¿Vale la pena? No sé si vale la pena. Todo el mundo parece tener todo tan claro que no hay conversación que no parezca un vacuo diálogo de sordos o una superposición de monólogos donde alguien toma un cachito de algo que dijo otro como pretexto para arrancar con otra cosa de la que el otro también va a tomar sólo una parte para decir lo que se le da la gana decir a él: así en la vida y en el mundo, pero sobre todo en el mundo blog, donde la inmediatez y la facilidad para responder y la posibilidad de cierto anonimato permite poner cualquier cosa, enter y ya está, uno lo dijo, aunque no haya tenido tiempo para pensarlo y sin estar muy seguro de si eso a lo que respondió es realmente eso a lo que respondoó: si lo leyó o apenas le pasó la vista por encima mientras estaba pensando qué escribir.
Como sea, aunque no valga la pena, quien quiera leer que lea, quien quiera entender que entienda lo que se le de la gana, y si se toma el trabajo de tratar de entender lo que uno intenta decir, mejor, se agradecerá. Acá va: las palabras que vienen a continuación son mías, porque me hago cargo de ellas, las adopto, estoy de acuerdo con ellas, pero no son mías exactamente porque en gran parte las escribieron o las dijeron otros, pero no puedo decir quiénes son por el sencillo motivo de que fueron escritas como parte de una correspondencia privada o dichas en reuniones: mails o conversaciones entre algunos integrantes del grupo coordinador de Carta Abierta a partir de las más o menos coincidentes objeciones, no importa para el caso si de buena o de mala leche (las hubo de las dos) que suscitó la iniciativa de Ezequiel Meler de publicar en Artepolítica el borrador de la cuarta Carta Abierta, “El laberinto argentino”, que va a ser discutido este sábado.
Con mis propias palabras, a veces, otras citando literalmente, sin decir a quién (porque no pedí autorización), anoto lo que comparto:
1) Por qué tiene que haber sólo un tipo de escritura para escribir sobre política. Por qué no puede haber un discurso que no sea propositivo, no dé soluciones, que tome posición, tenga convicciones y asuma responsabilidades sin creerse en el deber de enseñar nada a nadie ni guiar a nadie.
2) Por qué personas con parecidas ideas políticas no pueden sostener discursos con distintos niveles de complejidad, e inclusos las mismas personas, según la ocasión. A nadie se le ocurriría leer la Carta 1, la Carta 2, la Carta 3 o la Carta 4 en Plaza de Mayo, pero tampoco fueron escritas para eso.
3) Por qué se espera siempre de los intelectuales una función “docente”, que ayuden a “ver más claro”. ¿No es eso elitismo?
4) El Espacio Carta Abierta nació de la escritura de una carta, la primera, lanzada inicialmente por cuatro o cinco personas, consensuada luego por un grupo un poco mayor y firmada finalmente por unas 1.600, tan compleja y “barroca” como la que fue tan criticada en este caso. Y a partir de la existencia de la carta se conformó espontáneamente, sin buscarlo, el Espacio Carta Abierta, no al revés. Quienes nos fuimos sumando nos sumamos a algo que ya existía, que ya tenía un estilo, así de complejo y difícil, y que así y todo vimos que funcionaba sorprendentemente bien. Sorprendentemente para todos, incluso para los impulsores de la idea inicial. Uno de los pocos, de los muy pocos consensos, que hay en el Espacio, es que su vitalidad y su crecimiento, que sigue aumentando, se deben precisamente a eso, a que nos tomó a todos por sorpresa, incluso a sus impulsores, a que se trata de un fenómeno sin explicación previa, y que no encuadra en ningún modelo de organización existente con anterioridad, ni intelectual ni política (y Carta Abierta se concibe como espacio intelectual y político), y entiende que su supervivencia, su vitalidad y su fuerza depende de que mantenga esa singularidad.
5) Nadie de Carta Abierta dijo nunca que este se considera el único espacio de intelectuales progresistas o con ideas nacional-populares de la Argentina, ni el más representativo ni un factor de poder. Si hay compañeros con ideas parecidas o idénticas que quieren lanzar documentos en un estilo “comprensible”, sin “barroquismos”, están en todo su derecho: no hay una disputa de espacios y sí posibilidades de convergencia en la práctica. Que lo hagan y ya está.
6) De la existencia del Espacio, con sus asambleas quincenales, fueron surgiendo otras actividades (comisiones, asistencia a las marchas, participación en actos, declaraciones, reuniones con dirigentes políticos y sociales y con autoridades, charlas, blogs, aperturas de otras Cartas Abiertas en distintos puntos del país, etc), por lo que hoy Carta Abierta no necesita expresarse puntual y directamente sobre cada cosa a través de las Cartas y puede intervenir directamente cuando lo considera necesario.
7) Carta Abierta no acepta hacer llamamientos, no acepta diagnosticar, no quiere renunciar a las ambigüedades ni a los claroscuros, cree que es su deber internarse en la complejidad. No supone que sea su tarea «llegar a más gente», y mucho menos si para ello tiene que recurrir a fórmulas simplificadoras, lo que no implica que desprecie a quienes se esfuerzan por “llegar a más gente” en distintos ámbitos o distintas tareas, incluidos muchos integrantes del propio Espacio Carta Abierta. Sencillamente, esa no es la tarea de este espacio.
8) Sí, en cambio, al margen de sus propias Cartas, estimula que, dentro y fuera de Carta Abierta, quienes están por una Argentina como la que queremos, construyan más literatura y más arte, con los lenguajes más diversos, simples o complejos, pero no aplanadores, porque entendemos que aplanar es desmovilizar o apelar a una movilización superficial.
9) Si “transmitir un mensaje a las masas populares” es hacer lo de Castells, estamos en contra: el cartel de Fuentealba en manos de Nina Peloso en Bailando por un sueño. En esas escenas nació, también, la nueva derecha.
10) Más productivo que impugnar las formas complejas de escritura es insistir con el tema de que florezcan todas las formas -solicitadas, aforismos, cartas extensas- y que los esfuerzos se dediquen a esa multiplicación, no a la obstaculización de lo que hacen otros.
11) Estamos en contra de quienes no aceptan a Carta Abierta si no se convierte en “un bicho reconocible”, con los que no quieren tomarse el trabajo de ver qué tiene de nuevo. Documentos que dicen las cosas con claridad se pueden leer por decenas. Este procura ofrecer algo distinto: permitan que haya uno distinto.
12) Nadie está obligado a leer la Carta Abierta iv. Es una premisa que preside su redacción.
13) Es casi imposible concordar 100 % con la Carta Abierta iv, es casi imposible que algo no caiga mal. Y es también casi imposible no encontrar algún tramo que no dé mucho de nuevo para pensar. Y es totalmente imposible encontrar un texto que exponga las mismas posiciones.
14) Finalmente, sí, me permito citar algo que uno de los integrantes de la coordinación de Carta Abierta, Carlos Girotti, escribe al resto de los coordinadores, luego de una reunión con dirigentes sindicales (no intelectuales, no estudiantes, no bloggers: dirigentes sindicales): “Carta Abierta existe y es reconocido como espacio porque se atreve a preguntar pero, al hacerlo, contrae obligaciones: entre otras, la de sostener las preguntas poniéndole el cuerpo a la ideas porque intuye que las respuestas no son las del menú ofrecido.”
De acuerdo en todo. Carta Abierta suma y lo que se necesita es sumar ¿Si es barroco el estilo? Sí, lo es ¿Si llega a todos? No, no llega. Eso no la hace peor, sino mejor, porque obliga a que usemos TAMBIÉN otros mecanismos, sin desvalorizar este, que nació espontáneo y sigue creciendo. Si queremos que el mensaje no sea barroco y que llegue a todos, pues transmitamos ese mensaje,si sabemos y podemos. De la manera que sea, pero sin invalidar las buenas intenciones de los demás, que, por otra parte, compartimos.
PD Yo también soy de Balvanera (Rincón y Alsina). De nada.
a la flauta, balvanera! Si hubiera sabido que mi frase inicial «¿no pueden ser un poco más sintéticos y escribir en un lenguaje un poco más cotidiano?» iba a disparar esta contraofensiva, me hubiera ido a tomar el Vascolet en silencio.
No he leido demandas, impugnaciones ni otros bultos que se menean en las muchas réplicas al posteo de Ezequiel; más bien una preocupación para que esas tan buenas elaboraciones contenidas en las cuatro cartas pudieran ser más accesibles a más gente.
Con varios amigos (y ninguno ostenta menos de un posgrado) sociólogos, médicos y abogados, todos lúcidos y bien leidos, nos hemos manifestado absortos ante algunos párrafos tan dificultosamente expresados que nunca terminamos de entenderlos. A su lado, Nietzche y Wittgenstein hubieran parecido Perrault y La Fontaine. Pero la intención y el sustrato fueron tan bien comprendidos que no dudamos en firmar la carta.
Su apasionada defensa que no admite errores, me recuerda la manera en que los mexicanos reaccionan a una puteada, considerando que uno ha insultado clara y directamente a la santa madrecita de ellos.
Recuerde que mucho antes del nacimiento del viejo aforismo de los radicales «que se rompa, pero que no se doble», Sung-Tze ya habia escrito «en la batalla hay que ser como el bambú, que se dobla ante la tormenta para después recobrar su posición natural»
Bah, en fin, que se yo….
Bueno, si se toman el trabajo de responder, supongo que tiene que ver en parte con que los que cuestionamos no somos enemigos. Para serte sincero, mis problemas con la IV, que no tuve con la I, la II y la III, pasaron por el contenido, no por la forma.
Pero cuando la posteé, no podía jamás prever que la reacción de otros miembros de la comunidad arte política iba a ser esta, y por ende, si bien comparto algunas de las críticas que conllevó, lo hago con la satisfacción de quien sabe que aportó, que ahora alguien va a tomar nota de que también existe esto, que yo mismo no había visto antes.
Será mi incurable populismo, pero si diez lectores con buena leche, alguno de los que me anteceden entre ellos, señala un idéntico problema en un texto, luego de tomarse el tiempo y el trabajo de leerlo, es evidentemente porque de ese problema hay que dar cuenta.
Daniel, con todo respeto, las respuestas que leo vienen en un registro defensivo, cuando nadie ataca. Si quisiera atacar, la hubiese posteado, para luego glosar las -al menos, tres- definiciones distintas que le dan al «laberinto argentino». No fue el caso, y sigo pensando que si la pretensión es que un texto así -de extenso, o de complejo- se quiere discutir en una asamblea abarrotada, con gente en los pasillos parada escuchando, es porque este «borrador» va a quedar así como está. Luego tendremos las opciones personales: los que participamos acá adherimos, en general, a lo que se dice, otros dirán lo que siempre dijeron, y no faltará la notera devenida locutora que le cuelgue a Casullo para decir: «qué náusea me provocan estos intelectuales». También hay que poder distinguir qué es una crítica y qué un llamado de atención.
Por otro lado, considerar «elitista» la docencia es perfectamente correcto: lo es por definición.
Ahora, ¿podemos dejar atrás la dicotomía trucha «cartelito del PO» versus «texto de Heidegger en japonés». Hay unas cuantas cosas en el medio, y ambas definiciones buscan crear el margen para que esas otras manifestaciones aparezcan.
Por supuesto que existen diversos registros para expresarse en política, y Carta Abierta no es sólo la Carta. Preocupa, sí, que la tendencia a alejarse del sentido común por cuya causa -al menos, según la invocación que aparece- se lucha y se contiende, califique de «elitista» a la docencia, para encerrarse en textos cuyo público no termino de imaginar.
Si esta tarea -difundir por todos los medios la Carta, antes del sábado- no se realiza, ¿qué respuesta genuina esperás encontrar en nuestros 1600 rostros cuando la Carta se lea? ¿Cuánto tiempo vana durar, concentrados, los presentes? ¿Cuánto van a registrar? ¿Cuál, por ende, va a ser el espacio que se abra para la «crítica», cuya importancia tanto se pondera?
¿Qué esperás que suceda, más que un aplauso cerrado y autocomplaciente?
Estos problemas yo no los anticipé, pero ahora que aparecen tampoco los voy a negar, principalmente porque respeto a varios de los que aparecieron a comentar el post, a vos incluido.
Daniel, con todo respeto, yo que tengo unos años de UBA y otros de local, no puedo acompañar esta defensa cerrada, porque justamente apuesto a que, un día, podamos llegar a discutir el contenido.
Y tristemente, no pudimos.
Mucho temo que, de seguir por este camino, Carta Abierta, una expresión inicialmente sorpresiva y desestructurada a los problemas de una crítica coyuntura nacional, termine encerrada en su propio laberinto.
A las asambleas sabatinas quincenales de Carta abierta va mucha gente, tal vez mas gente de la que participa en la «comunidad» de arte política. ¿Porqué desdeñar la capacidad de los asambleístas para discutir el borrador de un texto,asambleístas que son gente de la cultura pero que acude, además, con ánimo militante, porque se siguen considerando militantes y están lejos de la mufa posmoderna?- ¿O la nueva es que la política y la cultura se debaten sólo en los blogs, frente a la compu y con la estufa – o el ventilador – al lado?
Creo,también, que una discusión en vivo, pese a todas las dificultades, incomodidades e inconvenientes señalados es un rasgo esencial de la cultura y de la actividad política
Juan, no se va a discutir, se va a aplaudir.
Y eso no es participación.
En cuanto a hacer política, bien saben los que me conocen que no la hago con la estufa al lado, pero tampoco en la Biblioteca Nacional. Un plenario con un borrador ya escrito ¿qué me querés vender?
Cuando quede como está ahora, que es lo más probable, que alguien me explique donde queda el énfasis en la cultura crítica.
A)»¿Porqué desdeñar la capacidad de los asambleístas para discutir el borrador de un texto,asambleístas que son gente de la cultura pero que acude, además, con ánimo militante, porque se siguen considerando militantes y están lejos de la mufa posmoderna?- ¿O la nueva es que la política y la cultura se debaten sólo en los blogs, frente a la compu y con la estufa – o el ventilador – al lado?
