Partidos

¿Quiénes son «ellos»? ¿Dónde es «acá»? ¿»Nosotros», quiénes éramos?

Ayer vi un rato la emisión semanal del programa «La Liga», que se emite por Telefé. El programa está basado en la idea de que los cronistas se sumerjen en la realidad que quieren mostrar. Se someten a la experiencia a retratar.

Resulta que entonces dos cronistas, una chica muy bonita y un muchacho muy televisivo se van a vivir a la Villa 20 de Lugano. Alquilan una pieza, hacen changas, viven el día. Vestidos de jogging y «gorrita» van de aquí para allá y viven la vida del barrio.

Como en la película Blair Witch Project, la chica se levanta un viernes a las cuatro de la mañana y en penumbras le habla a la cámara. Lloriquea, dice que no soporta más la música que «ponen» a «todo volumen». «Me quiero ir de acá». Acá.

En la madrugada, el locador ingresa al cuarto, donde hay una cocina, para buscar un vaso o un utensillo. «No golpeó la puerta», dice ella, con estupor. Su compañero de cuarto dice que «acá es así» o «son» así, no recuerdo bien.

Caminando por una de las calles del barrio, el dúo (más camarógrafo, más productor) recibe algún improperio reclamando que apaguen la cámara. «Gato, bigote». Se sienten amenazados. Y luego razonan que «acá» es «así». Y que «no somos» de «acá». Ella dice que tiene «miedo». Que se quiere «ir de acá, boludo». El dice que tiene «dos hijas». Que no tiene por qué estar «acá».

Viven la experiencia del trabajo físico, de buscar changas. Viven el miedo en los «pasillitos esos». Viven colgarse de la luz. Y se quieren ir de «acá». De donde viven «ellos».

No juzgo a los protagonistas de la experiencia. La sociedad argentina está partida y sigue partida. Como en toda América Latina, los gobiernos pueden mostrar subas del empleo, caídas de la pobreza y la indigencia, pero les cuesta mostrar mejoras en los niveles de desigualdad. Les cuesta todavía asegurar que si las condiciones internacionales se complican, se puedan  sostener los planes sociales creados, el nivel de actividad, el empleo, el consumo. Siquiera los bienes públicos que se ofrecen, la Seguridad, la Salud, la Educación, así como están. Junto con la música hasta las 4 de la mañana y la cerveza fría. Y las empanadas del kioskito de la Villa 20, que «están buenas, eh».

Supongo que a los cronistas del programa les llegará, como a mí, el mensaje de texto para irse a ver el US Open con un 15 por ciento de descuento. Y, como yo, al mismo tiempo se maravillarán del trabajo comunitario de mucha gente del barrio en el que veo que caminan. Y no podrán creer lo que es cargar 150 kilos de algo. O que los obreros de esa escuela en obra hagan asado al mediodía. O muchas de las cosas que dicen y hacen «ellos», «ahí», donde viven. Y les llamará la atención, como a mí, la cara de la chica esa a quien hacen hablar desde la tapa de una revista, la madre de los hijos de Carlos Tévez, en medio del tórrido romance  del «jugador del pueblo» (no ya de la gente) con la joven Brenda Asnicar.

Estamos partidos. Mejor, pero muy fragmentados. Decididamente sobreinformados. Y a veces nos volvemos a meter en la calesita de los temas. ¿Quiénes son los que balean a una embarazada para robarle guita? ¿Cómo empiezan a participar de una banda ese chico de 18 y esa chica de 19? ¿Son de «acá» o de «allá»? ¿Son de «ellos», no? Decime que son de «ellos», por favor. ¿Y por qué no se le pudo garantizar a la víctima un servicio público de seguridad mínimo, como la gente? ¿Y por qué tenemos que pasar por esto, «nosotros»? ¿Y cuánto ganó el banco ese el año pasado? Y el chico se murió y aquí, el que escribe, cree entonces ya no importa nada de todo eso.

Habla el marido de la víctima. «Ahí» no están los cronistas de La Liga. Agradece emocionado a los profesionales de ese hospital público al que reconoce que nunca fue, porque tiene una «prepaga». Agradece de verdad.

