Marcos, Juan José, Ale, Betty. De los intelectuales funcionales.

Hace unos días  este post de Ana C generó una catarata de opiniones sobre la figura de Sebreli (así, es con un sola «l»). Ahora este otro post de Escriba sobre las profundísimas opiniones de Rozitchner Jr. provoca otra catarata de comentarios, menos elaborados, porque veamos, al ir bajando en la calidad del «imbécil ilustrado» también se limita lo que puede decirse de él.

Un par de años atrás leí un texto del español Carlos Alonso Romero donde se ocupaba de esta especie intelectual que asoma desde las columnas de los diarios españoles. Salvando las distancias geográficas no hay diferencias con la descripción que podemos hacer de la misma especie intelectus roedorus por aquí. He extraído sólo los puntos más significativos del texto y que echan luz sobre la forma en que estos selectos operadores mediáticos dan espalda intelectual a la línea editorial de los diarios y constituyen cuestiones recurrentes en los debates que se dan en Artepolítica cuando se intenta explicar el pensamiento de los del otro lado.

Romero, del cual algunos textos pueden leerse en el sitio Rebelión.org, escribe con honestidad y con sorna y hace honor a la lengua de Quevedo: no ahorra epítetos a la hora de adjetivar para que a nadie le queden dudas acerca de qué está hablando:

«-¿CUALES SON LOS PLANTEAMIENTOS POLÍTICOS DEL IMBÉCIL ILUSTRADO?

El imbécil ilustrado tiene una idea fija: la gestión. Sí, sí, gestión, sin más. Conciben la política sin política. Los ideales son utopías. Lo que hace falta, según el imbécil ilustrado, es “buena gestión”. ¿Gestión de qué? ¿Gestión hacia donde? No lo aclaran, los imbéciles ilustrados adoran al vellocino de los procesos administrativos. Los fines, bueno, no son tan importantes. “Hay que desmitificar los fines”, sostienen.

En lo político, el imbécil ilustrado relativiza cruelmente la pobreza. “Pobres, siempre los ha habido”… Ya está, concluyó análisis: dos nanosegundos de esfuerzo neuronal. Simultáneamente, por darse algo de marcha al cuerpo, el imbécil ilustrado selecciona adversarios cuya motivación intelectual es la erradicación de la miseria y, así estos enemigos estén enfrascados en una lucha total contra occidente y su imperio, el imbécil ilustrado les reprende por no respetar las instituciones democráticas y, cómo no, por rebajarse a emplear el lenguaje de la gente:

-¡Populista!-Insulta un imbécil ilustrado.

-¡Corrupto!-Añade a la verborrea otro imbécil ilustrado.

El imbécil ilustrado dice tonterías a menudo. Muy a menudo. Pero el revestimiento retórico les excusa. La grandeza de su elocuencia es como un campo de fuerza que le impide ser criticado a fondo, como un elemento aislante que impermeabiliza su estupidez. Pero concretemos: los tics argumentativos y las reacciones negativas ante problemas sociales son incontables, dilatados y de largo alcance.

El primero de sus errores de análisis –y el más profundo tal vez- es el que consiste en, como sostiene Ulrich Beck, “buscar causas biográficas a problemas sistémicos”. Así, en un país en donde existe una polarización social del 5% de propietarios contra un 80% de pobreza (por ejemplo, Venezuela), ellos son capaces de diagnosticar, como causa, origen y razón de todos los males, la inoperancia de un gobierno que lleva cinco años en el poder. Y la solución es, por ejemplo, que vuelvan los socialdemócratas y/o democristianos que saquearon el país durante 40 años. ¡Allá es nada!

– COMO OPERA EL INTELECTUAL MODERNO: METODOLOGÍA DEL IMBÉCIL ILUSTRADO.

Todo imbécil ilustrado está satisfecho de tener su propio método.

En eso no están solos: incluso para resultar imbécil debe uno escoger un camino. Maldito albedrío. La maquinaria de demolición es:

1).- el materialismo que todo imbécil ilustrado adquirió en su época (todos la han pasado) de “loco joven y comunista”. Una vez se plantan frente al problema, aplican el escalpelo sobre la realidad para diseccionarla cual absceso tumefacto, con cara de asco. Cuando éste comienza a supurar una sustancia compuesta de injusticia, debilidad estructural, poder y enajenación, ellos disimulan. O colocan un parche. Que no se vea, que no luzca. “Donde no miro no duele”.

En este punto recurren a la segunda parte de su método, la 2). justificación de su ignorancia voluntaria mediante una exhibición desordenada de cultura apocalíptica e ideología democristiana (enemiga del materialismo administrado en la primera fase de análisis). Y en seguida los diagnósticos oscilan entre la ofuscación teórica y la inconsistencia más elemental: “el pueblo carece de una verdadera cultura democrática”, “la corrupción está instalada en las más altas esferas”, “entre todos, hemos destruido la verdadera solidaridad”, “el gobernante X ha sumido el país en una inestabilidad que ahuyenta a los inversores”, “debemos alentar un desarrollo sostenible, compatible con el bienestar de occidente”… cualquier cosa menos admitir que nos vamos a la mierda por culpa del capitalismo aplicado salvajemente, sin mesura, sin árbitros, sin responsabilidad. Si algo es triste en la vida académica del imbécil ilustrado es su incapacidad, física y empíricamente demostrable, para aprehender el latido de un pueblo. No tienen ni pajolera idea de cómo se respira en la calle ¿Qué conocimiento se puede extraer de un viaje en bussiness, estancia en un cinco estrellas y una serie de reuniones con lo más neoliberal de cuanta autoridad democrática existe? ¿Cómo puede alguien dilucidar los problemas inmediatos y la dimensión antropológica del hombre común cuando hace años que no pisa un barrio a conciencia? Es radicalmente imposible percibir un problema sistémico desde la planta setenta y ocho, justo antes de degustar un pato a la naranja, justo después de un baño de sales en un jacuzzi.

– Otro error de planteamiento es atribuirle a la izquierda comportamientos de derechas cuando defiende estados que “no respetan los derechos humanos”. “Eso es un doble rasero imperdonable”, sostienen atribuyendo a las democracias occidentales la categoría de “defensoras de los derechos humanos”. El suyo es a la sazón un doble rasero del doble rasero, cuádruple rasero entonces. Vamos a ver si logro salir de este embrollo. El imbécil ilustrado dice: “en Cuba no respetan los derechos humanos y los izquierdistas que les apoyan son unos cínicos”. Bien, inicialmente tiene sentido, pero ¿no es doblemente cínico acusar a alguien de cínico siendo uno mismo un cínico crónico y recalcitrante? Es una incompatibilidad argumental flagrante ¿No es indigno cebarse en las libertades políticas de una nación pobre mientras se descuida, por poner un pequeño ejemplo, la ilegalización de partidos políticos o el cierre de periódicos en tu propio país? ¿Qué tipo de intelectual se presta a este juego? Lo adivinaron: el imbécil ilustrado.

– El cuarto error es probablemente el más imbécil, el más suyo, vaya. Tiene que ver con la docilidad, con la sumisión. Los imbéciles ilustrados no perciben la normalidad como una ideología política. Habitualmente denuncian lo contestatario, lo crítico, como una anomalía. Sí, la “normalidad” para ellos es el punto de referencia moral: lo “normal” es lo “correcto”… ¡Cuando en realidad ambos extremos no pueden estar más alejados! Lo normal no está legitimado en sí mismo. La normalidad es únicamente lo instaurado. Las casas, la política, la familia y el trabajo

tal y como los conocemos porque han existido así desde que las conocemos. La normalidad, por perpetua y por evidente, no encuentra validez en su propia existencia. Obviar esto es mandar la ética y los estudios culturales al carajo.

Recientemente leí que “la ideología alcanza sus mejores resultados cuando es capaz de borrar sus propias huellas”*. En lo que respecta al imbécil ilustrado, el capitalismo ha borrado efectivamente sus huellas. Bajo la sombra de la “ideología de la normalidad”, los intelectuales imbéciles ilustrados legitiman la barbarie capitalista por habitual, por duradera, por persistente. Son profetas de lo establecido, eso son los imbéciles ilustrados.