Creo,también, que una discusión en vivo, pese a todas las dificultades, incomodidades e inconvenientes señalados es un rasgo esencial de la cultura y de la actividad política»
1) gente de la cultura que se considera militante, pero que interviene desde su metier, subrayando el sentido político de lo cultural. Fenómeno, ¿quién está en contra? Eso sí, los borradores se distribuyen por mail, las discusiones en vivo brillaron por su ausencia, y la mayoría de los integrantes no tiene militancia política alguna, salvo juntarse cada quince días en el calor de la BN, a escuchar a los popes de la cultura. ¡Qué moderno!
2) El problema no es debatir en los blogs, versus debatir en asamblea: el problema es que no se debate en ningún lado. Por eso, resalta la necesidad de impulsar un debate que no refiera meramente a las estrategias discursivas de implantación de cinco o seis referentes, sea en el amplio campo de la cultura, sea en el menos amplio espacio que queda entre las aceras de la calle Corrientes. Se podrán seguir considerando militantes, pero la mufa posmoderna se los llevó puestos.
B) «A las asambleas sabatinas quincenales de Carta abierta va mucha gente, tal vez mas gente de la que participa en la “comunidad” de arte política»
Seguro! Participan alrededor de dos mil personas, que van activamente a escuchar y tomar nota de lo que se «discute»… ¿esa es la aspiración de Carta Abierta? ¿Esas son las «masas», el nuevo sujeto? Lo que dice uno, ¿vale menos por el referéndum sabatino quincenal?
¿Qué pasaría si efectuásemos una encuesta en la Ciudad de Buenos Aires, para saber cuanta gente conoce Carta Abierta, y por qué medios se enteró de su existencia?
Arriesgo dos resultados.
a) Un millón y medio va a responder que no tiene la menor idea de qué les están hablando. Y soy generoso.
b) Del resto, la mayoría va a reconocer que los escuchó nombrar, pero que no llegó a entender un pomo de lo que escriben.
c) Los que asistieron y asisten, en su mayoría, están al tanto por lo que publicamos en los blogs y por lo que reciben en sus casillas de mail.
d) La cantidad de militantes de partidos políticos -esa herramienta esencial de la política de masas moderna- va a ser ínfima.
Vayan a correr con los clivajes estufa – bliblioteca a otro: yo los sábados los dedico al barrio.
No te olvidés de que la mitad o más de los que reconozcan conocer a Carta Abierta van a opinar que son «intelectuales pagos por el Gobierno», «orgánicos del kirchnerismo», «amantes de los KK» y demás expresiones tan en boga en mucho sustrato social mediopelo.
Con respecto a la difusión, Ezequiel plantea algo esencial. El único medio que difunde correctamente las cartas es Página, Miradas al Sur también lo hace pero su tirada es ínfima y es dominical. Por otra parte, cada vez que aparece en los medios siempre se la recibe con el desdeñoso mote de «intelectuales K».
La movida es fenomenal y nadie puede negar ese carácter, pero está absolutamente segmentado y el hecho de que la Biblioteca Nacional sea pública no rompe eso. Hay una enorme masa de clase media ilustrada bonaerense y sur-porteña que o está fervorosamente en contra de Gobierno o está a favor tímidamente y no sabe muy bien como actuar.
No te digo que Carta ABierta vaya a militar a los barrios, esenunca va a ser el rol ni del progresismo ni de los intelectuales. Pero si se trata de dar alb atalla por la opinión pública se debe ser enfático y sobre todo claro. En el otro área las tienen todas claras, hay que avivarse de eso.
¿Por qué no ir a la facultad? ¿Por qué no ir a Sociales, a Filo, a Derecho, a Ingeniería? ¿Por qué no salir de la Biblioteca Nacional?
Cada cual hace lo que puede, mas que lo que quiere.No entiendo el empeño en querer obligar al espacio de cartta abierta a hacer lo que otros quieren, desde afuera. Se pueden crear muchos espacios más y si carta abierta fracasa ¿cuál es el problema de los que no están de acuerdo con lo que se hace allí?. Por lo demás me parece una tarea útil y noble dedicar los sábados al «barrio» y, supongo, esclarecer a las masas. No veo oposición en que unos hagan eso y otros vayan a la Biblioteca Nacional
Ah, me olvidaba: no sé que es un clivaje.Creo que es un término no apo para las masas
Acabo de volver a casa y me enteré de que en Bolivia hay una guerra civil inminente, que Chávez amenaza con cortarle el chorro de petróleo a los norteamericanos y que rajó al embajador en solidaridad con Evo y que nuestras relaciones con los EEUU se están pudriendo por el tema Antonini Wilson que la embarran a Cristina cada vez más. La discusión aquí va a seguir transitando por si hay que salir o no de la Biblioteca Nacional o por el clivaje lacaniano??????
Si me permiten… ¿por que se habla de fracazo? ¿Acaso la ide; o lo bueno que se puede sacar de esto; es ver que es lo que está ocurriendo a todo nuestro alrededor y adentro, por supuesto, compartirlo y sacar algo con l qué acyuar? El «Blog» se llama artepolítica… No vamos a ponernos a definir cada una de las palabras que lo constituyen, pero gente… Si vamos a cambiar algo tenemos («mos») que ver, analizar y pensar… ponernos de acuerdo en qué BLA es discurso y para qué y por quien lo dice y no andar discutiendo cosas que llevan a la grisura como bien decía balvanera en un artículo anterior. Que valga la pena la actividad y el compromiso individual… Y Digo Yo… Mucho fracazo de carta abierta… pero ¿cómo corno se llega a carta abierta? ¿existe algún tipo de difusión? o nos queda navegar por el oceano cibernético pa enterarnos e incluso sumnarnos. Antes de fracazo, muchachos… a laburar!!!!
Saludos
No entiendo que quiere decir Juan cuando dice «querer obligar al espacio de carta abierta a hacer lo que otros quieren, desde afuera». ¿Por qué desde afuera? ¿Si los que planteamos algún tipo de desacuerdo, lo dijéramos mañana en la reunión, sería válido, pero no lo es planteado en este ámbito? A mi este ámbito me parece muy válido, ofrece tiempo y posibilidad de intercambio pensado y fundamentado. Y esto me parece importante precisamente a la hora de discutir un texto complejo, este debate puede contribuir a enriquecer el que se produzca mañana. Además, si la idea es que el espacio crezca en distintas direcciones, la discusión en un blog, es una ramificación más.
Para mi en el texto hay una mezcla de (por lo menos)dos registros distintos, uno literario y otro político. Sin duda esto puede servir para decir cosas más sutiles, que no serían fácilmente alcanzables usando exclusivamente el registro político. Pero también ofrece mayores dificultades a la comprensión, lo que implica mayores dificultades para discutir cada una de las premisas propuestas, lo que, como dice Ezequiel («apuesto a que, un día, podamos llegar a discutir el contenido. Y tristemente, no pudimos.»), quedó en evidencia aquí. Me parece significativo que no haya habido ninguna crítica a ninguna parte del texto en particular. También me parece significativo cierto tono de enojo (el título de esta entrada lo muestra claramente) en la respuesta a las críticas. Quién escribe una obra literaria, tiene derecho a molestarse si le quieren cambiar aunque sea una coma de su texto y yo creo que hay algo de esa actitud en esta respuesta, lo cual no parece justificado en un texto político. Discutir el tema me parece bueno, y creo que es la idea de un espacio como Carta Abierta. Personalmente apoyo el espacio y mi apoyo no cambiará en lo más mínimo sea cual sea la conclusión de este debate. Creo que hay que seguir charlando en un clima lo más distendido posible, si no pudiéramos plantearnos diferencias tan pequeñas como estas, no quiero pensar el día en que discutamos una decisión importante.
