Yo burocratizo, tu burocratizas, nosotros burocratizamos

Cuando uno es joven, lee Marx. Cuando uno es adulto, lee a Weber. Y si uno no crece nunca, lee a Holloway o Negri.

O tal vez yo nací pesimista, teóricamente hablando. Porque cada vez más me parece que en Weber hay claves mucho más claras para orientar una praxis política que en Marx, (aunque aun me emocione leyendo las cartas sobre la India.)

Si yo tuviera que resumir Weber en una frase, pondría «todo lo que existe se burocratiza y se racionaliza, tarde o temprano.»

Diría: «la primera preferencia de una organización es siempre su propia reproducción.»

Diría: «la única potencia que puede romper la fuerza centrífuga de la racionalización es el carisma, pero luego, el carisma también se burocratiza, o desaparece.»

Diría, «es la organización, estúpido.»

Todas estas frases me están dando vueltas en la cabeza en estos días en que las organizaciones piqueteras se han revelado como el sujeto weberiano perfecto.

Luego de la crisis del 2001, una cantidad muy importante de sociólogos y politólogos de cuyo nombre no voy a acordarme se dedicaron a escribir una cantidad de ensayos y libros en donde aseveraban, jubilosos, que en las organizaciones piqueteras había nacido de una vez un nuevo sujeto que podría de una buena vez cambiar para siempre las condiciones en que se hace política en este país. Escuché a una socióloga decir que las organizaciones piqueteras habían horizontalizado las relaciones de genéro definitivamente en sus barrois. Escuché una vez a otra decir que las asambleas barriales habían cambiado la matriz de subjetivación subconsciente de las personas. Escuché a otro decir que las organizaciones piqueteras eran la fuente de una nueva ciudadanía horizontal y democrática.

Muchos de esos mismos intelectuales hoy escriben furibundos escritos denunciando la clientelización y la «cooptación» de las organizaciones piqueteras, y se han movido, cual pájaros migrantes, a buscar el próximo fenómeno organizativo que permanecerá, ahora sí incontaminado. (Tal vez serán los piquetes ambientalistas, o inclusive, por qué no, las «luchas del campo».)

Hoy queda claro, creo, que esas organizaciones no fueron y no son una fuente de nueva subjetivación política horizontal y revolucionaria, sino organizaciones burocratizadas que, antes que nada, pelean por su propia supervivencia y por la maximización de los recursos a su disposición.

Me comienzo a atajar: las organizaciones piqueteras y territoriales fueron de inmensa importancia en el manejo social de la crisis. Fueron también una de las causas de que este país no girara horrendamente a la derecha. Crearon algunos líderes políticos de peso. Organizaron políticamente a los desocupados en un momento en que nadie daba dos pesos por ellos (mucho menos que nadie los gremios de la CGT.)

Me sigo atajando: los gremios tradicionales son mucho más burocratizados, eso es obvio. (No olvidemos, sin embargo, que hace ochenta años eran ellos, también, los que suponían que habrían de llevar al mundo a una nueva y gloriosa subjetivación política a nivel global. Claro que, al final, no lo hicieron, y se convirtieron en organizaciones burocráticas que pelean por la maximización de sus recursos.)

No quiero decir con esto que no sean posibles cambios políticos radicales o drásticos; pero sí que, si sucedieran, si viniera la bendita revolución, al día siguiente, en el mismo 18 de octubre, esa revolución comenzaría a burocratizarse y racionalizarse.

Un líder político prudente no debería planificar sólo la revolución, sino, antes que eso todavía, cómo la revolución será burocratizada.

Acerca de Maria

Politóloga. Me interesa la teoría de la democracia y el estudio del populismo.

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79 comentarios en «Yo burocratizo, tu burocratizas, nosotros burocratizamos»

  1. Bravó! Agrego algo que está implícito: no se puede ser un buen marxista sin ser un mejor weberiano.
    Coincido con este diagnóstico, pero creo que tiene que servir para comprender la situación y no para atacar de manera miserable (como en ciertos blogs, ejem) a organizaciones que tienen años de construcción política. Construcción política que se hizo en buena parte centrada en la distribución de recursos estatales que esas mismas organizaciones obtuvieron a través de su acción. Yo creo que un mundo con organizaciones sociales (incluso con las peores de ellas) es un mundo mejor. Así como un mundo con sindicalismo es un mundo mejor incluso con los peores sindicatos (prefiero los gastronómicos de barrionuevo que el modelo mcdonalds/walmart libre de sindicatos).
    Me parece que hay que pensar qué destino van a tener estas organizaciones. Me parece que no se puede destruir el capital político construido porque es una red de contención que puede volver a servir. Me parece que la clave está en pensar qué van a hacer los ministerios sociales de las provincias. Porque hay muchas cosas que las organizaciones pueden hacer que van más allá de trabajar en la asignación de planes.
    Insisto, la burocracia piquetera, igual que la burocracia sindical, es mejor que la atomización absoluta de los sectores populares…

    1. De hecho, la burocratización no es mala en si misma. El problema son las burocracuas ineficientes.

      Con el final de los planes, seguramente va a pasar Darwin por el movimiento piquetero. Y los que queden serán esos que realmente llegaron a construir esos lazos que vos devís. Quien te dice que no redunde en un fortalecimiento de esas organizaciones.

    1. La «burocratización» de la hablaba Weber era la de las organizaciones en Prusia. Lo que tenemos en Argentina, desde un punto de vista weberiano, es lisa y llamamente «corrupción» ajena a la «racionalización» moderna que analizaba Weber en su país (no en una republiqueta gobernada por diletantes prebendarios sin convicciones, para usar su terminología).

      Como decía Max hace más de un siglo, culturalmente el argentino es un pueblo «semibárbaro». Y lo sigue siendo.

      1. No, no es así. Weber no habla de ninguna manera exclusivamente de la racionalización de las organizaciones en Prusia, Weber habla de la tendencia a la racionalización y burocratización de todas las esferas de acción humanas, y por eso fundamentanlmente se interesa por los estudios de las religiones, como la realidad última que orienta y ordena el sentido y los valores que los individuos atribuyen a sus acciones. A su vez se muestra desconfiado en cierta manera a esa cada vez mayor racionalización y burocratización, fundamentalmente de las organizaciones políticas así como de los partidos y otro tipo de asociaciones, la llama la «jaula de hierro de la administración», dado que esa cada vez mayor racionalización y burocratización termina constituyendose en una maquinaria administrativa que funciona por sí misma y con una lógica propia escapando al control conciente que los individuos pueden hacer, del orden a partir del cual desarrollan sus acciones.
        Desde un punto de vista liberal podemos decir que en la Argentina el Estado (en tanto organización política de dominio) comienza a racionalizarse y a burocratizarse una vez superado el período de las administraciones de orden (mitad del siglo XIX) y lograda la incorporación plena de la economía al mercado mundial que brinda al Estado una funte de recursos estable que lo hace viable y le permite diferenciar su control.

  2. Aceptando tu punto de vista, me parece totalmente innecesario el armado de grupos al interior de sociedad. O sea, si el destino es la racionalización en búsqueda de recursos para la organización mientras cada minuto que pasa el logo de las banderas va perdiendo sentido, mejor que sea el Estado el que más o menos regularice todo evitando el capitalismo salvaje a la vez que las mafias que hablan en nombre de categorías que figuran en los libros de sociología. De ese modo podremos ser ciudadanos y dejar de asistir a la puja distributiva en nombre de entidades vaciadas de sentido que derrapan en mafias (curros, clientelismo, etc.), bajo la que se pierde esa racionalidad moderna en la que la entidad está inscripta para afuera, tal como vos lo asumís.

  3. Si hablamos del sindicalismo (que es por lo menos a lo que yo me refería y por lo que se desato esta discusión sobre la burocratización) Burócrata no es por que negocia, siempre en el sindicalismo hay que negociar, el gringo Tosco sabía cuando negociar, pero intentaba que la participación de los compañeros fuera masiva, se elegía democráticamente, había una importantisma participación, ni que hablar del Sitrac-Sitram (que para tu información consiguió a pesar de ser un sindicato por empresa, muchisimo mayores beneficios económicos que los burócratas). Lo que hace a un burócrata es entre otras cosas, la negociación por lo bajo con los patrones, su beneficio personal (”regalitos” que le dan los patrones por “no joder mucho” y “calmar a los muchachos”), su desaparición del lugar de trabajo, etc.
    Moyano, aunque tiene diferencias en su forma de representar a los trabajadores, se asemeja mucho en esto a los “gordos” y por lo tanto es un burócrata también. Aca está más o menos la definición de un burócrata, pero también me falto una cualidad más, la dependencia del Estado, el sindicalista clasista es independiente de cualquier proyecto patronal y del Estado.
    Por esto reivindico sin dudas a las nuevas organizaciónes obreras, que son de base, con participación de estas, que son compañeros clasistas que siguen en sus puestos de trabajo a pesar de ser delegados o presidir las comisiones internas (una gran diferencia con los burócratas) y aqui te nombro los casos del Subte, de Kraft, de la recuperada Zanón y el sindicato de Ceramistas de Neuquén, de algunos sectores de ferroviarios (el “pollo” Sobrero), de algunos compañeros metalurgicos en Córdoba (recientemente expulsados de la UOM por defender a los trabajadores despedidos), etc. Hay muchos casos más y va a seguir creciendo este movimiento desde las bases, de comisiones internas y cuerpos de delegados combativos y clasistas.
    En mi opinión las organizaciones piqueteras nunca fueron el nuevo «sujeto revolucionario» como vos bien comentas que pensaban varios sociologos en nuestro país, luego del estallido de 2001. Es cierto que muchos de esos han caído en un basismo o espontaneismo bastante decadente, triste y hasta te diría clasemediero o pequeño burgues (el caso de Vilma Ripoll o Aldereta marchando con las patronales agrarias es el paradigma de esto, o Zamora obnubilado por los ambientalista de Gualeguaychu). Ese pensamiento producto de tesis como las que vos bien citas de Negri o Holloway, ese neo marxismo post moderno (que tiene su expresión más acabada en nuestro continente en el Subcomandante Marcos y su supuesta organización revolucionaria contrahegemónica) es para mi un pensamiento surguido en el momento más algido del neoliberalismo, en el momento de derrota más espantosa de los movimientos populares y de retroceso fenomenal de los pueblos; en este sentido es un claro producto de la falta de perspectiva o de «depresión intelectual» (término que no me gusta utilizar por que soy bastante reacio al análisis psicológico de los autores como explicación de sus teorías) propia del momento histórico en el que nacen este tipo de tesis.
    Con respecto a la afirmación de que cuando uno es joven lee a Marx y luego, de grande, lee a Weber (que se asemeja mucho al dicho de Churchill: «si uno siendo joven no es de izquierda no tiene corazón y si de grande no es de derecha no tiene cerebro», no son la exactas palabras, pero es vulgarmente lo que quizo decir) no me parece que sea así. Creo que el análisis sociológico de Weber tiene aportes importantes para el tema de «la política», sus análisis de los tipos ideales de dominación son bastante útiles para realizar comparaciones históricas, pero creo que no explica los fundamente estructurales de la dominación, o más bien, tiene una «idílica» forma de ver a la dominación como algo natural, no producto de las relaciones sociales y de la estructuración social. Además tampoco me olvido a que apuntaba el pensamiento de Weber, cual eran sus motivaciones y su principal objetivo para Alemania (la destrucción del socialismo en su país) y esto tomando en cuenta el contexto histórico en el que escribe (inmediatamente posterior a la primera guerra mundial y contemporaneo con el estallido revolucionario del espartaquismo y la creación de la república de Weimar, de la que fue partícipe).
    Para cerrar creo que ya expresé lo que pienso que es la burocracia sindical, que no tiene que ver con el proceso de burocratización y racionalización del que habla Weber, sino con un aspecto mucho más simple y tal vez banal que es la corrupción de los dirigentes sindicales.

  4. Si la realidad fuera infinitamente reductible a esquemas racionales y voluntaristas, Diego tendría razón. Como no lo es, la formación de organizaciones es indispensable, más allá de su evolución posterior.
    Saludos

    1. ¿Pero por qué sería mejor tener en la sociedad a estos subgrupos que operan para afuera con esa lógica que los homogeniza en tanto una suerte de deseo de reconocimiento (de poder, de guita, etc., pero todo abstracto) mientras que para adentro siembran mitos que se desmoronan no bien aceptamos el anterior funcionamiento como regla última? Esa ambivalencia es la que a mí no me cierra. Prefiero que el Estado, en lugar de ser el marco de fondo de esa «lucha» que es la misma que la del libre mercado, tenga la misión de apaciguarla y que los individuos sean lo más autónomos posible, que sería lo más afuera posible de esa lógica. Para abogar por lo contrario habría que estar convencido de que al interior de las organizaciones lo que se reparta (que será lo que se consiguió en la lucha de afuera) sería más provechoso para los individuos particulares que lo que un Estado organizado pueda brindarles directamente a cada quien, ya sea por la vía del mercado o por las alternativas que ese Estado pueda construir.
      Lo que me parece que está bastante claro es que al kirchnerismo le está pesando esa ambivalencia. Con este post de María al fin me di cuenta qué era lo que me molestaba, no sólo de ciertas voces del gobierno sino de una matriz cultural que lo precede. Es eso a lo que en algún otro blog llamé “nosotrismo” y que a esta altura del partido (siglo XXI) toma la forma de chamuyo, o sea, para afuera aves rapaces cuya voracidad excede en mucho el beneficio para el propio grupo y llega a las costas del beneficio personal, combinado con discurso moralista. Sí, hace un rato lo escuchaba a D’Elía criticando a Tinelli y me preguntaba, ¿hasta cuándo este tipo va a “vivir” de la dictadura? Están gastando el consenso al que esta sociedad había llegado respecto de la condena a la dictadura y el merecido castigo a los culpables. En este caso, para ganarle una discusión a Tinelli, algo que difícilmente D’Elía consiga. Resumiendo, el esquema de “curro y moralismo” rompe las bolas por los dos lados y no avizora futuro. Esto da tristeza.

      saludos

  5. María, es mejor racionalizar y burocratizar una realidad que cambió por una «revolución» que estar continuamente racionalizando y burocratizando sin cambiar nada.

    Y hay que separar la paja del trigo. Una cosa es una organizción que sobreviene como síntoma social que produce la decadencia de un modelo económico (por ej. de los ’90, crisis de 2001, etc.) y otra cosa es la que, mediando «revolución», sobreviene por cambios materiales y espirituales en clases sociales.

    No se puede meter todo en la misma bolsa. Son cosas distintas que hay que tener en cuenta para saber cuándo hay una «revolución» y cuando no.

    1. Oti: mucho no entendí. Pero al revés tal vez se pueda decir lo mismo: si hay que organizar y burocratizar, entonces tal vez se pueda hacer eso de una manera mejor sin necesidad de hacer la revolución.
      Y después de algunas revoluciones la gente ha vivido mejor, y después de otras no. Que se yo, Cuba es una cosa, Pol Pot otra.

      1. Lo que quiero decir es que no es lo mismo seguir burocratizando y racionalizando una realidad que necesita un cambio, que burocratizar una realidad que es producto del cambio.

        Por ej., la burocratización del mov. obrero argentino fue signo de un cambio muy bueno y deseable para las clases trabajadoras porque, garacias a ese cambio (no por la burocracia, sino por el cambio social) mejoraron sensiblemente sus condiciones materiales y espirituales, y la burocracia tuvo que dar cuenta de eso.

        El caso de las organizaciones piqueteras es distinto, porque son signo de la decadencia y crisis económica argentina, no de un cambio social. Los piquetes fueron y son aviso de los problemas sociales que la lógica económica produce, no que el cambio de la misma produce.

        Sin duda que el próximo cambio social que haya mejorará las condiciones sociales de las clases populares sensiblemente (como ya ocurrió antaño en la Argentina) y eso traerá aparejado otras burocratizaciones y racionalizaciones, pero bienvenidas sean, porque vendrán de la mano del cambio en la lógica económica y social.

        Con respecto al tema «revolución» me refería en el sentido de reforma y transformación económico y social, no en el sentido marxista o cualquier otro. Generalmente en la Argentina este tipo de cambios se dio por estrategias que siguieron líderes de conducción política de masas y una fuerte interacción entre líder y masas.

