Memorias de la democracia, 1983 – 2008.

Una encuesta reciente revela que sólo el 35 por ciento de los adolescentes nacidos y criados en democracia la valoran como el mejor de los sistemas políticos existentes. Tras veinticinco años de vigencia ininterrumpida del Estado de Derecho, este sólo dato debería alertarnos sobre la necesidad de reflexionar acerca de aquello que damos por descontado: el futuro de una sociedad donde el régimen político no ha logrado parir una cultura consistente con su reproducción en el tiempo.

¿Qué se logró en estos veinticinco años? En primer lugar, la violencia política quedó descartada como método de resolución de conflictos de idéntica naturaleza. En un país con 30.000 detenidos desaparecidos, no deja de ser una buena noticia. En segundo lugar, se han asegurado mecanismos institucionales para la sucesión política, que, templados al calor de durísimas crisis económicas y sociales (1989, 2001), respondieron de manera aceptable. En tercer lugar, las Fuerzas Armadas, que históricamente fueron el relevo corporativo del inexistente Partido del Orden argentino, fueron gradualmente eliminadas como actor político. Dos hitos marcan este fenómeno: la decidida represión del último levantamiento militar, en diciembre de 1990, por parte de Carlos Menem, y el acto de entrega de la ESMA a los organismos de derechos humanos, por parte de Néstor Kirchner, en marzo de 2004. Podría agregarse la autocrítica del general Balza, en 1995, asumiendo la responsabilidad histórica por los crímenes de los uniformados.

En cuarto lugar, y tras un largo camino, la sociedad ha logrado finalmente cumplir con los anhelos de justicia de las víctimas del terrorismo de Estado. Este tópico, indeleblemente ligado a la victoria del alfonsinismo en 1983, por sobre un peronismo demasiado identificado con la represión ilegal, tuvo su primera epopeya en los históricos Juicios a las Juntas Militares, en 1985. Sobrevivió a los duros reveses de la Obediencia Debida y los Indultos, y volvió, después de 2003, como tema central de la lucha contra la impunidad, por la igualdad ante la ley.

¿Qué faltó? Es difícil dar una sola razón, pero diría que la gran deuda de la democracia argentina pasa menos por la exigencia –relativamente resuelta- de respeto institucional, que por su eficacia como sistema para garantizar un adecuado nivel de vida a la ciudadanía. En términos de Marshall, alcanzamos la ciudadanía política, pero todavía estamos lejos de la ciudadanía social. Expresado de modo más pedestre, es imposible hablar de plenas garantías democráticas cuando el 40 % de la población no tiene acceso a condiciones dignas de existencia, vive en la pobreza, en la indigencia, carece de servicios elementales –salud, educación, vivienda, agua potable-, o bien, teme perder lo poco que tiene. No es meramente imposible, no: es inaudito. ¿Cómo valoraría la democracia el lector, si viviese en tales condiciones? ¿Cómo valoraría la política, la participación, la República, las instituciones, etc.?

La democracia argentina, contrariamente a aquello que escuchamos con tanta insistencia, es todavía joven. Ha superado los desafíos inmediatos del corto plazo, principalmente derivados del juego de factores institucionales. Pero para que sea debidamente apreciada por la sociedad, debe contribuir a transformarla.

10 comentarios en «Memorias de la democracia, 1983 – 2008.»

  1. Que se le puede agregar a este artículo ejemplar ?

    Ezequiel Meier, for the argentina parlament !

    Pupi Espinoza, from amsterdam.
    Periodista argentino director de Prensa Argentina Press (P.A.P )
    Con sede en amsterdam capital de Holanda, oficialmente conocida como: Reino de los Paises Bajos.
    Saludos y los invito a ver mis blogs:
    hppt://aliasjulian.blogspot con más de 5000 visitas en una semana. y el humilde pero bien concurrido en calidad: hppt://delirumsur.blogspot.com

    Los lectores de este blog son nuestros amigos, a ellos los invitamos a visitarnos, gracias Eze , gracias amigos lectores de todo el mundo.

    Los saluda cordialmente : Pupi Espinoza.From
    amsterdam con mucho frío pero con el corazón caliente.

  2. Ezequiel: De acuerdo en la mayor parte.
    Agrego a los logros democráticos, las libertades públicas, hoy nadie queda detenido por no llevar documentos, menos por tener el pelo largo, la libertad de prensa es tanta que hasta nos quejamos de ella, etc.
    Luego dos pequeñas diferencias: a la derrota del partido militar le agregaría como primera instancia el juicio a las juntas.
    La otra es que 40% de pobreza me parece demasiado, realmente no creo que pase del 30%, que ya es gravísimo como para agrandarlo.
    Igual en lo esencial, conceptualmente, coincido plenamente.

  3. Pupi:
    Gracias, iremos en breve (al blog, Holanda queda lejos y el 60 no pasa)

    Dante: Un abrazo, y gracias por pasar.

