Adiós Rosario

La idea no es sin duda que Canal 7 sea el vocero del Gobierno ni una reedición del diario de Yrigoyen. Tan solo aspiramos a encontrar en él un medio informativo distinto a los orientados por empresas privadas, conciente de su amplia cobertura y de su responsabilidad informativa, formativa y, por supuesto, también como vehículo para el entretenimiento.
El problema es que Canal 7 no ha sido ni una cosa ni otra, y ello ha quedado muy claro durante el cuatrimestre de la ofensiva agropatronal.
Si por un lado toda la televisión comercial se alineó sin deserciones junto a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis, exhibiendo una versión unilateral y claramente distorsionante del conflicto, que se convirtió en “la realidad” de los sucesos para buena parte de los argentinos, resultaba deseable poder encontrar en el canal oficial el tañido de una campana distinta, ni sesgada ni parcializada, sino amplia e incluyente de todo lo que había que saber acerca de las retenciones móviles y las consecuencias y los objetivos de su implementación.
Bueno, no ocurrió. Si hubiera que calificar con una palabra la cobertura de Canal 7 del conflicto, creo que esa palabra sería “distraída”. Pudo haber ayudado a tanto compatriota desamparado de información genuina por los mass media, convirtiéndose a través de una cobertura amplia y plural en el eje informativo de los sucesos, pero prefirió una actitud prescindente, de la que podría concluirse que la trascendencia del tema era empardable con la de la Liga Nacional de Básquetbol. Al fin en momentos en que uno buscaba una bocanada de aire fresco entre tanta basura seudoinformativa, era peligrosamente mas posible encontrarse con un triple bien encestado que con una mirada alternativa. O a Juan Pablo Feinmann en medio de un cacerolazo analizando una comedia musical yanqui de los ’50.
A millones de argentinos que nos hemos sentido cercados durante meses por la falta de información y de análisis periodístico confiable, desaparecidos de manera espuria en los medios de difusión convertidos en “house organ” de la Sociedad Rural, de sus aliados y de sus cómplices, a esos millones de argentinos, Canal 7 nos falló. No niego que tiene buenos periodistas y algunos mostraron la otra cara del tema, pero todo fue en cuenta gotas, como ninguneando una coyuntura trascendental.
La frutilla del postre ha sido su incorporación a la alegre caravana de la nadería insustancial post conflicto, cubriendo como simpática nota de color el ingreso del toro Cleto al predio agropatronal.
Por todo ello la partida de Rosario Lufrano de la dirección del canal estatal es una buena noticia. Como responsable de su conducción no ha estado a la altura del compromiso, aunque no parece siquiera haberse dado cuenta. Al fin, en un toque de humor negro señaló que se iba con “los objetivos cumplidos”. A la luz de los resultados, saber cuales fueron esos objetivos, parece un arcano inextrincable.
No se como será la próxima gestión en Canal 7. Sólo me animo a augurar que no podrá ser peor que esta que acaba de concluir

16 comentarios en «Adiós Rosario»

  1. «La idea no es sin duda que Canal 7 sea el vocero del Gobierno ni una reedición del diario de Yrigoyen»

    Tengan cuidado, porque me parece que canal 7 esta hoy en el limite de lo tolerable. Dudo que la sociedad acepte aún más obsecuencia.

    Concuerdo con vos en que en los picos del conflicto canal 7 estaba en cualquier pavada pero el resto de los canales de aire también. Los únicos que se ocuparon del tema fueron los canales de noticias. Tal vez lo que le falte al gobierno es una canal de noticias además del canal 7. Como lo tienen canal 13 con TN y canal 2 con America24

  2. No estoy de acuerdo. Seguro que hay que mejorar mucho, seguro que mucho se hizo muy mal. Pero nunca tuvimos un Canal 7 mejor que el que estuvo bajo la dirección de Lufrano, y no en relación al pasado inmediatamente anterior sino en muchas décadas. Supongo, o quiero suponerlo, que todo va a ser mucho mejor ahora con Bauer. Ojalá. Pero echarla a patadas a Lufrano del proyecto es una injusticia. Tiene que estar, merece estar, necesitamos que esté, en el papel que lo toque. Por ejemplo, en el que mejor sabe hacer: conducir el noticiero.

  3. Muy acertada su descripción, Carpe Diem. Realmente estuvieron ausentes, o tal vez viendo otro canal. Sin embargo escuchando a alguno de los estancieros sublevados podría creerse que estaba dirigido por el propio Goebbels.

  4. Si bien es cierto que jamás hubo un canal 7 mejor, tampoco estuvo a la altura durante la crisis. Dos verdades frente al «problema canal 7», que lejos estaba de ser responsabilidad única de Lufrano.

    Lo cierto es que el canal está mejorando en muchos aspecto que no salen en la pantalla. El año próximo se iba reorganizar el archivo (o lo que queda de él).

    El canal es, en muchos aspectos un lastre, un nudo hecho apropósito para que nadie puede utilizar, como había sido vaciada Entel por quienes desde mucho antes del menemismo querían su privatización. Doy un ejemplo: los choferes de los móviles del canal por contrato cobran extra por salir del canal. Entonces cada cobertura se decide en base al presupuesto y a la voluntad de quien firma esa autorización. Una guachada hecha para impedir el correcto funcionalmiento.

    El próximo que llegue en su lugar debería contar con la voluntad y fuerza política para lograr un canal operativo.

  5. los universitarios como tal, ausentes
    yo creo que canal siete era el canal de la UBA entonces no?
    en las marchas (de un lado y otro) ni una pancarta de la universidad!!!

  6. A ver:

    Por respeto a su buen programación, Canal 7 es el canal que más veo. La calidad ha mejorado notablemente y se han reducido los cotos personales e afano. Ejs: Sandra Russo, el Cine por Asalto.

    El canal estuvo a la altura durante el conflicto. EN ningún cnoticiero se vieron más opiniones que en Canal 7 y pese a un oficialismo confeso, respeto y mantuvo la pluralidad.

    No entiendo que es eso de «no estar a la altura». ¿Qué pretenden? ¿Convertir al canal en el Boletín Oficial?

    Para eso están Radio 10 y C5N. No hagamos lo mismo con canal 7. Hasta la clase media opositora lo respeta porque sabe que no es malo.

    Recordemos a Gómez Fuentes, al alfonsinismo, a Sofovich. No recreemos eso de nuevo. El desafío es hacer algo de calidad y que en lo posible no sea un boletín de propaganda sino un canal de calidad.

    Si convertimos al 7 en un medio al servicio del oficialismo sólo lograremos que el próximo gobierno que suceda a los Kirchenr lo desmantele y lo vacie de contenido.

    CAnal Siete y Encuentro deben ser estandartes en la licha por una sociedad justa, abierta y pluralista. No espacios donde moren los amigos del poder político de turno.

  7. Hay un dilema. Si es un medio de propaganda, se torna ineficiente porque no lo ve nadie. Si trata de ser más parecido a los otros canales, pero con una editorializacipn diferente, a los fanáticos les parece muy tibio.
    es lo mismo que sean 1, 2 o 3 canales estatales, la disyuntiva no desaparece salcvo que haya un monopolio estatal, pero para eso no les van a alcanzar los votos en el congreso.

  8. Una simple y chota camarita preguntando «Y Ud…¿Qué opina?» a la gente que formaban los 20 km de cola detrás de los 300 piquetes sediciosos de Mariano T., ¿Era too much? No jodamos…

  9. Estoy totalmente en desacuerdo con este post. Creo que carpediem no ha visto canal 7, y sólo nos farfulla de oídas una información disparatada que no resiste el más distraído chequeo. Yo miro muchísimo el canal, durante el conflicto vi las tres emisiones de los noticieros, y la cobertura del conflicto me pareció saludable, sobre todo si se la comparaba con la indigestión que provocaban todos los otros canales. Los periodistas económicos no dejaban de brindar información útil, inhallable en otros sectores del control remoto, y los periodistas políticos debatían directamente con los implicados. Pongo el ejemplo de Raúl Dellatorre, que polemizó en cámara con De Angeli, Buzzi, Miguenz, Rodríguez Sáa y otros dirigentes que ahora se me escapan.

    Dejo al margen, el hecho de que en manos de Lufrano canal 7 se tornó excelente. Desaparecieron los programuchos inanes (reitero el ejemplo de Sandra Russo) y se dio espacio a proyectos interesantes en serio, que no enumero porque no quiero dilatar interminablemente mi intervención. Hasta los editores mejoraron; los colores eran más bellos, más competitivos; hasta se ganaron premios. Para mí que Lufrano haya abandonado la dirección es una gran lástima, así como es una gran lástima que Alberto Fernández haya renunciado.

    A carpediem le pediría que morigere su desinformación, o que la resguarde para equivocarse en temas menos sensibles. El ninguneo de la «coyuntura trascendental», que pretende irrecusable, ha sido invisible para mí y para las personas que miraron y todavía mirarán el canal. Creo que este post es una de las cosas más injustas que leí últimamente, y celebraría que marcara el fin de las andanzas crítico-televisivas del autor. Mi enojo es máximo. Lamento que la desinformación, que carpediem simula lamentar en canal 7, haya llegado a este sitio.

  10. Estimado Reverso: Intrigado un poquito por lo de su «enojo máximo», le diré que haremos: Ud. expondrá sus opiniones y yo las mías. Y cuando no estemos de acuerdo, plantearemos la disidencia, o no volveremos a leernos, si no nos interesa. Pero en ningún caso solicitaremos que el otro no opine mas.
    Bueno, en todo caso, eso es lo que haré yo.

  11. americo los choferes cobran un plus por exteriores que figura en nuestro convenio colectivo que tiene estatus de ley nacional.que ademas nos protege contra la ambicion delos empresarios del medio,y que segiremos defendiendo con uñas y dientes le guste a quien le guste.porque es una conquista que nos cosyo muchos años de lucha.VIVA PERON Y LOS CONVENIOS COLECTIVOS DE TRABAJO

  12. Ademas es cierto que al canal le faltaran programas de debate politico que reflejaran otra mirada ademas de la de las señoras gordas de barrio norte.Programando por ejemplo ciclos con intelectuales y periodistas que discutan si el estado puede intervenir en el mercado ,que es en definitiva lo que estaba en juego

  13. ¿Lufrano Gómez Fuentes? ¿Qué fumás Angel Colombo?

    Yo estoy bastante en contra de lo que ha expresado Carpe Diem y lo he escrito arriba pero comparar a Rosario Lufrano con ese pedazo de basura es una irresponsabilidad absoluta y una falta de respeto. Lufrano no hizo nunca apología del delito, no mandó o incito al pueblo a la guerra, no tergiversó información, no celebró la muerte de nadie y labura en democracia.

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