¿Y todos esos mensajes doloridos, indignados, sobrebombeados que escuchamos esta mañana en Radio 10 de dónde vienen? ¿De toda esa gente a la que le tenemos que dar una respuesta? ¿De toda esa gente que quiere vivir mejor? ¿De toda esa gente que queremos que vote a los que nosotros queremos? ¿De los que se quieren «ir de acá, boludo»?

Foto.

Acerca de Nicolás Tereschuk (Escriba)

"Escriba" es Nicolás Tereschuk. Politólogo (UBA), Maestría en Sociologìa Económica (IDAES-UNSAM). Me interesa la política y la forma en que la política moldea lo económico (¿o era al revés?).

Ver todas las entradas de Nicolás Tereschuk (Escriba) →

69 comentarios en «Partidos»

  1. Vi el programa ayer y pensé lo mismo. Y también me acordé del libro de Toti Flores: «Cuando con otros somos nosotros», como para dejar de pensarnos en esos términos. Toti cuenta acá cómoo fue la experiencia de construcción de la cooperativa La Juanita, junto con otros, sin importar si son de acá o de allá.
    Por otro lado, como en todo programa/show de televisión, se notaba lo ficcional o lo armado: hay una simulación, hay un guión.
    No me gusta la complacencia de los conductores con sus entrevistados, como por ejemplo, en el caso de las chicas «barderas». Una cosa en no ponerse en el lugar de juez y otra, muy distinta, es ese intentar caerle bien a la entrevistada o no decir ni mu frente a testi,onios realmente fuertes.

  2. Estoy tentado a ponderarle la foto de la blonda cabellera sobre la espaldea de un ¿hombre?, pero no. El post merece algo de profundización en la respuesta.
    Lo que Ud describe se llama, según nuestros amigos indianos, descomposición (social): “Entre el capitalismo que viene que no acaba de nacer y el principio de nacionalidad que no acaba de morir, surge una zona de erosión democrática y social cada vez mayor: la descomposición social, política y económica.”
    Visto desde otro lugar una sociedad estratificada en clases, en donde el statu quo es mantenido a la fuerza del látigo y del credo, la información produce puntos de contacto que rompen con los estratos rígidos y permite una mirada vertical.
    En un primer momento la sensación que se produce es justamente de descomposición, como bien sintetiza con su “me quiero ir de acá, boludo”. ¿De dónde? “Acá” es de la descomposición, la contrastación fehaciente de lo que “no se quiere” pero que existe y ahora se puede ver. Saber que el pollo del supermercado alguna vez tuvo plumas. Salir del closet en muchos casos.
    Permitir que un proceso de descomposición tenga lugar habla bien de un pueblo, habla de que ese pueblo está madurando, da la posibilidad de la convivencia en la diversidad, no su negación.
    Pero en el proceso de descomposición todavía el cambio no ha tenido lugar, se está en tránsito, es un signo de que algo está sucediendo y como dicen los cubanos “lo que sucede trae ventura”

    1. @Charlie Boyle
      Permitir que un proceso de descomposición tenga lugar habla bien de un pueblo, habla de que ese pueblo está madurando, da la posibilidad de la convivencia en la diversidad, no su negación.

      A mí me parece que la descomposición la tiene usté en su cabeza.
      Disculpe si se siente agredido, pero antes me sentí yo con su cinismo.

      Slds.

      1. rauda y certera llegó tu respuesta/comentario como un flechazo al corazón con la brevedad simpleza y vocabulario justo. un poema anahí. gracias

    2. Charlie: comparto que estamos en una descomposición o ¿transformación? pero me parece que esa «descomposición» esta mas allá de cualquier voluntad, es mas bien inherente a «la evolución sistemica» ( hacia donde o hacia que, podremos solo hacer alguna prospección?) por lo que difícilmente «alguien» pueda «permitirla» o «evitarla», no creo que sea un síntoma de madurez social, mas bien de impotencia de los que sufren y de indiferencia de los que pueden rajarse por un ¿rato? de «Allí» .

      Saludos Cordiales.

  3. Excelente artículo. Coincido con sus líneas.
    Pero además creo que cuando se exacerba la mirada sobre «el consumo», se retira del sentir y del pensar, y del vivir… etc.
    Nunca fue el mejor indicador de la felicidad de un pueblo.
    «Acá», «allá», y en cualquier «otra» parte.
    Slds.

    1. Se me ocurre que el indicador de la felicidad de los pueblos pertenece al territorio de la mecanica cuantica: esta aqui, alla y mas alla y de todas las formas posibles. Y supongo que incluye «el consumo», de TV plasmas, libros, bolitas japonesas, CDs de Amor Azul, o medios culturales, que puede ser una actividad tan humanamente placentera como pensar, sentir o alguna otro verbo del manual del buen clasemediero progre.

      1. Pues a mí se me ocurren otras posibilidades: esperanza de vida, mortandad infantil, niveles de alfabetismo… Digo, para nombrar algunos indicadores históricamente usados. No me cabe duda que habrán más que pueda hablarnos de la calidad de vida… qué lee, cuánto lee, a qué aspira… no sé, ¿algo así que se pueda desprender una democracia participativa tal vez?
        Ahora, cuándo nos ponemos contentos y pensamos que todo marcha bien porque se venden muchas 4×4, o acondicionadores de aire, o freezers… O porque aumentó la construcción… de shoppings, barrios privados, hoteles 5 estrellas… ya me dirás.
        Slds.

      2. si, Anahi…y agreguemos la cura de todas las enfermedades y la paz mundial. Y a las 4×4 y los shoppings, agreguemos la carteras de 30 lucas, el duplex en Puerto Madero, para no dejar nada fuera del manual de lo celestial y lo diabolico del clasemediero bienpensante. Yo creo que cualquier persona, sea de la extraccion social que sea, aspira a mejores cosas, asi sea la 4×4, y si no, aunque sea al aire acondicionado. Es humano, es parte de algun circuito de la idea de placer y bienestar, y forma parte de la libertad de cada uno de aspirar a lo que quiera en la vida. Y si de comportamiento hablamos, llama la atencion que quienes predican contra el «consumo», cualquiera sea (como si fuera quien sabe que pecado mortal social) son aquellos que tiene sus necesidades basicas burguesas de esparcimiento mas que satisfechas, y desde su conexion high-speed de internet. No veo a nadie que cierre su blog, su facebook y renuncie a su parte mas frivolamente consumista porque el nivel de analfabetismo sea indignantemente elevado. Ya me diras si vos lo vas a hacer. saludos

      3. Pues yo creo que cualquier ser humano lo primero que aspira es a estar vivo y sano para poder disfrutar del resto. Lo mismo para los suyos… claro, a menos que se trate de un Homero…
        Slds.
        pd: pero además, la ignorancia de los Homeros los vuelve taaaaan crispados, que no sólo no atinan a leer bien (si es que saben leer) sino que los vuelve recontra-fascistas.

      4. Bueno, Anahi, gracias por tu frase inicial de tarjeta Hallmark, por mencionar mi nombre dos veces, una en plural, por insultar a otros Homeros menos ignorantes que yo, includos el querido bardo y al tambien querido Homero Simpson, y por el rapido perfil psicologico/politico que haria las delicias de don Felix Lombroso, a quien los recontra-fascistas recordamos con afecto cada vez que nos ponemos una camisa negra. Lo de mi crispacion no logro verlo, pero otra vez confio en tu fenomenal sagacidad wireless. En mi descargo, atribuyo algo de la crispacion a un reciente cambio de marca de yerba mate. Buen fin de semana para vos.

      5. Capaz que no es la yerba mate, capaz que es el café o la cerveza. Pero fijate si la yerba es «natural», porque a lo mejor la riegan con «glifosato». O quién te dice, está cerca de una explotación minera, y estás consumiendo «cianuro» sin quererlo.
        Slds.
        pd: ¡¡ojo, cuidado con el cáncer!!

  4. Interesante articulo. Suerte los que se pueden ir de «Allí» .
    Una sola observación, no solo en América Latina la sociedad se encuentra partida y la desigualdad s e mantiene o aumenta, pero bueh, no es para consolarse que lo digo.

    Saludos Cordiales.

