Otro mito argento: la corporación política

Hace un tiempo escribíamos este post, acerca del mito argentino de la «alternancia».

Bien, ahora le vamos a entrar a otro que es incluso más popular: «la corporación política», que dice así:

«En un maravilloso país del Cono Sur, llamado Argentina, que tiene todos los climas y una gente de lo más maravillosa, honesta y buena, hay unos cuantos tipos que son una verdadera porquería. Los políticos. Estos señores dedican todo su tiempo a elucubrar perversas maniobras para arruinarles la existencia a todos los demás que no son políticos como ellos. No sólo roban todo lo que pueden de los impuestos que con tanto sacrificio pagamos, eludimos o evadimos. Aparte de eso nos mienten. Nos hacen ilusionar con espejitos de colores y, lo que es peor, siempre, pero siempre, se cubren entre ellos. No importa que sean de partidos políticos diferentes, de ideologías diferentes y de equipos de fútbol diferentes. Porque llegado el momento crucial, no olviden esto amiguitos, se defenderán entre ellos pase lo que pase. Son una corporación. Entonces, nosotros, los buenos, los que siempre decimos la verdad porque no estamos en política, tenemos que estar siempre atentos y desconfiados y no creerles nunca nada. Fin».

¿Cuántas veces escucharon fábulas de este tenor en sobremesas familiares, en los vestuarios del club, en la sala de espera de los dentistas y en los programas de cable? Muchas, seguro.

¿Pero es tan así? Aceptemos, a modo de hipótesis, que efectivamente los políticos conforman una corporación. Entonces comparemos con otras corporaciones a ver que onda.

Para empezar, y por poner un ejemplo, la de los médicos. Hace un par de meses la Revista Noticias sacó una interesante nota titulada «Médicos con precio» denunciando las prácticas corruptas de la profesión. Ay, la que se armó. Que el Colegio, que la Academia de Medicina, que mi médico de cabecera (el mismo que me contó como un laboratorio le regaló un viaje a Miami por recetarme lo que a mí me recetaba), se pusieron como locos. Actuaron en defensa de la honestidad de su profesión como lo que son: la corporación médica. También actúan así a la hora de hacer negocios. ¿Que la mayoría de los médicos son honestos? Es probable, como la mayoría de los que hacen política.

Sigamos con otra corporación. La iglesia. Esta semana, sin ir más lejos, monseñor Bergoglio fue reelecto como titular del Episcopado. ¿Alguien se desgarró la sotana, clamó al cielo por la alternancia, denunció hegemonía, pidió voto directo de los fieles por su reelección? Nones. Calladitos, hicieron sus roscas como en todos lados y amén. ¿Qué en la iglesia (en las iglesias) hay líneas internas, ideologías, roscas, punteos y cosas así? Claro, como entre los políticos. ¿Qué entre los curas de las capillas la mayoría son buenos y preocupados por sus comunidades? Claro, como la mayoría de los militantes políticos de base de todos los partidos.

A ver otra. Los empresarios. Los muchachos dedican todo su tiempo a tratar de ganar más y más guita. Así como los políticos lo hacen a ganar elecciones. Para lograr eso, no trepidan en utilizar cualquier arma que les sea útil. Incluso asociarse con el hasta ayer competidor. Como los políticos. Y si ven amenazada su existencia o siquiera su estrechísimo margen de ganancias, siempre tienen una idea a mano para hacer lobby todos juntitos. Es más: cuando los diversos subsectores del empresariado colisionan en sus intereses coyunturales (por caso la UIA y el campo hace unos meses) se hacen bien los sotas, que no es cosa de pisarse el poncho. Como los políticos, que no se meten en las internas de los otros.

Y ahora la última de este boletín. Sí, la corporación de prensa. Nunca, pero nunca, publicarás en tu medio los despidos de personal en otro medio competidor. Casi nunca, pero casi nunca, criticarás a otro medio. En caso de error, te ampararás en la defensa de la libertad de expresión. En caso de querer establecer un código de ética o -vade retro, Satanás- hablar de colegiación del oficio periodístico, mentarás a coro la Convención de Costa Rica con una gacetilla de la SIP. Todos hablaremos de independencia del gobierno de turno y lo criticaremos con libertad plena, incluso por no ponernos pauta en nuestros programas de cable para que lo critiquemos. Cosa que nuca harás con un anunciador privado, of course.

