Esta es la desgrabación completa de una entrevista que Marina Garber le hizo a Casullo en abril, para un artículo acerca del lugar de los medios en la vida política argentina, y de la que se publicó una pequeña parte en la revista Acción.
–En su último libro usted analiza las sociedades contemporáneas como sociedades mediáticas, en las cuales los medios establecen las formas fundamentales de comprensión y percepción de la realidad…
–En todo los capítulos de Las cuestiones aparece el fenómeno de la sociedad mediática. Yo denomino sociedad mediática no ya a aquella sociedad de hace 20 o 30 años, donde los medios de comunicación tenían su importancia, eran “el cuarto poder”, tenían su incidencia en cuanto a la labor que cumplían –y esto se verifica a lo largo de la historia del siglo XX en la Argentina–, sino que la sociedad mediática ya es un nuevo fenómeno, una nueva dimensión, donde la realidad es mediada y construida en lo fundamental y en donde es muy difícil escapar a la influencia de los medios y escapar a la producción de los medios, a la construcción del acontecimiento, a la construcción de los hechos, a la narratividad de los medios. En ese sentido podríamos decir que estamos mediados y que esa mediación atraviesa la política, básicamente, pero atraviesa todos los otros niveles de nuestra vida, también los niveles personales y privados en tanto terminamos siendo hijos de los medios. En este sentido te diría que sí hay una modificación y una reformulación. Muchas veces se sigue pensando en la sociedad anterior, la sociedad de los 60 y 70, la de los medios de comunicación y su importancia, cuando ya estamos en otro nivel podríamos decir mucho más decisivo en cuanto a la suerte de la sociedad a partir de qué performance de aquí en más tengan los medios.
–¿Esta influencia se relaciona más con los temas que tocan los medios, es decir con la imposición de una agenda, o con la forma de tratar esos temas?
–Los medios lo que hacen es mediatizar todo, a tal punto que ya llega a ser imposible pensar algo en términos de autonomía frente a los medios. Mediatizan el fútbol, mediatizan la política, mediatizan el arte, mediatizan nuestras vidas, mediatizan la relación que tenemos con la ciudad, mediatizan la relación que tenemos con los valores, por lo cual es difícil pensar, por ejemplo, qué sería hoy el fútbol sin los medios. Qué sería la política sin los medios, si en realidad lo que menos nos interesa de la política es lo que dice el diputado, lo que dice el senador: a nadie eso le interesa, le aburriría soberanamente. Muchas veces, cuando se solicita que haya debate, que haya discusión, que aparezca la política, no se tiene en cuenta que los primeros demoledores de la política son los medios. Acá lo que importa es lo que dice el locutor, que además acá dicen bastantes cosas, no se manejan con discreción como en otros países. Lo que dice el animador cultural, lo que dice el comunicador. Desde esta perspectiva, ahí se nota la influencia, en el sentido de que los medios han generado que ya no haya más un adentro y un afuera de cada una de las circunstancias, sino que hoy los medios atraviesan también el saber, atraviesan los mundos del conocimiento, atraviesan las variables culturales. Cuando digo “atraviesan” quiero decir: es difícil pensar aquello que quedaría fuera de los medios o estaríamos cada vez más incapacitados de enunciar algo que queda fuera de los medios.
–Los medios y el sentido común…
–A mí me parece que los medios son la nueva derecha, en términos culturales, que habita el mundo, que habita Occidente, pero no tanto en términos, o no sólo en términos, de acusar a las izquierdas o defender a figuras de derecha –que también lo hacen–, sino en términos de plantear una realidad, una construcción de lo real, lo que podríamos llamar un entendimiento de lo real, que constituye un sentido común de derecha. El miedo, la seguridad, la idea de determinadas víctimas, las variables en cuanto a cuáles serían las soluciones a tomar en cuenta, quiénes serían los culpables, en dónde está la problemática… Y esto lo construye el mercado en términos de una dramatización nueva, una narración nueva, a través de géneros. La noticia hoy se ha transformado en una instancia que se maneja a través de géneros, o sea que responde a variables con que los viejos géneros hollywoodenses están constituidos y nos constituyen, el género judicial, el género policial, el género de la violencia, el género turístico, son géneros donde el espectador sólo examina y se le hace audible la realidad si viene a través de un formato género. Es decir, se necesita el jefe de policía rodeado de micrófonos, se necesitan las tiras esas que pone la policía alrededor del cadáver, se necesita la escalinata judicial, se necesita la voz del abogado, se necesita el grito de la víctima, se necesita lo que podríamos llamar la constitución del género en términos casi ficcionales para que se haga audible. Porque acá también tenemos que pensar que hay otras voces que aparecen. Bueno, también está el género protesta, el género con cuestionamiento, el género podríamos decir piquetero, en donde también se construye una imagen que nosotros vemos en televisión y ya tenemos planteada la realidad y ya sabríamos de qué se trata porque la forma televisiva nos plantea la entrada al género. Nos plantean la entrada: algo que reconocemos, que nos resulta familiar y que es lo único que se nos hace audible. Frente a eso, aquello que no aparece así constituido directamente es inaudible, es algo que no incidirá. Entonces es el mercado el que construye esto, es el mercado el que entra en competencia… Uno podría decir que los noticieros de alta audiencia en horarios pico de la noche construyen un noticiero donde el 90 por ciento son noticias policiales, noticias de violencia, noticias de violadas, noticias de asesinatos, noticias de secuestros. Porque la cuestión es qué sería lo más conmocionante: no es lo que dijo el diputado ni lo que dijo la Presidenta ni lo que dijo un mandatario latinoamericano ese día. Pero al mismo tiempo están respondiendo a esa misma lógica que el mercado constituye como lo único audible. Es decir, es casi un círculo vicioso. Una vez que vos constituís tu oyente, evidentemente lo único que podés es retroalimentar esa variable.
Yo diría que el sentido común de derecha que el medio manifiesta no es tanto decir “viva Sarkozy” sino plantearse eso: cómo es la vida, de qué manera hay que tomarla, cómo agarro el tenedor, cómo me relaciono con mi hijo, cómo pienso, qué pienso que es el morocho que está en la esquina juntando basura… En ese sentido se constituye un sentido común de derecha que hoy es hegemónico en los grandes centros urbanos de masas, no solamente aquí, y que es un sentido común reactivo, conservador, de corte reaccionario, racista, violentado y pasto fértil para cualquier neofascismo, lo que se evidencia acá con el 61 por ciento de votos de Macri, donde se evidencia básicamente una actitud antipolítica y una gestión de limpieza, una cuestión gerencial que limpie, barra y nos aleje de cualquier acontecimiento donde aparece el otro social.
Creo que forma parte de esto que yo llamo un armazón donde planteo además que los verdaderos partidos de la derecha entre comillas, los que construyen la agenda diaria, los que plantean qué tipo de problemáticas hay que discutir, los que consagran cuál es el hecho importante del día y cuáles son los hechos imprescindibles, no son los partidos en sí –porque nadie va a decir lo que dice López Murphy o Patricia Bullrich–, sino son los medios de comunicación. Ciertos medios de comunicación gráficos, que tienen la capacidad de imponer la agenda. Por la mañana ciertos medios de comunicación radiales se imponen por la agenda impuesta por los medios gráficos y que concluye a la noche con los noticieros de altas audiencias donde se cierra el día y donde uno, si se preguntase qué es lo que realmente pasó con este país en sentido profundo, realmente no sabría. Sabría quién puede ser el asesino de Roxana, sabría si hubo algún raptado, sabría que hubo un choque de un camión en Boedo, sabría que hay un preso que se ha escapado… Tendría una suerte de pequeño melodrama que le esconde la realidad. Ahora, esto es la noticia. Es inimaginable pensar un noticiero de corte político en la Argentina, un noticiero donde el 80 por ciento sean los acontecimientos políticos, sindicales o sociales que suceden. En este sentido es donde yo decía que son productores de un sentido común de derecha y por eso son los, entre comillas, “partidos de la derecha” que, una vez que construyen ese sentido común, cuando llegan los momentos electorales plantean la defensa o la elección de algún referente que represente eso que a lo largo del año han planteado como sentido comprensivo de la realidad.
–Sin embargo los diarios mantienen, por lo menos en apariencia, cierta seriedad, de tratar primero los temas políticos, tener su columna de opinión, sus analistas…
–Los diarios en ese sentido conservan la vieja usanza, pero no te olvides que los diarios hoy por hoy cubren una muy estrecha franja de lo que podríamos llamar la información diaria en relación a la radio y en relación a la televisión. Muchas veces nosotros como somos lectores de diarios pensamos que eso es una práctica pero te alejás un poco y no hay Clarín, no hay Nación, no hay absolutamente nada que sea leído.
–O por ahí hay Clarín pero se lee la sección de deportes o espectáculos o los clasificados…
–Pero también mucho menos de lo que uno piensa por las propias tiradas. Lo que sí los diarios conservan es el análisis político, la reflexión política, algunos de ellos, el posicionamiento político, y desde esa perspectiva son los grandes organizadores de una agenda. En el campo del periodismo gráfico se da una pelea fuerte donde ninguna de las instancias está radiografiando la realidad sino que son trincheras y baluartes de oposición o de defensa de ciertas políticas que actúan construyen la noticia, el copete, el título, el armado, de acuerdo a los intereses que defienden. De todos modos, el periodismo gráfico sigue siendo todavía el mejor periodismo, pero, en relación a los millones de argentinos, es un mundo muy restringido el que lee el diario. O el que accede a Internet, si lo ves en relación al que tiene la radio prendida todo el día o al que abre un canal de aire a la noche, a la hora en que se reúne la familia, familia humilde, familia popular o familia acomodada, el caudal de prensa gráfica es mismo.
–En la radio parecería haber un poco más de diversidad…
–Hay más diversidad, en la radio hay una especie de saturación. Eso también tiene que ver con una característica muy argentina: la radio alcanza un nivel muy alto de comentario, de reflexión, de interpretación periodística, que evidentemente es una instancia de enorme importancia en cuanto a lo que yo llamo la idea que nos hacemos del día que vivimos. Porque a vos te puede suceder por ejemplo que un grupo de 30 personas asaltan la puerta de la legislatura porteña como sucedió hace unos años. Y durante cinco o seis horas los canales de noticias, que también son una realidad muy importante, están ahí filmando cómo atacan, retroceden, tiran piedras, les tiran gases, tratan de voltear un… y podríamos decir que la sociedad vive que la Argentina está en un estado de insurrección, está en un estado de colapso… y por ahí no son más que 50 personas y el resto de las plazas y el resto de las fuerzas están en silencio y tranquilos mirando. Pero la idea que te hacés del país es que la cosa está en el borde. Y esto lo está viendo el jujeño, el marplatense, el de Río Gallegos y el de Buenos Aires. Viendo como durante seis horas se asalta el palacio de la Legislatura, una suerte de Palacio de Invierno en 1917. Esto te indica la importancia de los medios. Después es muy difícil, frente a estas siete o seis horas, que un diputado, un senador o un ministro tenga la capacidad política para hacer frente a eso que te fue entrando en la piel. Frente a eso cómo se hace para realmente tener una capacidad, una potencia, un dinamismo como para explicar todo.
Cuando se habla de la crisis de la política, de la crisis de los políticos, de la crisis de la representatividad, es posible que mucho de esto tenga que ver con una actuación de la clase política lamentable, que tenga que ver con ciertos negociados y ciertos robos que la clase política ha cometido, ciertas estafas. Pero lo decisivo de la crisis de los políticos y la política es que hoy la política la transmiten los medios, hay una política mediática donde no se le puede exigir al pobre diputado que compita con esas cinco o seis horas de transmisión con locutores que están preparados para saber decir, para saber sonreír, para caer agradables, para hacerse entrañables, y después decirle al gordo senador “a ver qué tiene para explicar la cosa”… O sea que también la crisis de lo político en términos civilizatorios se va dando a partir de que el político es reemplazado progresivamente por el locutor. El locutor es hoy el que nos dice y en el cual “confiamos”, entre comillas, nosotros, qué es lo que pasa.
–Y por otro lado la lógica de los tiempos de la televisión que siempre es muy cruel con todos los que quieren argumentar algo un poco más complejo…
–Sí, es terrible…
–Pero por otro lado le otorga horas y horas, por ejemplo, a un incendio sin víctimas, como el de Once, al hecho este de la legislatura…
–Sí, o al absoluto hecho. Es decir, hay un grupo de gente que incendia una estación porque el tren se retrasa, entonces lo que va a hacer el movilero, que es carne de cañón –que es uno de los grandes mediadores de la imbecilización de la Argentina–, el movilero lo que va a hacer es filmar el incendio, entrevistar a cuatro o cinco personajes que van a decir cualquier cosa cuando están en el acontecimiento, o sea asaltando la estación Constitución. No va a haber ninguna reflexión, ningún comentario, sino que uno se va a encontrar con el hecho en bruto. Podríamos decir que eso sería casi lo posmoderno, el hecho en bruto, que luego los diarios al otro día sí lo van a analizar, pero lo que ven millones de personas es un hecho en bruto donde el movilero, jadeante, sin poder respirar, entrando entre el humo, arriesgándose –o sea jugando al héroe tonto–, lo que va a hacer básicamente es exponer uno de los elementos esenciales de las sociedades amedrentadas, que es “no salgas a la calle, no te comuniques con el exterior, no te relaciones con lo social porque todo es un espanto. En todo caso solicitá que haya muchísimos policías que te vayan acompañando en tu camino hacia el trabajo”.
Entonces digo, desde esa perspectiva es el hecho en bruto lo que aparece en la televisión, y después el otro elemento: para la televisión un minuto de reflexión es como un exceso, es como una página entera de un diario. Entonces ya no te pueden dar más que ese minuto, a no ser que seas una figura muy destacada entonces la entrevista puede durar 20 minutos. Te digo los canales de audiencia. Podés tener también en canal 148 de cable donde hay una entrevista bien hecha, pero bueno, ahí estás en el 0,05 de audiencia. Son todas entrevistas extraordinarias pero con una audiencia escasísima.
–Cómo entra en toda esta situación la idea de la interactividad de los medios, por ejemplo los mensajes de los lectores en las versiones online de los diarios, o en los programas de radio, donde los mensajes de los oyentes ocupan dada vez más espacio…
–Ahí tocás un tema difícil de interpretar donde en general la Argentina tiene un mito que es el mito de “la gente”, el mito de “la sociedad”. Yo creo que nosotros estamos perfectamente construidos y atravesados por algo que el peronismo –yo te hablo desde el peronismo– inculcó en la historia argentina, que es la santificación del pueblo. La santificación… eso luego se ha traducido en la santificación de la sociedad y luego en el lenguaje de los medios en santificación de “la gente”: la gente nunca se equivoca, la gente siempre tiene la razón, y más si es víctima, la gente siempre… Si vos leés los comentarios a las noticias de los diarios, los que aparecen en Internet, te das cuenta de que “la gente” es muchísimo peor que el peor de los diarios. “La gente” está mucho más situada en la equivocación, en el error, en el resentimiento, en el rencor, en la locura, en la histeria, que el peor de los titulares de los diarios. Si escuchás muchas veces los llamados telefónicos te encontrás con la misma situación, salvo que sea un buen programa de tango donde un viejo tanguero llame y pida un disco de Goyeneche.
Pero en general, cuando la noticia es la noticia política del día o cuando la noticia tiene que ver con los políticos, con algún robo, con Chávez, uno dice: el diario es deplorable, pero los lectores son más deplorables. Entonces, desde esa perspectiva, yo no hago ningún mito de la sociedad argentina, sobre todo en Buenos Aires. Es como si uno viviese en el peor lugar en el peor momento, así lo vivo yo en cuanto a lo que piensa la bella gente, lo que siente la bella gente, lo que considera la bella gente que habría que hacer, lo que considera la bella gente que habría que tomar como medida. Yo calculo que estamos en un momento podríamos decir feo. Ahora, se hace un mito de que esto, que sería la participación del lector da un tipo de pluralidad, cuando en realidad todos los análisis nacionales e internacionales estarían indicando que a medida que avanza y que se consolida la sociedad masssmediática, la sociedad globalizada, la sociedad del mercado mediático, el pensamiento va siendo único, unanimista. Es decir, en lo fundamental, en lo decisivo y en lo que verdaderamente importa, todos piensan lo mismo, con pequeñas diferencias… Alguno puede pensar que Chávez es un mal nacido, un histérico, un totalitario, una porquería, un asesino, con matices, pero la famosa pluralidad del mercado mediático es una absoluta mentira.
–También está la idea o el mito de que el receptor tiene cada vez más libertad para armar su propio medio, su propia televisión, su diario a medida…
–No tiene, no, porque en realidad el mercado con mucha capacidad, con mucha incidencia, con mucha dinámica, va creando realmente los niveles de un pensamiento único. A eso agregale las variables alternativas, las variables que planteaban un cambio cultural, las variables que planteaban un cambio histórico, las variables que otro acontecimiento que no fuese el que estamos viviendo o que planteaban cambiar la historia frente a la mala historia han entrado en una crisis muy profunda, han entrado en variables podríamos decir de hibernación o de fosilización, nos encontramos con que ese pensamiento unanimista se esparce. Y si vos vas a España y vas a Italia y vas a Londres te vas a encontrar con un nuevo sujeto común y silvestre de derecha que frente a los diez problemas principales piensa exactamente lo mismo, sin ningún tipo de variación. Esto es producto básicamente de la supuesta pluralidad del mercado mediático.