  5. La realidad aumentada trae dolores de cabeza políticos porque, lamentablemente, la población no puede filtrar la semioesfera, ni ideológicamente ni cualitativamente ni cuantivamente; un bebé asesinado en un robo a un banco, es un bebé asesinado en un robo a un banco, no es un «dato» más que trabaja el consultor que contratan para las estadísticas, es odio palpable, es un virus que el gobierno no puede parar, ni quiere parar, ni sabe como parar; vivir en situación precaria supera lo televisivo, y a ningún televidente le importan las palabras de un ministro, le importa que «eso» no suceda, y esa es la cuestión, «sucede» y «va a suceder»… es un acontecimiento, es una construcción social, pero no por eso es menos «real», no es «la realidad», es «real», y todos los días hay una muerte evitable, en Morón, en Cutral Co, en Chubut, y en Bariloche, y las muertes evitables para un consumidor de mass media es una erosión en los tristes votos; lamento que haya tantos muertos, y también lamento que «la conducción» nunca sea responsable, porque me parece tristemente fascista, algo así como dejar a un ejército sin balas en el frío de San Petesburgo, inhumano y tarado, como cualquier nazi.

    1. Y digo lamentablemente porque ,si pudieran filtrarlo, el conurbano bonaerense sería, económicamente, más potente que San Pablo.

      1. Acá no se censura a nadie, hay una política de moderación de comentarios como en cualquier sitio. «Nazi» o «fascista» así de la nada no aceptamos porque además luego la conversación deriva en cualquier cosa. Me parece claro el límite. Parecía un comentario interseante y hasta bien escrito, decí lo que quisiste decir ¿o era para decir nomás que tal o cual es nazi?
        Si es así, es en otro blog eso.
        Saludos

  6. Escriba, cómo te gusta la masturbación culpo-progresista! Cortala, te van a salir pelos en las manos. Me querés decir cuál es la utilidad de lo que escribiste, más que congratularnos entre todos de que no desconocemos la pobreza?
    La pobreza es una mierda, y yo no tengo la culpa de que exista, así que este onanismo grupal me hincha las pelotas.

  7. Excelente texto Escriba. El pelotudo que me antecede no entiende nada. SI quiere onanismo grupal sintonice 6 en el 7 a las ocho. Aca se tocaron algunas llagas.

  8. Si a Escriba le interesa como lo politico moldea lo economico,su dolorosa descripcion creo que tambien tiene que ver con la esquizofrenia que siempre observamos vigente en nuestra sociedad.Es decir,que la pobreza y la inseguridad responden a una¿irreparable?division psicosocial que padecemos a lo largo de nuestra historia.

  9. Ayer vi éste blog en Blogósfera, el programa de Canal(á). Lo anoté y hoy lo leo… ya lo enlacé.
    No sabía que iban a lograr que me interese la política…

    Saludos.

  10. Lopecito tiendo a pensar que somos todos culpables, la culpa es de los de «ACA» que posibilidades aprovechamos las fiestas que perjudicaron a los de «ALLA», o cuando no dijimos nada, pese aque sabíamos lo que pasaba o al menos deberíamos haberlo sabido.
    Es hora que los de aca y los de alla estemos en un mismo lugar, aunque mas no sea a perdida para los de aca. (En las nivelaciones los altos siempre pierden altura)
    Y despues gordo pone a los doors y escucha WELCOME TO THE OTHER SIDE.

  11. Es un tipo de periodismo, el de La Liga, en el cual se torna irrelevante la opinión del entrevistado (si es una entrevista) o lo que tiene para «decir» una realidad que se quiere mostrar (como en este caso). Se hace un guión, se graban imágenes y se edita un discurso preestablecido. Sea la villa o la mina Bajo La Alumbrera, el objeto de ese tipo de notas se convierte en un actor de reparto del periodista estrella que actúa de jugado, de piola o de lo que sea que se quiera vender. Mucho, pero mucho mal le hizo el pergolinismo (sic) al periodismo criollo.

    Nunca tan claro que se puede «estar ahí», «al pie del cañón» y salir sin aprender un carajo, sin tener nada nuevo que mostrar, ninguna buena pregunta para hacer. Mi sensación con ese programa fue, creo, la misma que la tuya. «Ellos» son más «ellos» que antes después de esta expedición etnográfica (así llamaba Sarlo, si mal no recuerdo a sus diletancias posmos de la década pasada).

    Y si, la fractura está, pero también la construyen este tipo de berretadas de pseudoperiodismo. Peor que radio 10 es la majulización (sic) del periodismo de investigación. Un facho, si es inteligente, te puede generar buenas preguntas. Un idiota nunca se va muy lejos de del revolcón en el sentido común. Por más disfrazado que esté con posproducciones cool.

  12. La sociedad está partida, evidentemente.
    Lo está en lo económico y social, no en lo cultural.
    De hecho, los de «allá» y los de «acá» estamos en gran parte identificados:
    «Ellos» creen que a nosotros «nos cabe» un balazo porque tenemos auto y aire acondicionado. Y matan por un par de Adidas, no por comida.
    «Nosotros» creemos que hay que «meter bala», y los más timoratos suavizan: «que se pudran en la cárcel»
    La cultura del consumo y la muerte nos sobrevuela a todos.

  13. No se si recuerdan del un programa que se llamaba el otro lado, el periodista se llamaba Poloseki, ese muchacho se metía hasta el barro y le buscaba el lado digno a todo lo marginal, era un programa dignificante, lastima que el tipo se suicido en el 96. Estos programas son la version marketinera de aquel.

    1. Cierto… pero Polo se colocaba en otro lugar. Acá parece que el programa trata acerca de la problemática de una parejita con hábitos de clase media para sobrevivir las carencias propias de la pobreza, no digamos ya de la indigencia…

  14. Sin tornar elogioso lo de La Liga, he visto cosas peores: P.e., Facundo Pastor o Largando Roña (ignoro los nombres de sus respectivos programas).

    Por el otro lado, creo que si levantamos la vista a nivel planetario, esta fractura atraviesa la humanidad, no a la Argentina. Desde la división entre judíos e italianos en Brooklyn hasta la división Han/Uygur en Xi’an.

    Y volviendo a la Argentina, celebro que el Gobierno Nacional los visibilice a «ellos» en prácticamente toda la publicidad oficial. Es el único espacio en que se tornar visibles, entre publicidades de arquitectos que cepillan sus dientes con Sensodyne y señoras del country que toman Garquimel todas las mañanas. «Ellos» son los desaparecidos de siempre, que no aparecen en la pantalla excepto para darnos miedo, como en «Policías en Acción» y programas de muckraking similares.

    Espero que ahora, Ley de Medios mediante, el espectro se amplíe y comiencen a subir a la superficie. No quiero vivir en el mundo de Cris Morena.

    1. Pero es jodido eso Eduardo, el lugar que le asigna la publicidad a los negros es pasivo. Son los «beneficiarios», los pibes que salvamos (?) con la AUH. Ojo, no es una crítica, no se como debería ser una publicidad de los logros de gobierno que incorpore, digamos, subliminalmente una superación de la fractura. Pero que esta no es, seguro.

      Una posibilidad, se me ocurre, sería enfatizar en la publicidad sobre la AUH que se trata del reconocimiento de un derecho del que los pibes ya gozaban hace parva de años pero que es conculcado por la informalidad laboral de sus padres. Pero lo que hay apunta en otro sentido. No se labura en las publicidades el nexo entre la AUH y las asignaciones familiares «normales» (que esta bien clarito en el decreto). Entonces el espectador lo que ve es un nuevo plan trabajar, o sea, un beneficio para «ellos».

      Encima machacan con esa pavada del aumento del 25% de matrícula (¿en qué grupo etario, sobre el total o sobre los no escolarizados, nuevas escolarizaciones o retorno a la escuela después de un fracaso previo, que continuidad tuvo ese aumento de matrícula, etc?). Que es lo más «ellos» que tiene la AUH: a la gente como uno no hace falta que venga el estado a garparle para que se avive que hay que mandar a los pibes al colegio, a los negros, parece, si no les tirás unos mangos ni seño ni doctor ni nada. Así son «ellos» ¿viste?

      Guarda con la construcción discursiva de los éxitos oficialistas en justicia social. Es muy, pero muy «nosotros» mal, eh.

      1. Sí, mirado en esos términos, tenés razón. Quiero decir que «ellos» no sólo están para darnos miedo desde Policías en Acción.

        No sé cómo se comunica ésto, la fractura es muy grande y revertirlo llevará años. Pero es un comienzo, y poderse se puede.