    Sergio: Bueno, gracias por el comentario. Diría que tenés y no tenés toda la razón.
    El juicio fue un golpe indudable al partido militar -de hecho, figura más abajo, en la reseña de la lucha por justicia. Deslegitimó completamente a los militares a través de la exposición pública de sus aberrantes delitos. Todavía hoy, no quedan precedentes similares, salvo Nuremberg, de un juicio masivo de esa naturaleza.
    Pero…
    El poder del partido militar, en tanto corporación que retiene poder de fuego para usos políticos, se mantuvo. Los levantamientos de Semana Santa y Monte Caseros forzaron decisiones que, aunque estaban en el espíritu del tipo de justicia que buscaba el alfonsinismo, desnaturalizaron la justicia inicialmente obtenida. Me refiero, claro, a la Obediencia Debida.
    El 3 de diciembre de 1990, Menem tomó otro camino: ordenó reprimir. Después vino el vaciamiento de Fabricaciones Militares y su cierre, el caso Carrasco, el fin del Servicio Militar Obligatorio, y tras un tibio intento de De La Rúa de revertir el camino, el remate de Kirchner ordenándole al Comandante en Jefe que descuelgue los cuadros de la ESMA y entregándola a las organizaciones.
    La historia no está privada de ironías. Una de ellas es que Menem, no Alfonsín, fue el presidente que enterró el poderío político de las Fuerzas Armadas.

    Sobre las cifras, podría argüir que el INDEC viene dibujando desde fines de 2006 la inflación justamente con el objetivo de tirar a la baja las cifras de pobreza e indigencia, que hay alrededor de cuatro millones de pobres no considerados por el IPC este año, que si a ello sumamos a las personas que cuentan con trabajo informal, precario, inestabilidad laboral… ya sabés cómo sigue.
    La hago corta: ¿cerramos en veinte por ciento? Es uno de cada cinco. Es demasiado.

    Hay, sí, según me fue advertido, un error en la redacción, que permitiría asumir que mi argumento descansa en el supuesto de que los pobres son los menos comprometidos con la democracia. No, eso es falso e injusto: mi argumento es que, en una sociedad de estas características, el efecto de la fractura social es sistémico e interclasista.

  4. Sí, comparto que Menem fue el principal artífice de la derrota del partido militar, mencioné lo de los juicios porque en la sucesión se puede ver como una victoria de la democracia como conjunto: Alfonsín, Menem, Kirchner. Pero la verdad se me había pasado tu mención de los juicios en el otro ítem, vos ya los habías incluido y obviamente no importa demasiado en qué lugar.
    No hace falta 20, como dije cierro en 30. La del Indec es 20, creo que 30 la real, y está claro que es más que demasiado después de crecer cinco años consecutivos al 9%.

  5. Sergei y Eze mis dos candidatos a diputados por el Nuevo Partido Digital, estoy de acuerdo sobre todo esa brillantes maneras para escribir el castellano-argentino.
    Lo de Menen enterrador del Ejercito es una métafora , no? Por que nosotros los del Ejercito Popular o sea la Ola hicimos algo creo, para la derrota de la FFAA de ocupación. Fué un proceso y el Turco se las cobró no olvídemos que lo humillaron cuando lo tuvieron preso. Era Gobernador elegido por el voto popular. !!

    En lo demás como dice el Sergio, de acuerdo.
    Que además yo todavia no me fuí y si me llaman para cubrir la vacante de Humberto Tumini, me anoto.

  6. Todavía soy afiliado al P.J de Santa Fé. me afilié en el 71 y un diputado excro. mío en la democracia cristiana me avaló. Los Montos de Santa Fe en ese momento comenzarona difamarme acusándome a mí de policía , botón como dice Mariano.
    Despues de una seria investigación con interrogatorio incluido, El PRT-ERP devolvió conjuntaente con al Junta Coordinadora Revolucionaria a saber : Mir,Tupamaros,Eln y Prt una protesta sobre esa difamatoria y oscura acusación nada menos que a mí, uno de los más castigados lideres politicos universitarios de Santa Fe 4 allanamientos en mi casa de casado en la calle Crespo cerca de la Plaza España. Y dos o tres detenciones en la pocilga del Departamento Central de la Policía provincial pero antes estuve dos veces preso en la federica de S.F.
    Bueno me parece que Uds. me estan peronizando demasiado pero la verdad es que no estoy muy convencido que ahora los LDS se vayan. Es decir que sea el momento de debilatar a Nestor por izquierda. Si los del Evita siguen el ejemplo en el fututo Nestor se va al carajo y a menos que lo lleve de candidato a Duhalde el bueno, no gana ni a cañonazos.

  7. Ezequiel Meler: muy bueno su post.
    Difiero en la importancia de la pobreza y doy un ejemplo que conozco bien: Fuimos 4 hermanos y mi mamá que nos cuidaba y mi papá apenas letrado que salía a trabajar. En casa había una quintita y teníamos gallinas. De noche, mi viejo se hizo mi casa tipo chorizo con ladrillos, y yo le hacía la mezcla. Vestíamos mal, posiblemente, pero siempre comimos. Los 4 hicimos la primaria del Estado, muy buena. Un hermano y yo pudimos seguir. Mientras trabajaba obtuve un difícil título en la UBA. Nunca jamás nos sentimos carenciados. Nunca jamás ndie nos dio nada. Con el tiempo mi papá llegó a ganar algo decente y nos compramos el TV y la heladera. Esa vida dura y alegre a la vez, forjó 4 buenos trabajadores. Mi conclusión es que la cultura y el empeño juegan un rol fundamental. Y ese amor al empeño y al trabajo es lo que hay que impulsar.

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