        No creo que se pueda llegar a hacer los cambios que se necesitan para resolver los problemas sociales sin ese tipo de conducciones y sólo con racionalización y burocratización. Porque de lo que se trata es de crear realidades diferentes, con lógicas diferentes que respondan a las necesidades de justicia y dignidad social que tienen los pueblos, no racionalizar la lógica que produjo esas necesidades.

  6. Mec,

    Excelente post!

    Ahora bien, tambien coincido con el comentario de Alejandro aunque hay una gran diferencia (muchas, en realidad, pero para el caso menciono una) entre los sindicatos vs piqueteros.

    Mientras que los sindicatos representan a trabajadores ocupados, es decir una categoria permanente por asi decirlo (quiero decir, en general, el afiliado/representado quiere seguir siendo trabajador ocupado hasta los 65, ser trabajador es (parte de )su identidad permanente y su (en parte) proyecto de vida ), las organizaciones piqueteras de desocupados representan a desocupados (quiero decir, una categoria de la que todos pujan por salir y a la que perciben como transitoria.)

    Es mas, en teoria, uno de los objetivos centrales de las organizaciones de desocupados es que NO HAYA MAS DESOCUPADOS. O, en otras palabras, si se cumplera el objetivo declamado de estas organizaciones (pleno empleo)ellas dejarian de existir o bien, weberianamente, deberian adaptarse para sobrevivir.

    Y me parece que la actual discusion viene por ese lado.

  7. Para explicarme mejor,

    tomo el caso de un sindicato exitos y el de una organizacion de desocupados.

    El sindicato: en que basa su exito? En lograr que sus afiliados sean mas, tengan mejores salarios, condiciones de trabajo y beneficios. Un ejemplo (perdon, almas bellas), camioneros. Buenos salarios, buena obra social, muchos trabajadores quiene ser representados por ellos, sos parte de un grupo respetado. El modelo sindical puede seguir funcionando asi por decadas: siempre hay espacio para mejorar la obra social o la legislacion laboral, todos (salvo Pino) estamos de acuerdo en que los camioneros son necesraios, etc…

    La organizacion piquetera: en que basa su exito? En dar visibilidad a su representado, en parte, pero antes que nada en la obtencion de benficios concretos (subsidios varios). Pero el modelo se agota rapidamente : cobras el subsisidio un par de meses, muchos meses y despues que…….. Mas subisidios y mas subsidios?

  8. Algunos de chicos leimos a Salgari y ya más peluditos, la Piturro.
    Pese a no haber estudiado a Weber (me consuela saber que muchos piqueteros tampoco) imagino que tendrá algún capítulo dedicado a las desviaciones aristotélicas (aristocracia-oligarquía…) de las burocracias. Y sino, habría que desmenuzar un poco más las meta-burocracias, esto es, los complejos, caprichosos e improductivos mecanismos y normas que se establecen panspermicamente al interior de las organizaciones con el objetivo aparente de que sus integrantes se hiperespecialicen en sostener ESA estructura y así, portadores de esa supercapacitación, aseguren la conservación de sus «puntos de engorde».
    El corolario de esto es que las burocracias exitosas producen ensanchamiento de culos y echada de panzas.
    Por eso María, sin cuestionar su Elogio de la Burocracia, adopto un punto de vista sensible o afrancesado, para asegurar que:
    Ser burócrata no tiene glamurrr.

  9. Yo no soy sociologa ni he leido a marx ni weber, pero me atrevo a comentar este post desde mi mas profunda indignacion con lo que esta pasando con los movimientos disidentes que estan apareciendo en conflicto con la tradicional organizacion sindical. ¿Como es posible que no se le de la simple inscripcion gremial a la organizacion de los trabajadores del subterraneo? He escuchado cientos de pavadas, argumentos que dan verguenza ajena. El defender cualquier organizacion (por ejemplo la sindcal) pues de ultima toda organizacion finalmente se corrompera y burocratizara parece avalar que se le pise la cabeza a cualquier oposicion que surja desde la base de los representados porque se corre el riesgo de que se atomice la conduccion es tambien una buena defensa de una «buena» dictadura en vez de una atomizada democracia.

  10. Yo no soy sociologa ni he leido a marx ni weber, pero me atrevo a comentar este post desde mi mas profunda indignacion con lo que esta pasando con los movimientos disidentes que estan apareciendo en conflicto con la tradicional organizacion sindical. ¿Como es posible que no se le de la simple inscripcion gremial a la organizacion de los trabajadores del subterraneo? He escuchado cientos de pavadas, argumentos que dan verguenza ajena. El defender cualquier organizacion (por ejemplo la sindcal) pues de ultima toda organizacion finalmente se corrompera y burocratizara parece avalar que se le pise la cabeza a cualquier oposicion que surja desde la base de los representados porque se corre el riesgo de que se atomice la conduccion es tambien una buena defensa de una “buena” dictadura en vez de una atomizada democracia.

  11. Para que seguir enumerando pensadores europeos?

    El mas grande ya nos lo ensenio> La organizacion vence al tiempo! JDP

  12. MEC
    Dos problemas.

    El primero, es que muchos confunden Burocratización con Oligarquización.
    Es un error básico, porque todo salto de calidad Institucional implica una burocratización.; en especial cuando se esta remplazando a un Poder Tradicional.
    Que es Oligárquico por definición.

    EL segundo error, olvidar que las Burocracias también son un escudo, para amortiguar la represión; y un marco de encuadramiento, ante el repliegue.

    “Debe empezarse por la situación de las masas, que es de retirada para la clase obrera, derrota para las capas medias y desbande en sectores intelectuales y profesionales.
    Dentro de ese cuadro solamente sectores del peronismo sindical –Luz y Fuerza y Portuarios– han conseguido frenar el avance enemigo librando conflictos que terminaron en empate.
    ….
    En el caso de Luz y Fuerza debe computarse además la permanencia de una organización reivindicativa de calidad superior”
    Rodolfo Walsh, 23 de noviembre de 1976.

    Retirada, Derrota y Desbande; ¿tienen relación con el grado de burocratización de las Organizaciones?
    Un abrazo

    1. Luz y Fuerza hoy en día no tiene nada que «envidiarle» a la UTA ni a otros gremos divinos como son el de la Construcción o el de la Alimentación. Las centrales eléctricas que maneja ese sindicato -que se las dio Menem para que se quedaran bien en el molde con las privatizaciones del sector energético (Segba y demás) -son de las peor gestionadas del país en el aspecto técnico y una fuente para las arcas de los dirigentes. Pasaron a ser empresarios y las privatizadas hacen lo que quieren (las condiciones de trabajo son pésimas y la flexibilización laboral parece la de Mac Donald’s: Un Mac Donalad’s decadente, deprimente), y si alguien los limita en ese deseo no es precisamente Luz y Fuerza.

      P.D.: El Escudo no fue necesario.

      1. Diego
        LyF Metropolitana no era un Gremio Revolucionario; no solo era 62, sino además, fue el semillero de la Juventud Sindical.
        Es una cuestión de análisis político sobre la Relación de Fuerzas.
        A los Gordos los están esperando con los brazos abiertos; y quieren que empiecen a macartear a los MMSS y las Comisiones díscolas.
        Si no lo hacen es porque saben que no se van a conformar con los T, van a terminar con el trabajo inconcluso del Proceso.

        Sobre el escudo; ¿naciste antes o después del 30 de Marzo de 1982?

      2. Manolo,

        Nací unos años antes de 1982. Igualmente, existen los libros y las voces de personas que vivieron épocas pasadas que aún hoy uno puede consultar.
        El sindicalismo de la CGT empezó la represión al interior del propio peronismo en los años 70’s. Para poder cumplir esa misión ya tenían la estructura armada o sea, la burocracia estaba tan firme como Generales y Coroneles en los cuarteles, y la siguieron teniendo después, hasta nuestros días. Es ni más ni menos que la burocratización de la que habla el post de María bajo el que estamos.
        Lo que hizo Luz y Fuerza en los últimos 20 años sí lo viví. Independientemente de la escuela que hayan querido fundar allá por 1962, lo que resultó fue esto. De ahí que suene un tanto anacrónico seguir midiendo cada suceso de la vida política argentina según esa varilla que vos tenés que incluye la «lógica del Escudo» y que atraviesa generaciones cuan destino bíblico.