        Yo a veces cito el caso de los negros en USA en los años ’50 y en la actualidad. A partir de los ’60 se comenzaron a aplicar leyes (denominadas «de acción positiva») sobre los medios de comunicación y el cine, en el que comenzaron a aparecer negros en papeles centrales y positivos (no siempre como chorros, maleteros, prostitutas) y comenzó a cambiar la percepción social sobre los mismos. El resultado es hoy un negro presidente (al márgen de que me parezca tan cagada como los blancos previos).

        Me parece que el INADI debiera empezar a premiar este tipo de acciones, y a castigar a los que profundizan la estigmatización, desde las publicidades hasta los programas. Si la percepción de «ellos» no cambia, el estigma se profundiza.

      2. Yo no estoy de acuerdo con que no se los muestre a «ellos», dejando de lado la zoncera de la categorización en esos términos, que puede satisfacer sus espíritus progresistas, pero que no aporta demasiado a la discusión. Parte del prejuicio al cuadrado; el prejuicio de que a «nosotros» no nos imporan «ellos». Entonces los de artepolitica, que pertenecemos al «nosotros», nos diferenciamos del grupo para reconocer a los «ellos». Un trabalenguas es escribirlo y una tontería sostenerlo.
        La TV se congratula de mostrarlos a «ellos», pero identificándolos con lo marginal.»Ellos», son los presos de las cárceles, nunca sus víctimas, que son muchos más «ellos» que los presos.
        Es cierto que es bastante pobre mostrar a una pareja de clase media como «turistas» en una villa. Pero también es miserable acercar la cámara para regodearse con la marginalidad, frente a un periodista de «la liga» que para congraciarse con los presos deja su lugar de reportero y se solaza con lo peor de la marginalidad.

      3. perdon que me meta eh, pero creo que Guido le busca la novena pata al gato sobreinterpretando.

        estoy totalmente de acuerdo con Eduardo en que es bueno que en las piblicidades del gobierno, sea cual fuese aparezcan «morochos» y no solo rubios y lindos como en TODAS las publicidades comerciales.

      4. Guido, Con todo respeto Creo que tu punto de vista es muy «nosotros», habra que ver como se siente el «negro» una vez que ve a alguine que copmparte sus problematicas y sus rasgos en un anuncio.

      5. Puede ser, claro, que tengan razón. A mi me parece que no, que se yo. Por ahí es cierto que le estoy buscando los bigotes al canario ¿Pero es lo mismo un «plan» que el reconocimiento de un derecho largamente conculcado?

        Dindane, el uso de «negro» entrecomillados es recontra «nosotros», eh.

  15. Es interesante eso que decís Eduardo. Me viene a la mente la propaganda esa de las puertas de seguridad (no me acuerdo bien la marca) en la que viene un morocho corriendo y se choca contra la puerta que se quiere vender, detrás de la cual está, feliz, una familia de gente linda.

    Pero la acción positiva también tiene sus bemoles, no estoy tan seguro de que siempre funcione. Por ejemplo, puede llegar a reforzar una parcelación social, reforzando fronteras sociales al construir nichos desde los cuales acceder a recursos. Pongo un ejemplo mooooy bruto: Todo el estado libanés está organizado en base a cupos étnicos mediante una compleja ingeniería que, en teoría, permitiría un acceso más o menos parejo al estado de todos los grupos etnicos y religiosos. Ta claro que no funca eso. En CCCP y sus satélites también rigieron sistemas parecidos, con los años tendieron no solo a reforzar identidades excluyentes preexistentes sino que fueron clave en procesos de etnogénesis. Es decir, allí donde había identidades bastante fluídas, o subsumidas a una macroidentidad territorial, o de súbditos del zar, fueron construídas como resultado de un proceso teóricamente incluyente, identidades exclusivas con fronteras sociales bastante rígidas. Y cada una, claro está, con su propia elite interesada en sostener en el tiempo esas fronteras rígidas. Me parece que, de forma menos dramática, esto también sucede en EEUU: la inclusión de los negros es la inclusión de una elite negra, a la cual el mantenimiento de la acción positiva le provee toda una serie de ventajas que solo van a seguir existiendo…en la medida que se sostenga una desigualdad generalizada entre blancos y negros. Flor de quilombo.