 

– En cuanto a medios de subsistencia, el imbécil ilustrado tiene un amplio elenco de posibilidades. La primera y más jugosa es formar parte del contingente de opinadores que los diferentes lobbies fomentan en sus respectivos medios de comunicación. La segunda de sus oportunidades económicas es integrar la plantilla de una fundación con fines humanitarios. Poco importa que el planteamiento y la actitud de dicha corporación benéfica sean incoherentes entre sí y hasta contradictorios: por ejemplo, se puede machacar al pueblo mapuche y pertenecer a la fundación Pablo Neruda. O criticar todos los proyectos de emancipación latinoamericana y ser, a la vez, presidente de una sociedad de promoción institucional tipo “Humanismo y Democracia”. Todo vale.

La tercera y quizá más efectiva forma de subsistencia es la de escritor de tendencias. Que se habla de la globalización en toda tertulia, pues a publicar un libro especulando sobre teorías ajenas: “La globalización y sus pesquisas”. Que hay un conflicto armado en Irak, pues a mentir sobre los chiítas y los kurdos: “Diario de Irak”. Esto puede proyectarse a cualquier moda ideológica: la sostenibilidad, la gobernabilidad, la sociedad civil, el terrorismo, etc. Adentrándose en las páginas de cualquiera de las obras de un imbécil ilustrado, uno se da cuenta que sus teorías son puro lenguaje posmoderno: en lugar de formar un cuerpo teórico sólido inventan una palabra y polemizan alrededor de su contexto, como zánganos zumbando junto a la colmena.

Estos bobos cultivados, generalmente, han sido buenos escritores en algún momento de su vida por lo que aún conservan notables dotes de redacción. Pero su letra escrita supura una grandeza cruel e inútil. Me vienen a la mente las estatuas ecuestres, tan falsas, tan “empequeñecedoras” (disculpen el invento) de quién las mira. Donde ayer había ideas hoy hay metáforas interminables. Miles de pajas estilísticas, literatura del tedio. Los párrafos de sus novelas y ensayos acostumbran a ser kilométricos. Su prosa no respira. El envoltorio de su mensaje -y quizá el mensaje mismo- es la retórica, los vocablos medievales, las referencias a la Grecia clásica (o a los primeros liberales) y los latinajos, inevitables y abundantes. Siempre los cultismos jodiendo la credibilidad del texto. Porque básicamente, quieren intimidar. “Cuánto sé y qué tonta es la gente, qué inculta” piensa el imbécil ilustrado. Pues sí, sobretodo la gente que compra los libros con los que estos eruditos se mean encima de la propia ciudadanía.»

 

 

 

El texto completo de Carlos Alonso Romero pueden leerlo aquí, de la página 6 a la 8. (En el mismo pdf a partir de la página 10 hay un texto del escritor español Kiko Amat que no tiene piedad con Keynes. Para el que guste sentirse interpretado.)

 

 

23 comentarios en «Marcos, Juan José, Ale, Betty. De los intelectuales funcionales.»

  1. Muy buenas las críticas al «imbécil ilustrado», así como la frase: «la ideología alcanza sus mejores resultados cuando es capaz de borrar sus propias huellas» (a propósito, pusiste un asterisco pero después no está aclarado, ¿de quién es?). De todas maneras creo que el centro del problema, lo que permitió que se imponga este «sentido común de derecha», fue la caída del muro y la constante referencia a «los paises que viven bien, hacen lo que nosotros decimos». Esto tiene muchos puntos vulnerables (sus circunstancias son distintas, a menudo esos paises toman medidas que criticarían en otros paises, etc), que muchos hemos mencionado en más de una oportunidad. Sin embargo, refinar estos argumentos, para hacerlos más precisos y efectivos, creo que es una de las claves de la batalla cultural. Ese es el punto más difícil de enfrentar, el que le da carácter de «verdad indiscutible» y permite que rechacen ciertas críticas socarronamente con un «¿Y dónde pasa lo que vos decís?». Aclaro, no me refiero tanto a encontrar argumentos en contra, que hay muchos, como a realizar la siguiente tarea: 1)tenerlos muy claro conceptualmente. 2)presentarlos de modo que le lleguen a personas con posiciones intermedias. 3)resumirlos hasta convertirlos en precisos y punzantes.

