Miedo

Una vez fui a la cárcel (pocas veces más útil la distinción entre ir y estar que nos provee el castellano). La primera cosa que pensé fue lo significativo que es el miedo que se les tiene a los presos: hay algo extraño en el temor a los sujetos encerrados. Hay algo sintomático en la histeria por los secuestros virtuales, por ejemplo. Ya traté, sin éxito, de tratar el miedo de las clases medias. Pero me parece que la paranoia generalizada respecto de los menores que delinquen amerita volver a intentar. Porque, de nuevo, que la sociedad se dedique a tenerle miedo a un chico, aunque sea un chico con una Glock, es algo para ponerse a pensar.

En primer lugar hay algo absolutamente normal: lo que se teme no es la fatalidad en sí sino su aleatoriedad. Ya lo dijo Giandomenico Amendola: lo que llevó a enrejar todos los puentes sobre las autopistas italianas no fue que se tiraran muchas piedras sino que se tiraran pocas piedras que nadie sabía cuándo ni de dónde venían. Lo que nos hace sentir inseguros es no saber. Y de alguna manera, los chicos potencian la aleatoriedad espacial y temporal de los robos violentos con una nueva dimensión: la aleatoriedad en la violencia. Los chicos son considerados como no racionales por no utilizar los criterios de oportunidad ni de proporcionalidad que deberían regir el uso de la violencia.

Pero. en segundo lugar, hay algo patológico. Temerle a los menores, paranoiquearse generalizadamente por un par de pibes chorros dice mucho acerca del (des)orden social vigente. Porque que la clase media, la clase que no se puede gobernar a si misma, como dice El Nene (al menos no con su propio lenguaje, agrego yo) tema a los más desprotegidos más que al crimen organizado, más que a las corporaciones saqueadoras, más que a las redes de corrupción político empresariales, quiere decir muchas cosas. Quiere decir, antes que nada, que existe una cierta predisposición a convivir (siempre que sea pacíficamente) con todas aquellas prácticas que no impliquen una puesta en peligro de la integridad patrimonial o física de la clase media. Pero quiere decir, también, que es necesaria la intervención de un Otro. Un Otro que es no temeroso. Pero que a la vez garantiza no poner en peligro la doble integridad (sublimada simbólicamente en la víctima del secuestro cuyo cuerpo y patrimonio son puestos en peligro simultáneamente) de quienes lo reclaman.

El Otro que no teme pero que promete no molestar necesita, para cumplir ambas condiciones, ser un otro (siquiera sutilmente) fuera de la Ley (entendida como una norma universal). Y ahí es donde se revela el límite de una gobernabilidad tan basada en la reivindicación de la República como en la falta de coraje para hacer regir plenamente sus principios.

21 comentarios en «Miedo»

  1. Muy bueno el post de Alejandro. Quería agregar algo parecido que vi hace unas semanas.
    ¿Se acuerdan que hubo un problema en Palomar con la muerte de un heladero, y que «los vecinos» salieron a pedir que vaya Sabbatella, Stornelli y que saquen a los de la villa Carlos Gardel que están ahí cerca? bueno, una semanas después estaban Sabbatella, el comisario y un funcionario de la provincia hablando con los vecinos. Los tres estaban poniendo la caripela y anunciando que se habían puesto las pilas y traían 30 patrulleros, algunos policías y un 911 descentralizado y otras cosas más.
    La demanda puntual de «más seguridad» iba quedando resuelta con esas medidas, pero los vecinos seguían haciendo críticas inespecíficas y, poco a poco, era claro que la crítica era a «la política / los políticos» y a quién les garantizaba que no les pase a ellos lo que al heladero. Yo pensaba: «nadie». Ni Sabbatella, ni el comisario, ni nadie podía garantizar que alguien salga de chumbo y mate a otro, por más patrulleros, policías y 911 que ponga. Los veía a Sabbatella y a los demás, pobrecitos, haciendo malabares para encontrar una respuesta políticamente más correcta que «nadie, señora».
    Me parece que lo que ocurría ahí es justamente este miedo y este Otro fantasmagórico del que nos habla Alejandro. Y pensaba que, paradójicamente, ese miedo paranoide de los vecinos sólo se arreglaba con lo que estos vecinos parecen detestar: más política y más confianza.
    Una nota final: me parece importante plantear el tema acá porque unos días antes de que empiece lo de Palomar alguien en AP, creo que Omix, parecía justificar a una militante peronista que estaba organizando esta protesta, argumentando que la culpa era la desatención de los K hacia las demandas del «peronismo». ¿Loco, no? Ahora que lo pienso Omix (o el que sea) tenía algo de razón en asociar la «desatención política» a la demanda de inseguridad. Y, paradójicamente, la solución extorsiva de la señora y el desprecio a la política de los vecinos no hace más que empeorar las cosas y generar más miedo paranoico.

