Una respuesta a Gargarella y Lo Vuolo (con la impunidad de quien no será leído).

En una entrada de ayer, en Finanzas públicas, la entrañable adversaria Ana C., lanzó un sutil desafío (al menos así lo leí) a los “autores de Artepolítica” que, “salvo honrosas excepciones”, “parecen inexplicablemente empecinados en defender las políticas (…) del actual gobierno”. Personalmente, no me cabe la de “autores”, pero sí la de “empecinados”, aunque esforzado en demostrar que no “inexplicablemente”.

El objetivo explícito más importante del post de Ana era resaltar las bondades argumentativas de la nota publicada en Página 12 de ayer, por Roberto Gargarella y Rubén Lo Vuolo (RG y RLV, de aquí en adelante).

A mi entender, el artículo parte de una petición de principio: no hace explícito, pero sí deja entender, que las políticas que a los autores les parece deseable implementar desde el Estado son de «izquierda», y por ello mejores que las políticas de “derecha”, que casualmente se identifican con las que lleva adelante el Gobierno actual, de Cristina Kirchner, en continuidad de las que llevó a cabo el anterior, de Néstor Kirchner (en realidad, tampoco hablan siempre de las políticas implementadas, sino de algunos efectos de las mismas, muy discutibles en algunos casos).

 Sin ceder a la tentación  de debatir este planteo desde la Lógica, acepto la escenografía instalada por RG y RLV, con la intención de “embarrar” un poco sus argumentos, sacándolos de la hoja y llevándolos a la realidad.

 Los primeros planteos de RG y RLV remiten a cuestiones políticas. Consideran de “izquierda” la descentralización del poder, por ejemplo, remitiendo de alguna manera al respeto por la calidad institucional tan mentado en discursos de derecha, últimamente (permítaseme asociarlos, al menos, no como discursos que se repiten unos a otros, pero sí que se remiten unos a otros). Critican el avance del ejecutivo sobre otros poderes, como el Judicial, haciendo mención negativa a la reforma del Consejo de la Magistratura. Critican la falta de transparencia en el manejo de fondos públicos, mencionando, casualmente, los fideicomisos de De Vido.

 Podríamos decir, en principio, que con similares argumentos se arribaría a la conclusión de que Rodríguez Zapatero está a la “izquierda” de Fidel Castro, o que Bachelet está a la “izquierda” de Chávez. Conclusiones éstas, menos dudosas que insignificantes para este asunto.

 Posteriormente, analizan, con el mismo criterio, la política económica (en realidad hacen una selección quirúrgica de los aspectos de la misma que les parece más importante –y seguramente fácil- criticar). En este punto se refieren a la regresividad en la distribución de ingresos, y culpan de ello a la política impositiva y a los subsidios. O a la “resistencia” K a aceptar la necesidad de nacionalizar recursos como el petroleo.

 No indican si esta nacionalización implicaría un avance del Poder Central sobre las autonomías provinciales (ya que las provincias cobran las regalías por la explotación de los pozos).

 Ahora vamos con algunas objeciones:

La primera tiene que ver con una revisión histórica un poco apurada: algunas de las instituciones republicanas que RG y RLV sostienen que habría que defender desde la “izquierda”, nacieron y se fortalecieron en conjunto con la burguesía como clase usufructuaria del crecimiento económico generado por el desarrollo de las fuerzas productivas derivado del funcionamiento eficiente de la matriz de acumulación capitalista. Nacieron revolucionarias, pero con el correr de la historia fueron desarrollando un carácter reaccionario y conservador, que en muchas situaciones las convierte en herramientas eficaces para sostener el status quo.

El “avance” del ejecutivo sobre el poder judicial, representado en la reforma del Consejo de la Magistratura, tiene un perfil democratizador, en tanto representa el incremento de poder de los cargos electivos (popularmente elegidos), en detrimento de la conformación de corporaciones con tintes aristocráticos (que han actuado innumerables veces en la historia argentina en defensa de los intereses de grupos concentrados y en detrimento del derecho soberano del Estado de interferir en los planes de estos grupos).  Como la historia del Consejo lo demuestra, muchas más veces han votado en disidencia los elementos “políticos” del Consejo, que los elementos “judiciales”, que siempre votan corporativamente.