Juan, Carta nos dejó en claro que va a seguir su propio camino, así fuésemos once mil personas.
Todo bien, esa será su «nueva construcción política». En varios de los que aconsejamos, latía el deseo de responder a otra crítica, la de Tarcus, que decía:
«¿Para cuándo una
Carta Abierta que diga
lo que hay que hacer
con el «centro cultural»
Biblioteca Nacional?»
Aclaro que no lo comparto, pero no lo puedo responder si no tengo algo que mostrar.
Pero bueno, al escenario de una ínfima crítica sobrevino el estaliniano «quien quiera leer que lea». Allá ustedes, muchachos.
Julián: era una muy buena idea, de hecho. Pero, bueno, parece que no prende ni siquiera el registro de que acá hay un problema.
Sergio: yo también respondí enojado acá. No resolvemos nada. Ya fue.
Schussheim: está muy claro que ante la guerra civil en Bolivia, ante el corte de chorro de petróleo de Chávez y todo lo demás, todo esto son pavadas. Sí señor, comparativamente, es así. Completamente de acuerdo. ¿Lo cortamos entonces y nos dedicamos a hablar sólo de eso? Me parece que tenemos capacidad neuronal como para ocuparnos de las dos cosas, la insoslayable y la no tanto, y que no vamos a resolver la acuciante dejando de hablar de la otra. Así que ahora paso a ocuparme de la otra.
Lo lamento Ezequiel, de tu parte. No quise ponerte así. Y lamento más el calificativo de «estaliniano». De entrada te vi y te sigo viendo como un compañero. La escritura en internet favorece que todo se entienda para el carajo, lo que me lleva a aclararte que el título que elegí, quizá desafortundamente, «quien quiere leer que lea», no pretendía imponer un mandato estalinano sino exactamente lo contrario: proponer una extrema libertad.
Pero empecemos, hasta donde podamos, por el principio: yo no soy Carta Abierta. Yo soy yo, Daniel Freidemberg, que firma en Artepolítica como Balvanera y que jamás tomaría la palabra en nombre de Carta Abierta, si bien se asume como integrante del espacio y del grupo de coordinadores, donde hay posiciones muy distintas acerca de casi todo, aunque también algunas coincidencias, que más o menos son las que mencioné. Quizá, como dice Yupanqui, oscurecí al tratar de aclarar las cosas.
Lo que sí tengo claro es que nadie acá (me refiero a quienes escriben comentarios en esta entrada) tiene mala intención y que, de una manera o de otra, todos estamos en lo mismo. Ezequiel, Schussheim, Juan, Sergio, yo y todos los que acá escriben. O casi todos (alguna excepción puede haber). Si lo que escribí suena a «contraofensiva» (¡uy Dió, qué término fuerte!) para Scussheim, pido disculpas: uno no siempre domina sus reflejos retóricos y a veces a uno lo dominan más los efectos del cansancio de la hora en que escribe o el estado de ánimo del momento (es un problema típico del factor blog). A partir de ahí, puntualizo: me parece completamente legítimo el planteo de que «las elaboraciones contenidaa en las cuatro cartas puedan ser más accesibles para más gente». Y no sólo me parece a mí. Fue planteado como propuesta, bien en posición minoritaria, por integrantes con muchos títulos encima de la coordinación de CA, que, casualmente, sostuvieron argumentos casi idénticos a los de Sschussheim (leyeron la carta a profesionales y le dijeron cosas parecidas, etc). Prevaleció la otra posición, y nadie quedó muy conforme, pero de eso se trata: Carta Abierta vive haciéndose cargo de un malestar que forma parte de su propia constitución. Ahora bien, si prevaleció la otra posición es porque es la que hasta ahora pareció, paradójicamente, haber funcionado mejor. Ya sé que suena delirante, pero es lo que traté de explicar en el post, y no sé si lo conseguí. Estamos, por decirlo así, avanzando en un terreno nuevo, y lo que prevalece entre la coordinación de CA, y sobre todo entre los que pusieron todo en marcha cuando surgió la primera carta (yo entré mucho después, por si hace falta aclararlo), es que hay ahí una singularidad que no puede perderse, a la que CA debe su fuerza, y que el estilo de escritura algo tiene que ver con esa singularidad. Pueden (podemos) estar totalmente equivocados, podemos estar yendo hacia un gran fracaso, pero la idea es que vale la pena seguir probando por ahora por ese rumbo, que hay motivos para seguir probando por ese lado, incluso arriesgándonos a que la asamblea de mañana diga que no, que hay que cambiar la redacción. Es muy probable que, como sugiere Ezequiel, no lo diga, pero no porque el aplauso pulsilánime y obediente suplante a la discusión (y ahí, sí, veo mucha mala leche de tu parte, Ezequiel), sino porque estamos todos muy confundidos en este país y en este medio, y alguna gente, como los principales redactores de la carta, son personas realmente muy convincentes, con argumentos profundos y sólidos (a mí, al menos, me merecen mucho respeto). Puede que se discuta mucho o puede que no, no lo sé. Pero discusión va a haber, y hubo, claramente, el gesto de dar a discutir, con suficiente tiempo, para que al texto lo pueda conocer mucha gente y venir a decir en qué está de acuerdo y en qué no. A mí, particularmente, la idea de la dificultad, sin comprarla cien por cien, me parece sugestiva, interesante, y que vale la pena probarla. Se han probado muchas cosas en las últimas décadas en la política argentina, y casi ningua funcionó, por qué no probar esta.
Sigo: si mi respuesta asumió la forma de «apasionada defensa que no admite errores» vuelvo a pedir disculpas. Es que me expresé mal. Lo que quise plantear, y que no me resulta fácil, porque no encuentro el vocabulario adecuado y porque se trata de algo muy nuevo para mí (no sólo para mí) es que el Espacio de CA se decidió por una opción entre muchas posibles, que puede salir bien o mal, pero decidió esa, y tiene derecho, por que negárselo. Y no se decidió por esa por creer que sea la mejor, la irrefutable, sino la que encontramos y la que más nos convence, la que podemos. Eso traté de explicar y hasta de historizar, y seguramente lo hice mal. Y de explicar también que, así como existe esa opción, puede haber otras. No nos pidan que seamos lo que no somos. Alguien, un amigo, un compañero que no está en CA, me dijo «el problema es que ustedes despiertan muchas expectativas, les están pidiendo que sean lo que no son, les están pidiendo más de lo que pueden, les están pidiendo que sean lo que otros quieren ser». Somos lo que podemos y a veces ni eso, queridos compañeros. No nos da el cuero ante todo lo que se armó y estamos sorprendidos, desbordados, hacemos lo que podemos.
Y, efectivamente, Ezequiel, si uno se toma «el trbajo de responder», es porque no ve al cuestionamiento como a la labor de zapa del enemigo, sino como a un intercambio entre gente que busca en el fondo lo mismo y con vistas a contribuir. Que, por otra parte, es inevitable. Debían venir esas objeciones, casi nadie en CA ignoraba que iban a aparecer y muchos las agradecen. Y, en ese sentido, vino muy bien. Puedo decirte, con toda seguridad, que tu posteo aportó mucho. A alguna gente de la coordinación no le gustó los comentarios, es cierto, a otra gente le pareció un síntoma muy favorable, que nos enriquece y muestra la vitalidad del Espacio y de la propia Carta iv, pero cumpliste una gran tarea al ayudar a que el texto se difunda y se pueda discutir. Incluso este debate es muy pero muy útil, aunque yo me ligue un millón de puteadas, viene bien.
En cuanto al «registro defensivo»: puede sonar así, no me gusta que suene de ese modo y lo lamento, pero a veces uno no encuenta otra manera u otro estilo que el «defensivo» para explicar cosas que no son fáciles de explicar, entre otros motivos porque son demasiado nuevas para uno mismo y necesita masticarlas mejor. Adjudicalo a mi torpeza. Y también, sí, claro que sí, a mi mala conciencia, porque una parte mía también me anda susurrando por ahí que deberíamos ser más claros y menos barrocos y complicados. Los humanos solemos ser seres escindidos, ¿vio?
Vos señalás, Ezequiel, contradicciones que anoto y a las que no sé cómo responder. Las tengo en cuenta. Estamos llenos de contradicciones. Me das mucho para seguir pensando. Una gran parte de las asambleas de Carta Abierta y de las reuniones del grupo coordinador se van en ir viendo cómo se manejan las propias contradicciones. Y no está mal. No es pura paja. A veces sí y a veces no, porque estamos en tiempos en que hay que replantear todo. Si me vas a decir que el replanteo hay que hacerlo en la acción, lo firmo todas las veces que quieras, y le agrego, «con la acción primero, a la que se le suma el pensamiento». Y algo tiene que ver CA con la Acción. El asunto es que venimos de grandes desastres ideológicos, mentales, espirituales, nos hicieron moco las cabezas, y todo lo que tiene que ver con el pensamiento, y el pensamiento ligado a la acción tiene que ser repensado y puesto a prueba. Y en medio de eso las contradicciones. No conozco dentre de CA a dos tipos que piensen igual, te lo juro. Lo maravilloso es que, así y todo, podemos seguir juntos con entusiasmo.
En todo caso, hiciste muy bien en señalar contradicciones en el borrador. Se tomarán nota o no, qué se yo. En general, tu difusión del borrador para que pueda discutirse contribuyó mucho, y que hayas creado todo este despelote, y también contribuyó mucho a que se haya suscitado una discusión de la san puta en el seno mismo de la coordinación, gracias a la difusión de los comentarios (de la que me encargué yo): todo eso ayuda, aunque crea conflictos, roces, dolores, ofensas. Para eso estamos.
Yo no dudo de que van a aparecer problemas. Seguro que van a aparecer. Hay gente que se va a ir, hay gente que se va a ofender. En cualquier momento CA se va a la mierda, ¿y qué? ¿a dónde se fue el Frente contra la Pobreza? ¿Estuvo mal hacerlo? ¿Y el Encuentro de Rosario? ¿Y la Constituyente Social? ¿Y el famoso movimiento político que iba a encabezar la CTA antes de que Buzzi y De Gennaro iniciaran su noviazgo con Llambías y Carbap? Uno prueba y las cosas pueden salir mal o bien.
¿Que nos quedemos encerrados en nuestro propio laberinto? ^Puede ser. Hasta ahora, todo indica lo contrario. No porque lo digamos nosotros, sino porque nos reclaman, nos llaman, nos requieren. Pero puede pasar: probamos y falló. Si no se prueba, no se puede saber si falla o si funciona.
En cuanto a hacer política: ¿hay una manera? ¿una sola? ¿una sola manera de militar? Vamos, hermano, no jodás, ¿quién es el estalinista acá? Hay cien mil formas y cien mil maneras. Que cada uno encuentre la adecuada, en el estilo que más le convenga a su cuerpo, a su personalidad, al ambiente en que se mueve, a sus condiciones. Nadie es superior a nadie, ningún campo es mejor que otro. Tenemos que estar en todas partes, de todas las maneras posibles, con todos los estilos que se nos ocurran, «populares» y «cultos», pero estar, sabiendo bien claro quién es el enemigo, que quiere el enemigo, y quiénes son los compañeros y aliados, circunstanciales o permanentes, «entrarles por todos los gallineros», como decía, creo, Jauretche. No descalificar a ninguno. Cada uno encontrará su lugar, su espacio, su gente, su modo. Me parece perfecto que uses los sábados para estar en el barrio. Yo sería un impostor si me voy a jugar al futbol con la gente de la unidad básica de la tra cuadra porque soy un pata dura y porque, con toda mi simpatía por el peronismo, mi formación política viene por otro lado. Que cada uno encuentre el lugar donde funcione mejor y puedea hacer mejor lo que pueda en función de lo que queremos y dejémosnos de joder. Cuando se dice que a Carta Abierta se le pide cosas desde afuera me parece una idea legítima si por «desde afuera» no se entiende «desde un lugar adversario» sino «desde otro proyecto de discurso y de organización». Cada uno tiene que hacer lo que le toca desde el lugar desde el que le toca, el suyo, y converger y coordinar cuando se da el caso. Fin de la cuestión. Se puede armar otra organización, cada una con su estilo, y hacer cosas juntas cuando se pueda, ¿cuál es el problema? Pero no podemos ser lo que otros quisieran ser y nos reclaman que seamos. Que cada uno sea lo que sea y trabajemos todos juntos por lo mismo. A veces esperan demasiado de nosotros, cuando nosotros mismos no sabemos si podremos cumplir con lo que ya nos cayó encima, que nos supera con creces. Jamás esperábamos que la cosa iba a salir así.
Finalmente, Julián: Carta Abierta, o al menos, integrantes de Carta Abierta, por invitación expresa, sí están saliendo todo el tiempo, varios días de la semana, fuera del ámbito de la Biblioteca, yendo a las facultades, no sólo ni principalmente a la UBA, sino también a sindicatos, gremios, organizaciones sociales, juveniles, diputados, autoridades, estudiantes en lucha, organizaciones de la ciudad de Buenos Aires enfrentados a Macri. Están saliendo a dar charlas en casi todos los pueblos donde se dieron los principales tractorazos y camionetazos de la rebelión sojera, con muy buen resultado. En diciembre van a haber muestras artísticas, en las próxcimas semanas un encuentro de todas las cartas abiertas del país en Rosario y diez mil cosas más.
Bueno, por lo menos hubo una respuesta. Aclaro que el problema no es con Daniel. Carta Abierta hará su experiencia, que sigue siendo novedosa. A mi me llgaron otros registros, cuestionando el post. Me sorprendió, debo decirlo.
En mi caso, sigo pensando que la articulación de un discurso conceptual sobre la situación nacional, para evitar críticas devastadoras como la que va a sufrir la IV, de parte de quienes están esperando que se equivoquen para salir a degollarlos, requiere crítica activa, discusión por comisiones, todo lo que esta carta no hace. Pero esto lo pensé después. Inicialmente, lo único que me interesaba era difundir el borrador para facilitar esa discusión, que se abriera esa ventana, y ver si podíamos llegar a mejorar las deficiencias conceptuales. Contra eso también hubo un muro. Bueno, CA define, aún cuando cree que no, un camino.