  13. Clap,clap,clap. La clave bien señala MEC está en el cómo de la burocratización- Que se va a dar, se va a dar SIEMPRE. Pensar qué tipo de burocracia queremos,por un lado, y qué mecanismos pueden «moderar» una excesiva burocratización es lo importante.

  14. María:
    Los intelectuales, y los nuestros parece que más aún, buscan desesperadamente encontrar el sujeto de la historia, el sujeto que hará la revolución y a cada trecho se ilusionan con haberlo encontrado, luego vendrá la desilusión, lo mismo parece pasar con las organizaciones sociales surgidas como consecuencia de la crisis de fines del 2001.-
    Max Weber es uno de los autores más interesantes en cuanto a que tiene esa visión del futuro que les permite darnos lecciones mucho más allá de lo cotidiano y en eso creo que su complementación con Alexis de Tocqueville no deja de aportar.-
    Weber en los primeros años del siglo XX, sin conocer aún los regimenes totalitarios que vendrían, había advertido que los grandes sistemas burocráticos, propios de la modernidad, podían llegar a representar una amenaza a la libertad humana. El mayor peligro se daría si se asociaran las burocracias públicas y privadas originando un gigantesco aparato de dominación. Premonitoriamente entiende que “Una vez eliminado el capitalismo privado, la burocracia estatal dominaría ella sola…creándose así una jerarquía única a la manera, por ejemplo, del antiguo Egipto, sólo que ahora de una manera incomparablemente más racional y por lo tanto menos evitable”.- Economía y Sociedad. FCE. México. 1992. Págs. 1074 y sgts.
    Parece que tuvo razón sobre la burocracia, en por lo menos las revoluciones marxistas, incluida la cubana, revoluciones que confirman que Carlos Marx Marx tenía razón: existen leyes que operan con necesidad de hierro, que permiten comprobar que la historia está sujeta a un padrón progresivo que puede ser detectado en el pasado y extrapolado al futuro.- Una de esas leyes, quizás la más importante para su teoría, aunque él no llegara a conocerla, se expresaría de esta forma: “Toda aplicación del sistema marxista a una sociedad concreta lleva inexorablemente al estalinismo”.-
    El marxismo en las sociedades poscapitalistas se transforma en ideología de Estado, al servicio de un orden opresivo y explotador, según lo reconoce Michael Löwy.- Si bien ese autor entiende que esa transformación no es una desviación teórica, sino que es un fenómeno característico de la historia del siglo XX: “La formación en las sociedades que han abolido el capitalismo de un Estado totalitario y/o autoritario –en algunos periodos terrorista- monopolizado por una capa estamental con intereses propios, distintos y opuestos a la de los trabajadores: la burocracia”, sin embargo es difícil escindir este fenómeno de la aplicación de las ideas marxistas.- Marx un siglo después. El Rodaballo. Revista de cultura y política. Año 1. Nº 1. Bs. As. Nov. 1994.-
    No ha de creerse que Stalin fue el implementador de este Estado, sólo perfeccionará el que había comenzado a construir Lenín. No debe olvidarse en este sentido que fue éste el autor de la resolución secreta del 16 de marzo de 1921 por la que se proscribían las facciones dentro del Partido Comunista, quedando en consecuencia fuera de la ley la formación de todas las agrupaciones del partido independientes del Comité Central, con lo que la revolución de octubre se alejará para siempre de la vía democrática. Esta decisión que equivalía a “dentro del Partido, todo; por fuera del Partido, nada”, tendrá su equivalente en el discurso de Fidel Castro a los intelectuales, 30 de junio de 1961: “dentro de la revolución todo; contra la revolución, nada”.-
    Planificar la burocracia antes de hacer la revolución no sería asegurarse el futuro triunfo de la burocracia.-

  15. Muy bueno MEC. Para agregar algo, me parece posible verlo como un movimiento dialéctico continuo, parecido a las totalizaciones/destotalizaciones de las que hablaba Sartre. Un grupo se organiza incipientemente para generar cambios, es el momento «revolucionario» (no importa en qué medida, puede proponerse generar cambios relativos o tomar el poder). Luego progresa en su organizaciòn y obtiene determinados resultados, se va burocratizando, lo cual no solo no es malo, es necesario. En algún momento eventualmente se anquilosa y pierde sus posibilidades de autocrítica y renovación. El día que otro grupo se organice lo suficientemente bien como para producir cambios y lo «enfrente», puede ocupar su lugar, al principio será menos burocrático y luego más.
    No digo que todo esto implique un progreso continuo, sino un continuo movimiento, que puede o no, ir en el sentido del progreso.
    Para hablar de este tema viene mejor que nunca la frase que cita Tomás: «toda solución es temporaria y provisional, una especie de postergación de una imposibilidad fundamental».

  16. MEC:…y una sociedad prudente y madura deberia evitar el esclerosamiento que significa una burocracia ineficiente,mediante la circulacion de elite,la participacion fuerte de los afectados y la conciencia de la necesidad de su accion:nada menos que el problema general de la democracia real.
    Claro que es preferible que haya y se muestren las organizaciones sociales que nacen de acuerdo a los intereses que unen al grupo,aunque sean temporales o transitorios,porque asi se visibilizan los conflictos.El tema de la burocratizacion de la revolucion nos lleva a cierto pesimismo,cuya paternidad se la debemos a T.Negri.Peor aun es atenerse como Daio a la salida stalinista,tan mentada para hablar del fracaso socialista,porque se olvida la figura de Trovsky y el concepto de que tal sistema tiene enormes dificultades para avanzar en un mundomayoritariamente capitalista.

  17. Me parece que en MW lo interesante es que la política es lo único que puede salvar de la burocratización total de la sociedad, que sería la idea de que ya no se discutan valores,sino que éstos sean presentados como soluciones «técnicas». Esto es en buena medida lo que ocurre hoy en todo el mundo occidental, al menos, donde fundamentalmente el mercado es presentado como solución técnica.

    El pensamiento weberiano tiene un punto más revolucionario potencialmente que el marxismo, en la medida en que –a través de su conexión con Nietzsche– presenta los valores como infundamentados objetivamente, el mundo como algo que no tiene un sentido inherente, y la historia como un magma de acontecimientos sin dirección alguna. Por eso MW no es positivista, y criticó a los economistas historicistas de la Alemania de la época. El concepto de irracionalidad ética del mundo es, por otra parte, una ruptura grande con la tradición occidental (de la que, en ese sentido, Marx participa más, a través de su teleología) que anticipa el postmodernismo. MW es uno de los padres olvidados del postmodernismo.

  18. Las conclusiones a que llegas en el post, Hannah Arendt lo resumió hace mucho diciendo que «El revolucionario más radical se convertirá en un conservador el día después de la revolución».
    En tu caso, veo que el concepto de burocracia parece ligado a esta visión de conservadurismo.
    Desde mi punto de vista, veo que hay una cierta mirada crítica sobre la burocracia, cuando Weber, por el contrario, la encontraba como la mejor forma para lograr el control y organización de los seres humanos. Es decir, más allá de la crítica, admiraba en su forma utilitarista a esta institución.

    1. Me parece que lo interesante de MW es que ve positivamente la burocracia pero siempre que esté subordinada a la política. Además, él ve inevitable la burocracia en sociedades complejas, como en la que vivía. De ahí que su crítica de la revolución rusa (en su conferencia «El Socialismo», en Escritos Políticos) sea no tanto ideológica –que también, claro– sino por la ilusión de que van a poder con la burocracia. Para él, el problema central no era socialismo o capitalismo, como cree la revolución rusa y por eso la critica, sino burocratización completa de la vida social o primacía de la política, que implica una burocracia subordinada pero eficiente y organizada.

      Porque me parece que en definitiva para él el problema era la naturaleza de la decisión política: ésta no puede ser tomada por la burocracia, que era lo que pasaba en la Alemania guillermina, sino por la política, porque la política son decisiones sobre fines o valores, que son infundamentados, mientras que la burocracia son decisiones sobre medios para fines, pero estos fines ya están decididos por la política.