    Más interesante, y más cercano a nuestras grandes tradiciones políticas populares (e incluso las otras), me parece, sería reconstruir (o apuntalar y reforzar, porque yo creo que existe) una identidad colectiva capaz de disolver esa fractura en los imaginarios. Toda identidad colectiva es siempre, de algún modo, un estereotipo, una cristalización de un capricho histórico, una ficción. Pero si seguimos cristalizando identidades que implican otros radicales (tan «arbitrarias» como la identidad nacional) en alguien que vive a dos cuadras estamos en el horno. Exagerando un poco, vamos en camino a etnificar la desigualdad social (no solo «nosotros», «ellos» también). Y esos es muy, pero muy jodido.

    1. Era de puertas Pentagono y resulta totalmente discriminatoria: morocho, sucio y transpirado.
      Las otras que recuerdo por lo patéticas eran las de Don Carlos del Anses.

    2. Guido, Con todo respeto Creo que tu punto de vista es muy “nosotros”, habra que ver como se siente el “negro” una vez que ve a alguine que copmparte sus problematicas y sus rasgos en un anuncio

  16. No se si el «vos que sabés» es irónico. Yo no tengo ni idea. Me parece que un buen publicista te muestra lo que vos le pedís que muestre. Y yo buecaría uno que te arme el relato donde «nosotros» y «ellos» (estos «nosotros» y «ellos» de los que habla escriba, eh, porque el nos/ellos político para es más que válido, indispensable para una sociedad democrática) quede subsumido en una identidad nacional. Pero me parece nomás.

  17. Escriba, buena observación, buen post. No vi La Liga muchas veces, pero me da la impresión (como dice alguien más arriba) de que hay mucho guión, y que los protagonistas son los de «acá» mostrando con un poco de pena lo invivible del «allá»… pero falta explicitar que no es un accidente natural esa fractura. Algunos comments más arriba creo que en el fondo discuten en esa línea, como quien dice «siempre hubo y habrá pobres». Los pobres, los de «allá» son también nuestra construcción colectiva, los producimos entre todos, son producidos incluso por otros pobres y marginados. Pero los que no somos pobres y marginados tenemos más responsabilidad. Algunos lectores tendrían que empezar… no digo por hacerse cargo, pero por manifestar por lo menos una preocupación al respecto. Saludos.

  18. Entre un miserabilismo perverso y mediatico, y otro miserabilismo pietista progresista con cierta culpa y un poco de Levinás como corresponde a cualquier mezzo-bienpensante ( así con acento en la a de canal á), ¿no quedan afuera demasiadas cosas importantes? La operación simbólica sobre el pobrerío, de acá y de allá, no es , en un punto, igual en lo que a sus consecuencias se refiere? No hay un punto donde la Liga a la final es más «franca»?
    Uno comparte la posicion ética basica , al intención política, el palo y la extracción social con el blogger- de hecho, aca está uno comentando entre 41 comentarios. Ahora: a la hora de los bifes…entre el «muybuenoelprograma» del facho promedio que parodia Capusotto, y el » qué buen post» que ritualmente se propone ?cuanta, pero cuanta diferencia hay hay? Quien escribe no lo dice desde afuera. Lo dice como uno más que se lo pregunta. Todos sabemos que nosotros somos los buenos. OK. Pero ¿estamos a la altura? ¿No nos estamos repitiendo un poco? ¿No es un poco cómodo ciberconmoverse? Y ya vio uno que ante esto surge la defensa: esto es un medio nomas, todos militamos todos etc etc. Considerado , eso, respetado y sopesado: no sigue habiendo un punto – paradójicamente un ancho punto- donde a la final, es un miserabilismo contra otro y no mucho más?

  19. En el programa 21 Días de un canal español, la conductora vive 21 dias (duh) en una chabola con gitanos. Es llamativo que la tratan como de la familia, se aprecia el código de honor de «ellos», al punto que se deshace en lágrimas cuando se tiene que despedir. «Yo me voy a mi casa cómoda y con agua caliente, y ellos se quedan aqui» dice, palabra más, palabra menos.

    Está completo en YouTube: http://www.youtube.com/watch?v=6DEuF7rYOuw
    Recomiendo también el otro programa en el que la misma conductora pasa 21 días, una fría navidad de hemisferio norte incluída, durmiendo en la calle entre cartones.