  2. Nunca escuche a Sebreli hablar de gestion, si lo escuche decir que no cree que hayan muerto las ideologias..

    y la mejor verdad que lo escuche decir es que el modelo peronista que uds defienden empezo en el 45 y termino antes del golpe del 55, por iniciativa del propio Peron, eso fue todo, 5 años hace 60.

  3. En estos casos siempre me acuerdo de Bourdieu tratandolo a Guiddens de «consejero en comunicación del príncipe, tránsfuga del mundo universitario pasado al servicio de los dominadores» por su idea de la tercera via.
    El artículo se llama «una nueva vulgata planetaria» y el link es:
    http://www.geocities.com/psiinstitucional/bourdieu3.html
    Vale la pena leerlo a Pierre, echenlé una mirada.
    saludos!

  4. Martín, por alguna razón de choques de procesamiento de textos Word-Artepolítica el texto quedó en negrita y no me permitió editarlo para modificar eso, tal vez alguien del sitio con más acceso pueda arreglarlo. Y claro, entra Caparrós y unos cuantos más, Romero agrega en la nota completa a Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Zoé Valdés, Savater, etc.

    Sergio y Helena, el asterisco que se voló hacía referencia al autor de esa frase:
    * John Collins en su texto “Terrorismo. Lenguaje colateral: claves
    para justificar una guerra”. Ed. Páginas de Espuma, Marzo
    de 2003.
    Cuando leemos las columnas de estos intelectuales, no se si te pasa, a uno le da por adelantado un tremendo cansancio porque para rebatir la sarta de falsedades primero te ponen en la situación de tener que explicar todo lo que deforman para recién empezar a rebatirlos. Creo que lo hacen a propósito para que uno desista de entrada en contestarles, por eso este texto de Alonso descubriendo las manías de esos columnistas de la intelectualidad es de gran ayuda, deberíamos hacer una versión local para sacarla a al cancha cuando aparece un panfleto retórico de uno de los ilustrados imbéciles.

    Pepe, eso es lo de menos, sus columnas en Perfil traslucen todo lo que Alonso dice.

  5. La otra frase brilante que cita es la de Ulrich Beck: “buscar causas biográficas a problemas sistémicos”, es sencillamente perfecta y ajustada al método de análisis de estos intelectuales embarradores de cancha.

  6. «En la Argentina, si una persona dice «soy de derecha» es como si dijera «soy un monstruo», «soy horrible», «soy despreciable». La derecha es una posición imposible: o sos de izquierda o sos malo»

    dice Rozitchner y estoy totalmente de acuerdo

    no tendria nada de malo de no ser que si es la derecha la que piensa asi con respecto a la izquierda, desde la izquierda se habla de «fascismo» y se invoca la democracia y la tolerancia al que piensa distinto.

  7. El problema de derechosos como Rozitchner JR es que NO SE ASUMEN DE DERECHA, dan rodeos, dicen que que el concepto de «derecha» no existe -ah! pero sí existe la izquierda para criticarla, eh, ojo al piojo- blablabla.
    La derecha existe, y sí, hay mejores lugares desde los cuales pararse para ver el mundo que la derecha y en especial de la derecha argentina con complejo de negadora.

  8. Pep:

    EL problema es que la derecha argentina no se asume como tal porque sabe que reinvindica cosas como el bombardeo a la palza de Mayo o el plan de exterminio de la dictadura del «Proceso».

    Son muy pocos los que tienen neuronas ene se campo. Hay pocos Sebastián Piñera y muchos tipos de la UDI

  9. Dagnasty hay mucha gente de derecha que se asume como tal, lo cual ya lo hace culpable de ser un ser despreciable para vos o no?

    Julian no toda la gente de derecha apoya bomnbardeos o golpes militares, eso es una falacia, te aseguro que Sebreli no apoya eso.

    vos defendes las hambreadas masivas de Stalin? no.