Lamentablemente, agrego, porque a mi no me da lo mismo esto
«En cualquier momento CA se va a la mierda, ¿y qué?»
Pero ya no es asunto mío.
PD: Se discute en cúpulas coordinadoras: ¿se lleva la discusión a la asamblea? ¿o llevamos la resolución de la cúpula?
Naa, dejá.
Balvanera: Por mi parte esta respuesta me parece muy positiva. A mi lo que me producía alguna molestia es que el texto de la entrada parecía indicar un abroquelamiento, que este último comentario desmiente. Para mi está claro que hay muchas maneras de hacer política y que hay que hacer lo posible por achicar las diferencias, no agrandarlas, entre quienes pensamos parecido en lo esencial. Este debate tiene que ser positivo, no creo que discutir cosas como estas pueda ser malo. Si no es mucha molestia, aprovecho para pedirte si luego de la reunión de mañana, podrías hacer un resumen de lo que se habló respecto de este tema. Yo no puedo ir y me imagino que habrá entre las personas que leen y no comentan, muchos que estaremos interesados en saber lo que se discutió (poco o mucho, no importa)al respecto. Realmente creo que hay que priorizar lo que une y no lo que separa.
«Carta Abierta así lo propugna, porque su vida política es un conjunto de decisiones simultáneas que surge de las asambleas abiertas, de la integración libre, del sentimiento emancipado del sujeto público, del antagonismo creador sin cierre conceptual posible, de la proliferación sin cartilla previa de la cultura crítica universal y nacional y del estado contingente de interrogación permanente. Si esto fuera así por obra de una multitud de voluntades, tendrá el efecto, la extrañeza y el valor que pudo tener la celebración de Castelli en las ruinas de Tiahuanacu el primer aniversario del 25 de Mayo de 1810.»
Ya lo veo a Palermo contando la anécdota de Castelli frente a los indios prometiendo de todo sin traductor de quechua, para luego glosar las diez veces que se dice: «este es el laberinto argentino», respecto de cien cosas distintas.
Con toda cordialidad, Ezequiel; el «Naa, dejá» es una lisa y llana hijaputada, que no esperaba de vos. Se hace las dos cosas, que son la misma: se discute en cúpulas coordinadoras y se lleva la discusión a la asamblea, y se lleva la resolución de la cúpula también, según el caso, porque hay situaciones y situaciones, como hombre fogueado en política lo sabrás mejor que yo. Ningún grupo, salvo que creas en el horizontalismo tilingomarxistapequeñoburgués a lo Negri o en el experimentalismo hollowayano que destruyó varios intentos muy interesantes a principios de la década, puede sostenerse si pretende sostenerse en la pura lógica asamblearia. De la pura lógica asamblearia salen los De Angelis, o el aparateo trosko que termina por implosionar todo y hacer que la gente, por cansancio o aburrimiento, se vaya. En Carta Abierta hay un liderazgo (que, por si hace falta aclarar, no integro), y eso no es ninguna novedad. Lo respeto, lo celebro y lo defiendo. Y sin ese liderazgo, lisa y llanamente Carta Abierta no existiría, habría naufragado antes aun de nacer. Sin el liderazgo de Kirchner no habría existido lo que viviemos en la Argentina desde el 2003 en adelante. ¿Vos qie te decís peronista venís a cuestionar los liderazgos?
balvanera: mi comentario sobre la realidad continental tambien obedeció al cansancio de un largo dia y a la sensación que me ataca a veces de estar en la torre de marfil en medio de una discusión que suele volverse retórica.
Vos decís que Carta Abierta vive haciéndose cargo de un malestar que forma parte de su propia constitución. Yo digo porqué no transformar ese malestar en un bienestar. Pero para eso hay que saber escuchar la opinión de esas minorias de los profesionales de la comunicación y hacerles caso, no abroquelarse en un discurso casi incomprensible para «los de afuera». Hay que traducir, no emperrarse en los sagrados textos originales que no están grabados sobre piedra, como si fueran los diez mandamientos. Hay que sintetizar, no perderse en ONCE carillas redactadas en un lenguaje que necesita de una profunda mediatización intelectual para poder ser comprendido. Esa es la aristocracia de la lengua, es un estilo para regodearse en él, para que los pocos que lo redactaron se digan «que bonito que sabemos escribir!». Las cartas abiertas se tranforman así en algo parecido a las solicitadas, que son cosas escritas para que las lean solamente los que las escriben. Y hay que transformarlas en piezas que se lean y se entiendan para que se transformen en pasión.
Para eso no hace falta abjurar de nada, sólo incorporar la vieja y querida síntesis que sabemos ejercer quienes nos hemos ganado la vida vendiéndole a la gente cosas que carecen de la nobleza de las cartas abiertas.
Pero para eso, al igual que en la publicidad, no sólo hacen falta buenos redactores, sino anunciantes que confíen en que ellos sabrán traducir su mensaje al mercado, que en este caso se llama pueblo.
No, Sergio, lo lamento. Acá se termina mi intervención. Cuando en el post dije que estaba dispuesto a ser mal leído me sobreestimé. No estoy tan dispuesto. No voy a aguantar cosas como la de Ezequiel, sobre todo porque era de su lado que esperaba lo mejor y se presenta como si tuviera que descargar toneladas de bronca acumulada, no me importa si es conmigo o no, me importa que se la tira contra gente muy buena contra gente que se está rompiendo el alma, laburando a lo bestia, desvelándose, descuidando su laburo, sin sacar ningún beneficio, tragándose sapos, aguantándose discusiones interminables, y en algún caso (que no voy a nombrar) haciéndose cargo de una enfermedad gravísima. Juro que hace años no veía tanta generosidad, tanto desprendimiento, tantas ganas de hacer, equivocados o no. No soporto tanta mal leche, me provocan los peores instintos agresivos y reacciono mal. Los que uno piensa como compañeros te toman como enemigo o ciomo puching ball: eso ya lo había vivido en la izquierda marxista y por eso (no sólo por eso) me fui, décadas atrás, de la izquierda. Acá se termina toda referencia a Carta Abierta de mi parte en Arte Política.
Una sola cosa: si bien creo que hay que poner el acento en la unidad, también hay que ponerlo en las diferencias. Ahí está lo nuevo. Poder respetar y articular las diferencias en función de la unidad.
Yo no me digo peronista, Daniel, soy miembro de una estructura vertical por naturaleza, un partido político. Carta Abierta no es un partido político, y sin embargo replica prácticas propias de varios, más precisamente de la izquierda tradicional, y no las mejores.
A ver, por qué le pasa esto a Carta Abierta (si es que le pasa algo)
a) porque es un poryecto exitoso.
b) porque representa a una porción del progresismo, la que en el conflicto salió a apoyar a Kirchner.
Entonces, ciertas presiones que otros no tienen, aquí aparecen.
¿Por qué? Porque el progresismo está partido en dos. En la infeliz dicotomía «golpe o porrazo» de Tenembaum, están los que dicen Golpe (clima destituyente, en realidad, y siendo estrictos), y del otro lado están Palermo y los amigos del Porrazo.
