No es fácil separar virtudes y defectos. La valentía puede transformarse en inconsciencia apenas cruza una delgada línea o cambian las circunstancias. La prudencia roza la cobardía. La actitud principista puede trocar en rigidez, la flexibilidad, en falta de principios. Quiero remarcar esto, antes de recorrer el camino que la ética, como paradigma político, siguió en nuestra historia.
El movimiento que genera la revolución del Parque en 1890, impulsa principalmente un reclamo ético. El país no puede seguir discutiéndose entre unas pocas personas. Entendamos que el reclamo es por los derechos civiles, ante el fraude existente, no por la concentración económica.
La revolución es derrotada y un año después, Leandro Alem, uno de sus impulsores, funda la Unión Cívica Radical. Es interesante que el radicalismo surge como partido de oposición denunciante, así como el roquismo había recibido su impulso en un conflicto bélico, según vimos en el primer post de la serie. Su impronta, con virtudes y defectos, llegará hasta nuestros días. Por eso acercaremos un poco la lupa, para examinar todo lo bueno y lo malo que se forjó en aquel inicio.
En 1896, Alem se suicida en un gesto político que se resume en la frase que dejará en la carta de despedida: «¡que se rompa, pero que no se doble!». La frase me sugiere firmeza discursiva, pero fragilidad material. Escrita antes de suicidarse, evoca la renuncia como actitud principista, más adelante volveremos sobre estos conceptos.
A principios del siglo XX, queda claro que los derechos civiles no pueden esperar y que el radicalismo con su reclamo ético es quién mejor los representa. Durante esos años, se convierten efectivamente en la contradicción central a resolver, no solo hasta 1916, año en el que Hipólito Yrigoyen es elegido presidente, sino hasta la llegada del peronismo, ya que luego del golpe del 30, el fraude retorna rápidamente a un primer plano. Cuando el peronismo llega al poder, cambia hacia la desigualdad económica el eje principal de disputa.
Cuando en años posteriores se vulneran los derechos civiles de los votantes peronistas, es muy difícil para cualquier otro partido presentarse como defensor de la ética. Alfredo Palacios, desde el socialismo era una figura muy asociada a la ética, sin embargo, ¿cómo conjugar eso con su apoyo a la Revolución Libertadora? Lo mismo vale para la presidencia de Illia durante la proscripción del peronismo. Atención, no digo que vulnerar un solo principio ético invalide los demás (criticaré esta posición más adelante), pero sí que durante una época marcada esencialmente por la ilegalidad, la ética no puede ser la bandera principal de ningún partido que no sea el (o apoye al) proscripto.
Desde 1983 los derechos civiles esenciales se respetan, pero por supuesto la ética sigue jugando su papel. El principal logro del gobierno de Alfonsín, el juicio a las juntas, esta ligado a ella. El descrédito enorme que signa la posterior promulgación de las leyes de punto final y obediencia debida, tiene que ver con la fragilidad de la que hablábamos al comienzo, al referirnos a la frase de Alem. El imaginario del todo o nada, referido a la ética.
Personalmente disiento con esta postura, creo que la ética es un valor esencial a defender, pero está sujeta a las mismas dificultades prácticas que otros valores. Si las defecciones anulan los logros, corremos el riesgo de no encontrar nunca la pretendida perfección.
Es interesante contrastar la expresión de Alem con uno de los versos de Resistiré, canción popular moderna: «Soy como el junco que se dobla, pero siempre sigue en pie». Esto también es una virtud y seguramente más cercana al sentir popular. ¿En qué expresión política argentina piensan al leer esta frase?
Durante el menemismo, el Frepaso plantea una vez más a la ética como eje, enfrentándola a la corrupción imperante. Por eso la Alianza se hace posible, Radicalismo y Frepaso se unen a través de ese concepto.
La renuncia de Chacho Alvarez se inscribe en esta línea. Ante los hechos de corrupción en el senado, acude a la tradición ética argentina, el señalamiento ampuloso a través de la renuncia. Esto es descriptivo y no crítico, ya que creo que su renuncia tuvo algunas de las virtudes que él pretendió darle.
Aunque suene irónico, creo que la mejor decisión de De la Rua como presidente fue su renuncia. Es posible que a la corta o a la larga hubiera sido inevitable, sin embargo, más de uno se hubiera aferrado al sillón y seguramente los muertos habrían sido muchos más.
El contrato moral predicado por Lilita se inscribe en esta tradición. Ella puede modificar sus concepciones económicas, ponerse a la izquierda o a la derecha, lo único que no está dispuesta a negociar es su imagen inmaculada.
El Kirchnerismo en sus comienzos respondió en buena medida a los reclamos éticos de la sociedad. La renovación de la corte y su política de derechos humanos son una muestra de ello. Las posteriores denuncias de corrupción en su contra provocaron uno de los principales desafíos actuales del Kirchnerismo, romper con el esquema según el cual, la ética es a todo o nada, y quién la defiende desde el poder, se expone a una situación inestable, frágil, quebradiza. Pero esto será parte del último post de la serie, en el que analizaré los paradigmas que signaron la vida política del peronismo.
Así, el paradigma ético, tiene como centro al partido radical, pero ha recorrido distintos lugares del arco político argentino. En el imaginario argentino quedó asociado a lo que debe ser inmaculado y fuertemente signado por los gestos de ruptura y las renuncias.
Apasionante tu saga, y tus hilos conductores, espero la próxima con ansiedad.
Muy interesante: «el contrato moral» permite «ponerse a la izquierda o a la derecha, lo único que no está dispuesta a negociar es su imagen inmaculada». Podríamos preguntarnos cuán ético puede ser ponerse a la izquierda o a la derecha según convenga. Pero estaríamos hablando, supongo, de una ética más abarcativa que lo que incluye la moral. Como sea, es evidente que la moral es la disolución de la política. La imagen del junco que se dobla pero sigue en pie es claro que es una metáfora de la política. El tema de la renuncia de Chacho,¿es asimilable al suicidio de Alem? me pregunto cuáles son esas virtudes a las que te referís, pero a la luz de la actualidad. No para hacer una crítica retroactiva sino para tratar de entender los alcances de algunos actos morales. El Bien (subrayo mayúscula) se puede parecer al mal (con minúscula).
Yo creo que los radicales sobrevaloran la importancia de la moral, la coherencia, la honestidad.
Yo lo único que le pido a un político es que no haga nada ilegal, no que no haga nada inmoral.
La corrupción no es la razón del fracaso de Argentina, creer que con un gobierno honesto todo se va a solucionar es pensamiento mágico, como el «con la democracia se come, se cura, se educa»
A mi me da más confianza un tipo que me dice, el problema de Argentina es el ciclo stop and go y no un tipo que me dice, el problema de Argentina es la corrupción.
Italia es un país más corrupto que Argentina y es un país rico.
Imaginemos que la coalición cívica llegue al gobierno, y que son tan honestos e inmaculados como dicen serlo, el país aún así puede irse al carajo si no tienen un buen plan de gobierno, cuadros para implementarlo, legisladores, gobernadores, intendentes etc
Es etico ¿predicar la etica politica desde la procripcion del opositor, o desde el fracaso electoral?
Para ser critico valido, es necesario; practicar la regla del juego y tener algún éxito dentro de el.
En el Pacto de Olivos; ¿el único no ético ara Menem que modificaba en su beneficio las reglas del juego político.