      No importa tanto lo que dijo o no dijo MW, sino que –creo– este pensamiento es muy actual, da cuenta de los problemas de despolitización de las decisiones a manos de la «técnica» que ocurren hoy. Eso vuelve interesante la reflexión de MW, a menudo visto como un apologeta de la burocracia y de la racionalización, lo cual sólo surge de la lectura de él como positivista, cosa que creo que no es.

  19. Contador:creo que nopodemos hacer ninguna revolucion sin valores fundamentados objetivamente.Nietzsche nos lleva al nihilismo y cuando a una «revolucion aristocratica».El analisis weberiano de los procesos sociales es muy util e interesante pero insuficiente para encarar la dinamica social.

    1. Sí y no, Isabel. Primero, en lugar de «revolución» diría simplemente «política», lo cual abarca la revolución, claro.
      Sí porque el discurso de la lucha política busca convencer y movilizar. Sería el mito político, de Sorel. Y no hay mito ni movilización con discursos del tipo «éstos son mis valores, pero son igual de válidos que los de nuestros adversarios. Escuchen y elijan», sino con «ésta es la verdad y lo demás es la ruina».

      Y no porque el discurso teórico es clínico, explicativo, diagnóstico. Y la teoría –desde MW, claro– dice que los valores son infundamentados objetivamente. Sólo se pueden fundamentar subjetivamente. Dicho de otro modo: la política consiste en hacer que mis valores valgan, en hacerlos valiosos para los demás.

      Sobre el «nihilismo» diría que es un nombre engañoso. Si significa que no se cree en nada, me parece una contradicción en los términos: no se puede no creer en nada, toda acción supone valores, lo sepa o no quien la realiza. Si significa, en cambio, que ningún valor vale más objetivamente que otro, y que entonces todos valen igual o nada desde el punto de vista objetivo, estoy de acuerdo.

      A lo que voy es que muchas veces se critica el nihilismo desde la perspectiva –a menudo implícita– de que el único modo de que algo valga o sea creíble es poder demostrar objetivamente su valor. Y con eso no estoy de acuerdo, precisamente porque el punto de vista nietzscheano y weberiano me parece productivo.

      Es cierto que FN es aristocrático, pero no de sangre, sino de aquellos hombres que son capaces de vivir peligrosamente, esto es, reconociendo el tembladeral de la infundamentación objetiva de toda creencia.

      De todos modos, lo que sea FN o incluso MW, creo que es menos importante que lo que sugieren y permiten pensar.

  20. Tenías que ser vos,Maria Esperanza.No veo el autor cuando me llega a mi casilla de mail,pero pensé,ésto es de MEC.Maravilloso,lo llevo para estudiarlo con mis chicos, obvio,diciendo la fuente.Muchas gracias

  21. Compañeros, dijo Fidel, hoy hemos creado la Comisión nacional contra la burocracia.
    Quince días después, en la misma plaza dice Fidel: Compañeros, la Comisión nacional contra la burocracia queda suprimida.Se ha burocratizado.

  22. Es cierto. Tá muy bueno el post.

    Yo veo (con esa obsesión por no pensar otra cosa que no sea… «el kirchnerismo», pero pensando que cuando decimos kirchnerismo seguimos forzando allí la suerte, la verdadera suerte), digo: yo creo que el kirchnerismo parece no imaginar otra cosa que esas burocracias.

    Es cierto que es mejor cualquier sindicato pedorro que «el modelo libre de sindicatos», y sin embargo no podemos dejar de ver que habría un consenso quizás contrario, un arrastre de la marea anti-política que se lleva la carpa sindical a las profundidades. Uno podría decir por ejemplo y sin ánimo anti-personería: la gente odia mas a la CGT porque es una carcaza mucho mas notable de burocracia que la CTA, cuya simbólica amable alrededor de la democracia sindical presume que la democratización implica mayor descentralización de poder, mas debilidad, comisiones mas heterogéneas, licuar el poder de los «gordos», etc.

    El kirchnerismo usó su metáfora transversal -forzando eso un poco- para inyectarse sobre todas las estructuras de poder popular: partidos políticos, sindicatos y organizaciones sociales. De ese «popular» excluyó algunas cosas.

    Vamos a un caso. Moyano es amado por sus afiliados, es «lucha de clases» la lucha por la incorporación al convenio camionero, y Tinelli es un canalla, odiado por su pequeño aparato televisivo, su productora, yiros y gente que dependen de él, etc., ¿pero quién podría decir que «Tinelli no es mucho mas popular que Moyano»? La pregunta podría ser, ¿y por qué mierda comparar esas «popularidades»? Porque se extiende una suerte de modelo corporativista, por decirlo a los pedos, que lo podemos ver en la minucia de las políticas sociales (previas y posteriores a ese sobresalto excepcional de la asignación universal) en relación a la carencia de una política, de un relato inclusivo, sobre esa masa televidente que no quiere ser dominada por nada que no sea su propio modelo de contratación individual: su jefe, su kiosco, su cosita; pero está convencida de que «la política» ya le rompió soberanamente las pelotas, y que algo tuvo que ver, además, para esa intemperie a la que fue arrojada. Pongamos que Clarín, incluso con sus páginas de promoción de Frávega y Garbarino, también conforma su burocracia de deseos. El progreso está confundido con la privatización de la vida y la emancipación del Estado.

    Cuando se dice clientelismo, mafia, caja, gremio, se dice algo que designa un retraso social, yo diría: ¿qué es izquierda y qué es derecha? Un discurso en torno a la organización, al valor de su existencia. Son dos mundos que chocan en este momento en el aire.

    Está claro que puede haber organizaciones mas o menos de izquierda, pero está claro que el destino trágico de cierta izquierda ha sido ubicarse en un lugar de la funcionalidad, el que se repite como loco: toda organización social o sindical burocrática es erosionada por izquierda a beneficio objetivo de aquello que está a la derecha misma de la organización original, y que desea su debilitamiento. Mas o menos esto se repite hasta el hartazgo. Pero las luchas no son unitarias: como es el caso del subte, y de quienes han hecho todo (y mas) para sacarse de encima a la UTA, por decirlo así. Y esta simultaneidad entre ciertas luchas con vida propia y el orden general que se lucha en torno a la organización social y popular, producen escenas azarosas. La sensación general, el sentido común oficialista, es que no se necesita un sindicalismo tan intensamente clasista, y una verdad dicha a medias es que Moyano asegura los dos valores del vandorismo: el golpe y la negociación. El golpe como garantía de que no se deja a pie a los trabajadores. La negociación, como mediación razonable que no podría plantearse un horizonte deseado que pare el país. No es un sindicalismo que escucha «huelga general» y acaba. Pero bueno, esto está pensado desde un lugar modesto y privilegiado. El germen de un gremio es la relación mas o menos estable entre un delegado y su base, y esas lealtades y traiciones también vertebran un movimiento en el que no están presentes «las razones de estado», sino apenas ese vínculo nuclear, esa promesa de defensa de la fuente de trabajo y la calidad del trabajo. En fin.

  23. Es muy bueno el post, se me ocurren dos cosas:
    Hay toda otra veta de Weber (¿o es lo mismo?) que es la cuestión de la ética de la responsabilidad. En política, si ganás, el escenario que se genera es responsabilidad tuya. Pero también si perdés. Si perdés, el escenario que se genera es responsabilidad tuya por no haber ganado. Y ahí: ¿cualquier medio es válido para evitar perder? Y…
    Estaba pensando que esos sociólogos van buscando sujetos que no tengan responsabilidad. Ahora serán los distintos grupos ambientalistas («Tierra Sublevada») que demandan y pelean por algo justo, pero que no tienen responsabilidad.
    Lo digo con el mayor de los respetos, las «constituyentes sociales» no buscan tener responsabilidad. Ni poder, claro. La responsabilidad que trae el poder. (Insisto con el respeto a esas iniciativas, quizás todos los caminos conduzcan a Roma, no lo sé, ocurre que intuyo que no).
    Y otra nota al pie. Sobre los conflictos sindicales o «piqueteros» por «izquierda» que se dan. La responsabilidad es de quienes no pueden contenerlos. El Estado cuando reparte mal ciertos planes, los gremios que no logran la adhesión de los trabajadores de ciertos establecimientos. Que se jodan.
    Pero el enemigo no es la CGT, eh. Ojo. Un poco de responsabilidad.
    Saludos

    1. Escriba, creo que si se refiere a que la ética de la responsabilidad se vincula o es lo mismo que la cuestión de la burocratización, sí, es lo mismo, me parece.

