leí el de Feinmann y estoy terminando el de Russo. Realmente me parecen muy buenos los dos. En ambos casos aportan visiones muy interesantes sobre Néstor y Cristina, y nuestra política en general. Mi opinión es que realmente, en este caso, son mucho más que libros de actualidad. Recomendaría los dos, sin entrar a analizar si son más o menos K.
Sergio:
El de Sandra, con lo que dijo Alberto Fernández, ya es bastante para no leerlo, aunque reconozco que uno debería hacer un esfuerzo, pero…
El de José Pablo Feinmann, son esos libros raros a que nos tiene acostumbrado su autor, que va del amor al odio al peronismo, pero se puede leer, aunque a diferencia de vos entiendo que hay poco para aprovechar y sigo sosteniendo que los militantes no lo leyeron o no quieren hablar sobre eso, salvo vos.-
Saludos.-
Daio: Menem es candidato a senador por El Hijo de Alfonsín, no por el kirchnerismo. Sólo eso. Abrazo.
Es que Daio da por real la boleta trucha (de dos colores diferentes!) que anda circulando por la web.
Ése es el nivel de «información» que maneja Daio. Por éso vota lo que vota :)
El tipo no se da por aludido. Quiere desesperadamente acusar a un movimiento político que no es el suyo de inconsecuencia, de hipocresía, casi de traición, con la sugerencia de que Menem se cuenta en sus filas. Porque necesita descalificar, a como dé lugar, sin darse cuenta de que paga el precio de mostrar su ignorancia.
Mentira. La boleta de Ricardo Alfonsín en La Rioja es esta: http://yfrog.com/kfw0pqej
Menem es el que tiene pasacalles con Cristina en La Rioja, no Alfonsín. No desinformes.
¿En La Rioja, el kirchnerismo presenta un candidato a Senador para que compita con Menem?
Lo pregunto en serio porque posta, tengo la duda.
Saludos
¿Puede ser Eduardo Menem?.
El kirchnerismo, Diego, tiene su propia lista en La Rioja para la elección de senadores nacionales. La integran la actual vicegobernadora -que finaliza su mandato como tal el 10 de diciembre- Teresita Luna y Mario Guzmán Soria. Menem se postula por su propia cuenta en un frente que aglutina, entre otras fuerzas, al partido ‘Unión Celeste y Blanco’. Ese partido es del candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires Francisco De Narváez, que acompaña la propuesta presidencial de El Hijo de Alfonsín. Acá tenés data de cómo se quiso mentir al respecto de la boleta que, supuestamente, compartían Menem y CFK: http://www.taringa.net/posts/info/11717403/La-verdad-sobre-la-boleta-de-Cristina-y-Menem.html. Y acá te paso el detalle de cómo quedaron conformados los frentes electorales en La Rioja, que salió en una web de noticias de esa provincia: http://www.taringa.net/posts/info/11717403/La-verdad-sobre-la-boleta-de-Cristina-y-Menem.html
Igual, yo arriba lo chicaneo a Daio, no es que Menem vaya a ser candidato de El Hijo de Alfonsín. Conozco lo que son los acuerdos distritales, sólo que me dio ganas de devolver un poquito tanta chicana que habían hecho sectores de la oposición -que se valen, para ello, de la desinformación popular que ellos mismos promueven- acerca de que Menem iba a ser candidato a senador por CFK sobre la base de que para la elección a gobernador riojano de hace pocos meses algunos -no todos, la mayoría de ellos concurrieron a dicha elección en apoyo del candidato del Frente Es Posible (de los Saá), que salió sexto de seis en la compulsa- sectores del partido provincial de Menem habían hecho un acuerdo con Beder para apoyarlo en su intento de reelección a cambio de poder pegar a él alguna lista de adhesión, rasguñanando, así, algún hipotético lugar en la Legislatura provincial. Típico, pero circunscripto a lo local, y con mala leche desde los medios se quiso vender como que eso implicaba que el kirchnerismo apoyaría, en octubre, el intento de reelección de Menem en el Senado, tomándose, además, de algunas elogiosas declaraciones hacia el ex presidente que realizó Beder Herrera. Y puede que, en virtud del acuerdo local que celebraron hace pocos meses, Beder pague al menemismo, ahora, no con apoyo partidario formal, que ya vemos que no lo hay, sino con aporte de fiscales o cosa por el estilo, cosas, todas esas, de las que Menem, en su ocaso, carece: en cualquier de los casos, es un delirio total colegir de todo ello que Cristina tiene a Menem de candidato en La Rioja.
Los datos, ahora, los desmienten, pero hablan a las claras de la tremenda incapacidad de los medios nacionales de sede y mentalidad porteñista para contar las distintas realidades políticas provinciales.
Abrazo.
Perdón, me salió para el caramelo uno de los links que te pasé. Falta este: http://www.lariojaesnoticia.com.ar/noticia.asp?id=6685
No, Daio: va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m, va con m*n*m…
Repetilo mucho, así te convencés. O por ahí pica algún gil. Toda información chequeada la tuya.
Ahora empezá con Rico: Va con R*co, Va con R*co, Va con R*co, Va con R*co, Va con R*co, Va con R*co…
Gracias por los precisos datos de las boletas riojanas.
La única «alianza involuntaria» que se podría ver, entonces, sería a raíz de que Menem no lleva ningún candidato a presidente. De ese modo se hace más fácil votar a Cristina y a su vez a Menem: solamente se requiere descartar el tercio azul que lleva a Cristina y unirlo dentro del sobre electoral con la boleta de Menem. Un solo corte. Si Menem le brindase apoyo explícito a algún candidato a presidente, y lo llevase en su boleta verde, para el elector se complicaría más votar a Cristina y a su vez a Menem. Cortar dos boletas por las líneas puntiadas.
De algún modo, me parece, que la viveza criolla del ex apuesta a que la pareja verde-azul la armen sus propios electores.
Saludos
Mendieta:
¿Si no estás obsesionado es porque te has «desilusionado» de los K?
Por otro lado, por supuesto que la lejanía permite observar mejor los hechos históricos, pero esos dos libros son, en cierta forma, sobre hechos del pasado reciente, o de la historia reciente, objeto del estudio histórico para la escuela de la historia del tiempo presente.-
No los lei, pero la sobreabundancia de libros politicos o de historia reciente me hace desconfiar un poquito del contenido.
Por ahi son bueno libros o por ahi no, pero se puede ser militante o partidario kirchnerista tranquilamente sin leerlos.
Y tal como dijo Mendieta y Daio admitio, la distancia historica da una mejor vision de los hechos. El ejemplo mas claro es el primer peronismo donde las visiones cambiaron muchisimo con el pasar de los años.
Mendieta
En las soceidades democráticas tecnoespectaculares, las encuestas constituyen un recurso dramático insuperable para ir guionando el show de la política.
Y los analistas rentados, junto a los especialistas del marketing político, asesores y armadores, que despliegan su seudociencia menguelista sobre el tejido social, aparecen como inevitables en la posmodernidad. Triste es, aunque esperable, que los hayamos convertido en celebrities.
Este breve texto se podría titular «Para acabar de una vez por todas con el duranbarbismo, el dickmorrismo y por qué no, el artemismo»; pero claro, debería para ello, ofrecer alguna alternativa.
Saludos nihilistas de este humilde lector de contratapas.
No sé desde cuándo los medios empezaron a exigirle a los encuestadores que «acierten» con precisión matemática. Es ridículo pretender eso. Recuerdo que hasta hace pocos años, nadie se enloquecía si el pronóstico no «acertaba» la cantidad exacta de la mínima o de la máxima, y ahora es un tema de debate si el Servicio Meterológico no «acierta» una granizada.
Las encuestas son eso: encuestas. No son votos. Siempre hay márgenes de error. En los casos recientes, todos los encuestadores daban a Macri ganando por bastante ventaja la elección, y a Filmus segundo. No «acertaron» los números finos, pero sí con la tendencia. No entiendo por qué se cotejan encuestas pre electorales y encuestas boca de urna con votos, efectivos, cuando no son lo mismo. En el caso de Santa Fe, todos los encuestadores, como en caso de Capital, daban a Bonfatti primero, algunos (no demasiados) puntos arriba de Del Sel, y tercero Rossi. Y sucedió eso. Me parece que, sobre todo en los medios y en la sociedad, hay una desesperación por lo inmediato, por tener ya certezas de todo tipo, que se les exigen a las encuestas propiedades que no tienen por qué tenerlas.
Alejandro:
Poliarquía:
La Nación, 29/07/11:
Marci: 63,6 %
Filmus: 36,4 %
Diferencia 27 %
Domingo:
Macri: 64,3 %
Filmus: 35,7 %
Diferencia: 28,6 %
Creo que se puede trabajar con capacidad y honradez,¿no?
Saludos.-
Daio, seguro que se puede trabajar con capacidad y honradez, pero no se puede pretender exactitud 100% en una encuesta. Una encuesta no es un escrutinio. Saludos
Abelardo querido, estoy volviendo a la web.
Estoy escuchando a Artemio aca http://rambletamble.blogspot.com/2011/08/sobre-las-inconveniencias-de-distribuir.html y estoy RE CALIENTE!!!
Cansado q todos estos sociologos y encuestologos mientan, se justifiquen desde lo injustificable!!!
Existe una carrera q se estudia en 5 años q se llama licenciatura en estadistica UNR, de donde hay mucho nerd q no entiende nada de politica y no puede vender su laburo (excepto la encuestadora del PS en Sta Fe q no le erra nunca y salio de ahi) q siguen sin salir de su frasco y desmentir las barbaridades q dicen estos tipos, q tienen e negocio de las encuestas bajo el brazo.
Hablan de no poder medir porq cada vez menos gente tiene celular, hablan de la no respuesta y de no se cuantas cosas mas COMO SI ESO NO ESTUVIESE ESTUDIADO Y MEDIDO!!! Encima estos turros te publican la encuesta con una ficha tecnica donde te MIENTEN en decir q miden a TODA LA POBLACION (despues salen a decir q no pueden medir a toda porq cada vez hay menos gente con tel fijo), MIENTEN en q su MUESTREO ES PROBABILISTICO cuando tambien salen a encuestar en la calle, MIENTEN cuando TE PONEN Q SU ERROR ES DE +-2,5% O +-3,5% !!! CARA DURAS! LEANSE UN LIBRITO DE MUESTREO!!!
Los tipos tienen todas esas dificultades q le suben el margen de error, para cierta PARTE de la poblacion, pero los tipos no cuantifican el error q les proboca la no respuesta, extrapolan su encuesta a TODA LA POBLACION, y asi como asi publican +-2,5%.
Hay muchos estadisticos para consultar en este tema, personalmente trabaje 3 años en el area de muestreo de la Direccion de Estadistica del Gob de la CABA, diseñanado muestreo de varias encuestas, con mucha gente en la calle con todo un presupuesto detras y aun ahi medir ciertas cosas es dificil, para q estos tipos vengan a decir q con 200 casos con una NO RESPUESTA DEL 80% (lo esta diciendo artemio con Aliberti) tienen un margen de error de +-2,5%… insultaria de lo lindo pero como me van a moderar el comentario no la quiero arruinar y q esto no salga.
La seguimos en otro lado.
Abrazo
Las encuestas lo único que hacen es ver al ser humano de manera muy objetiva, es creer que todos actuamos igual, pensamos igual y vivimos en esta sociedad de igual manera, realmente es una vil ironía y un vil engaño.
Hola, tienes razón además de esto, las encuestas casi siempre serán modificadas, para beneficiar a alguien o a algún sector en especial, pienso que las encuestas son como los llamados «especuladores» en el mundo bursátil, solo sirven para crear desinformación.
Saludos.
Gran trabajo el que nos compartes, muy buen post, saludos.