  10. ademas Dagnasty yo creo que si hay derecha e izquierda, pero tampoco ideologizo al punto de ustedes que tienen un discurso tipo «aguante la inflacion de los K por

  11. ademas Dagnasty yo creo que si hay derecha e izquierda, pero tampoco ideologizo al punto de ustedes que tienen un discurso tipo «aguante la inflacion de los K porque del otro lado esta lo peor de la derecha, bla bla»

  12. Pepe,

    No me chicanee che, que pienso lo mejor de usted. Leeme bien yo no digo que toda la derecha apoye eso, digo que mucah derecha argentina sigue en ese callejón sin salida en el que todo viene bien con tal oponerse a algo. Mucha derecha argentina es lo más antirrepublicano, facho, amigo de la cana, racista y garca que hay. Muy poca derecha argenta es realmente una derecha a la Piñera

    ¿Es de derecha? Si lo es me sorprende, lo creía un tipo lo demasiado escéptico para no creerle a ningú discurso. Eso sí, me da un poco de envidia que la derecha tenga un buen cuadro como Vd. en general no pasan de Doña Rosa hablando con Baby Etchecopar en Radio 10.

    Que yo sepa Sebreli no se ha asumido como derechista. Eso sí, en su «Crítica de las ideas…..» elogia bastante a Menem, cosa que para mi gusto es bastante digno de un tipo despreciable.

    «aguante la inflacion de los K porque del otro lado esta lo peor de la derecha, bla bla”

    De lo mejor que he visto, un cago de risa esa frase.

  13. Julian tenes que analizar que y porque Sebreli apoya algo de Menem, no que te parezca despreciable simplemente porque hablo bien de Menem.
    Sebreli era de izquierda por lo tanto conoce todas las «atrocidades» de la derecha, no es por falta de informacion su opinion, hoy es liberal (que no es lo mismo que de «derecha») y por eso creera que algunas cosas que hizo Menem estaran bien(probablemente no de la manera que Menem las hizo, pero si conceptualmente)

    no soy de derecha, siempre fui de izquierda, pero ultimamente creo que el liberalismo no es una opcion desatroza, no tengo las cosas claras ni por asomo, obviamente no soy conservador, pero hay algunas cosas de la izquierda que no me gustan nada y que ultimamente considero que no son honestas intelectualmente.

  14. A ver, un liberal no comparte las opiniones de CADAL salvo que sea un liberal-conservador. A Sebreli lo veo como un corredor de rally que peude ir de un arco ideológico al otro con una habilidad de saltimbamqui que sorprende. En toda su trayectoria intelectual ha hecho cosas así, no es de sorprender que justifique a Menem por acabar con el sindicalismo y poner bandera de remate en YPF.

    Guarda con el liberalismo, mirá el CCS y al Negro Portantiero, terminó conserva el hombre. El liberalismo argento (salvo casos como Gargarella o V. Palermo) termina siendo tan perjudicial como militar en el PTS o ser peruca de izquierda

  15. de donde sacas que Sebreli «justifique» a menem «por acabar con el sindicalismo y poner bandera de remate en YPF»?

    por eso vos decis que Sebreli rescata cosas del menemismo?

    sabes hay gente que cree que privatizar una empresa no es una cuestion galtieresca de nacionalismo y viva la patria sino de buen servicio. Yo soy partidario de tener transportes publicos de calidad(y privados para el que quiera) y de tener ciertos recursos en manos del estado, pero NO porque me parezca que si no es asi «somos menos soberanos»

  16. por otro lado Julian que con 30 años de diferencia uno cambie de opinion no me parece reprochable ni una cuestion de claudicar o venderse.

  17. Y Pepe, debe ser la edad, a algunos les pasa que empiezan en la izquierda, se hacen liberales y terminan conservas como Sebreli, Sarlo, Lanata…