–Y de los mismos grupos económicos que tienen sus diarios en España, sus radios acá…
–Claro, están los oligopolios, están las cadenas, están las variables que dominan… Si los movimientos populares democráticos hoy en América latina –y yo llamo movimientos populares democráticos a los de Evo morales, lo de Chávez, lo de Correa, el propio kirchnerismo, lo de Lula– no resuelven el problema de los medios de comunicación de masas, no hay futuro para los movimientos populares en América latina. Porque van a ser derrotados por esa propia sociedad y por esa capacidad que tiene esta nueva derecha mediática de imponerse, generar las atmósferas, generar los climas y generar los sentidos comunes.
–Más que resolver el problema de la comunicación sería una lucha, y muy desigual…
–Claro, porque además el mercado plantea sus mitos de la libertad de prensa, de la independencia, de la autonomía, de que en realidad la libertad de prensa es lo que a nosotros nos preocupa. Como si por ejemplo para el campesino boliviano su preocupación mayor fuese la libertad de prensa o votar cada cuatro años bajo el modelo histórico anglosajón. Digo, es otro tipo de problemática, por eso yo soy muy defensor de los populismos latinoamericanos. En ese sentido, es muy difícil plantearse esta lucha democrática contra la incidencia de los medios de derecha, porque efectivamente los medios de derecha hacen de sí mismos, como si no bastara con sus enunciaciones cotidianas, una especie de supremo valor que tendría la democracia, un valor intocable. Entonces es muy difícil, es mucho más difícil pelear contra esa derecha que pelear contra una derecha fascista explícita, que puede en algún momento aparecer como algo negativo en la conciencia del ciudadano. Las próximas dos décadas se va a dar este combate y según resulten las circunstancias los movimientos democráticos populares podrán avanzar y serán disueltos y vencidos y derrotados como lo fue López Obrador en México, como lo están bombardeando brutalmente desde todas las cadenas oligopolios y monopolios a Lula, como acá mismo se critican las variables que uno puede defender de la experiencia kirchnerista. Es decir, estamos frente a un reto fuerte donde los medios de comunicación son uno de los grandes protagonistas.
–Cuando usted habla de la influencia de los medios en la conformación de este sentido común reaccionario, ¿se refiere sólo a los noticieros o a los programas informativos, o también a la ficción y a otro tipo de géneros?
–Si vos analizás más en profundidad, si te dedicás claramente a trabajar sobre lo mediático te vas a dar cuenta de que evidentemente esto que llamamos nosotros un sentido común de derecha respira en todas partes. Respira en una película de Hollywood supuestamente inocente, respira en la forma en que el héroe baja del avión en un país árabe y lo que hace, respira en un teleteatro y lo que puede dar un diálogo entre una madre y una hija, respira en la forma en que son presentadas las realidades en términos ficcionales, respira en cómo se organiza la grilla de los canales, cuáles son los canales que están en los primeros quince puestos y cuáles en el puesto 524 de Direct TV, es decir que es una gran orquestación donde lo mediático no es sólo el noticiero.
Esto no significa plantear que se acaben los medios, que los medios transmitan otra cosa, no, al contrario, yo pienso que los medios plantean una lógica de masas, en una sociedad de masas. Es difícil pensar, y yo soy muy escéptico en cuanto a que esta lógica podría ser tomada por la izquierda y cambiada. Yo creo que hay una lógica… si vos tenés 80 canales y estás encerrado en tu casa, ya te maneje la izquierda o la derecha, ya sonaste. Ya hay una lógica civilizatoria que te carcomió. O sea que acá estamos hablando de una lógica… esto lo digo porque muchas veces hay en las izquierdas una lógica alternativista: “déjenme los 90 canales a mí entonces yo voy a dar otra cosa y todo va a ser maravilloso”. No, entre otras cosas, habría que preguntarse el avance tecnológico, habría que preguntarse qué significan 80 canales que dan exactamente lo mismo todos.
Desde esa perspectiva yo soy muy escéptico en cuanto a plantearme una alternativa. Sí creo que puede mejorar, y tampoco quiero hacer desaparecer a la televisión. A mí me gusta por ejemplo el fútbol y me gusta ver el fútbol por televisión. Lo que yo digo es tomar conciencia, tomar conciencia, expandir la conciencia y aplicarla a los medios, que aparecen como los impolutos, como aquellos que generan la gran narración y a los que vos no podés pensar porque son el gran narrador. Los medios son como el novelista que te escribe la novela: vos estás leyendo la novela pero en Flaubert no pensás, pensás en la novela. Lo mismo en la cuestión diaria, vos creés que todo eso es la realidad pero no pensás cómo se maneja en tal canal o en tal diario la realidad. Son como narradores omniscientes y yo digo que hay que tomar conciencia y hay que tratar de que estos narradores omniscientes comiencen a dar cuenta en el sentido autocrítico y crítico del mundo que están dando, porque es una enorme responsabilidad la información y la formación de conciencia, pero en ningún momento plantear la idea de que las sociedades de masas pueden… En ese sentido, las sociedades de masas llegaron a un punto y un individuo no se puede manejar si no le ponés una pantalla en determinado momento para que cuando vuelva del trabajo esté una o dos horas y se vaya a dormir más o menos pacificado.
En todo caso habría que discutir y cuestionar qué es esta sociedad civilizatoria, fabril, técnica, productiva, que avanza a pasos agigantados en una especie de nada, y no creer que lo que te está diciendo el locutor es lo que va a decidir tu vida. Hay una matriz civilizatoria que es más bien lo que habría que cuestionar y que lamentablemente el comunismo en su momento, el socialismo, o los socialismos reales o los estalinismos no cuestionaron… El verdadero modelo que tenían que haber cuestionado, que es el modelo tecnocivilizatorio productivista fabril del capitalísimo, no fue cuestionado por izquierda. Al contrario, la izquierda lo que quiso hacer es eso multiplicado por 100: donde había 20 fábricas, 500 fábricas, con una mejor distribución de la riqueza pero nunca puso en cuestionamiento una calidad y un modo de vida. Cuando hablamos de lo mediático estamos hablando básicamente de un elemento central y protagónico de la calidad y modelo de vida, qué calidad y modelo de vida queremos para vivir.
En ese sentido, podemos decir que por un lado es inevitable que en sociedades de masas haya algo así como estos medios de masas, pero por otro lado tendrían que cumplir otro rol, tener otra conciencia y la propia sociedad tendría que tener sobre esos medios una enorme gravitación. No un poder político sino la sociedad: una enorme gravitación para saber qué se da y qué no se da y qué cosas se ven y no se ven.
–¿Cuál era el papel de los medios antes de este proceso de mediatización?
–Cumplían una función fuerte, no te olvides que la fuerza que podía tener en su momento el diario La prensa que Perón expropia en 1951-52 y se la da a la CGT, es decir que en ese sentido uno puede imaginar que La Prensa tenía un poder de capacidad opositora… Los medios siempre tuvieron fuerza, todo el siglo XX está cruzado por una cultura popular, mediática, industrial, una industria cultural que va avanzando donde los medios cumplen una faceta muy fuerte pero con una mayor ingenuidad, una menor capacidad de hacer política, una menor capacidad de incidencia donde todavía había inmensas zonas donde no estaba tocado por los medios. Yo te recuerdo un ejemplo: yo era JP; nosotros salíamos en manifestaciones de cuadras y cuadras y cuadras y discutíamos con Perón y discutíamos con la CGT o íbamos acá… pero jamás pensamos en los noticieros. Y cuando volvíamos a casa no mirábamos el noticiero, un noticiero del Reporter Esso que duraba 15 minutos y que nadie lo miraba porque era espantoso. Hoy los estudiantes universitarios que son 300 y no 30 mil, salen a la calle cuando llegan las cámaras. En esa relación, la radio era importante pero no decisiva, nadie se ponía a escuchar el noticiero de Radio El Mundo a las 20:30 para ver qué podía decir. Lo mismo los canales de televisión. Había zonas muy amplias donde el político era un político, entonces vos ibas a escuchar a Balbín a Plaza Once o ibas a escuchar a Alfredo Palacios hablando en otra plaza o en un cine o en un teatro, había un espacio del fútbol donde vos podías escucharlo por radio pero el espacio del fútbol era básicamente el estadio de fútbol. Cuando sucedió un gol histórico, algún acontecimiento, eran solamente 50 mil los que lo habían visto. Hoy hay un gol que hace el Barcelona en Moscú y lo ven millones y millones de personas y al otro día están todos hablando de Messi. Entonces en ese sentido podríamos decir que los medios eran importantes, incidían, tenían su papel, los llamaban “el cuarto poder”, pero todavía había enormes franjas de cierta autonomía, en donde las cosas aparecían de por sí. Los medios por ejemplo publicaban en páginas inmensas el debate puntualizado, punto por punto, palabra por palabra, los debates en diputados, en La Nación y en La Prensa. Pero porque era importante ver todo lo que el diputado y el senador decía, intervenía, era importante ver todo lo que el diputado y el senador decía, contestaba, intervenía, eran páginas y páginas, hoy no. Hoy no, hoy más bien hay una barbarización. Es más, cuando se transmiten las sesiones, el que está comentando las sesiones no sabe lo que está transmitiendo.