Por algo, Néstor Kirchner fue a Carta Abierta y dijo que los intelectuales y los jóvenes se habían sumado al proyecto, en aquella plaza pre Cobos.
¿Cuándo un presidente argentino se expuso ante una asamblea?
Entonces, preocupa el rumbo de CA, en la medida en que una eventual debacle del espacio dejaría el monopolio del discurso progresista en el Club del Porrazo.
Y de esa preocupación vinieron todos y cada uno de los comentarios. Incluso los que tomaste como de mala leche.
Ojalá que no suceda. Lo reitero cien veces.
En cuanto a cómo se enhebra un texto de esta longitud, y cómo se discute un trabajo de esta complejidad, la primera vez que lo mencioné ya lo tomaste a mal. La segunda, apareció mi vieja.
Me arriesgo: ¿tienen programado hacerlo de alguna manera que permita, a los que vayan introducir modificaciones, o sale con fritas?
En general, Daniel, si en un post nadie te putea, y la mayor parte de los comentarios tratan de problematizar cuestiones, uno puede (o no) ponerse a pensar qué es lo que lo saca tanto. Yo sé que no voy a incidir. Después de algunas referencias, anuncié ya que dejo de integrar el espacio. Y les aviso por dónde va a pasar la crítica de la competencia.
Y en todo esto, no dije una palabra de Daniel Freidemberg, de su literatura, de su vida política, de su pensamiento, etc.
Bueno, nuevamente extiendo mis disculpas. Mal puedo tener en consideración lo que no conozco. Pero no me tomes por chivo expiatorio. Yo no soy el que plantea la oposición, y esto no lo escribiste porque te molestó algo que dije yo.
Haceme un favor, releé tus contribuciones y las mías, en frío.
Releé vos: yo no dije que dijeras una sola palabra sobre mí, ni sobre mi vida ni sobre mi pensamiento. Dije que no soporto que descargues tu bronca acumulada con otra gente, con toda esa gente que se está rompiendo el alma con el proyecto. Yo no importo. No me hago el modesto: en serio que no importo. Por eso, por eso paro acá con mis intervenciones sobre CA, porque en vez de ayudarlo, lo daño. Que hable Carta Abierta a través de sus cartas y que se entienda lo que se entienda, vuelvo al título. Desde acá, ahora, cuando se firma «Balvanera» no lean nada más que «Balvanera» o «Daniel Freidemberg».
Bueno, pido disculpas por haber generado, juro que involuntariamente, este clima. Ofrecí una solucíón. Creo que es hora de cumplirla.
Ezequiel Meler.
Me obligás a seguirla cuando estoy decidido a cortarla, pero no me dejás otra posibilidad, Ezequiel (y espero ¡por Dios! que sea la última): 1) te juro y te rejuro que no sé en qué momento aparece tu vieja. Busqué y recontrabusqué y tu vieja ni por las tapas. En el mismo sentido, «la primera vez que lo mencioné ya lo tomaste a mal»: ¿cuándo? ¿cómo? Para usar tus propias frases: «releé tus contribuciones y las mías, en frío». 2) ¿A qué carajo vienen tus comentarios de las 12:45 y 12:47? si no a producir golpes de efecto cargados de la peor mala leche y sin el menor ánimo de contribuir a lo que después o antes decís que querés contribuir sino sencillamente destinados a hacer mierda, por vía de la burla o del ridículo, a compañeros que discrepan con el estilo que te gusta a vos? ¿Qué voluntad de debate hay ahí? Puras ganas de humillar y destruir: todo lo que no esté en la línea de lo que yo propongo, que se borre de la faz de la tierra o que sitúe en el campo enemigo. ¿Dónde está el estalinismo? 3) «Ofrecí una solucíón. Creo que es hora de cumplirla.» ¿Cuál? 4) «¿tienen programado hacerlo de alguna manera que permita, a los que vayan introducir modificaciones, o sale con fritas?» La respuesta es sí, está programado, pero lo que te responda no tiene la menor importancia, porque vos ya tenés la respuesta preparada: «sale con fritas». Como, además, es muy probable que el texto salga con pocas modificaciones, te vas a quedar muy contento porque va a quedar demostrado que, como vos sabías de antemano, «sale con fritas», y te vas a quedar muy contento diciendo «¿vieron, vieron? Yo lo dije». Pero, si es probable que el texto salga con pocas modificaciones, eso se debe a que existe algo de lo que hablé antes: liderazgo, seducción, capacidad argumentativa y retórica, gente con consistencia intelectual que te convence, y porque en el funcionamiento de CA funciona su historia, cosa que no es poca cosa: si renuncia a su historia, CA muere.
Sergio: me quedé con la sensación de que no expliqué bien por qué decidí a partir de ahora no escribir más sobre CA. Lo voy a decir de esta manera: si es ineludible, inevitable, fatal, que, por el modo propio de legibilidad del blog, siempre te leen mal y entienden cualquier cosa, no es mucho problema que entiendan cualquier cosa cuando me leen a mí, pero no quiero hacerme responsable de que se entienda cualquier verdura cuando reseño de qué se habló o se resolvió en la reunión o asamblea de C.A. Ahí no es sólo mi palabra la afectada, me siento responsable por mis compañeros y por el trabajo colectivo que se realiza. así que shhhh….
Daniel, los he ido a ver en Filo a los integrantes y me gustó su exposición.
Me parece muy bien que así lo hagan pero igualmente sostengo mi opinión de que las asambleas se deberían hacer en otra parte. Sé que surgió casi de la noche a la mañana y al ser González el administrador del bulo fueron a la biblioteca nacional. Pero también creo que nadie puede engañarse acerca del carácter de la Biblioteca Nacional. Opino que sería cien veces más productivo y abierto realizar algo en alguna aula magan de la UBA. Digo, no sólo para que te saque el página el Domingo sino para armar revuelo de verdad.
Calma muchachos, calma.
Daniel, ya sabés que Internet tiende a malentender algunas cosas. Calma, estamos de la misma vereda y auqnue estuviéramos en otras no nos tiraríamos piedrazos porque eso es bastante infantil. Tus contribuciones sobre Carta ABierta sirven bastante y nos ayudan a entender y a criticar lo que sucede allí. Como dice Ezequiel, no queremos que progresismo sea Marcos Novaro (cuyos trabajos académicos son fenomenales, pero su ideología no tanto).
Como dice Sergio, se sintió una sensación de abroquelamiento en el post (al estilo «cualquier pelotudo tiene un bloc») que no se ve en las respuestas. Por otra parte, esto es un blog y es bueno que haya intercambios apasionados. Nadie ha manchado tu honor o a tu familia, siempre se ha mantenido todo esto dentro de lo respetuoso y si te fijás bien en las dos entradas, nadie hizo ningún comentario banal o simplemente obstructivo.
Saludos
Daniel: Todo bien, entiendo. De todas maneras, con tiempo, con calma, no me respondas ahora, te pido que reconsideres tu posición. Este es un lugar interesante para difundir lo de Carta Abierta y creo que es bueno que alguien lo haga. Como dice Julian es bueno que haya intercambios apasionados, a veces marcan diferencias que es interesante discutir, aunque otras veces simplemente malentendidos o calenturas del momento. Creo que ahora todos tenemos que bajar los decibeles, aquí no hay nadie con mala leche, no creo que tenga sentido ninguna pelea de importancia. Justamente para que discuciones como esta, sumen y no resten, lo ideal es que no produzcan rupturas, sino intercambios que no tienen porqué redundar en acuerdos inmediatos, no hay ninguna urgencia, las cosas tienen su tiempo de maduración, pero para eso, justamente hay que darles ese tiempo.
Daniel, personalmente creo que tu participación en Artepolítica es valiosísima, incluyendo las intervenciones relacionadas con Carta Abierta, pero de ningún modo limitada a ellas. Hablo por mí, pero sé que la mayoría de los que iniciamos el blog piensa parecido. Una mejor articulación con Carta Abierta, aunque sea para el seguimiento de lo que se va haciendo, es una falencia del sitio, subsanada en parte por tu laburo. Sería una pena que dejaras de hacerlo por algún comentarista con la mano fácil para la chicana.
Coincido con Pablo: las contribuciones de Daniel, especialmente las relacionadas con Carta Abierta, son esenciales, y es importantísimo que continúe. Es cierto que el medio no ayuda, pero de todos modos, renuevo mis pedidos de disculpas y retiro comentario ofensivo alguno que haya hecho en el fragor de la discusión.
La solución que propuse a Daniel, vía mail, fue sencillamente retirarme de la comunidad: así de valiosa considero su participación, y si para conseguirlo tengo que retirarme de AP, lo hago sin problemas. Es una baja sanción, porque me deja el placer de leerlos y me saca la responsabilidad de escribir (algo que, al parecer, no hago muy bien, no si el texto debe expresar adecuadamente mi pensamiento).
En cuanto a los comentarios, Daniel me hace un favor al elegir dos particularmente benignos. El primero cita el ápice final del texto de AP, que refiere a la anécdota de Castelli en 1811, el segundo imagina posibles estrategias discursivas ante la publicación de la IV, precisamente a partir de ese final, que evoca una revolución manca en el mensaje, o mejor dicho, a la hora de buscar medios para hacerse comprender.
En otro post, sin embargo, Marta Molina me ha señalado que subestimo la capacidad de los sectores populares, habida cuenta de que se trata, en general, de un texto que pese a su nivel mantiene poco diálogo con bibliografía o con cuestiones puramente refrenciadas en el campo académico. La opinión de Marta Molina, destacada semióloga, me ha hecho dudar de la validez de mi crítica, justo cuando la forma de la misma era más atacada que nunca.
Hubo comentarios más ofensivos de mi parte, creo que incluso superando el nivel de la chicana, por los que me arrepiento. Una de ellas, particularmente, irritó a Daniel («Con toda cordialidad, Ezequiel; el “Naa, dejá” es una lisa y llana hijaputada, que no esperaba de vos», me dice a la 1:10)
No quiero, bajo ningún concepto, pasar al recuerdo como «un comentarista con la mano fácil para la chicana», calificación que hoy parece que me quedó justa.
Nuevamente, ofrezco mis disculpas y la opción de no comentar en artepolítica.
No se me ocurre qué más hacer para que esta serie de desaciertos, que derivó en un enfrentamiento de ninguna manera deseado por mi parte, quede en un piadoso manto de olvido. Desde luego, acepto sugerencias. En cualquier tono.
Mi síntesis:
la letra de Carta Abierta es buena, pero su música es mala. Y que si le pedimos a un «laburante» (el término es de Marta, no mio) que la chifle, no va a poder.
A mí el espacio de Carta Abierta me parece absolutamente valioso. Es más, me parece estratégico: en el medio de la embestida de los sectores de la nueva derecha por el conflicto del campo, la formación de este espacio fue estratégica para dar alguna, casi la única, pelea en el campo de la hegemonía cultural. Es importante salir a enfrentar, con herramientas de vuelo teórico, a Aguinis, Sebreli, etc. Es cierto, yo escribiría las Cartas de otra manera, porque pienso que la buena teoría es teoría clara (que no quiere decir simple), pero chicanear a Carta Abierta es hacerle el trabajo al adversario, gratis.
La verdad es que creo que nadie se tiene que ir de artepolítica, ni dejar de hacer nada de lo que venía haciendo. ¿No les parece que no pasó nada tan grave? Una calentura del momento, alguna palabra de más (muy suaves, nada terrible)y punto. Tanto Ezequiel como Daniel me parecen muy, muy valiosos, no veo que haya pasado nada que justifique ningún sacrificio inútil. En cuanto a Carta Abierta, no recuerdo haber leído ni un solo comentario que la ataque en lo esencial, todos tratamos de aportar lo que podemos, en política se discute, es normal.
Me doy cuenta cuando me cabe el sayo, y parece que es mi talle. Daniel, por favor, seguí posteando lo que ocurra en AP. Nuevamente, me disculpo por cualquier mal momento que te haya hecho pasar. La disculpa es absoluta, y estoy a tu disposición.
Esta es la peor de las salidas. Así no. Estuve intercambiando una serie de mails con Ezequiel y él ahora me dice que acaba de borrarse de Artepolítica, con lo que me hace sentir que soy un psicópata, que amenaza con irse para hacer irse a los que no están de acuerdo conmigo. Copio uno de los últimos mails que le mandé: «No, pará, esa no es una solución. Eso empeora todo. Ni se te ocurra. Te lo pido por favor.
Te repito, yo no voy a abandonar Artepolítica, sólo dejo de referirme a Carta Abierta. Pero tampoco, de ninguna manera, acepto que la abandones vos. ¿Cómo se te ocurre? ¿Por qué motivo la vas a abandonar? ¿Qué solucionás con eso? Además hay un deber militante, viejo: si te vas, le regalás un lugar al enemigo, dejate de joder.
No hay nada que disculpar, pero si necesitás que te disculpe, te disculpo, y, sobre todo, te mando un enorme abrazo. Dale, seguí posteando con todo, que te necesitamos mucho.»
Por favor, que alguien le convenza de que borrarse es un gesto inútil, de que las discusiones son lógicas y de que a todos se nos va la mano. Lo necesitamos, en serio que lo necesitamos. Y mucho. No nos está haciendo un favor con irse.
No Daniel, tu indignación es lógica. Eso sí, terminemos con esto antes de que se transforme en telenovela, que nos va a dar más ganancia y corromperá nuestras almas con viles metales. En lo que amí respecta, doy el incidente por finalizado, y te ruego que sigas posteando sobre Carta Abierta.
Che, dejense de hinchar, ya terminó todo, Daniel sigue posteando sobre CA y Ezequiel sigue acá. Listo, no pasó nada.
Opino igual que Sergio, vamos che no nos peleemos entree nosotros.
Ezequiel, seguí apareciendo y escribiendo, no seas gil, sos de lo más valioso que hay en Artepolítica al igual que Daniel
Que no se vaya nadie, que acá lo que hay que hacer es sumar y no restar.
Propongo entonces: sigo escribiendo sobre CA, a condición de que Ezequiel no se borre (aplausos masivos de la barra). Nada más, voy a cuidar mejor lo que escriba sobre CA, porque no me involucra sólo a mí.