Es ético justificar la participación en un acto no ético en la peligrosidad del otro.
El país no anda mal por la corrupcion, pero el Radicalismo no esta en la centralidad ática del país.
Tiene razon El Lurker, es mas, tengo para mi que el radicalismo pretende esconder detras de su supuesta ética su propia incapacidad politica.- saludos.
Muchas gracias Eva.
Graciela: Para mi la posición de Carrió es muy criticable éticamente, pero no cabe duda que ella inscribe su práctica política en ese paradigma. Las virtudes de la renuncia de Chacho las veo por el lado de haber cumplido su parte en el contrato moral, usando la frase de Lilita. El llegó con un gobierno que prometía acabar con la corrupción, no lo hizo y el renunció, debilitando a ese gobierno que lo merecía por no estar a la altura de las circunstacias. Eso ayudo a que caiga, lo cual a la larga redundó en una obligación más fuerte de responder a ese reclamo, que para mi se concreta en buena medida con la llegada de Kirchner. No digo que fuera lo mejor que podía hacer, pero las actitudes principistas tienen defectos y virtudes. Coincido con tu última frase, es parecida a la que da comienzo mi post.
Lurker: Coincido plenamente. Aunque en alguna circunstancia la decisión de sostener los principios puede parecer poco práctica y sin embargo ser buena. Pero la lucha contra la corrupción no puede ser lo principal en un partido político.
Hector: De ningún modo es ético predicar la ética cuando el opositor, amplimente mayoritario, está proscripto. En esa época la posición del radicalismo es insostenible, lo digo en el post.
El pacto de Olivos no termina de parecerme algo poco ético de ninguna de las partes, se hizo una reforma constitucional, cada tanto las reglas de juego cambian.
En cuanto a si es ético justificar un acto no ético por la peligrosidad, entiendo que te referís a las agachadas de Alfonsín con las leyes de impunidad. Bueno, evidentemente es una concesión ética, ahora lo que trato de decir en el post, es que las concesiones éticas a mi no me parece que invaliden anteriores actitudes éticas, en el caso de Alfonsín, el juicio a las juntas, que por aquellos años no era tan obvio como lo vemos ahora. Y sí creo que actitudes poco éticas como sus agachadas, pueden estar justificadas por el peligro, aunque la justificación en ese caso no será ética.
Para mi el radicalismo inscribe su práctica política en el paradigma ético, el post no pretende decir que son los «más éticos», de hecho marco actitudes éticas y otras que no lo son, pero cuando no aciertan por el lado de la ética, se quedan sin argumentos, porque no sostienen firmemente ningún otro paradigma. Su incapacidad política para mi tiene que ver con aferrarse a ese tipo de actitudes, no creo que sean incapaces simplemente por ser menos inteligentes o algo así. Durante sus primeros años de existencia, el reclamo ético era válido como eje principal, luego no, era necesario agregarle más, al no hacerlo, eso es lo que produce su incapacidad.
Esteban: No se qué pasó, pero en mi correo tengo tu comentario, aunque aquí no aparece, lo pego y luego te contesto.
COMENTARIO DE ESTEBAN
Varias cosas: El radicalismo de 1890, impulsaba mucho mas que un reclamo de una politica mas etica. Buscaban en el fondo, que sectores que en esa epoca no tenian acceso al poder, lo tuviesen.Era mucho mas profunda que una busqueda de mas derechos civiles, era tambien una busqueda repartir mas la torta.Yo creo que mientras existan grandes sectores sociales que de manera hipocrita o no, exigan etica y moral, entonces debe ser algo que un gobierno debe buscar. Por otro lado, no coincido con la frase «pero sí que durante una época marcada esencialmente por la ilegalidad, la ética no puede ser la bandera principal de ningún partido que no sea el (o apoye al) proscripto. «Si hablas del periodo 1955-1973, la etica no fue la «bandera principal» de ningun gobierno. Se puede rescatar la figura de Illia por eso, pero este presidente hizo cosas mucho mas importantes que su etica. Y ni hablar que el partido proscripto distaba mucho de ser etico. Detras de este texto, hay una defensa de modo de hacer politica del peronismo, que podra ser lo que uno quiera para bien o para mal, pero nunca, en ningun tipo de sus gobiernos, fue, y ni intento ser etico. El problema es creer que con la etica arreglamos todo. Como diria un profesor de matematica, la etica «es condicion necesaria, pero no suficiente».Por supuesto que ser purista es un idealismo. Mal que mal, siempre hay que ensuciarse. Pero esto no debe ser motivo de orgullo o de defensa. Debe ser un mal inevitable, algo para hacer en casos donde no hay otra. Porque sino cual es limite?Hasta que punto la etica es un valor prescindible en la politica? Si roba pero gusta hacemos la vista gorda, ok. Pero si censura? Si mata tambien hacemos la vista gorda? Si Menem hubiese sido todo lo corrupto que ya sabemos que fue, pero hubiese sido «nacional y popular» en vez de «neoliberal», lo hubieses defendido?
Esteban: No digo que en 1890 no buscaran «nada» más. Pero sí que era por lejos el reclamo central. Cuando a Yrigoyen algunos sectores se le retobaron un poco, no tuvo problemas en reprimir. Marcelo T. de Alvear no hacía política en defensa de los pobres precisamente, pero igual, eliminar el fraude, sin dudas democratizaba y favorecía hasta cierto punto a sectores relegados.
Coincido en que un gobierno debe buscar la ética, claro que sí, entre otras cosas.
La defensa de Illia se suele hacer desde el plano ético y eso en un momento como ese, es absurdo. ¿A qué logros importantes te referís? Al peronismo en esos años es imposible acusarlo de antiético, ya que su proscripción lo ponía sin dudas como la víctima de quienes quebraban la ética más elemental que es aceptar que gobierne el partido mayoritario.
En ningún momento pretendo que la ética no importe, menciono situaciones diferentes, casos en los cuales la actitud ética fue importante (el juicio a las juntas de Alfonsín), otros en los que es inadmisible hablar de ética, pese a que lo hayan hecho (gobierno de Illia durante la proscripción), casos dudosos (la renuncia de Chacho se expresa como acto ético y para mi tuvo virtudes y defectos).
Señalo como trató de legitimar el radicalismo (y algunas otras expresiones)sus políticas y en qué medida lo logro y en cuál no, según mi opinión.
Si Menem hubiera sido nacional y popular y hubiera tenido virtudes en ese sentido, lo diría y señalaría la corrupción al mismo tiempo. Mi post no es una defensa lineal del peronismo y una crítica del radicalismo, muestro cosas buenas y malas.
Estoy en desacuerdo con respecto a Illia, de hecho, creo exactamente lo opuesto.
De Illia lo que se rescata son los resultados de su gestión, el altísimo crecimiento económico, el aumento del poder de compra de los trabajadores, el mayor gasto en educación de la historia, la política de Salud, la nacionalización del petróleo etc
Y el punto debil de Illia está más cercano al campo de la ética, su ilegitimidad, el haber sido presidente con el peronismo proscripto.
Uno puede hacer una comparación, medio escandalosa, con Cacciatore.
Por ejemplo, uno puede pensar que las autopistas de Cacciatore en la capital furon obras buenísimas, pero queda mal elogiar eso porque fue un milico puesto como intendente por otros milicos.
Lurker y Esteban: A menudo escuché hablar de Illia como «defensor de las instituciones» y siempre me pareció ridículo en su situación, pero reconozco que si bien sabía del alto crecimiento durante su presidencia, no tenía bien los datos económicos de su gestión, sobre todo en relación al salario. Para el post no los revisé, porque el tema era otro. Pero ante la insistencia de ustedes fui a mirar la historia de la economía de Rapoport y es cierto que el salario real se acrecentó en ese período. Esto no invalida mi crítica del post ya que era en referencia al tema ético, pero en cuanto a esos logros económicos, tienen razón.
Sergio: Interesante lo suyo.- Algunas reflexiones sobre el tema:
¿Cómo ser honesto sin ser pelotudo? ¿Cómo ser «inteligente» sin convertirse en deshonesto? En política ¿Cómo defender una causa colectiva sin traicionar la ética individual? ¿Cómo sostener nuestros principios éticos individuales sin convertirnos en traidores a la causa común que defendemos? Da para mucho más.-
Decía mi padre que había que desconfiar siempre de los que se autoelogiaban por su propia honestidad y ética.- «Los beduinos del desierto» -decía- «no le dan importancia a los camellos porque los tienen y conviven con ellos todo el día.- Los camellos son tema de conversación para quienes no los tienen».- Quien es realmente ético y honesto no anda publicitando esas virtudes.- Por ello, cuando escucho a quienes pretenden hacer bandera exaltando su propia ética (p. ej. Carrió), inmediatamente desconfío.-
Entre radicales y peronistas no creo que haya diferencia ética sino estética.- Un Luisito Barrionuevo es capaz de admitir que «si todos dejaran de robar por dos años el país se salva» (autoincluyéndose), en tanto un radical aunque sea un ladrón empedernido declamará siempre su impoluta ética y honestidad.- Uno es sinceramente bruto y el otro es un hipócrita.- Pero no puede negarse que la hipocresía es «la última pleitesía que le rinde el vicio a la virtud».- El hipócrita por lo menos entiende que lo que hace está mal, por eso lo disimula.- El otro ni siquiera se da cuenta que obra mal.- Para tenerlo como amigo, prefiero a un Barrionuevo antes que a un hiòcrita.- Pero como gobernante, me quedo con el hipócrita.- La «sincesridad» de un Barrionuevo en el Gobierno seguramente sería más dañina socialmente que la hipocresía radical o de Carrió, dado que tendería a generar imitación.- Si el mismo gobernante admite que es tan normal robar -como dijo Barrionuevo- entonces ¿por qué no yo?
En política debe diferenciarse la ética individual de la colectiva.- Quien realmente lucha por una causa colectiva debe sacrificar sus propios intereses por la causa que defiende.- Si solamente estoy dispuesto a hacer lo que yo quiero,pienso o siento, no puedo actuar en política, salvo como dictador.- En la democracia de partidos políticos, unirse a un partido significa que uno comparte ciertas ideas y proyectos básicos y que actuará en común con otros para mejor lograr esos objetivos.- Aportando ideas y juicios de valor, pero aceptando también los de los restantes compañeros.-Ello implicará muchas veces tener que hacer cosas que uno considera equivocadas, o con las que no está de acuerdo, pero que fueron decididas por la mayoría.- Seguramente también requerirá embarrarse las manos alguna vez y el que pretende privilegiar sus pruritos personales, que se quede en casa.- Cuando Chacho Alvarez renunció, puede que haya seguido un impulso de honestidad personal, pero fue antiético con sus compañeros del Frente Grande.- El era Vicepresidente como parte de una estructura política colectiva y no tenía derecho a tomar semejante decisión consultando exclusivamente con su esposa (tal como le relató luego a Moales Solá en el libro que escribieron juntos).- Eso es lo que llamo el comportamiento individualista y egoísta de una persona que prefiere preservar su propia «ética» personal, traicionando a sus compañeros de causa.-
Saludos, Capitán Medibacha
No entiendo lo de Illia y la proscripción. Las condiciones de las elecciones no las puso él, sino el gobierno anterior, un gobierno de facto que había derrocado a Frondizi por ¡haber levantado la proscripción al peronismo!
La primera medida de gobierno de Illia fue, casualmente, levantar la proscripción al peronismo y, además, tuvo una fuerte política nacionalista, por ejemplo anulando los contratos petroleros y pasando una ley de medicamentos que le puso a los laboratorios extranjeros en contra. No sé donde está la contradicción.
Lo más llamativo de todo es la política de educación, sin embargo, en el ’65 el presupuesto de educación era el 23% del presupuesto total.
Lo de Illia y la no-ética no tiene ningún asidero. Debe haber sido el presidente más buenito que tuvo la Argentina lo que, bueno, tampoco es tan difícil dada la calidad de nuestros presidentes, pero así es.
Felicitaciones, Sergio. El post, un lujo, como siempre. Y no lo digo yo.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/113237-35911-2008-10-13.html
«El principal logro del gobierno de Alfonsín, el juicio a las juntas, esta ligado a ella. El descrédito enorme que signa la posterior promulgación de las leyes de punto final y obediencia debida, tiene que ver con la fragilidad de la que hablábamos al comienzo, al referirnos a la frase de Alem. El imaginario del todo o nada, referido a la ética. «
Me parece que podría pensarse precisamente al revés. Porque no es un principista (ética de las convicciones weberiana) es que RA puede aceptar como necesidad y no como virtud (ética de la responsabilidad weberiana) promulgar esas leyes. Está realizando un sacrificio individual en aras de lo colectivo. Tal como él lo ve y evalúa, claro, lo cual es siempre discutible.
Una actitud principista hubiera sido renunciar y desentenderse de las circunstancias. En cambio, una actitud propia de la ética política que, como bien decía capitanmedibacha, supone diferenciar la ética individual (salvar el alma) de la colectiva (salvar la ciudad), consiste en sacrificar la propia proyección política en aras de lo colectivo.
En esa historia, tal vez la actitud principista está del lado de la ciudadanía, que en lugar de ver en ese gesto el mérito de pensar en lo colectivo antes que en lo individual, ve una actitud de renuncia moral, el hundimiento de los principios.
Claro que se puede decir –con razón, creo– que el propio RA, y todo el imaginario radical («que se rompa pero que no se doble»: paradigma de una ética de convicciones absoluta), como bien lo muestra Sergio, había contribuido a construir esos criterios de evaluación que a la postre interpretaron en clave de moral individual y no de ética política esa acción. Si esto es así, no hay entonces diferencia entre discursividad y materialidad.
Por internet hace unos meses encontré un artículo de un radical de la provincia, de alguna ciudad tipo Olavarría, explicando por qué iba a apoyar a Stolbizer, y en esa carta decía que el partido radical era el único partido fundamentalista de Argentina, y creo que sí, es verdad.
capitanmedibacha: Buen aporte la diferenciación entre ética individual y colectiva. En realidad en otras palabras lo que llamás diferenciación estética es en buena medida a lo que apunto, el post no pretende juzgar quién es “más” ético, sino señalar líneas de comportamiento que se explicitan de formas determinadas. En cuanto a lo de Chacho, coincido, estuve en desacuerdo con su renuncia, había otras maneras de luchar, pero sigo rescatando que a la larga, algo de su actitud principista perduró en cierta renovación. Hubiera preferido que luchara desde adentro, pero si la opción era hacerse el boludo y decir, “y bueno, las cosas no se pueden cambiar, que vamos a hacer”, cosa que en distintas circunstancias y desde distintos partidos, han hecho muchos políticos argentinos, entonces prefiero que haya renunciado. Es parte de pensar la ética con grises.
Ana: En ese período no podía haber actitud principista, ni ética, que no fuera luchar activamente contra la proscripción. Los partidos políticos podían haber tomado posturas distintas, denunciar la ilegalidad enérgicamente, no aceptar elecciones fraudulentas. Illia desde la presidencia siguió sin permitir que Perón pisara el país. Como dije en mi respuesta a otros comentarios, puedo reconocerle otros logros, pero su actitud no tuvo nada de principista. Es probable que el haya hecho lo que creyó mejor, pero está claro que no actuó según el lema “que se rompa, pero que no se doble”. Para mi el problema es que él cedió en la actitud principista, justamente en un momento y un tema, en el que no era admisible ceder, porque era lo principal que estaba ocurriendo, no era un tema menor, posible de soslayar en pos de otros beneficios. Así como pienso en los grises, ante la proscripción del partido mayoritario, creo que no hay gris que valga.
Ezequiel: Gracias, yo recibo Página, pero leí primero tu felicitación, así que me fui corriendo a buscar el diario, jeje.
contador geiger: Estoy de acuerdo, lo que ocurre es que lo que llamás ética política, que tendría que ver con lo colectivo, a menudo lo llamamos de otra manera (aún cuando no lo critiquemos), hacer lo necesario, ser pragmático, etc. Pero poder evaluar con más precisión esas cosas me parece importante, lograr diferenciar verdaderas renuncias morales, en donde se busca el beneficio propio, de otras acciones aparentemente dudosas, pero en pos del beneficio colectivo, que por supuesto pueden (deben) ser encuadradas en lo ético.
Lurker: Seguramente con matices según las épocas, pero es cierto, lo del fundamentalismo encaja bastante con ese comienzo que incluía la frase “que se rompa, pero que no se doble”, antes de suicidarse.
Con respecto a Illia (y en cierta medida Alfonsín también) su planteo era defender el espacio de democracia»posible». Entendía que una democracia con el peronismo no proscripto (aunque Peron no pudiera volver)era mejor que una dictadura como la que vino después con Onganía. Además que hay que tener en cuenta que en 1963 Perón estaba encausado, y que de venir habría ido inmediatamente preso, flor de quilombo!.
Pero el camino que llevaba, si los militares no lo cortaban, era a la entrega del poder al peronismo en 1969, lo que tarde o temprano terminaba con el regreso de Perón.
Calificar de antiético este comportamiento me parece de un fundamentalismo que no condice con la actitd a posteriori de los que lo pregonan.
Sergio, de acuerdo. Creo que para diferenciar acciones políticas éticas y otras que no lo son, aunque se recubran de una retórica similar, se pueden tener algunos criterios:
a)privilegiar la causa (la que sea, que incluye la comunidad como tal, condición de posibilidad de esa causa) por encima del interés individual, al punto de ser capaz de sacrificar éste en función de aquélla.
b)el punto (a) exige pensar las consecuencias de los hechos en función de la salud de la causa, no del orden dado. En política no vale el lema «fiat iustitia er pereat mundus».
c) el punto (b) exige a su vez pensar que el éxito de una acción política no tiene necesariamente que ver, por no decir nada que ver, con el valor ético que para nosotros tenga. Es decir: el mal puede triunfar… y el bien, fracasar. Por lo tanto, las consecuencias de los hechos pueden ser paradójicas, contrarias a lo que pretendían.
d) los fines que se buscan no son verdades objetivas, absolutas e incondicionadas, sino unos fines entre otros, en lucha con otros. Si alguien piensa que sus fines son verdades, intentará imponerlos sin reparar en la voluntad de aquellos sobre los que recaen. A más principismo, más dogmatismo, más fanatismo… menos democracia y pluralismo. Eso no implica no luchar por lo que se cree.
Creo que aquel que hace política, como ciudadano o como dirigente, y que actúa con estos criterios, está actuando con la ética política.
Esto genera dos problemas: a) este modo de evaluar la acción renuncia a tomar en cuenta los contenidos por los que se lucha, los valores, y privilegia el modo en que se los vive o cómo se lucha por ellos. b) la aplicación de estos criterios en la acción dependen de la phronesis, del saber práctico, del «saber ver». Son una apuesta. Por lo tanto, muchas veces se termina discutiendo más que si se aplicaron esos criterios, cómo se los aplicó, y la discusión se termina enredando.
Creo que es lo que ocurre en el caso de Alfonsín y la OD y el PF. Para decirlo claro: se lo acusa más de retroceder que de ceder, e incluso que de querer beneficiar directamente a los represores o a sí mismo, lo cual en ese contexto era poco probable y poco verosímil para el personaje.
Mariano T.: Podés no estar de acuerdo conmigo, pero lo mío de fundamentalista no tiene nada. Ya ves que rescato lo de Alfonsín, pero no lo de Illia en ese aspecto. Las razones que me llevan a separar las cosas tienen que ver con lo que señala contador geiger. Privilegiar la causa de la comunidad y pensar las consecuencias de los hechos en función de la salud de la causa. Abstenerse de juzgar durante un período de tiempo (ya que así fue, ahora son juzgados y Alfonsín estuvo de acuerdo ahora en que lo sean, por supuesto con el enorme merito de Kirchner de traer el tema de nuevo) a delincuentes, por una razón política de defensa de la democracia, me parece que puede ser visto perfectamente como una actitud que beneficia la causa de la comunidad. En cambio, proscripto el partido mayoritario, ¿de qué democracia hablamos? ¿cómo va a haber democracia cuando el partido mayoritario no puede intervenir? Ante una cosa así, prefiero la actitud principista, que ponga en evidencia lo inadmisible de la situación, ya que la causa de la democracia no puede estar beneficiándose si se aceptan estos condicionamientos, de hecho los resultados así lo demostraron, era obvia que en esas condiciones la debilidad iba a ser extrema.
contador geiger: Muy bueno. Me ayudó a precisar las diferencias que veo entre los casos de Alfonsín e Illia, como le digo a Mariano T.
Hay algo más a tener en cuenta. Y es que a menudo las verdaderas razones de las decisiones no se pueden explicitar en este tipo de temas. Alfonsín no podía salir a decir: “estos tipos son delincuentes, pero no los vamos a juzgar ahora, ojalá el día de mañana tengamos poder para hacerlo, lo siento, pero hay que defender la democracia”. Si el lo pudiera decir, la discusión se plantearía en otros términos. Vale lo mismo para cualquier discusión de hoy en día: “si pudiéramos combatir este o aquel monopolio mediático, lo haríamos, pero son demasiado fuertes por ahora, hay que negociar” Esto no se puede explicitar, no se pueden armar mesas redondas para discutirlo y eso es un problema. Porque entonces, no solo hay que defender concesiones que priorizan el beneficio de una causa, sino encima desentrañar mentiras y defenderlas también. De todas maneras y por difícil que parezca, para mi hay que pesar todos los factores y evaluarlos con la mayor objetividad posible, esa es para mi la verdadera actitud ética, por sobre la ampulosa y fundamentalista de los principios. Señalar cuándo son irrenunciables, porque son esenciales a la causa, y cuando es válido ceder, en beneficio de la causa.
Sergio: Muy bueno el abordaje que proponés en el artículo. La capacidad del peronismo está precisamente en sustraerse a esa lógica de hierro que impone la ética, por eso sobrevive. Sin embargo el escenario político está muy cooptado por la eticidad como vértice de lo político, y gran parte de la ciudadanía también.
Saludos
Sergio, estás hablando como un peronista y desde 2008 y por eso lo de doblarse te parece mal en unos casos y bien en otros. No sé qué alternativa veías para 1960-65. ¿Que todos los demás partidos se negaran a participar en las elecciones hasta que no se levantara la proscripción y le hicieran el campo orégano a los militares golpistas? ¿Que tanto Illia como Frondizi levantaran la proscripción y llamaran seguidamente a elecciones con Perón incluído y provocaran otro levantamiento militar?
Imaginémonos por un momento que Illia lo hubiera hecho, lo que en el fondo tampoco era demasiado justo, ya que había ganado con el 23% de los votos contra un 18% de voto en blanco peronista ¿Cómo te parece que hubiera seguido la historia?
Gracias Luciano, saludos.
Ana: «estás hablando como un peronista» ¿Y eso? ¿cuál es el problema? Vos estás hablando como una radical, aunque tampoco veo ningún problema en eso, cada uno tiene sus ideas que sin duda van a influenciar lo que pensamos, sabiendo eso, tratamos de ser lo más objetivos posibles, siempre se habla desde algún lugar político, nunca se es neutro. No hablo desde 2008, Ana, sino criticaría también a Alfonsín, podés disentir conmigo, pero no confundas lo que digo.
Preguntás que propondría: «¿Que todos los demás partidos se negaran a participar en las elecciones hasta que no se levantara la proscripción y le hicieran el campo orégano a los militares golpistas?» ¿De verdad crees que eso era hacerles el campo oregano? Si es solo un tema de fuerza, entonces los militares podían gobernar siempre que quisieran porque la tenían y les da lo mismo lo que hagan los demás. Pero no es así, ellos también necesitaban justificaciones, si todos se hubieran negado, no hubieran tenido ningún campo oregano, lo tuvieron así, con los partidos avalando la proscripción. Si todos hubieran reaccionado contra la proscripción al unísono, reconociendo lo inadmisible de hablar de democracia en esas condiciones, las cosas hubieran sido distintas. Sinceramente creo que esos 18 años son los principales (no los únicos)responsables de los desastres de la década siguiente, ¿qué respeto les podían merecer a los peronistas, los otros partidos que avalaban esto? Allí se generó una violencia contra la democracia que no podía sino ir generando más violencia.
Que menciones que Illia le ganó por 5 puntos a los votos en blanco me parece increible y muestra tu falta de objetividad. Esa sí que es buena, proscribo un partido, y después le digo al otro «pero solo hubo 18% de votos en blanco, te cuento como si hubieramos competido y te gané». Ana, ponete un minuto nomás en el lugar de los peronistas, ¿qué pensarías de alguien que te diera ese argumento?
Sergio, cuando decís que el problema «es que a menudo las verdaderas razones de las decisiones no se pueden explicitar en este tipo de temas» estás tocando algo para mí relevante: la diferencia entre dos niveles de discurso, el teórico-intelectual, y el político-ideológico. No es tajante, pero es.
En el nivel teórico se pueden discutir con más libertad estas cosas, porque no está en juego la lucha por la legitimidad y el poder. Esto no ocurre en el nivel político, donde se busca movilizar y ganar voluntades. En efecto, si en este nivel se actuara con la transparencia que se supone que hay en el otro, todo se iría al traste.
Quiero decir: si RA salía decir «estos tipos son unos asesionos pero tienen fuerza para dar un golpe y acabar con la democracia», esa verdad hubiera producido lo que no buscaba: un golpe y el fin de la democracia, porque los militares hubieran entendido esa declaración como una declaración de guerra. En el terreno político, lo era.
Esta diferencia de lógicas de lo que se pone en juego en cada ámbito de discusión muestra que la noción de los principios y la verdad a toda costa simplifican absolutamente el dramático tablero de la política.
Me meto en la discusión sobre la proscripción del peronismo, porque tiene que ver con lo de la ética y la política.
Creo que es un ejemplo claro de consecuencias impensadas. Sólo por eso, quienes sostienen que era una medida oportuna, deberían revisar su posición, pues condujo a todo lo contrario de lo que ellos mismos querían: los que se propusieron que el peronismo desapareciera, contribuyeron a que en el 73 el lograra el mayor porcentaje de votos de su historia (además de la mayor transversalidad social de su historia).
Otra cosa es que se diga que en ese momento los actores no vieron otra salida. Pero ahí nos remitimos entonces a una evaluación particular en una coyuntura dada.
Lo bueno de Illia no es la etica con la que suele minimizarlo , lo mejor de illia por lejos fue la anulacion de los contratos que firmo Frondizi vendiendo nuestra soberania a los yankees. En los 3 años de illia se produho un gran crecimiento economico sin endeudar a la nacion , Para mi etica es no haber dejado al pais endeudado , algo que hizo Peron del cual podemos decir cualquier cosa menos que no defendio nuestra soberania
Que diriamos de Frondizi y la etica , un traidor a sus votantes para aplicar las recetas del FMI , algo que retomo Menem desde 1989
Sergio, no esquives el bulto (con respecto a mi comentario)… No vale decir «Si Menem hubiera sido nacional y popular y hubiera tenido virtudes en ese sentido, lo diría y señalaría la corrupción al mismo tiempo». Eso es facil.
Lo dificil es posicionarse. De haber sido Menem nac & pop, pero todo lo corrupto que ya sabemos (incluyendo AMIA y Rio Tercero), hubieses sido «Oficialista critico», como vos y muchos de por aca se consideran con respecto a Kirchner?
Con respecto a la discusion sobre Illia que ya lleva unos cuantos post (creo que merece que te inspires y escribas un post particular sobre el tema, asi no se desvia la cosa, porque podemos hablar sobre futbol y terminar discutiendo nuevamente el tema Illia), no me queda clara tu posicion. Estas en definitiva defendiendo el accionar que tuvo el peronismo, claramente golpista entre 1963-1966?
Digan lo que quieran de mi, pero me parece muy corto placista y mediocre despreciar la etica de la politica.
Como dice antes, con la etica solamente, no vamos a ningun lugar. Pero sin ella, todo lo que se construya o se intente construir, va a estar viciado de un manto de ilegalidad, que terminaria destruyendo aun las cosas buenas que se hicieron.
Sergio, si Peron hubiese sido lo que fue en cuanto a lo social y economico, pero mas etico, mas republicano, mas democratico, mas respetuoso de las instituciones y todos esos adjetivos que tanto odia el peronismo, hubiese pasado lo que paso despues?
Hubiese Peron haber logrado juntar a los radicales, socialistas, comunistas, catolicos, conservadores y liberales en un mismo grupo?
Desde lo pragmatico, la falta de etica de los gobernantes, siempre derivo en desastres…
contador geiger: De acuerdo en general, pero coincido especialmente con esta frase: “Esta diferencia de lógicas de lo que se pone en juego en cada ámbito de discusión muestra que la noción de los principios y la verdad a toda costa simplifican absolutamente el dramático tablero de la política.”
Javier: Sí, estoy de acuerdo en que Illia hizo cosas buenas, solo digo que es muy difícil convencer a nadie que un gobierno es bueno, cuando no tiene legitimidad democrática. Obviamente me doy cuento que me repito en mis respuestas, pero los argumentos que me proponen son parecidos, por eso mis respuestas también lo son.
Esteban: La ética para mi es un elemento más de la valoración, si las transgresiones en ese rubro son terribles, entonces mi valoración de ese gobierno será mala, si son tolerables, entonces se pueden compensar con otras cosas. De verdad no considero evidente que Menem haya tenido que ver con AMIA, pero respondiendo a tu pregunta, cualquier gobierno que tuviera que ver con una cosa semejante por más nacional y popular que fuera, me parecería totalmente repudiable, algo así no se compensa con nada. Este es el tema, algunas transgresiones éticas son aceptables y otras no.
Para tu desánimo, yo no soy kirchnerista crítico, me considero peronista y kirchnerista, a secas. Se descuenta que siempre hay cosas para criticar, pero no me da para eso de “crítico”. ¿Accionar golpista del peronismo? Pero escuchame, ¿qué clase de gobierno democrático gana impidiéndole participar al más votado? De verdad no se qué es lo que no te queda claro de mi posición, no me da para repetir todo otra vez. Lamentablemente todos los que juntaba Perón en su contra, siempre fueron menos que los que lo votaban. Está claro que no era perfecto, pero lo que pasó después, me parece que es motivado principalmente por esos años de proscripción. Ese parece ser el punto en el que no nos ponemos de acuerdo, para vos es algo menor, soslayable digamos.
Cierro el comentario citándote a vos, ya que una de tus frases encaja perfecto para definir lo que pasó en esos 18 años, la proscripción era tan grave, que todo lo demás quedaba relegado: “Como dice antes, con la ética solamente, no vamos a ningún lugar. Pero sin ella, todo lo que se construya o se intente construir, va a estar viciado de un manto de ilegalidad, que terminaría destruyendo aun las cosas buenas que se hicieron.”
La frase de Esteban “Como dice antes, con la ética solamente, no vamos a ningún lugar. Pero sin ella, todo lo que se construya o se intente construir, va a estar viciado de un manto de ilegalidad, que terminaría destruyendo aun las cosas buenas que se hicieron” tiene –me parece– un problema, y es que asocia «ética» con lo que habitualmente se entiende por «ética», que es la ética judeo-cristiana, para entendernos (salvar el alma: no matarás, no robarás, pondrás la otra mejilla, etc.).
Propongo, siguiendo a Maquiavelo y a Weber, partir de la noción de que hay una ética política. Si aceptamos esto, decir «con la ética solamente no llegamos a ningún lado» no tendría sentido (uso el ejemplo, con todo respeto, para mostrar lo que quiero decir, no para deslegitimar lo que dice otro, porque además creo que en este caso el espíritu de la frase de Esteban coincide con lo que estoy diciendo).
No hay contraposición entre ética y política, sino entre ética judeo-cristiana (salvar el alma) y ética política (salvar la ciudad… perdiendo el alma). La asimilación de ética a una ética (la judeo-cristiana) es el síntoma de una hegemonía cultural en Occidente, pero no representa una verdad teórica. Quebrar esa asimilación automática, irreflexiva, es o sería un triunfo político de la política.
Sergio, comparto tu opinión de que la explicación de los 1970s está en los 18 años anteriores y la proscripción del peronismo, pero no cuando decís ‘¿Qué respeto podían tenerles los peronistas a los partidos cómplices con la proscripción?’Ninguno, pero el peronismo nunca tuvo respeto por el adversario politico. El discurso peronista es un discurso esencialmente excluyente, en el que solo un sector social y quienes lideran su opinión son ‘el pueblo’, o sea la nación argentina, y los demás son con suerte equivocados, y generalmente hijos de puta a anular. Todos los lideres de la oposicion a Peron pasaron por la carcel. Era el discurso de Evita y, hasta Menem, siguió siendo el discurso peronista. Ha vuelto a serlo ahora, con la prominencia dada a Bonafini, D’Elia, etc, y Cristina Kirchner hablando de la idiotez de la clase media que no entiende su propio interés. Si la mayoría de los políticos opositores son respetables es otro tema (y eso aplica a muchos en el gobierno tambien), pero el respeto no ha sido parte de la política argentina desde hace muchisimo tiempo, mucho antes de la proscripción.
contador geiger: Muy bueno, una vez más. En realidad el tema da para mucho. Presento tres ejemplos más, un poco diferentes de lo que veníamos hablando.
Primero, entiendo que en casos de corrupción, en donde quién gobierna actúa en beneficio personal, allí la reprobación desde la ética política sería similar a la que se hace desde la ética individual o judeo-cristiana. Si en este caso, ese gobierno tuviera otras virtudes («roban pero hacen»), la ética sería un punto débil de esa gestión, que podría ser compensada o no, por las otras virtudes, poniendo las cosas en una balanza, en la cual, las actiudes antiéticas se miden, no solo materialmente (perjuicio económico a la sociedad), sino por el ejemplo que dan a esa misma sociedad, que es un punto a tener siempre en cuenta en todo este tema.
Segundo, situaciones en donde según la ética política se está actuando correctamente, pese a estar vulnerándose la ética judeo-cristiana, supongamos que fuera la situación actual respecto del Indec, que el ahorro al país, sumado a la merma de las expectativas inflacionarias, convirtieran a las mentiras, en un acto ético desde el punto de vista político. ¿Cómo medir el peso del «mal ejemplo» que se da o el daño que produce el descrédito del gobierno? Por supuesto estamos una vez más en el terreno de la apuesta, no va a haber una medición precisa, siempre hay que elegir, pero lo señalo para marcar un punto en donde se tocan (creo que inevitablemente)la ética política y la individual.
Tercero, situaciones en donde el beneficio que se prioriza desde el punto de vista de la ética política, es la acumulación de poder de parte del gobierno. Estoy en este caso en la hipótesis en la cual esto se hace con el objetivo de beneficiar a la sociedad, porque un gobierno que no maneja cuotas importantes de poder, tendrá dificultadas en casi todas sus acciones. Aquí parecieran entrar en contradicción dos principios de ética política, ya que democratización de la sociedad, federalismo, etc, son sin duda objetivos políticos importantes, pero a la vez, sin la cuota importante de poder, las cosas pueden fracasar fácilmente.
el furcio: Evidentemente tu última frase, tiene mucho de cierto «el respeto no ha sido parte de la política argentina desde hace muchisimo tiempo, mucho antes de la proscripción.»
Tampoco empezó con el peronismo, que surge como respuesta a la década infame, aunque coincido con vos en que el discurso político peronista no es especialmente respetuoso con el adversario. El tema para mi es lograr medir de un modo razonable los distintos niveles de afrenta que se le hace al adversario político. Fijate que usás la frase «El discurso peronista es un discurso esencialmente excluyente», cuando vos mismo estás de acuerdo en la gravedad de la (precisamente)EXCLUSIÓN DEL PERONISMO por 18 años. Seguro que es una cadena que se retroalimenta, pero a mi me parece que en la evaluación global, el peronismo ha sido más víctima que victimario.
Llevando el tema al presente, la aparición en un primer plano de Hebe o D’Elia, fue posterior a un lock out salvaje, en donde los cortes de ruta incluían requisar vehículos, y ver por televisión a De Angeli diciendo «ahora pollos no pasan», camiones condenados a esperar 6 0 12 horas en la ruta, o a Buzzi diciendonos que probaron que podían desabastecer. Esto no justifica la piña de D’Elia, solo trato de marcar que muchas veces se pone el acento en las actitudes poco respetuosas del peronismo y no tanto en las de los adversarios.
Es interesante el post. Lo de la fragilidad como riesgo me parece central. Si la ética -que acá se equipara a la pureza, a la perfección, casi en términos religiosos- es frágil, también lo es un programa económico. La verdad que lo que hoy vemos en la Argentina (la desacelaración de la tasa de crecimiento y empleo, la inflación, los vencimientos de deuda sumados a la falta de financiamiento…) tiene que ver con decisiones políticas desacertadas y con un modelo económico rudimentario que cómodamente descansa sobre un tipo de cambio alto.
Los Kirchner y su mentado modelo de «acumulación de matriz productiva diversificada e inclusión social» vienen derrapando. «El mar de 3 cm de profundidad» del poder K -la recaudación fiscal- es así cuán superficial. Haber atado un modelo político y económico a una sola variable es de por sí una fragilidad.
Acompaño el reclamo de Carrió por una ética pública que inspire una legalidad más justa. Conformarse con la «legalidad de los actos» me parece mediocre y hasta peligroso. Si retomáramos una ética en sentido kantiano y hasta utilitarista como teoría y praxis política, y a la economía en su lugar -como subsidiaria de esta concepción-, mucho estaríamos haciendo por la fragilidad de los sistemas. Si no, cuál es el lugar de la codicia en la crsis financiera internacional?
Los daños del lock out salvaje son inconmensurables con respecto a cualquier piña. Ahí aparece claramente la utilización de la moral para bardear la política. Pero el tema de la moral entorpece los discursos. Pide actitudes defensivas, pedidos de disculpas, agachadas varias. De todos modos, que la perspectiva moral deba ser separada de la política no implica que la perspectiva inmoral sea incluida. Consecuentemente, lo inmoral también integra el discurso moral, opuesto a la política.
Ética intelectual, Patricio Z. Tenías ganas de decirlo y lo arropaste con ética. Detesto el término pero ¡qué poco ético! Que el imperativo categórico te absuelva.
Lo de Sergio es para ponerlo de ejemplo.Aparte de postear temas serios e interesantes,pasa del sectarismo y de crispacion que abundan en las discusiones entre argentinos.Sigamos su ejemplo.
A mi la etica que siempre me impresiono fue la de Allende en La Moneda.El profeta de la revolucion por la via pacifica,no dudo en mostrar otro camino para enfrentar al facismo latinoamericano.
La politica es un continente,otro mundo y por lo tanto pienso que su etica es otra y esta casada con la eficacia valor supremo de la primera.
Temazo,Sergio.Muy buenas las intervenciones.Me esta saliendo humo de la cabeza.
Abrazos.
Sergio, totalmente de acuerdo. Nunca he sido peronista (por edad y familia en principio, y por lo que ví cuando – espero – tenía suficiente juicio como para decidir por mí mismo), pero no hay duda que el peronismo encauzó temas esenciales a la evolución de la mayoría de la sociedad argentina que los otros partidos en ese momento ignoraron. Pero no podemos evitar ser el producto de nuestras circunstancias. El peronismo en 1946 no pudo evitar ser el producto de una sociedad excluyente y autoritaria y, de la misma forma que los anteriores ignoraron a los que tenían menos, el peronismo se planteó la Argentina con un discurso (no una acción, sino hubiera sido revolucionario) que excluía y condenaba verbalmente al otro. No había una Argentina que parecía Suiza y vinieron los cabecitas a la plaza y la arruinaron, de la misma forma en que decir que todo lo que pasó antes de 1945 fue un desastre.Ni es verdad ni ayuda a resolver lo que nos pasa ahora.
Patricio Z: Creo, como dice Graciela, que lo que decís no encaja mucho con el post ni con los comentarios, pero no te preocupes, en el que cierra la serie hablo del Kirchnerismo y te vas a poder despachar a gusto.
Graciela: De acuerdo en todo.
Efraín: Muchas gracias realmente, elogios como el tuyo siempre son un estímulo importante. Un abrazo.
el furcio: Es importante descubrir que pensamientos políticos como el tuyo y el mío, que seguramente tienen diferencias, en una charla pueden encontrar muchos puntos de contacto, me alegro realmente.
Sergio, muy buenos los ejemplos.
En el primero, la ética política coincide con la ética personal clásica, pero me parece que por diferentes motivos: en la ética personal clásica está mal robar en sí; en la ética política, está mal porque se antepone lo privado a lo público, lo personal a lo común. Lo cual es otro modo de decir que en la ética política robar en sí no está mal: depende para quién y en qué contexto (robarle al enemigo en guerra no es lo mismo que robar al conciudadano en la paz).
Es interesante lo que planteas —al hilo de este primer ejemplo— de la compensación entre defectos y virtudes, porque agrega dramaticidad a la evaluación. La pregunta que se me ocurre sería: para la ética política, el que hace un mal innecesario (robar para sí mismo) y a la vez hace cosas buenas (para el conjunto o la causa) ¿queda condenado de todas maneras? ¿Cómo medir eso? Puffff, complicada la respuesta. Si decimos que sí, que queda condenado —por lo que me inclino—, estamos actuando con los principios absolutos, a la manera de la ética judeo-cristiana: da igual estar un centímetro afuera o mil kilómetros: la cuestión es a todo o nada, o estás afuera o estás adentro…
El segundo ejemplo entiendo que sería una especie de profecía autocumplida: miento para producir un efecto bueno. Un mal produce un bien, o un mal menor evita otro mayor. Ahí veo un problema: qué elementos hacen que ese mal sea algo necesario (dentro de la apuesta, claro). Un gobierno, en situación normal, tiene más elementos para producir ese bien que quiere conseguir, que mentir. Si fuera un caso límite, la cosa sería diferente. Otra vez: en la guerra no puedo decir que el enemigo es más fuerte, porque así ya estoy perdiendo antes de combatir.
De todos modos, el ejemplo trae otro asunto interesante: la tensión entre presente y futuro. Un bien presente puede ser un mal futuro. Alguien citaba en un comentario el ejemplo de Allende: ¿cómo medir el mal que para la causa generó en aquel momento su suicidio, con el bien que trajo para la misma causa en el futuro? No tengo respuesta. Aunque me inclinaría por pensar que la política es presente. Se podrá objetar que a la vez esta ética política exige pensar las consecuencias. Sí, pero esas consecuencias son para el presente… cercano.