 Por otra parte, los grupos concentrados de la economía nacional e internacional prefieren un poder político atomizado (han dado muestras suficientes de esto), a un poder presidencial fuerte “demagógico” y “populista”. Al menos por esto, deberíamos replantearnos la aseveración de que una “democratización” (no de masas, sino de elites encarnadas en grupos como “los jueces”, por ejemplo), es mejor que una centralización del poder en la figura presidencial. En todo caso, al Gobierno se le podría criticar más atinadamente su falta de predisposición a vitalizar la movilización de masas, rehusándose a generar espacios de debate, por mencionar un caso, al menos en lo que tiene que ver con la influencia de lo político en lo económico.

 Respecto de la relación Poder Central-Provincias, vale ver el contexto de inicio del proceso para darnos cuenta de hacia dónde apunta el Gobierno: desarmar una Liga de Gobernadores devenidos en poder político nacional de facto.

 Con respecto a la nacionalización del petroleo, es necesario recordar algunos ensayos mediáticos de medidas que estaban en estudio, que incluían la re-compra de YPF por el Estado. Los mismos actores de “izquierda” que critican al Gobierno por no hacerlo, desataron una andanada de versiones que hablaban de un acuerdo para que el Estado argentino asumiera a un precio alto la gestión de una empresa deficitaria, etc. No re-estatizar YPF es de “derecha”, pero hacerlo también lo sería, parece (sobre todo si los que no lo hacen o lo harían son los K)

  También me gustaría hacer un poco de memoria en relación a la “triste celebridad” alcanzada por los fideicomisos “de De Vido” . Recuerdo que el primer episodio que los puso sobre el tapete fue la renegociación de los contratos con las privatizadas. Los fideicomisos serían la herramienta a través de la cual el Estado recuperaría (en la piel del Ministerio de Planificación)  la decisión soberana y estratégica de definir qué se haría con los recursos provenientes de las ganancias obtenidas por las privatizadas, fijando montos y aportando proyectos de inversión. Estos fideicomisos fueron acusados por “izquierda” de ser una forma de incrementar la “caja”, aparte de ser una muestra clara de las intenciones tiránicas del poder político, que no tenía por qué dirigir el destino de la renta empresaria, cosa que, por otra parte, tendría un impacto dramático en los montos invertidos en el país (para mal, por supuesto; ¿quién va a invertir en un país que trata así a los inversores?). Aparentemente, todos estos planteos serían de “izquierda”, como de “derecha” la decisión del Estado de obligar a las empresas a invertir en lugar de enviar remesas.

 En el último párrafo, sí, RG y RLV se deciden a hacer un reconocimiento a una política de “izquierda” del gobierno K (con los matices correspondientes): la no intervención violenta del aparato represivo del Estado, ante la aparición de algún episodio de conflicto social. Una política de «izquierda», que, como cualquier interesado puede averiguar no lleva a cabo ningún gobierno de “izquierda” en el mundo, sea cual fuere el significado que le demos a esta palabra. Ni Zapatero, ni Evo. Ni Merkel, ni Chavez. Ni en Escandinavia, ni en Cuba. Tampoco Lula, o el “comandante” Tabaré. Solamente (¿nuevo record argentino?), la tiranía de “derecha” que gobierna la Argentina desde hace 5 largos años (muy a pesar del pueblo oprimido, que no se queja mucho porque está cooptado).

 

No intento rebatir las críticas aceptables que puedan hacerle RG y RLV al proceso político innaugurado en 2003. Aunque sí me parecería mejor explicitar más claramente de acuerdo a qué criterio definimos qué es de izquierda y qué de derecha, y que este sea más aceptable que el que divide aguas entre «lo que a mí me gusta» y «lo que hicieron los Kirchner».

 

29 comentarios en «Una respuesta a Gargarella y Lo Vuolo (con la impunidad de quien no será leído).»

  1. Lo que a mi me gusta y lo que hicieron los kirchner?… Lo que a mi me gusta no es ni la izquierda ni la derecha, es más me parece irrelevante, lo que me gusta es que las condiciones de vida y de desarrollo humano del país mejoren PARA TODOS.

    Los indicadores de desarrollo humano son mejores que en 2002? Si.
    Son mejores que en buena parte de los 90? Algunos si pero muchos No!.

    Las perspectivas que nos dejan las políticas de este gobierno es que en el mediano plazo deberían mejorar? A mi parecer es que haciendo mas de lo mismo NO (se terminó el progresismo facil como dice el post de tavos al lado).

    Me parece irrelevante cuestionar lo malo o bueno que se hizo, porque sea de izq. o de derecha (además este gobierno es «nacional y popular», por lo que ahí izq y derecha no juegan ).