      El problema de MW es que el burócrata no tiene responsabilidad por su decisión, porque él decide sobre medios, y no sobre fines. La responsabilidad, por eso, es del político, que sí decide sobre fines. El burócrata es un técnico y el político no. La política no se hace con técnicos, sino con individuos que toman decisiones y se responsabilizan de eso.

      Cuando ud. dice que «Si perdés, el escenario que se genera es responsabilidad tuya por no haber ganado. Y ahí: ¿cualquier medio es válido para evitar perder? Y…«, presenta un tema delicado y apasionante.

      Diría que la de MW no es una ética del éxito, sino de la responsabilidad, que consiste en sentir el deber moral de calcular las consecuencias de las acciones y hacerlo, claro. Pero como ese cálculo es probabilístico –precisamente porque la política no es una ciencia exacta, sino prhonesis–, alguien puede calcular y fallar, o no calcular y acertar por azar.

      Entonces aquí habría que hacer una diferencia, me parece. Una cosa es fallar por calcular mal y otra por no calcular nada. El que calcula mal, actúa bajo la ética política (de la responsabilidad), pero el que no calcula nada porque actúa con la impolítica ética de las convicciones, es políticamente inmoral, no está a la altura de las exigencias de la actividad política. No le importa su causa ni los demás, sino él y su vanidad.

      ¿Cualquier medio es bueno para triunfar? Mmmmm, diría que en Weber no, que en él los medios dudosos sólo se legitiman si evitan males mayores, como en Maquiavelo. Pero… claro, como no hay parámetros objetivos para decidir eso, alguien puede quedar habilitado para decir que la caída de sus valores representa el peor escenario posible, y entonces cualquier medio es válido para evitarlo. Pero estaría viviendo sus valores como una verdad absoluta, cosa que en la ética política weberiana no cabe.

  24. Un profesor marxista me enseñó allá por el 2002 que la burocracia no existe. No, al menos, como caracterización política de un dirigente o grupo de dirigentes. las razones que esgrimía eran básicamente dos: 1) los gremios no están, ni nacieron, para hacer la revolución, eso es una obligación moral que otros quisieran imponerle. Está para logar conquistas materiales a sus afiliados y para mantenerse en el tiempo como malla protectora de un segmento de la clase. 2) Cuando los dirigentes sindicales bancan a sus patrones, bancan modelos económicos antipopulares, y no pierden el poder en sus sindicatos, también están representado a sus laburantes. El ejemplo argentino es inmejorable: ¿los sindicatos en los 90 se cagaron en su base, o bien, representaron un estado de conciencia, de derrota histórica, del pueblo de éste país? Se podría hablar de burocracia enajenada si el trabajador del smata en las elecciones nacionales votaba a Altamira, mientras soñaba con deshacerse de J. Rodríguez, pero sabemos que no era así.
    este profesor, aún en esos acalorados meses de 2002, decía que los movimientos de desocupados no podían plantearse como superación del sindicalismo. Porque eran un retroceso: no podían nunca lograr anular la «competencia» entre sus representados, ya que todos van a buscar su inserción individual en el mercado de trabajo ni bien puedan, y porque tampoco podían lograr la autonomía indispensable de todo sindicato respecto al Estado -algo que la CGT tuvo aún durante el primer peronismo-, en tanto nacieron como administradores de fondos públicos y nada más.
    A veces, el marxismo más puro y duro explica mucho.

    1. Fede, que un marxista con el siglo XX a la espalda (en el año 2002) diga que la burocracia no existe, es un chiste de mal gusto. Que la Universidad los acoja en su seno, qué se yo, explica mucho este «lag» con lagente.

      En los 90’s los sindicatos fueron lo peor del entreguismo. No los quieran salvar. En el mejor de los casos a esas mismas organizaciones se las puede tolerar hoy en día por los motivos «anti-troskos» que esgrimió María. Con esto, decir que pueden llegar a representar algo así como un «estado de conciencia» suena delirante. El empleado de base le tiene miedo a la cúpula sindical, ¡iuju! ¿O en qué país vivís?

      1. diego: cuando te ves obligado a llenar de adjetivaciones una argumentación, algún problema hay. El sindicalismo «entregó» ok, ¿y esas bases a quiénes votaron en el 89, 91, 93, 95, etc? No se trata de «tolerar» nada, si no de entender algo de lo que pasó y pasa. Lo de María es algo más que anti-troskismo.
        revisá vos tu ciudadanía.

      2. Me parece que tampoco se trata de reducir la lógica política y de la representación a una mera regla de 3 simple. Para empezar, porque supongamos que los que se iban quedando sin trabajo no estaban contentos con la situación de precarización a la que pasaban a estar sus vidas. Es más complejo el asunto de porqué en ciertas ocasiones uno se adhiere al que lo somete.

      3. Ahora decís que es más complejo. Ok, de acuerdo, pero tirá alguna punta, decir eso es decir nada. Yo tiré una hipótesis, vos una moralidad abstracta. Para mí lo «más complejo» significa pensar las formas en qué se arman consensos sociales que permiten aplicar políticas que objetivamente joden a las mayorías. Echarle la culpa de eso a los sindicatos, eso es regla de 3 simple. La explicación no puede ser que De Gennaro era bueno y Daer era malo. Eso es pre marxista, es la explicación de la historia a partir de personajes individuales. En todo caso pensemos las distintas fortalezas que tenían las bases de lo que después fue la CTA o el MTA para resistir desde cierto lugar privilegiado (Estado, educación, etc) y las debilidades de los trabajadores de los demás gremios.
        Cuando los trabajadores quieren cambiar de representación, lo hacen. Lo del subte es un ejemplo de eso. Aún con la ley en contra. Lo de la CTA también.

      4. Fede,
        Así como antes te dije que el tema de la representación no se explicaba con una regla de 3 simple, ahora te digo que me parece que le das una vuelta de locos a una cuestión que es bastante más clara: Hay burocracia y esa estructura dirigencial ya ha demostrado de lo que es capaz dentro del sindicalismo argentino: desde las AAA hasta la fiesta noventista. Por el motivo que fuera, la CTA se comportó de un modo mucho más recatado en estos aspectos. No descarto que de llegar a tomar el control de todos los sindicatos, terminen más parecidos a Ubaldini que a Lula da Silva. Qué se yo, el tiempo dirá.
        Las bases están muy abajo. Si cursaste alguna materia en la UBA, sabrás lo lejos que están los troskos y la Franja de tus ganas de que los baños estén limpios y que haya papel higiénico. Si trabajaste con un contrato basura para algún organismo del Estado, ya le habrás hablado de tu analista de que soñás con los carteles de ATE y de UPCN. No se trata de equipararlos a todos, sino de marcar de forma simpática que el tema de la representación es complejo. No pasa lo que las bases quieren, sino que estas representaciones gremiales son percibidas desde abajo como exógenas a su voluntad, manifestándose una separación aun mayor que entre los votantes y los diputados o los senadores. Son como manchas de petróleo que copan cierto sector del mundo laboral y si te toca trabajar ahí, qué tengas suerte, mi amigo, al asunto hay que tomarlo como un dato fáctico y nada más. El teatro de la representación se reproduce de forma autónoma, lo que hace que quede la propia relación entre representantes y representados como una representación de tal cosa. No sé si me explico: Ellos hacen que te representan, pero en verdad colonizaron ese espacio cuya forma está predispuesta a que se de ese juego. De allí que tenés suerte si te toca De Genaro y no Oscar Lescano.
        Saludos