Mientras tanto, la tan mentada «corporación política» se sacude de lo lindo con denuncias de corrupción, acusaciones de incapacidades varias, manifestaciones de sanidad mental e, incluso (y aquí un punto de lo más preocupante), se hace política despreciando la práctica política. Cosa que no haría un médico, ni un cura, ni un empresario ni, muchísimo menos, un periodista del establishment.

¿De qué corporación política me hablan, me cacho en die?

Acerca de Abe "Mendieta" Vitale

De chiquito, Mendieta no quería ser bombero ni policía. Soñaba con ser basurero. Ir colgado, como un superhéroe, del camión. Despúes se las ingenió para ser y hacer muchas cosas, todas más interesantes que lo que terminó siendo: un Licenciado en Comunicación, algunas veces como periodista, otras como funcionario público. Sus únicas certezas son su sufrimiento racinguista, la pasión por el mar y cierta terquedad militante. Todo el resto puede cambiar mañana. O pasado.

Ver todas las entradas de Abe "Mendieta" Vitale →

33 comentarios en «Otro mito argento: la corporación política»

  1. Magnífico todo el desarrollo, para llegar para mí a lo contundente, que es que se está haciendo polìtica despreciando la práctica polìtica. Esto es muy grave, y deberíamos insistir sobre el punto, porque se está minando la democracia. Creo que es un hallazgo ubicar el concepto de lo que ha estado sucediendo todo este año, y que va a ser difìcil revertirlo si no se señala al mal con los términos justos.
    Antes de ahora, los únicos que hicieron política sin práctica polìtica fueron los militares que asaltaban el gobierno. En otras ocasiones, con el peronismo proscripto por ejemplo, la práctica política aunque acotada intentò por lo menos la apariencia.
    Desde el apoyo al movimiento insurreccional del campo, parte de la sociedad argentina cruzó los límites aceptables para sostener un sistema institucional. Se hizo el enfrentamiento al gobierno desde la ostentación de superioridad de fuerza, siendo que la aceptación de que la fuerza es monopolio del Estado, es un principio no negociable para la organización nacional.
    Esa práctica insurreccional quedó en el paladar de la oposición, que continuó con el lenguaje insurreccional, insolente, insultante, disolvente de las investiduras, incluyendo el lenguaje de los medios, y el modo irreverente con el que tratan los temas de la polìtica.
    El caso más ostentoso es Carrió, que incluso cuando el ejecutivo propone una ley que está de acuerdo con su ideario, teniendo incluso la posibilidad de proponer las modificaciones que quiera, decide rechazarla de plano con un justificativo polìticamente vergonzoso. Por eso fue a hacer las denuncias, porque no tiene justificación.
    Si no queremos una democracia esquizofrénica, no podemos aceptar que la polìtica se haga de otra manera que a travès de la práctica política. Y menos aceptar la lógica perversa de convertir ese desprecio en una virtud republicana.

  2. Le cuento un cuentito de cuando la corporación rosarina no mojaba ante la corporación santaferina en la política de mi provincia.
    El Tati Vernet me dino una vez, rosarino él, «mientras en Rosario tenemos un estudio jurídico o contable radical, otro peronista otro demócrata, en Santa Fe se juntan un abogado o contador radical, otro peronista y uno tercero PDP y arman un estudio».
    “Corporación” es una asociación de carácter público pero de intereses privados. El poder corporativo es, en consecuencia, el poder que ejerce esa asociación en función de sus propios intereses. El problema que existe con las corporaciones es que sus intereses no siempre son coincidentes con los de la práctica democrática; de hecho, su forma de funcionamiento no es necesariamente democrática

  3. Muy bueno lo de Mendieta y coincido con Eva, eso de la democracia esquizofrenica, para una sociedad esquizo, por cierto. Solo hay que análizar un poquito determinadas prácticas de la sociedad para comprobar su esquizo paranoide (tal vez por eso la popularidad de Carrio, la gente se siente identificada)
    Obvio, esto es enterminos generales no todos son así, pero tampoco todos apoyaron al campo, no?
    En relación al mito de la corporación política. Este mito fue, y sigue siendo, funcional al discurso neoliberal de desprecio por la política, por la preminencia de la economia y de la gestión eficiente. En general, funcional al despretigio que durante más de una década sufrio lo público y que permitio la tan mentada reforma del Estado.

  4. La corporación de docentes universitarios, Mendieta!!!
    Que hablan de calidad académica pero no quieren ser concursados ni aceptan control de gestión y hablan pestes de la Ley de Educación Superior pero cobran el incentivo docente y disfrutan de la sobrerepresentación en los Consejos Directivo que les dio esa ley…

    Despues comento sobr el post, queria agregar y, sobre todo, desahogarme.

  5. ¿No suena hasta feo decir «los políticos»?, ¿no da la sensación, en esas sobremesas que menciona Mendieta y que abundan, que cualquier discurso que empiece o siga con «los políticos» es una generalización clasemediera espantosa?

  6. Siguiendo la construcción del post, me parece muy bueno.
    Ahora, suponiendo la hipótesis como válida (que la corporación política efectivamente existe), no sé hasta que punto las comparaciones surgen como válidas. Dejando de lado el ejemplo de la iglesia (que es discutible), en el resto de los casos estamos hablando de sectores que defienden intereses propios, cuando la «corporación política» tiene por objeto fundamental la defensa del interés público. Creo que esta diferencia hace que en un caso no haya demasiadas objeciones a la existencia de corporaciones, cuando en el otro, la mera existencia de una corporación (como dijo Carlos Boyle, «una asociación de carácter público pero de intereses privados») es contraria a la razón de ser de la política.
    Pero mucho más importante que esto, la pregunta que me surge es ¿la hipótesis es válida? ¿realmente existe una corporación política? Creo que esta es la verdadera discusión.
    El último párrafo es impecable, y creo que da para una discusión aparte.

  7. Dos cosas.

    Una. ¿Es una fábula? ¿Es cierto que no funcionan como la de la prensa?

    La otra. No vale comparar a los políticos con el resto de las corporaciones. Su forma de actuar no tiene que ser la misma. Los políticos existen para representar o defender el interés general en relación a los intereses más o menos privados de las corporaciones. Hacer un papel de arbitraje, en el fondo. El problema es que a veces algunos políticos parecieran no tomarse ese papel demasiado en serio o ponen sus intereses personales delante de ese interés general que tendrían que defender. Si eso pasa, tiene sentido usar lo de «corporación política», con toda la carga negativa que eso conlleva.

  8. En un momento dado se los denomino»grupos de presion».Tambien podemos pensar en los llamados lobbys.S U DEPURACION O SOMETIMIENTO A LOS INTERESES MAYORITARIOS DEPENDERA DEL REAL FUNCIONAMIENTO DEMOCRATICO DE LAS INSTITUCIONES,es decir de la participacion de todos y la eleccion y control de lideres deseables.

  9. Bueno. Lo reconozco. Quería que hubiera polémica y me saltaran al cogote diciendo «que barbaridad, justifica la corporación política». Es un post engañoso, para armar bardo.
    Mi posición es exactamente la misma que plantea Charly o Ana C. Una corporación es eso: acción pública para la defensa de intereses privados. Y por eso me parece detestable cuando se actua corporativamente en la política. Sólo quería marcar algunas «dobles morales» a la hora de evaluar otros actores públicos de nuestro país.
    Ahora bien: otra cosa que me parece igual de detestable es la práctica política haciendo antipolítica. Eso es escupir para arriba y vaciar de sentido su práctica.
    Saludos