Los medios influían, no era tan homogéneo, tenías diarios de distintas tendencias, tenías revistas, la revista era muy importante, estaba Primera Plana, estaba Confirmado estaba Leoplán, Vea y Lea, Qué, de altas tiradas, la revista Qué tiraba 200, 250 mil. Estaba el mismo Clarín que era desarrollista, frondizista frigerista: entonces vos leías el diario y sabías que ahí había un determinado planteo que no era el de la Nación o La Prensa, que era más bien de variables agroexportadoras, pero yo creo que sí incidían, sí influían, sí se los leía. La radio tenía muchísimos menos programas periodísticos, la radio de los 50 y 60 tenía el 10 por ciento de los programas periodísticos que hay ahora, eran programas de entretenimiento, programas musicales, pero sí incidía. La Razón quinta y La Razón sexta, los dos diarios de La Razón que salían a las tres y a las seis de la tarde eran diarios decisivos. Cumplían la función que hoy cumplen los noticieros de las 7, 8 y 9 de la noche. Había que comprar La Razón que salía a las 5 y a las 8 y media para enterarte de cómo venían los acontecimientos. Y en ese sentido lo que decía La Razón a la tarde tenía un fuerte impacto en el mundo político. Si La Razón te ponía “Se agrava la estabilidad del gobierno de Frondizi” todo el mundo planteaba que Frondizi estaba muy cerca de ser volteado. En ese sentido, sí tenía. Pero eran otras las dimensiones.
No es como ahora cuando vos tenés servido en bandeja absolutamente todo, no solamente de acá sino de todas partes, y de todos los aspectos. Cosa que también es positivo pero, al mismo tiempo dónde quedó, dónde está lo que está fuera de eso. Porque el hoy es una época que también hay que hablarla en términos interesantes: vos ves el debate entre el PSOE y el PP en España y por ahí podés escucharla de punta a punta en vivo. O la conferencia de Santo Domingo que fue algo extraordinario. Para mí fue una lección que habría que grabarla, porque fue un momento latinoamericano excepcional, de lo cual tendríamos que sentirnos orgullosos porque nunca ocurrió eso de tener ahí las 4 o cinco horas.
-Pero gran parte medios destacaron, más que el contenido, las cuestiones anecdóticas, la mirada de Correa, los gestos de Cristina…
-Se lo desvirtúa porque claro, la mirada, la sonrisa de Correa… Pero la famosa reunión de la OEA, que decidió la expulsión de Cuba, de esa nunca tuvo nadie imagen, nadie supo qué se discutía, nadie supo qué se debatía, cómo se pegaba. Pasaron 50 años, vos tenés una nueva reunión latinoamericana. Entonces, evidentemente no es para expulsar a los medios sino para que los medios tengan otro tipo de actuación,. Pero es cierto: la reunión de Santo Domingo es realmente un hecho excepcional de lo mediático en la historia de América latina, porque además la reunión fue excepcional…
Gracias por compartir la entrevista Daniel
Muy buena. Lo que hablan con el periodista sobre la desproporción de los tiempos en televisión es notable, alguien que quiere reflexionar sobre un tema importante puede tener dos o tres minutos de cámara (casi diría, de tolerancia, están esperando que termine para ir a algo «importante»)en cambio un incendio puede ocupar horas de pantalla como si nada, Casullo habla del hecho absoluto, y también se podría hablar de la victoria de la imagen sobre la palabra, ganó mil a uno, «una imagen vale más que mil palabras».
Más bien había que agradecérselo a Marina, que me lo pasó y permitió que lo reprodujera. Cuando hizo la entrevista, como parte de una nota más grande que también incluyó otras opiniones, había quedado entusiasmada por la lucidez y la cruda franqueza de Casullo, y apenada porque pudo incluir muy poco y porque estaba muy de acuerdo con prácticamente todo lo que Casullo había dicho. Le pedí ese material para leerlo y recién pude hacerlo ahora, meses después, seguramente movido por la necesidad de reencontrarme con su pensamiento que me despertó la muerte de NC. Y sí, la verdad es que, como casi todo lo que escribió o declaró Casullo, me parece un material muy necesario, entre otras cosas por la valentía con que se tira contra «la gente».
Muy buen aporte y saludos a Marina, una grossa
Muchas gracias Balvanera por compartir este material.
Que bueno que Nicolas sigue opinando.
Despues de 30 años experimentando esta tesis, la cosa se ha cristalizado, profundizado y solo faltaria insitucinalizarlo: Partido Politico Clarin, Juventud Clarin Suplemento Si, Rama Femenina Suplemento Viva, Frente Economico ECO.
Por todo esto, el imperialismo considera que la financiación de los partidos es obsoleta porque esos partidos no les sirven mas para nada, dato nada menor a la hora de evaluar operaciones como el de la Valija de Miami o el Lockout Patronal Agrario.
La repercusion internacional de ambos casos indica la consolidacion del modelo y su exito..
Muy buena la nota! Tengo algunas diferencias con los dicho…
– Me parece que hay una exagerada calificación de derecha al mundo mediático, y esa calificación me resulta caprichosa. Porque como es lógico, no habla de una derecha explícita, sino de una derecha que tiene como valor central hacer de si mismo y por ende cuidarse de sí mismo. Si a “esto” llamamos derecha, y a “aquello otro” también llamamos derecha, entonces qué criterio estamos utilizando? Supongo que el criterio del autor es referencial con respecto a “la gente” a quien considera mucho peor que “los medios” (¿).
Este tipo de análisis me parece un poco acotado, llamar simplemente derecha a esa gran masa de información que llega de los medios y que es tan difícil de descomponer y clasificar, me parece una simplificación demasiado grande. Sino cómo explicar que hoy en día en Estados Unidos, en un hecho casi inédito en la historia de ese país, la mayoría de los medios de comunicación, entre ellos prestigiosos diarios con un tremendo peso editorial se manifiesten tan abiertamente a favor de un demócrata que habla de proteccionismo y fuertes medidas de regulación del mercado interno? En algún momento de la nota el auto habla de “matriz civilizatoria”, creo que en lugar de llamar “derecha” al mensaje sería mucho más prudente abordarlo más objetivamente como un mensaje coherente a esta matriz que en algunos puntos puede parecer de derecha, pero sin embargo en otros correrse hacia la izquierda.
– Estoy totalmente en desacuerdo de que hoy en día no haya más libertad para armar nuestros propios medios. La expansión de los medios de comunicación y la diversificación de los modos en que la noticia y la opinión se pone en marcha han crecido de tal manera de que debe necesariamente ser más diversa y original para destacarse y sobrevivir. Un tour en zapping por la televisión de cable o por un navegador de internet es una galería de opiniones disímiles y diferentes modos de apreciar la realidad. Tanto los blogs en internet como los pequeños canales de cables crearon alternativas en el manejo de la información que forzaron ciertos cambios en los medios más masivos. En definitiva, hoy día en los medios existe una dinámica tan grande que se hace imposible monopolizar el mensaje, esto produce una mayor cantidad de canales alternativos de información.
– El trato que se le hace al “sentido común” generado por los medios me parece demasiado politizado también, al menos dentro de un análisis intelectual del tema. Sucede que es lógico que se genere un sentido común a través de la producción cultural de cualquier civilización en cualquier momento histórico. Aquí parece criticarse este sentido común como si fuera fruto de una infame agenda creada por unos poco digitadores de la realidad, y esto me resulta difícil de aceptar. Por supuesto que existen intereses políticos y económicos actuando y fluyendo a través de los medios de comunicación, los cuales suelen ser muy efectivos respecto a sus propósitos; pero esta representa solo una porción del caudal total de información, que además no puede presentarse simplemente como una intención desnuda, sino que debe mimetizarse con ciertos usos y protocolos acordados implícitamente por todos los receptores. Con la abundancia de información que hay hoy en día, la inserción tendenciosa de información resulta cada vez más complicada, ya que la misma debe ser coherente con un volumen inmenso de información disponible en forma inmediata. Digamos, cuánta gente se creyó el verso de que en Irak habían armas de destrucción masiva? Muy pocos comparados a los que lo hubieran creído hace algunas décadas atrás, donde un gran caudal de información resultaba incontrastable.
Me parece que el aporte formidable de Casullo es la crítica al sistema, al modo de producción capitalista y entiendo que su abordaje lo es desde el paradigma marxista, ( aún cuando él se identifica como peronista). En este sentido, si el ser social es el que determina la conciencia, la conciencia de masas está determinada por la dominación hegemónica de la clase que posee el poder.
Por ello, si bien comparto su escepticismo, tal vez si empujáramos la conciencia crítica podríamos «producir» alguna fisura en la «naturalización » de las relaciones de poder.
Quiero pensar que no marchamos hacia la nada, (ni tampoco a la barbarie). Perdonen mi optimismo simplista, pero quiero seguir pensando en la utopìa de que la transformaciòn de esta realidad es posible. Si se logra instalar esta cuestión y empujamos por el gran debate respecto de la Ley de medios, seguramente que algo más se logrará . ( Y en este momento se me cruza que la revista de «Susana», en muy poco tiempo ha obtenido devoción y tirada importante)
Gracias por poder compartir.
Me parece J.K., que si vuelve a leer detenidamente lo que dice aquí Casullo, en gran medida o casi por completo está contemplado lo que usted apunta. A algunas de sus objeciones les responde tácita o explícitamente y a otras, creo que muy atendibles, las incorpora, también más o menos tácitamente.
Gracias por postear este reportaje,balvanera, y a Marina, por supuesto.
Los medios:
Resumen: el significado de los medios, su parcialidad o no, la difusión de información y propaganda de baja calidad, una pretendida orientación de la opinión publica de acuerdo a sus tendencias e ideas, y una vuelta a la verdadera democracia usando tecnología.
LA TV, LOS DIARIOS, LAS RADIOS: SON LA MAYORÍA DE LOS INFORMADORES Y FORMADORES DE LA OPINIÓN PÚBLICA y de ellos hablaremos. En los últimos años también Internet se va haciendo un espacio en esa función. Unos pocos medios son públicos pues la gran mayoría pertenecen a empresas, algunas sumamente poderosas. No son pocos los ciudadanos que critican esta situación de poder de unas pocas empresas porque aducen que no son imparciales. Otros aceptan la imparcialidad y sostienen que en los medios tienen cabida en mayor o menos medida todas las tendencias políticas y sociales. Mientras que la mayoría de la gente está mucho más interesada en el pasatiempo que en las prácticas tendenciosas. Analicemos esta realidad.
¿SON PARCIALES LOS MEDIOS? Unos más otros menos, pero me parece que si, que son parciales, si bien podemos encontrar una diversidad de tendencias. El mecanismo usado creo que es emplear a periodistas o comunicadores que ya de por si son afines a una determinada “línea editorial”. Por supuesto, no todas las empresas de medios son iguales, y algunas aceptan mejor tendencias ideológicas diversas. Sin embargo, ciertos sectores, sobre todo los de izquierda dicen que la derecha maneja mucho más de lo que les “correspondería” y tratan de orientar para su lado a la opinión pública. Tienen cierta razón, me parece, porque es lógico esperar que tales empresas tiren más para el lado del “mercado” y del capital.
SE CRITICA TAMBIÉN LA “ESTUPIDIZACIÓN” DE LA GENTE, con programación vacía de contenido educativo, cultural, o de reconocidos artes musicales o escénicos. Dicen que es demasiado el contenido vacío, como las novelas de baja calidad, los espectáculos deplorables. Son pocos los entretenimientos que se salvan de las críticas. Dominados por la “facturación” siguen los criterios de las mayorías, guiados por las encuestas de opinión. Lo que cuenta es el número y tengo mis dudas de si eso es criticable. Porque nadie es más que nadie para catalogar de basura una u otra cosa. Los críticos dicen que si dan basura, los acostumbran a ello y que si dieran calidad los acostumbrarían a ella elevando el nivel general.
LO MISMO DICEN DEL ASPECTO IDEOLÓGICO: “Si les machacan con las ideas liberales y mercantilistas, nunca asimilarán las ideas sociales y solidarias”. También podrían decir los liberales: “Si los machacan con la lucha de clases y el poder de los trabajadores, nunca comprenderán las ventajas de la libertad y el mercado”. Creo que en la actualidad ambas visiones tienen su espacio, aunque no sé si es el más justo. Pero ante la dificultad de evaluación y los riesgos de empeorar las cosas no me metería demasiado en eso. Si, estimularía mucho más a Internet con sus blogs y foros, pues con la facilidad y gratuidad de publicar, el sistema está en la casi “competencia perfecta” de la comunicación. Por eso aceleraría los planes para informatizar lo más rápido que se pueda a la sociedad.
CREO QUE EL VALOR MÁXIMO DE LA DEMOCRACIA ES QUE EL COMPORTAMIENTO SOCIAL DEBE SER GUIADO POR LA MAYORÍA. La elección de las autoridades no asegura ese consenso. Tampoco el poder legislativo representativo. Sucede que los poderes sociales como los medios y otros distorsionan la voluntad popular. Hasta los partidos políticos pueden ser parcialidades con un objetivos no mayoritarios. Pero en poco tiempo podría consultarse la voluntad popular si conseguimos la informatización deseada. Ya, hoy el Estado podría licitar un servidor para dar e-mail a cada ciudadano, de oficio, para las comunicaciones Estado-ciudadano. Sería inviolable y se podría usar para consultar uno por uno que es lo que prefiere, todo automático y gratuito. Hay mucho para hablar.
Al que dice que con internet se puede tener tu propio canal, si, en teoria si. Pero ¿con que llegada?
1ro: para tener tu propio canal con streaming on-line tenes que tener mucho ancho de banda de «subida» de información a la red. Los accesos hogareños o domiciliarios de «banda ancha» son ASIMETRICOS, para BAJAR informacion (generada por otros), para ser CONSUMIDORES no GENERADORES de contenido.
Una conexion a internet Simétrica te sale de $600 a $1000 pesos al mes, con una velocidad módica.
OK ya tenés la conexión, y ahora como llegás a la GENTE, a la MASA? No podés competir con un Canal 13.
Si hasta un canal de un ESTADO (o Estados) como TeleSur no puede llegar a la grilla de Cablevisión ni siquiera de un cable chico como Telecentro por razones ideológicas, de qué sirve ese «ecualizador» de la red si después se conectan por internet sólo 10.000 personas, con toda la furia?
El dia que Juan Perez o Artepolítica pueda tener su propio canal en el menú digital del deco de Cablevisión sin costo adicional ni «transar» con la empresa, AHI SI hablaremos de que se igualaron las oportunidades gracias a la tecnología.
Mientras tanto los bogs serán un PEQUEÑO NICHO, comparable a una revista barrial, una lanza de indio comparado con un helicóptero Apache de la USAF o un portaaviones, que vendría a ser la «Mass Media». (perdón por la comparación belicista)
FC
Che estaría «SUPER BUENO» como dicen los shilenos si la autora te pasa el audio tambien, si es que lo tiene (o que lo publique ella en su blog -si lo tiene-).
Esta bueno leer la nota, pero escuchar las palabras de Casullo le daría un valor adicional increíble.
Excelente nota, muchas gracias…
FC
PD: Recomiendo ver «Manufacturing Consent» de Noam Chomsky… que dice muchas de las cosas en el mismo sentido que las expresa Casullo, pero hace como 15 años…
Parecería por lo que dijo Casullo que los medios crean su propia audiencia. Yo creo que es al revés, que los medios exitosos son los que pescan lo que la audiencia a la que se dirigen quiere leer, ver u oír, o encuentran un tipo de audiencia que ha quedado descolgada. La gente apaga o cambia el programa que no le gusta o deja de leer el diario donde no encuentra lo que quiere. Fue el caso de Clarín cuando fué fundado, que se llevó a toda la clase media que hubiera sido la clientela de La Prensa en esa época, si La Prensa se hubiera adaptado a la evolución del que había sido su público tradicional. La Nación sobrevive porque siempre tuvo muy claro quien es su público, pero no creo que desde 1945 le haya hecho perder un voto al peronismo.
El argumento parecería ser: el mensaje progresista/peronista no llega claro al público, porque los medios, de derecha, distorsionan o silencian a las voces o las noticias a las que la gente debería prestar atención. Pero si eso fuera cierto, los Kirchner no hubieran ganado dos elecciones. Sinceramente no creo que nadie que los haya votado lea o vea a Joaquín Morales Solá, o a los otros periodistas de que tanto irritan. Si el problema es que más gente prefiere ver fotos de Araceli Gonzalez en bikini que visitar Artepolítica, es cierto, y sería preferible que todos fueramos más cultos, pero tambien es cierto que mucha más gente leía Radiolandia que a John William Cooke.
Me pasma leer la lista de Casullo de publicaciones que, según él, reflejaban una variedad ideologica:… Primera Plana, estaba Confirmado estaba Leoplán, Vea y Lea, Qué, de altas tiradas, la revista Qué tiraba 200, 250 mil. Estaba el mismo Clarín que era desarrollista, frondizista frigerista: entonces vos leías el diario y sabías que ahí había un determinado planteo que no era el de la Nación o La Prensa’. Sacando el breve caso de Qué( creo que empezó a salir antes de la caída de Perón, por lo que tuvo un breve período de peronismo un poco inteligente, y despues de Setiembre 1955 cambió y se murió), todas las demás variaban de no-peronismo de centro-derecha a no-peronismo de centro desarrollista. Exactamente el mismo repertorio en oferta hoy, salvo Página 12, o sea que la variedad es mayor. Cuando uno envejece fantasea sobre lo maravilloso del mundo en la época en que era joven. Todos los diarios y revistas tiraban más en esa época, en todos lados. La televisión multi-canal y la internet han fragmentado la audiencia en todo el mundo.
Me parece que la obsesión con el tema de los medios es un problema de clase media ilustrada progre universitaria en Buenos Aires= 20.000 personas. A los que leen La Nación o Clarín no les preocupa, y al conurbano menos.
Me da toda la sensación de que «ciudadano horacio» no leyó ni una sola línea de lo que dice Casullo. O si lo leyó, pasó la vista por las letras sin siquiera ocurrírsele ponerse a pensar lo que dice ahí. No está contestando a Casullo, está contestando a un montón de clichés y lugares comunes y desplegando un discurso preformateado en defensa del criterio esgrimen los propios medios y sus propietarios para justificarse, y en el que probablemente él cree sinceramente. Encontró una ocasión para dar a conocer esa fe ingenua y nos la tira encima. Y bueno, que se dé el gusto.
Balvanera
Contrariamente a lo que prejuzgás leí la nota de Casullo, y como es evidente en cuanto a MI enfoque NO estoy con su visión, ni con su forma abstracta de expresarlo. Por eso preferí dar directamente mi punto de vista. Por supuesto que lo mío puede tener fallas como lo que decís vos o cualquiera, pero aquí lo importante es analizar esa realidad tan esquiva sin los prejuicios evidentes de tus palabras. lo mío no es un gusto sino una invitación a la discusión, porque sería mejor que me digas al menos uno de mis errores para poder reanalizarlo. gracias.
mmedios y audiencia…¡que problema!por un lado ,sobre todo la t.v.para tener raiting tienen que «reflejar los gustos sociales,pero en en el fondo todos los m.c.m.poseen una funcion»pedagogica»formadora de la gente,que deberia coaligarse con el sistema publico de enseñañnza:el periodismo debe educar .per o que pasa:que los intereses economicos,y aun politicos se cruzan para utilizar los medios segun sus objetivos y realizar la famosa manipulacion de las conciencias,que a su vez solo pueden defenderse en base a su capacidad critica y a la fortaleza de la personalidad de cada uno,lo cual es cada vez mas dificil por la forma en que vivimos.
Acuerdo con el comentario de Lucia. Fernando: los bog de opinion politica en nuestro pais recien empiezan. El lector que los busca, los lee y opina es gente en general formada. Que quiere encontrar otra opinon a la que le ofrecen los medios masivos, que por lo general se la ningunean o le bajan linea. En este sentido esta todo por hacerse y depende de nosotros contar la otra historia. Fijate la importancia de los blog que hasta clarin tiene su comunidad bloguera. Como diria el Gran Tato Bores ¡¡¡vermut con papa fritas y good show!!!.
Felicitaciones por la publicacion de la nota de Casullo.
Por el contrario, ciudadano, el que prejuzga es usted. Lo único que hace es prejuzgar: o actúa como si lo hiciera, no se vé otro modo de situarse ante las cosas en lo que escribe. Y no descarté que haya leído la nota de Casullo. Precisamente, dije que bien podía haberla leído como quien pasó la vista por las letras sin siquiera ocurrírsele ponerse a pensar lo que dice ahí. A eso algunos llaman «leer», yo no, pero lo que está claro es que en su cabeza no entró nada de lo que dice Casullo, que ni se tomó el menor esfuerzo en averiguar qué estará tratando de decir, que le aplicó un montón de ideas previas. Llámelo «leer» si quiere, quién se lo va a impedir. Más interesante sería que se tomara el trabajo de pensar, que hiciera algún esfuerzo en vez de quedarse en ideas estereotipadas y facilongas. De lo contrario no hablaría de una forma abstracta de expresarlo: el que se queda en lo abstracto, sin asidero en la realidad, es usted. O en particularismos desgajados que por sí mismos no indican nada. Así se puede probar cualquier cosa. No tiene sentido que le diga «uno de sus errores»: no se trata de errores. Esa es la cuestión. Se trata de algo más general, más amplio: una negativa a pensar, a entender. No un error particular sino una visión adoptada como un credo. Seguramente, ya lo dije, con sinceridad. No me parece ver mala intención de su parte, sólo simpleza, pero el resultado es igualmente lamentable. Al fin y al cabo eso es lo que quieren los que manejan los medios: simpleza. Casullo plantea cuestiones complejas, se maneja en otro registro, y alguien que se maneja en el registro de los medios es lógico que no lo va a entender y va a decir que es abstracto.
Zapallito dice: «Me parece que la obsesión con el tema de los medios es un problema de clase media ilustrada progre universitaria en Buenos Aires= 20.000 personas. A los que leen La Nación o Clarín no les preocupa, y al conurbano menos.»
Quisiera aportar otra mirada. El tema de los medios esta intimamente ligado con la libertad de expresion, no solo de los periodista, sino del ciudadano comun y corriente. En los tiempos de la larga noche de la dictadura el pueblo acudia a cualquier medio para expresar su opinion, desde una pared hasta una hoja mimeografiada. Con el advenimiento de la democracia hubo una explosion participativa de muchos ciudadanos de a pie en en el desarrollo de las denominadas radios truchas, algunas de las cuales fueron compradas por otros medios y hoy son un multimedio. En Quilmes hay dos que tienen medios graficos radiales y television. Cuando este fenomeno comenzo sus protagonistas, en la inmensa mayoria, no eran ni periodistas ni locutores, simplemente vecinos que encontraron a trvés de un programa de radio difundir su musica y sus opiniones. En determinado momento llegaron a constituir todas juntas, el tercer grupo de audiencia bajo el rubro «otras radios». Y asi podria seguir con otros medios. No estoy haciendo un juicio sobre la calidad de los programas. Solo quiero decir que el ciudadano comun esta ocupando ya un espacio en los medios. Lo que sigue es historia mas reciente, la socializacion de la tecnologia,de la informacion, el desarrollo masivo de la banda ancha convirtio a internet en un medio al alcace de bastos sectores de la poblacion. Lo que no se, es si estos compatriotas hacen un añalisis de los medios como «la clase media ilustrada progre universitaria de Buenos Aires» ya que ellos mas que analizarla son protagonistas. Otro ejemplo de la preocupacion de como jugaban los medios, fue el conflicto por la resolucion 125. Algunos chacareros y sus jefes acrecentaban o disminuian la virulencia del conflicto segun el acompañamiento de los medios. En el ultimo «lockout» los medios le restaron trascendencia a la medida y paso practicamente sin pena y sin gloria. Asi prodria seguir con otros ejemplos,pero no se trata de abrumnar sino de provocar otras miradas.
Salute a la barra !!!
Cuando hablamos de medios, aunque mencionamos como al pasar internet, pensamos fundamentalmente en la TV, y eso es un error, puesto que en diez o quince años, será la red la protagonista. Para los adultos de mañana así será. Entonces es allí dónde hay que ocuparse, dónde hay que dar batalla, ya que las posibilidades son mayores, la diferencia de fuerzas no es tan avasallante.
La TV es territorio conquistado. La tecnoespectacularidad del mundo-mercancía gobierna comodamente y así continuará, por más ley de medios que democratice y multiplique señales.
Basta con ver los ratings de Encuentro, o la aventura Chavista de construir canales-propaganda con una lógica ajena a la del espectáculo: no miden, son aburridos y tienen un lenguaje y una narrativa que atrasa diez o veinte años.
Y es que el establishment mediático le lleva mucha ventaja a la intelectualidad que reclama su espacio en el modo de hacer televisión. Saben más y no están limitados por las interdicciones de la ética que gobierna a estos últimos.
Son socios de las marcas, verdaderos dueños de los medios, y sus jóvenes ejecutivos propician lo que vende (si vende el Che, a producir programas sobre el Che); todo se banaliza, todo se deglute, todo se convierte en mercancía.
La ley de medios va a contramano del desarrollo de los medios en el mundo. Pretende, por ejemplo, prohibir los PNTs, una de las principales herramientas de financiación y hacia dónde apunta todo el nuevo desarrollo marquetinero. Las marcs ya no quieren ser los aburridos que interrumpen la diversión, quieren ser la diversión.
¿Cómo se financiarían los canales? ¿Seríamos la avanzada del mundo que le pone el límite al mundo-mercancía desarrollando un nuevo lenguaje televisivo capaz de competir contra los cerebros mercenarios al servicio del marquetín?
Me suena un tanto quijotesco, me hace pensar en La Armada Brancaleone.
De vuelta, el campo d ebatalla es Internet, y el punto de partida es reconocer que el enemigo sabe más, mucho más.
No sé si el campo de batalla es Internet. Internet no va a dejar nunca de ser para pocos, comparativamente. O tal vez no, en todo caso prefiero abstenerme de hacer futurología. Lo que es seguro, sí, es que hay que reconocer que el enemigo sabe más, mucho más, en este terreno. Casullo lo dijo más de una vez. El problema de esta época, decía, es que culturalmente la derecha está a la vanguardia.
Balvanera, como los ejercitos chinos anteriores a Sun-Tzu, esos que no atacaban a su enemigo si estaba cruzando el río aunque aquel fuese mayor en número. El pragmatismo brutal atacaría sin contemplaciones. ¿Adaptarse o extinguirse?
Respecto a la futurología, es verdad que lo mío es un poco aventurado. Pero es una hecho que la TV se atomiza, la multiplicación de canales de difusión se verifica y todos los jugadores están poniendo fichas ahí: tv digital, IPTV, celulares y un montón de dispositivos que reclaman un lugar.
Muchísimos se quedarán en el camino, seguro, pero los que hoy tienen quince eligen esos dispositivos.
Hoy es muy barato generar acciones ahí, y si sigue la lógica del espectáculo y se hace bien, los mass media están obligados a levantarlos como noticia.
Nuevamente fue un invento de las marcas, la derecha según el texto. Cuando la izquierda utiliza estos dispositivos hace propaganda, cuando debería hacer, tal vez, humor,, rodear el objetivo.
Como sea, todo esto hubiese hecho bostezar a Casullo, esa ultima frase de su comentario lo sintetiza con mucha más claridad.
Este debate apasionado,de un tema fundamental,tiene seriedad por la calidad de los participantes.Si logramos continuarlo sin agresividad gratuita,pasará a la historia de A.P.La entrevista de Marina y el acierto del Balva en difundirlo merecen una cálida felicitación.
Saludos.
Hola Balvanera:
De más está decir que te equivocas mucho al juzgarme simplemente por el hecho de no conocerme. Yo no te juzgo a vos, sino a lo que decís. Y aparte de los agravios no encuentro nada más que generalidades en lo tuyo. Mi postura es discutir hechos y no personas. Lamento que no hayas negado nada en particular, lo cual no me da pie para discutirlo. Para facilitarte las cosas, y como yo me tomo muy en serio este debate, te pediría que me digas porque estás en desacuerdo, si es que lo estás, en cada uno de los puntos siguientes.
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-Las diferentes interpretaciones de la realidad se dan en los medios, tal vez dando preferencia a unas mucho más que otras, simplemente orientadas a vender más.
-Si bien hay preferencias en algunos medios más que en otros por mostrar la versión liberal de la realidad, todas las visiones pueden estar contenidas, siempre guiados por las ganancias.
-Cada medio cultiva un cierto nicho de audiencia al cual trata de mantener, y eso incide en el enfoque de su comunicación.
-Pero la gente no come vidrio. Muchas veces la versión de una noticia sirve para adoptar la idea contraria a la que se trata de reflejar. Aunque la noticia entra por el inconciente de la mayoría.
-Es claro que los medios ejercen gran influencia en muchos sentidos incluido la idea política. Es claro que la mayoría poco conciente de la política asimila sin saber mucho las razones.
-Pero el resultado global está claramente a la vista: todas las ideologías se encuentran presentes en la sociedad, y la correspondencia en números con la prédica mediática es escasa.
-Hasta pueden existir casos en que la gente sabe que le están vendiendo un buzón.
-Yo soy uno que cree en la gente. Por eso repudio eso que dice Casullo en el título de la nota. Aún creyendo que las mayorías pueden equivocarse, acepto que la sociedad proceda de acuerdo a su voluntad.
-También están las “campañas de prensa”, dentro de las cuales entra un factor adicional a la ganancia de las empresas. Las mismas están dirigidas y orientadas por gente de afuera de los medios, y estos se prestan por algún tipo de conveniencia. Preferiría desterrar tales campañas.
-Para el futuro me gustaría más orientar a los medios más hacia la cultura, la creación de ciudadanía, y al sano esparcimiento.
-En pocos años el 80% de la población usará Internet y eso producirá una deseada democratización de la información.
Mire, horacio, parece que a usted le sobra tiempo. A mí no. Me mete en un brete muy grosso, reclamándole que le responda puntualmente, porque si lo hago, si me pongo a responderle eso, no puedo poner cualquier cosa. Si respondo, voy a responder en serio, pensando bien lo que escribo, y eso lleva tiempo: no quiero ser de esos irresponsables que pululan anotando cualquier ocurrencia en la web, y menos aun sobre estos temas, como lo hace usted. Sin duda, estoy en contra casi por completo de lo que dice, que en su mayor parte ni siquiera son opiniones, sino observaciones parciales que no indican nada, sensaciones personales, obviedades, descubrimientos «geniales» tipo «hasta pueden existir casos en que la gente sabe que le están vendiendo un buzón». ¡Chocolate por la noticia! En este nivel no se puede discutir, porque el enorme grado de ingenuidad de su discurso me lleva a tener que ocupar mucho tiempo en explicar cada cosa. Si encuentro tiempo, voy a hacerlo, a riesgo de aburrir a los lectores con cuestiones ultraconocidas (pero que usted desconoce), pero ahora no lo tengo: soy una persona que trabaja y no tengo todo el día libre. Si quiere vivir como un triunfo mi falta de respuesta (provisoria o no), vívalo nomás, dese el gusto. Y si alguien piensa que al no responderle estoy confirmando que usted tiene razón y Casullo está equivocado, que lo piense. De todos modos, me corresponde una autocrítica. No dirigida a usted, horacio, sino a mí mismo, o a quienes leen Artepolítica: con cierto tipo de pensamiento berreta no hay que salir a discutir, es caer en una trampa en la que cada vez uno queda más enredado y siempre pierde.
Acepto Balvanera que no tengas mucho tiempo de ahondar en las cuestiones. No acepto muchas de tus afirmaciones referidas a mi forma de pensar. Si pensás que te sirve acepto una deliberación esporádica, privada por mail, a mi podría servirme. No prejuzgo sobre lo que decís pero para descubrir bien las difierncias se requiere más tiempo, más análisis, ir más al detalle, lamentablemente. Comparto varias cosas con Casullo, pero no el enfoque global ni su opinión sobre la gente. También me gustaría que otros discutieran este tema. Si hablan todos los de boca o de river entre si estarán de acuerdo. Las personas nos formamos en las disidencias
Mi mail es conserje@hotmail.com. Un saludo amistoso, Horacio.
estoy cansada de enviar comentarios sobre los temas que maneja el blog.¿es solo cosa de porteños?tengo bastantes años,soy docente jubilada y uso las neuronas para que no me den bolilla,no publicando o diciendo que mi comentario es repetido…chau seguire con mi blog personal aunque nadie lo lea…
-Maravillosa la entrevista. No creo que constituya una visión pesimista ni propagandística, sino mas bien un análisis de una realidad cada vez mas tangible. Me parece que la discusión que se está teniendo aquí se ha desvirtuado un poco con respecto a lo que la motivó… Hay algo que queda en el tintero y me parece interesante y es que los mass medios, no sólo generan a una sociedad en su totalidad, que luego repetirá discursos y se apoyará en el impacto de las imágenes oportunas para expresar su descontento o insatisfacción individual (ista), sino que también generan la misma (pseudo)oposición a esta realidad. ¿que quiero decir? Floggers, emos, intelectuales, laburantes y demás también ven al bombardeo de los medios como una gran maniobra de «sociolobotomía» y por ende mantienen una distancia que, sin ellos darse cuenta, juega el juego de esa sociedad programada. No se participa, no se lee, no se escucha, por que «todos mienten», «Te informan para ocultar otra cosa»… En fin… Con esta imagen se naturaliza y legitimiza que las personas (no la «gente») no participen en la construcción de esta ficticia realidad, no haciendo otra cosa (con esta inacción) que alimentarla!!!…
Es cierto, la gente es peor que el peor de los medios y propagando su discurso o llevándole la contra, sigue sirviendo a la incoherencia que gobierna nuestras vidas, producto de intereses ajenos, claro.. ¿cómo puede cambiarse esto? no lo se, pero creo que es importante entender el porqué de las formas de actuar de las personas y machacar y seguir machacando con la importancia de desarrollar una conciencia sobre la importancia del análisis y la discusión para, en una de esas, tener una mejor sociedad.
Isabel, no entiendo nada: ¿cuál es el reproche? ¿qué tienen que ver los porteños? No tengo la menor idea acerca de si es o no es porteña. No sé qué nos pide.
Horacio: a pesar de las muy fuertes diferencias, o por eso, quiero decirte que valoro mucho tu buena onda, y si resulté ofensivo te pido sinceramente disculpas. Quiero al menos intentar aclarar algo: para empezar a responder lo que planteás, creo que con las mejores intenciones, tendría primero que ponerme a dilucidar una buena cantidad de cuestiones bastante básicas, porque de lo contrario ocurre que no estamos hablando de lo mismo cuando usamos ciertos términos o aludimos a ciertas ideas (por eso mismo, creo que no alcanzás a entender lo que dice Casullo). Y eso precisamente -dilucidar bien, como corresponde, esas cuestiones- es lo que me reclama un tiempo que no tengo. Vos y yo partimos de supuestos muy distintos, y esclarecer los supuestos requiere un trabajo enorme: sería muy bueno poder hacerlo pero no tengo cuándo. Si alguno de los que hace política o interviene habitualmente en este blog puede aportar en ese sentido, sería muy bueno. Un saludo cordial.
Corrección: quise decir «si alguno de los que hacen Artepolítica», en vez de «si alguno de los que hace política».
Excelente trabajo muchachos. Muy interesantes los comentarios tambien!
Amigos:
Ruego a todos los amigos de Artepolítica que de ninguna manera piensen que participo y comento en este blog por veleidades personales y querer demostrar nada. Creo que la racionalidad la vamos asumiendo todos de a poco, en la medida que aprendemos a mirar con la visión de otros. Por eso creo que lo sano es apreciar las buenas intenciones de los demás como yo aprecio lo de Balvanera. Espero que estos debates contribuyan a encontrar la realidad.
Isabel: aquí ni siquiera sabemos de donde es el opinante argentino que dice tal cosa o cual cosa. Debemos aceptar sin enojarnos, que nadie conteste nuestra opinión. Tené paciencia y no prejuzgues, y por favor seguí opinando, muchos hemos leído lo tuyo.
El supuesto fundamental del que parto es mi deseo de mejorar Argentina y los argentinos, y muchos otros que encuadran dentro de eso. El tema es que disentimos tal vez en encontrar los mejores caminos.
Para PapáOso, la primera vuelta del paro rural no tuvo la dimensión que tuvo porque los medios le dijeron a sus audiencias que salieran a cacerolear o fuesen a Rosario o Palermo. Se dió la coincidencia de reclamo del sector productivo más importante del país con la acumulación de frustración de cuatro años y pico de gobierno a lo cacique, con decisiones tomadas sin aviso, discusión, o consideración de ninguna opinión fuera de la mesa chica. Y la exaltación de figuras como Bonafini o d’Elia a protagonistas de primera línea, mas cuatro años de piqueteros, cierre de puentes, etc.
Todo lo cual será maravilloso para quienes les gusta, pero muy irritante para quienes no, que son un poco más numerosos que la audiencia de Mirta Legrand.
Para el segundo paro, los irritantes habían bajado mucho porque el gobierno había cambiado de estilo, el Congreso había resucitado, a NK no se lo veía, a D’Elía y Bonafini Massa los debe haber mandado a hacer un curso de jardinería en Australia, y no había una torpeza oficial descomunal ( la forma en que se introdujo la 125) como razón del paro. La gente tenía mucho menos motivo para identificarse con el paro, y los medios reflejaron eso. Si los medios fueran los ayatolahs del público no peronista, al que le hacen hacer lo que quieren, y la respuesta publica al primer paro fue un plan para debilitar al gobierno (las idioteces golpistas alegadas en ese momento), no se entiende porque cambiaron de táctica todos, hasta La Nación, y decidieron darle menos importancia al segundo. La causa real es que le interesaba mucho menos al público que los compra o los ve.
pido disculpas a Balvanera.Lo que ocurre es que encuentro poca respuesta,y tambien a veces no aparece el comentario que he enviado.
agradezco al ciudadano Horacio sus apreciaciones.
BALVA & MARINA: los casulleanos no racinguistas les agradecemos el aporte porque el Nico, bueno, el Nico es un imperdible. Obrigado, viu.
Isabel,el debate está muy bueno y hay respeto.Yo también te he leido,seguí participado la opinión de las mujeres es importante.
Zapallito: En comunicación social o en sociología se estudia un fenómeno relativo a los medios de comunicación que es la manipulación.
Según tu visión del conflicto con las patronales del campo, todo se debió a una coincidencia de: torpezas del gobierno, personajes irritantes, cuatro años de gobierno manejado a lo cacique y los medios no hicieron otra cosa que mostrar esa realidad, sin manipular la información. En ese conflicto los medios jugaron un papel fundamental ya que los grandes, Clarin y Nacion, tenían intereses en juego. Ambos son socios en Expoagro, y además reciben suculentas pautas de publicidad de empresas ligadas al negocio. Pero aunque no la quisiéramos ver la manipulación existe. Según los que estudian el tema la manipulación supone la existencia de ciertos fenómenos sociales: Transcribo y pido disculpas si es un tanto extenso.
“… la existencia de un sistema de medios por el cual una minoría burocratizada de especialistas operan como emisores de mensajes destinados a una mayoría muy amplia de receptores.
Una instrumentación de los mensajes, por parte de dichos emisores, destinada a favorecer los intereses de grupo o de clase de los primeros en contra de los intereses de la mayoría receptora y de la comunidad en su conjunto.
En la medida que la manipulación es eficaz, se produciría la aceptación por parte de los individuos sometidos a ella de valores, opiniones, mitos o estereotipos sociales que están en contradicción con sus necesidades individuales o de clase. En este sentido, el individuo manipulado “debe creer” que las opiniones que se le han impuesto, por vía de los medios, son suyas y, por ende, permanecer inconsciente del proceso que ha sufrido.
La conducta del emisor debe ser deliberada y sistemática.
Los mensajes de los manipuladores deben apelar a la irracionalidad del receptor o bien ser lógicamente coherentes pero basados en informaciones incompletas o falsas. Si estos mensajes fueran racionales u “objetivos” (en el amplio sentido del término), difícilmente lograrían los fines perseguidos por sus emisores… “
Los medios manipulan porque tienen intereses, como los tenemos vos y yo. Aunque el peronismo tiene esa naturaleza de ser un incordio de ciertas clases acomodadas, no creo que el conflicto haya pasado por ahí, a pesar de cierto racismo que se vio en varios comunicadores, al referirse a la “gente” urbana y/o de campo como categoría pacifica y educada, trabajadora aunque cortaran rutas e impidieran el paso de mercadería a los centros urbanos donde viven los “porteños” en contraposición a los “negros” “piqueteros” que no trabajan y la “yegua de la presidenta” que no sabe nada.
Los medios hacen su juego. El surgimiento de los blog, y este en particular, nos permite informarnos, opinar y encontrar otras vías de información.
Como diría Serrat “nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio”
Saludos
Bibliografía: Neocapitalismo y Comunicación de Masas, de Heriberto Murazo, Eudeba, 1974
Lucía Marta Scali.»Lo bueno si breve dos veces bueno»
Estoy de acuerdo con su post.Continue participando,please.
Peronismo y marxismo después de Cooke no significan contrzdicción,salvo para los peronistas gorilas,que los hay.
Saludos.
Papa Oso, en ningún momento he dicho que los medios sean imparciales, o no tengan sus propios intereses, o que no usen su poder para avanzarlos, si viene al caso. Como hace todo el mundo, incluídos los progresistas nac pop. Lo que sí digo, que es muy distinto, es que el principal y fundamental interés de cualquier medio es mantener o incrementar su audiencia, porque ese es su negocio. Por lo tanto, si los medios argentinos estuvieron a favor del paro rural la primera vuelta, fue porque a) la mayoría de su audiencia lo apoyaba b) si tu teoría de la vinculación económica entre agro y medios es cierta, convenía a sus intereses. En el caso del segundo paro rural, por las razones que te dí antes, el descontento con el gobierno era menor. Por lo tanto, los sectores urbanos antes pro-campo tenían menos interés en ese paro. Si tu teoría es cierta, y los medios apoyaban al campo por interés propio, hubieran redoblado el esfuerzo para motivar a sus audiencias a apoyar el segundo paro. No lo hicieron. Siguieron lo que sabían era el punto de vista de su público en ese momento, distinto al primer paro.
Te vuelvo a repetir que un medio que promueve su propio interés a contrapelo de su audiencia se hace el hara-kiri. Es lo que le pasó a La Prensa, en su momento el diario mas grande y lucrativo del país. Mantuvo un discurso conservador/anti-peronista cuando la clase social que lo compraba antes se había hecho radical o peronista, o se habían pasado a La Nación durante la expropiación peronista. Nadie pudo reflotarla.
La gente que no apoya al gobierno no ha sido brain-washed por Joaquin Morales Sola, o los noticiarios. Lee a JMS, o a los demas criticos del gobierno, porque dicen lo que quieren escuchar.
Papá Oso:
Acuerdo total, y doy un ejemplo de manipulación:
Los periodistas de TV consultan a gente que, con toda evidencia es al azar, porque pasa un tipo cualquiera y se ve como lo paran y lo consultan. La realidad suele ser que se hacen, por ejemplo, 20 consultas al azar pero ellos seleccionan las 6 que expresan una opinión concorde con la manipulación que están haciendo y a veces alguna en contra, como para mostrar imparcialidad. La audiencia ve claramente que eso no está preparado y se traga el zapallo sin ver la manipulación que se hace en la edición del tape.
Ciudadano Horacio,muy bueno tu aporte.Así engañan estos especialistas en desinformación.