      5. El derrotero del sindicalismo argentino está ligado al camino que hizo la sociedad, o más precisamente, los laburantes. Una cosa y otra no están separadas, aunque obviamente, las reglas y problemas de la representación se dan también en ese espacio. Esa es la idea que no hay que perder. el atajo de pensar a los dirigentes desde la noción peyorativa de «burocracia» oculta ese diagnóstico o pone otro que es más una ilusión pequeño burguesa que otra cosa: hay una base intrínsecamente combativa, que es dominada por una burocracia corrupta, que tiene intereses autónomos de la suerte de sus representados.
        Un amigo suele decir que «el delegado más conservador de un sindicato, suele estar a la izquierda de su base». Creo que suele ser así. No al revés. El burócrata fue en algún momento, el tipo que se propuso para trasmitir las demandas de sus pares hacia arriba, un tipo con más bolas que la media. Sus pares, son los que no se animaron a ser eso. Algo hay ahí. Obviamente que ese nacimiento virgen se va complejizando a medida que ese dirigente va ascendiendo, y la ley de hierro de la burocratización que tan bien escribió MEC, juega su juego. Pero como decía Panigazzi «una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa». Un ejemplo fuerte: en Venezuela, hace unos cuantos años, Chávez promovió la democratización de los sindicatos, que eran mayoritariamente opositores. Imaginate: un gobierno de izquierda, con el favor popular, hace tu lectura: «los trabajadores están presos de una burocracia horrible, etc, etc» Elecciones para aprobar la reforma sindical…insólita derrota de un gobeirno que antes y después ganó todas las demás. Ahí no había «presión» de gordos ni nada a qué echarle la culpa. Simplemente, que el reflejo político de LA BASE fue defender su estructura organizativa y a sus representantes. Recién después de unos cuantos años más de horadar la piedra y dar vuelta 80 cosas, el gobierno logró, por goteo, romper esa estructura. Tan simple no es la cosa.

    2. Tal cual. En ese período se verificó algo que es horrible pero muy concreto: peor que te exploten es que nadie quiera explotarte. Que te hayas vuelto un excedente sin valor para el sistema económico. Los desempleados no peleaban contra la explotación sino que peleaban porque no eran explotados, no tenían valor de uso (pa´ponerse un poco rojo) para el sistema económico. Por dicho motivo nunca podían ser competencia «superadora» de los sindicatos.

  25. Creo que este post y la mayoría de los comentarios (Manolo en primer lugar) destila una profunda convicción sobre la infalibilidad papal del compañero Moyano. Superior, incluso, a la del compañero Kirchner. Ustedes están locos.

    1. María, aunque el enunciado sea un poco extremo, lo digo con todo respeto. La teoría también puede acabar en el delirio, aun cuando los que la enuncian sean gente comprometida, inteligente e ilustrada, como son buena parte de los participantes de AP. Pero no hay manera de ponerse del lado de la UTA en el conflicto del subte sin ser fascista, para citar un solo ejemplo.

      1. Ni hablar de que no se les arruga el ceño cuando escuchan al miserable de Lescano y sus pares que han logrado sembrar desidia y temor en sus afiliados ante cada posibilidad de cambio. El terror y la amenaza son y siguen siendo las armas preferidas de esa lacra sindical que se dice peronista para retener poder y riqueza personal. Esa mayorìa innegable llamada Justicialismo ha decidido desde su apariciòn mantener este estado de cosas para instrumentarlo en su provecho. Y en ese entramado,esas organizaciones sindicales varìan su apoyo segùn lo que venga en trueque, que no es precisamente el beneficio a sus afiliados per se, sino el instrumento para perpetuarse como lo han hecho hasta el presente.
        Serìoa recomendable que se agregue al desarrollo y anàlisis de teorìas sociològicas y polìticas, un cartelito de prevenciòn advirtiendo que se manipula intelectualmente productos tòxicos

  26. Pero si la asignacion universal indigna hoy al piqueterismo profesional lo otro por hacer, que es incorporar al 40% de laburantes informales al sistema, va a ofender a los sindicatos que de ultima han venido prefiriendo abandonar ese sector con tal de mantener ingresos altos en base al resto.La asignacion universal ahí ya es un subsidio al informalismo, no podemos negarlo. Lo que sigue es establecer un regimen de bajos aportes y aliviada carga adminsitrativa para las minipymes y Pymes de pocos empleados que son el gran sector empleador informal. Y circunscribir los Convenios Colectivos a las empresas mayores, hasta que celebren convenios especiales para empresas pymes. Ya con una década de 40% de informalidad esto es estructural y no se resolverá nunca sin un tratamiento especiual.

    1. No U. La asignación universal nada tiene que ver con arreglo de medios y fines, o poco. De lo que se trata es de un derecho, como el de las vacaciones. Si usted cree que esto va a bajar los sueldos de sus empleados, está equivocado, va en el sentido contrario: subir el piso.
      Saludos

      1. Esto es un mínimo reconocimiento al 40% que los sindicatos no representan, ni el Ministerio de Trabajo, la AFIP y la policia juntos consiguen encuadrar. Ahora, si va a empezar a reconocerselos sin permitir encuadrarlos porque Moyano y asociados no quieren que les toquen sus lindos convenios universales y prefieren quedarse con la crema aportante, no vamos a avanzar mucho.
        Respuesta Indignada del Buen Kirchnerista: La culpa es de la malvada oligarquia empresaria bla..blab…bla…
        Resultado Real: sigue el 40% en negro, como hace seis años.

      2. Expliqueme que tiene que ver la asignación universal sobre los convenios colectivos de trabajo que no lo entendi. Lo de «subsidio al informalismo» no tiene nada que ver, de hecho esa plata no es para el trabajador sino para los niños.

        No es un subsidio, es una garantía de ingresos para que todos los chicos tengan alimento. Entiendo que le cuesta sacarlo de la lógica de medios y fines, pero esto es un derecho, no un instrumento económico.

  27. El verdadero Dirigente (para la concepción peronista) es el que pone el poder de la organización al servicio de la voluntad de la base. El Burócrata es el que utiliza dicho poder para reprimir a la base.

    Creo que a esto se refería el General cuando planteaba «… con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes.»

  28. Insisto. Una de los efectos más peligroso de las políticas del gobierno, iniciado en 2003, es habernos hecho retroceder al pasado. ¡Ojo! La historia no se repite. Pero los errores de los hombres que la hacen, SI.-
    Recuerdo una consigna de las más coreadas entre 1969/1975:
    “Se va a acabar
    Se va a acabar
    La burocracia sindical”
    Explica César Tcach: “La expresión “burocracia sindical” aludía a las características estructurales de los sindicaros en la Argentina. En consonancia con la Ley de Asociaciones Profesionales: a) Había un sindicato único por industria provisto de derechos de negociación colectiva. Los sindicatos de primer grado en cada provincia se agrupaban en federaciones nacionales. b) El pluralismo en las direcciones sindicales era inexistente, dado que en los comicios de cada gremio la lista ganadora asumía la totalidad de los cargos directivos. En otras palabras, no se preveía la representación de las minorías en la dirección de los sindicatos. Sin oposición tendían a perpetuarse en el poder indefinidamente. c) Ese poder se alimentaba de enormes recursos económicos derivados de tres tipos de cuotas, la sindical, la asistencial (para las obras sociales) y las provenientes de los aportes patronales a las obras sociales de los sindicatos.- Todas ellas eran garantizadas por un sistema de retención automática por parte de los empleadores, quienes las depositaban en las cuentas bancarias de los sindicatos en Buenos Aires.- d) La circunstancia precedente ayuda a comprender el poder económico de las direcciones centrales sobre las filiales del interior del país. Las díscolas, solían ser intervenidas. La corrupción y el gansterismo, se nutrían de una suerte de sistema cerrado garantizado por la ley.-
    A partir del cordobaza, la eclosión de agrupaciones sindicales de base, cuerpos de delegados y comisiones internas de fábricas, puso en jaque el monopolio del control de los trabajadores por la burocracia sindical peronista. La consigna aludida era producto y manifestación de ese fenómeno.” (En: La política en consignas. Memoria de los setenta. HomoSapiens. Rosario. 2003. Págs. 54/55

  29. Como C.geiger me envio un e-mail sobre MW y FN. al que respondi pero no acuso recibo,vuelvo al colectivo,ya que no puedo aceptar lo de la»impolitica etica de las convicciones «ni que los autores citados sean vistos como mas»revolucionarios»que Marx.
    El subjetivismo,como forma de escepticismo,lo mismo que el nihilismo,se autodestruyen cuando se les hace la critica de que pretenden sostener como verdad universal que cada uno tiene sus valores o que nada es cierto.
    La revolucion de FN.es la del superhombre,que,en aras de superar la mediocridad burguesa compone una superioridad «espiritual».pero que tambien genera una raza superior,una de las bases del nazismo.
    Si C.G.consuera a MW.precursor del posmodernismo no veo que elemento revolucionario puede hallarse en su propuesta pues la filosofia y la vida de hoy se muestran como destructoras de utopias y cambios radicales.

    1. 1. No me parece una crítica consistente a la infundamentación de los valores que quien sostenga esto pretnde afirmar una verdad universal. El problema central es que no pretende afirmar esto objetivamente, sino subjetivamente. Y es una afirmación universal pero en otro sentido que las verdades universales clásicas o de la Ilustración, por ejemplo. Porque no se trata de un valor con contenido específico, sino una afirmación de tipo «formal» que admite contenidos muy diferentes, valores dispares y opuestos entre sí (libertad, igualdad, orden, etc.).

      2. La reducción de FN al nazismo es eso, una reducción. Los nazis creían en valores objetivos universales, y ahí fueron a liquidar a todos los que no los compartían. Incluso más, no se contentaron con liquidar a los que no hacían lo que ellos, sino a los que no eran como ellos (según ellos, claro).

      3. El postmodernismo y sus precursores tienen un potencial revolucionario mayor que la modernidad y cualquier fundamentación objetiva de valores sencillamente porque no tienen límites a la creatividad. Ni la historia, ni la naturaleza, ni la ciencia, ni la razón marcan pautas trascendentes (el «control vertical», del que habla Strauss) para la imaginación humana. Esto, por supuesto, es para lo bueno y también para lo malo. Pero como no hay medida objetiva de tal cosa… hay que crear y elegir.

    2. Isabel, es una discusión epistemológica que no se va a resolver acá.
      De todos modos yo no he visto ninguna argumentación lo suficientemente clara a favor de la supuesta objetividad que supere la objeción a la mediación del lenguaje en la construcción del punto de vista del sujeto.
      Pero insisto, no creo que esta discusión la resolvamos en un post sobre burocratización del sindicalismo argentino.
      Saludos!

  30. MEC leo y me acuerdo de los de la comision interna de FATE del pts cuyo nuevo objeto de escarnio son los «burócratas» de la CTA (y Wasiejko, su lider, que es mas austero que el pan) que controlan el sindicato del neumático hace unos anios. Yo burocratizo, tu burocratizas, el burocra.. Muy bueno el post.

  31. María, en estos años nunca estuve muy de acuerdo con el coqueteo juvenilista-militantista-pobrista del kirchnerismo peronista, en particular en su rama blogger, como el site que nos alberga. Pero siempre voté y apoyé a los K, por considerarlos un gobierno conservador. Muy bueno el post.

  32. Igual Weber no habla de la burocratización como anquilosamiento, o sea no es en sentido peyorativo, al contrario, la considera una fase superior de la organización, más aceitada.

  33. Respondiendo a C.G.:I-Confieso no entender bien.Solo que dos negativos(no,infudamentacion)dan positivo,y que seguimos en lo mismo:si todo es subjetivo,no hagamos ciencia sino literatura.
    II-FN es un, pensador muy rico y admirable porque no admite ningun engaño ni autoengaño,llevando al extremo la lucidez filosofica.Fue uno de mis idolos juveniles.La sinceridad ante todo.Afuera la hipocresia de sacerdotes y politicos.Pero es indudable que sus ideas,como las de Heidegger sirvieron de base a los malintencionados hitleristas.III-Si bien el posmodernismo destruye los mitos»racionales»y «universalistas»de la modernidad(proceso iniciado a principios del siglo XX con el intuicionismo y las criticas a Hegel)la»deconstruccion»nos deja sin futuro.Es por eso que estamos buscando salidas que nos libren del»fin de la historia»y del»retorno de los brujos».No podemos quedarnos solo en la critica,y tampoco en la de MW.,y ni siquiera en la de Foucault o Baudrillac o Deleuze.¿Cual es tu salida?

  34. pablito moyano…habra leido a weber???

    el principe de gales version peronista sindical…

    «hijo mio…algun dia,todo esto sera tuyo»…(maximo,el nenito de recalde,los vastagos de moyanito…y siguen las firmas).

    el nepotismo bien entendido empieza por casa…no compañeros???

    en fin…es lo q hay…

  35. Hola,un poco tarde,pero leo este artículo.
    No estoy para nada de acuerdo con tus apreciaciones.
    Creo que los movimientos piquetros y de desocupados tienen evidentes limitaciones políticas, pero aún así son una aparición novedosa dentro de las manifestaciones políticas de los últimos tiempos.
    No creo que ese piquete haya tenido como objetivo seguir reproduciendo al movimientos, propagación de la especie, digamos. Te diría que tu mirada me resulta prejuiciosa y clasista.
    Creo que las esperanzas que pueden haber despertados estos movimientos en torno a el cambio de las relaciones ciudaddanas con el estado no fueron cumplidas (en muchos de estos autores que citás seguamente), y aún así es algo que hay que seguir construyendo, un espacio al que hay que seguir aportando. Me encantaría ver esa actitud desde el estado. En esos movimientos, en esa lógica que pregona la horizontalidad aunque claro que no siempre la logra, veo un desafío.
    Lo que vos decís de que hay que pensar en que burocratización se le va a dar a una revolución, le veo dos confusiones, digamos: en primer lugar no son movimientos revolucionarios. No a la manera en que se decía revolución en el siglo XX. Como algo q conseguir y a lo que llegar. Es mas, me parece que como respuesta o intento de respuesta a la herencia de la derrota de esa idea de revolución, es que nace el concepto de territorialidad.
    En segundo lugar, eso que decís termina funcionando mas como una escusa para defender la burocracia (no cambiar, ¿para que? si igual siempre va a haber burocracia) que un argumento a favor de la reglamentación d un nuevo orden o algo así.
    Yo creo que los partidos políticos tradicionales tienen enormes problemas para dar cabida a estas nuevas problematicas y sujetos políticos. Y a su ves estos sujetos políticos tienen enormes problemas para lograr una institucionalización, o lugares dentro del estado.Ahí hay un problema; sanearlo es un desafío. No entiendo cual es tu postura con respecto a como sanearlo, me da la impresión de que no te interesa sanearlo.
    Con respecto a weber, marx y tuti cuanti; bueno, creo que tus citas son partes de la problemática (fijate que dejás a Negri en la categoría de idealista inmaduro, poco menos).No está de mas decir que todos los espacios académicos de las «ciencias humanas» atraviesan una gran discución al respecto. En las carreras de socilogías se estudian los «autores clásicos» europeos y las renovaciones que pueden haber aportado otros hombres del siglo XX, tambien europeos (Foucoult, escuela de Frankfurt, etc). Desde 2001 para acá, se hace cada vez mas evidente la nesecidad de contar con otras herramientas de análisis de nuestra propia problemática, otros autores, mas cercanos, otras perspectivas. Se inauguran (muy lentamente) materias como Historia de la Sociología Argentiona, por ejemplo. En la facultad de sociología de la plata, por ejemplo, todavía no existe esa materia.¿te das cuenta? IMportamos sociología, digamos. Eso es un problema.
    Yo leo en tu comentario mas una rechazo a la innovación, a lo novedoso, a lo que cambia con lo establecido y lo regenera; que un análisis político. O sea, una reaccion. Sos «reaccionaria» MEC, ja. Vos disculpame.
    Marcelo Cohen dice que todo lo que se sustancializa se vuelve pernicioso. Yo creo que no, que todo lo que se sustacncializa es maravilloso en el instante en que se sustancializa; el instante despues es pernicioso. Si no es plausible de ser sometido a una regeneración, se vuelve pernicioso.
    Quisiera que no se lea este comentario en la lógica «chicanezca» que suelen ser leídos los comentarios en los blogs, donde pronto las prespuestas y comentarios pasan a ser mas producto de suseptibilidades, que de una abierta disposición al diálogo.
    Saludos

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