  2. El miedo es incertidumbre. ¿Qué escuchamos en los contestadores de las radios? «Salís a la calle y no sabés si volvés». Es el principio de incertidumbre al cuadrado. Lo que da miedo es que no se sabe cuándo, ni dónde, ni cómo, ni si te van a matar. Como mucho, las medidas de seguridad personal operan en reducir algunos de estos factores, el cuándo («no salgas tan tarde») y el dónde («no andes por ahí que es peligroso»).

    Las corporaciones, en cambio, ya sabemos que nos van a coger de parados.

  3. Muy bueno el post.

    Me parece que el ejemplo de los tres asesinatos por el caso de la efedrina viene muy a cuento. El primer día, o las primeras horas, los tres cadáveres fueron el símbolo de la inseguridad, se había tocado un límite: fusilados. Cuando se descubrió que el asesinato correspondía a un ajuste de cuentas por tráfico de drogas, entonces la clave ya no pasó por la inseguridad: porque algo habían hecho. Quería decir que no eran tres fusilados aleatoriamente sino fusilados en tanto que traficantes: o sea, la «población civil» podía estar tranquila que un par de mexicanos locos no te mataban en tanto que no trafiques drogas con ellos.

    Lo peor que hacen los medios con la instalación del tema inseguridad es el machaque sobre la incertidumbre: de ahí que el asesinato sea titulado «la masacre del ingeniero». Porque el ingeniero simboliza el tipo responsable, la estabilidad, que no está en nada extraño, y que así y todo es asesinado.

    Muy buen post.

  4. «Look what I’ve done to this city with a few drums of gas and a couple of bullets. Nobody panics when the expected people get killed. Nobody panics when things go according to plan, even if the plan is horrifying. If I tell the press that tomorrow a
    gangbanger will get shot, or a truck load of soldiers will be blown up, nobody panics. Because it’s all part of the plan» The Joker (Batman: The Dark Knight).

    («Mira lo que le hice a esta ciudad con un par de tanques de gas y un par de balas. Nadie entra en pánico cuando se espera que haya gente muerta. Nadie entra en pánico cuando las cosas van acorda a un plan, incluso si el plan es horroroso. Si le digo a la prensa que mañana un pandillera será baleado o un camión cargado de soldados será volado nadie entra en pánico. Porque es todo parte del plan» (El Guasón en «Batman, El Caballero Oscuro»).

    Mi cita no será de alta teoría pero me impresionó por su exactitud y por aparecer en una pelicula de Hollyeood (Nolan es un gran cineasta). Acá se afanaron el país de manera planificada y evidente y nadie hizo sonar una cacerola: lo anunciaban por todos los medios y no dejaban ninguna duda acerca de lo que estaban haciendo. Nadie reclamó aumento de las penas para quienes expropiaran bienes de los más humildes, o ni siquiera, de las clases medias. Seguían un plan, a algun lado iban.

    Por eso la lucha por la hegemonía es tan importante. Y por eso también es tan difícil: la derecha ha sabido construir una promesa de seguridad inmediata e infalible y absolutamente simple y por eso funciona en términos de construcción de hegemonía. Nuestra respuesta implica reconocer las complejidades de la cuestión de la seguridad, pero eso deja de lado la dimensión imaginaria que tiene el acto de gobernar y los problemas de seguridad.

    El progresismo se debe una respuesta «mágica», no para engañar, sino para hacer posible el camino a una respuesta concreta a los problemas de seguridad.

    Saludos!