    Chicanas aparte, y aflojando el dramatismo y la seriedad, Sebreli es como su amiga Patty Boo: se pone la camiseta que más le cabe en cada momento, hasta se ha autodenominado un «marxista sin partido», en fin, si es por eso yo me considero un socialista russelliano no-marxista sin partido, medio difícil de explicar pero cuando laburaste en un par de plantas fabriles no querés saber nada con ser proletario ni así te den participación en la empresa, te empieza a gustar un trapo negro con una A en un círculo blanco y te sentís más cerca de lo que grita un londinense con alfileres de gancho hijo de desocupados que toda la CGT y los marxistas leninistas juntos, entonces leés el Elogio de la Ociosidad de Russell y decís «yo no soy religioso y no me gustan las bolsas de gatos ni seguir la tradición familiar asi que no me da el cuero para ser peronista pero este ensayo de don Bertrand será mi biblia desde ahora» :P Asi que si existiera una ideología cuya base fuera el «dolce far niente» yo estaría afiliado a ese partido, pero de algo hay que vivir porque en lo único que soy religioso es que coincido con el Antiguo Testamento en que el trabajo es un castigo bíblico y que San Benito dio vuelta el concepto con su esquema disciplinario en el monasterio y sentó las bases para la organización laboral que tomaron al pie de la letra los adoradores de Weber: una hora para esto, otra hora para esto otro, «el trabajo los hará libres!», «tanta gente sin trabajo y vos quejandoté» y demás cuestiones nacidas del laburo como bien relata el filósofo Peka Himmanen en ese librazo anti-trabajo capitalista que es la Etica del Hacker, debe ser el agotamiento que tengo de trabajar desde los 18, me quiero ganar el Quini tener empleados y sentarme en mi casa a pensar como hacer la revolución! (chiste, chiste) lástima que no tengo mensajes del más allá como Carrió y no se me ocurre qué número jugar

    Uno ya tiene identificado lo que no acepta, lo que es preferible a lo que es rechazable de plano, que clase peronismo se banca y cual no, total estoy afuera del partido, puedo elegir «este peroncho me gusta, este no» no estoy obligado a lealtad alguna y eso es lo que uno defiende en sus posiciones. No la inflación K, no, uno defiende la posibilidad de mejores situaciones que esta pero partiendo desde el punto mismo de esta situación en vez de retroceder al modelo liberal económico donde «el mercado es todo, arreglátelas solo, ni el escenario te facilito para que asomes cabeza».
    A ver si se entiende, no hay modo que le encuentre algo bueno a la derecha ni a lo que piensa un tipo como Rozitchner con su positivismo idiota. Me resulta más atractivo un peronismo reformado sin charreteras -cosa que dudo exista algún día, estoy leyendo a cada histórico ortodoxo que espanta afiliaciones ultimamente- y no me atrae para nada la mirada eterna «hacia afuera» y el nacionalismo berreta del patriotismo acotado al campo de la oposición a este gobierno.

  18. ni Sebreli ni Sarlo ni Lanata son conservas para mi.

    comparto lo del positivismo idiota(jaja) de Rozitchner, pero hay cosas en las que tiene razon.

    lo de que el modelo liberal es «retroceder» es una opinion tuya, no la comparto necesariamente.

    un pais puede tener una economia liberal y tener buena educacion publica, salud publica y subsidios

    para los mas pobres, no subsidiarles el gas a la clase media y alta y el transporte en CAPITAL PERO NO EN EL CONURBANO.

    PD: yo soy un proletario, tuve muuuchos jefes ultra garcas y me gusta fumar caño.

    salu

  19. Pepe, una economía liberal sin una industria fuerte que banque las debacles del hábito especulador financiero, es suicida. Por eso, primero hay que ver el contexto local y después ver qué funciona teniendo en cuenta todo, el comportamiento político, industrial y financiero porque nadie va a cambiar su idiosincracia de un día para el otro.
    Y sí, malditos hdp porteños, yo pago el gas natural más caro que ustedes!

  20. Sarlo y Lanata no son conservas. Sebreli es orgánico de Cadal y es conserva. Leé el último capítulo de crítica de las ideas políticas de Juanjo y fijate que dice y si estoy equivocado o no pepe.

    No soy nacionalista y la bandera me es indiferente. Pero las formas no quitan el fondo y el privar al Estado de todo lo que se le privó en los `90 fue atarle las manos frente a la reacción neoliberal.

    Yo quiero transportes estatales, este año tuve la suerte de conocer España y ver de cerca como funciona la enorme megaempresa Renfe o la gigantesca Transportes metropolitanos de barcelona y me enamoré.

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