  2. mariano solo quiero agregar una felicitacion a tu esmerado analisis de esa nota y acompañar el final del me gusta no me gusta y luego rotularlo de izquierda o derecha.
    aunque pareza reduccionista y arcaico sobre todo en esta de globalizaciones yo sigo creyendo en NACIONAL – ANTINACIONAL / POPULAR – ANTIPOPULAR

  3. Chacall:
    sinceramente, con matices, concuerdo en mucho con lo que usted dice. Lamentablemente, es posible que no lo haya plasmado bien en el post. No alcanzó con la aclaración sobre la petición de principio, las comillas a toda mención de «izquierda» o «derecha», el intento por desarmar algunas contradicciones del discurso analizado, y otros recursos.
    Muchas gracias por su aporte, como siempre. Saludos

    Aristocles: por supuesto, a pesar de los reduccionismos que menciona, esas dicotomías parecerían ser más afines al sentir argentino, que las de izquierda y derecha. Y esa era, aunque elípticamente, una de las cosas que intentaba resaltar el post.
    Muchas gracias. Un saludo

  4. Mariano, te pasás por el blog de Gargarella, le decís que escribiste este post y apuesto a que te contesta.

    Sobre el post. Lo de izquierda y derecha se cuenta en dos dimensiones, no sólo en una, como acá. Así, Fidel es más de izquierda en lo económico que Zapatero, porque es más colectivista, pero en lo político también es más autoritario, lo que le resta. Depende el peso que le des a una variable o a la otra, uno de los dos te parecerá preferible al otro. Lo ideal es el Dalai Lama, como todos bien sabemos, que está en el cuadrante sudoeste, pero también podemos conformarnos con menos. En cuanto al Gobierno, yo lo ubicaría en el cuadrante noroeste, bastante cerca del Papa, quizás un poquito más abajo y a la derecha.

    Supongo que los países pasarán por etapas donde permiten una dosis de autoritarismo, creyendo que de esa forma se puede llegar a algún tipo de progreso económico. Yo no creo que sea deseable en general y menos posible en Argentina, porque somos demasiado creídos en nosotros mismos, demasiado exigentes y nada dóciles, y eso lleva a que la cosa termine explotando por algún lado, pero bueno.

  5. Creo que no se llega a entender lo que el duo G-LV intentan marcar. Cuando hacen referencia a las categorías de derecha y de izquierda, lo hacen desde la perspectiva de lo que es «mas moderno» dentro de la izquierda para ellos hoy en día.
    Y referente a eso el artículo sostiene que la unica forma hacer política de izquierda es distribuyendo el poder y no acumulándolo, horizontalizándolo y no verticalizándolo.
    En definitiva proponen democratizar la democracia y no autocratizarla mas.
    Parece que nadie de los comentaristas entiende eso ni en el post de Ana ni acá.
    Es más creo que ni es una crítica hacia el gobierno sino hacia los métodos violentos autocratizantes que insiste en usar la «vieja» izquierda

  6. Yo, en cambio, no quiero que las condiciones de vida y desarrollo humano en el país mejoren PARA TODOS. En la fantasía, en los sueños o en un mundo ideal, sí, lo querría. Pero la realidad es dura, terca: si tienen que mejorar las condiciones para los que peor viven, tienen que empeorar para los que viven mejor y tienen mucho. Para que los que no tienen tengan lo que les corresponde, a alguien hay que sacárselo.

  7. Yo no ví ninguan referencia a lo «moderno» en el artículo de Lo Vuolo y Gargarella, y eso se debe a que son tipos profundamente responsable e inteligentes como para entrar en esos juegos típicos de Alsogaray de etiquetar como «antiguo» o «moderno» a una política.

    Por que si de antigüedad hablamos, que España por más matrimonio gay que tenga aplique una ley similar a la de Residencia de 1902 no es muy «moderno» que digamos.

  8. «Sobre la salud y la nueva derecha» es el título del artículo colectivo el particular de G y LV es «(Nueva) izquierda y derechos».
    Convocados para esos títulos escribieron

  9. Mariano, espectacular. En cuanto a la impunidad, estoy en desacuerdo. Impune (en términos de la contrastación de una línea argumental) es el que ya tiene constituída si figura como autor (y siempre deberíamos volver a leer lo que Foucault tiene para decir respecto de esto y ver de qué manera los blogs subvierten la noción moderna de la autoría) y escribe en un medio masivo que porta una significación «de izquierda» bastante fuerte. Cualquier cosa que digas en página cuenta con un mínimo de legitimidad de origen, no tenés comentarios, y además tenés un «nombre». Eso es mucho más impune. Gargarella rompe eso al abrir en su blog un espacio. Coincido (ay! en este día después de su crítica) con Ana C. en que deberías pasar por ahí. Y si la humildad te lo impide lo haremos nosotros, qué tanto!

  10. Alejandro: eso mismo le iba a decir a Ana. No está bien que uno se ande haciendo autobombo por ahí. Si vas vos es otra cosa.
    Pero llegado el caso de que Gargarella pase por acá y me conteste algo, voy a estar en ventaja respecto de él. Yo sé quién es Gargarella. Foucault se centraba mucho en las relaciones de poder establecidas en torno a la noción de autor, pero no sé si hizo hincapié en el diferencial de poder que «beneficia» al lector. Yo puedo «completar» el texto de Gargarella con nociones que tenga de «su» pensamiento, adquiridas por otras lecturas. Él no puede hacer lo mismo conmigo. En ese sentido, sigo siendo un poco impune (impunidad distinta a la que me refería en el título).
    Por supuesto, muchas gracias por los elogios.
    Me gustaría comentar sobre los aportes de los demás, pero lo dejo para más tarde, por una cuestión de tiempo. Saludos

  11. Foucault no es tan explícito, pero podrías pensarlo como «micropoder» (wow, un economista que leyó Foucault… esto es algo que no se ve todos los días!).

  12. Mariano: no veo la petición de principio en el artículo de RG y RLV. Creo que te enredás. Y decir que este es el gobierno de Cristina Fernández, casualmente continuación del de Néstor Kirchner, es casi demasiado. Anteayer Néstor prometió que el Consejo del Salario Mínimo se iba a reunir, y ayer recibió pedidos de Zanola (alto progre!) de un segundo aumento de salarios de su sector. No creo que se lo hayan dicho por ser presidente del PJ. Ni he visto que NK haya aclarado en qué carácter interviene.

    Me interesaría que expliques cómo un sistema de partido único -caso CUBA- o un partido que pretende absorber a todos los demás -caso Venezuela- es una alternativa de izquierda. Salvo que, en lo que vos considerás izquierda, no hay problema en que se restrinja al grado del monopolio la participacíon pública.

  13. Balvanera, en el país para todos no es demasiado relevante que las condiciones de vida individuales de los que más tienen empeoren un poco. Porque sus condiciones de vida colectivas mejorarían. Aunque suene medio paradójico, para los ricos no es lindo ser ricos en un país de pobres porque, por ejemplo, vivir con miedo a que te pase algo porque sos rico baja tu calidad de vida. Es por eso que los ricos no suelen irse de los países muy igualitarios.

    Por otra parte, a partir de cierto nivel de ingreso, da lo mismo la cantidad de plata que tengas. Es lo que los economistas llamamos «utilidad marginal». A un pobre le reportan mucha más felicidad, o utilidad, 100 pesos extra que lo que la pérdida de 1000, o 10000 significan para un multimillonario. De eso trata en parte diseñar un sistema impositivo progresivo.

    Alejandro, es tan doloroso coincidir después de una crítica? Tampoco fue tan agresiva, che. :-)

    Y además, tengo la impresión que de mi lado no sólo vienen críticas.

  14. Mariano:

    Realmente muy bueno: un cirujano para punzar a estos comentaristas.

    Incluso, si la idea de Lo Vuolo es comparar lo realizado por los K, habría hacerlo con gobiernos contemporáneos que encarnen a la izquierda moderna y que no son otros que los del eje del mal latinoamericano (con todo lo que eso quiere decir).

    A lo que dijo Aristocles, agrego que también se debe tener en cuenta la batalla Norte contra Sur y desarrollados contra subdesarrollados.