    No sirve como parámetro sobre nuestra sociedad y la de ellos, que en España los gitanos y los que viven en chabolas no tienen mejor aceptación que los villeros acá, pero de todas maneras llama la atención sobre ciertos matices mediáticos y la ideología de determinados medios argentinos.

  20. vos abes,nnena,que cuando lei el link por primera vez crei que se trataba de los «partidos»..politicos,problema que tiene que ver directamente con la democracia y la participacion..pero no,se trataba de la division de la gente,entre los de»alla» y los de»de aca» o tambien,en el correr de los coments de»nosotros»y»ellos»,terminos para mi muy indefinidos y abarcantes.Por eso preferi acordarme en mi primer comentario de la cronica esquizofrenia argentina,al que casi nadie dio bolilla(solo David)con el agregado de que sostiene que estamos divididos en lo economico y social,pero no en la cultural,observacion que no comparto de ningun modo,porque el ultimo aspecto me parece fundamental e inserto en los otros dos.Me acuerdo de expresiones de»gente como no»y me parece una construccion cultural,mas que nada,por ejemplo.Y como se que para lograr una sociedad mas homgenea haria falta mas socialismo,lo cual es muy dificil,o por lo menos agilizar la famosa»movilidad socal ascendente»,seguire mirando a los cartoneros como personas que se manejam dentro de su situacion jodida y a los los mendigos no como incapaces(como pretenden algunos)sino como los protagonistas del sistema,en lugar de los»proletarios»decimononicos.Nunca me gusto la caridad como solucion,asi que,como puedo,me debato contra el minetarismo imperante,sabes,nena?…

  21. Está bueno el post, hace pensar.
    Una de las cosas que agregaría a la reflexión es que «estar» fragmentado parece poner las cosas en el afuera : «alguien o algo nos fragmenta»; y no digo que no se así, quiero señalar que para que eso ocurra existe algo mas constitutivo, mas ontológico : «somos fragmentados», por eso el afuera nos aumenta la fragmentación tan facilmente.
    Somos todo, buenos, malos, inteligentes, brutos, fachos, democratas, somos todo y a veces todo al mismo tiempo. Somos de izquierda, progresistas, pero si me tocás la nena te caga a balazos.
    Asumir que «somos» fragmentados, que así venimos de fábrica, solo hace aumentar el deber de cuidar que no nos aumenten lo que de por si ya somos, y al mismo tiempo asumirlo nos permite ser mas concientes de lo que en realidad somos, seres capaces de amar y de matar con la misma energía, sólo es necesario que se den las condiciones.

  22. no venimos de fabrica…Este tema asi encarado se relaciona con el de la violencia delicuente,analizado en Artepolitica en el limk Ni una arma para el pueblo.Podemos superar o por lo menos disminuir nuestras diferencias si dialogamos.

  23. Isabel, no entiendo; ¿vos decís que por naturaleza no somos fragmentados?
    Que podamos superar o por lo menos disminuir nuestras diferencias si dialogamos, lo que comparto plenamente, indica para mi justamente que logramos vencer nuestra fragmentación.

  24. creo que el termino»fragmentados»no corresponde.Bondad y maldad son aprendizajes culturales.Somos inteligentes para algunas cosas y no tanto para otras.Y ni hablar de que la conducta y las ideas politicas son adquiridas.Lo unico que nos dice la ontologia es que somos y que no no somos.La division en la conducta es el primer mecanusmo de defensa aprendido tambien por distincion entre lo placentero y lo displacentero.

  25. Claro, como si los que viven ahi no se quisieran ir.
    Ya esta demodé hablar de demagogia, no? pero es un post demagogo.

  26. Juan:no toda la clase media»miro para el costado»,muchos muchachos jugados en el 70 eran de clase media.Hoy muchos de nosotros,que ecribimos en el blog,tambien lo somos.
    Horacio:como estan las cosas muchos que estan afuera mas bien quieren retornar…

    1. No ni hablar de los setenta, la época de mayor compromiso político-existencial de la clase media.

      ¿Pero en los 80 y en los 90?

      Tengo 23 años. La única vez que vi a «laclasemedia» es en el 2001.

      Pensaban que con viajar a Disney quedaban inmunes de la monstruosidad social de los 90´.

      Hoy mueren víctimas de su propia indiferencia.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *