La manta corta de la Argentina macrista en 2016…

Siempre que pierde alguien, alguien gana. Así funciona el sistema.

Por eso repasar un poco el quién es quién reviste un aspecto fundamental de la comprensión de la realidad. Porque eso es lo que cambia en la Argentina. Pierden los trabajadores y los sujetos de derechos monetizados y dependientes de la redistribución del Estado, gana el sector financiero, multinacionales y sectores rurales.

Otra vez la manta corta se va para el lado de los sectores más ricos de la Argentina, con la lógica y desangelada falta de cobertura sobre los más vulnerables y los trabajadores, tal como se ha vivido (¡oh, casualidad!) en los noventa.

A raíz de este mal entendido que llegó a P12 en una nota de Verbitsky sobre un post anterior de este blog (que no tenía mucha rigurosidad técnica -mezclaba variaciones intereanuales con intermensuales, etc-, porque sobre todo buscaba dar un golpe de efecto),  hice este artículo que busca profundizar la idea en cuestión.

Una versión de este post fue publicado originalmente acá, en la web del Centro Cepa.

 

Introducción

La economía siempre está en tensión. Pueden existir coyunturas externas que mejoren toda la actividad o la perjudiquen, pero las medidas internas de política económica que generan un cambio en ganancias de un sector productivo o social, generan pérdidas en otro sector productivo o social.

Como hecho trascendente cabe señalar el aumento de liquidación de divisas del sector agropecuario, el aumento de la deuda externa pública y privada, que ya se ubica en un aumento del orden absoluto de por lo menos U$28.000 millones (entre pases para el BCRA, deuda por nuevos bonos -vinculados al pago a buitres-, deuda provincial en dólares y deuda privada de grandes empresas como por ejemplo de Cablevisión e IRSA), en la otra punta de esta realidad, hallamos a los despedidos, a los jubilados y a los trabajadores que perdieron poder adquisitivo (un 11% promedio en lo que va del año); esto último se refleja en una notable baja del consumo, que es procíclica y genera un piso estructural de desempleo que sólo podrá ser modificado con el retorno de algunas de las políticas que fueron fundamento del modelo de Estado anterior a diciembre.

A continuación, se presentan algunas variables que bajan y algunas que suben en la Argentina macrista. Mientras se deposite toda la confianza en la mano invisible del mercado, no cabe esperar un cambio drástico en estas evoluciones.

Actividades que bajan

Como puede verse durante el primer trimestre de 2016, en comparación con el mismo período del año anterior, hay una considerable cantidad de variables vinculadas con la economía real que bajan.

Entre las cuales, sobresale el consumo minorista, que bajó un 4,2% en el primer trimestre. Cabe destacar que el consumo privado explica alrededor del 70% del PBI de la economía de la Argentina (el consumo público está en el orden del 10%). Asimismo, debe tenerse en cuenta que CAME señaló un descenso del consumo para mayo de 2016 de 9,2% (abril había sido 6,6%). Este dato no es menor porque se multiplica en toda la economía, sumado a un descenso del gasto público que, en tanto ambos componentes de la demanda agregada, es dable esperar un impacto en toda la actividad económica.

Esto es acompañado con una inflación para el primer trimestre de 12% (Fuente: Estudio Bein), si a eso se le suma abril y mayo, la inflación se ubica en 24,4% para los primeros 5 meses (la inflación de todo 2015 fue de 26,2% para la misma fuente).

Tanto la industria como la construcción muestran caídas. Que ampliando la mirada a abril de 2016, caen 6,7% y 24%, respectivamente (contra el mismo mes del año anterior).

Entonces, lo que estamos viendo es que lo ocurrido en el primer trimestre es una tendencia, no una cuestión puntual. Además se trata de actividades de la economía real, con lo cual tienen impacto en el trabajo que realiza la sociedad.

 

Ganancias que suben

Por otro lado, en la búsqueda de las actividades que mejoran su comportamiento, se pueden encontrar actividades vinculadas sobre todo con el sector financiero. En efecto, la ganancia de los bancos ha crecido un 62%, la formación de activos en el exterior según el balance cambiario del BCRA (concepto que identifica la fuga de capitales) creció un 89%, lo mismo que el endeudamiento. Además, como se sabe, el gobierno en abril contrajo nueva deuda en dólares por U$16.500 millones con el propósito de resolver el juicio con los fondos buitre. No es menor que luego de ello, Paul Singer denominó, en la revista Time, a Macri como el campeón de la reforma económica. Esta deuda fue colocada por grandes bancos extranjeros que hacía años no lograban ganancias por este concepto (entre ellos cabe destacar al JP Morgan, Deutsche, HSBC y Santánder).

Entre las actividades que mejoran su actividad luego de la devaluación sí existen algunas que forman parte de la economía real: los sectores del campo, vinculados a exportaciones de productos sin elaborar o con una mínima elaboración (MOA), u otras actividades industriales muy vinculadas a exportaciones, como por ejemplo, el complejo químico y la industria farmacéutica.

 

Conclusión

Se puede apreciar una transferencia de ingresos desde sectores masivos de consumo hacia actividades financieras o de bajo valor agregado, o de particular penetración internacional, esto en el marco de una incipiente transformación de la estructura productiva de la Argentina, asociada a valores de libre mercado que favorecen actividades de bajo valor agregado o bien de sobre explotación de rentas financieras, que daña asimismo a los sectores reales y transables de la producción en términos agregados.

Asimismo, se puede ver en los gráficos que la inflación quedó en ambos lados. ¿Por qué? Porque en todo lugar que un precio sube alguien gana y alguien pierde. En general, salvo que los ingresos suban más (como sí pasaba entre 2003 y 2015, y no pasa ahora), cuando un precio sube pierde el que compra y gana el que vende (esto queda en evidencia de acuerdo a las cantidades intercambiadas), por eso la inflación está en los dos lugares, porque ganan los sectores concentrados pero pierden los consumidores y las pymes.

De no variar el actual modelo propuesto por el gobierno del Ing. Macri seguirá habiendo caída por un largo tiempo. Esto a la luz de los primeros resultados empíricos, que están en coherencia con la lógica que señala que la Argentina para mejorar el trabajo y reducir la pobreza requiere una participación protagónica del Estado para transferir las ventajas comparativas del país hacia actividades que generan mayor inclusión laboral y social.

Hoy se conoce otro dato de (CAME) que indica que casi la mitad de las PyMEs se encuentran en problemas por la ingente importación de productos finales (e intermedios) y sólo un quinto ve algún alivio por la reducción de costos que resulta de estas importaciones. Sin embargo, incluso las que ven algún alivio, en la medida que no estén en el tablero del contexto inernacional, sufrirán la baja del consumo local.

Las distintas medidas de liberación de mercados y flexibilización financiera, que promueve y aplica el gobierno, sumadas a tasas de interés muy altas, no sólo enfrían la economía, además son expulsivas de mano de obra y por tanto perjudican el bienestar social. Los distintos paliativos focalizados que el gobierno aplica cuando, en el límite, ve comprometida su legitimidad, no hacen más que servir de sustento para reproducir un sistema de expropiación de cuasi rentas financieras y extractivas, entre otras.

Acerca de hache

hache: politólogo, maestría en sociología económica y otras yerbas. River. Línea de 4 en el fondo y Estado interventor desarrollista. Blog: Hache http://yaesta.blogspot.com/ @hernanpablo

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