Mestre: dos interpretaciones cordobesas en su contexto

Nos gustaría aprovechar para comentar dos interpretaciones mediáticas sobre los resultados electorales del domingo en la Ciudad de Córdoba a la luz del contexto histórico de las elecciones en la capital mediterránea.

«Vuelve el Bipartidismo«

En un año electoral en que el peronismo y sus vertientes ganaron casi todo, el triunfo radical parece resaltar excesivamente. Cabría matizar la afirmación preguntándonos: ¿Qué papel cumple el partido radical en la victoria de Mestre? En Córdoba, la UCR tiene una importante historia y mantiene una estructura igualmente relevante. Pero no debería pasarse muy rápido a asignarle a éstos elementos la victoria.

En primer lugar, porque Mestre tiene un peso específico y la UCR no ha sido capaz de garantizar «pisos» electorales, lo que en alguna manera viene a demostrar lo determinante del candidato y lo central de la coyuntura. El intendente electo, que inició su carrera política allá en las elecciones de 2005, ha demostrado un creciente desempeño electoral en las ciudad, mas allá de las fluctuaciones de la UCR, que sufrió traspié en las elecciones a gobernador de 2007 (20%) y 2011 (22%)

| 2007 (Mestre Intendente)

| 2009 (Mestre Senador)

| 2011 (Mestre Intendente)

22%

26%

35%

Desempeño electoral de Ramón Mestre en la Ciudad de Córdoba 2007, 2009 y 2011.

Sin duda puede argumentarse que las elecciones para cargos ejecutivos son escenarios particulares, pero en general no se invalida la hipótesis de que «Ramoncito», tiene un capital político propio en esta ciudad.

Se puede ir más allá.

En segundo lugar, las últimas elecciones vienen a confirmar la tendencia a la personalización de la política, por lo cual es difícil atribuirle el triunfo solamente «al partido». Se ha escrito mucho sobre el tema a nivel general. Pero a nivel de la Ciudad de Córdoba, es algo que se observa que ha sido la causa del imperio de las hoy derogadas «sumatorias»:

El Peronismo ha logrado mejor adaptación a los nuevos comportamientos electorales «personalizados» según se pude deducir del siguiente hecho; mientras la coalición peronista (UPC) aumenta progresivamente la incidencia de los sufragios no pertenecientes a las boletas del PJ, el radicalismo no sólo ha logrado aumentar la incidencia de esta clase de sufragio sino que lo ha visto disminuir. (Carlos Varetto «Para un Peronista nada mejor que otro Peronista» ¿Y para un Radical?. P. 179)

Ramón Mestre ha heredado de su fallecido padre la comprensión de esta lógica, elemento de capital importancia para entender la génesis de otros fenómenos locales como «Olga» o «Juez».

Por último, es importante resaltar que los números actuales no vienen sino a afirmar la tendencia observada también por Varetto a la «des bipartidización» de la política de «la Docta». Entre la lista del PJ y la de la UCR, el

Denominamos proceso de desbipartidización a la tendencia de los votantes de dirigir cada vez en menor medida a los dos partidos que aparecen hegemonizando la oferta partidaria en la ciudad de Córdoba a partir de 1983, es decir el PJ y la UCR (…) En las elecciones de 1983 estos dos partidos concentraban el 92% de los electores (…) En las elecciones de 1999 lograron mejorar esta performance basado en una estrategia de coaliciones electorales mediante el ya explicitado formato de la sumatoria electoral (…) pero con las boletas con las denominaciones de la UCR y el PJ no alcanzaron al 60% del electorado (…) En las elecciones de 2003 entre ambas coaliciones alcanzaron algo menos del 30%, mientras que con boletas propias los partidos que habían monopolizado la oferta electoral de la ciudad sólo alcanzaban ahora poco más del 17% (Carlos Varetto «Para un Peronista nada mejor que otro Peronista» ¿Y para un Radical?. P. 208)

En las elecciones del domingo, entre Héctor «El Pichi» Campana (candidato de UPC) y Mestre sumaron 56%.  Lo que nos lleva a la segunda interpretación:

«Si el Peronismo iba unido, ganaba«

En política no siempre 2+2 suma 4. Si bien es cierto que los dos candidatos «peronistas» sumaron más votos que el candidato radical, no necesariamente se puede asumir que ocupaban el mismo «nicho» en el «mercado electoral».

Si el PJ ha podido mantener un piso electoral en la ciudad, esta ha sido en un segmento electoral determinado:

Así podemos reafirmar la conjetura de que el PJ, o la coalición que haya liderado, hasta las elecciones de 2003 mantuvo el predominio sobre los grupos con alto NBI y analfabetismo mientras que la UCR batalló (generalmente con éxito) por el resto del electorado (…) El Partido Nuevo se ha formado mayoritariamente mediante los votantes cuyas preferencias electorales históricamente eran dirigidas al radicalismo y, en menor medida al resto de los partidos. (Carlos Varetto «Para un Peronista nada mejor que otro Peronista» ¿Y para un Radical?. P. 194-196)

Lo que hemos visto en estas últimas elecciones es que Olga fue capaz de llegar a un electorado que no necesariamente votaba al PJ:

Quienes hayan pensado que Olga Riutort es un imán para el voto más tradicional del peronismo y que eso le impone un techo tendrán que revisar las cosas.

El domingo, Riutort no sólo le ganó al otro candidato del PJ, Héctor “Pichi” Campana en todas las seccionales, sino que las mayores ventajas sobre su contrincante interno no las consiguió en los arrabales de la ciudad. Al contrario: en pleno centro (seccionales Primera, Segunda y Tercera) sacó entre 62 y 67 por ciento más de votos que Campana. De nada valieron las obras con que el Gobierno provincial, auspiciante de Campana, embelleció la ciudad.

Riutort también consiguió más votos que Campana en zonas donde viven vecinos de mayor poder adquisitivo (en el circuito Countries del Oeste sacó 25 por ciento más de votos que Campana) y en distritos céntricos como los de las seccionales Novena y Octava (entre 50 y 55 por ciento más de votos que el “Pichi”).

En resumen, la ex-esposa de De La Sota fue capaz de persuadir a un electorado que históricamente votaba en contra del PJ. No es fácil asumir que si Olga hubiera ido «por dentro», expresando al peronismo orgánico de UPC hubiera sido capaz de atraer a los mismos votantes que «le robó» a Juez.

Tercer Tiempo

Es difícil pensar que Mestre ganó en la Ciudad de Córdoba porque volvemos a un bipartidismo (y sobretodo, trasladar esto al escenario nacional). Mas bien, vemos el crecimiento en la ciudad de un voto altamente volátil, que vota a De La Sota a gobernador, a Cristina a presidenta y a Mestre a Intendente. Elige candidatos, no partidos. Las estructuras tradicionales aportaron, seguramente. Pero no fueron el único factor en esta elección. Mas bien habría que buscar a la clave del triunfo en la debilidad del candidato juecista y en la creciente fragmentación sectorial.

Si el radicalismo va a consolidarse como opción electoral en la Ciudad, depende de que siga produciendo candidatos jóvenes, que entiendan la nueva realidad y que éstos puedan encolumnarse por detrás del único radical ganador. Y que, además, logren resultados en la gestión.

Por ahora, creemos que tiene razón.

Acerca de quijanog

Politólogo

Ver todas las entradas de quijanog →

2 comentarios en «Mestre: dos interpretaciones cordobesas en su contexto»

  1. Además:

    «En promedio, al candidato radical lo votó alrededor del 30 por ciento de cordobeses que el 7 de agosto pasado había sufragado por Luis Juez en la elección para gobernador. Riutort, en tanto, absorbió entre 22 y 24 por ciento de apoyos juecistas.»
    («Mestre y Riutort captaron más de la mitad del voto juecista» ttp://bit.ly/o2GNwv)

  2. Con lo de la «vuelta del bipartidismo» estamos de acuerdo, ya como consigna esta agotada (como minimo desde el 7 de agosto).
    Ahora «si el peronismo iba unido, ganaba» no me parece una pavada. Desde el vamos la campaña se hubiese planteado de otra manera. Es cierto que no existe la matematica en política y el 20% de Campana no era todo para Riutort. Pero con la mitad de esos votos la cosa ya era distinta. La polarización con la que ambos candidatos jugaron sus últimas fichas, Riutort sin poder mostrar la diferencia que efectivamente tuvo sobre Unión por Córdoba y estos en una clara estrategia dirigida contra la otra candidata más que a ganar la elección, podría haberse dado efectivamente.
    Y que Riutort haya interpelado a un electorado que votaba contra el PJ es algo que Unión por Córdoba ha venido trabajando bastante bien, presentandose como coalición y presindiendo del escudo en la boleta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *