La noche de los museos: el museo de los 25

Yo tengo guardada de Bergman esta imagen: termina de saberse que el Pro pone a su líder carismático en la ciudad autónoma y raja del bunker de la Coalición al bunker del Pro a festejar. Y esta anterior: le cambia la letra al himno. ¿Se acuerdan? Canta y cambia “seguridad” por “libertad” en la primera estrofa. Es un excéntrico excitado…

Pero igual hay algo ahora de lo que habría que hacerse cargo, que gira en torno de: ¿cómo construir un político a la altura del gusto de la gente que no ama la política? De los indiferentes. Por eso, en este contexto donde brilló el descremado Cobos, el recuerdo de Alfonsín se vuelve tan intenso. ¿Pero viste la euforia de esos chicos de la Franja gritando “Alfonsín/ Alfonsín!”, como llenos de odio? ¿No es como una contracara cerril de eso que se vende cuando se dice Alfonsín? ¿Ser fanático de un demócrata no es un oxímoron? Si la democracia es gris, es decir, si la democracia sólo es capaz de generar entusiasmo y épica en el momento de su recuperación, como lo dijo Sarlo, quien expresamente simpatiza con la Coalición, entonces, frente a este clima restaurador alrededor del 83 (año con el que dijimos que el gobierno de Cristina iba a jugar en espejo) deberían notarse dos cosas: la democracia no fue gris en la Argentina, por el contrario, hubo enormes muestras de entusiasmos, y nacieron ciclos de ilusión a los que adscribió –incluso- Sarlo; y, segundo, no se entiende, al menos la metáfora no lo admite, cuál es el lugar de la política por afuera de las obligaciones burocráticas y corporativas.

Con un largo proceso de negociación y de administración –dicen- debe emparentarse la democracia. Pero quienes se entusiasman hablando de “la banda de ladrones” que gobiernan, y elevan la fuente bendita de Alfonsín, rememorando las viejas promesas curativas, alimenticias y educativas con que cargó excesivamente a la democracia, hacen un exhorto coloso para algo, una reconquista republicana, que no necesitará de temperamentos grises, sino de una excitación social de envergadura, como la de un Bergman saltando de bunker a bunker, de trinchera a trinchera. Mirado en perspectiva, los que aman a Alfonsín ahora y prenden velas por la república, tenían en el 83 su candidato: Lúder, un De la Rúa peronista, mas afecto a la continuidad jurídica, que se mantenía a tono con la esencia del orden democrático. (Herminio ya era negro carbón.) O sea: la euforia alfonsinista, la nostalgia de la edad dorada de la Franja (de la que viajaba a Nicaragua), no es el espíritu que apuntala una grisura de las cosas. Me tiene podrido el alfonsinismo en el aire por ese motivo contradictorio. Además, habría que ver cuántos estaban tan agradecidos con el *padre de la democracia* un año después que dejó el sillón. Pero este clima en el que todos se sacan el sombrero, se les llenan los ojos de lágrimas, no sé, falta que Aldo Rico lo visite. Claro, insisto, la teoría de la democracia gris, dice que sólo en su recuperación se admiten grandes entusiasmos. (Eso no nos redime de un pecado peor: hablar en el presente con la lengua de la guerra de ayer. Pero eso ya es harina de otro costal.)

Sin embargo, lo quiero a Alfonsín. Y creo que es justicia elevarlo a mito.

Pero atento a eso apuesto a que fue Menem y su simbiosis con el “poder real” lo que solidificó el poder de la democracia. Digamos: tenía que venir un tipo votado por el pueblo y-que-tenga-todo-el-poder. A la democracia le faltaba un tipo capaz de hacer lo que quiera, que, en este país, es el símbolo del poder. Quiero decir: las instituciones y la ley, la sangre prometida de las clases dominantes, como decía Fucó, ¿no?, debían hacerse fuertes respondiendo a “sus naturalezas”, la grisura admisible es lo irreversible, la inercia de las instituciones, lo que no vuelve para atrás, un país como el nuestro, con la delicadeza institucional que tuvo los finales del 2001, ahí fuimos grises, ¿se entiende? El armisticio fue el menemismo. Lo que pasa es que Alfonsín arma la escena del juicio. Cuyas mejores consecuencias todo el mundo dice y sabe que trascienden los efectos jurídicos concretos (la intrascendencia histórica que tendrán la ley de obediencia debida y de punto final confirmarán ideas parecidas). La democracia nace con el juicio final. Y sí: la vida es una lenta degradación. La democracia nace con un juicio: lo peor nos pasó antes, mamá.