El tercer ejemplo es el típico latinoamericano, diría. Es decir, cómo construir poder democrático sin quebrar la democracia en sociedades polarizadas (u oligárquicas). Me inclino por pensar que la tensión aquí es entre dos aspectos, o directamente dos conceptos, de democracia: el rousseauniano y el liberal, la voluntad general y los derechos individuales. Diría que es más ético políticamente para la causa democrática (progresista, es decir, que busca la igualdad de poder) construir poder. Pero la experiencia histórica nos dice, creo, que es difícil encontrar un caso en el cual la construcción de poder cesa para dar lugar al respeto de los derechos. Es decir, que esa construcción sea vista como un mal necesario, y sea abandonada en cuanto alcanza su meta original. De todos modos, diría que una asunción de la ética política es que dos cosas buenas, no por serlo, son compatibles, con lo cual la tensión entre esas dos concepciones o momentos de la democracia no debería sorprendernos. Subrayo el “no debería”…
Termino. Yo también saludo el tono de las respuestas de Sergio. No soy peronista, pero celebro el enfoque del asunto y la capacidad de reconocer los defectos de la tradición política a la que adscribe. Así da gusto, por si no se notó…
contador geiger: Muchas gracias por tu interesantísima participación, fue un placer conversar con vos.
Contador geiger: Allende se suicida recien al final de la batalla de la Moneda.Combate con sus hombres toda la maniana y rechazan a los milicos.Entonces deciden bombardear el palacio y solo así doblegan a los combatientes de su guardia personal.A mi me impresiona su honestidad intelectual,su comportamiento etico,en ese momento habia que enfrentarlos, para dar el ejemplo y se puedan luego abrir las alamedas con el pueblo.Su sacrificio y el de sus compañeros valio la pena,hoy Chile es un pais democratico y Pinochet paso a la historia como un facista corrupto y asesino.
Dice el artículo de Sergio:
«El movimiento que genera la revolución del Parque en 1890, impulsa principalmente un reclamo ético. El país no puede seguir discutiéndose entre unas pocas personas. Entendamos que el reclamo es por los derechos civiles, ante el fraude existente, no por la concentración económica.»
La apreciación, a mi juicio, es incorrecta, y es el mito de origen del radicalismo. El Parque fue un movida básicamente porteña contra un gobierno que representaba los intereses provincianos. Movida que contó con la participación del roquismo para defenestrar al sector del progresista Juárez Celman.
No hace recurrir a la versión de Abelardo Ramos, que ubica a Juárez Celman como una víctima inocente del capitalismo financiero a la vez derrocado por la oligarquía bonaerense, aunque tiene algo de verdad. Recomiendo el último libro de Rocchi et al en donde es abordada la crisis económica y los problemas del gobierno nacional generados por las políticas financieras de la Provincia de Buenos Aires.
Por otra parte, como bien ha demostrado Hora, los radicales también eran parte del sistema del «fraude», o dicho con más propiedad, de la movilización de estructuras partidarias en las elecciones. El reclamo del sufragio universal pasa a ser una bandera radical cuando Yrigoyen convierte a su movimiento en nacional, con la capacidad de movilizar no sólo a las estructuras sino también a masas electorales. Pero eso ocurre recién llegando al Centenario.
Saludos.
Veo que hay muchos que no son peronistas pero se parecen mucho. Es evidente que no busco coincidir; diría que…las visiones son paradigmáticamente opuestas. Nunca voy a coincidir con los materialistas. Lock out salvaje? Ud. Graciela no conoce las poblaciones rurales, ciertamente. Y Ud. Sergio, monologa, como todos los «peronistas culturales». Para MI, la ética es a todo o nada; su pensamiento robinhoodiano no lo absuelve, parafraseando a la inimputable Graciela.
No obstante, no dejo de reconocer su lealtad al régimen decadente de los K. Pregunto, el año que viene, cuando el Pinguino saque el 20 % y desaparezca el Kirchnerismo, ¿qué van a hacer con toda esta prédica? Toda una incógnita.
La politica debe subordinarse a la etica,y la economia a la politica.Si esto no sucede caemos en el escepticismo,el pragmatismo y la corrupcion.La falta de coherencia provoca que las conductas individuales,entre las que figuran el desempeño de roles,y las conductas colectivas,arriben a la falta de credibilidad y al fracaso.Hay quien prefiere aquello de»roban,pero hacen»,o de que»la politica es el arte de lo posible»,o estan convencidos de que un buen politico sabe engañar al oponente o seducir y tragarse»sapos» de quienes lo enfrentan.En definitiva la politica queda reducida a un juego de poder hasta que el exitoso llega al limite en su conocimiento de la realidad social que lo circunda.Tal vez el politico ideal seria una sintesis de don QUIJOTE Y SANCHO PANZA.
En nuestro pais el radicalismo en la ppractica nacio para administrar el poder conservador con visos principistas e ignorancias economicas.Y el peronismo coopto el interes de la masa trabajadora impidiendo el desrrollo de una izquierda dividida y sobre todo poco realista en cuanto al conocimiento de nuestra sociedad.LOS FILOSOFOS SERVIMOS PARA CRITICAR A LOS GOBIERNOS Y PARA PROPONER PLANES EN GRAN PARTE UTOPICOS,pero sin utopias no se puede vivir tampoco.¿Es la politica algo sucio como muchos pretenden?…generalmente lo señalan quienes pretenden que no participemos,para su propio beneficio.Si se es puro en politica,se llega al suicidio,como Alem?O el problema es saber manejar la oportunidad,crear la siituacion?
La política está ya -para bien o para mal- subordinada a la moral, desde la modernidad. Creo que suponer que los filósofos deben «criticar a los gobiernos y proponer planes utópicos» es una muestra de esa subordinación. Me pregunto cuál es la función de los filósofos en esta época, pero no lo sé, realmente. Sí sé que la función crítica, ejercida pretendidamente como «control», desemboca en situaciones que los filósofos (¿intelectuales, tal vez, en general?) no están en condiciones de manejar,y las entregan en bandeja a los que sí lo están. Y eso no es bueno para el pueblo intelectual… ni para ningún pueblo.
Contestando a Graciela:Si la politica estuviera subordinada a la etica no tendriamos,como dije en mi primer comentario,tanto escepticismo,cinismo,corrupcion,pragmatismo,deshumanizacion.Ademas,una cosa es la etica,que pasa por el terreno de la teoria,de los principios,yotra es la moral,que implica la situacion historica de las costumbres sociales,y que de hecho relativiza las acciones humanas y por ende vuelve a la politica mas acomodaticia.
No es que los filosofos o intelectuales «deban»criticar a los gobiernos,sino que de hecho lo hacen,porque les interes con pureza la gente.En cuanto a la funcion de los intelectuales hoy es un buen tema,dificil.Fijate que se discute por ejemplo el texto de las CARTAS ABIERTAS de nuestros intelectuales,que a mi me parecen valiosos,aunque un poco demasiado academicos.Aliverti,a quien respeto,me ha dicho personalmente que le gustaria que ese compromiso hubiera aparecido antes.Creo que uno de los modelos de la funcion de los intelectuales lo dio Nicolas Casullo,pero me jode el tema de los que hablaban y hablan desde el exilio,frente a los que aguantamos adentro la represion.Por otra parte los politicos no le dan mucha bolilla a los intelectuales en muchas ocasiones,y se guina mas por su intuicion que por el saber analitico y cientifico,lo conlleva a sus fracasos.Sera por eso que hoy la economia con sus numeros los tiene locos.No es que los intelectuales»le sirvan en bandeja»a los politicos la posisibilidad del dominio.Las condiciones sociales estan dadas como para que los politicos,a veces marionetas del poder economico,puedan manipular las opiniones, desalfabetizar a la gente,convertirlos en consumidores atontados,desacreditar y hasta impedir el pensamiento critico,destruyendo por ejemplo la escuela publica,como para que nosotras pretendamos que la bandeja la puedan tener o retener los intelectuales.