  5. Hace siete años un economista celebre y celebrado por buena parte de la sociedad decretaba el corralito, y despues el corralon, los bancos se quedaron con los depositos o los devolvieron cuando quisieron. Ahi salio a la calle la clase media que martillo en mano o algun objeto contundente comenzo a golpear las puertas, ventanas de los banco solicitando que le devuelvan sus dineros. Los bancos para protegense de la turba se blindaron por fuera con muros de chapa e hierro. Creo que en ese momento se visualizo que los delincuentes tambien estaban en las entidades financieras y en los countries y no solamente en la villa. Ahora todo volvio a la normalidad.
    saludos
    Papa oso

  6. Miedo tenemos todos.
    Y me refiero al miedo a que un pendejo te mate por dos pesos o por diversión.
    Desde el cartonero hasta el gran empresario.
    La diferencia es que el miedo de la clase media es el que llega a los medios. Los otros miedos existen pero no tiene repercusión.
    Hagan una encuesta en los barrios de clase obrera de Ciudadela a ver si no tienen miedo.

  7. La Corte acaba de hacer un fallo en el que dice que no es inconstitucional bajar la edad de imputabilidad de los menores. Alguien decía ayer en televisión, que la Corte ha declarado por este fallo, imputables a los menores desde el nacimiento.

    La televisión y los diarios, muestran los crímenes con crudeza, pasando de la difusión descarnada de los hechos, a la palabra de los deudos directos de las víctimas, quienes tienen cámara y el micrófono para explicar su dolor y verter sus lágrimas.

    De eso se pasa a mostrar las fotos la vida de la víctima, y siempre se aparece una historia de jóvenes que estudiaban y trabajaban y no se drogaban, o de profesionales exitosos y familieros.

    De la exposición de la excelsitud de la víctima, se pasa a las imágenes de la indignación «de los vecinos», que aprendieron a usar el término «inseguridad».

    Y el agobio efectuado sobre la platea surte efecto. Todos somos victimas de la «inseguridad».

    Una ley de radiodifusión debería proteger a la población de la «inseguridad informativa».

    El razonamiento del portero del edificio de la víctima puede influir en una decisión de la Corte Suprema.

  8. Me adhiero a todos los que señalan al miedo como forma de dominacion manejada por los poderes economicos de gran porte y los poderes politicos que los acompañan, y a aquellos que saben y defienden la postura de que la criminalidad,en especial la juvenil,es estructural en una sociedad donde los referentes son el dinero,la droga,el exito,la violencia y donde justamente,el miedo nos hace paranoicos y buscadores de chivos emisarios.Nadue cree en la reeducacion porque nadie cree en la educacion.

  9. Liberen a Brian. YA

    Un testigo de identidad reservada dice que quien participó del asalto a la casa del ingeniero Daniel Barrenechea es un tal Brian, alias El Negro. En su barrio, la Villa Puerta de Hierro, nadie le dice Negro a Brian. La familia del ingeniero afirma que los asaltantes fueron un menor con claritos en el pelo y otro de pelo muy negro. El detenido Jonathan, reconocido por los Barrenechea, tiene claritos. Brian también los tiene. Eso significa que no fue el segundo participante del asalto. Un testigo de identidad reservada acusó a Brian y señaló su casa. Pero cuando la policía entró a la vivienda del testigo encuentró numerosas municiones, algunas de ellas de la misma marca y calibre que los utilizados en el asesinato del ingeniero. Sin embargo, nada se hizo contra ese testigo y, en cambio, creyeron sus dichos y detuvieron a Brian. Las irregularidades del proceso contra el joven y notable alumno del ESB 141 de La Matanza, defendido por sus maestras y vecinos, son numerosísimas. Esta semana se decidiría su suerte: la Cámara de Apelaciones de San Isidro debe resolver si queda privado de la libertad, imputado de participar en el robo que terminó en el asesinato del ingeniero Ricardo Barrenechea, o si se lo deja en libertad porque –como opinan todos los que lo conocen– no tiene relación alguna con el delito.

    El Suteba, sindicato de maestros perteneciente a la CTA, resolvió lanzar una campaña de defensa de Brian. La consigna es: “A Brian se lo pretende imputar por ser pobre, niño y vivir en un barrio humilde”. Se reclama su libertad y que en los barrios, las fuerzas de seguridad y la Justicia actúen de acuerdo con la ley.

    La abogada defensora de Brian, Florencia Arietto, presentó un largo escrito fundamentando por qué el chico no tuvo relación alguna con el robo en casa de los Barrenechea, señalando las irregularidades del proceso y mencionando con precisión quienes actuaron en el robo. Esos jóvenes mencionados –dice Arietto– se ufanan en Puerta de Hierro de haber participado del asalto y esta semana, uno de los sospechosos, apodado Kitu, llegó al colmo de amenazar a la madre de Brian. El gobernador Daniel Scioli y el ministro de Seguridad Carlos Stornelli resolvieron personalmente ponerle una custodia a Fabiana.

    En la apelación presentada esta semana, Arietto enumera una serie de notorios agujeros en la acusación contra Brian:

    – Hay un testigo que dice que en el robo participó un tal Brian, alias El Negro. Nadie lo llama así en el barrio.

    – Ese mismo testigo señala una dirección, Crovara No 5600, tira 21, casa 324. Pero Brian no vive allí. En esa casa habita Jonathan, quien sí aparece muy involucrado en el robo y fue reconocido por todos los integrantes de la familia Barrenechea.

    – Pese a que el supuesto testigo se equivoca en el apodo y en la dirección, se apuntó a Brian. Al momento de su detención, no había ningún elemento en su contra.

    – En los procedimientos se allana la vivienda de otro menor, El Boliviano. Este señala a Brian. Sin embargo, en su propia casa se encontraron 40 municiones intactas calibre 45 y entre otros hay por lo menos tres de la marca Federal y seis de la marca CBC, que coinciden con las usadas en el robo a la familia Barrenechea.

    – Todos los vecinos del barrio cuentan que El Boliviano era parte de la banda que robó en casa del ingeniero, pese a lo cual no lo investigaron, no peritaron los proyectiles y le creyeron la acusación contra Brian.

    – Hay varios testigos que mencionan a un joven, Chuna, Chunita o Chuma. Incluso figura en un parte policial. Sin embargo, su vivienda nunca fue allanada. La defensora de Brian se pregunta: ¿quién lo protege?

    – La Policía Científica hizo un detallado relevamiento de las huellas digitales encontradas en la casa de los Barrenechea. Ninguna coincide con las de Brian.

    – La defensora Arietto se pregunta cómo es posible que, de entrada, se haya convalidado una supuesta confesión de Brian después que lo tuvieron atado a un palo durante 48 horas y fue golpeado.

    – La mucama de los Barrenechea fue la única que reconoció a Brian, pero el trámite resulta sugestivo. Por un lado, en su declaración, la doméstica describe a una persona completamente diferente. Y, para redondear la maniobra, cuando se hace la rueda de presos, junto a Brian se puso a personas mucho mayores que él, que carecían de claritos. Parece que todo fue hecho para que lo marquen.

    – La misma mucama señala a Brian pero dice que tenía el pelo más largo. El reconocimiento se hizo una semana después del hecho, un período tan breve que es imposible que le haya crecido el pelo de esa manera.

    – Todo el resto de la familia Barrenechea reconoce a Jonathan, que tiene claritos, y no a Brian. La única que en ese peculiar trámite señaló a Brian fue la mucama.

    – La familia del ingeniero sostiene que a su domicilio entró un menor con claritos y uno de cabello oscuro. Jonathan tiene claritos y Brian también, por lo cual está claro que él, Brian, no fue el acompañante de Jonathan en el robo.

    – Es más, todos los testimonios señalan al alias Kitu como el morocho que entró a la casa de los Barrenechea. El otro participante, según los testimonios es el tal Chuma o Chumita.

    – El propio Jonathan cuenta que Kitu vestía de buzo o remera negra y pantalón largo crema, idéntica ropa descripta por la mucama cuando atestiguó sobre los asaltantes.

    – Según los Barrenechea en el robo participaron tres jóvenes. Hay actualmente dos prófugos –Kitu y Chuma–, que siguen viviendo en sus casas y nadie busca en serio. Y hay dos detenidos, Jonathan y Brian. Parece obvio que sobra uno, es decir que hay un inocente detenido.

    – Jonathan admite que el tal Kitu tendría un dedo de su mano lastimado por haberle rozado una bala en casa de los Barrenechea.

    El juez de Menores de San Isidro, Fernando Ribeiro Cardadeiro, aceptó excluir una supuesta confesión de Brian obtenida después de tenerlo dos días completos atado a un palo y luego de darle varios cachetazos. Sin embargo, no aceptó un elemento clave, el testimonio de dos vecinas que señalaron que aquella mañana Brian estaba durmiendo en la misma pieza que su madre a la hora del asalto. Una de las vecinas cuenta que todas las mañanas al volver de trabajar pasa por la casa de Fabiana a tomar mate. Ella testifica que Brian dormía en la cucheta de arriba y la madre en la cama grande. No había actividad en la casa porque debido al paro de maestros, Brian no iba a clase. Otra vecina relata que fue a pedir un nebulizador y detalla exactamente lo mismo, que Brian estaba en la cucheta. Es conocido que las docentes de Brian, Nelly Baldano y Lauro Romero, salieron en defensa del chico y señalaron que se trata de uno de los mejores alumnos de la escuela. Los apóstoles de la mano dura señalaron que tenía antecedentes, lo que se comprobó que era falso. Que en su casa se encontraron armas, también resultó falso.

    Pese a todas las evidencias, Brian terminó en el instituto de menores de Pablo Nogués y estaba allí cuando Jonathan y otros dos jóvenes protagonizaron una sonada fuga. Brian se quedó ahí. Aún está ahí esperando que, esta semana, la Cámara de Apelaciones de San Isidro resuelva si puede o no recuperar la libertad y volver al colegio.

  10. Ya somos más de mil sitios entre blogs, flogs, etc, que hacemos eco del caso del procesamiento de Brian como perejil para satisfacer a la clase media asustada.

    Florencia Arietto, abogada de Brian es también abogada de otros menores y jóvenes a los que una red de personas intenta ayudar a superar el estigma del origen y traspasarlo, entre esos chicos está César Gonzalez, 19 años, alias Camilo Blajaquis, nacido en una villa, condenado por robo, devora la biblioteca del instituto, fascinado con las lecturas políticas ha descubierto un mundo en los libros.

    Edita una revista que se llama ¿Todo Piola? desde el penal, porque como él dice, no está todo piola.
    Luis Mattini vio una foto de este chco leyendo su libro Los Perros y quiso conocerlo.
    foto: http://www.todopiolakultural.com.ar/novedades/cesar29_78.jpg

    La nota de Mattini:
    http://www.lafogata.org/recopilacion/luis.22.1.htm

    La revista de César aka Camilo Blajaquis: http://www.todopiolakultural.com.ar/

    El blog que escribe Camilo desde la cárcel:
    http://camiloblajaquis.blogspot.com/

  11. Florencia Arietto defiende a Brian y ha generado una cadena de mails que muchos han levantado donde pide por las garantías de BRIAN.

    El mejor alumno de la escuela, convertido en perejil policíaco y judicial por ser villero, atado dos días a un poste mientras era golpeado para sacarle una confesión de lo que no hizo.

    Y aún así, aquellos que han cometido delitos, no son «irrecupeables» como dice el estigma, es el caso de César Gonzalez, alias Camilo Blajaquis:

    «El sueño de César. Quiere que desaparezcan los narcos de su barrio y que todos los vecinos tengan trabajo.

    “Nací en La Gardel, la cana me cagó a palos y soy de Racing, está claro que lo mío es el sufrimiento.” Vestido con la camiseta del club de sus amores y con una muleta por una reciente operación en su pierna se presentó César González. Tiene 19 años y ya lleva tres cumpliendo una condena por secuestro extorsivo en el Instituto de Menores Luis Agote.
    Sin embargo, su historia tiene un sello que la distingue de otras con desenlace trágico: el pibe “se rescató” de la mano de la literatura política, armó la biblioteca del reformatorio –a la que bautizó Rodolfo Walsh– y hoy edita la revista ¿Todo Piola?, donde escribe bajo el seudónimo de Camilo Blajaquís.

    “Camilo por Cienfuegos, comandante de la Revolución Cubana; y Blajaquís por el griego, uno de los militantes sindicales asesinados en la pizzería La Real de Avellaneda, episodio magistralmente narrado por el maestro en su libro ¿Quién mató a Rosendo?”, explicó César. Su primer contacto con un libro fue en el Agote.

    “Me prestaron Con el Che por Sudamérica de Alberto Granados, ahí aprendí que –como decía Guevara– tenemos que sentir cada injusticia como propia”, contó. La vida de César estuvo plagada de injusticias y un buen día se decidió a escribirlas. “Me considero un escritor social –dijo a Crítica de la Argentina–, me sublevan las injusticias que se cometen diariamente en lugares como mi barrio, donde la poli les pega a los pibitos que se están suicidando con el paco, mientras los transas siguen haciendo negocios sin importarles nada”, describió César.

    El año pasado llegó a sus manos un ejemplar de Operación Masacre y algo hizo clic en su vida. “Ese libro me partió la cabeza, me lo prestaron una tarde y estuve leyéndolo toda la noche hasta que lo terminé. Con Walsh aprendí que no existen los héroes individuales, tenemos que pelear todos por la justicia social.”

    A César no le gusta mucho hablar de la causa judicial que lo mantiene detenido. La carátula del delito que se le imputa es seria: secuestro extorsivo. Pero su relato de los hechos, ocurridos en agosto de 2005, arroja dudas sobre el procedimiento. “Una banda que se escondía en el barrio secuestró a un brasilero, la cana necesitaba agarrar a alguien y como yo tenía antecedentes y estaba marcado, me agarraron a mí y me imputaron el delito.”

    El tribunal lo condenó a 14 años de prisión, la condena fue apelada y actualmente espera una resolución de la Corte Suprema de Justicia, una instancia extraordinaria a la que se arribó luego de un fallo dividido de la Sala III de la Cámara de Casación Penal.

    ¿Todo Piola? es la revista que César edita desde el año pasado. Tiene una tirada de 300 ejemplares y se distribuye tanto dentro como fuera del instituto, además de tener una página web. “La idea surgió cuando uno de los amigos que siempre me traía libros me propuso escribir algunas de las ideas que se me iban ocurriendo y proponer un espacio para que muchos tengan la posibilidad de transmitir pensamientos muy piolas que tienen poco espacio en los medios masivos”, explicó.

    César está terminando sus estudios secundarios y, cuando se reciba, quiere estudiar sociología. “Cuando salga de acá, me gustaría abrir un centro cultural en mi barrio para potenciar las capacidades que cada chico tiene y que lamentablemente no puede desarrollar por falta de oportunidades.” Y agregó: “Mi utopía es ver a mi barrio sin narcos y con gente que tenga trabajo, porque la falopa es una gran herramienta del poder para tenernos a todos con los cerebros en pausa, y esta sociedad de consumo nos impone un modelo que te obliga a robar para ser rico, aun siendo pobre”.

    “No pueden esposarme las ideas”

    “Mi nombre es César González y estoy en cana hace tres años. Tengo 19 y nací y me crié en la Villa Carlos Gardel, donde es más fácil conseguir un porro que un libro o un arma que una lapicera. Donde en mi casa, el mate cocido con pan era el único menú del día. Donde me junté con otros pibes como yo, pobres como yo, con hambre como yo e inconscientemente manipulados por el materialismo como yo, y salimos a robar o, mejor dicho, a recuperar lo que el porvenir nunca nos dio.

    Mi escuela fue la calle, mis próceres no fueron San Martín ni Belgrano, sino el que se robó un blindado o el que mató a un policía. Con esa cultura fui creciendo, con el olor a marihuana soplando junto al viento, con la panorámica diaria de los carros de los cartoneros al amanecer.

    Con mucha tristeza, amargura y autodestrucción que me generaban las adicciones, todo cargado en un inconsciente perfectamente ideado por el poder. Pero un día, con el óxido de las rejas de fondo, me descosí la boca y empecé a vomitar toda la resignación que el encierro me había hecho tragar y a pesar de seguir encerrado hasta hoy, me fugué mentalmente y mi mente hoy es libre. Pueden esposarme las manos, pero nunca las ideas.”

  12. El miedo forma parte de la finitud en la que todos estamos enredados: por supuesto, «miedo tenemos todos». El artículo analiza las formas de emergencia y manifestación de ese miedo. Los modos en que se reproduce y multiplica. El ejemplo de Bombita, de personas que exigían que alguien les asegurara que no se iban a morir explica esta figura del reclamo al Otro, como a un dios semiterrenal, en la frontera o directamente fuera de la ley que ponga todo su empeño en, exclusivamente, protejerlo de la incertidumbre. Un Genio Maligno, en realidad, que lo mantenga en el engaño. Más política es salir del engaño, y eso es rechazado.

  13. 5 de diciembre, marcha por la liberación de Brian en La Matanza.

    El blog de César Gonzalez, alias Camilo Blajaquis, desde la cárcel:
    http://camiloblajaquis.blogspot.com/

    Nacido en la villa, condenado por secuestro exthorsivo, con 19 años escribe cosas como ésta desde su encierro:
    «abandono el hábito innecesario de todos los días
    para masturbarme con la fragancia a revista
    que tienen las estatuas de mujeres que viven dentro de mi pared.

    El aturdimiento se toma una siesta, mientras cuatro botas se fuman un cigarro
    mirando el encierro desde abajo de una baldosa.
    Una escoba escapada del geriátrico recolecta los cuerpos de la cucarachas caídas en el combate de ayer frente al veneno y se corre el rumor de una posible venganza de las ratas anfibias adictas al agua podrida.

    La voz afónica de un pájaro insensible me recuerda al sabor que tiene caminar con las manos sobre un precipicio con los ojos vendados y los pies atados. Aunque podría sonreir si la humedad de las ventanas emanara cianuro exterminador de dispositivos controladores
    o si una ráfaga de cumbia colombiana sepultara para siempre el vicio de quemar con agua hirviendo la espalda de la ignorancia.

    Hasta que esa madrugada llegue, me voy a refugiar adentro de un termo con la esperanza de un condenado a cadena perpetua y la conciencia de la nariz de un sicario.
    A lo lejos, ya se escucha la marcha del orgullo barretín y tan sólo a 9000 kilómetros el grito de auxilio de las sirenas vigilantes.»

    o como esta otra:

    «PROYECTO ARQUITECTONICO

    Pensé que un buen alivio sería
    comenzar a diagramar un mejor formato
    para el pabellón.
    Como digno primer paso, selecciono el sector de las últimas
    cuatro tarimas como la nueva plazito del barrio.
    Inventé mi propio cine que ahora será la isla de cemento
    que es nuestro comedor.
    Por supuesto que este húmedo y despintado rincón donde se encuentra la tarima más oxidada e invadida masivamente de cucarachas y donde aprovecho para escuchar música y escribir es la nueva sala de expansión artística.
    Como cada compañero de angustia carcelaria posee un gusto diferente, es gratificante saber que no se llegará a ninguna clase de discusión.
    El que logre el privilegio de poder alucinar, podrá elegir si gritar a la nada de las siempre cuatro paredes o saltar al infinito de las siempre ventanas cuadriculadas. (antídoto necesario para evitar rabia de berretines. Señor remedio para el asma marginal del encierro).

    Es hora ya mismo de abandonar esa maligna adicción de dejar que te consuman las horas, las eternas exactas rutinas del -y repito, otra vez-:¡ENCIERRO!;
    -pensar en nada más que en salir,
    -vivir todo el día dentro del mismo laberinto.

    ¿Quién puede superar el mundo propio que me inventé adentro de esta cueva?

    Ninguna mante supuestamente sabia supera la riqueza en sentimientos naturales que tienen las charlas con los pibes que estan conmigo en esta verdadera porquería.
    Ojalá el mundo haga trompo y desbarranque en la bankina de la vida y que todo se transforme, que encarcelen a los burócratas y a sus voluntarios esclavos, sus amigos, a sus alumnos que deliran ser profesores de la vida.

    ¡Sí, que cambie! Y que nosotros miremos el calvario que desencadenaron, desde atrás de un vidrio blindado.»

    Un groso ¿irrecuperable?

    Una foto de Camilo en la biblioteca de la cárcel, leyendo Los Perros, de Luis Mattini, este último al ver la foto fue a visitarlo a la cárcel para conocerlo y llevarle más libros:
    http://www.todopiolakultural.com.ar/novedades/cesar29_78.jpg

    Hay que tomar posición sobre estos temas y difundirlos. Gracias Alejandro por dar el pie.

  14. Habrá una fórmula para generar más «Cesar»?
    Habrá tenido algo que ver algún método del Agote para que eso suceda? o es una salvación individual, desde adentro?

  15. Y acá en Tres de Febrero, los seguidores del Pro están desembarcando con ese tema repartiendo unos folletos cuasifascistas. Invitando a reuniones y pidiendo más y más cana y más y más bala. Consecuencias políticas de Ruckauf y Duhalde más la demagogia de la clase política que en vez de ponerse a laburar dice lo que los medios quieren que digan.

  16. Estos son algunos comentarios de los lectores de Crítica a esta nota:

    «Otro juicio más a pagar gracias a la inútil policía que tenemos. NO distinguen sus ojos de sus narices.»
    «Error Policial, con tantos Chorros, errar es mas que humano. Las FFAA siempre se arrepienten de sus errores, son los delincuentes los que no se arrepienten, el mejor ejemplo son los Terroristas Impunes Montoneros, ni un arrepentido, todos orgullosos prepotentes, arrogantes en el Gobierno, K-gandose en sus victimas Rucci, etc»
    «nada puede justificar este error…. pero si tenemos en cuenta que los seres humanos que trabajan de policias, conviven 24 hrs por dia arriesgando su vida, gracias a los maravillosos y valientes jueces de nuestra nacion, que se lo pasan liberando homicidas; no es de sospechar que cada tanto por cagaso o por impotencia se les escape un tiro. No los justifico ni nada parecido, pero hay que estar con un tiro al blanco 24 hrs en el pecho.»
    «Lamento mucho este episodio, es el precio que hay que pagar, por vivir con tanta DELINCUENCIA y mas que el estado no hace nada, LA POLICIA actùa y demasiado bien y rapido, pero la JUSTICIA LOS LIBERA y sigue esta novela pero hay que destacar la eficiente labor policial sino seria un desastre total, pibe estas con vida, eso lo que importa»

    Yo los llamaría velitas blumbergianas virtuales.

  17. Espero no cometer un repudible post de lesa-progresismo: Pero guarda amigos, no me gustan los uniformes y me va caminar de noche por la ciudad. Pero cuidado con poner las ideas progres referidas a la seguridad antes que asumir la realidad. Porque así le regalamos ese tema central a la derecha.

    Que el miedo es usado por la derecha: seguro.
    Que el miedo es exagenerado: seguro.
    Que el miedo permite estigmatizar a sectores sociales relegados: seguro.
    Que el miedo es amplificado por los medios: seguro.
    Que el miedo es producto de las subjetividades achurradas por el discurso de los medios: seguro.
    Que el miedo no hace pensar: obvio.
    Pero el miedo existe.

    Si queremos seguir contando con las mayorías deberíamos reconocer que existe. Ya sabemos su origen y quieren los aplifican, sus causas y consecuencias. Pero no olvidemos que existe.

    La señora de ruleros, el taxista facho, el vulgar ferretero, la operaria textil, son parte del pueblo. Ellos están consumiendo este discurso de mierda sobre la inseguridad y ya lo creen: les perforaron su subjetividad, carajo. Piensan errado, según mi punto de vista: pero hay que comprenderlos para calmarlos.

    Ahora bien…

    No negar que el miedo exista no quiere decir que hay que comerse el discurso de la inseguridad así como viene.

    Lo primero que diría es que hay que aclarar que la inseguridad es una cosa y el delito otro.

    El Estado (si hay voluntad política y planes acertados) se puede combatir lo segundo: los delitos (las orgas criminales sobreviven con protección estatal o policial, si no viven poco, pero de todas formas chorros y asesinos siempre va haber).

    Pero lo que no puede combatir el Estado es la inseguridad, que como dicen los periodistas amarillistas es «una sensación». Esa sensación se combate con psicólogos: Habría que decirlo.

    Habría que avisarles también: la inseguridad es la sensación propia del neoliberalismo, se siente en lo laboral, en lo económico y hasta en lo afectivo.

    Para terminar este comentario: las causas del delito, pobreza e inequidad. Nada original: si el padre de Kitu tuviera un laburo, si los vecinos de Kitu también, si la escuela de Kitu sería potable y si las señales que da un pibe antes de volcarse al delito hubiesen llegado a buen destino, otro sería el destino de Kitu.

  18. La unica cosa de la que debemos tener miedo es del miedo(F.D.Roosevelt).La derecha lo fomenta a traves de los medios de comunicacion adictos y tiende con eso a justificar la represion.Asi se fomenta la sujecion social para evitar cualquier propuesta de cambio.Se trata de fomentarlo en la clase media fomentando prejuicios,racismo y mano dura.Las clases altas desplazan su responsabilidad abonando la idea de que hay pobres porque quieren y hay delincuentes incurables.

  19. Muy bueno el post y buenisimos muchos de los comentarios, es verdad que el miedo esta instalado desde hace mucho tiempo, hace unos dias la noticia era que ante la ola de inseguridad muchos veraneantes optaron por la seguridad privada; Bingo! dijeron seguramente los muchachos vendedores de seguridad, ya está, ya se instalo la solucion a sus problemas.

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