  15. hola mariano, gracias por los comentarios, pero obviamente estoy muy en desacuerdo con lo que decis. no porque me/nos critiques, sino porque las criticas que haces y las propuestas que sugeris no me parecen nada bien. buena parte de tus argumentos se dedican a criticar las inconsistencias de algunas posturas aparentemente de izquierda sobre kirchner, pero te agradeceria que la proxima te fijes si ruben o yo decimos o dijimos algo de eso, en este u otro articulo. te diria que no, por lo que seria bueno que no nos obligues a defendernos de lo que no dijimos ni diriamos. del mismo modo, si queres hablamos de zapatero, castro, bachelet o chavez. pero no deduzcas lo que diriamos , menos de lo que alguna gente de izquierda dijo. yo creo que los criticaria (en parte) a los cutro, por diferentes razones, de modos diferentes. por otro lado, si te parece que la reforma del consejo de la magistratura es democratica porque ahora hay mas gente vinculada con el poder politico, te diria que estas en problemas. en general, cuando el control no lo gana el pueblo sino el organo a ser controlado, a eso en el mundo no se le llama democratizar, sino someter al organo de control al poder de turno. y eso esta universal e ncondicionalmente mal en la argentina sabemos algo de la dependencia politica de la justicia. tambien me parece insolito que pienses que a poder concentrado le gusta la atomizacion del poder. no, lo que quieren es poder concentrado…y amigo. aqui, el poder esta concentrado, y a veces /solo a veces/ no es amigo, por lo que vamos mal, pero ademas es peor, porque bien puede ocurrir que no sea amigo no por estar con el pueblo, sino por estar con otros grupos poderosos. sino, le hubiera agradecido saber del dia uno que las relaciones estaban atadas a un plan redistributivo. y le hubiera creido si esto se relacionaba con oras medidas redistributivas previas. pero lo que veo es igual o mayor desigualdad. si no rebajamos la desigualdad en epocas de bonanza economica, que no me vengan a decir que lo vamos a hacer en epocas de regresion economica. en fin, desacuerdo absoluto. abrazo

  16. Siguiendo lo que dijo Mariano y Américo del Verbo:
    Haciendo un análisis comparativo del estado argentino con los estados latinoamericanos puedo afirmar que este sería un buen momento para que los K empiecen a adoptar políticas de nacionalización de los recursos naturales. Medida que necesitamos desesperadamente y que sanearían los problemas más graves de la argentina.

    Muchas veces escuche que hacer eso sería un suicidio, que los fallos de las cortes internacionales nos sancionarían y que EEUU nos dilapidaría, etc, etc, etc.

    No tenemos porque ser un cuba, tenemos a Venezuela y Bolivia de nuestro lado, Brasil nos e a demostrado disgustado por una Latinoamérica fuerte.

    Si este gobierno no nacionaliza los recursos naturales va a demostrara sus verdaderas intenciones, va a demostrar que intereses defiende.

  17. Tiene razón Mariano: los autores deciden qué es izquierda y desde allí pegan. Pero hablan de todo menos de izquierda. Si leyendo la nota uno sustituye la palabra «izquierda» por «centro», o por «capitalismo moderno», o hasta por «derecha», no cambia casi nada. Hablar de calidad institucional, de vigilancia de las autoridades, de justicia, es un lenguaje común a todos los que tratan de ocupar un espacio democrático. RG y RLV hablan poquísimo de izquierda, hablan de democracia. Es imposible casi encontrarse en contra de lo que dicen, porque es un manifiesto aburrido de discurso democrático lleno de obviedades.
    El problema básico de izquierda pasa por dónde pone uno la tolerancia a la desigualdad. Que unos ganen mucho mientras otros viven en la miseria, está bien? es aceptable? Para capitalistas retrógrados, que unos ganen mucho mientras otros nada es una consecuencia lógica de la «libertad». Para capitalistas liberales, que unos ganen mucho resulta, a la larga, en «derrame» hacia los que ganan nada. Si sos de izquierda la primera es intolerable, la segunda es falsa, al menos en un capitalismo periférico como el nuestro. En el conflicto con el campo está clarísimo: los productores creen que la mejor política es aquella que llene sus bolsillos sin importar el resto del país, o sugiriendo que la plata en sus bolsillos se derrama al resto del país. Sus posiciones son objetivamente de derecha. Para la izquierda eso debiera ser intolerable. Se puede discutir después el resto del gobierno K en términos de derecha e izquierda, pero el conflicto del campo no: estás con el campo, adoptaste una posición de derecha.

    Desde hace tiempo LoVuolo está contorsionándose para navegar entre su pasado progresista y su reciente lealtad con Lilita. El artículo, de mas esta decir, es más de lo mismo. Y me pareció boludísimo.

  18. Creo que no correspondería que le conteste a Roberto Gargarella. Desde ya le agradezco que se haya tomado el laburo de pasar por acá, leer y criticar. Y le mando un abrazo, aunque no creo que a esta altura, vuelva a pasar por acá.