  10. Central de lo que dice Mendieta: La antipolítica es una forma espuria de hacer política.
    Yo creo que el discurso antipolítico se ha profundizado cuando los sectores que recurrentemente accedían al poder formal a través de los golpes de estado se convencieron de que la democracia llegó para quedarse. Como la alternativa del «próximo golpe» se hizo vidriosa, quedó la de auyentar a la gente de la política, desmovilizar, banalizar.
    Quedaban en pie en ese escenario ellos, es decir el poder real y los políticos, sin militantes y sin pueblo. Eran condiciones ideales para posibilismos y pragmatismos, en un arco que conoció distintas versiones de 1983.´
    Fíjense que el discurso antipolítico recrudece cuando la derecha se queda sin candidatos. Ahí aparece Grondona haciendo la apología de la feta de salame en el sobre electoral. En cuanto aparece alguna «gran esperanza blanca», se procura apartarla de la condena general a la política y se le descubren nobles virtudes republicanas y democráticas. De la que siempre carecerán los políticos sospechosos de populismo y sobre todo, de alguna intención de defender lps intereses nacionales y populares.

  11. Muy bueno Mendieta. La corporación política tiene tanta generosidad y mezquindad como el resto de la sociedad. Creo que viene al caso una cita de Aguilar Camín: “La política, vista de cerca, aun la política más alta, es siempre pequeña, mezquina, miope, una riña de vecindario. Sólo el tiempo da a los hechos políticos la dignidad distante, el sentido superior que es su justificación y, con suerte, grandeza. Se ha dicho que al que le gusten las salchichas y las leyes no vaya a ver cómo se hacen”.

  12. Sobre el ultimo comentario de Carpe y el discurso comun de que cuando la derecha encuentra un candidato, los medios lo venden como el gran republicano.
    Desde que tengo nocion de la politica (mediados de los 90 en adelante), hubo 4 politicos claramente de «derecha» con acceso masivo a los medios y cierto grado de probabilidad de acceder al poder. Menem, Cavallo, Lopez Murphy y Macri.
    El unico que realmente estuvo en el poder fue Menem. Y no se quien puede decir que Menem fue vendido en los medios como un ejemplo de virtudes republicanas y democraticas.

    La verdad no se muy buen que es la antipolitica, creo que es una palabra contradictoria, pero no me asusta. Si sos anti algo es porque tenes un idea, una ideologia, un pensamiento, algo en el cerebro, que podra estar muy elaborada o no, bien argumentado o no, pero es algo. Si tenes un discurso anti algo, e incluso un discurso antipolitico, tenes un discurso politico.

  13. Y un detalle sin importancia que me olvidaba sobre las corporacion, que es verdad lo que comentan, de hecho, estoy a grandes rasgos de acuerdo con el post, solo un detalle, pero porque muchas veces se hace incapie en que se ocultan los despidos en los medios de comunicacion masivos??
    Salvo que sea algo muy groso, a quien le importa si Clarin o La Nacion hacen un ajuste y despiden a 20 o 50 personas?
    Pasa todos los dias en medianas y grandes empresas y nadie se asusta y salvo a los que sufrieron el despido, no creo que sea una noticia relevante.

  14. Esteban, meterle comillas a la condidición de derechistas de luchadores de izquierda como los que nombrás es una jodita para Videomatch quiero creer.

    Vas a ir a parar al CEMA, vas a ir…

  15. Juga limpio, no vale que los compares con la iglesia. asi cualquiera.

    Estoy de acuerdo pero me encanchaste con una introduccion falsa, diciendo que la corporacion política es un mito. Cuando el mito, como lo demostrás, es que la política es la ÚNICA corporación.

    Lo mejor de este mito es cuando se usa para justificar privatizaciones (o atacar estatizaciones)

  16. Y te olvidaste de corporación mas importante: Los abogados.
    No solo tienen asociaciones profesionales, sino que tienen amplia mayoría en LOS TRES PODERES DEL ESTADO, en todas las democracias occidentales y desde 1800. Con semejante poder han logrado desarrollar el curiosos concepto de que «todo problema legal se le puede poner precio» y, gracias a que los jueces son indefectiblemente abogados, cobrarselo a su victima.

    la industria del juicio al estado, la industria de los juicios civiles, la industria de los divorcios, la industria de los accidentes laborales, la industria de los juicios ambientales, la industria de la mala praxis. De todas estas industrias, la corporación se lleva SIEMPRE un porcentaje de 2 cifras.

    Igual remuneración por igual trabajo dice una Constitución, pero ellos cobran a porcentaje, tal vez tendrían que reescribirla para ajustarla a sus prácticas.