(Nadie duda de que el gobierno de Néstor Kirchner fue el mejor gobierno de la democracia. ¿Nadie duda de que el gobierno de Néstor Kirchner fue el mejor gobierno de la democracia? Yo no dudo de que el gobierno de Néstor Kirchner fue el mejor gobierno de la democracia. Con un solo defecto: puede envejecer mal. El otro día Rico afirmó que el de Néstor y Cristina era el mejor gobierno de los 25 años. Mas allá de Kunkel, bla, bla, bla, ¿por qué pudo haber dicho una cosa así? El hombre del millón que le da la reelección a Duhalde, ¿no? La democracia vence al tiempo. No me da ninguna gracia la figura de Rico, pero es un éxito que piense dentro de una terna y elija a quien no hizo de los DDHH materia de retórica republicana, ¿no? Que elija al *vengador anónimo* como es Kirchner para el pensamiento de los militares implicados en violaciones a los DDHH, y los asesinos de Julio López.)

Pasemos a Menem. Yo voto porque tenga su busto en la casa rosada. Esa es mi propuesta. Menem merece un busto si decimos que Alfonsín fue el padre de la democracia. Hay que pasar al busto de Menem. Si Alfonsín fue el padre de algo que celebramos, de estos 25 años que celebramos, 10 de esos años se los debemos a alguien, ¿no? Hay que pensar a Menem. Argentina, el país de los significantes familiares, tiene que darle un lugar en la parentela a Menem. Hay que resistir, tragar saliva, y poner el busto de Menem. La Coalición Cívica debería pedirlo. Bergman debería ser un fanático de ese clamor. Y si lo fueran, tendrían mis primeras simpatías. Los radicales deberían pedirlo. Los que decoran plazas. Todos deberían pedir en nombre de la democracia que Menem tenga su busto. La democracia es el relato que no cesa. Bah, digo, se trata de alguien que fue votado dos veces para presidente, en elecciones limpias, que terminó en paz social sus mandatos, y en el 2003, después de que pasó el temblor (y el temblor fue una bomba que, sabiamente, dejó en las manos amistosas y enemigas de un radical), fue el candidato peronista que mas votos cosechó. Que lo odiamos ya lo dijimos en la prehistoria, o sea, cuando teníamos una vida sin blogs.

Es hora de saber, Menem, padre de qué cosa puede ser. Y así seguir lentamente. No podemos elegir cuándo tuvimos esperanzas buenas y cuándo no, cuándo las mayorías fueron nobles y cuándo no. Menem dejó en la superficie algo de lo que no nos vamos a desprender, y que siempre estuvo en los genes del peronismo: la esperanza de movilidad individual ascendente.

Se me viene un recuerdo: frío abril del 2003, en el frío departamentito de la calle Rondeau, en mi viejo televisor color para ver el mundial 90, un acto de campaña en Florencio Varela, Menem habla a los gritos, predica la creación de carpas que alimenten a los hambrientos, en cocinas de campañas, y diciendo que va a defender con la policía la vida de todos los argentinos… Aullidos, gritos, ruge la leonera. Si le bajás el volumen y te pasan otra cinta, Gonzalito, una en la que se promete salariazo, la imagen la resiste… Menem convoca, Menem tiene inclusión porque convoca: cierra el círculo porque incita y excita como excluidor al excluido a que siga la pelea de su exclusión, de su vida y de su muerte. Link: febrero de 2007, un día de repentino frío, una larga cola de vecinos cagados de hambre esperan alrededor de la cocina industrial del ejército donde hacen guiso para todos. Están frente a la autopsita 7. Debajo de ella, el barrio donde vivían se les acaba de quemar, y quedan cenizas. Yo tenía una remera mogólica de medio ambiente del gobierno de la ciudad, y pululaba por ahí entre colchones y carpas.

Quiero decir: si Menem tiene busto, me aseguro que Kirchner lo tendrá… Yo quiero eso. Quiero mi derecho a ser futura minoría, un *ex combatiente* de esta mayoría de hoy que repara parte de lo que Menem dejó.

23 comentarios en «La noche de los museos: el museo de los 25»

  1. posta pensas que este fue el mejor gobierno de la democracia
    yo por mi edad nunca vote a menem y en el 2003 lo vote a nestor
    pero viendo la retrospectiva de los ultimos 25 años
    te diria que ningun gobierno fue sobresaliente y que es muy dificil gobernar en la argentina
    pero mi ranking
    es
    alfonsin menem duhalde
    de la rua y nestor no empezaron a gobernar nunca eh

  2. No estoy tan de acuerdo. Menem es la prueba de que no basta con un sistema electoral abierta para garantizar educación, alimentos y salud a todos.

    Es «a pesar de» Menem, que la democracia funciona.

    Prefiero creer que el proceso democrático y el ejercicio de los derechos políticos se aprenden ejerciéndolos. Y que en 1989 había muy poca práctica, por eso a la alianza no se le toleró la corrupción, ni a Duhalde o Sobich la represión: porque aprendemos.

    Menem es el recuerdo de cuando todos nos pusimos de acuerdo para darle más a un grupito y olvidarnos de la mayoría. Hay lecciones aprendidas en el camino que costaron sangre y vidas, pero no hay ningun mérito personal que amerite un homenaje.

    Estará en los libros de historia como el presidente que más tiempo gobernó desde la vuelta a la democracia, eso ya es bastante.

    Saludos

  3. Varios apuntes me sugiere el post:

    1) Me parece que intentar hacer un ranking de gobiernos de la democracia argentina en clave mejor/peor es perder lo rico que tiene la política de «dinámica de lo impensador» (Panzeri) o «filosofía práctica» (Aristóteles). Diría que los gobiernos son inconmensurables porque las situaciones contextuales lo son.

    2) Desde luego que Menem, en tanto presidente de la democracia, debería tener un busto. El criterio tiene que ser lisa y llanamente institucional democrático.

    3) La recuperación de la figura de Alfonsín o del espíritu del ’83 tiene que ver con varias cosas: a) la perspectiva del tiempo,que permite analizar mejor aquel gobierno; b) que RA está prácticamente retirado de la vida política pública; c) que resquebrajada la ilusión del atajo a «la modernidad» por la vía menemista, se buscan caminos hacia la reconciliación entre democracia e igualdad, o igualdad política e igualdad social. Y Alfonsín representa un intento (fallido en buena medida) de eso.

    Me parece que este último sentimiento/valor es transversal a mucha gente. Y no me parece mal, sino auspicioso. De hecho, tanto el gobierno como cierta oposición buscan ocupar ese lugar. Lo dice el post: «este clima restaurador alrededor del 83 (año con el que dijimos que el gobierno de Cristina iba a jugar en espejo».

    El problema es el diagnóstico. Ni este gobierno, ni el de Alfonsín lo tienen/tuvieron. Al respecto, fue muy significativo que el discurso de RA grabado en el Luna Park dijera que el objetivo era la igualdad social… pero que propusiera como remedio la educación, en lugar de una buena reforma impositiva que luego haga posible esa educación pública.

    Mientras el progresismo (llamo a esto la reconciliación de las dos igualdades que nombré) no apunte a una reforma impositiva progresiva y le gane la batalla cultural a la derecha poliltizando el tema, no hay simplemente nada que hacer ni que esperar.

  4. Lindo el ranking de Fede ¿no?

    Seguro que le gustará este fragmento de un viejísimo poema español:

    «Había una vez un príncipe malo/ una bruja hermosa y un pirata honrado/ Todas esas cosas había una vez/ cuando yo soñaba un mundo al revés…/»

  5. Si hay busto, busto para todos. Eso sí, en el acto, en el discurso, no hay por qué no facturarle a Carlos todo aquello or lo que lo odiamos. De eso también se trata la democracia ¿no?
    Saludos

  6. Al horrible le toca el busto, mis amigos. Ganó dos elecciones limpias, el congreso funcionó, se fue con una transición correcta. Sí, es cierto, hizo mucho por arruinar el país, pero la democracia debe hacerse cargo de sus gobiernos buenos y sus gobiernos malos.
    La diferencia crucial entre el kirchnerismo y el alfonsinimos: la valorización del conflicto social y político, y la nula valoración de la gobernanza bipartidista. Más Laclau que Portantiero, digamos.

  7. Este asunto de los bustos no me engancha demasiado.Que vas a hacer…se me viene la figura de la Moria Casan…Pero tomando la cosa un poco mas en serio,la verdad que los museos son importantes y aleccionadores,si bien conviene dirigir la mirada hacia el futuro.Los radicales,que ahora,con los nuevos globulos de la derecha pretenden fortalecerse y tambien tienen diversidades interesantes,que van por ejemplo desde los apegos militares de Junarena hasta la decencia de R.Alfonsin,partido creado en general para defender y administrar los intereses conservadores(estos son los dueños de la estancia y los radicales sus abogados)revelan en su principal figura,segun lo expreso,que la politica es el arte de lo posible,cuando lo deseable es que aspire a lo imposible;ademas hansido siempre malos en la administracion economica,y los dignifica su defensa de los derechos politicos(aunque no dejaron de ser golpistas cuando les vino bien).Y de Menem,el inefable,cautivante,culto,golfista,piola,seductor,sin preguntarle a Aliverti,pero recordando a su copiloto Cavallo,que con el 1 a 1 me permitio viajar por el mundo aunque despues me quede en la lona,pongamle el busto tambien..¿y por que no a Videla?Es un tema retorico….

  8. Martín: Sencillamente excepcional el artículo que escribiste. Es tiempo sin duda de que comencemos a pensar a Menem desde perspectivas no anquilosadas, sin dejar de reafirmar nuestro odio o repulsa por sus políticas. Me parece que este artículo comineza a hacerlo. Realmente te felicito, saludos.

  9. Muy extravagantemente bueno el post. Me encanta ser provocado así, con altura y complejidad. Algunas nociones para compartir:
    La dictadura es la sombra de la democracia. Es incesante en estos años el recuerdo aleccionador de la masacre, aún por la vía del enjuiciamiento, aunque peor por la de la impunidad.
    La masacre, la represión fueron disciplinarias; la hiperinflación también. El consenso posterior de los ’90 fue posible bajo en ejercicio de una sorda represión más la dádiva de la estabilidad: empate pírrico, no hagamos olas.
    El 2001 fue la enseñanza de que el caos puede ser también disciplinador, aunque simpre proponga oportunidades.
    Para las clases populares: los trabajadores activos, desocupados y jubilados, el disciplinamiento en que vivimos es concreto: no jodas, llamate contento votando cada tanto, aguantá lo que se venga, comprá lo que puedas. Este gobierno es tal vez el mejor que podamos tener en estos días, en los que el terror sigue funcionando (asesinato irresuelto de López mediante) como disciplinador. Esperemos que el ejercicio de nuestros derechos por medio de la lucha política nos vaya reeducando, y que las futuras generaciones de trabajadores la vivan mejor.

  10. Creo que ya ha pasado el tiempo suficiente como para que podamos reconocerle alguna virtud al nefasto gobierno de CSM sin tragar saliva. Eliminó a las FFAA como factor de poder, que no es poco: OK, el precio fueron los indultos (que a la larga se los pudo puentear y volver a encarcelar a Videla & Cía.) pero se acabó la tutela de los nalgapintadas (¿se acuerdan de Kelly?). Con eso solo, ya se ganó el busto. Podría agregar algunas otras pocas cosas (la definición de los límites con Chile, el sostenimiento del Mercosur, la posibilidad de que el PEN presente presupuestos más o menos serios en tiempo y forma, etc.) pero al lado de todo lo que destruyó, empieza a sonar a chiste.

  11. muy buen post!!! por fin alguien sale del casset. Me sumo al Cine Braile.
    1) Eliminó el sevicio militar obligatorio
    2) Cambio cultural de apertura hacia el liberalismo que posibilitó que los turistas elijan venir aqui también por esto.
    3) Instauró y cristalizó conceptos ortodoxos como superavit fiscal que hoy son bandera K y que nadie niega.
    4) Queriendo o sin querer transformó al argentino en uno uno de los tipos mas tolerante frente a las minorias, sexuales sobre todo
    5) acorto el mandato presidencial a cuatro años mas reelección
    6) Hizo que a los Senadores Nacionales los vote el pueblo con representación de la minoria y ya no las legislaturas provinciales a dedo.
    7) Instalo los derechos de tercera generacion en la CN (medio ambiente, comunidades originarias, etc.)
    8) Le dio rango Constitucional a los habeas Corpues y Amparos
    9) Defensor del Pueblo
    10) Auditoria General de la Nacion en manos de la oposición

    van a pensar que soy menemista, nada mas lejos pero queria aportar algo de pimienta

    saludos

  12. El mundo se esta musealizando y todos nosotros cumplimos algún papel en este proceso. Dentro de este proceso de musealización la recuperación de la memoria se presenta como un icono trascendental. La interpelación al pasado enfrenta a la sociedades a disyuntivas sobre como y que debe recordarse.(…)
    Sigue en http://galimatiasnotas.blogspot.com/

  13. Yo creo que Alfonisn hizo mas daño cuando dejo de ser presidente que durante su mandato , contradictorio como fue ,Juicio a las juntas , Ley Mucci , mostrandole el culo Grinsun al FMI o Mazzorin castigando la viveza criolla ( mas alla de que no salio bien ) y despues todas las defecciones una tras otras ( ni me ineteresa comentarlas ). Decia que las defecciones siguieron y profujeron mucho daño al pais . En 1994 como el siempre se vio a si mismo salvandonos mientras solo nos hacia daño , firmo el pacto de Olivos permitiendo que Menem pudiera quedarse a seguir destruyendo la industria y el pais entero , y lamentablemente la cultura neoliberal tan arraigada que persiste fue arraigada por mas argentinos al continuar por mas tiempo y no alcanzo con sostener a Menem , despues arma la entente con Chacho Alvarez y nos encajan para continuar a Menem a un conseva consuetudinario del cual no se podia esperar otra cosa mas que la profundiozacion del neoliberalismo que termino con el logico cisma en la alianza que llevo nuebvamente a la entronizacion de del peronismo como el unico partido con capacidad de gobernar el pais y tomar las decisiones necesarias que tanto espantan a la clase acomodada argentina

  14. Ahora falta que me digan que Lopecito fue buen ministro de Bienestar Social y que las peliculas de Palito eran buenas y me exilio en Kuala Lumpur….

  15. Buena Martín, valorar la democracia incluye poder rescatar lo (poco) que la rata hizo por ella; por lo pronto mantenerla. Además, más vale que lo procesemos rápido porque como peronistas nos lo tiran todo el tiempo por la cabeza. Habría que ver si él lo era, pero esa es otra pequeña discusión.
    Abrazo!

  16. Galimatias:no creo que el mundo se este musealizando.En el postmodernismo sevive para el presente y el placer.Es ahistorico y el futuro no cuenta porque se dejan de lado las utopias.Tu preocupacion es muy moral y deseable,sobre todo en nuestro pais…»recuperar la memoria»,que sea una autocritica,que los represores no aceptan y la izquierda no ha manejado bien.

  17. El problema de este ´país es que se politiza todo, todos los presidentes elegidos democráticamente deben tener su busto en la rosada, después si fue un buen o malo dirigente, depende del punto de vista que tenga cada uno. Porque no todos están de acuerdo con Alfonsín y no por eso habría que retirarle el busto, y con respecto a la ex presidenta Isabel Perón, algunos están de acuerdo y otros en contra. Pero ella fue presidenta elegida democráticamente. Y es más, fue depuesta por un golpe militar.

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