    Sí me siento obligado a hacer una aclaración sobre la cuestión de que no debo obligarlos a él o a Lo Vuolo (o a quien sea) a defenderse de cosas que no dijeron.
    Vuelvo a tocar lateralmente a Foucault. El discurso emitido es parte de una formación discursiva, que tiene un rol asignado en la complejidad de las relaciones de poder. Si uno se mueve y fertiliza el campo para la aparición de ciertos discursos, no es justo que diga después «yo con eso no tengo nada que ver».
    Digamos que, individualmente nadie hace ni dice casi nada. Puedo fingir una postura: «en el mundo estoy yo, y todos los demás son los otros». Pero el Nosotros que nos incluye se conforma, aún contra nuestra voluntad.
    Puede no gustarme algún dicho de D´Elia, pero no puedo negar que es parte de lo que contribuí a conformar, y me tengo que hacer cargo de él y sus dichos, porque es una parte de mí también. Aunque no me guste.
    Saludos

  19. Disciento con la crítica que se le hace al artículo. Aunque no me parece oportuno de parte de los autores marcar el camino de lo que es de «izquierda», porque creo que eso ensombrece el contenido del artículo.

    No creo que esten diciendo que el gobierno es de derecha, estan marcando un camino que debería llevar un gobierno de «izquierda» (repito que es un problema hacerse cargo de esa idea). Preferiría hablar de gobierno socialmente justo, que busque consagrar derechos sociales universales en vez de subjetivos, etc…etc…

    Una redemocratización nunca es de elites, en esa parte me perdí. Reforzar la democracia tiene que ver con construir canales input más amplios y generosos. No entiendo en esta parte en qué beneficiaría la centralidad y menos aún si la queremos llamar «populaista», que para mi no lo es.

    Otra cosa es que digamos que esa redemocratización es difícil de conseguir, en eso estamos de acuerdo. Pero en todo el mundo la sociedad civil asume cada día más protagonismo, quedarnos afuera de eso sería ridículo.

    Salimos con NK de una de las crísis más furibundas de la historia. Ahora hay que meterle pata para conseguir otra meta. Esto no implica hacer cambios abruptos, mágicos o iluminados, ese tipo de cambio queda en la izquierda o derecha iluminada de turno. Yo prefiero no volver a meter la gamba e ir implementando pequeños cambios que nos lleven a un lugar mejor de aca a 10 o 20 años.

    Saludos
    hector

  20. Mariano, realmente no puedo creer tu defensa hacia de la modificacion del consejo de la magistratura.
    En los 90, el avance del ejecutivo sobre el judicial, creo en una de las cortes supremas mas detestables que hemos tenido en tiempos democraticos…
    Una mayor «politizacion» del sistema judicial, no tiene nada de democratico. Que el ejecutivo pueda seleccionar los integrantes de otro poder que entre sus funciones, esta a la de controlar, vigilar y juzgar a los integrantes del ejecutivo, que tiene de democratico?
    Vos no elegis al los jueces ni a los integrantes del consejo de la magistratura.

  21. Lo que hace Gargarella se llama, en ciencias sociales, «one case comparison». Esto quiere decir construi comparaciones, no entre casos realmente existentes, sino entre un caso y un ideal, más o menos difuso´, construido, en general, sin rigor analítico. ¿Más a la izquierda de qué? ¿Cuáles son los indicadores para medir izquierdocidad? ¿Cómo han sido construido? ¿Quién es hoy la izquierda empírica, y quién la derecha? No se contesta.

  22. Hay que compararlo con algo MEC? El artículo de RG y RLV demuele la falsedad kirchnerista. A propósito MEC para cuando un artículo sobre los tiempos de prisión de Cristina y NK?. Digo para ver como de duro la pasaron comparando con otras dolorosas experiencias empíricas que se pueden encontrar fácilmente en el «Nuca Más» o en otros testimonios. Y no me «acuseis» de gorila, que es facilismo.

  23. Bueno che, que este no es un post para bardear a gargarella, que escribió ese artículo con toda la buena leche.

    Y tampoco para bardearnos entre nosotros, M. Esperanza dijo algo que es interesante y da para el debate no para la chicana boba de «Gargarella es un nabo» o «Néstor tiene que estar preso».

  24. Contesto algunas cosas:

    Charlie Boyle: no llego a ver cómo se pondría en práctica una horizontalización del poder político, hacia formas como la plurarquía, por ejemplo, sin que eso signifique un debilitamiento que simétricamente fortalezca el poder de lobby de los grupos concentrados de la economía (internos y externos). Pero debe ser una incapacidad mía. Gracias por comentar. Siga viniendo, que se necesitan voces disonantes. Saludos.

    Respecto de este tema, hago una aclaración. Después de releer el post varias veces, realmente me sigue pareciendo insólito como pude aseverar tan tajantemente que los grupos económicos concentrados prefieren un poder político atomizado. Pero también me parece insólita la aseveración contraria.
    Por ejemplo, la burguesía nacional rusa surgida al amparo de Putin prefiere un poder político concentrado y amigo, como dice Gargarella. Los capitales financieros internacionales, en cambio, prefieren obviamente un poder político descentralizado como el suizo, antes que a Chavez, Putin, Ahmadinejad, etc., quienes, en realidad, son un obstáculo que les dificulta la expoliación de sus países. La cuestión es bastante más compleja de como lo expuse en mi post, pero mucho más también que como lo expusieron RG y RLV.
    Y el problema central sigue siendo la relación entre política y economía.

    Primo Louis: ¿lo de economista que lee a Foucault era por mí? Me voy a Córdoba a buscar el título. La facultad de Ciencias económicas la conozco de pasar por la puerta con el 140. Un abrazo.

    Ulrich: la petición de principio que yo veo en el artículo es: ¿Qué es lo que me parece malo del Gobierno? tal, tal, tal y tal cosa. Muy bien: le opongo un proyecto «ideal» como dice MEC. Digo que ese proyecto es de izquierda, y por ello concluyo que el Gobierno no es de izquierda y por ende, no me gusta. La conclusión estaba contenida en la primera premisa.
    No me interesa demasiado definir qué es de izquierda y qué no lo es. Me interesa sí y mucho el análisis de la relación de las instituciones políticas con los modelos de acumulación y concentración económica. Para ello, y RG y RLV no lo hacen, hay que distinguir claramente lo que es una burguesía nacional de tipo industrial, de lo que es una oligarquía financiera, de lo que es la Banca Internacional. Según las alianzas que establezcan con alguno de estos grupos y las coyunturas que se presenten en la salvaguarda de esos intereses, los poderes políticos definen su grado de verticalidad y autarquía. Un saludo

    Héctor Casa: la expresión democratización de elites es desafortunada, lo admito. Digo sí que en el discurso en favor de la desconcentración del poder político se encuentra la intención de debilitarlo en favor de elites lobbistas, tal cual la «corporación jurídica» que funciona en la Argentina hace tiempo. Eso se disfraza de tal modo, que coincide con discursos que hablan de poder popular, plurarquía, etc. Desconcentrar el poder político en ese sentido, no es generar poder popular, sino afianzar elites con tintes aristocráticos.
    Lo del «doble comando» me abstengo de comentar.
    Saludos

    Esteban: yo lo que no puedo creer es que se defienda el poder enquistado de una elite aristocrática y lobbista como si se estuviera defendiendo al pueblo oprimido de las garras de un tirano. Digamos que el Consejo de la Magistratura, aparte, tiene funciones mucho más limitadas que las que le permitirían «conformar un Poder Judicial adicto».
    Saludos

    Jorge García: aunque los K fueran «estafadores» y «aliados de la dictadura» en los 70, no modifica en nada las apreciaciones que se pueden tener de su gestión. Menem estuvo preso, ¿y?. ¿Su política de derechos humanos fue mejor? ¿Propició desde su función pública una revisión histórica de la Dictadura mejor que la que propuso NK?
    Saludos

    Abrazos para MEC, Balvanera, los Julianes, Américo, Alejandro, Ana C., Wint, Candau, César Aráoz y a todos en general por tomarse el laburo de leer y aportar.
    Saludos

  25. Mariano, el comentario no era para vos sino para el coment de MEC, pero ya que te metiste, te metistes mal. Vos estas comparando a la «política» de derechos humanos de NK y CK con la de Menem. Cualquiera puede ser mejor que esa. Menem al menos estuvo preso, pero además, y de acuerdo con el testimonio insospechado de parcialidad de Lorenzo Miguel y otros compañeros de celda, Menem fue un llorón, y por tanto llano cobró una indemnización. Pero ya que te metistes te hubieras hecho cargo de la defensa de la mentira de NK sobre sus duros tiempo de prisión junto a CK. Rafael Flores cuenta otra historia. Durante años y años NK y CK no hicieron ninguna mención a la revisión del pasado porque con todas sus agachadas la de Alfonsín fue superior. Te diría más, NK y CK nunca, pero nunca, le reprocharon a Menem su «política» de indultos y amnistías, muy por lo contrario la sostuvieron sin chistar y lo felicitaron reiteradamente. Por eso es un farsante cuando ahora se hace el «valiente» con esos viejos asesinos decrépitos que no joden a nadie. Si le sumas sus gritos contra el FMI y los grupos económicos que se beneficiaron durante los 90, política privatizadora a la que NK apoyó sin vergüenza y no modificó, el panorama no es muy alagüeño: pura falsedad, capitalismo de amigos. Yo defendería otra cosa: la designación de los nuevos miembros de la CSJ y la política laboral, Carlos Tomada mediante: aumento del salario mínimo, impulso a la negociación colectiva (aunque poniéndole límites por debajo de la inflación desde el 2006 hasta acá), reforma laboral para volver en parte a la LCT y el pase a efectivo de los ticket. Bueno, no sigo con el progresismo K. Como decía el General, guiño por izquierda y doblo ara la derecha. Un abrazo.

  26. Estoy en completo de acuerdo con lo expresado por Candau y María Esperanza. Cuando G y LV hablan sobre la necesidad de un mayor control popular sobre los poderes hacen referencia a un mayor control sobre el poder ejecutivo o este control debería incluir también al legislativo y al judicial? Parece que la demanda de control solo fuera necesaria en el ejecutivo que es el que tiene todo el poder, mientras que los otros dos poderes están controlados por el ejecutivo, atados de pies y manos. No se para qué siguen laburando si están al cuete y no son canales válidos de expresión del pueblo, al estar con el pie de plomo del ejecutivo sobre sus cabezas. Pareciera también que el pueblo es sinónimo de poder legislativo y poder judicial, mientras que el ejecutivo hace todo lo que quiere y no es el pueblo. Ya se que el poder legislativo representa al pueblo y todo el ideal teórico que en la realidad no es, y es por eso que también sé, y esta es la parte real, que tanto los legisladores oficialistas como los opositores responden a lo partidario antes que al pueblo. La teoría es una abstracción y me parece que hay muchos que se han olvidado de esto. Y ni los legisladores ni los miembros del poder judicial son sinónimo de pueblo. La democracia política parece reducirse únicamente a la división de los tres poderes y ya que está le damos un poco de ala a eso de la distribución económica, porque eso también es democracia y encaja perfecto en el discurso de las izquierdas que deberían ser. En vez de mirar tanto al poder, habría que mirar también al verdadero pueblo al que no le interesa ni medio la política. No será que no es que no existan canales de comunicación válidos sino que al pueblo no le interesa mucho construirlos, por lo menos desde la política, porque sabe que por ese lado ya perdió? Sí existen otros canales de comunicación que, justamente, no son los políticos… Ya que estamos con la crítica, un buena autocrítica a todos nosotros no vendría mal, empezando por los políticos. A esa crítica podríamos agregar a los que se rasgan la vestiduras demandando un menor concentración de poder, lo cual es muuuuy facil desde la teoria, pero que no indaga en los motivos reales de la concentración. Pero claro, esa no es su función. La cosa acá es pedir y pedir: ver el por qué queda en manos de otros que no soy yo, porque no es mi rol.

  27. Jorge García: es cierto. Me metí (y me metí mal). Lamento no haberte pedido permiso. Y lamento que esta actitud entrometida de mi parte vaya a seguir repitiéndose en el tiempo. Estoy decidido a insistir tozudamente en esta mala educación de «meterme» sin tu consentimiento.

    En cuanto a lo que decís de los K, es relevante sólo en el caso de que la política y la historia de un país estuvieran signadas por la biografía de quienes ocasionalmente conducen. Pero esto no es así.
    La política de los K, de reescribir la historia oficial argentina desde el 45 hasta acá, haciendo hincapié en la última dictadura pero no limitándose a ello, y que vos minimizás incomprensiblemente como un falso alarde de valentía «con esos viejos asesinos decrépitos que no joden a nadie», tiene implicancias severas en el presente y en el futuro de la Nación (implicancias positivas desde mi visión, no sé desde la tuya). Más allá de que hasta puede comprenderse que quienes hayan sufrido las penurias de la dictadura sientan algún tipo de rencor, al ver que no son quienes más sufrieron los que se quedan con los laureles. Pero me parece que esa es una visión de corto plazo (la de creer que los laureles se los quedan los K, sin ver al mismo tiempo los beneficios de la implementación de estas políticas).
    Te mando un abrazo.

  28. lo vuolo y gargarela son ingenuos cuando proyectan una situacion ideal que no se da en ningun lugar del mundo?o son pelotudos ? o son sinverguenzas?’?????????????????????

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