  17. Los partidos políticos han dejado de ser la representación de «sus votantes», «la mayoria» o «sus partidarios» para ser la representación de corporaciones. Ese es el primer gran punto.
    Por eso la antipolítica necesita la desmovilización, porque si no se visualizan claramente los destinatarios de la política (los sujetos de los que hablabamos el otro dia) entonces los pueden elegir ellos (y arreglar todo en un despacho oficial).

    Las corporaciones existen y en muchos partidos los posicionamientos «ideologicos» tienen más que ver con los de las corporaciones que representan que con las «creencias» (de ahi que la derecha dice que «no hay que ideologizar, hace falta gestión» esa es la raíz, claramente).

    Ahora, patalear porque es así y después patalear porque actuan de manera diferente «y cambian las reglas de juego» tiene un componente ezquizoide importante, digamoslo.

    Saludos!

  18. Los politicos son una corporación, las corporaciones son antidemocráticas, luego politicos y democracia son términos contradictorios.
    Ahi nos terminamos de ir a fondo en el carajo en el que estamos desde el Quesevayantodismo.
    Creo que «los políticos» es un colectivo inexistente. Que auna a D´Elia con Lopez Murphy, a Victoria Donda con Urquía? No me parece que alcance que todos pretenden ganar elecciones.

  19. ¡Excelente post! De acuerdo mil por ciento. Lúcido, bien estructurado y de brillante conclusión, especialmete aquello de «lo más preocupante, se hace política despreciando (y distorsionando, agrego) la práctica política.

    Si hubo frase de Cleto «Héroe» Cobos aún más abominable que el anuncio de su voto «no positivo», fue aquella de «Hay que buscar consenso en vez de votos».

  20. ¿Pero por qué en vez de quejarse de los que critican a la corporación política por cuestiones ciertamente criticables y que todos sabemos que son ciertas, primero no zafan de toda relación que puedan tener con esa corporación y segundo, tratan de entender que la corporación política no puede ser tomada como una corporación cualquiera porque de serlo estaríamos frente a una suerte de aristocracia berreta semi-analfabeta-cuatrera-responsable de la mayoría de los males de éste país, que larga los sillones de mando solamente cuando los cagan a tiros o cuando se mueren de viejos, que eso es la anulación de la democracia?

  21. Diego: Primero: cuáles cosas son «ciertas» y que valen para todo aquel que haga política partidaria?.
    Segundo: por qué debiera «zafar» de cualquier relación con una actividad que creo noble, quizás la más noble que cualquier ciudadano pueda realizar, más allá de que algunos no la honren?
    tercero: quién carajo establece que en la actividad política hay una «aristocracia»? Si ves sin anteojeras, verás que el nivel de rotación en los cargos electivos es -comparativamente- mucho más alto que en otras democracias. Ponele EEUU, si querés.
    Los calificativos que utilizás carecen de efecto al ser aplicados a un colectivo inexistente. Serían válidos si los plaicaras a tal o a cual, pero mezclarme a mí, un analfabeto-cuatrero, con un groso como López Murphy es una injusticia.
    Por último: creo notar cierta nostalgia por los tiros y una cnocepción un tanto particular de lo que es democracia.
    Gracias por seguir participando en nu sitio tan de mierda. Saludos.

  22. Mendieta, de lo que se trata es de no quede planteada una anti-nomia entre «el mercado salvaje» o «la corporación política que vemos hoy». Creo que las dos cosas deben ser criticadas siempre. No leo ese punto de vista en éste post, por eso mi comentario.

    Una de las cosas que está muy bien criticarle a la corporación política son los cotos de caza: Los Rodríguez Saa en San Luís, Moyano en el gremio de Camioneros, Storani en la UCR de la Pcia de Buenos Aires y así miles de casos. Si querés también, Julio Grondona en la AFA.

    Por supuesto que mi crítica no va dirigida a todo aquel que tiene actividad política. En todo caso, entiendo que ciertas formas de hacer política ya no van más.

    Saludos

  23. A esta altura me adhiero a los analisis de Eva Row yde Galimatias.Es evidente que el mito forma parte del desprestigio.Tambien esta bueno lo que dice Carpe Diem y termino insistiendo en mi comentario anterior:para El Ruso:hay que evitar que los politicos se encierren en una corporacion para que avance la democracia,como vos con toda logica lo sugeris.

  24. Muy bueno el post. Pero no creo que los políticos conformen una
    corporación, en democracia tienen que competir entre ellos.
    Lo detestable es la política de la no política, muy de moda en estos tiempos, para la derecha la administración publica no se ma
    neja políticamente, es pura administración.
    La mas cerril de las corporaciones es la iglesia, si para defender
    sus intereses hay que matar a alguien, se lo mata, porque la iglesia es santa y eterna.- Saludos

  25. La asimetría en las atribuciones permitidas a las empresas y al Estado me parece demasiado funcional al debilitamiento del Estado y el fortalecimiento de lo privado. El uso restringido de la definición de lo privado (puro interés propio) lo autoriza a regodearse en su escasez de límites. Como uno de sus límites, justamente, es el Estado, demolamos, entonces al Estado, con cualquier medio existente. Porque los medios que usaremos serán privados -como hombres, no como ciudadanos- y, en ese campo, todo está permitido. Esta asimetría en las atribuciones es correlativa a la asimetría en los parámetros que usamos para evaluar unos y otros. ¿Por qué no ser magnánimos con aquellos a quienes les está todo permitido? En cambio, al Estado vamos a pegarle para que aprenda a quedarse en su lugar.

  26. Me encantó la nota, especialmente respecto a lo de los medios. Si uno compara el nivel de corrupción -aceptado- de los medios es tremendo.

    Primero, los medios no se eligen. No es como el caso de Bergoglio o Grondona que serán delincuentes pero al menos pueden argumentar que «los eligen». No, a ellos ni los eligen, nadie. Clarín, por el contrario, se enorgullece de tener décadas de vida, TN festeja sus 15 años (claro, siendo del grupo Clarín que ya tenía sus varias decadas de vida). Si criticás a los medios estás siendo antidemocrático, violás la libertad de expresión, tus hijos van a un colegio privado, te vieron comiendo en un restaurant gay, compraste carteras Louis Vuitton, etc, etc.

    Segundo, si un político fuera al congreso con una gorrita que dice «compre sus agroquimicos de Dow Chemical» creo que todos se espantarían. Pero Joaquín Morales Solá es capaz de defender a los productores exportadores de soja y meterte atrás la propaganda de Atanor. ¿Que tan creíble es eso? ¿como puede ser que Victor Hugo -¡Victor Hugo! mira a lo que llegamos…- defienda «al campo» y el 99% de las propagandas en su programa sean de agroquímicos («lo mejor para su soja»)? Eso es inaceptable, como que Clarín controle la mayoría de los medios del país, es una barbaridad.

    Saludos.

  27. No tengo dudas de que los ciudadanos somos también responsables de nuestro estancamiento. No se le puede echar las culpas solo a los políticos, es cierto. No tiene mucho sentido, como decís, de hacer acusaciones de tipo general a los políticos. Es indispensable ver que es lo que funciona mal y ver el motivo, analizarlo. Yo trato con fuerza de ser un ciudadano independiente y desde ya no juzgo a partidos ni a personas sino a sus acciones. Doy un caso de los que hay muchos (y conste que creo las AFJP son un desastre): Un ciudadano (aún cuando sea uno sólo) que ha procedido de acuerdo a ley, no pueden -mejor dicho- no deberían, cambiarle las condicones sin su consentimiento, como parece que va a ocurrir con las AFJP. Sólo podría hacerse en caso de fuerza mayor, imposible de demorar. Esto, que es un principio elemental del derecho, que se respeta en casi todas partes, no lo comprenden la mayoría de los políticos (ni muchos ciudadanos). Según mi criterio esta es una enfermedad grave de los políticos en primer lugar. Sería interesante dicutir los ciudadanos como nosotros, en detalle estas cosas.
    Busquen publicaciones comunes o académicas de lo que opinan de nosotros en otras partes del mundo (google: análisis política argentina) Horacio

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *